El Icono de Santa María Eugenia de Jesús El icono no es simplemente una obra artística, sino la representación de un personaje o de un misterio que se hace presente en forma espiritual. Rezando ante un icono, pintado según normas técnicas y teológicas específicas, podemos profundizar nuestro conocimiento del misterio de Cristo, de la Virgen, de los Santos… y entrar en contacto espiritual con ellos. En este Icono contemplamos a Maria Eugenia de Jesús santa. Está de pié sobre la tierra que tanto amó como lugar de la Encarnación del Hijo y lugar en el que la humanidad puede dar gloria al Padre. Tiene en sus manos, lo que fue su pasión: el anuncio del Evangelio, fuerza transformadora, y Cristo en el misterio de su Eucaristía, misterio en el que todas las realidades terrestres son transfiguradas y ofrecidas al Padre. María Eugenia se dejó conducir y modelar por el Espíritu. Su rostro sereno y su mirada profunda, reflejan el esplendor del cumplimiento del misterio de la Asunción en ella. Este Icono es obra de Sor Céline de la Trinidad, religiosa de la Asunción, italiana EL «CREDO» DE MARÍA EUGENIA DE JESÚS De una Carta al Padre Lacordaire entre 1841 y 1844 adaptación contemporánea • Creo que nuestra vida nuestro mundo y nuestro tiempo tiene un sentido concreto: contribuir para que Dios nuestro Padre viva entre nosotros y en el corazón de cada uno y cada una de nosotros. • Creo que Jesucristo nos ha liberado del pasado por su cruz. Así podemos trabajar libremente para que se realice, allí donde estamos, la palabra de Dios que Jesús vino a anunciarnos. • No creo a los que dicen que la tierra es un lugar de exilio. Yo la considero, al contrario, como un lugar en el que es posible dar gloria a Dios. • Creo que todos tenemos una misión. Nos toca a cada uno, a cada una el buscar cómo Dios puede servirse de nosotros para anunciar y encarnar su Evangelio. • Creo que para llevar a cabo esta misión se necesita valor y fe. Nuestros medios son pobres y débiles. Son los mismos de los que dispuso Jesucristo en su tiempo. Sabemos que solo El puede dar éxito a nuestra misión. • Creo que nuestra sociedad puede ser verdaderamente cristiana, es decir, ser un lugar en el que, aunque de un modo invisible, Dios esté presente y su voluntad sea preferida a la nuestra. • Toda educación cristiana tiene unas raíces y una orientación: dar a conocer a Jesucristo, liberador y rey del mundo, enseñar que todo le pertenece y que, por su gracia, podemos acogerlo en nosotros, proclamar que El actúa en nuestro corazón para que el reino del Padre venga y cada uno colabore en su proyecto rezando, sufriendo, actuando… • Mi mirada está orientada hacia Jesucristo para que su reino vaya creciendo en nuestro mundo. __________________________