IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo “Lo Sud diu prou”: El impacto del PHN en las Terres de l’Ebre Montserrat Boquera Margalef Departament d’Antropologia, Filosofia i Treball Social (Universitat Rovira i Virgili) Institut d’Estudis Avançats Resumen: En septiembre del año 2000 un movimiento social empieza a protestar contra el proyecto del gobierno español de extraer agua del Ebro (Plan Hidrológico Nacional). Los habitantes de las Terres de l'Ebre desean un modelo de desarrollo sostenible y quieren mantener el Ebro como un recurso natural y turístico. En este contexto, el río se convierte en un elemento simbólico central que articula la protesta. Nuevas y viejas imágenes son usadas para describir el Ebro y la situación de la región: la conciencia de ser una zona expoliada y marginada, la recuperación y el surgimiento de identidades, el valor patrimonial atribuido al río, etc. En la presente comunicación analizaremos todas estas percepciones. Abstract: In September 2000, a social movement began to protest against the Spanish government's plan to transfer water from the Ebre (Plan Hidrológico Nacional). People of Terres de l'Ebre wish a model of sustainable development and they want to keep the Ebre as a natural and tourist resource. In this context, the river becomes a central symbolic element that articulates the protest. Old and new images are used to describe the Ebre and the situation of the region: the conscience of being a spoliated and deprived area, the recovery and the emergence of identities, the patrimonial value of the river, etc. All this percepceptions are evaluated in our communication. Las Terres de l’Ebre constituyen un conjunto de cuatro comarcas (Baix Ebre, Montsià, Ribera d’Ebre y Terra Alta1) situadas en el extremo sur de Cataluña, con unas características económicas y demográficas parecidas: índice de envejecimiento elevado, alta ocupación en el sector primario (en contraste con el resto de Cataluña), baja densidad de población y renta per cápita inferior a la media catalana. El río Ebro, en su curso final, las atraviesa transversalmente y les da -como veremos- mucho más que su nombre. La relación de la población local con el Ebro ha sufrido profundas IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo transformaciones a lo largo del siglo XX. A grandes rasgos, podemos hablar de un estrecho vínculo que va debilitándose a medida que transcurren los años y que acaba desembocando, hacia la década de los 60 o 70, en lo que los mismos ribereños llaman “vivir de espaldas al río”. A principios de siglo, el río era un recurso extremadamente aprovechado: vía de comunicación, fuente de materias primas, de energía hidráulica o de agua para consumo doméstico y riego. Más tarde, toda una serie de factores relegan el Ebro al olvido: la decadencia de la navegación, la desaparición de la pesca encarada al consumo, de los cesteros y artesanos de la caña, la llegada del agua corriente a las casas… Incluso las riadas, que con cierta recurrencia asolaban terrenos y pueblos, se reducen gracias a la construcción de los pantanos. En la década de los 90, el río vuelve a tomar valor, pero en un sentido diferente; ahora es un recurso turístico. El Plan de Navegabilidad, con poca aceptación entre la población local y resultados discutibles, iniciará esta tendencia, que se irá consolidando a través de diferentes caminos. De todas maneras, la auténtica recuperación no tendrá lugar hasta el año 2000, con el inicio de las movilizaciones contrarias al Plan Hidrológico Nacional (PHN): desde este momento, el Ebro es algo propio que se debe proteger y defender. Antecedentes El 15 de septiembre del año 2000 se puede considerar un hito histórico en las Terres de l’Ebre, una fecha que -como suele decir el tópico- marcará un antes y un después: es el momento en que la Coordinadora Antitransvasaments organiza una asamblea en Tortosa; asisten al acto unas quinientas personas y se constituye la IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo Plataforma per a la Defensa de l’Ebre (PDE), que se convertirá en una activa organización y que desarrollará un movimiento social sin precedentes. Los antecedentes de la pretensión de extraer agua del Ebro hay que buscarlos en tiempos bastante remotos. La falacia según la cual el agua del río se pierde en el mar tiene, como mínimo, cien años de existencia y se va repitiendo a lo largo del siglo XX: Y en tanto la corriente caudalosísima del Ebro, que pudo á estas horas estar convertida en electricidad, en fuerza motriz y en elemento regable y potable se va pausadamente al mar sin producir otros efectos que el de reflejar en sus cristales la luz del sol y las tristezas de nuestra indolencia (…) (Correo Ibérico, 23 marzo 1904, nº 90) Es un sacrificio heroico que se va haciendo necesario. Además de los canales que han de regar los Monegros, están los proyectados para regar la gran plataforma de olivar que se extiende hasta Castellón. Y hasta Barcelona ha pensado en abastecerse del Ebro (…) Son tan convenientes y aun necesarias estas medidas de aprovechamiento de agua en la seca España, que naturalmente el Ebro se habrá de sacrificar. (La Zuda, enero 1956, nº 9) Sorprende enormemente el hecho de que los argumentos utilizados actualmente para justificar el trasvase de agua del Ebro no hayan sufrido ninguna transformación, que sean los mismos de hace un siglo, cuando la preocupación medioambiental todavía tenía que surgir, cuando el modelo de desarrollo considerado ideal era el economicista y, en definitiva, antes de la gran evolución científica y técnica del siglo XX. La segunda cita es especialmente representativa, pues nos muestra que en los años 50 ya existía el IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo convencimiento que, tarde o temprano, las otras regiones acabarían demandando agua del Ebro; la apelación al sacrificio y la solidaridad regional son los mismos tópicos que utilizan los gobiernos actuales y los partidarios del trasvase. En 1974 empezaron a hacerse realidad todos estos proyectos. En aquel año, se presentó el anteproyecto de Trasvase de aguas a Barcelona, que implicaba la construcción de embalses y la destrucción de terrenos de huerta. La gente del Ebro se opuso y, de la misma manera que hoy, recibió la acusación de insolidaridad y anticatalanismo. Las estrategias de oposición fueron similares a las de la ahora y también similares a las de los años 90, aunque hemos tenido que esperar hasta la actualidad para ver actos masivos y con gran repercusión. Pero si el trasvase a Barcelona pudo evitarse, el de Tarragona se convirtió en realidad. En 1989, después de años de negociaciones y poco tiempo de obras, se inaugurará el conocido como minitrasvase; es en este momento cuando tienen lugar las primeras manifestaciones sonadas contra la toma de aguas del Ebro. Unas doscientas personas utilizaron el recurso del boca a boca para convocar una manifestación contra la presencia en Tortosa del consejero de Obras Públicas de la Generalitat, Joaquim Molins. El 21 de febrero de 1990, alrededor de mil personas se manifestaron en Barcelona, y unas 5.000 en Tortosa para mostrar su rechazo al posible trasvase de aguas a Barcelona; igual que ahora, se vertieron bolsas de sal en la puerta del Parlamento. Los lemas eran también parecidos a los actuales: “Primer la sang que l’aigua de l’Ebre”, “L’aigua de l’Ebre és la nostra vida”. De todas maneras, las Terres de l’Ebre ya habían sido víctimas de otras estrategias centralistas destinadas a explotar la periferia o a destinar allí “lo que nadie quiere”. Por un lado, tenemos que hablar de las centrales nucleares, puesto que las IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo Terres de l’Ebre concentran todas las centrales de este tipo de Cataluña: dos reactores en Ascó y dos en Vandellòs2. Por otro lado, hemos de hacer referencia a los embalses y también a las movilizaciones que generaron. La obsesión dictatorial por construir pantanos se materializó en el Ebro catalán en los embalses de Mequinensa y Riba-roja, así como en el proyecto no realizado del pantano de Xerta. Mequinenzanos y fayonenses perdieron una de las únicas cosas que todo el mundo percibe como estable, como permanente -la tierra, el lugar donde vive-, puesto que el territorio es una variable imprescindible a la hora de establecer la identidad de cada uno, a la hora de definirse a sí mismo. La población de Benifallet igualmente estuvo a punto de desaparecer bajo las aguas de la presa de Xerta. Finalmente, gracias a las acciones de la Comisión de Apoderados de la Ribera de Ebro y también al azar, el proyecto de paralizó. De todas maneras, Francesc Cots (1996: 263) habla del “síndrome del pantano”, bajo el cual vivió el pueblo durante unos cuantos años; la gente fue perdiendo la moral y llegó un momento en que casi se paralizó la vida de Benifallet. De acuerdo con Gaspar Mairal (1993: 207-214), la construcción de un pantano conduce al éxodo rural generalizado y a la desorganización de la comunidad; este proceso de desorganización empieza con una sensación de incertidumbre y de pérdida de confianza en el futuro que es la que afectó a los habitantes de Benifallet. Tal como señala Josep Pont (2002: 6), el movimiento contra el PHN no surge de forma espontánea, sino que es el resultado de un malestar histórico de las Terres de l’Ebre. La sensación de abandono a causa de la centralidad de Barcelona, de lejanía respecto al centro de decisión, de que las inversiones se han concentrado siempre en otras comarcas catalanas, de ser víctimas de agresiones externas, de ser considerados IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo como “poco catalanes”… han ido generando a lo largo del tiempo un descontento y una frustración que han explotado con el PHN; ha sido, pues, la gota que ha colmado el vaso. Todavía yendo más allá en el tiempo, encontramos la decadencia de la ciudad de Tortosa, una lenta agonía que ha durado siglos. El esplendor tortosino se remonta a la época de dominación musulmana; en la Edad Media, fue la cuarta ciudad en población de las metrópolis catalanas (991 fuegos en el fogaje de 1359). Centralizaba un activísimo comercio, ya que por el Ebro bajaban naves cuyas mercancías (principalmente trigo) iban destinadas a diversos puertos del Mediterráneo. El avance del Delta fue progresivamente dificultando la salida de los barcos hacia el mar; si a esto le sumamos que las naves eran cada vez de mayores dimensiones, y teniendo en cuenta la política atlántica de los Reyes Católicos, nos encontramos con que en los siglos XVI y XVII Tortosa fue víctima del estancamiento demográfico y económico. Esta pérdida progresiva de protagonismo constituirá una asignatura pendiente para los tortosinos, una especie de trauma no superado que ha perdurado hasta hoy día; de hecho, los proyectos para hacer navegable el Ebro y para comunicarlo con el mar se sucederán a lo largo de los siglos, pretendiendo recuperar el esplendor económico. De la existencia de dicha ideología son testimonio diversos textos aparecidos en la revista La Zuda; a continuación incluimos uno de los muchísimos ejemplos: El Ebro integralmente aprovechado es nuestra única abertura para asomarnos al campo de la civilización y del progreso, para recibir los aires de renovación que traen su origen en el vertiginoso girar del mundo nuevo. (…) ¡Tortosa duerme! Pero duerme un sueño que es retroceso e ignorancia, y estancamiento y muerte. Y no vé el curso de su vida -que es el río que corre- perderse estérilmente, y los IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo barcos que lo surcan, sin llegar a reincorporarse allí donde nunca debieron faltar (…)3 (La Zuda, mayo 1921, nº 95) Ya entonces, pues, el Ebro era visto como una especie de tabla salvación para resolver los problemas económicos y sociales de la zona. Todos estos hechos han motivado que hoy día la conciencia de ser zona marginada esté muy enraizada en el discurso de la población: Si parlem de repartir, hauria que repartir-ho tot: lo bo i lo dolent, no? De moment, cap aquí ja tenim les centrals nuclears (…) I en tenim dos a Ascó i dos a Vandellòs, vull dir que això ja val per unes quantes petroquímiques. Per això dic jo que hi ha que repartir-ho tot. De coses dolentes, ja ens n’han tocat unes quantes; ara podríem dir alguna cosa bona. (Antoni Canicio, 18/4/2000) Los hechos del PHN A principios del mes de agosto del 2000, el gobierno del Partido Popular se decide a lanzar a la luz pública el borrador del anteproyecto de Ley del Plan Hidrológico Nacional, que pretende la extracción de 1.050 hm3 anuales del Ebro con destino a Barcelona, la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería. Puesto que nos resulta imposible detallar aquí los posibles efectos de este trasvase, nos limitamos a señalar que los expertos consideran que las estimaciones de caudales del Ebro y de costes de las obras son ficticias; además, si se llegase a realizar, perjudicaría seriamente tanto el ecosistema deltaico como diversos espacios naturales que debe atravesar la conducción de aguas, por no hablar del enorme impacto ambiental que supondría la IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo construcción de presas con la intención de regular los caudales. En el mar, la reducción de aportes del río limitaría drásticamente las capturas pesqueras y la producción de mejillones en el Delta. La Coordinadora Antitransvasaments, ERC e IC se mostraron en contra desde un primer momento, mientras CIU y PSC se limitaban a hablar de pedir contrapartidas (este último partido, con el tiempo acabaría mostrando una postura contraria al PHN, aunque con balbuceos). El PP empezaba ya apelando a la cuestionable “solidaridad regional”. La PDE, creada a mediados de septiembre y apoyada por centenares de voluntarios que colaboran en la organización de los actos, inicia una serie de movilizaciones y asambleas informativas en cada una de las poblaciones de las Terres de l’Ebre. Los actos más sonados serán la manifestación de Barcelona el 25 de febrero; la de Madrid el 11 de marzo; y la Marcha Azul, que recorrió media Europa y que culminó en Bruselas el 9 de septiembre. En estos actos, sobre todo en Barcelona y Madrid, se consiguen cifras de asistencia sin precedentes, rondando las 300.000 personas, que demuestran el éxito de convocatoria y la concienciación ciudadana conseguida. Al lado de estas protestas de gran envergadura, se realizan actividades de todo tipo: pequeñas manifestaciones periódicas en Tortosa, caravanas de coches, políticos que son recibidos con silbidos y gritos, cortes de carreteras, comidas reivindicativas, encadenamientos… Simultáneamente, los actos de carácter popular se combinan con el estudio de los fallos legislativos y las irregularidades técnicas del PHN. Detrás de la Plataforma hay, por lo tanto, un grupo numeroso de gente bien formada e informada, con cargos relativamente importantes y contactos dentro de la comunidad científica; IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo paradójicamente, muchos de ellos no residen en la zona, sino que se han visto obligados a emigrar para poder continuar sus respectivas carreras profesionales. Es, probablemente, el colectivo que faltó en otros momentos (lucha contra el minitrasvase y el trasvase a Barcelona, instalación de las nucleares, etc.) y que impidió que aquellas reivindicaciones fueran actos multitudinarios y con resonancia. Evidentemente, este grupo social no conseguiría nada sin otro colectivo mucho más amplio, que engloba a la casi totalidad de la población, que es el que acude a los actos de protesta y hace que la voz de las Terres de l’Ebre se oiga mucho más allá de estas comarcas. Gente de edad avanzada, personas que nunca en la vida se habían manifestado, salen a la calle a romper unos tópicos muy extendidos sobre los ebrencs, tópicos que ellos mismos reproducían: visión fatalista del mundo, pesimismo, inmovilidad, baja autoestima… Se puede hablar, pues, de dos grupos sociales que se complementan; el mérito de los primeros son unas estrategias elaboradas y minuciosas (con la consiguiente inversión de tiempo), y el de los otros voluntad y disponibilidad (gastando dinero en los viajes, perdiendo días de trabajo, renunciando a horas de sueño…). La Plataforma se convierte en refugio para la gente en un momento en que la democracia se muestra inoperativa para resolver su problema social. Juntos han conseguido acciones que parecían utópicas, como que la Marcha Azul y la posterior manifestación de Bruselas constituyeran un éxito de asistencia y que, por tanto, un problema aparentemente local llegara a la opinión pública europea. La última manifestación de Barcelona, que tuvo lugar el 10 de marzo de este año, cinco días antes de la Cumbre Europea, apareció en periódicos como el Herald Tribune y Le Figaro; por otro lado, radio París, radio popular de Milán o la BBC (edición castellana en América) entrevistaron a Manel IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo Tomàs, presidente de la PDE. Incluso la RAI y los informativos de diversas cadenas televisivas alemanas se hicieron eco del acontecimiento. Pero el PHN no es un hecho aislado, sino que se suma a otras amenazas ambientales que han afectado las Terres de l’Ebre en los dos últimos años. En primer lugar, el proyecto de la multinacional Enron de construir una central de ciclo combinado a gas en Móra la Nova no fue bien recibido por las poblaciones próximas. En segundo lugar, el mapa eólico, que implica la instalación de un buen número de infraestructuras de este tipo en las montañas de la zona, ha despertado el mismo rechazo. Todas estas protestas toman como modelo el movimiento contra el PHN, al mismo tiempo que lo complementan; la Plataforma per a la Defensa de la Ribera d’Ebre fue constituida el 1 de diciembre del 2000 y, a semejanza de la PDE, también organizó diversas asambleas. Así, el día 20 de enero del 2001 unas 2.500 personas llenaron el polideportivo de Móra d’Ebre en una asamblea en la cual se trataron los tres temas conjuntamente (mapa eólico, Enron y PHN). La oposición a Enron fue aumentando, de forma que al final la población de Móra la Nova se quedó sola; el 4 de febrero del 2001, 25.000 personas (un 20% de la población de las Terres de l’Ebre) se manifestaron en Móra d’Ebre y en Móra la Nova, uniendo los tres objetivos. En este caso, la protesta tuvo más efecto que por lo que se refiere al PHN: el Parlament de Cataluña rechazó el proyecto y Enron desistió en su intento. Paralelamente a las movilizaciones, el gobierno, haciendo caso omiso de las opiniones de un colectivo cada vez más representativo numéricamente, tira adelante los trámites del PHN a una velocidad vertiginosa. El 30 de enero del 2001 el Consejo Nacional del Agua aprueba el PHN con 69 votos a favor y 15 en contra; en abril, después de dos meses de debate, el Congreso también da su beneplácito; y el 20 de IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo junio, al ser aprobado por el Senado, el PHN se convierte en ley. En este tiempo, la Plataforma ha conseguido sensibilizar gran parte de la opinión pública, incluso más allá de Cataluña; un amplio grupo de intelectuales, científicos y artistas les apoyan. 200 científicos, expertos en varias disciplinas, elaboraron un manifiesto contra el PHN en el que sostenían que trasladar agua del Ebro a Murcia saldría más caro que desalarla y señalaban diversos errores de este plan. De forma similar, el Manifiesto de la Illa de Gràcia, que fue leído por Juan Manuel Serrat, cuenta con el apoyo de más de cien personalidades del mundo de la cultura (escritores, actores, cantantes, historiadores, etc.). Las cifras espectaculares de asistencia conseguidas, por ejemplo, en las manifestaciones de Barcelona sólo se comprenden teniendo en cuenta que debieron de asistir miles de personas procedentes de toda Cataluña y de la misma área metropolitana de Barcelona (potenciales “beneficiarios” del PHN). Si bien el objetivo central de las movilizaciones, la retirada del PHN, todavía no se ha conseguido, lo cierto es que a las Terres de l’Ebre, en un intento de paliar el malestar creciente de la población, se les han concedido contrapartidas hasta el momento impensables. Así, el gobierno de la Generalitat ha creado la delegación de las Terres de l’Ebre. Igualmente, la zona está siendo cada vez más popular en toda Cataluña, de forma que la ocupación turística está registrando llenos absolutos; quizás esta no sea la única causa de que el fenómeno turístico vaya en aumento, pero sí un motivo determinante. Durante la Semana Santa del 2001 ya se obtuvo un balance excelente, y lo mismo se repitió al año siguiente. Contrariamente, el balance relativo a la navegación turística continua siendo flojo, lo que demuestra el fracaso de unas obras millonarias. Por otro lado, la literatura de autores ebrencs también experimenta un auge considerable: escritores como Andreu Carranza, Gerard Vergés, Manuel Pérez Bonfill o IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo Vicent Pellicer venden más que nunca. Unidad y conflicto Hay quien insiste en que detrás de la aparente unidad de las Terres de l’Ebre, existe fractura interna y división de opiniones. Lo cierto es que sólo algunos hechos puntuales, no demasiado relevantes, pueden inclinarnos a pensar esto. Por un lado, está el caso de Amposta, donde un alcalde de CIU aprovecha cualquier ocasión para crear polémica y desprestigiar a la Plataforma. Así, por ejemplo, en diciembre del 2000, hizo unas declaraciones en que comparaba la PDE con ETA por utilizar los mismos métodos. Los medios de comunicación que él controla (revista y televisión local) tratan la información relativa a los actos antiPHN de forma claramente parcial, y nos consta que existe el temor entre ciertos sectores de la población a manifestar claramente su opinión sobre el PHN por miedo a perder los favores del consistorio. Otro punto de conflicto son los regantes, la Comunidad de Regantes del Canal de la Derecha y la de la Izquierda. En este sentido, vale la pena destacar la personalidad de Joel Bonet, presidente de la Comunidad de la Izquierda, famoso (entre otras cosas) por sus declaraciones polémicas; así, por ejemplo, denunció ante el juzgado de Tortosa que alguien había quitado cuatro de las cinco tuercas que sujetaban una rueda de su Mercedes con intención de matarlo. Las reuniones de regantes acostumbran a ser “movidas”, puesto que muchos de ellos están en contra de las estrategias utilizadas por sus dirigentes, los cuales intentan enriquecerse a costa del agua que tienen concedida: Masià, presidente de la Comunidad de Regantes de la Derecha, se negó a que los comuneros votasen una resolución en la cual se manifestaban contrarios a la cesión de IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo agua de los canales para el PHN. Un tercer motivo de conflicto ha venido representado por el alcalde de Ampolla y actual delegado de la Generalitat en las Terres de l’Ebre, Francesc Sancho. En la fachada de su casa apareció una polémica pintada: “ETA mata Sancho. No volem traïdors”. Fueron acusados algunos jóvenes de la Plataforma; paradójicamente, un informe grafológico, hecho público por la misma PDE, demostraba que la pintada contra Sancho y otras a favor del delegado había sido hechas por el mismo autor. Un cuarto centro de discrepancias serían los grupos políticos, puesto que muchos políticos locales han abandonado el partido que estaban representando (PP, CIU o CDC) y se han pasado al grupo mixto, por considerar que sus respectivos partidos no están defendiendo su territorio. Por último, deberíamos hacer referencia a algunos habitantes de poblaciones que se consideran víctimas del centralismo tortosino, que a veces se sitúan lejos del curso fluvial y que piensan que “ya les está bien empleado”. Así, en los municipios del Delta, en abril del 2001, se lanzaron hojas volantes de autoría anónima en que se descalificaba a la Plataforma acusándola de estar al servicio del caciquismo y el centralismo tortosino. Como respuesta a estas octavillas, la mayoría de los parlamentos de la manifestación de Tortosa del 29 de ese mes pusieron énfasis en el hecho de que los intentos de dividir las Terres de l’Ebre no prosperarían; se habló, pues, de unidad y de hermandad, y se afirmó que el único efecto positivo de los últimos acontecimientos había sido crear esta unidad. Así, pues, aunque es un tema difícil de evaluar, se puede hablar sin lugar a dudas de un sentimiento de unidad que supera con creces algunas posibles divisiones. La gran mayoría de la población de las Terres de l’Ebre está en contra del PHN y los conflictos que acabamos de describir no dejan de ser las típicas discrepancias que existen en IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo cualquier movimiento social. A esto le debemos añadir que, a pesar de que los enemigos de la Plataforma han llegado a hablar de clima de crispación y de espiral de violencia, lo cierto es que los actos antitrasvasistas siempre se han movido dentro de la tolerancia y el comportamiento cívico. Pasada la Marcha Azul, pareció que el movimiento iba de baja, porque es difícil mantener durante tanto tiempo a la gente con ánimos, porque daba la impresión que se habían agotado todos los recursos de protesta, porque disminuyó un poco la actividad y la afluencia a los actos convocados… Pero la segunda manifestación de Barcelona y la considerable afluencia a Mallorca demostraron que todavía quedaba mucha energía para seguir adelante. Simbolismo e identidad Todas estas reivindicaciones suelen llevar aparejada una gran carga emotiva y también un fuerte simbolismo, puesto que en ellas se da salida a los sentimientos de manera generalmente desenvuelta. Discursos, gritos de los manifestantes, lemas de las pancartas… constituyen un rico campo de análisis sobre la percepción que la gente tiene del Ebro; de hecho, Mary Douglas (1978: 57) señala que el símbolo constituye un medio para expresar los valores sociales. Con frecuencia encontramos imágenes familiares y relacionadas con la sangre. Una de las pancartas que se podía ver en las manifestaciones y que se remonta a épocas anteriores, “Primer la sang que l’aigua”, es un ejemplo muy ilustrativo de la importancia otorgada al Ebro, hasta el punto de llegarlo a comparar con algo tan esencial para la vida como es la sangre. El lema más coreado en las manifestaciones, “Lo riu és vida, no als transvasaments”, también hace patente el protagonismo IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo concedido al Ebro. Los discursos de los manifestantes colocan el río en un punto central; es el elemento que justifica todas las acciones, que da sentido a los acontecimientos: Esta imatge de quedar-mos sense sang a les venes, que és la nostra mort, no solament cultural sinó una mort també física per lo que representa de recurs, etc., etc. Em sembla que és tota la pila d’arguments que hasta ara ningú mos ha explicat (…) i que, diguéssem, que és precisament aquests que més força mos donaran. (…) Però, al costat de tota aquesta argumentació racional, científica i… lògica, que és la que necessitem també per a poguer rebatre en els nostres executors i als que ens volen convèncer del contrari; tots estos arguments no tindran mai la força ni la importancia que la…, esta identificació emotiva, profunda i sentimental que el riu representa. (Salvador Tarragó en la Asamblea Popular Antitrasvase, 15/9/2000) Cuando intentamos legitimar alguna cosa, la sangre es un recurso fácil que toca la fibra sensible y que sirve para explicarlo todo fácilmente. Es la naturaleza (la sangre), la que se utiliza para justificar un hecho cultural; en nuestra sociedad, las relaciones de parentesco se utilizan también para explicar y representar la pertenencia a otros grupos mucho más amplios que la familia, llegando hasta el nivel de la nación. De acuerdo con Dolors Comas (1996: 8), los vínculos de sangre sirven para marcar una continuidad entre pasado y presente. En este sentido, jugando con el alto valor emotivo del parentesco, destacamos pancartas que dicen: “A ta mare també li posaries preu?” (refiriéndose a Pujol). Pero, sobre todo, un tema que está muy presente tanto en los discursos como en otros aspectos de las protestas, es el de pensar en las generaciones IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo pasadas y en las futuras: por un lado, “si los antepasados vieran esto…”; y, por el otro, encontramos el planteamiento que hay que tener en cuenta a las generaciones futuras y dejarles como legado un río y un Delta en condiciones. I cada dia passejo pel riu; a les set del matí ja estic al riu. I este matí, conscient de que estaria aquí amb vatros, estava pensant: “S’ha de lluitar. Los avis van treballar. I no només van regar en aigua sinó en suor.” (…) Vull explicar als meus néts (…) que el Delta lo salvarem, perquè los de les Terres de l’Ebre anem tots a una i el salvarem! (…) Als meus néts no els vull dir que la gent de les Terres de l’Ebre hem sigut uns covards. (Joan Franch en la Asamblea Popular Antitrasvase, 15/9/2000) Las manifestaciones las suelen encabezar niños que llevan el típico tubo anudado antitrasvase o alguna pancarta y que representan el futuro; incluso la manifestación de Tortosa del 29 de abril fue encabezada por bebés que iban en carritos empujados por las respectivas madres. Otro elemento que queda perfectamente reflejado en los actos de protesta es que toda la polémica del PHN ha hecho resurgir unas identidades e, incluso, crear otras de nuevas. En primer lugar, se ha reactivado la catalanidad de los ebrencs, una catalanidad que estaba bastante dormida o que quizás ni tan siquiera existía (hay una popular expresión que dice “Tortosins, ni catalans, ni valencians”). En cambio, en las manifestaciones se han podido ver muchas banderas independentistas y pancartas con lemas como “També som catalans” o “Catalunya, defensa’ns o lluitarem”. Un momento muy emotivo, durante la manifestación del 29 de abril, fue cuando un grupo de jóvenes hizo ondear una estelada desde una azotea de la plaza; la catalanidad quedó demostrada IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo porque todos los asistentes ovacionaron esta acción. Similarmente, la manifestación de Ampolla del 11 de septiembre del 2001 (diada de Cataluña) iba encabezada por una pancarta que rezaba: “Riu mort, Delta perdut, Catalunya sense sud”. Ante acusaciones de insolidaridad, recibidas de los potenciales beneficiarios del agua del Ebro, los ribereños han conseguido que muchos catalanes se solidaricen con su causa. De hecho, ellos insisten mucho en que se sienten catalanes, a pesar de no ser tratados como tales: Perquè jo, que em sento català, quan agafo i, per exemple, vinc de l’Aragó i entro a la carretera que hi ha de Faió a (…) Riba-roja, dic: “Bueno, jo com a català me’n dono vergonya!” Perquè ni a l’Àfrica! (…) És tercermundista. (…) Jo fa poc vaig anar a Barcelona i vaig anar a veure l’òpera, eh? Quan s’ha de fer algo a Barcelona, mira si n’han fet de coses! (Josep Busom, 9/12/2000) Per fi s’adonen que el sud existeix! (…) I ara començaran a entendre que ser català també vol dir menjar baldana, auberges, caçar fardatxos de petits, anar a la Fontcalda, al delta a menjar anguiles i mut, ballar jotes i batejar les nenes amb el nom de Cinta. (El Punt, 11 de marzo de 2001)4 En segundo lugar, es evidente que el concepto de Terres de l’Ebre, hasta ahora quizás latente pero dormido, ha adquirido una gran popularidad. Si bien generalmente la identidad étnica predomina fuertemente por encima de las otras, en estos momentos podemos afirmar que el hecho de pertenecer a las Terres de l’Ebre es, para la mayoría de habitantes, el sentimiento de adscripción más importante. Hasta hace poco tiempo, las Terres de l’Ebre parecían más bien una construcción ideológica creada por los poderes públicos y la élite local; pero, con los nuevos acontecimientos, la población se IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo apropia de este concepto y en las manifestaciones pueden verse pancartas como “Les Terres de l’Ebre diuen no al transvasament”. La unión se hace patente sobre todo en la manifestación de Móra, cuando colectivos procedentes del Priorat, la Ribera d’Ebre, la Terra Alta, el Montsià y el Baix Ebre luchan por motivos diferentes pero defienden un mismo modelo de desarrollo. En todo momento, las poblaciones situadas aguas arriba del hipotético punto de toma de agua del trasvase se han solidarizado con los ebrencs de aguas abajo y han luchado contra el PHN. De hecho, se están llevando a cabo actos que fomentan o explotan este sentimiento de unidad de las Terres de l’Ebre; así, podemos hablar de la Bajada de Gigantes por el Ebro en barcazas (30 de septiembre y 1 de octubre del 2000) o del Congreso de Cultura y Territorio en la Diócesis de Tortosa5 (diciembre del 2001). En último lugar, recuperamos la unidad catalano-aragonesa gracias al Ebro, que se remonta a muchos siglos atrás, a los antiguos proyectos de hacer el río navegable, y que ahora se utiliza para legitimar algunas actuaciones. Desde un principio, se establecieron lazos de cooperación entre aragoneses y ribereños, puesto que ambos grupos están en contra del trasvase. Así, uno de los lemas coreados en las manifestaciones es: “Generalitat, defenseu l’Ebre o… ens haurem de fer aragonesos?”. En la manifestación de Zaragoza del 12 de noviembre del 2000, los ebrencs fueron recibidos simbólicamente por la Plataforma en Defensa del Ebro de esta ciudad aragonesa desplegando una bandera de cien metros de largo sobre sus cabezas. Al lado de este componente reivindicativo, las manifestaciones, asambleas y actos de protesta en general, suelen tener un componente lúdico y de sociabilidad muy importante. Unos actos más que otros pero, por regla general, son ocasiones para hacer salidas con familiares y amigos, para reforzar las redes sociales e, incluso, para crear IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo nuevas relaciones. Las Terres de l’Ebre constituyen una sociedad pequeña, donde todo el mundo se conoce, donde todavía no ha llegado el anonimato de la gran ciudad y si observamos, por ejemplo, las caravanas en coche que se organizaron por el Delta, nos recuerdan más una fiesta popular que un acto solemne de protesta. De acuerdo con Moreno (1991: 625), las manifestaciones reivindicativas reproducen y reafirman la identidad de aquellos que participan en ellas frente a otros colectivos. Las Terres de l’Ebre se han visto profundamente afectadas por la emigración. La mayoría de jóvenes deben salir a estudiar a Tarragona o Barcelona (la presencia universitaria en el área es mínima) y sólo regresan los fines de semana. Muchos se quedan ya a trabajar en aquellos lugares, puesto que la demanda de titulares universitarios en la zona es más bien escasa. Este fenómeno, que hace unas cuantas décadas que se produce, ha dado lugar a la existencia de ebrencs de fin de semana, ya que generalmente continúan manteniendo los vínculos con la población de nacimiento y vuelven cuando se lo permite su trabajo. Esta gente suele tener muy desarrollado el sentimiento de identidad, quizás más que los que viven en el territorio: Tornava a casa al cap de tres mesos i… vaig idealitzar sempre el territori; vaig idealitzar el meu poble. I… jo suposo que això, una gent que han viscut permanentment o que tal, això no ho té tan exagerat com ho tinc jo. (…) Per tant, com que no podia tornar, l’únic que esperava veure el riu (…) Què és lo que feia el meu poble diferent d’altres pobles? (…) És que hi havia un riu. (Josep Sánchez, 26/8/2000) En este sentido, los ebrencs que residen lejos de las Terres de l’Ebre han ideado IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo sistemas para aproximarse y, naturalmente, las nuevas tecnologías han desarrollado un papel muy importante. La Plataforma tiene una página web con una agenda, links, información sobre el PHN, fotografías de los actos de protesta… Pero un fenómeno todavía más interesante lo constituye el foro ebrencs.com, con una gran actividad y que une a personas residentes dentro y fuera de las Terres de l’Ebre; entre los de fuera (incluso en el extranjero), la mayoría son nacidos en la zona, pero también hay algunas personas que sencillamente simpatizan con su causa. Es una buena forma de mantenerse informado de lo que va sucediendo, de intercambiar impresiones y, sobre todo, de sentirse más cerca del lugar de origen. Hace ya más de un año que funcionan y ellos mismos se definen como “comunidad virtual”, término interesante, pues quizás los antropólogos todavía no nos hemos planteado con la suficiente profundidad las nuevas formas de relación social a través de internet. No entraremos en la controvertida definición de “comunidad”, pero es indiscutible que algunas de las características que se suelen mencionar están presentes aquí, como la existencia de relaciones de igualdad, de símbolos comunes o la misma autopercepción como grupo. Tal como señala Domínguez (2001: 457), el hombre crea un espacio que hasta ahora no existía y en este nuevo espacio se reproducen las relaciones cotidianas (económicas, de ocio, sexuales, de amistad, etc.). El derecho de los ebrencs a escoger su futuro A pesar de que todo lo que hemos descrito hasta aquí nos parezca un estudio de caso, gran parte de los comentarios se podrían extrapolar a un ámbito más global. Los cambios que están afectando a la sociedad ebrenca, la apuesta por un modelo de desarrollo determinado y el surgimiento de movimientos sociales son el resultado de IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo unas circunstancias que se dan en muchos otros lugares. Según Riechmann y Fernández Buey (1995: 13-14), el contenido principal de los nuevos movimientos es la conciencia de los límites alcanzados por las sociedades modernas en su continua expansión. Se trata de evitar la “destrucción del mundo” y reconstruir los vínculos sociales sobre fundamentos de igualdad, libertad y solidaridad; estos son, aunque a escala más modesta, los objetivos de la PDE. Nuestra intención era demostrar la existencia de una continuidad al largo de todo el siglo XX. Tal como explican Pujadas y Comas (1991: 647) refiriéndose a la catalanidad, los símbolos no son categorías estáticas sino vivas, en constante proceso de recreación y transformación. Actualmente, el Ebro se está constituyendo como elemento patrimonial, asentándose sobre unas bases diferentes a otros procesos anteriores que también habían situado el río en un punto central. No obstante, las continuidades están desarrollando un papel esencial en esta construcción social; es lo que Llorenç Prats (1997: 85) llama “museabilización de la frustración”: una zona pierde aquello -en este caso, el Ebro recurso- que ha constituido la base de su sustento y, un tiempo después, busca la reconstrucción de su identidad y una alternativa al desarrollo económico a través de su activación patrimonial. Este mismo autor (1997: 22) afirma que el factor determinante del patrimonio cultural es su carácter simbólico, su capacidad para representar simbólicamente una identidad; el Ebro, a medio camino entre patrimonio natural y cultural (o quizás, más bien, una suma de los dos elementos) ofrece un claro referente a la hora de definir la identidad de las Terres de l’Ebre. De todas maneras, Prats (1997: 35) insiste en la importancia que desempeña el poder en la activación del patrimonio; él afirma que, como mínimo, se requiere su beneplácito. Pues bien, una gran parte de la patrimonialización del Ebro (aquella que está más vinculada al aspecto IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo sentimental) se ha producido a pesar de los esfuerzos del poder para que no fuera así; sólo la constitución como recurso turístico cuenta con el apoyo de los gobernantes. Hasta aquí hemos dejado claro que el Ebro es el elemento vertebrador de toda la protesta, pero también ha surgido la conciencia de su valor ecológico que, a su vez, incide directamente sobre el que se pretende que sea uno de los pilares económicos fundamentales del área, el turismo. Si bien la navegación turística sólo tiene importancia económica en la zona del Delta, la pesca y el patrimonio natural constituyen dos atractivos turísticos esenciales. En las zonas del embalse de Riba-roja y del azud de Xerta-Tivenys, pescadores centro-europeos acuden con el objetivo de capturar principalmente sirulos; de momento, sólo algunos campings, empresas de alquiler de embarcaciones, un hotel, algún restaurante… se benefician de esta actividad. La gran amenaza reside en la disminución de peces que está experimentando el Ebro, que podría acabar con la afluencia de turismo6. El parque natural del Delta del Ebro y, en mucho menor grado, la reserva natural de Sebes son las dos áreas que atraen visitantes interesados por la contemplación de la naturaleza. Finalmente, algunas poblaciones basan gran parte de su atractivo en la presencia del río, destacando Miravet, que recuerda un pueblo marinero, por estar situado sobre una gran pendiente en la misma orilla del curso fluvial7. El resultado de todo esto ha sido una mirada más respetuosa sobre el río por parte de los habitantes de la zona, que ahora es percibido como una riqueza que hay que conservar; el discurso científico y ecologista ha echado raíces entre la población. Los conocimientos directos del medio, procedentes de la interacción diaria, van siendo sustituidos por los que proceden de una representación colectiva mucho más amplia, que va más allá del marco geográfico concreto (medios de comunicación, textos IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo divulgativos, etc.) La percepción de los locales sobre el Ebro es muy diferente de la de sus antepasados, aquellos para los cuales el río constituía un modus vivendi (pescadores, navegantes, recolectores de materias primas…). Es un punto de vista más intelectual o, si se quiere, más metafísico, que se puede resumir en una frase: no es un recurso para explotar sino para conservar. Según Martínez Gil (1997: 31), los ríos no pueden ser objeto de mercado, puesto que representan funciones de naturaleza y valores patrimoniales que no se pueden alterar más allá de un cierto límite. La visión choca claramente con la perspectiva anacrónica de los poderes públicos (se encuentran todavía en aquel estadio del pensamiento en que los ríos se percibían como recursos para explotar), totalmente ajenos a la “nueva cultura del agua” que se está imponiendo entre los científicos y también entre la población. En este sentido, podemos aplicar a las Terres de l’Ebre el cambio que describe Inglehart (1991: 59) para lo que él denomina “sociedades industriales avanzadas”: se está pasando de la prioridad de valores materialistas a otros posmaterialistas, cosa que, a su vez, enlaza con el gran impulso de los movimientos sociales; una de las principales características de los posmaterialistas es que dan menor prioridad al crecimiento económico que a la calidad de vida (Inglehart, 1991: 174). Si cuando empezó la protesta, los posmaterialistas eran sólo los intelectuales que encabezaban la Plataforma, poco a poco, las ideas se han ido extendiendo por toda la sociedad ebrenca. Es, pues, como hemos comentado anteriormente, un proceso global que se está experimentando en muchos otros lugares. Precisamente este es el camino que la mayoría de ebrencs consideran que hay que seguir de cara al futuro. Durante décadas, cuando la industrialización era vista como la panacea, las Terres de l’Ebre persiguieron la instalación de industrias, pero vieron IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo como las petroquímicas se quedaban en el Camp de Tarragona. Se han dado cuenta de que lo que en aquella época fue visto como un contratiempo es ahora una ventaja, que precisamente el hecho de tener un entorno natural poco antropizado constituye un potencial de desarrollo; es por esto que la misma población clama por un desarrollo sostenible8: un turismo poco masificado, una agricultura de calidad y unas escasas industrias poco contaminantes. I no ho poden entendre! Continuen obviant i ignorant l'actual problemàtica d'aquestes terres, eh? (…) Perquè el nostre desenvolupament està basat en això (…) En un turisme de qualitat, en una agricultura de qualitat (que no podem fer de quantitat, però sí de qualitat). Les denominacions d'origen Priorat, Terra Alta, la bona fruita dolça que tenim aquí, eh? i en un desenvolupament social que hem decidit aquestes terres. I totes aquestes agressions, sigue el Pla Hidrològic Nacional o sigue tot lo que sigue, o la Enron o el mapa eòlic, l'únic que fan és impossibilitar el nostre creixement. (Toni Borrell en la Asamblea de Móra d’Ebre, 20/1/2001) Bibliografia ALEDO, Antonio, 2001, “Problemas socioambientales II: las ecoutopías” en Sociología ambiental. Alicante: Grupo Editorial Universitario. BROCH, Àlex, 1975, “Ascó i la seva central nuclear”. Serra d’Or, abril. COMAS D’ARGEMIR, Dolors, 1996, “La construcción social de la pertenencia: metáforas genealógicas y naturalistas”. Publicado en francés con el título “L’arbre et la maison” en L’Europe entre cultures et nations. Paris: Ed. de la Maison des Sciences de l’Homme. COMISIÓN MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO, 1992, Nuestro futuro común. Madrid: Alianza. 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Tallada Cachot, presidente del Ateneo de Tortosa, órgano editor de la revista La Zuda. 4 Artículo de opinión titulado “Terres de l’Ebre” y escrito por Joan Menchón. 5 Precisamente uno de los objetivos del congreso era denunciar la condición de periferia y reivindicar la importancia de esta zona como cruce cultural y territorial. 6 Por un lado, el mejillón cebra, recientemente detectado en el Ebro, amenaza con causar enormes perjuicios al ecosistema. Por otro lado, en diciembre del 2001 y enero del 2002 aparecieron grandes cantidades de peces muertos en el curso fluvial, presumiblemente a causa de algún vertido de mercurio; de todas maneras, hay quien afirma que el mercurio se encuentra depositado en el fondo del pantano de Flix y que, por diversas causas, subió a la superficie. 7 Evidentemente, existen recursos turísticos desvinculados del río y que atraen muchas visitas, como las cuevas de Benifallet o el castillo de Miravet. 8 Hay muchas definiciones de este concepto, pero posiblemente la más representativa sea la que habla de aquel desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias (CMMAD, 1992: 29).