el sistema de barreras de la rda impide la fuga de sus ciudadanos

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Un cordón de
m inas atraviesa
A le m a n ia :
EL SISTEMA DE BARRERAS DE LA RDA IMPIDE LA FUGA
DE SUS CIUDADANOS
por Ernst Doering
«Tras salvar el dispositivo de
barreras de la RDA, un fu g itivo
ha logrado llegar ¡leso al territoria de la República Federal en
la Baja Sajonia». Una noticia
muy rara hoy en los periódicos
de la Alemania Oeste. Sólo una
frase. Algunos apenas reparan
en ella. Otros se estremecen al
leerla, pensando en los peligros
que tiene que arrostrar tod o el
que quiera pasar de una a otra
parte de Alemania.
En el territorio de la Repú­
blica Federal de Alemania no
hay obstáculo de ninguna clase
en la línea de demarcación. Su
curso sólo está señalado por
letreros con la Inscripción:
» H a lt! H ie r Z o n e n g re n z e !«
( A lto ! Aquí frontera de Zona !).
Tampoco se ponen lim itaciones
a la salida del país. Y desde el
Oeste, desde cualquiera de los
numerosos puntos que pueden
servir de mirador, se puede
echar una buena ojeada a las
instalaciones del sutil disposi­
tivo de seguridad instalado por
la RDA, en tanto sean visibles
y no se hallen camufladas.
Desde el Este no es posible
echar ninguna mirada en el
sistema de barreras. Los ciu da­
danos de la RDA sólo pueden
acercarse sin control a su
» fro n te ra e s ta ta l oeste« - t a l
es la denom inación por parte
de la R DA - hasta una distancia
de 5 kilómetros. A llí comienza
ya una «zona prohibida», ú n i­
camente accesible al que en su
carnet de identidad tenga una
anotación de que vive o trabaja
allí.
Los habitantes de las locali­
dades situadas en esta zona
prohibida no pueden recibir v i­
sitas de familiares residentes en
la República Federal: sistemá­
ticam ente éstos no reciben per­
miso de entrada. A los parientes
próximos de la República Fede­
ral incluso les es Imposible
asistir a bodas, entierros u
otros acontecim ientos fam ilia­
res de importancia.
A 500 metros de la frontera
empieza por la parte oriental
una » fra n ja de p ro tecc ió n «
establecida por las autoridades
de la RDA. Los habitantes de
las localidades enclavadas en
esta «franja de protección» no
pueden en principio salir al
atardecer a dar un paseo por el
bosque o por el campo, pues
después de obscurecido está
prohibida la estancia fuera del
casco urbano. Y toda tertulia,
velada o reunión en fam ilia o
entre amigos tiene que ser sus­
pendida abruptamente antes de
las 11 déla noche,yaqueincluso
dentro del recinto de la pobla­
ción a nadie le está perm itido
hallarse al aire libre entre las 11
de la noche y las 5 de la
mañana.
En esta «franja de protec­
ción», cuya misión es proteger
al Estado alemán bajo Gobierno
com unista de que sus ciu da­
danos le vuelvan la espalda, se
hallan los elementos más im ­
portantes del dispositivo de
barreras, torres y casamatas de
observación, observatorios in ­
visibles instalados en árboles y
arbustos, prohibición de luces
por la noche, lugares vigilados
por perros pastores alemanes es­
pecialmente adiestrados, alam ­
bres ocultos que al pisarlos
hacen estallar petardos y c o ­
hetes luminosos, y un foso de
cemento que ningún coche
puede franquear. El dispositivo
de barreras se halla rematado
por un doble cordón de minas:
en medio de dos vallas, que
corren paralelas a distancia de
10 a 20 metros, se han colocado
minas explosivas.
Este supersistema de barreras
de la RDA es vigilado por el
»com an d o fro n te riz o « del
Nationale Volksarmee (Ejército
Popular Nacional), compuesto
por unos 39.000 hombres. Los
habitantes de los pueblos de la
parte occidental de Alemania
proximos a la frontera pueden
oír a menudo las ráfagas de
armas automáticas o las sordas
detonacionesde las m in a s -c o n
frecuencia producidas por a l­
gún ciervo o venado que ha
logrado atravesar la valla.
Este sistema de seguridad de
la RDA se extiende en una
longitud semejante a la de la
costa mediterránea española,
a través de campos y bosques,
montañas y lagos, desde la
localidad de Hof en Bavlera
hasta la ciudad de Lübeck en
el Mar Báltico. La frontera entre
la República Federal y la RDA
corta 32 lineas de ferrocarril,
3 autopistas, 31 carreteras na­
cionales, 140 carreteras regio­
nales, miles de caminos ve ci­
nales e incluso pueblos de los
que una mitad partenece a la
RDA y la otra a la República
Federal.
Por vía legal sólo los ciu da­
danos de la RDA en edad de
ju bilación pueden viajar a la
República Federal - una vez al
año por un período máximo de
4 semanas. Por lo demás, los
parientes de ambas partes de
Alemania sólo pueden encon­
trarse en la RDA. Pero única­
mente si el ciudadano de la
República Federal solicita y
recibe un visado de entrada.
Estas lim itaciones en las rela­
ciones humanas se ven agudi­
zadas aún por otras medidas de
las autoridades de la RDA:
com o las comunicaciones tele­
fónicas sólo disponen de muy
pocas líneas, se producen tie m ­
pos de espera que duran horas.
Paquetes postales con regalos
solamente pueden contener
ciertos artículos en cantidades
determinadas. Y en la RDA no
se pueden leer periódicos de la
República Federal.
Estos pocos ejemplos de las
lim itaciones impuestas por los
dirigentes de la RDA a las
relaciones entre las personas
bastan para explicar la in te n ­
ción que guiaba al Gobierno de
la República Federal cuando,
en el primero de los 20 puntos
propuestos por él como base
de un tratado entre ambos
Estados alemanes, se dice que
este convenio «regula las rela­
ciones entre ambos Estados
situados en Alemania, mejora la
com unicación entre la pobla­
ción y entre ambos Estados y
contribuye a eliminar las res­
tricciones existentes».
Para Bonn se trata de que un
convenio tal prevea medidas,
»que am plíen el trá fic o de
viajero s e n tre las dos partes
y ten g a n com o m e ta la
lib ertad de d esp laza m ien ­
to « . Además se han de »s o lu ­
cio n a r los p ro blem as resu l­
ta n te s de la separación f a ­
m ilia r« .
El canciller federal W illy
Brandt presentó a discusión
estos y otros puntos con m otivo
de las conversaciones interale­
manas celebradas en Kassel el
21 de mayo de 1970. Depende
ahora de Berlín Este el que para
los ciudadanos de ambos partes
de Alemania se produzcan me­
joras humanas.
El puente sobre el río Saale forma frontera entre la RDA y la República Federal en Hof
(Bavíera)
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