--- • Antonio Puerta, secretario general de UGT-Metal «Nuestro sindicato entiende perfectamente la cooperación entre defensa e industria» ESDE el sindicato», comenta Antonio Puerta, «contemplamos a la <<D industria de la defensa como un hecho que no podemos ignorar. Es un sector con una especial vitalidad, cuya ética no nos toca a nosotros juzgar, pero que mantiene a miles de familias. Y estos trabajadores necesitan del respaldo de los sindicatos, sobre todo porque hasta ahora existe un complicado cruce de competencias civiles y militares que interfieren en determinados derechos sindicales e individuales de los trabajadores. Y tampoco hay que echar en saco roto la poderosa influencia de la industria militar en la industria civil, tanto en el campo de las innovaciones tecnológicas como en el de las relaciones económicas» . Para Antonio Puerta, que intervino en las Jornadas del Metal sobre la Industria de la Defensa, con ellas se trataba de conocer en profundidad la situación actual de este sec~or, de analizar su evolución hasta el presente, y de valorar sus posibilidades en el porvenir. «El sector de la defensa tiene una trass:;endencia que le conecta con la industria en general, debido a las características punteras de su investigación. Incorpora una tecnología sustancialmente innovadora y muy alta, que afecta al desarrollo de la industria civil. Por ello, como sindicato, entendemos perfectamente la cooperación entre defensa e industria». Para el compañero Antonio Puerta, las inversiones en defensa son de naturaleza primordialmente política: la seguridad de la nación. «Puesto que esas inversiones son obligadas, y además son públicas en su ma- yor parte, se hace necesaria la creación de condiciones que las hagan rentables en un ámbito general. »Por ejemplo, los contratos que se establecen con otros países para el suministro de armas deben ir acompañados de presiones indirectas, para que esos países importen también producción civil. »Esta política de apoyo sindical a la industria de la defensa no contradice el objetivo de UGT de proclamar la necesidad de luchar por la paz, el desarme y la libertad de los pueblos». El compañero Antonio Puerta advierte que UGT condiciona la exportación de armas: excluye a las dictaduras y a los países que puedan entrar en conflicto bélico. «Aparte de eso, nuestro apoyo a la industria de la defensa es puramente económico, en virtud de la cantidad de trabajadores empleados en el sector, es estratégico o político, como es el caso de las grandes potencias. »UGT-Metal promovió, ya en el año 1981 , una resolución sobre la limitación de las exportaciones de armas de la FEM, que posteriormente sirvió como elemento de discusión en la Semana del Desarme, del 24 al 31 de octubre de 1981, en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Somos el único sindicato español que ha hecho algo semejante». Antonio Puerta insiste otra vez en la obligación del sindicato hacia los trabajadores en el mantenimiento del empleo, la formación tecnológica de los trabajadores y en la defensa general de sus intereses. «En lo que respecta a la formación tecno- lógica se nos presenta una oportunidad excepcional para desarrollar un esquema avanzado, tanto para la capacitación como para el reciclaje laboral. La investigación militar es una escuela permanente, debido a las innovaciones naturales de este sector; y un programa de colaboración entre los sindicatos, la industria militar y la civil haría posible el aprovechamiento integral de muchos recursos , lo cual acabaría revirtiendo positivamente sobre la formación profesional en la industria en general». En el tema de las importaciones, inevitables en este sector, Antonio Puerta se muestra partidario de las contrapartidas económicas tangibles. «No se trata de que, a cambio de la importación de armas, otras potencias se comprometan a fomentar el turismo y cosas así. Se trata de que la tecnología que va unida a la defensa tenga una aplicación inmediata en la industria nacional». Por último, el compañero Antonio Puerta destaca la importancia de los derechos sindicales en el sector. «Hay que delimitar claramente los ámbitos: distinguir lo militar de lo civil en estos tres niveles: responsables, responsabilidades e instalaciones. No podemos tolerar por más tiempo situaciones de inconstitucionalidad que vulneran derechos sindicales, y otros que afectan a la propia intimidad de los trabajadores , como esas encuestas impertinentes que se realizan con el único objetivo de inhibir a los trabajadores de la acción sindical. Esta clarificación evitaría fricciones y beneficiaría tanto al Ejército como a las empresas , y, por supuesto, restituiría a su papel a los trabajadores civiles».