Mi experiencia antártica

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Mi experiencia antártica
Laura Muñoz Puelles
Universidad de Valencia – España
Me llamo Laura y soy estudiante de doctorado en la Universidad de Valencia, España. Estuve
en la Antártida como miembro de la campaña antartica española 2015-16, desde el 30 de enero
al 8 de febrero de este año.
Durante mi viaje visité la Estación Científica Ecuatoriana Pedro Vicente Maldonado, que se
encuentra en la isla Greenwich. He tenido, pues, la oportunidad de participar en las tareas y de
convivir con los miembros de la Estación. Para mí ha sido un periodo inolvidable, tanto por las
aptitudes científicas y técnicas del personal como por la simpatía y el espíritu de colaboración
que me han demostrado.
La generosidad de los compañeros se hizo evidente desde el día de nuestra llegada. Habían
preparado una recepción muy acogedora para quienes desembarcamos el 18 de febrero, que
fuimos mi compañera de trabajo, Daniela, y yo, y también para el resto de tripulantes del barco
de investigación polar español, Hespérides, que tras el acto de bienvenida y la visita guiada por
las instalaciones de Maldonado, volverían a zarpar.
En los días siguientes, algunos miembros de la base ecuatoriana participaron activamente en el
desarrollo de nuestro trabajo de campo dirgido a estudiar la flora y la fauna edáfica en diversas
islas, como: Greenwich, Barrientos, Dee y Torre. En particular, Barrientos ha sido en los
últimos años escenario de evaluación y seguimiento del estado de la cubierta vegetal en la isla
como parte de un proyecto científico en el que colaboran actualmente Ecuador y España. Esta
isla es singular en el contexto de la Antártida marítima, entre otras cosas, por la extensión
excepcional de su cubierta vegetal. Además, alberga dos pingüineras donde se reproducen
numerosas especies de aves (los pingüinos barbijo y papúa, el petrel, la gaviota dominicana y la
skúa) y es frecuentada por otros tantos mamíferos, como las focas de Weddell o los lobos
marinos.
Aunque las condiciones meteorológicas no siempre fueron favorables durante nuestra estancia
en Maldonado, todos hicieron un esfuerzo considerable para ayudarnos y enseñarnos a cumplir
con nuestros objetivos de investigación. Siempre que era posible, organizábamos una nueva
expedición a cualquiera de las islas del área de estudio y, de regreso, preparábamos las muestras
en el laboratorio anexo a la Estación para su posterior análisis en España. En este laboratorio
tuvimos acceso a todos las facilidades y recursos necesarios para completar nuestras tareas.
En las áreas comunes de la base disfrutamos todos de la compañía de los otros. Así, hablamos
sobre el programa técnico-científico de Ecuador en la Antártida, coordinado a través del
Instituto Antártico Ecuatoriano, que incluye la investigación y el desarrollo de herramientas
biotecnológicas de uso en los sectores energéticos y agrícolas, para hacerlos más respetuosos
con el medio ambiente. Desde mi punto de vista, toda acción dirigida a la conservación de la
diversidad biológica y ambiental es de gran importancia. Entiendo que esto implicará, entre
otras cosas, la incorporación de este tipo de tecnologías en las industrias de todo el mundo, en
sustitución de otras menos ecológicas.
En conjunto fue una experiencia maravillosa, por la gente y los paisajes. He disfrutado mucho
conviviendo con los miembros de la Estación ecuatoriana, y me siento agradecida por su
hospitalidad, su amistad y su apoyo logístico. Aunque ahora nos separa una larga distancia,
siento como si me hubiera traido algo de todos ellos. Esto es así, en cierto modo, porque ahora
forman parte de mi experiencia. Siempre les recordaré con afecto y me gustaría volver a verlos.
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