LIDER Es aquella persona que es capaz de influir en los demás. Es la referencia dentro de un grupo (ya sea un equipo deportivo, un curso universitario, una compañía de teatro, el departamento de una empresa, etc.). Es la persona que lleva "la voz cantante" dentro del grupo; su opinión es la más valorada. UNIDAD I. LIDERAZGO 1.1. CONCEPTO Acción individual cuyas consecuencias repercuten en todo un sistema social y por ende crea vínculos que por su naturaleza no son efímeros ni superficiales. Para entender con mayor claridad el concepto de liderazgo es necesario referirse a otros vocablos que comparten rasgos como líder y liderato. Líder Liderato Liderazgo Persona capaz de ejercer influencia en otras para dirigirlos y guiarlos de manera efectiva hacia el logro de objetivos y metas organizacionales. Es el status o posición del líder dentro de un grupo. Proceso de influir, guiar o dirigir a los miembros del grupo hacia el éxito o la consecución de metas y objetivos organizacionales. Adalberto Chiavenato define el liderazgo como la influencia interpersonal ejercida en una situación, orientada a la consecución de uno o diversos objetivos mediante el proceso de comunicación humana. Un elemento común de todo liderazgo es la capacidad de establecer una comunicación humana efectiva ya sea que se sustente en lenguajes verbales, escritos u orales o no verbales como el gestual o corporal. En el liderazgo influyen cualidades diversas: la persuasión, el poder, influencia, el brío del entusiasmo, motivación orientada al logro de metas o fines considerados como valiosos y la comunicación, entre otras. 1.2. RASGOS Y HABILIDADES DE LOS LIDERES EFECTIVOS Los líderes efectivos saben que tienen la autoridad porque se han ganado la confianza de la organización. Esto quiere decir que deben pensar en las necesidades y oportunidades de la organización antes de pensar en las propias, por lo tanto desarrollan actitudes empáticas t crean lazos de efectiva sinergia. Un líder efectivo escucha primero y luego habla. Esto hace referencia a una comunicación asertiva. Se anticipa a los hechos, previene acontecimientos antes que repararlos y si estos se presentan está preparado para afrontarlos y superarlos. Por lo general posee diferentes alternativas para dar soluciones efectivas, maneja planes de contingencia. Algunas de las cualidades que un líder efectivo posee son: Inteligencia Comprensión Decisión Integridad Imparcialidad Innovación Satisfacción Estas permiten a un líder conseguir la efectividad al realizar su trabajo, en cuanto toma en cuenta a todos los trabajadores, acomodándolos en el puesto requerido, comprendiendo sus problemas personales y apoyándolos para que realicen sus labores en la forma más ordenada posible. 1.3. Prácticas básicas de un líder efectivo 1. Se preguntan ¿Qué debe ser hecho? 2. Se preguntan ¿Qué es lo mejor para la compañía? 3. Desarrollan planes de acción 4. Se hacen responsables por las decisiones 5. Se hacen responsables por comunicar las decisiones 6. Se concentran más en las oportunidades que en los problemas 7. Hacen reuniones productivas 8. Piensan y dicen “nosotros” en vez de yo PODER Y FECTIVAD DEL LIDER PODER Max Weber definió el poder precisamente así: “capacidad de influir sobre la conducta de otras personas” El liderazgo efectivo supone, pues, ante todo, poder. Pero el poder puede tener muchas expresiones. Cuando los súbditos (personas sobre las que se ejerce el dominio) aceptan de buen grado el poder, diremos que éste está legitimado. Max Weber distinguió tres fuentes de legitimidad del poder: A) Legitimidad legal o racional: tiene por fundamento la creencia en la legalidad de los ordenamientos establecidos y en la de los títulos de quienes ejercen el dominio. B) Legitimidad tradicional: se basa en la creencia en el carácter sagrado de las tradiciones en vigor y en la legitimidad de quienes son llamados en virtud de aquéllas al poder. C) Legitimidad carismática: descansa sobre la sumisión de los súbditos al valor personal de un hombre, ya sea profeta, héroe o líder de cualquier tipo, que se supone está dotado de cualidades extraordinarias. Toda organización, para su supervivencia, necesita de una estructura de poder. Y ésta, a su vez, puede clasificarse, en consonancia con los medios de control utilizados, en seis tipos: poder coercitivo, poder utilitario, poder del cargo, poder de liderazgo, poder pericial y autocontrol. El primero consiste en el control basado en el empleo de elementos punitivos; es el poder basado en el castigo. El poder utilitario o poder de recompensa se basa, al contrario del anterior, en el premio, que puede adoptar formas diversas: dinero, elogio, status, etc. El poder del cargo se basa en el puesto que ostenta una persona; el subordinado le reconoce el derecho a darle directrices, dentro de un ámbito definido (la “zona de indiferencia” de Barnard). El poder, en este caso, le viene al superior por el cargo que ocupa, más que por sus cualidades personales. 4 El poder de liderazgo contrasta con el anterior porque el asentimiento se expresa en base a la persona misma del superior (y no en base al cargo). Cuando un individuo alcanza esta forma de poder decimos que es un líder. El poder pericial, o saber de competencia profesional, confiere un potencial de influencia. No es casualidad que en estos casos digamos que alguien es “una autoridad en la materia” EFECTIVIDAD Para relacionarnos efectivamente con otras personas, debemos aprender a escuchar. Y esto requiere control emocional. El escuchar requiere tener cualidades del carácter altamente desarrolladas tales como paciencia, estar abiertos al cambio y criticas y desear comprender. Es importante y efectivo actuar desde un nivel emocional bajo, dar consejos y dirigir en altos niveles. En términos más precisos un líder, gerente o cualquier persona efectiva debe hacerse promesas, y mantenerlas hasta cumplir su objetivo, y sólo después hacer y mantener promesas ante los otros. Aquellos que dirigen las organizaciones y que tienen personal a su cargo deben poner la personalidad ante el carácter, tratar de mejorar las relaciones con los otros ante de mejorarse así mismo. Las personas efectivas no se orientan hacia los problemas, sino hacia las oportunidades. Producen oportunidades nada es un problema, nada es imposible todo es soluble. El problema está en el cómo enfoquemos en “el problema". Se necesita mucha fuerza de carácter para admitir errores y disculparse con rapidez, de todo corazón y no de mala gana. Para disculparse auténticamente es necesario ser dueño de uno mismo y tener una seguridad profunda respecto de los principios y valores fundamentales. Existen leyes que condicionan el comportamiento humano, de igual forma existe la ética del carácter, la cual gobierna la efectividad humana. 1.4 CONDUCTA DE LIDERAZGO EFECTIVA Y EFICIENTE Eficacia (eficaz) que tiene el poder de producir el efecto deseado. Capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera. El término hace énfasis a los resultados, promueve el hacer las cosas correctas y sobre todo en lograr objetivos sin importar el costo o el uso o mal uso de los recursos. Una determinada iniciativa es más o menos eficaz según el grado en que cumple sus objetivos, toma en cuenta la calidad del producto y le deja el problema del cómo obtenerlo a la otra variable de la función, a la que llamamos eficiencia. Desde el punto de vista de la organización, especialmente en los más altos niveles jerárquicos, la eficacia es de una importancia única, de hecho, en la formulación de su planificación estratégica, al tratar de darle respuesta al ¿Qué?, ¿para qué?, el enfoque que necesariamente debe prevalecer, tanto en la formulación de los objetivos como en la formulación de las estrategias es el de la eficacia. El enfoque de la eficiencia se presenta a la hora de responder el ¿cómo? efectivamente, surge en el momento en que se definen los planes, presupuesto y las acciones para lograr cristalizar lo previsto en la planificación estratégica. Según Peter Drucker, un líder debe tener un desempeño eficiente y eficaz a la vez, pero, aunque la eficiencia es importante, la eficacia es aun más decisiva, y sigue diciendo: No basta con hacer las cosas correctamente (eficiencia), hay que hacer las cosas correctas (eficacia). Siguiendo este orden de ideas, podemos afirmar que solo la eficacia nos permitirá responder a: ¿Cuáles son nuestros objetivos? ¿Cuáles son los resultados (productos) que queremos alcanzar?, ¿Para qué lograrlos? Perfecto, en este punto tenemos un buen porcentaje del camino recorrido, tenemos claro que debemos hacer y para qué, pero nuestro problema no termina aquí, o es que acaso no nos importa el cómo, o tal vez no tiene importancia la posible optimización de gastos. Tanto usted como yo sabemos que el siguiente paso a seguir es abocarnos en hacer las cosas correctamente y por ende, entra en escena la eficiencia. La eficiencia “acción, fuerza, virtud de producir”, es el criterio económico que revela la capacidad de producir el máximo de resultados con el mínimo de recursos, energía y tiempo. Tanto la elaboración del concepto como la interpretación del término eficiencia resultan más complejas que en el caso de eficacia, pero para no enredarnos, asociemos eficiencia con optimización ya que ésta busca apoyarse, entre otras cosas, en los mejores métodos y procedimientos que fueron debidamente planificados con un único objetivo, asegurar la optima administración de los recursos disponibles. Ahora bien, en sintonía con muchas autoridades en la materia, podemos afirmar que a medida que subimos de nivel en la estructura organizativa, la eficacia toma más fuerza, mientras que al bajar de nivel, la eficiencia es quien adquiere mayor relevancia y así surge un nuevo concepto, el sustantivo “efectividad” proveniente del verbo latino efficere cuyo significado en castellano es “ejecutar, llevar a cabo, efectuar, producir, obtener como resultado”. En definitiva, no es más que la relación entre eficacia y eficiencia, dicho en otras palabras, es la medida de la calidad de Las metas que se han alcanzado. En definitiva ¿Cómo debemos trabajar, con eficacia o con eficiencia? Indiscutiblemente se debe buscar el punto de equilibrio entre los dos para lograr así la mayor efectividad. Con la eficacia se logran los objetivos deseados y con la eficiencia se garantiza la optimización de los recursos. Bien cabe destacar, que dicho punto de equilibrio es dinámico, es decir, no necesariamente se encuentra localizado en un punto fijo, equidistante de ambos adjetivos, dicho punto se desplaza hacia uno u otro dependiendo del nivel jerárquico en que usted se encuentre y así, tanto el empleado operativo como el ejecutivo de alto nivel, serán efectivos cuando manejen adecuadamente la mezcla o proporción de eficiencia y eficacia requerida por su posición dentro de la estructura organizativa. Si solo usamos una de sus variables (la eficacia o la eficiencia) la función efectividad será negativa o en el mejor de los casos igual a cero. Y así, indiscutiblemente y sin lugar a dudas, ambas variables, deben necesariamente coexistir. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Agúera I. Enrique. Liderazgo y compromiso social. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Primera edición. 2004. Arroyo, T. Ruth. Habilidades gerenciales. Desarrollo de destrezas, competencias y actitud. ECOE Ediciones. Primera edición. Bogotá 2012. González. S. Miguel. Mecanismos de influencia en las organizaciones y tácticas de liderazgo. Departamento de Economía Industrial Universidad del País Vasco. Salazar, Adafrancys http://www.degerencia.com/articulo/efectividad_y_liderazgo (degerencia.com) Tarantino, Salvatore (degerencia.com) http://www.degerencia.com/articulo/ la-efectividad-punto-de-equilibrio-entre-eficacia-y-eficiencia