OFICIO DE TINIEBLAS (Música: Tomás Luis de Victoria) Poco después de la puesta del sol comenzando a una hora conveniente con luz, cuando las sombras van extendiéndose sobre la amplia superficie de la Tierra, en el Miércoles Santo, Jueves Santo y Viernes Santo se celebra el Oficio de Tinieblas. Partiendo de esta base y siguiendo la Liturgia de las Horas, el Coro ha imaginado cómo sería este Oficio en un monasterio cualquiera del siglo XVI, acompañándose de la música que T. L. de Victoria compuso para el Oficio de Semana Santa. BREVE DESCRIPCIÓN DE LA PUESTA EN ESCENA Acto I: Miércoles Santo. Completas. Al caer la tarde, se inicia la procesión de entrada, dando paso a todos los participantes en la Liturgia. Comienza el Oficio de Completas, siguiendo la Liturgia de las Horas, al sonido de una campana. El Canónigo de la Luz apaga una vela del tenebrario con la lectura de cada uno de los Salmos. Acto II: Jueves Santo. Laudes. El Coro se sitúa alrededor del Facistol. La escena recrea los tres nocturnos y las lamentaciones de Jeremías. Durante las lamentaciones de Jeremías, se desarrolla el “Lavatorio de pies”, igual que en el Oficio del Jueves Santo actual. Acto III: Viernes Santo. Vísperas. Es el momento de la Adoración de la Cruz, se inciensa el altar y Lector y Celebrante salen de la escena. El Canónigo de la Luz retira del Tenebrario el último cirio encendido y se marcha. Poco a poco la luz se vuelve penumbra. Se narran los acontecimientos tras la muerte de Cristo mientras el Coro reproduce el terremoto bíblico. Acto VI: Sábado Santo. Resurrección. Sale el Canónigo de la Luz lleva la última vela que retiró del tenebrario. Representa la vuelta de la Luz al mundo. Se dirige al altar y enciende una lámpara paleocristiana que hay sobre él. El Coro canta “Alleluia” y tras él, todos reverencian el altar. La obra concluye con un fundido en negro.