Unidad IV: Reconversión y crecimiento de las zonas turísticas. Del fordismo al postfordismo 1. Introducción: graficas económica y mapas geográficos Los economistas trabajan sobre ciclos económicos y describen unos procesos que representan en sus graficas; los geógrafos abordan la expansión de la urbanización que la representan en mapas. Los economistas nos informan de la actividad de la población, y los geógrafos de la transformación física que soporta el territorio como consecuencia de aquella actividad. A pesar de las dificultades, todos se refieren a lo mismo, así lo afirman los diferentes modelos teóricos que se han elaborado. 1.1 Del fordismo al postfordismo El sistema de producción postfordista o postindustrial se desarrolla a partir de la primera crisis del petróleo en 1973. Desde el punto de vista geográfico, este hecho supone la centralización de capitales e información. Esta etapa se organiza territorialmente sobre las regiones metropolitanas que se gestan y evolucionan a partir de las áreas metropolitanas fordistas o industriales. Lo que permite la desconcentración centralizada ha sido el despegue de la sociedad de la información, y el resultado final ha sido la construcción de la ciudad difusa. Estas nuevas regiones terciarizan las economías del centro. Estamos asistiendo a la reorganización de las viejas áreas metropolitanas en el momento postindustrial. 1.2 Lo visible y lo invisible Para entender cualquier proceso regional es imprescindible abordar los aspectos tangibles y los intangibles, los formales y los funcionales, lo visible y lo invisible. Lo tangible, la montaña, el bosque, el hotel, la ciudad o la autopista, son fáciles de medir; pero lo intangible, el flujo, la relación de dominio de una región sobre otra, etc… se resiste más a la medición. La combinación de ambos tipos de fenómenos cristaliza en un determinado paisaje basado en una estructura territorial. Pero son cambiantes, de tal manera que cada cambio del modelo socioeconómico activa un cambio en el orden territorial y paisajístico. Desde el punto de vista del análisis geográfico lo que cambia es la configuración espacial que se representa mediante el mapa. 2. Soluciones industriales y periferias turísticas 2.1 La primera periferia turística como reflejo de la 1ª Revolución Industrial La 1ª revolución industrial nace en el siglo XIX. El emisor es Gran Bretaña. El carbón mineral será el estimulo energético que hará posible el cambio. Una energía que estará disponible para la producción mecanizada y los transportes (ferrocarril, navegación a vapor). Las comunicaciones se desarrollaran (telégrafo). Se inicia el paso de mano de obra del sector agrario al industrial; la agricultura desvía sus producciones del autoconsumo hacia las demandas del mercado y la exportación. Este hecho creará un paisaje focalizado y ligado a los yacimientos (industrias de cabecera donde transforman los recursos naturales extraídos en Gran Bretaña, Bélgica, Alemania, Francia, EEUU y Polonia) y a los nodos de comunicación (principales puertos que enlazan las redes marítimas con las ferroviarias como Londres, Liverpool, Bremen, Nueva York). Hay varios modelos teóricos que intentan explicar el origen y el crecimiento del turismo: Miossec, Chadefaud, Butler y Gormsen. Organizando la información en sentido espacio-temporal, Gormsen describe un modelo expansivo de las actividades turísticas desplegado a partir de los diferentes impulsos de crecimiento de la economía europea. Identifica 4 periferias turísticas: 1) Primera periferia que se inicia a finales del siglo XVIII. 2) Segunda periferia asociada a la Belle Epoque de principios de siglo XX. 3) Tercera periferia vinculada al desarrollismo de la década de los ’60. 4) Cuarta periferia desarrollada a partir de 1980. 2.2 Los cambios asociados a la 2ª Revolución Industrial: la 2ª y 3ª periferia turística. La 2ª revolución industrial es un fenómeno que se desarrolla desde principios del siglo XX hasta la crisis económica de la década de los ’70. Según el modelo de Kondratieff abarca dos fases de crecimiento: la de los felices años ’20 y la que siguió a la 2ª Guerra Mundial. La electricidad y los hidrocarburos se añaden a la explotación del carbón como fuente energética básica. Otros inventos son: el motor de combustión, el teléfono, la radio, la televisión, nuevos materiales (plástico, aluminio y fibras sintéticas), etc… la 2ª revolución industrial es la de las industrias motrices del automóvil, la petroquímica, la química ligera, los electrodomésticos, la aeronáutica, etc… La producción se organiza a partir de la fragmentación y especialización del trabajo y la concentración alrededor de la gran fábrica que se verá liberada de la necesidad de cercanía a los yacimientos y puertos. Es el capitalismo monopolista o fordista. La 2ª revolución industrial se traduce, turísticamente, a lo que Gormsen llama la 2ª y la 3ª periferia. Se genera una clase ociosa mucho mayor y unos enclaves turísticos mucho más extensos. a) La 2ª periferia turística Se desarrolla desde el cambio de siglo hasta la década de los años ’30 (Belle Epoque). Un turismo todavía elitista se instala en las primeras estaciones balnearias costeras del sur de Europa (Riviera italiana, Costa azul, San Sebastián, Alicante, Málaga, Mallorca, Corfú). En la mayoría de los casos se trata de enclaves que ya contaban con un desarrollo en el siglo XIX. b) La 3ª periferia turística Tras la 2ª Guerra Mundial, la 3ª periferia turística resulta del crecimiento económico asociado a la segunda parte de la 2ª revolución industrial. El desarrollo posterior a 1945 será de carácter masivo gracias al logro social de las vacaciones pagadas y del crecimiento del nivel de vida. A escala europea es todo el Mediterráneo: Turquía, Cerdeña, Egipto, Túnez, sur de Francia, y en España, Baleares, Canarias, Costa del Sol, Costa Blanca, Costa Brava, Costa Dorada, etc. 2.3 El efecto de la 3ª revolución industrial: la 4ª periferia turística Tras la crisis del petróleo en 1973 se inicia un proceso de reestructuración capitalista que desembocará en la 3ª revolución industrial, obra del capitalismo global. Se expande a través de la región urbana difusa. En el campo del turismo, esta 3ª revolución industrial es lo que Gormsen llama la 4ª periferia turística. Tiene dos características principales: implica el crecimiento de los antiguos enclaves a la vez que se están descubriendo otros nuevos en las regiones de la 3ª periferia turística. La novedad del turismo de esta época es el turismo transcontinental y transatlántico. 3. El último cambio de ciclo en España En España, la transición de la 2ª revolución industrial se gesta en la década de los ’80. La integración española en las instituciones europeas y atlánticas se manifiesta con la 2ª apertura económica con respecto a Europa. El año clave es 1986, año de la firma del Acta Única y de la incorporación a la OTAN. El proceso supondrá la efectiva internacionalización de la economía española. 3.1 Turismo y déficit exterior En el caso español el turismo ha seguido con su tradicional función compensatoria del déficit comercial. España ha pasado de país globalizado a globalizador, lo que permite mantener el déficit comercial a cargo de las revalorizaciones financieras propias de las economías altamente terciarizadas e inmobiliarias. 3.2 Preparando el territorio para el nuevo flujo de capitales El punto de inflexión en la economía española que supone 1986 es una encrucijada para los paisajes y la organización territorial del país. Dos documentos europeos elaborados en los ’80 justifican los planes de ordenación territorial autonómica: la Carta Europea de ordenación del territorio y el mapa sobre la estructura y dinámica básica de Europa Occidental. La línea marcada por ambos documentos culminara en la llamada Estrategia Territorial Europea (ETE). El papel de las grandes ciudades metropolitanas españolas ha sido el desarrollo del proceso de integración territorial europea. El resultado paisajístico más notable ha sido el crecimiento de la urbanización en general y en la costa en particular. Un crecimiento que no responde a la demanda interna de la población. El resultado final no podría ser otro que el paisaje de grúas que adornan la particular forma española de incorporarse a la 3ª Revolución Industrial.