Historia EL ASALTO FINAL SOBRE ALEMANIA La ofensiva final

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Historia
EL ASALTO FINAL SOBRE ALEMANIA
La ofensiva final angloamericana contra el Reich se planteó en tres fases:
destrucción del grueso de los ejércitos alemanes que Hitler había concentrado en
las tierras del Rin; cruce del Rin, seguido por un envolvimiento del Ruhr y
finalmente invadir el corazón de Alemania hasta encontrarse con el Ejército Rojo en
el Este. Frente a las 85 divisiones de Eisenhower había 82 divisiones alemanas,
debilitadas y desmoralizadas por el reciente fracaso en las Ardenas. Solo el
fanatismo que todavía irradiaba la figura de Hitler, le permitió a los alemanes
encarar una defensa encarnizada que obligó a los aliados a tomar hombre por
hombre y casa por casa. Hitler le había prometido a su pueblo que se quedaría en
Berlín hasta el final y había cumplido su palabra. Ahora ellos debían combatir hasta
el último aliento en una conmovedora prueba de lealtad hacia su Fuhrer. Ni siquiera
los devastadores bombardeos nocturnos que provocaban hasta 100.000 muertes
por noche, amilanó el espíritu de combate del pueblo alemán. La otrora invencible y
selecta Wehrmacht estaba compuesta por rostros aniñados y ancianos decrépitos
con un Fuhrer que era la sombra de aquel infalible conductor de cinco años antes.
Sin embargo, los alemanes venderían muy cara su piel.
El VII Ejército norteamericano y el I Ejército francés liquidaron en el sur del Rin la
bolsa de Colmar, desde la frontera suiza hasta Estrasburgo. Por el norte, el I
ejército canadiense y el II británico expulsaron a los alemanes que se hallaban
entre los ríos Maas y Roer y avanzaron hacia el Rin. Los alemanes habían volado las
presas del Roer inundando toda la zona, lo cual empantanó a los tanques y
vehículos de los aliados. En los bosques de Reichswald y Hochwald tuvieron lugar
las batallas más sangrientas de la guerra mientras las tropas de Montgomery en
una operación semianfibia hacían retroceder a los alemanes al otro lado del Rin. El
23 de febrero el IX Ejército de Simpson barrieron la ribera occidental del Rin, desde
Nimega a Dusseldorf. En tanto, el I ejército de Hodges conquistó el 7 de marzo la
ciudad de Colonia en lo que fue un gran impacto para los hombres de Hitler.Colonia
era la cuarta ciudad alemana en orden de importancia y su caída tuvo un alto
impacto psicológico para los alemanes. A pesar de que Hitler había ordenado volar
todos los puentes del Rin, una increíble omisión de sus oficiales dejó intacto el
puente de Remagen permitiendo el paso del I Ejército de Hodges hacia el centro de
Alemania. El 18 de abril , los aliados desbarataron la bolsa del Ruhr y 325.000
hombres fueron obligados a rendirse; su comandante en jefe, el mariscal Model,
nazi leal hasta el fin, se suicidó. Con el Sarre y Silesia ya conquistadas, la pérdida
del Ruhr dejaba a Alemania sin el control de las mayores zonas industriales.
Además, en la bolsa del Ruhr quedaron destruidas casi todas las fuerzas restantes
de la Wehrmacht allanando el camino hacia Berlín. Cuando los ejércitos aliados
avanzaban por tierras alemanas, no sólo se encontraron con las reservas de oro
por un valor de 250.000.000 millones de dólares enterradas en una mina de sal,
sino que encontraron los grandes campos de exterminio con escenas dantescas que
ni el soldado más fuerte podía soportar de ver. Cuerpos fantasmales y cadavéricos
deambulaban por los patios de los diversos campos entre montañas de cadáveres
que los alemanes no habían hecho en tiempo para quemara antes de la llegada de
los aliados. Muy pocos de esos seres todavía agonizantes pudieron sobrevivir a la
liberación debido al estado terminal en que se hallaban. Los rusos, desde el este
también fueron descubriendo los tristemente célebres campos de Auschwitz y
Treblinka, situados en territorio polaco .Las tropas de Koniev y Zukov, tras sostener
duros combates en el Danubio, se dirigieron hacia Austria y tras arduos combates
callejeros Viena cayó el día 13 de abril. A medida que los aliados avanzaban en
ambos frentes, las disputas internas entre ellos se agudizaba. Stalin se apresuraba
en su objetivo de dominar la Europa oriental al tiempo que los anglo-americanos
corrían hacia Berlín para anticiparse a voracidad de los soviéticos. A pesar de las
protestas anglo-americanas, los rusos establecieron regímenes comunistas en
Rumania, Bulgaria y Polonia, y gobiernos de coalición patrocinados por Rusia en
Austria, Checoslovaquia y Hungría. Sólo Finlandia obtuvo su soberanía e
independencia libre de trabas.
Finalmente el 30 de abril, con los rusos invadiendo Berlín, un Hitler devastado por
los más variados achaques se pegó un tiro poniendo fin a su agitada vida. Tras
doce días de furibundos combates, el 2 de mayo caía la capital del Reich de los mil
años ante las columnas del ejército rojo, conducidas por Zukov y Koniev. El I
ejército de Hodges conquistó Magdeburgo y Leipzig e hizo la primera unión con el
ejército de Koniev sobre el Elba, el día 25 de abril. Pese a las insistencias de
Churchill en torno a la liberación anglo-americana de Praga y de Checoslovaquia
occidental, por considerarlo políticamente de primera importancia para la
determinación del status de postguerra, Eisenhower ordenó detener el avance para
dar cumplimiento a sus acuerdos con los rusos, y ordenó que las columnas de
Patton se detuvieran. Los alemanes aplastaron la rebelión checa y la liberación de
Praga quedó encomendada al ejército rojo. El 9 de abril, el V ejército
norteamericano y el VIII ejército británico lanzaron su ofensiva final en Italia,
rompiendo la línea del Po. Los británicos bordeando el Adriático se unieron a los
partisanos de Tito cerca de Trieste mientras que los norteamericanos se lanzaban
sobre el paso del Brennero para cortar la retirada alemana. La situación alemana
era desesperante y en tal estado de cosas, intentaron establecer una rendición
separada con los anglo-americanos para evitar la venganza del Ejército Rojo.
Finalmente el 7 de mayo, el gran almirante Karl Doenitz, en su condición de
sucesor de Hitler, firmó el documento de rendición incondicional ante todos los
aliados en el cuartel general de Eisenhower, en Reims. El 8 de mayo tuvo lugar una
segunda ceremonia en un Berlín arrasado por las bombas, frente al Ejército Rojo. A
partir de entonces, Alemania quedaba dividida en dos partes; una occidental bajo el
dominio anglo-americano y una Alemania oriental bajo la órbita soviética. Berlín,
símbolo del Reich de Hitler, fue dividida en cuatro zonas de ocupación. Toda Europa
Oriental quedaba una vez más bajo el poder totalitario: tras liberarse del yugo
alemán pasó a ser esclava de la tiranía soviética.
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