Tema 8. El siglo XVII 1 Los Austrias del siglo XVII

Anuncio
Tema 8. El siglo XVII
1
2
3
4
Los Austrias del siglo XVII
Gobierno de validos y conflictos internos. La crisis de 1640
El ocaso del Imperio español en Europa
Evolución económica y social. La cultura del Siglo de Oro
1 Los Austrias del siglo XVII
Con los Austrias menores, Felipe III, Felipe IV y Carlos II, España perdió la hegemonía territorial y política
que tenía en Europa, que pasó a Francia, y la supremacía marítima y comercial, que pasó a Inglaterra y
Holanda. Es un siglo de crisis política, económica, demográfica y social. Sin embargo es el Siglo de Oro de la
literatura española; en arte se produce el florecimien to del Barroco. En Ciencia, comienza la Revolución
Científica, aunque España permaneció aislada.
Felipe III (1598-1621): con él todavía se mantuvo la hegemonía española. Nombró como valido al duque
de Lerma. En política interior, se produjo la expulsión de los moriscos en 1609 y 1614, con grave repercusión
social, demográfica y económica. En el exterior, la política es pacifista y de neutralidad: se firma la paz con
Francia, Inglaterra y Holanda (Tregua de los Doce Años, 1609), pero con tratados frágiles y costosos. Con el
Duque de Uceda, hijo del anterior valido, España entra en la Guerra de los 30 Años.
Felipe IV (1621-1665): es un rey culto, mecenas, protector de artistas. Su valido es el Conde- Duque de
Olivares, quien pone en marcha el proyecto de la Unión de Ar mas. En política interior se p roducen las
sublevaciones de Cataluña y Portugal en 1640. La Paz de Westfalia de 1648 significa el fin del poderío de los
Habsburgo en Europa; desde esa fecha continuarán las revueltas en Aragón, Cataluña, Andalucía y Nápoles, y
guerras contra otros países, especialmente contra Francia.
Carlos II (1665-1700): incapacitado para gobernar, lo hace su madre Mariana de Austria y una Junta de
gobierno de 5 miembros. Juan José de Austria es su valido, hijo ilegítimo de Felipe IV. Después gobernarán el
duque de Medinaceli y el Conde de Oropesa, que inauguran el cargo de primer ministro e intentarán serias
reformas económicas y políticas. En Cataluña hay revueltas (barretines); en Valencia estalla la 2ª germanía, en
Valladolid y Madrid hay motines por falta de pan. A la muerte del rey, sin descendencia, finaliza la dinastía de los
Austrias en España. Tras la Guerra de Sucesión 1700-13 reinará la dinastía de los Borbones, con Felipe V.
Objetivos de política exterior de los Austrias: defender sus territorios, el comercio con América, proteger
el catolicismo frente al protestantismo. La escasez de dinero obliga a aumentar la presión fiscal sobre algunos
territorios como Cataluña, Portugal o Nápoles, que inician revueltas. España sufrirá continuas derrotas frente a
sus enemigos, Inglaterra, Francia, Provincias Unidas y Portugal, desde que consigue su independencia.
2 Gobierno de validos y conflictos internos. La crisis de 1640
Los Austrias menores dejaron el gobierno en manos de los validos, favoritos o privados (como Richelieu,
con Luis XIII de Francia) que prescindieron de los Consejos, crearon Juntas y se rodearon de amigos a quienes
entregaban cargos y títulos. Eran criticados por la nobleza, desplazada de los consejos; por los letrados de la
Administración; por el pueblo, que identificaba al valido co n la ruina de España. Se produce un gran
distanciamiento entre el rey y sus vasallos.
El Duque de Lerma, con Felipe III, firma la paz en Europa, pero no hace reformas sociales o políticas.
Trasladó la Corte a Valladolid durante 5 años. Ocupó los principales cargos del Estado, como presidente del
Consejo de Castilla o del Consejo de la Inquisición. Acumuló una gran fortuna y muchos títulos nobiliarios, como
el de cardenal. Su principal decisión política fue la expulsión de los moriscos en 1609 y 1614. Cuando pierde la
confianza del rey, es sustituido por su hijo, el Duque de Uceda.
El Conde Duque de Olivares, valido de Felipe IV, es el político más capaz y activo del siglo. Inició una
ambiciosa política de reformas fiscales que pretendió imponer a los distintos reinos de España para aumentar los
ingresos de la corona y poder afrontar la política exterior contra Europa. Creó la Unión de Armas (1625),
proyecto que consistía en la creación de un gran ejército de 140 mil hombres reclutado y mantenido por todos los
reinos en función de sus recursos y demografía, lo que chocará con los fueros y privilegios de cada reino.
Cataluña se negó a realizar dicha contribución y pretendió quedar al margen de la Unión de Armas.
La crisis de 1640: rebeliones de Cataluña y Portugal
La rebelión de Cataluña: Olivares quiere que Cataluña contribuya con tropas y dinero para la guerra
contra Francia en 1635, que ataca en los Pirineos. Acuden tropas de toda España menos de Cataluña. Entonces
Olivares decide llevar la guerra a la frontera con Cataluña, para obligarla a aportar soldados. Por otro lado, los
tercios reales del ejército de l rey, muy indisciplinados, crean problemas y provocan las protestas de la
Generalitat y el Consell de Barcelona. En 1640 estalla una rebelión de campesinos, que atacan a los tercios en
Gerona. A ellos se unen los segadores que celebraban el Corpus Christi y se apoderan de Barcelona en el llamado
Corpus de Sangre. Son asesinados el virrey y parte de la aristocracia de la ciudad. La Generalitat ofrece el
condado de Barcelona a Luis XIII de Francia, que aprovecha para ocupar Cataluña con sus tropas y nombrar un
virrey francés. Tras doce años de guerra, Felipe IV entra en Barcelona y pone fin a la secesión en 1652.
La rebelión de Portugal: Se sentía poco protegido por España respecto al comercio con sus colonias en
Asia, África y Brasil, pero tampoco contribuía con dinero o con tropas a la corona española. Olivares decide meter
a Portugal en la Unión de Armas y nombrar un virrey castellano. Los motines comienzan cuando se reclutan
soldados portugueses para la rebelión catalana: los nobles se niegan a colaborar y nombran rey al duque de
Braganza como Juan IV. Ante la gravedad de los hechos y la crisis de la monarquía, Felipe IV destituye a
Olivares, que ve fracasar sus proyectos de reforma. Portugal cuenta con apoyo europeo; en 1668 España debe
reconocer la independencia de Portugal (Ceuta pasa a Castilla) y de todas sus colonias. También se produjeron
sublevaciones en Andalucía, Aragón y Nápoles.
3 El ocaso del Imperio español en Europa
Felipe IV y Olivares pretendían recuperar el papel de España como gran potencia europea y militar. Para
ello, en 1621 decidieron no renovar la Tregua de los 12 Años con las Provincias Unidas (Holanda). En los
primeros años se consiguieron importantes victorias, como la conquista de la ciudad holandesa de Breda (“La
rendición de Breda” o “Cuadro de las Lanzas” de Velázquez) y la de Nördlingen.
Por otro lado, para defender sus posesiones de Italia y Flandes y para apoyar a los Habsburgo alemanes,
España entra en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) que en principio enfrenta al emperador católico
Habsburgo de Alemania contra los protestantes alemanes y sus aliados, Dinamarca y Suecia, aunque acaba
participando casi toda Europa. España envió ayuda de tropas y dinero pero no obtuvo la ayuda esperada en su
conflicto con Holanda, en guerra desde tiempos de Felipe II. En 1635 Francia entra en guerra a favor de Suecia
y las Provincias Unidas. España sufre importantes derrotas en la batalla naval de las Dunas 1639 y la terrestre de
Rocroi 1643 frente a Francia, que dejan clara la decadencia española.
Mientras, en 1640, se inicia la sublevación de Cataluña y Portugal en España. En 1648 se pone fin a la
Guerra de los 30 Años con la Paz de Westfalia: España debe aceptar la independencia de las Provincias Unidas
(Holanda se separa de Bélgica). El Imperio alemán se fracciona en una confederación de estados independientes,
y entrega a Francia parte de Alsacia y Lorena, lo que interrumpe la comunicación por tierra entre España y sus
territorios en Flandes e Italia. En Westfalia también se reconoce la tolerancia religiosa, que pone fin a las
guerras de religión entre católicos y protestantes.
A pesar de esta paz, España sigue enfrentada con Francia, mientras continúa el conflicto con Cataluña y
Portugal, que reciben la ayuda de Inglaterra en 1655. Felipe IV debe firmar la Paz de los Pirineos en 1659, por
la que cede a Francia parte de Flandes, el Rosellón y la Cerdaña. En 1668 Carlos II concede la independencia a
Portugal por el Tratado de Lisboa.
Sin embargo continúan las guerras con Francia: Luis XIV conquista gran parte del Flandes español y el
Franco Condado, y Cataluña fue invadida varias veces. Ante la peligrosa expansión francesa, se unen España, el
emperador de Alemania, Holanda e Inglaterra en la Liga de Augsburgo, y consiguen detener su avance a final
de siglo. La Guerra de Sucesión que se inicia a la muerte de Carlos II en 17 00 acabó por desintegrar el
patrimonio de los Habsburgo (perderá Flandes, Nápoles, Sicilia, Cerdeña, Milán, Gibraltar y Menorca), lo que
constituye el fin del Imperio español en Europa.
4 Evolución económica y social. La cultura del Siglo de Oro
Económica: la situación es de crisis; además de malas cosechas, disminuye la producción agrícola por
falta de mano de obra, sobre todo a raíz de la expulsión de 300 mil moriscos, que trabajaban en las huertas de
Valencia, Murcia y Aragón. Los señores endurecen las condiciones de los campesinos en sus tierras; la propiedad
se concentró en latifundios. Se introducen cultivos americanos, como el maíz y la patata. Casi no hay comercio
interior, y los productos son muy caros, pues se exportan materias primas y se importan manufacturas. También
hay crisis en la artesanía, en la metalurgia vasca y la industria naval. La plata americana es utilizada para pagar
los gastos militares; decae el comercio con América, atacado por ingleses, franceses y holandeses, los piratas y
el contrabando.
Social: la sociedad es estamental, muy desigual; hay discriminación religiosa (viejos cristianos contra los
nuevos). Para acceder a un cargo era necesario un certificado de limpieza de sangre. Los reyes pierden poder
frente a la alta nobleza y los validos. La burguesía, en lugar de reinvertir las ganancias, busca también obtener
títulos nobiliarios. Demográfica: a lo largo del siglo se pierden 2 millones de habitantes (de 8 a 6), sobre todo
en Castilla, por malas cosechas, epidemias, Guerra de los 30 Años, rebeliones, levas forzosas, expulsión de los
moriscos y emigración a América.
Cultural: el XVII se considera el Siglo de Oro por su elevada creatividad. Se extiende el arte Barroco,
muy recargado, protegido por la Iglesia y la monarquía. Se caracteriza por el realismo naturalista, con efectos
dramáticos y teatrales, que im pactan al espectador. A princ ipios de siglo surgió un grupo intelectual, los
arbitristas, que analizan la economía y hacen propuestas para fomentar la industria y el comercio (precursores
de los ilustrados del XVIII). En literatura, destacan Quevedo, Cervantes, Góngora, Gracián, Lope de Vega y
Calderón de la Barca. En pintura, Murillo, Zurbarán y sobre todo Velázquez. En escultura, sobresalen los pasos
procesionales de Gregorio Fernández y Martínez Montañés. Sin embargo, mientras en Europa se vive la
Revolución Científica con Galileo, Newton y Descartes, España se aísla del pensamiento intelectual y científico
por la labor de la Inquisición, el conservadurismo de las Universidades, la falta de una burguesía de negocios
dinámica, el atraso económico y social y las guerras constantes contra los estados europeos.
Descargar