Un solo de piano Acabé la clase muy cansada. Casi no sentía los dedos de los pies y las zapatillas me apretaban. Las luces de la academia se apagaron. Solo quedaba yo. Cogí mis cosas y me dispuse a irme. Bajé las escaleras y escuché una melodía de lo más hermosa que provenía del final del pasillo de la segunda planta. La seguí hasta una sala que no recordaba haberla visto antes. Empujé del radiante pomo y entré. Era un estudio enorme con barras fijas y espejos que colgaban de la pared. La melodía era cada vez más intensa. Observé un piano y me acerqué, estaba tocando solo, mas en vez de asustarme comencé a bailar. Quedé tan atada a la música, era el sonido más bello que había escuchado nunca. Dancé y pirueteé al son de la irresistible armonía toda la noche. Los pies me dolían cada vez más, pero sentí que tenía que describir con mi cuerpo lo que intentaba decir el piano. Me sentí fuerte y viva, me sentí muy bien. Terminé al amanecer y cesó la música. Esperé con entusiasmo la llegada de la tarde, quería volver a oír aquel elegante instrumento dotado con el don más potente. Tras la lección de danza corrí a la segunda planta y fui al final del pasillo, pero no encontré la puerta, ni el pomo dorado. Titulo: “UN SOLO DE PIANO” Seudónimo: Sin seudónimo Nombre: SANDRA INMACULADA PARRA NICOLÁS Centro: LOS OLIVOS