“Lo Sud diu prou”: El impacto del PHN en las Terres de l`Ebre

Anuncio
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
“Lo Sud diu prou”:
El impacto del PHN en las Terres de l’Ebre
Montserrat Boquera Margalef
Departament d’Antropologia, Filosofia i Treball Social
(Universitat Rovira i Virgili)
Institut d’Estudis Avançats
Resumen:
En septiembre del año 2000 un movimiento social empieza a protestar contra el
proyecto del gobierno español de extraer agua del Ebro (Plan Hidrológico Nacional).
Los habitantes de las Terres de l'Ebre desean un modelo de desarrollo sostenible y
quieren mantener el Ebro como un recurso natural y turístico.
En este contexto, el río se convierte en un elemento simbólico central que articula la
protesta. Nuevas y viejas imágenes son usadas para describir el Ebro y la situación de la
región: la conciencia de ser una zona expoliada y marginada, la recuperación y el
surgimiento de identidades, el valor patrimonial atribuido al río, etc. En la presente
comunicación analizaremos todas estas percepciones.
Abstract:
In September 2000, a social movement began to protest against the Spanish
government's plan to transfer water from the Ebre (Plan Hidrológico Nacional). People
of Terres de l'Ebre wish a model of sustainable development and they want to keep the
Ebre as a natural and tourist resource.
In this context, the river becomes a central symbolic element that articulates the protest.
Old and new images are used to describe the Ebre and the situation of the region: the
conscience of being a spoliated and deprived area, the recovery and the emergence of
identities, the patrimonial value of the river, etc. All this percepceptions are evaluated in
our communication.
Las Terres de l’Ebre constituyen un conjunto de cuatro comarcas (Baix Ebre,
Montsià, Ribera d’Ebre y Terra Alta1) situadas en el extremo sur de Cataluña, con unas
características económicas y demográficas parecidas: índice de envejecimiento elevado,
alta ocupación en el sector primario (en contraste con el resto de Cataluña), baja
densidad de población y renta per cápita inferior a la media catalana. El río Ebro, en su
curso final, las atraviesa transversalmente y les da -como veremos- mucho más que su
nombre.
La relación de la población local con el Ebro ha sufrido profundas
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
transformaciones a lo largo del siglo XX. A grandes rasgos, podemos hablar de un
estrecho vínculo que va debilitándose a medida que transcurren los años y que acaba
desembocando, hacia la década de los 60 o 70, en lo que los mismos ribereños llaman
“vivir de espaldas al río”.
A principios de siglo, el río era un recurso extremadamente aprovechado: vía de
comunicación, fuente de materias primas, de energía hidráulica o de agua para consumo
doméstico y riego. Más tarde, toda una serie de factores relegan el Ebro al olvido: la
decadencia de la navegación, la desaparición de la pesca encarada al consumo, de los
cesteros y artesanos de la caña, la llegada del agua corriente a las casas… Incluso las
riadas, que con cierta recurrencia asolaban terrenos y pueblos, se reducen gracias a la
construcción de los pantanos.
En la década de los 90, el río vuelve a tomar valor, pero en un sentido diferente;
ahora es un recurso turístico. El Plan de Navegabilidad, con poca aceptación entre la
población local y resultados discutibles, iniciará esta tendencia, que se irá consolidando
a través de diferentes caminos. De todas maneras, la auténtica recuperación no tendrá
lugar hasta el año 2000, con el inicio de las movilizaciones contrarias al Plan
Hidrológico Nacional (PHN): desde este momento, el Ebro es algo propio que se debe
proteger y defender.
Antecedentes
El 15 de septiembre del año 2000 se puede considerar un hito histórico en las
Terres de l’Ebre, una fecha que -como suele decir el tópico- marcará un antes y un
después: es el momento en que la Coordinadora Antitransvasaments organiza una
asamblea en Tortosa; asisten al acto unas quinientas personas y se constituye la
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
Plataforma per a la Defensa de l’Ebre (PDE), que se convertirá en una activa
organización y que desarrollará un movimiento social sin precedentes.
Los antecedentes de la pretensión de extraer agua del Ebro hay que buscarlos en
tiempos bastante remotos. La falacia según la cual el agua del río se pierde en el mar
tiene, como mínimo, cien años de existencia y se va repitiendo a lo largo del siglo XX:
Y en tanto la corriente caudalosísima del Ebro, que pudo á estas horas estar
convertida en electricidad, en fuerza motriz y en elemento regable y potable se
va pausadamente al mar sin producir otros efectos que el de reflejar en sus
cristales la luz del sol y las tristezas de nuestra indolencia (…) (Correo Ibérico,
23 marzo 1904, nº 90)
Es un sacrificio heroico que se va haciendo necesario. Además de los canales
que han de regar los Monegros, están los proyectados para regar la gran
plataforma de olivar que se extiende hasta Castellón. Y hasta Barcelona ha
pensado en abastecerse del Ebro (…) Son tan convenientes y aun necesarias
estas medidas de aprovechamiento de agua en la seca España, que naturalmente
el Ebro se habrá de sacrificar. (La Zuda, enero 1956, nº 9)
Sorprende enormemente el hecho de que los argumentos utilizados actualmente
para justificar el trasvase de agua del Ebro no hayan sufrido ninguna transformación,
que sean los mismos de hace un siglo, cuando la preocupación medioambiental todavía
tenía que surgir, cuando el modelo de desarrollo considerado ideal era el economicista
y, en definitiva, antes de la gran evolución científica y técnica del siglo XX. La segunda
cita es especialmente representativa, pues nos muestra que en los años 50 ya existía el
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
convencimiento que, tarde o temprano, las otras regiones acabarían demandando agua
del Ebro; la apelación al sacrificio y la solidaridad regional son los mismos tópicos que
utilizan los gobiernos actuales y los partidarios del trasvase.
En 1974 empezaron a hacerse realidad todos estos proyectos. En aquel año, se
presentó el anteproyecto de Trasvase de aguas a Barcelona, que implicaba la
construcción de embalses y la destrucción de terrenos de huerta. La gente del Ebro se
opuso y, de la misma manera que hoy, recibió la acusación de insolidaridad y
anticatalanismo. Las estrategias de oposición fueron similares a las de la ahora y
también similares a las de los años 90, aunque hemos tenido que esperar hasta la
actualidad para ver actos masivos y con gran repercusión.
Pero si el trasvase a Barcelona pudo evitarse, el de Tarragona se convirtió en
realidad. En 1989, después de años de negociaciones y poco tiempo de obras, se
inaugurará el conocido como minitrasvase; es en este momento cuando tienen lugar las
primeras manifestaciones sonadas contra la toma de aguas del Ebro. Unas doscientas
personas utilizaron el recurso del boca a boca para convocar una manifestación contra la
presencia en Tortosa del consejero de Obras Públicas de la Generalitat, Joaquim Molins.
El 21 de febrero de 1990, alrededor de mil personas se manifestaron en Barcelona, y
unas 5.000 en Tortosa para mostrar su rechazo al posible trasvase de aguas a Barcelona;
igual que ahora, se vertieron bolsas de sal en la puerta del Parlamento. Los lemas eran
también parecidos a los actuales: “Primer la sang que l’aigua de l’Ebre”, “L’aigua de
l’Ebre és la nostra vida”.
De todas maneras, las Terres de l’Ebre ya habían sido víctimas de otras
estrategias centralistas destinadas a explotar la periferia o a destinar allí “lo que nadie
quiere”. Por un lado, tenemos que hablar de las centrales nucleares, puesto que las
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
Terres de l’Ebre concentran todas las centrales de este tipo de Cataluña: dos reactores en
Ascó y dos en Vandellòs2.
Por otro lado, hemos de hacer referencia a los embalses y también a las
movilizaciones que generaron. La obsesión dictatorial por construir pantanos se
materializó en el Ebro catalán en los embalses de Mequinensa y Riba-roja, así como en
el proyecto no realizado del pantano de Xerta. Mequinenzanos y fayonenses perdieron
una de las únicas cosas que todo el mundo percibe como estable, como permanente -la
tierra, el lugar donde vive-, puesto que el territorio es una variable imprescindible a la
hora de establecer la identidad de cada uno, a la hora de definirse a sí mismo.
La población de Benifallet igualmente estuvo a punto de desaparecer bajo las
aguas de la presa de Xerta. Finalmente, gracias a las acciones de la Comisión de
Apoderados de la Ribera de Ebro y también al azar, el proyecto de paralizó. De todas
maneras, Francesc Cots (1996: 263) habla del “síndrome del pantano”, bajo el cual
vivió el pueblo durante unos cuantos años; la gente fue perdiendo la moral y llegó un
momento en que casi se paralizó la vida de Benifallet. De acuerdo con Gaspar Mairal
(1993: 207-214), la construcción de un pantano conduce al éxodo rural generalizado y a
la desorganización de la comunidad; este proceso de desorganización empieza con una
sensación de incertidumbre y de pérdida de confianza en el futuro que es la que afectó a
los habitantes de Benifallet.
Tal como señala Josep Pont (2002: 6), el movimiento contra el PHN no surge de
forma espontánea, sino que es el resultado de un malestar histórico de las Terres de
l’Ebre. La sensación de abandono a causa de la centralidad de Barcelona, de lejanía
respecto al centro de decisión, de que las inversiones se han concentrado siempre en
otras comarcas catalanas, de ser víctimas de agresiones externas, de ser considerados
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
como “poco catalanes”… han ido generando a lo largo del tiempo un descontento y una
frustración que han explotado con el PHN; ha sido, pues, la gota que ha colmado el
vaso.
Todavía yendo más allá en el tiempo, encontramos la decadencia de la ciudad de
Tortosa, una lenta agonía que ha durado siglos. El esplendor tortosino se remonta a la
época de dominación musulmana; en la Edad Media, fue la cuarta ciudad en población
de las metrópolis catalanas (991 fuegos en el fogaje de 1359). Centralizaba un
activísimo comercio, ya que por el Ebro bajaban naves cuyas mercancías
(principalmente trigo) iban destinadas a diversos puertos del Mediterráneo. El avance
del Delta fue progresivamente dificultando la salida de los barcos hacia el mar; si a esto
le sumamos que las naves eran cada vez de mayores dimensiones, y teniendo en cuenta
la política atlántica de los Reyes Católicos, nos encontramos con que en los siglos XVI
y XVII Tortosa fue víctima del estancamiento demográfico y económico. Esta pérdida
progresiva de protagonismo constituirá una asignatura pendiente para los tortosinos, una
especie de trauma no superado que ha perdurado hasta hoy día; de hecho, los proyectos
para hacer navegable el Ebro y para comunicarlo con el mar se sucederán a lo largo de
los siglos, pretendiendo recuperar el esplendor económico. De la existencia de dicha
ideología son testimonio diversos textos aparecidos en la revista La Zuda; a
continuación incluimos uno de los muchísimos ejemplos:
El Ebro integralmente aprovechado es nuestra única abertura para asomarnos al
campo de la civilización y del progreso, para recibir los aires de renovación que
traen su origen en el vertiginoso girar del mundo nuevo. (…) ¡Tortosa duerme!
Pero duerme un sueño que es retroceso e ignorancia, y estancamiento y muerte.
Y no vé el curso de su vida -que es el río que corre- perderse estérilmente, y los
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
barcos que lo surcan, sin llegar a reincorporarse allí donde nunca debieron faltar
(…)3 (La Zuda, mayo 1921, nº 95)
Ya entonces, pues, el Ebro era visto como una especie de tabla salvación para
resolver los problemas económicos y sociales de la zona. Todos estos hechos han
motivado que hoy día la conciencia de ser zona marginada esté muy enraizada en el
discurso de la población:
Si parlem de repartir, hauria que repartir-ho tot: lo bo i lo dolent, no? De
moment, cap aquí ja tenim les centrals nuclears (…) I en tenim dos a Ascó i dos
a Vandellòs, vull dir que això ja val per unes quantes petroquímiques. Per això
dic jo que hi ha que repartir-ho tot. De coses dolentes, ja ens n’han tocat unes
quantes; ara podríem dir alguna cosa bona. (Antoni Canicio, 18/4/2000)
Los hechos del PHN
A principios del mes de agosto del 2000, el gobierno del Partido Popular se
decide a lanzar a la luz pública el borrador del anteproyecto de Ley del Plan
Hidrológico Nacional, que pretende la extracción de 1.050 hm3 anuales del Ebro con
destino a Barcelona, la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería. Puesto que nos
resulta imposible detallar aquí los posibles efectos de este trasvase, nos limitamos a
señalar que los expertos consideran que las estimaciones de caudales del Ebro y de
costes de las obras son ficticias; además, si se llegase a realizar, perjudicaría seriamente
tanto el ecosistema deltaico como diversos espacios naturales que debe atravesar la
conducción de aguas, por no hablar del enorme impacto ambiental que supondría la
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
construcción de presas con la intención de regular los caudales. En el mar, la reducción
de aportes del río limitaría drásticamente las capturas pesqueras y la producción de
mejillones en el Delta.
La Coordinadora Antitransvasaments, ERC e IC se mostraron en contra desde un
primer momento, mientras CIU y PSC se limitaban a hablar de pedir contrapartidas
(este último partido, con el tiempo acabaría mostrando una postura contraria al PHN,
aunque con balbuceos). El PP empezaba ya apelando a la cuestionable “solidaridad
regional”.
La PDE, creada a mediados de septiembre y apoyada por centenares de
voluntarios que colaboran en la organización de los actos, inicia una serie de
movilizaciones y asambleas informativas en cada una de las poblaciones de las Terres
de l’Ebre. Los actos más sonados serán la manifestación de Barcelona el 25 de febrero;
la de Madrid el 11 de marzo; y la Marcha Azul, que recorrió media Europa y que
culminó en Bruselas el 9 de septiembre. En estos actos, sobre todo en Barcelona y
Madrid, se consiguen cifras de asistencia sin precedentes, rondando las 300.000
personas, que demuestran el éxito de convocatoria y la concienciación ciudadana
conseguida. Al lado de estas protestas de gran envergadura, se realizan actividades de
todo tipo: pequeñas manifestaciones periódicas en Tortosa, caravanas de coches,
políticos que son recibidos con silbidos y gritos, cortes de carreteras, comidas
reivindicativas, encadenamientos…
Simultáneamente, los actos de carácter popular se combinan con el estudio de
los fallos legislativos y las irregularidades técnicas del PHN. Detrás de la Plataforma
hay, por lo tanto, un grupo numeroso de gente bien formada e informada, con cargos
relativamente
importantes
y
contactos
dentro
de
la
comunidad
científica;
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
paradójicamente, muchos de ellos no residen en la zona, sino que se han visto obligados
a emigrar para poder continuar sus respectivas carreras profesionales. Es,
probablemente, el colectivo que faltó en otros momentos (lucha contra el minitrasvase y
el trasvase a Barcelona, instalación de las nucleares, etc.) y que impidió que aquellas
reivindicaciones fueran actos multitudinarios y con resonancia.
Evidentemente, este grupo social no conseguiría nada sin otro colectivo mucho
más amplio, que engloba a la casi totalidad de la población, que es el que acude a los
actos de protesta y hace que la voz de las Terres de l’Ebre se oiga mucho más allá de
estas comarcas. Gente de edad avanzada, personas que nunca en la vida se habían
manifestado, salen a la calle a romper unos tópicos muy extendidos sobre los ebrencs,
tópicos que ellos mismos reproducían: visión fatalista del mundo, pesimismo,
inmovilidad, baja autoestima…
Se puede hablar, pues, de dos grupos sociales que se complementan; el mérito de
los primeros son unas estrategias elaboradas y minuciosas (con la consiguiente
inversión de tiempo), y el de los otros voluntad y disponibilidad (gastando dinero en los
viajes, perdiendo días de trabajo, renunciando a horas de sueño…). La Plataforma se
convierte en refugio para la gente en un momento en que la democracia se muestra
inoperativa para resolver su problema social. Juntos han conseguido acciones que
parecían utópicas, como que la Marcha Azul y la posterior manifestación de Bruselas
constituyeran un éxito de asistencia y que, por tanto, un problema aparentemente local
llegara a la opinión pública europea. La última manifestación de Barcelona, que tuvo
lugar el 10 de marzo de este año, cinco días antes de la Cumbre Europea, apareció en
periódicos como el Herald Tribune y Le Figaro; por otro lado, radio París, radio
popular de Milán o la BBC (edición castellana en América) entrevistaron a Manel
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
Tomàs, presidente de la PDE. Incluso la RAI y los informativos de diversas cadenas
televisivas alemanas se hicieron eco del acontecimiento.
Pero el PHN no es un hecho aislado, sino que se suma a otras amenazas
ambientales que han afectado las Terres de l’Ebre en los dos últimos años. En primer
lugar, el proyecto de la multinacional Enron de construir una central de ciclo combinado
a gas en Móra la Nova no fue bien recibido por las poblaciones próximas. En segundo
lugar, el mapa eólico, que implica la instalación de un buen número de infraestructuras
de este tipo en las montañas de la zona, ha despertado el mismo rechazo. Todas estas
protestas toman como modelo el movimiento contra el PHN, al mismo tiempo que lo
complementan; la Plataforma per a la Defensa de la Ribera d’Ebre fue constituida el 1
de diciembre del 2000 y, a semejanza de la PDE, también organizó diversas asambleas.
Así, el día 20 de enero del 2001 unas 2.500 personas llenaron el polideportivo de Móra
d’Ebre en una asamblea en la cual se trataron los tres temas conjuntamente (mapa
eólico, Enron y PHN). La oposición a Enron fue aumentando, de forma que al final la
población de Móra la Nova se quedó sola; el 4 de febrero del 2001, 25.000 personas (un
20% de la población de las Terres de l’Ebre) se manifestaron en Móra d’Ebre y en Móra
la Nova, uniendo los tres objetivos. En este caso, la protesta tuvo más efecto que por lo
que se refiere al PHN: el Parlament de Cataluña rechazó el proyecto y Enron desistió en
su intento.
Paralelamente a las movilizaciones, el gobierno, haciendo caso omiso de las
opiniones de un colectivo cada vez más representativo numéricamente, tira adelante los
trámites del PHN a una velocidad vertiginosa. El 30 de enero del 2001 el Consejo
Nacional del Agua aprueba el PHN con 69 votos a favor y 15 en contra; en abril,
después de dos meses de debate, el Congreso también da su beneplácito; y el 20 de
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
junio, al ser aprobado por el Senado, el PHN se convierte en ley. En este tiempo, la
Plataforma ha conseguido sensibilizar gran parte de la opinión pública, incluso más allá
de Cataluña; un amplio grupo de intelectuales, científicos y artistas les apoyan. 200
científicos, expertos en varias disciplinas, elaboraron un manifiesto contra el PHN en el
que sostenían que trasladar agua del Ebro a Murcia saldría más caro que desalarla y
señalaban diversos errores de este plan. De forma similar, el Manifiesto de la Illa de
Gràcia, que fue leído por Juan Manuel Serrat, cuenta con el apoyo de más de cien
personalidades del mundo de la cultura (escritores, actores, cantantes, historiadores,
etc.). Las cifras espectaculares de asistencia conseguidas, por ejemplo, en las
manifestaciones de Barcelona sólo se comprenden teniendo en cuenta que debieron de
asistir miles de personas procedentes de toda Cataluña y de la misma área metropolitana
de Barcelona (potenciales “beneficiarios” del PHN).
Si bien el objetivo central de las movilizaciones, la retirada del PHN, todavía no
se ha conseguido, lo cierto es que a las Terres de l’Ebre, en un intento de paliar el
malestar creciente de la población, se les han concedido contrapartidas hasta el
momento impensables. Así, el gobierno de la Generalitat ha creado la delegación de las
Terres de l’Ebre. Igualmente, la zona está siendo cada vez más popular en toda
Cataluña, de forma que la ocupación turística está registrando llenos absolutos; quizás
esta no sea la única causa de que el fenómeno turístico vaya en aumento, pero sí un
motivo determinante. Durante la Semana Santa del 2001 ya se obtuvo un balance
excelente, y lo mismo se repitió al año siguiente. Contrariamente, el balance relativo a
la navegación turística continua siendo flojo, lo que demuestra el fracaso de unas obras
millonarias. Por otro lado, la literatura de autores ebrencs también experimenta un auge
considerable: escritores como Andreu Carranza, Gerard Vergés, Manuel Pérez Bonfill o
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
Vicent Pellicer venden más que nunca.
Unidad y conflicto
Hay quien insiste en que detrás de la aparente unidad de las Terres de l’Ebre,
existe fractura interna y división de opiniones. Lo cierto es que sólo algunos hechos
puntuales, no demasiado relevantes, pueden inclinarnos a pensar esto. Por un lado, está
el caso de Amposta, donde un alcalde de CIU aprovecha cualquier ocasión para crear
polémica y desprestigiar a la Plataforma. Así, por ejemplo, en diciembre del 2000, hizo
unas declaraciones en que comparaba la PDE con ETA por utilizar los mismos métodos.
Los medios de comunicación que él controla (revista y televisión local) tratan la
información relativa a los actos antiPHN de forma claramente parcial, y nos consta que
existe el temor entre ciertos sectores de la población a manifestar claramente su opinión
sobre el PHN por miedo a perder los favores del consistorio.
Otro punto de conflicto son los regantes, la Comunidad de Regantes del Canal
de la Derecha y la de la Izquierda. En este sentido, vale la pena destacar la personalidad
de Joel Bonet, presidente de la Comunidad de la Izquierda, famoso (entre otras cosas)
por sus declaraciones polémicas; así, por ejemplo, denunció ante el juzgado de Tortosa
que alguien había quitado cuatro de las cinco tuercas que sujetaban una rueda de su
Mercedes con intención de matarlo. Las reuniones de regantes acostumbran a ser
“movidas”, puesto que muchos de ellos están en contra de las estrategias utilizadas por
sus dirigentes, los cuales intentan enriquecerse a costa del agua que tienen concedida:
Masià, presidente de la Comunidad de Regantes de la Derecha, se negó a que los
comuneros votasen una resolución en la cual se manifestaban contrarios a la cesión de
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
agua de los canales para el PHN.
Un tercer motivo de conflicto ha venido representado por el alcalde de Ampolla
y actual delegado de la Generalitat en las Terres de l’Ebre, Francesc Sancho. En la
fachada de su casa apareció una polémica pintada: “ETA mata Sancho. No volem
traïdors”. Fueron acusados algunos jóvenes de la Plataforma; paradójicamente, un
informe grafológico, hecho público por la misma PDE, demostraba que la pintada
contra Sancho y otras a favor del delegado había sido hechas por el mismo autor.
Un cuarto centro de discrepancias serían los grupos políticos, puesto que muchos
políticos locales han abandonado el partido que estaban representando (PP, CIU o CDC)
y se han pasado al grupo mixto, por considerar que sus respectivos partidos no están
defendiendo su territorio.
Por último, deberíamos hacer referencia a algunos habitantes de poblaciones que
se consideran víctimas del centralismo tortosino, que a veces se sitúan lejos del curso
fluvial y que piensan que “ya les está bien empleado”. Así, en los municipios del Delta,
en abril del 2001, se lanzaron hojas volantes de autoría anónima en que se descalificaba
a la Plataforma acusándola de estar al servicio del caciquismo y el centralismo tortosino.
Como respuesta a estas octavillas, la mayoría de los parlamentos de la manifestación de
Tortosa del 29 de ese mes pusieron énfasis en el hecho de que los intentos de dividir las
Terres de l’Ebre no prosperarían; se habló, pues, de unidad y de hermandad, y se afirmó
que el único efecto positivo de los últimos acontecimientos había sido crear esta unidad.
Así, pues, aunque es un tema difícil de evaluar, se puede hablar sin lugar a dudas
de un sentimiento de unidad que supera con creces algunas posibles divisiones. La gran
mayoría de la población de las Terres de l’Ebre está en contra del PHN y los conflictos
que acabamos de describir no dejan de ser las típicas discrepancias que existen en
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
cualquier movimiento social. A esto le debemos añadir que, a pesar de que los enemigos
de la Plataforma han llegado a hablar de clima de crispación y de espiral de violencia, lo
cierto es que los actos antitrasvasistas siempre se han movido dentro de la tolerancia y
el comportamiento cívico.
Pasada la Marcha Azul, pareció que el movimiento iba de baja, porque es difícil
mantener durante tanto tiempo a la gente con ánimos, porque daba la impresión que se
habían agotado todos los recursos de protesta, porque disminuyó un poco la actividad y
la afluencia a los actos convocados… Pero la segunda manifestación de Barcelona y la
considerable afluencia a Mallorca demostraron que todavía quedaba mucha energía para
seguir adelante.
Simbolismo e identidad
Todas estas reivindicaciones suelen llevar aparejada una gran carga emotiva y
también un fuerte simbolismo, puesto que en ellas se da salida a los sentimientos de
manera generalmente desenvuelta. Discursos, gritos de los manifestantes, lemas de las
pancartas… constituyen un rico campo de análisis sobre la percepción que la gente tiene
del Ebro; de hecho, Mary Douglas (1978: 57) señala que el símbolo constituye un
medio para expresar los valores sociales.
Con frecuencia encontramos imágenes familiares y relacionadas con la sangre.
Una de las pancartas que se podía ver en las manifestaciones y que se remonta a épocas
anteriores, “Primer la sang que l’aigua”, es un ejemplo muy ilustrativo de la
importancia otorgada al Ebro, hasta el punto de llegarlo a comparar con algo tan
esencial para la vida como es la sangre. El lema más coreado en las manifestaciones,
“Lo riu és vida, no als transvasaments”, también hace patente el protagonismo
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
concedido al Ebro. Los discursos de los manifestantes colocan el río en un punto
central; es el elemento que justifica todas las acciones, que da sentido a los
acontecimientos:
Esta imatge de quedar-mos sense sang a les venes, que és la nostra mort, no
solament cultural sinó una mort també física per lo que representa de recurs,
etc., etc. Em sembla que és tota la pila d’arguments que hasta ara ningú mos ha
explicat (…) i que, diguéssem, que és precisament aquests que més força mos
donaran. (…) Però, al costat de tota aquesta argumentació racional, científica
i… lògica, que és la que necessitem també per a poguer rebatre en els nostres
executors i als que ens volen convèncer del contrari; tots estos arguments no
tindran mai la força ni la importancia que la…, esta identificació emotiva,
profunda i sentimental que el riu representa. (Salvador Tarragó en la Asamblea
Popular Antitrasvase, 15/9/2000)
Cuando intentamos legitimar alguna cosa, la sangre es un recurso fácil que toca
la fibra sensible y que sirve para explicarlo todo fácilmente. Es la naturaleza (la sangre),
la que se utiliza para justificar un hecho cultural; en nuestra sociedad, las relaciones de
parentesco se utilizan también para explicar y representar la pertenencia a otros grupos
mucho más amplios que la familia, llegando hasta el nivel de la nación. De acuerdo con
Dolors Comas (1996: 8), los vínculos de sangre sirven para marcar una continuidad
entre pasado y presente. En este sentido, jugando con el alto valor emotivo del
parentesco, destacamos pancartas que dicen: “A ta mare també li posaries preu?”
(refiriéndose a Pujol). Pero, sobre todo, un tema que está muy presente tanto en los
discursos como en otros aspectos de las protestas, es el de pensar en las generaciones
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
pasadas y en las futuras: por un lado, “si los antepasados vieran esto…”; y, por el otro,
encontramos el planteamiento que hay que tener en cuenta a las generaciones futuras y
dejarles como legado un río y un Delta en condiciones.
I cada dia passejo pel riu; a les set del matí ja estic al riu. I este matí, conscient
de que estaria aquí amb vatros, estava pensant: “S’ha de lluitar. Los avis van
treballar. I no només van regar en aigua sinó en suor.” (…) Vull explicar als
meus néts (…) que el Delta lo salvarem, perquè los de les Terres de l’Ebre anem
tots a una i el salvarem! (…) Als meus néts no els vull dir que la gent de les
Terres de l’Ebre hem sigut uns covards. (Joan Franch en la Asamblea Popular
Antitrasvase, 15/9/2000)
Las manifestaciones las suelen encabezar niños que llevan el típico tubo
anudado antitrasvase o alguna pancarta y que representan el futuro; incluso la
manifestación de Tortosa del 29 de abril fue encabezada por bebés que iban en carritos
empujados por las respectivas madres.
Otro elemento que queda perfectamente reflejado en los actos de protesta es que
toda la polémica del PHN ha hecho resurgir unas identidades e, incluso, crear otras de
nuevas. En primer lugar, se ha reactivado la catalanidad de los ebrencs, una catalanidad
que estaba bastante dormida o que quizás ni tan siquiera existía (hay una popular
expresión que dice “Tortosins, ni catalans, ni valencians”). En cambio, en las
manifestaciones se han podido ver muchas banderas independentistas y pancartas con
lemas como “També som catalans” o “Catalunya, defensa’ns o lluitarem”. Un momento
muy emotivo, durante la manifestación del 29 de abril, fue cuando un grupo de jóvenes
hizo ondear una estelada desde una azotea de la plaza; la catalanidad quedó demostrada
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
porque todos los asistentes ovacionaron esta acción. Similarmente, la manifestación de
Ampolla del 11 de septiembre del 2001 (diada de Cataluña) iba encabezada por una
pancarta que rezaba: “Riu mort, Delta perdut, Catalunya sense sud”. Ante acusaciones
de insolidaridad, recibidas de los potenciales beneficiarios del agua del Ebro, los
ribereños han conseguido que muchos catalanes se solidaricen con su causa. De hecho,
ellos insisten mucho en que se sienten catalanes, a pesar de no ser tratados como tales:
Perquè jo, que em sento català, quan agafo i, per exemple, vinc de l’Aragó i
entro a la carretera que hi ha de Faió a (…) Riba-roja, dic: “Bueno, jo com a
català me’n dono vergonya!” Perquè ni a l’Àfrica! (…) És tercermundista. (…)
Jo fa poc vaig anar a Barcelona i vaig anar a veure l’òpera, eh? Quan s’ha de
fer algo a Barcelona, mira si n’han fet de coses! (Josep Busom, 9/12/2000)
Per fi s’adonen que el sud existeix! (…) I ara començaran a entendre que ser
català també vol dir menjar baldana, auberges, caçar fardatxos de petits, anar a
la Fontcalda, al delta a menjar anguiles i mut, ballar jotes i batejar les nenes
amb el nom de Cinta. (El Punt, 11 de marzo de 2001)4
En segundo lugar, es evidente que el concepto de Terres de l’Ebre, hasta ahora
quizás latente pero dormido, ha adquirido una gran popularidad. Si bien generalmente la
identidad étnica predomina fuertemente por encima de las otras, en estos momentos
podemos afirmar que el hecho de pertenecer a las Terres de l’Ebre es, para la mayoría
de habitantes, el sentimiento de adscripción más importante. Hasta hace poco tiempo,
las Terres de l’Ebre parecían más bien una construcción ideológica creada por los
poderes públicos y la élite local; pero, con los nuevos acontecimientos, la población se
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
apropia de este concepto y en las manifestaciones pueden verse pancartas como “Les
Terres de l’Ebre diuen no al transvasament”. La unión se hace patente sobre todo en la
manifestación de Móra, cuando colectivos procedentes del Priorat, la Ribera d’Ebre, la
Terra Alta, el Montsià y el Baix Ebre luchan por motivos diferentes pero defienden un
mismo modelo de desarrollo. En todo momento, las poblaciones situadas aguas arriba
del hipotético punto de toma de agua del trasvase se han solidarizado con los ebrencs de
aguas abajo y han luchado contra el PHN.
De hecho, se están llevando a cabo actos que fomentan o explotan este
sentimiento de unidad de las Terres de l’Ebre; así, podemos hablar de la Bajada de
Gigantes por el Ebro en barcazas (30 de septiembre y 1 de octubre del 2000) o del
Congreso de Cultura y Territorio en la Diócesis de Tortosa5 (diciembre del 2001).
En último lugar, recuperamos la unidad catalano-aragonesa gracias al Ebro, que
se remonta a muchos siglos atrás, a los antiguos proyectos de hacer el río navegable, y
que ahora se utiliza para legitimar algunas actuaciones. Desde un principio, se
establecieron lazos de cooperación entre aragoneses y ribereños, puesto que ambos
grupos están en contra del trasvase. Así, uno de los lemas coreados en las
manifestaciones es: “Generalitat, defenseu l’Ebre o… ens haurem de fer aragonesos?”.
En la manifestación de Zaragoza del 12 de noviembre del 2000, los ebrencs fueron
recibidos simbólicamente por la Plataforma en Defensa del Ebro de esta ciudad
aragonesa desplegando una bandera de cien metros de largo sobre sus cabezas.
Al lado de este componente reivindicativo, las manifestaciones, asambleas y
actos de protesta en general, suelen tener un componente lúdico y de sociabilidad muy
importante. Unos actos más que otros pero, por regla general, son ocasiones para hacer
salidas con familiares y amigos, para reforzar las redes sociales e, incluso, para crear
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
nuevas relaciones. Las Terres de l’Ebre constituyen una sociedad pequeña, donde todo
el mundo se conoce, donde todavía no ha llegado el anonimato de la gran ciudad y si
observamos, por ejemplo, las caravanas en coche que se organizaron por el Delta, nos
recuerdan más una fiesta popular que un acto solemne de protesta. De acuerdo con
Moreno (1991: 625), las manifestaciones reivindicativas reproducen y reafirman la
identidad de aquellos que participan en ellas frente a otros colectivos.
Las Terres de l’Ebre se han visto profundamente afectadas por la emigración. La
mayoría de jóvenes deben salir a estudiar a Tarragona o Barcelona (la presencia
universitaria en el área es mínima) y sólo regresan los fines de semana. Muchos se
quedan ya a trabajar en aquellos lugares, puesto que la demanda de titulares
universitarios en la zona es más bien escasa. Este fenómeno, que hace unas cuantas
décadas que se produce, ha dado lugar a la existencia de ebrencs de fin de semana, ya
que generalmente continúan manteniendo los vínculos con la población de nacimiento y
vuelven cuando se lo permite su trabajo. Esta gente suele tener muy desarrollado el
sentimiento de identidad, quizás más que los que viven en el territorio:
Tornava a casa al cap de tres mesos i… vaig idealitzar sempre el territori; vaig
idealitzar el meu poble. I… jo suposo que això, una gent que han viscut
permanentment o que tal, això no ho té tan exagerat com ho tinc jo. (…) Per
tant, com que no podia tornar, l’únic que esperava veure el riu (…) Què és lo
que feia el meu poble diferent d’altres pobles? (…) És que hi havia un riu.
(Josep Sánchez, 26/8/2000)
En este sentido, los ebrencs que residen lejos de las Terres de l’Ebre han ideado
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
sistemas para aproximarse y, naturalmente, las nuevas tecnologías han desarrollado un
papel muy importante. La Plataforma tiene una página web con una agenda, links,
información sobre el PHN, fotografías de los actos de protesta… Pero un fenómeno
todavía más interesante lo constituye el foro ebrencs.com, con una gran actividad y que
une a personas residentes dentro y fuera de las Terres de l’Ebre; entre los de fuera
(incluso en el extranjero), la mayoría son nacidos en la zona, pero también hay algunas
personas que sencillamente simpatizan con su causa. Es una buena forma de mantenerse
informado de lo que va sucediendo, de intercambiar impresiones y, sobre todo, de
sentirse más cerca del lugar de origen. Hace ya más de un año que funcionan y ellos
mismos se definen como “comunidad virtual”, término interesante, pues quizás los
antropólogos todavía no nos hemos planteado con la suficiente profundidad las nuevas
formas de relación social a través de internet. No entraremos en la controvertida
definición de “comunidad”, pero es indiscutible que algunas de las características que se
suelen mencionar están presentes aquí, como la existencia de relaciones de igualdad, de
símbolos comunes o la misma autopercepción como grupo. Tal como señala
Domínguez (2001: 457), el hombre crea un espacio que hasta ahora no existía y en este
nuevo espacio se reproducen las relaciones cotidianas (económicas, de ocio, sexuales,
de amistad, etc.).
El derecho de los ebrencs a escoger su futuro
A pesar de que todo lo que hemos descrito hasta aquí nos parezca un estudio de
caso, gran parte de los comentarios se podrían extrapolar a un ámbito más global. Los
cambios que están afectando a la sociedad ebrenca, la apuesta por un modelo de
desarrollo determinado y el surgimiento de movimientos sociales son el resultado de
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
unas circunstancias que se dan en muchos otros lugares. Según Riechmann y Fernández
Buey (1995: 13-14), el contenido principal de los nuevos movimientos es la conciencia
de los límites alcanzados por las sociedades modernas en su continua expansión. Se
trata de evitar la “destrucción del mundo” y reconstruir los vínculos sociales sobre
fundamentos de igualdad, libertad y solidaridad; estos son, aunque a escala más
modesta, los objetivos de la PDE.
Nuestra intención era demostrar la existencia de una continuidad al largo de todo
el siglo XX. Tal como explican Pujadas y Comas (1991: 647) refiriéndose a la
catalanidad, los símbolos no son categorías estáticas sino vivas, en constante proceso de
recreación y transformación. Actualmente, el Ebro se está constituyendo como elemento
patrimonial, asentándose sobre unas bases diferentes a otros procesos anteriores que
también habían situado el río en un punto central. No obstante, las continuidades están
desarrollando un papel esencial en esta construcción social; es lo que Llorenç Prats
(1997: 85) llama “museabilización de la frustración”: una zona pierde aquello -en este
caso, el Ebro recurso- que ha constituido la base de su sustento y, un tiempo después,
busca la reconstrucción de su identidad y una alternativa al desarrollo económico a
través de su activación patrimonial. Este mismo autor (1997: 22) afirma que el factor
determinante del patrimonio cultural es su carácter simbólico, su capacidad para
representar simbólicamente una identidad; el Ebro, a medio camino entre patrimonio
natural y cultural (o quizás, más bien, una suma de los dos elementos) ofrece un claro
referente a la hora de definir la identidad de las Terres de l’Ebre. De todas maneras,
Prats (1997: 35) insiste en la importancia que desempeña el poder en la activación del
patrimonio; él afirma que, como mínimo, se requiere su beneplácito. Pues bien, una
gran parte de la patrimonialización del Ebro (aquella que está más vinculada al aspecto
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
sentimental) se ha producido a pesar de los esfuerzos del poder para que no fuera así;
sólo la constitución como recurso turístico cuenta con el apoyo de los gobernantes.
Hasta aquí hemos dejado claro que el Ebro es el elemento vertebrador de toda la
protesta, pero también ha surgido la conciencia de su valor ecológico que, a su vez,
incide directamente sobre el que se pretende que sea uno de los pilares económicos
fundamentales del área, el turismo. Si bien la navegación turística sólo tiene importancia
económica en la zona del Delta, la pesca y el patrimonio natural constituyen dos
atractivos turísticos esenciales. En las zonas del embalse de Riba-roja y del azud de
Xerta-Tivenys, pescadores centro-europeos acuden con el objetivo de capturar
principalmente sirulos; de momento, sólo algunos campings, empresas de alquiler de
embarcaciones, un hotel, algún restaurante… se benefician de esta actividad. La gran
amenaza reside en la disminución de peces que está experimentando el Ebro, que podría
acabar con la afluencia de turismo6.
El parque natural del Delta del Ebro y, en mucho menor grado, la reserva natural
de Sebes son las dos áreas que atraen visitantes interesados por la contemplación de la
naturaleza. Finalmente, algunas poblaciones basan gran parte de su atractivo en la
presencia del río, destacando Miravet, que recuerda un pueblo marinero, por estar
situado sobre una gran pendiente en la misma orilla del curso fluvial7.
El resultado de todo esto ha sido una mirada más respetuosa sobre el río por
parte de los habitantes de la zona, que ahora es percibido como una riqueza que hay que
conservar; el discurso científico y ecologista ha echado raíces entre la población. Los
conocimientos directos del medio, procedentes de la interacción diaria, van siendo
sustituidos por los que proceden de una representación colectiva mucho más amplia,
que va más allá del marco geográfico concreto (medios de comunicación, textos
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
divulgativos, etc.) La percepción de los locales sobre el Ebro es muy diferente de la de
sus antepasados, aquellos para los cuales el río constituía un modus vivendi (pescadores,
navegantes, recolectores de materias primas…). Es un punto de vista más intelectual o,
si se quiere, más metafísico, que se puede resumir en una frase: no es un recurso para
explotar sino para conservar.
Según Martínez Gil (1997: 31), los ríos no pueden ser objeto de mercado, puesto
que representan funciones de naturaleza y valores patrimoniales que no se pueden
alterar más allá de un cierto límite. La visión choca claramente con la perspectiva
anacrónica de los poderes públicos (se encuentran todavía en aquel estadio del
pensamiento en que los ríos se percibían como recursos para explotar), totalmente
ajenos a la “nueva cultura del agua” que se está imponiendo entre los científicos y
también entre la población. En este sentido, podemos aplicar a las Terres de l’Ebre el
cambio que describe Inglehart (1991: 59) para lo que él denomina “sociedades
industriales avanzadas”: se está pasando de la prioridad de valores materialistas a otros
posmaterialistas, cosa que, a su vez, enlaza con el gran impulso de los movimientos
sociales; una de las principales características de los posmaterialistas es que dan menor
prioridad al crecimiento económico que a la calidad de vida (Inglehart, 1991: 174). Si
cuando empezó la protesta, los posmaterialistas eran sólo los intelectuales que
encabezaban la Plataforma, poco a poco, las ideas se han ido extendiendo por toda la
sociedad ebrenca. Es, pues, como hemos comentado anteriormente, un proceso global
que se está experimentando en muchos otros lugares.
Precisamente este es el camino que la mayoría de ebrencs consideran que hay
que seguir de cara al futuro. Durante décadas, cuando la industrialización era vista como
la panacea, las Terres de l’Ebre persiguieron la instalación de industrias, pero vieron
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
como las petroquímicas se quedaban en el Camp de Tarragona. Se han dado cuenta de
que lo que en aquella época fue visto como un contratiempo es ahora una ventaja, que
precisamente el hecho de tener un entorno natural poco antropizado constituye un
potencial de desarrollo; es por esto que la misma población clama por un desarrollo
sostenible8: un turismo poco masificado, una agricultura de calidad y unas escasas
industrias poco contaminantes.
I no ho poden entendre! Continuen obviant i ignorant l'actual problemàtica
d'aquestes terres, eh? (…) Perquè el nostre desenvolupament està basat en això
(…) En un turisme de qualitat, en una agricultura de qualitat (que no podem fer de
quantitat, però sí de qualitat). Les denominacions d'origen Priorat, Terra Alta, la
bona fruita dolça que tenim aquí, eh? i en un desenvolupament social que hem
decidit aquestes terres. I totes aquestes agressions, sigue el Pla Hidrològic
Nacional o sigue tot lo que sigue, o la Enron o el mapa eòlic, l'únic que fan és
impossibilitar el nostre creixement. (Toni Borrell en la Asamblea de Móra d’Ebre,
20/1/2001)
Bibliografia
ALEDO, Antonio, 2001, “Problemas socioambientales II: las ecoutopías” en Sociología
ambiental. Alicante: Grupo Editorial Universitario.
BROCH, Àlex, 1975, “Ascó i la seva central nuclear”. Serra d’Or, abril.
COMAS D’ARGEMIR, Dolors, 1996, “La construcción social de la pertenencia:
metáforas genealógicas y naturalistas”. Publicado en francés con el título “L’arbre et la
maison” en L’Europe entre cultures et nations. Paris: Ed. de la Maison des Sciences de
l’Homme.
COMISIÓN MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO, 1992, Nuestro
futuro común. Madrid: Alianza.
COTS, Francesc, 1996, Benifallet entre dos segles. Història, records i formes de viure
d’un poble del Baix Ebre. Tortosa: Centre de Lectura de les Terres de l’Ebre.
DOMÍNGUEZ, J. Andrés, 2001, “Medio ambiente y sociedad en el tercer milenio.
Algunas reflexiones en gerundio” en Sociología ambiental. Alicante: Grupo Editorial
Universitario.
IX Congreso de Antropología. Barcelona. 4-7 septiembre 2002. Simposio Recreaciones Medioambientales, Políticas de Desarrollo y Turismo
DOUGLAS, Mary, 1978, Símbolos naturales. Madrid: Alianza.
GARCIA, Xavier, 1997, Catalunya també té sud. Barcelona: Flor del Vent Edicions.
INGLEHART, Ronald, 1991, El cambio cultural en las sociedades avanzadas. Madrid:
Centro de Investigaciones Sociológicas.
MAIRAL, Gaspar, 1993, “’Perder el pueblo’ (Antropología aplicada y política
hidráulica)”. Revista de antropología social, nº 2.
MARTÍNEZ GIL, Fco. Javier, 1997, La nueva cultura del agua en España. Bilbao:
Bakeaz.
MORENO, Isidoro, 1991, “Identidades y rituales” en Antropología de los Pueblos de
España. Madrid: Taurus.
PONT, Josep (Dir.), 2002, El moviment social contra el Pla Hidrològic Nacional i el
transvasament de l’Ebre. Barcelona: Fundació Bofill.
PRATS, Llorenç, 1997, Antropología y patrimonio. Barcelona: Ariel.
PUJADAS, Joan J.; COMAS D’ARGEMIR, Dolors, 1991, “Identidad catalana y
símbolos culturales” en Antropología de los Pueblos de España. Madrid: Taurus.
RIECHMANN, Jorge; FERNÁNDEZ, Francisco, 1995, Redes que dan libertad.
Introducción a los nuevos movimientos sociales. Barcelona: Paidós.
NOTAS
1
Hay quien incluye una quinta comarca, el Priorat, dentro de les Terres de l’Ebre. Nosotros no
entraremos en esta discusión, pero lo cierto es que una parte de esta comarca ha estado vinculada
históricamente a la zona del Ebro.
2
Aunque Vandellòs no se encuentra administrativamente dentro de les Terres de l’Ebre, limita con ellas.
3
Editorial escrito por F. Tallada Cachot, presidente del Ateneo de Tortosa, órgano editor de la revista La
Zuda.
4
Artículo de opinión titulado “Terres de l’Ebre” y escrito por Joan Menchón.
5
Precisamente uno de los objetivos del congreso era denunciar la condición de periferia y reivindicar la
importancia de esta zona como cruce cultural y territorial.
6
Por un lado, el mejillón cebra, recientemente detectado en el Ebro, amenaza con causar enormes
perjuicios al ecosistema. Por otro lado, en diciembre del 2001 y enero del 2002 aparecieron grandes
cantidades de peces muertos en el curso fluvial, presumiblemente a causa de algún vertido de mercurio;
de todas maneras, hay quien afirma que el mercurio se encuentra depositado en el fondo del pantano de
Flix y que, por diversas causas, subió a la superficie.
7
Evidentemente, existen recursos turísticos desvinculados del río y que atraen muchas visitas, como las
cuevas de Benifallet o el castillo de Miravet.
8
Hay muchas definiciones de este concepto, pero posiblemente la más representativa sea la que habla de
aquel desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras
generaciones para satisfacer las propias (CMMAD, 1992: 29).
Descargar