Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre

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HÁGASE TU VOLUNTAD
Retiro en el seminario 3/6/12
La oración del Padre nuestro está dando por supuesto que hay dos maneras de cumplirse la voluntad
de Dios, una como se cumple en la tierra y otra como se cumple en el cielo. Evidentemente la mejor manera
es aquella que se cumple en el cielo, y eso precisamente es lo que pedimos en nuestra oración.
¿Todo lo que sucede es voluntad de Dios? Evidentemente en un cierto sentido hay que afirmar que
nada ocurre que Dios de algún modo no quiera, porque en ese caso Dios dejaría de ser omnipotente y
dueño absoluto de todo cuanto acontece. Dios no puede querer nada malo para nosotros, no quiere que
suframos ningún daño. Por eso nunca debemos tener miedo a que se cumpla en nosotros la voluntad de
Dios como se cumple en el cielo, porque estamos seguros de que esa voluntad siempre es lo mejor para
nosotros y para nuestros seres queridos y para la humanidad en su conjunto. ¿Quién puede tener miedo a
que suceda. lo que es mejor para todos?
Pero, si siempre se va a hacer la voluntad de Dios en cualquier caso, ¿por qué pedir que se haga? La
voluntad de Dios se cumple perfectamente en el cielo, pero no aquí en la tierra. Por eso pedimos que se
cumpla en la tierra como en el cielo. Vemos cómo en el mundo suceden cosas malas, que no podemos
entender cómo puedan ser voluntad de Dios. No es voluntad de Dios que la gente pase hambre, que
mueran los niños, que haya tantas niñas violadas, que haya guerras, que haya tr áfico de drogas, corrupción, mafias, redes de prostitución, sida, ancianos abandonados, jueces que dictan sentencias injustas.
Por eso la teología ha distinguido dos modos de voluntad divina. Una es la voluntad de benepláci to,
que son aquellas cosas en las que Dios se complace. Otra es la voluntad de permisión. Es la que se da
cuando suceden cosas que no le gustan a Dios, pero que permite que sucedan, porque respeta la libertad
humana que se opone a la voluntad de Dios. Dios tiene ante todo un en el que todo lo que sucede es bueno,
sin mezcla de mal alguno. En el cielo siempre se cumple este plan A, y es lo que desearía mos es que
siempre se cumpliese en la tierra y lo que de hecho pedimos al rezar el Padre nuestro.
Pero Dios quiso hombres libres, y creó libertades autónomas que interfieren de algún modo con el
plan A de Dios. Es el riesgo que corrió Dios al crear hombres libres. No podemos culparle de que los
crease, porque es mucho más hermoso un mundo de libertades que el mundo animal de necesidades.
Una vez que la libertad humana mediante el pecado interfiere _con el plan A de Dios y lo frustra,
siempre queda un plan B de Dios que se pone en obra después que ha sucedido ese mal que Dios ni quería
ni permitía. Ahí se muestra la providencia divina, en su capacidad de poner en efecto el plan B cuando la
interferencia de la libertad humana ha frustrado el plan A. Es lo que expresa S. Pablo cuando dice que a los
que aman a Dios todo finalmente concurre para su bien.
Si entendemos así la voluntad de Dios, no nos dará miedo pedir que se cumpla. En realidad pedimos
siempre directamente que se cumpla el plan A. Sólo si este plan quedase frustrado por razones ajenas a la
voluntad de Dios, pedimos que se cumpla el plan B, y que en cualquier caso que todo redunde últimamente
en bien para todos.
¿Qué es obedecer a Dios? Simplemente querer lo mismo que Dios quiere, reconocer que Dios no
quiere nada que sea malo para nosotros, mientras que nosotros, en cambio, muchas veces queremos lo que
nos perjudica.
Obediencia no es sometimiento a una autoridad externa, caprichosa, que nos esclaviza y nos roba
nuestra autonomía. Obediencia es pura sintonía de corazones. Nace solo del amor. Como decía Casona a
propósito del matrimonio, en el amor nadie manda, obedecen los dos, porque ambos tratan de agradar al
otro. En este sentido Dios también nos obedece a nosotros, porque siempre busca nuestro bien.
En el Padrenuestro no se pide tanto que los hombres hagan la voluntad de Dios o lo que Dios les
manda. Le pedimos a Dios que haga su voluntad, que cumpla su proyecto salvador, que todavía se encuentra con muchas resistencias en el mundo. Por supuesto el que esta voluntad de Dios se cumpla su pone
que el hombre coopere con ella y se integre en estos planes de Dios.
Cumplir la voluntad de Dios significa hacer lo que Dios quiere y querer lo que Dios hace.
Proponemos hoy dos meditaciones bíblicas.
La primera hora se puede meditar la oración de Jesús en el Huerto, en la que pide por encima de todo
que se haga la voluntad del Padre y no la suya propia. Se trata de querer lo que Dios hace cuando a uno no
le queda posibilidad de opción.
En la segunda hora se puede meditar la respuesta de hilaría al ángel. Se trata de hacer lo que Dios
quiere, respondiendo al llamado de Dios con una respuesta libre y generosa, después de discernir lo que
más conviene en cada momento.
Oración de J. Blanco Vega, SJ
Desde que mi voluntad
está a la vuestra rendida,
conozco yo la medida de la mejor libertad.
Venid, Señor, y tomad
las riendas de mi albedrío;
de vuestra mano me fío
y a vuestra mano me entrego,
que es poco lo que me niego
si yo soy vuestro y vos mío.
A fuerza de amor humano
me abrasó en amor divino.
La santidad es camino
que va de mí hacia mi hermano.
Me di sin tender la mano
para cobrar el favor;
me di en salud y en dolor
a todos, y de tal suerte
que me ha encontrado la muerte
sin nada más que el amor. Amén
Oración de Carlos de Foucauld
Padre, me pongo en tus manos
Haz de mí lo que quieras.
Sea lo que sea, te doy las gracias.
Lo acepto todo
con tal que tu voluntad se cumpla en mí
y en todas tus criaturas.
No deseo nada más.
Yo te ofrezco mi alma
y te la doy con todo el amor de que soy capaz
porque deseo darme,
ponerme en tus manos sin medida
con infinita confianza,
porque tú eres mi Padre.
Oración de San Ignacio de Loyola
Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad
Mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad,
Todo mi haber y mi poseer,
Vos me lo diste, a Vos, Señor, lo torno.
Todo es vuestro. Disponed según vuestra voluntad,
Dadme vuestro amor y gracia que esta me basta.
Juan Ramón Jiménez, Nobel de literatura.
Lo que Vos queráis, Señor;
sea lo que Vos queráis.
Si queréis que, entre las rosas,
ría hacia los matinales
resplandores de la vida, sea lo que Vos queráis.
Si queréis que, entre los cardos,
sangre hacia las insondables
sombras de la noche eterna, sea lo que Vos queráis.
Gracias si queréis que mire,
gracias si queréis cegarme;
gracias por todo y por nada; sea lo que Vos queráis.
Lo que Vos queráis, Señor; sea lo que Vos queráis.
Pensamientos
1- Para los que aman a Dios todo concurre para su bien
(Rm 8,28).
2.-Cuando te vengan ganas de quejarte de la oscuridad del
túnel, recuerda que es un atajopara atravesar la sierra.
3.- No hay mal que por bien no venga
4.- Dame, Señor, serenidad para aceptar las cosasque no
puedo cambiar, dame coraje para cambiar las que puedo
cambiar, y dame sabiduría para distinguir unas de otras.
5.- Si lloras por el sol que se fue, las lágrimas te impedirán
ver las estrellas.
6.- Cuando sea tuyo, entonces seré de veras mío
(Casiodoro).
7.- Solo me propuse en la vida hacer lo que Dios quiere y
querer lo que Dios hace (San José María Rubio SI).
8.- El que quiere todo lo que sucede consigue que suceda
todo lo que quiere. Es la omnipotencia humana por
aceptación (M. de Unamuno).
9.- El marino no escoge de dónde sopla el viento, pero
puede maniobrar las velas para aprovechar su fuerza.
10.- El secreto de la gracia es transformar los problemas en
oportunidades (P. P. Arrupe).
11.- Si las cosas no son como quieres, quiérelascomo son.
12.- Padre, si es posible, que esta copa se aleje de mí. Pero
no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú. (Mt
26,39). Jesús.
13.- He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu
palabra (Lc 1,38). María.
14.- Señor, ¿qué quieres que yo haga? (Hch 22,10)
15.- Más vale prender un fósforo que quejarse de la
oscuridad.
16.- Todo lo que no me mata me hace más fuerte.
17.-Por todo lo que ha sido, gracias. Por todo lo que va a
ser, sí (D. Hammarskold).
18.- Diálogo del escritor brasileño Pedro Bloch con un
niño: -¿Rezas a Dios? -Sí, cada noche. -Y ¿qué le pides?
-Nada. Sólo le pregunto si puedo ayudarle en algo.
19.- No le digas a Dios lo grande que es tu problema, dile a
tu problema lo grande que es Dios.
20.- Me dice Jesús (Gabrielle Bossis):
* Intenta ser como yo te deseo.
*Estoy esperando mi turno. Sé mío del todo en este
momento que nunca volverá de la misma manera ni en
el mismo contexto
*Tu alegría me es tan útil como tus sufrimientos.
*Nada sucede porque sí.
*A fuerza de llevar la cruz, te darás cuenta de que es la cruz
la que te lleva a ti.
*Cree que me gusta lo que me das.
*Llevo tanto tiempo esperando que me dejes darte mucho
más aún.
*Dime que todo es para mí.
*Que sea yo a quien ofreces cuando te ofrezcas a los demás.
*Un sacrificio hecho con alegría deja de ser un sacrificio
costoso.
*Entrégate a mí, no por que seas digno, sino porque yo
tanto lo deseo.
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