Cartas Viernes 18 de Noviembre de 2011 Campaña contra el sida Señor Director: Tal como ha ocurrido en el pasado, la nueva campaña de prevención del sida ha generado gran controversia y discusión. Después de 20 años de campañas sin mayor éxito en términos de reducción del número de nuevos infectados, es necesario analizar este tema con seriedad y basados en la información que entrega la investigación científica al respecto. Nadie duda de que es imprescindible educar a la población acerca de las características de la infección por VIH/Sida y las maneras de prevenirla. Tampoco está en discusión la necesidad de focalizar las campañas de prevención en los grupos de mayor riesgo. Sin embargo, estas estrategias han sido claramente insuficientes para reducir las tasas de crecimiento de esta grave infección en todo el mundo. Nuestra experiencia como especialistas atendiendo pacientes desde el inicio de esta epidemia nos enseña que desafortunadamente la mayoría de las personas que adquieren esta infección ya sabían de su existencia y acerca de las maneras de prevenirla antes de contraerla. Esta realidad ha sido documentada en muchos países y ha motivado la búsqueda de nuevas estrategias. Entre ellas, la detección temprana de la infección mediante el examen y el tratamiento precoz han mostrado en forma inequívoca la reducción de nuevos contagios, debido a que disminuyen las conductas de riesgo y también la cantidad de virus en fluidos genitales y por ende la transmisión de él. La detección de la infección en mujeres embarazadas tiene también un gran impacto, porque permite iniciar tratamiento antiviral, lo que reduce el riesgo de transmisión al recién nacido desde un 30-40% a menos de un 2%. Me sorprende la resistencia que ha generado la implementación de la obligatoriedad del test del VIH durante el embarazo, cuando nadie nunca antes cuestionó la obligación de efectuar el test de sífilis -también una infección de transmisión sexual- a las embarazadas para prevenir esta infección en el niño, siendo la sífilis congénita menos grave que el sida. Respetamos todos los puntos de vista, pero a estas alturas es absolutamente necesario discutir y analizar este tema con la mayor rigurosidad y dejando de lado las opiniones y juicios no basados en lo que muestra la evidencia científica. DR. CARLOS PÉREZ CORTÉS Jefe Programa Enfermedades Infecciosas Director Red de Salud UC