miradas SOCIEDAD La solución es la unión El ex mandatario hondureño Manuel Zelaya dictó una conferencia en el marco del aniversario de la FEU. Exhortó a los jóvenes a ponerse de pie, y dijo que problemas que afectan a América Latina, como la migración de menores y el narcotráfico, tienen que ser abordados en conjunto por los países que conforman la región Víctor Rivera H ace cinco años, el ex presidente de Honduras Manuel Zelaya se vio obligado por el ejército, que arrojaba ráfagas de fuego al aire, a salir de su residencia presidencial en ropa de cama y a dejar su propio país. Ahora, este martes 8 de julio, camina risueño entre los asistentes al Auditorio central del CUCEA y reparte saludos con fervor estruendoso, como si quisiera arrancar cada mano que le extienden los que a su paso encuentra. Manuel Zelaya es el invitado estelar de la conmemoración por el aniversario XXIII de la creación de la Federación de Estudiantes Universitarios. Sonríe, parece sentirse cómodo con el saco azul oscuro y la corbata roja que ciñen su figura, a pesar del calor que empieza a invadir al auditorio. Cuando Jorge Alberto Galarza abre los discursos y habla de monopolios y sociedades de consumo, Zelaya gira ligeramente su asiento hacia el presidente de la FEU y, en mitad de la mesa, escucha los argumentos que esgrimen los demás integrantes del podio, donde se encuentran el Secretario General de la UdeG, José Alfredo Peña Ramos y otros ex dirigentes de la Federación de Estudiantes Universitarios, como César Barba y Leopoldo Pérez Magaña. Después de las palabras de recibimiento de los anfitriones, Manuel Zelaya se pone de pie y se encamina al atril, para dictar la conferencia “El papel de los jóvenes en las luchas sociales”. Pero, antes que nada, empieza su discurso preguntando al público: “¿La partera de la historia quién es?”; y, luego de una pausa, él mismo contesta: “Es la violencia”. Después, como respondiendo a la pregunta que todos tienen en 8 lunes 14 de julio de 2014 5Fue el quincuagésimo tercer presidente de Honduras. Asumió su cargo el 27 de enero de 2006. Sin embargo, el 28 de junio de 2009 fue derrocado por un golpe de Estado Foto: Leonardo Álvarez mente: ¿qué pasó en el golpe de estado que lo depuso como presidente de Honduras en 2009?, comienza a contar los momentos claves que llevaron a su destitución. “Yo estuve un día en Washington, y me dice el presidente George W. Bush hijo, en la sala oval de la Casa Blanca: ‘¿Qué le da a usted Hugo Chávez Frías que no le puedan dar los EUA?’. Y yo expuse: ‘Me da algo que usted no me puede dar: combustible, queroseno, gas...’; a lo que él replicó: ‘Eso no se lo puede dar el presidente Chávez, porque él sólo tiene petróleo crudo’, y le dije: ‘No presidente, permítame que lo corrija, pero usted está sumamente mal informado, Venezuela tiene siete refinerías y tiene 23 mil estaciones de combustible’”. Zelaya hace un paréntesis, y afirma: “El neoliberalismo que todo lo privatiza, no funciona”. Sobre la segunda anécdota que llevó al golpe, dice que en otra ocasión John Dimitri Negroponte, embajador estadounidense en Honduras, le dijo que su problema en el país centroamericano no era económico, sino Hugo Chávez: “Si usted firma el proyecto para las Américas con Chávez, va a tener problemas con los Estados Unidos —me dijo— y, bueno, cuando amanecí en pijama en Costa Rica, me acordé de esas palabras. Yo firmé el ALBA”. Luego comenta que los problemas de América Latina se deben resolver a través de la unión de los países que la conforman. Entre ellos, destacó la migración de niños a EUA y el narcotráfico: “Una de las únicas alternativas que tienen los pueblos latinoamericanos es la unidad de los pueblos, frente a la intención y la prepotencia de todas esas naciones industrializadas que nos exprimen día a día”. Exige a EUA que no deporte a los niños migrantes y cree opciones de desarrollo, pide a la ONU y otros organismos mundiales que pongan atención al tema y actúen. Agrega que en Honduras la violencia y el mal gobierno se apoderaron del país, luego del golpe que él sufrió, si bien sigue trabajando, ahora como diputado, y continúa en la lucha por mejoras sociales. Su discurso tiene un eco bolivariano, hablando de la historia y la relación de Centroamérica con México, así como del arraigo de identidad de los países hispanos. Cerca del final de su exposición cita a Salvador Allende, en particular el discurso que éste dio hace más de cuarenta años en la propia UdeG, que hoy le abre las puertas: “Tenemos que ponernos de pie, jóvenes, y saber levantarnos. Repito, después de cuatro décadas, las palabras de Allende: ‘Más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas para que el hombre y la mujer libre de América pueda circular por muestras patrias’”. [