08-tu.qxd 10/15/04 10:02 PM Page 1 8 La Plata, sábado 16 de octubre de 2004 RICO Y ASESINO Tiene 23 años, es dueño de 10 millones y está preso por estrangular a su novia La víctima, de 18 años y madre de un bebé de 14 meses, estaba “desaparecida” desde hacía más de un mes. Su pareja confesó que la había matado y enterrado en un campo de San Luis. Hace cuatro años, el joven se había ganado el Loto. Desde entonces, no estudiaba ni trabajaba Un joven de 23 años quien se encuentra detenido tras haber confesado que asesinó y enterró a su pareja, una joven de 18 que fue denunciada como desaparecida hace más de un mes en San Luis, ganó hace cuatro años 10 millones de dólares en el Loto. Se trata de Gerardo Walter Sosa, detenido desde el jueves como presunto autor del crimen de Claudia Elizabeth Duthiel, de 18 años, quien fuera denunciada como desaparecida desde el 9 de septiembre. Tras lograr la confesión del joven, los investigadores del caso sospechan que podrían pertenecer a ella unos restos óseos encontrados hace unos 10 días enterrados en un campo de San Luis, cuando la Policía buscaba al kinesiólogo cordobés Walter Gramaglia. Sosa, quien tras ser detenido confesó haber cometido el crimen ganó en 2000 una considerable fortuna. Sin embargo, como por entonces era menor, el dinero fue cobrado por su madre, quien quedó a cargo de la administración. Sin embargo, la mujer fue denunciada por su hijo en forma reiterada, ya que, según decía, no le entregaba el dinero que Los primeros indicios que llevaron a los investigadores a temer que la joven hubiera sido asesinada, aparecieron hace 10 días, cuando la Policía buscaba rastros del kinesiólogo Gramaglia y encontró enterrados en un campo restos de una mujer y pedazos de ropa que la familia Duthiel dijo que podían pertenecer a la chica desaparecida. El miércoles a la noche Sosa fue demorado por la Policía y el jueves a la mañana terminó por confesar que había matado a la joven y enterrado su cuerpo en el campo, a un costado de la Ruta Nacional 147, a pocos kilómetros de San Luis, donde justamente fueron hallados los restos. Ayer, el jefe del Departamento Judicial de la Policía, comisario general Raúl Antonio Ferrari, reveló que el joven dijo en sede policial que “degolló a su mujer en medio de una de las tantas discusiones de pareja, ya que le había descubierto una infidelidad”. También confesó que, tras consumar el delito, “subió a un auto que había alquilado, en el que trasladó el cuerpo unos 20 kilómetros por la ruta 147 y lo enterró en el campo, a un costado”. La confesión no tiene valor probatorio para la Justicia, pero Sosa quedó deteni- Sosa conoció a Claudia después de ganarse el Loto. Convivían desde hacía dos años y tenía un bebé de 14 meses Pese a la fortuna de su novio, la chica trabajaba como promotora y soportaba golpes y maltratos él le requería. Tras convertirse en millonario, Sosa dejó de estudiar y nunca trabajó, mientras que adquirió varias casas y automóviles. Poco tiempo después de ganar el Loto conoció a Claudia Duthiel, con quien vivía desde hacía dos años y tuvo un hijo que tiene ahora 14 meses. Según allegados a la causa, pronto comenzaron los problemas de pareja y la chica comenzó a trabajar de promotora. La madre de la joven asesinada, María Beatriz Guzmán, relató que la relación de su hija con Sosa “no era de la mejor”, ya que en dos oportunidades la chica lo había denunciado por malos tratos ante la Policía. El hecho había determinado que la pareja permaneciera un tiempo separada, pero luego él volvía a buscarla y ella regresaba. La mujer acusó a Sosa de ser “una persona muy violenta, que siempre le pegaba a Claudia y la amenazaba con armas de fuego”. Guzmán recordó que aproximadamen- te un mes antes de que su hija desapareciera habían reanudado la convivencia y que el 9 de septiembre -cuando nada más supo de ella- habían quedado para tomar mate juntas en su casa, situada a dos cuadras y media de la de la pareja. “Cuando fui a su casa toqué el timbre y no me atendió nadie. Más tarde volví y tampoco había nadie. Al otro día volví y me encuentro a su pareja sacando el auto, y me dijo: “Su hija se fue, me abandonó. Si no me cree, fíjese, me dejó el bebé”, recordó Guzmán. do a disposición de la jueza de Instrucción en lo Penal y Correccional 1 de San Luis, Mirtha Esley, quien tiene previsto indagarlo durante las próximas horas. Antes del arresto del joven, la Policía allanó la vivienda que Claudia compartía con Sosa y un hijo de ambos en el barrio Cerro de la Cruz, en la zona norte de la Ciudad de San Luis. Un cerrajero debió abrir la puerta de entrada para que los peritos policiales revisaran el lugar y secuestraran algunos elementos, los que ahora serán cotejados con los que se encontraron junto a los Las claves Los restos óseos que pertenecerían a Claudia Se intenta determinar si los restos óseos hallados el 2 de octubre a la vera de la ruta 147, en las afueras de la ciudad de San Luis, corresponden a Claudia. Fueron encontrados durante operativos de búsqueda del kinesiólogo Darío Gramaglia, cuyo cadáver apareció el fin de semana sumergido en un dique en cercanías a la capital provincial. Había dejado al bebé solo y llorando Tras librarse la orden de detención contra Sosa, la Justicia allanó la vivienda que compartía con la joven y su hijo de 14 meses. Según voceros judiciales, la casa estaba en estado de total abandono y “se encontró a su pequeño hijo, a quien Sosa había dejado solo y llorando”. Finalmente, lo hallaron en avenida Centenario y calle Riobamba. Una historia de violencia y denuncias Según los padres de la joven, la relación de la pareja estaba plagada de historias violentas. En dos oportunidades Claudia había denunciado golpes y maltratos y se había marchado de la casa que compartían. Sin embargo, la joven regresó días antes del crimen. Sosa la acusaba de tener un amante. restos óseos. La casa presentaba total abandono y que en su interior estaba el bebé. Según la magistrada, en esa vivienda “se encontró a su pequeño hijo, a quien Sosa había dejado solo y llorando”, por lo que se dispuso que sea entregado en custodia a la abuela. Condenado a muerte por 20 crímenes La mayoría de las víctimas de “Biye” eran refugiados afganos Un tribunal de Teherán condenó a muerte a Mohammad Basidje, alias “Biye”, tras encontrarlo culpable del asesinato de 17 niños y tres adultos. El juez Naser Seradj necesitó sólo dos días de proceso para dictar su sentencia de muerte en este caso, que ha conmocionado a la sociedad iraní. “Biye” cometió sus asesinatos durante un año en los barrios del sur de Teherán. Allí atraía a sus víctimas, casi siempre niños de familias de refugiados afganos, de los que abusaba sexualmente antes de matarlos. Además de la pena de muerte por un delito de abuso sexual, el asesino fue condenado a quince años de cárcel por un delito de secuestro, el pago de cuatro indemnizaciones a familiares de las víctimas y cien latigazos por “cometer actos impropios contra los cadáveres”. El principal cómplice de “Biye”, Ali Gholampoor, fue por su parte condenado a quince años por un secuestro, pero fue absuelto del delito de asesinato. Los dos acusados, obreros de una fábrica de ladrillos, habían confesado en un primer momento haber matado a 22 menores de edad, además de una prostituta y dos obreros. El relato de los hechos que ha ido filtrando la prensa ha estremecido a Irán por los detalles escabrosos de los abusos, como el hecho de que colocasen animales muertos sobre las tumbas de sus víctimas para ofrecer falsas pistas sobre el mal olor que podían despedir los cadáveres. Algunos padres han afirmado incluso que los acusados llegaron a robar órganos vitales de los muertos con el supuesto propósito de venderlos a una organización criminal.