El Rincón de la Consejera Lori Woodley del mes de marzo Viviendo con abogados pequeños: No negocie demasiado con su niño Por James Lehman, MSW de www.empoweringparents.com Si usted es un padre que negocia constantemente con su hijo, probablemente se siente como si estuviera viviendo con un abogado pequeño ya que é/ o ella "protesta" a las reglas y a las cosas que usted le pide que haga y llega un punto en donde usted se siente agotado con tantas preguntas y desafíos. Con algunos niños, todo se convierte en una negociación, y se inicia desde el momento en que se levantan por la mañana hasta el momento en que ellos discuten para irse a la cama. Permítanme ser claro: mientras más cede a la negociación con su hijo, más lo está entrenando a no aceptar sus límites. Muchos padres que negocian excesivamente con sus niños creen erróneamente que de alguna manera ellos están mejorando el sentido de autoestima en sus niños. Ellos piensan que están dejando que su hijos sean un adulto pequeño y que los están reconociendo por lo que son. Ahora, todas esas cosas son importantes, pero el camino para que su hijo alcance un sentido de autoestima no es mediante la negociación de límites con usted. Y, por cierto, en lugar de "negociar" Me gustaría que usted considere la palabra "discutir", porque eso es lo que los padres realmente están haciendo, dejando que sus hijos discutan y discutan con ellos. Por lo tanto, el padre que negocia excesivamente diría: "Es hora de irse a la cama. Son las 8 en punto. " Y el niño dice, "Oh, mamá, por favor, este programa de TV es realmente importante, ¿puedo irme a dormir a las 8:30 esta noche?, sólo quiero ver el final," La mamá dice: "No, tienes que ir a la cama ahora mismo." El niño sigue argumentando: "Oh, por favor, por favor, nunca me dejas hacer nada, son sólo diez minutos más." La madre cede: "Está bien, si me prometes no darme un mal rato." Y el niño dice, “Gracias, mamá. Eres la mejor.” El padre discute con el niño, cuando en realidad, no hay nada que negociar aquí. Permítanme ser claro: mientras más ceda a la negociación con su hijo, más lo está entrenando a no aceptar sus límites. En contraste, otro padre en la misma situación, responde al “por favor” de su hijo(a) con: "No, es hora de irse a la cama. Tú sabes la rutina que tenemos. En días de semana tienes que ir a la cama porque es importante descansar lo suficiente para la escuela. " Y el niño dice, "Oh, por favor, por favor, mamá, déjame quedarme despierto un rato más. Me voy a levantar en la mañana para ir a la escuela sin ningún problema, está bien. " Y la mamá dice: "No, lo siento, tienes que irte a la cama. Ahora voy a apagar la televisión y ándate a dormir. "Usted sabe, ese padre ha establecido un límite y lo siguió y le ha dado una razón del por qué. Este niño también intenta negociar, pero el padre mantiene su límite. Yo creo este estilo de crianza de los hijos es sólido y bueno. Aquí hay otra manera de ver las cosas: Yo conozco gente que van a los casinos y juegan en las máquinas tragamonedas, y pierden inevitablemente. ¿Sabes por qué? Por que las máquinas están fijadas para asegurarse de que uno pierda, pero las personas siguen jugando porque piensan: “¡Este podría ser mi día de suerte!" La realidad es esta: si la máquina toma su dinero en una hora, usted nunca volvería a jugar. Pero lo que sucede es, la máquina toma un poco de su dinero, y luego le devuelve algo, después, la máquina le quita más dinero y luego le regresa un poco menos que antes. De vez en cuando alguien consigue el premio, lo que mantiene la emoción en el aire. Pero al final del día, las personas han perdido todo su dinero, pero han sido entrenados por la máquina para sentarse allí y seguir jugando porque no se puede saber si el pago de compensación está por venir. Es de la misma manera con los niños. Una vez que se les deja negociar o permitirles agotarnos, luego su hijo nunca sabe si esta vez va a tener suerte. Es como un jugador. El no sabe si va a salirse con la suya esta vez o no. Y ya que tiene muy poco que perder, piensa, "¿Por qué no tratar?" La verdad es que nosotros somos los que entrenamos a nuestros hijos a hacer eso. Cuando los niños ponen a prueba los límites Escuchen esto: los niños van a probar los límites, ese es su trabajo. Lo que los padres se olvidan a veces, es que es su trabajo el mantenerse firme. De alguna manera, los padres confunden la negociación con el empoderamiento de sus hijos. Créeme cuando les digo, permitirle a su hijo a negociar por cosas no les da el poder. En su lugar, lo que les va a dar el poder es la comprensión de los límites. Con todas estas preguntas que los padres tienen sobre los niños que empujan los límites, no se olviden, que son los adultos los que tienen el poder de cambiar el límite. Si usted encuentra que su hijo está empujando los límites demasiado, por lo general esto significa que usted le ha dado el poder de cambiar los límites muchas veces, y ahora están tratando de hacerlo cada vez que pueden. Y su hijo no sabe la diferencia. Los padres dicen cosas como, "¿Por qué me estás haciendo esto? “Trato de ser amable contigo y mira lo que pasa.” Los padres dicen esas cosas porque están frustrados, pero la conclusión es una vez que empiecen a cambiar los límites, en lo que su hijo se refiere, no hay límites. Recuerden, los niños son muy blanco y negro. Una vez que usted les da una zona gris, no los culpe por tratar de conseguir más. Esa es su naturaleza, es decir su nivel de desarrollo Y, por cierto, si su hijo le pide algo, digamos una hora de acostarse más tarde, y usted piensa que es algo razonable, díganle lo que tiene que hacer para ganárselo. Así que si usted cree que a su hijo no le afectaría permanecer despierto una media hora más tarde en la noche, no deje que lo arrincone en una esquina al negociar y quejarse con usted acerca de su situación todo el tiempo. En vez, dígale lo que tiene que hacer y por cuánto tiempo para ganar esa media hora. Usted le puede decir: "Si haces esto durante una semana, estaré encantado de hablar contigo acerca de permitirte ir a dormir más tarde." Lo que está haciendo es tomar el control de nuevo al premiar a su hijo por su buen desempeño, en lugar de dejar que lo arrincone. Por ejemplo, si su hijo quiere irse a dormir más tarde en la noche, y si se trata de una noche de escuela, el mensaje debe ser claro que él o ella tiene que irse a la cama y dormir por un buen tiempo. Pero le puede decir, "Si vas a la cama durante toda la semana sin fastidiar, voy a dejar que vayas a dormir media hora más tarde el viernes y el sábado." De esa manera los niños aprenden a desarrollar los fundamentos de la negociación en donde ambas personas enfrentan una situación de ganar-ganar. Aprender a como negociar es una habilidad importante en la vida para saber cómo resolver problemas. Pero no hay que confundir eso con pelear o agotar a personas que están en autoridad.