Esta revista hizo una serie de fotos de una modelo marcada como los animales cuando van a ser cortados bajo el título "Aquí SÍ se come carne". Ésta es sólo una de las millones de imágenes que se crean en el país sobre nuestras mujeres, a las cuales definimos "las más bellas del mundo". Para mí esto es un insulto y una amenaza, objetivización de la mujer y una apología al feminicidio. En nuestra sociedad patriarcal, no queremos a nuestras mujeres. Las utilizamos y convenientemente confundimos admiración por explotación. Hay una diferencia entre matriarcalismo y matriarcado. Que las familias venezolanas, en gran parte, carezcan de figuras paternas, no significa que la sociedad sea matriarcal. De hecho, no hay evidencia de que exista una sociedad matriarcal en el mundo. Quienes excusen esto con que "es un problema latinoamericano" han preferido la vía fácil del derrotismo, y son esos los mismos que piensan que el analfabetismo, la violencia, el hambre y la corrupción "son problemas latinoamericanos". Nadie habla de esto porque los gobernantes, siempre Hombres, nos encantan con eso de que nuestras mujeres son bellas y trabajadoras. Nadie habla de que nunca hemos tenido un Presidente mujer o que el 90% de los altos cargos son ocupados por hombres. Nadie se sorprende porque nuestro país sea famoso por el petróleo y las cirugías plásticas. A las venezolanas se les ha lavado el cerebro con un mecanismo tan vil como efectivo, el Miss Venezuela, una industria de carne que produce sonrisas perfectas y cuerpos que desafían a la aerodinámica. Todas quieren ser misses y por eso no se preocupan cuando aparece una mujer tratada como una vaca en el matadero. Todos queremos estar con las misses, por eso nos convencemos de que cada quien es libre de elegir y hacer con su cuerpo lo que se le da la gana sin evaluar las condiciones de esa decisión. No evaluamos la influencia que tiene el patriarcado y el sistema perfecto que hemos creado para encerrarlas en un artificio de libertad. Giulio Vita @elreytuqueque