CARTA ANONIMA La vida va pasando sin apenas darnos cuenta, sin pararnos a pensar en aquellas personas que en un momento determinado de nuestras vidas han contribuido a formar parte de lo que hoy somos como adultos. “Rubito” era de aquellas personas que hoy tan de moda esta en el futbol que se dice que “suma”, suma porque siempre está dispuesto a ayudar, nunca tiene un no por respuesta cuando el equipo lo necesitaba. Bien para dar masajes, para llevar en aquellas tardes de invierno a cualquier niño a casa que su padre por la circunstancia que fuera no había podido ir a recoger, para pitar un partido de entrenamiento, para recoger las equitaciones de los niños una vez terminado el partido, para llevar el agua a los partidos, las fichas, el material, en definitiva, personas que pasan por los clubes y equipos sin que su trabajo sea reconocido o valorado. Personas que forman y han formado parte de tantas generaciones de niños que hoy echamos la mirada hacia atrás con nostalgia y se nos vienen a la memoria miles de imágenes y anécdotas de vestuario. Personas como tu han hecho y hacen el futbol base de nuestra ciudad sea una realidad, y siga creciendo día a día. Estos días hemos echado la vista hacia atrás y todos teníamos una anécdota, una experiencia vivida con Rubito, mi generación recuerda con cariño a una persona entregada a aquello que más le gustaba. El futbol Base. - Gracias por robarle tiempo a tu vida y emplearlo en la formación de tantas generaciones de niños que han compartido vestuario contigo. Gracias por llevar a los niños a casa en aquellas noches de invierno que tanto frio hacia. Gracias por aquellos masajes que te pedíamos para descargar los músculos que después del entrenamiento y partidos. Gracias por tener una palabra de ánimo en aquellos momentos en los que lo necesitábamos. Gracias por no pedir nada a cambio por tu labor.