1 día de Triduo “Santa Luisa de Marillac y la audacia de la caridad” AMBIENTACIÓN: Imagen de Santa Luisa, logo asamblea, fotos de los servicios que la Comunidad realiza, una vela encendida. MONICIÓN: Santa Luisa de Marillac tenía clara conciencia de su Bautismo y de su compromiso apostólico en la Iglesia de su tiempo. Ella, mujer audaz e innovadora, abrió nuevos caminos de Evangelización de los Pobres. Nos abrió caminos para ir allí donde el Pobre nos necesita para servirlo con humildad, sencillez y caridad. Que el Espíritu de Caridad inunde nuestro corazón y nuestra mente para que nuestro amor por los marginados y rechazados de la sociedad, sea inventivo hasta el infinito, cariñoso, atento, misericordioso y previsor. GUÍA: En nombre de Dios, queridas hermanas, Todas: Hagan lo posible para ayudar a las almas de sus pobres enfermos a hacer actos de fe, esperanza y caridad, necesarios para la salvación. (S.L.M. c. 426) HIMNO: Cantado Si yo no tengo amor, yo nada soy Señor. (Bis) El amor es comprensivo, el amor es servicial, El amor no tiene envidia, el amor no busca el mal. El amor nunca se irrita, el amor no es descortés, El amor no es egoísta, el amor nunca es doblez. El amor disculpa todo, el amor todo lo cree El amor todo lo espera, el amor es siempre fiel. Nuestra fe, nuestra esperanza, frente a Dios terminará El amor es algo eterno, nunca, nunca, pasará. I SALMO: Coros Antífona: Reparte limosna a los pobres; su caridad es constante, sin falta. Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita. En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad es constante, sin falta. En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo. Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos. El justo jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo. No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor. Su corazón está seguro, sin temor, hasta que vea derrotados a sus enemigos. Reparte limosna a los pobres; su caridad es constante, sin falta, y alzará la frente con dignidad. El malvado, al verlo, se irritará, rechinará los dientes hasta consumirse. La ambición del malvado fracasará. CÁNTICO: (Espontáneo; cantamos estribillo cada 2 estrofas) Antífona: Es la caridad de Jesucristo, la que anima e inflama mi corazón, es la Caridad de Jesucristo la que en cruz apremia mi corazón. “Quien no ama, no conoce a Dios, porque Dios es Caridad. La causa del amor es la estima del bien en la cosa amada.” (SLM E. 19) Llevará un corazón lleno de caridad hacia los pobres enfermos como hacia las Hermanas a las que acompaña y a las que allí encuentre. (E 50) Que nuestro amor a Dios debe movernos a desear su gloria y ejercitarnos en su alabanza, regocijándonos de sus grandezas, de lo que es en Sí mismo y alabando y admirando sus atributos. (SLM .E 21) Démonos a Dios frecuentemente para obtener de su Bondad la generosidad que necesitamos para gloria de sus designios sobre la Compañía. (SLM C 717) Tengan gran cuidado del servicio de los pobres y sobre todo de vivir juntas en una gran unión y cordialidad, amándose las unas a las otras, para imitar la unión y la vida de Nuestro Señor. (SLM E 111) En cuanto al servicio de los enfermos, ¡por Dios!, que no sea para salir del paso, sino llenas de afecto, hablándoles y sirviéndoles con el corazón. (SLM E55) “En nombre de Dios, queridas Hermanas, hagan lo posible para ayudar a las almas de sus pobres enfermos a hacer actos de fe, esperanza y caridad, necesarios para la salvación.” (SLM C 475) “¡Por amor de Dios, Hermana! Practique una gran afabilidad con los pobres y con todo el mundo, y trate de contentar tanto de palabra como con hechos; esto le será fácil si conserva usted una gran estima hacia su prójimo.” (SLM c. 204) LECTURA BREVE: (1º de Juan 4,7-11) Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por Él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros Respuesta: Oh Luisa de Marillac que tanto amaste al pobre, acrecienta el amor en nuestros corazones, acrecienta el amor en nuestros corazones. Cántico evangélico: Todas Antífona: “Cuando pienso en la felicidad de todas ustedes, admiro que la Providencia las haya escogido para su servicio”. (SLM c. 79) Preces: Espontáneas. Guía: Pidamos al Señor la intercesión de Santa Luisa, diciendo: Daños, Señor, la audacia de la caridad. Para enseñar al que no sabe. Para corregir al que se equivoca Para perdonar de corazón las injurias. Para consolar al triste. Para sufrir con paciencia los defectos del prójimo. Para recordar que debemos orar por los vivos y difuntos. Para visitar y cuidar de los enfermos. Para dar de comer al hambriento de pan y de Ti. Para dar de beber al sediento. Para dar posada al peregrino. Para vestir al que está desnudo. Para redimir al cautivo. PADRE NUESTRO ORACIÓN: Todas Señor, concédenos imitar tu vida, tu manera de obrar. Tú nos has dicho que estabas en la tierra para servir y no para ser servido. Enséñanos a practicar una gran mansedumbre con todos, a imitar tu gran bondad en la manera de acoger. Como Tú, Señor, deseamos amar con ternura y respetar profundamente a todos aquellos con quienes nos encontremos; deseamos ser afables y bondadosas con los más desprovistos. Señor, enséñanos a conservar siempre un profundo aprecio por nuestro prójimo. Tu vida en la tierra, tu muerte y tu resurrección nos hablan de tu amor por todos. Amén. (Oración según los Escritos de Luisa de Marillac)