RESPONSABILIDAD CIVIL, ACCION DE (LEGISLACION DE

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359249. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo XLVI, Pág. 2191.
RESPONSABILIDAD CIVIL, ACCION DE (LEGISLACION DE YUCATAN). El Código
Civil del Estado de Yucatán en el capítulo que trata de la responsabilidad, adopta el sistema o
teoría del cuasi delito, en el que campea como elemento esencial, la noción de falta, que en
algunos casos supone, antes que aceptar la teoría de la responsabilidad objetiva, de acuerdo
con la cual, la obligación de indemnizar los perjuicios, se funda en el riesgo creado a la
sociedad, por quien implanta o introduce un elemento peligroso; teoría perfectamente
aplicable cuando se trata de los perjuicios ocasionados por cosas inanimadas,
independientemente de la intención de persona alguna y aun cuando aquel a quien se
considere responsable, haya tomado todas las precauciones para evitar el mal causado,
verbigracia, en el caso de explosión de una caldera. Conforme a la teoría del cuasi delito, se
requiere para que haya lugar a exigir la responsabilidad civil: que exista un daño o perjuicio
como resultado de una falta imputable a su actor, es decir, no basta comprobar la existencia
de los daños y perjuicios y de la falta imputable a quien se crea necesaria de los mismos, sino
que es necesaria también la existencia de una relación de causa a efecto, entre la falta y los
perjuicios, o en otras palabras, que éstos sean consecuencia inmediata y directa de aquélla. La
falta, además, puede consistir en un hecho positivo o en una omisión que suponga culpa o
negligencia; de ahí que siempre se le considere como acto ilícito, elemento esencial en el
cuasi delito. Esta teoría fue adoptada por el Código Civil citado, en sus artículos 1034 a 1060,
disposiciones que son complementarias de las que contiene el Código Penal del propio
Estado, en todo lo relacionado con los cuasi delitos, que designa como delitos de culpa y no
intencionales, lo que se corrobora si se tiene en cuenta que el Código Penal del Estado, en su
artículo 7o., fracción III, estima que hay delito de culpa cuando se ejecuta un hecho o se
incurre en una omisión que, aunque lícitos en sí, no lo son por las consecuencias que
producen, si el culpable no las evita por imprevisión, por negligencia, por falta de reflexión o
de cuidado, etc., de lo que se concluye que el Código Civil se remita al Penal, del cual debe
considerarse como complementario, y siendo ello así, es evidente que la acción de
responsabilidad civil fundada en el hecho personal atribuído a determinada persona, debe
tenerse como acción principal prevista especialmente en el Código Civil, puesto que si se
embarga un bien de la propiedad de un tercero, en un juicio seguido contra diversa persona,
exigiéndole el pago de un crédito del que no es responsable, el embargo es indebido y supone
negligencia y malicia, en el actor, desde el momento en que le era fácil averiguar a quien
correspondía en propiedad el bien, y si no obró así y con el embargo se causaron daños y
perjuicios a tercero, es indudable que está obligado a resarcirlos, sin que le valga alegar que
subrogó a otra persona en los derechos que ejercitaba en el juicio mercantil ejecutivo, en que
tuvo lugar el embargo, ya que tratándose de un hecho personal, él sigue siendo responsable
de los perjuicios causados y no el subrogatorio, a quien ninguna falta es imputable.
Recurso de súplica 38/29. Banco de Londres y México, S.A. 28 de octubre de 1935.
Unanimidad de cinco votos. La publicación no menciona el nombre del ponente.
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