Presentación del Proyecto de Dictamen sobre

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Presentación del Proyecto de Dictamen sobre “Las
actuaciones prioritarias de los entes locales y regionales
para prevenir la violencia ejercida contra las mujeres y
mejorar la atención a las víctimas en el Comité Económico
y Social Europeo
1- Introducción
En una Europa en la que la palabra “igualdad” suena cada día con más fuerza en todos los
ámbitos de la vida, la violencia de género es una lacra que no puede continuar vigente. Esta es
la idea que la Delegación Española ante el Comité de las Regiones de la Unión Europea ha
pretendido dejar clara ante las instituciones comunitarias, y el encargado de defender la
propuesta de Dictamen ha sido Don Juan Vicente Herrera Campo, que además de presidente
de la Junta de Castilla y León y promotor de esta iniciativa conjunta, es el jefe de la Delegación
Española ante el Comité de Regiones.
La Directora General de Relaciones Institucionales y Acción Exterior, la Sra. María de Diego
Durantez, en representación del ponente D. Juan Vicente Herrera comenzó exponiendo unos
datos escalofriantes sobre la cantidad de mujeres maltratadas en Europa: La violencia de
género es la mayor causa de muerte entre las mujeres europeas de entre 16 y 44 años. Es
decir, en Europa, la violencia de género se cobra más vidas que el cáncer o los accidentes de
tráfico entre las mujeres de esta franja de edad.
El objetivo de este dictamen es eliminar la violencia contra las mujeres en todos los ámbitos de
la vida. Este problema es una lacra social que afecta a todas las culturas y a las mujeres de
todas las capas de la sociedad, sin distinción de nivel de estudios y procedencia cultural.
La definición de violencia contra las mujeres que se incluye en este dictamen es la recogida por
la Asamblea General de Naciones Unidas en 1993 y que está reconocida internacionalmente.
El ponente apoya la lucha contra la violencia hacia las mujeres a través de medidas de
prevención y de concienciación social, así como medidas de atención y protección a las
víctimas. Considera imprescindible prestar mayor atención a la educación de los niños y niñas
y lanzar campañas de sensibilización para implicar a toda la sociedad. Cabe destacar que los
entes locales y regionales son los encargados de poner en prácticas medidas para erradicar
este problema mediante diferentes políticas.
Así mismo, el ponente apoya la idea de crear un Observatorio contra la violencia hacia las
mujeres dentro del Instituto Europeo de Igualdad de Género.
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Intervención de un representante de la Comisión Europea
La Comisión recibió este dictamen con agrado y considerando que se han cubierto todas las
facetas del problema. Además, considera que asumir la definición de Naciones Unidas es la
mejor opción.
La erradicación de la violencia ejercida contra las mujeres es una prioridad para la Comisión
Europea a favor de la igualdad de género. La mayoría de los esfuerzos se centran en llevar a
cabo el Programa Daphne III pero con el objetivo de llegar más lejos, la Comisión está
elaborando un estudio de viabilidad para normalizar la legislación de los Estados miembros en
cuanto a la violencia contra los niños y las mujeres. A demás, a finales de 2009 se publicará
una Comunicación sobre los matrimonios de conveniencia y la mutilación genital femenina así
como una encuesta del Eurobarómetro sobre la valoración de la violencia ejercida hacia niños y
mujeres.
Enmiendas
Se presentaron 31 enmiendas a este dictamen:
Adoptadas: 1, 3, 5, 6, 10, 11, 14, 15, 17, 21, 22, 24-26.
Rechazadas: 2, 8, 16, 18, 19, 20, 23.
Compromisos: 9,12, 13, 27-31.
Decaen: 4, 7.
El dictamen se aprobó por mayoría. La adopción final está prevista para la sesión plenaria del 5
y 7 de Octubre de 2009.
Antecedentes
El Sr. Herrera presentó la idea de proponer un Dictamen ante el Comité de Regiones en abril
de 2008: debía recoger unas medidas concretas para luchar contra el maltrato. El proyecto fue
aprobado por las Cortes de Castilla y León en octubre de 2008, pero la idea era que no se
limitase al ámbito castellano y leonés, sino que la Comunidad, y concretamente D. Juan
Vicente Herrera, se convirtiese en voz del resto de autonomías restantes.
El Comité de las Regiones fue creado en 1994 en virtud del Tratado de la Unión Europea, y es
un organismo consultivo integrado por representantes de las autoridades regionales y locales
de Europa. El Comité debe ser consultado antes de que se tomen decisiones de la UE sobre
asuntos que conciernen al gobierno local y regional, tales como la política regional, el medio
ambiente, la educación y el transporte.
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El Comité se compone de 344 miembros. El número de miembros de cada Estado refleja
aproximadamente el tamaño de su población, de manera que España cuenta con 21 miembros.
Los miembros del Comité son cargos municipales o regionales electos, a menudo presidentes
regionales o alcaldes de grandes ciudades.
Son nombrados por los gobiernos de la UE, pero trabajan con total independencia política. El
Consejo de la UE los nombra por cuatro años y pueden ser reelegidos. También deben tener
un mandato de las autoridades a las que representan, o deben ser políticamente responsables
ante ellas.
La función del Comité de las Regiones es presentar los puntos de vista locales y regionales en
la legislación de la UE. Lo hace emitiendo dictámenes sobre las propuestas de la Comisión.
La Comisión y el Consejo deben consultar al Comité en cuestiones de importancia directa para
las autoridades locales y regionales, pero también pueden consultarlo siempre que lo deseen.
Por su parte, el Comité puede emitir dictámenes por propia iniciativa y presentarlos a la
Comisión, al Consejo y al Parlamento.
Cada año el Comité celebra cinco sesiones plenarias durante las cuales define su política
general y adopta los dictámenes. Entre reunión y reunión, las seis comisiones especializadas
preparan las sesiones plenarias: en el caso del Dictamen sobre violencia de género, está
siendo la Comisión de Política Económica y Social la que realiza los trabajos preparatorios.
2- La violencia de género
La violencia es un comportamiento deliberado y conciente, que puede provocar daños
corporales o mentales a la víctima. Violencia de género es aquella que se ejerce de un sexo
hacia otro. Por lo general, el concepto nombra a la violencia contra la mujer, donde el sujeto
pasivo es la persona del género femenino.
Según un informe publicado por el Consejo Judicial del Poder Judicial, en España murieron un
total de 121 personas en 2008 víctimas de la violencia doméstica o de género, y en un 80 por
ciento de los casos los órganos judiciales no tenían constancia de la situación de malos tratos
previa.
De todos los fallecidos, 90 fueron mujeres (el 74,4 por ciento), 75 de las cuales fueron
asesinadas por sus parejas o ex parejas. De ellas, 15 habían denunciado previamente, lo que
representa un 20 por ciento del total, cuando un año antes, el porcentaje de víctimas mortales
que había presentado denuncia fue del 36,5 por ciento. Además, 4 de cada 10 no habían
cumplido los 36 años.
Hay que resaltar, del mismo modo, que una recomendación sobre Violencia doméstica contra
la mujer adoptada por el Consejo de Europa en septiembre de 2002 afirma que la ésta es la
primera causa de muerte femenina entre los 16 y los 44 años, por encima del cáncer, los
accidentes de tráfico y la guerra.
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Por ello, Castilla y León ha querido erigirse como abanderada de la lucha contra esta lacra, y
por ello el monasterio de Santa María de Valbuena, en la localidad vallisoletana de San
Bernardo acogió en enero de 2009 una cumbre con el objetivo de redactar una propuesta de
Dictamen conjunta que presentar, en nombre de la Delegación Española, ante el CdR.
Representantes de las 17 comunidades autónomas, de la Federación Española de Municipios y
Provincias y el Delegado del Gobierno contra la violencia de género participaron en la reunión,
donde se intercambiaron ideas y experiencias innovadoras sobre las distintas facetas de este
problema.
D. Juan Vicente Herrera propuso la idea de presentar un Dictamen sobre este tema al Comité
de las Regiones nada más asumir en abril de 2008 la Jefatura de la Delegación Española ante
el Comité de las Regiones de Europa.
3- La propuesta de Dictamen
La principal referencia en la que se apoya el Dictamen es la resolución que la Organización de
las Naciones Unidas publicó en diciembre de 1993 con el objetivo de pronunciarse a favor de la
eliminación de la violencia contra la mujer. En este texto, la ONU define la violencia contra la
mujer como “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o
pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así
como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se
producen en la vida pública como en la vida privada”.
Además, la resolución de la Asamblea de la ONU también afirma que la mujer tiene derecho,
en condiciones de igualdad, al goce y la protección de todos los derechos humanos y libertades
fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural, civil y de cualquier otra
índole, y obliga a los Estados a aplicar por todos los medios apropiados y sin demora una
política encaminada a eliminar la violencia contra la mujer.
En el Dictamen que defendió Juan Vicente Herrera, por una parte, se hace hincapié en las
acciones que ya tiene en marcha la Unión Europea, y en las cifras que se manejan en torno a
este tema. Uno de los puntos de la propuesta afirma que la violencia contra las mujeres tiene
su origen en la estructura actual de nuestras sociedades, donde se perpetúan las
desigualdades entre mujeres y hombres, y que, para acabar con ella, deben ser prioritarias las
políticas dirigidas a conseguir la igualdad real de ambos sexos.
El texto parte de la base de que la violencia contra las mujeres constituye una agresión contra
las libertades y derechos fundamentales humanos y un obstáculo en la consecución de la
equiparación de oportunidades con los hombres, y pone de manifiesto que, en contra de lo que
se pueda pensar, la violencia hacia las mujeres tiene lugar en todas las capas de la sociedad,
sin distinción de nivel de estudios y procedencia cultural, en todos los Estados Miembros de la
Unión Europea.
El Dictamen señala la gran responsabilidad que las entidades locales y regionales tienen en el
ámbito de la violencia de género, y considera que cuentan con mucha experiencia, buenas
prácticas y programas destinados tanto a las víctimas como a los autores de los delitos.
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Asimismo, subraya el alto coste económico que esta lacra tiene para la sociedad: tanto a nivel
directo como indirecto, los entes locales y regionales de los Estados miembros tienen que
asumir un alto coste por la violencia contra las mujeres, ya que no sólo repercuten en las
personas, familias y comunidades, sino que los actos violentos y sus consecuencias reducen el
desarrollo económico de las naciones.
Los distintos efectos en la vida de las víctimas influyen en su itinerario laboral y en su salud
física, psicológica y social. A estos costes indirectos que repercuten sobre las pérdidas de
bienes y servicios y el bienestar de las víctimas, habría que añadir los costes directos de
recursos específicos o generales utilizados como consecuencia de esa situación. En un estudio
realizado en el Reino Unido se examinaron las categorías de costos en justicia, atención de la
salud, servicios sociales, vivienda, gastos legales, pérdida de producción y dolor y sufrimiento,
resultando un importe de 23.000 millones de libras esterlinas por año.
Por otra parte, además del estudio de la situación actual y de las consecuencias que la
violencia contra la mujer tiene en la sociedad europea, el Dictamen propone medidas
destinadas a luchar contra este mal de la sociedad desde todas las perspectivas posibles. Las
medidas se estructuran en cuatro grandes bloques: sensibilización, prevención, atención
integral a las víctimas y su posterior integración en la sociedad.
En cuanto a la sensibilización, el Dictamen propone la elaboración de estudios completos a
nivel europeo que ofrezcan datos sobre la prevalencia de la violencia contra las mujeres en las
distintas regiones, con el fin de conocer la magnitud del problema y poder innovar en las
propuestas de acción dirigidas a su erradicación, así como otras acciones dirigidas al conjunto
de la ciudadanía para que deje de considerarse la violencia de género un asunto de índole
privada y se implique en su solución.
A la hora de trabajar la prevención, el Dictamen insiste en la necesidad de erradicar de la
sociedad formas de entender la masculinidad y la feminidad que suponen una desigualdad de
poder económico, social o político que se difunden a través de publicidad, medios de
comunicación y materiales educativos, y proponer nuevas formas alternativas más justas e
igualitarias, así como continuar con la formación especializada a profesionales de los ámbitos
educativo, jurídico, sanitario, psicológico, de los servicios sociales, y las fuerzas y cuerpos de
seguridad para poder detectar anticipadamente casos de violencia de género y prestar una
atención más especializada.
El Dictamen no deja de remarcar la importancia de la educación, agente principal junto con las
familias en la socialización de niños y niñas. Es muy importante trabajar el principio de igualdad
de oportunidades entre mujeres y hombres y establecer estrategias de formación, prevención y
toma de conciencia contra la violencia hacia las mujeres en todos los niveles y ámbitos de la
comunidad educativa.
En cuanto a la atención integral a las víctimas, el Dictamen insta a los Estados Miembros a
desarrollar e implementar sus normas para penalizar a los agresores y proteger a las víctimas,
y apuesta por promover, con el apoyo de todas las instituciones europeas, una política
comunitaria basada en el respeto a la libertad y a la plena participación ciudadana de las
mujeres desde los entes locales y regionales.
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Estas actuaciones se realizarán a través de procedimientos eficaces que incidan en la
prevención de la violencia, desde el ámbito educativo al social, y en la mejora en la atención a
las víctimas, con la formación de los diferentes profesionales, con una red de apoyo y
protección social y con garantías de mayor seguridad personal.
El texto también recomienda formar unidades especiales dentro de los distintos cuerpos de
seguridad, sanitarios, judiciales y sociales que intervienen en casos de violencia hacia las
mujeres para poder ofrecer atención especializada.
Como medidas de protección más concretas, el Dictamen recoge la posibilidad de aumentar las
medidas de seguridad hacia las mujeres que son víctimas de violencia de género a través del
incremento de recursos policiales y tecnológicos que garanticen la integridad física y personal
de las mismas, y propone a los entes locales y regionales la adopción de medidas que
garanticen el acceso de las víctimas a los recursos especializados para prestar una atención
integral, tanto a las mujeres como a las personas dependientes de las mismas, asegurando un
alojamiento temporal inmediato.
Además, trata de la posibilidad de establecer medidas específicas de atención a las mujeres
especialmente vulnerables, como son las mujeres con discapacidad, las mujeres inmigrantes y
las mujeres que residen en entornos de mayor desprotección social
Por último, el Dictamen no quiere olvidarse de la reintegración en la sociedad de las
víctimas, y para ello propone la generalización en los entes regionales y locales de programas
de inserción sociolaboral de mujeres víctimas de malos tratos que fomenten la contratación de
estas trabajadoras y su promoción profesional a través de planes de formación y de ocupación,
para poder garantizar su independencia y autonomía económica.
La propuesta presentada, por último, contempla la creación de un Observatorio contra la
violencia hacia la mujer de ámbito europeo que se encargue de impulsar y coordinar las
medidas adoptadas en esta materia por los distintos entes locales y regionales.
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