48 EL PAÍS, jueves 5 de junio de 2014 cultura Hamlet, abogado criminalista Un proyecto de la Unión de Editoriales Universitarias y la Universitat Oberta de Catalunya examina asuntos del Derecho Penal a partir de obras de Shakespeare AURORA INTXAUSTI Madrid En Shakespeare, ya se sabe, está contenida toda la condición humana. Sus grandezas y sus miserias. Sus épicas y sus tragedias. Y también algo aparentemente tan ajeno a la tensión narrativa como... el Derecho Penal. Así lo cree, al menos, la Unión de Editoriales Universitarias Españolas (UNE). Esta alianza, creada en 1987, ha encomendado al profesor Josep Maria Tamarit, director del programa de Criminología y Victimología de la Universitat Oberta de Catalunya, la redacción de un libro en el que el Derecho Penal se examina a la luz de las enseñanzas de grandes obras del genio británico como Hamlet. El trabajo surgió de la experiencia de aplicar teatro y ópera para enseñar esa materia a sus alumnos. “La receptividad fue muy buena entre aquellos que asistían a mis clases. Les resultaba más interesante la explicación de la materia a través de clásicos de la literatura como Shakespeare o Federico García Lorca o de óperas como Otelo, Fausto o Rigoletto”. La editorial universitaria empezará el próximo curso la nueva colección con el dubitativo príncipe de Dinamarca. El drama shakespeariano se acompaña de una introducción, un comentario final y anotaciones del psicólogo Vicente Garrido y el profesor Josep Maria Tamarit. “Hamlet da mucho de sí para el estudio de la criminología porque se puede abordar el sentido de la justicia o analizar diferentes aspectos jurídicos. Es un drama que lo tiene todo”, indica Tamarit. Escrita entre finales del XVI y principios del XVII, encierra traición, asesinato, venganza... Un hermano que mata a otro para quitarle la corona y quedarse con su esposa. Un hijo que se entera de todas estas maniobras y quiere vengar la muerte de su padre. Una traición por parte los integrantes de una familia y algunos de sus sirvientes. Una obra dramática que gira en torno a las tribulaciones de Hamlet y la muerte de su padre, el rey de Dinamarca, asesinado por su hermano Claudio. Un libro como el que plantean Garrido y Tamarit servirá de reflexión y estudio y no solo estará dirigido a penalistas, sino también a juristas, teóricos y a todas aquellas personas que les interese la relación entre el Derecho y diferentes disciplinas artísticas o estén preocupadas por los problemas relacionados con la justicia. Tanto Tamarit como Vicente Garrido dan sus opiniones sobre las cuestiones abordadas con anotaciones en los márgenes. “Me mueve el deseo de despertar el interés en el lector no solo por el aspecto jurídico, sino por obras monumentales de la litera- Un profesor de Criminología y un psicólogo anotan el drama “Da mucho de sí para estudiar el sentido de la justicia” Hamlet, en la mítica encarnación de Laurence Olivier para el filme del mismo nombre de 1948. EL HOMBRE QUE FUE JUEVES Series y estilo MARCOS ORDÓÑEZ Buscando hueco para los desbordantes devedés de la estantería me pregunté ayer si volveré a ver todas las series que tanto me gustan y que estoy atesorando como oro en paño para los días de escasez. La cuestión tiene más subcláusulas que un contrato blindado. Desde luego, me digo, hay en todas ellas grandes guiones e interpretaciones superlativas, pero quizás el exceso de tramas y subtramas juegue un poco en su velocidad que nos impulsaron a devorar un episodio tras otro, nuestras ganas de verlas de nuevo se adelgacen. Vale, pero según ese razonamiento no reelerías a Dickens, por ejemplo. Dickens fue uno de los padres fundadores y estructuró serialmente buena parte de sus novelas, aunque si vuelvo a leerlas bien pueda ser porque su estilo me acoge como una casa de infancia, más allá de los argumentos, cuyos pormenores solo recuerdo en líneas generales. Va a ser el estilo. Siempre es el estilo. Claro. La ficción televisiva que mejor se sostendrá quizás sea, aventuro, la menos deudora de la serialidad compulsiva, desde las grandes comedias (mundos cerrados en sí mismos, casi arcádicos, como Frasier o Senfield) hasta los relatos (Mad Men, Los Soprano, The Wire) que avanzan como un río o un pozo en vez de ser cangilones de una noria febril. Podría ser, aunque no sé si estoy del todo de acuerdo conmigo mismo. que nadie pueda negarle toneladas de estilo para sostenerse por sí misma y, sin embargo, no he vuelto a verla. Quizás tenga yo demasiado frescos sus entresijos. O quizás tema una decepción, no sé. Por otra parte, habría que definir lo que es estilo. ¿La forma de contar? ¿Lo que no se deja resumir? Voy a ello. He vuelto a ver, con admiración babeante, Rumbo a lo desconocido La ficción televisiva que mejor se sostendrá quizás sea la menos deudora de la serialidad compulsiva (The Outer Limits, 1964). La primera serie que vi en mi vida, y de eso hace cincuenta años exactos. Desde luego, lo de menos tura o la ópera que a mí me apasionan”, puntualiza Tamarit. En un libro anterior, La tragedia y la justicia penal (Tirant lo Blanch), Tamarit analizó dramas como los que encierran el propio Hamlet, Rigoletto, Otelo, Fausto, Tosca, El anillo del Nibelungo, La casa de Bernarda Alba, La dama de picas o Don Juan. La UNE también prevé publicar un volumen sobre la poesía temprana de la estadounidense Emily Dickinson (1830-1886), un proyecto, apuntan sus responsables, cuyo objetivo es la traducción y lectura crítica de los cuarenta cuadernillos de esta autora, secuencias poéticas cortas que plantean preguntas acerca de las intenciones y sus logros artísticos. truos de cartón piedra y guiones malhilados, pero atravesada por un poderosísimo viento de locura. Comprobé que lo que te clavaba en su asiento era su atmósfera pegajosa, su perfume de flor malsana, su calidad de pesadilla filmada, el blanco y negro contrastado hasta la irrealidad. Los espacios vacíos, los ángulos dislocados, las sombras casi expresionistas, los rostros en primerísimo plano, casi chocando contra la pantalla, como enormes insectos pugnando por escapar de una caja de cristal: puro estilo. Atrapo una última hipótesis, más palmaria: si no volvemos a ver ahora muchas series más o menos recientes es porque siempre hay otra llamando a la puerta. Con los libros pasa un poco lo mismo: por motivos laborales o simple curiosidad, cada novedad desplaza a la anterior. A veces a media lectura, lo que es horroroso. Para terminar, me (contra) digo de nuevo y pienso que he visto incontables veces El