Géneros y formatos televisivos

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GENEROS Y FORMATOS TELEVISIVOS (NO-­‐FICCION) Por Iván Stoessel Para poder estudiar y entender a los distintos tipos de formatos televisivos, antes hay que comprender el concepto de formato. Entonces la pregunta que inevitablemente se desprende de dicha afirmación es básicamente: ¿Qué es un formato? Según la Real academia española, se entiende por formato “el conjunto de características técnicas y de presentación de una publicación periódica o de un programa de televisión o radio”. Cabe destacar de esta definición 3 elementos claves, que serán a partir de ahora los 3 pilares de cualquier formato. En primer lugar menciona las características técnicas. Luego destaca el papel de la presentación y por ultimo nombra la palabra “periódica”. Voy a empezar por la última de estas palabras. Si se habla de una publicación periódica, entonces puedo inferir que todo formato se diseña con el objetivo de generar algún producto que se repetirá en el tiempo. Si bien esto parece ser una característica negativa, ya que por lo general se tiene la idea de que aquello que se repite no despierta interés, esta es en realidad una percepción ingenua de la realidad. Hay una palabra que me va a ayudar a explicar esto último: El hábito. El hábito es el modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes. Ningún formato seria posible de subsistir si no existiese esta palabra. Pero para nuestra fortuna, el ser humano tiende a adoptar distintos hábitos, que generalmente responden a la clase socio-­‐económica a la que estos pertenecen. Bien podría retrucarse esta frase diciendo que el ser humano, por definición, es único e irrepetible. Esto es parcialmente cierto, ya que si bien en el orden individual el hombre es único e irrepetible; en el orden grupal los hombres suelen tener ciertos comportamientos y preferencias que se repiten en cada uno de los individuos del conjunto. Claramente cualquier formato que diseñemos debe apuntar a un conjunto y jamás al individuo, es decir, hay que pensar en función de las características o necesidades del grupo, que son distintas a las individuales. Esta adopción del habito hace que los espectadores disfruten mas viendo una y otra vez aquello que adoptaron como rutina, por sobre cualquier otro producto nuevo que se les presente. Entonces se puede decir que todo formato debe soportar la repetición, y para que ello suceda, su objetivo debe ser el de generar un habito en los consumidores de dicho producto. Todo formato que no logre este objetivo, jamás soportara la repetición. Por ende, no cumplirá con uno de los pilares de la definición de formato. Un ejemplo claro de lo efectivo que es la repetición cuando se logra generar un habito es “Bailando por un sueño”. Todos los días el programa es en su estructura exactamente igual al del día anterior y será exactamente igual al del día siguiente. Así y todo es el formato mas visto de la televisión local de los últimos 3 años. Otro ejemplo seria el de CQC. Todas las semanas se repite la misma rutina y sin embargo es el programa con la pauta publicitaria más alta del país. Voy a dedicarme al segundo de estos pilares, que tiene que ver con las ya mencionadas características técnicas. Estas son las herramientas con las que se genera el formato y en definitiva son las que diferencian un formato de otro. Vienen a cumplir el papel que en un juego de mesa cumplirían las reglas del mismo. Sin ellas no se podría estructurar un programa, y si este no cuenta de una estructura, es imposible repetirlo una y otra vez, ya que no tenemos un molde sólido que contenga el contenido y le de siempre la misma forma. Si se quieren descubrir las características técnicas de cualquier formato simplemente hay que preguntarse “el qué” de este programa. Para comprender mejor este concepto voy a utilizar los mismos dos ejemplos. Las características técnicas básicas del formato de “Bailando por un sueño” serian las de un conductor que presenta parejas de baile conformadas por un famoso y un soñador, que luego de su performance son evaluadas por un jurado. El otro ejemplo es el formato de CQC. Las características técnicas básicas de CQC serian: 3 conductores que presentan notas sobre la actualidad política y general del país y luego las comentan. 1
Aun me falta desarrollar el último de los pilares de cualquier formato. Ya tenemos la repetición, que depende del hábito, las características técnicas, que nos estructuran y nos permiten repetir el programa y por ultimo llegamos a la presentación del mismo. Esto esta estrechamente relacionado con el contenido de nuestro formato, con el tono con el que se va a trabajar, con los protagonistas del mismo y con la estética en general. Si bien las características técnicas eran “el qué”, en este caso la presentación seria “el cómo”. Básicamente es lo que le da particularidad a nuestro formato. Para clarificar esto no hay mejor ejemplo que el de “Operación Triunfo” y el de “American Idol”. Ambos formatos soportaron con creces la repetición, ambos formatos tienen unas características técnicas muy similares, pero cada uno tiene una presentación absolutamente distinta, transformándolos en dos programas distintos, que perfectamente pueden convivir. Por un lado “Operación Triunfo” trabaja mas sobre lo sentimental, sobre el sacrificio y lo emotivo, mientras que “American Idol” explota mas la degradación y el choque de los protagonistas frente al jurado, prestándole menos atención a la faceta emotiva. Pero en esencia los dos programas tratan sobre un concurso de canto, del cual habrá un ganador luego de distintas fases eliminatorias. Si contamos con los 3 pilares y cada uno de ellos cumple exitosamente con su función, entonces tenemos en nuestras manos un formato exitoso, por ende el famoso “Know how”. Este concepto viene del ingles y significa “saber cómo”. El “Know how” es lo que luego se comercializa en las ferias internacionales de televisión e implica no solo con la cesión de los derechos sobre el formato, sino también con una consultoría y una asesoría hacia el comprador, al que se lo instruirá para que pueda repetir con exactitud la formula del formato que adquirieron. Por ejemplo, en el caso de Gran Hermano, cuando Telefe compro los derechos del formato, no solo accedieron a poder reproducir el mismo programa en su versión local, sino que también incluyo el asesoramiento técnico, estético y productivo del programa. De hecho, para poder poner al aire el programa debían contar con la aprobación técnica de los dueños de la idea original, y ante cualquier desviación con el formato, bien podía la gente de Endemol quitarle los derechos. Habiendo entendido el concepto general de formato, ya estoy en condiciones de profundizar en el tema y comenzar a categorizar y segmentar los distintos tipos. Voy a comenzar nombrando a los considerados formatos madre. Aquí se puede encontrar a los programas periodísticos, talk-­‐shows, magazines, reality shows, entretenimiento, humorísticos e infantiles. Estos serian los siete principales géneros de los que luego se derivan infinitas variables y subformatos. Es importante analizar primero estas siete categorías, para luego abordar los subgéneros resultantes de las mismas. Comenzare por los programas periodísticos. Evidentemente este tipo de programas se nutre y depende indefectiblemente de la actualidad. Su principal elemento es la actualidad y su análisis. Es indistinto el campo con el que trabaje dicho programa, bien puede ser periodístico-­‐deportivo o bien periodístico-­‐político o bien periodístico-­‐espectáculos/chimentos; pero sin importar la materia de estudio, todos responden a las mismas características. Precisa siempre de uno o varios periodistas/conductores que son quienes llevan adelante las entrevistas que existen en este tipo de programas, como así también las notas realizadas previamente. Luego las variantes y giros que se le pueden dar a los programas periodísticos son infinitas. Tanto un programa como “La Liga” o un programa como “Hora Clave” son periodísticos, y sin lugar a duda las diferencias entre uno y otro son notables, pero en su esencia son lo mismo: analizar los conflictos económicos, políticos y/o sociales de la realidad Argentina. No necesariamente deben ser programas en vivo. Bien pueden estar grabados. Pasare a los talk-­‐shows. Como bien dice su nombre, son programas en los que se invita a la gente común y corriente a que hablen sobre sus problemas y conflictos frente a las cámaras, contando siempre con algún tipo de moderador. Desde esta premisa pueden surgir programas como lo fueron “La corte”, donde un supuesto juez era el encargado de resolver problemas de gente común, o bien pueden surgir programas como “Hablemos con Moria”, 2
donde Moria Casan reunía a los protagonistas de algún conflicto domestico, para que expongan sus argumentos. En todos los casos siempre se cuenta con una tribuna que reacciona ante los distintos argumentos que se presentan. Suelen ser programas en vivo, pero en algunos casos pueden llegar a ser grabados como falsos-­‐vivos. Los magazines son una suerte de primos hermanos de los programas periodísticos, ya que también dependen en gran parte de la actualidad, pero son absolutamente distintos en su presentación. Como dice su nombre, los magazines se dedican a pasar revista sobre distintos temas de la actualidad y por lo general no suelen dedicarse puntualmente a un campo especializado, sino que suelen englobar tanto deportes, como espectáculos, como política, entre otros. Ahora, si bien cuentan con secciones, estas se deben repetir, siendo el contenido de las mismas lo novedoso, pero teniendo siempre las mismas secciones. Del mismo modo que sucede en las revistas de actualidad como lo son “Gente” o “Caras”, si bien todas las semanas publican un nuevo numero de la revista, todas son en su formato iguales y es lo que les asegura contar con lectores cautivos. Si cada semana impusieran un nuevo formato de revista, seria imposible la formación de lectores cautivos. Lo mismo sucede con los magazines en la TV. Deben repetir en sus emisiones las mismas secciones, de otro modo no retendran a los espectadores. Ejemplos de magazines bien pueden ser “Mañanas Informales”, “AM” o en su momento “Desayuno” con Víctor Hugo Morales. Es muy raro que un magazine no sea en vivo, ya que pierde la frescura de la espontaneidad. Así mismo se limita a si mismo, porque de ser grabado no puede incorporar al programa móviles en vivo con la actualidad de ultimo momento o con entrevistas con los protagonistas de la actualidad. Con los reality shows hay mucha tela para cortar, dado que es el más moderno de estos siete géneros y así mismo el más prolifero de todos. En esencia responden a la misma característica: Mostar lo que le ocurre a personas reales, en contraposición con las emisiones de ficción donde se muestra lo que le ocurre a personajes ficticios. Existen tres tipos principales de realitys: los de observador pasivo, donde la cámara observa pasivamente las actitudes de una persona o de un grupo de personas. Los de observador o cámara escondida, donde la cámara observa a personas que ignoran que son filmadas. Suele utilizarse en programas que hacen bromas o enfrentan a la gente a situaciones inverosímiles, y filman sus reacciones para entretener a su audiencia; y por ultimo están los reality de concursos, donde grupos de personas en un ambiente cerrado compiten por un premio, mientras son observados de forma continua por las cámaras. Cabe destacar que las acciones de los personajes invitados en cualquiera de estas tres categorías suele basarse en mostrar públicamente hechos relacionados con su vida privada. Si bien no se transmiten siempre en vivo, el concepto básico es el grabar todo en vivo. Luego se puede usar la estrategia de editar el material en resúmenes diarios. Pero al margen de cómo se lo transmita, se supone que lo interesante de este tipo de formatos es que todo sea en vivo, sin guiones, sin rutinas. Los programas humorísticos han ido cambiando a lo largo del tiempo. Su estilo más clásico y tradicional, es el típico programa de sketches, como en su momento tan brillantemente hizo Alberto Olmedo, o como también hizo Antonio Gasalla en varios de sus programas, o bien como recientemente ha hecho Guillermo Francella, con su “Pone a Francella”. Son programas que en su estructura cuentan con un abanico de sketches, algunos fijos y otros que van rotando, pero que cada uno responde a un patrón ya definido y que programa a programa se repite, con otros chistes, pero manteniendo siempre la temática, los personajes y los remates propios de dicho sketch. Luego existen variantes dentro de este genero, que si bien no responden estrictamente con estas características, combinan elementos de algunos otros géneros que ya hemos visto, pero llevándolos hacia el lado del humor. Esto se puede ver claramente con el caso de Jorge Ginzburg. Programas como “Peor es nada”, sirven para ejemplificar esta posibilidad de variante dentro del genero, porque combinaba elementos propios de los programas periodísticos o de entrevista, intercalado con sketches y con la participación de personajes extravagantes y de tinte puramente cómicos, como los que hacia en aquel entonces Horacio Fontova. Pero ya sea con o sin variantes, es característico de 3
cualquier programa de humor el uso de los sketches, la necesidad de generar personajes y la presencia de uno o varios capo cómicos. Generalmente este tipo de programas son grabados en su totalidad. En cuanto a los programas infantiles, hoy es difícil poder hallar en la televisión de aire programas de este tipo en su versión de no-­‐ficción. Quizás los últimos dos grandes exponentes de este genero fueron en su momento Flavia Palmiero con su “La ola esta de fiesta”, y obviamente la reina de los bajitos “Xuxa”. Elementos a destacar en este tipo de programas son: la indispensable presencia de un/a animador/a que tenga un especial carisma con los chicos. Generalmente suele ser del sexo femenino, pero no es una norma. Desconozco las razones de este fenómeno, pero la mayoría de los programas de no-­‐ficción infantiles fueron animados por mujeres. La música es otro de los elementos fundamentales en este género. Lograr un repertorio de canciones originales que funcionan en la audiencia y que los chicos adoptan, es prácticamente una carta ganadora en cualquier programa infantil. El uso de la escenografia tampoco puede ser pasado por alto y aquí mas que nunca es un factor central. Hay que tener en cuanta que los chicos son muy sensibles a los estímulos visuales y auditivos, llamándoles la atención con mucha más fuerza de lo que le puede suceder a un adulto. Y por ultimo esta el contenido y el target a quien esta dirigido. Es muy raro que un programa infantil logre ser multitarget, ya que es absolutamente distinta la cosmovisión de un niño de 2 años comparada con la de uno de 10 años. He aquí la complejidad de este tipo de programas, ya que se dirigen a un público muy específico. Ahora bien, así como es específico, es probablemente el público más fiel con el que nos podemos encontrar. Si un niño compra nuestro producto, le será fiel, leal y siempre ansioso por verlo una y otra vez sin cansancio. Para terminar con las siete categorías, la de “entretenimiento” sea quizás la mas difícil de definir, quizás por su amplitud de espectro. Los únicos patrones que se repite es la necesidad de contar con un/a conductor/a muy fuerte, con gran convocatoria y extraordinario carisma. El segundo, que no siempre esta, pero en la gran mayoría se lo puede encontrar, es el uso de juegos dentro del programa. De hecho, existen programas que son exclusivamente de juegos, y que seria un subgénero dentro de los programas de entretenimiento. Probablemente la mejor forma de caracterizar un programa de entretenimiento es mediante el método de descarte. Cuando no responde estrictamente a ninguno de los anteriores 6 géneros, sino que es un hibrido de varios de ellos, seguramente estemos ante un programa de entretenimientos. Lo propio de este tipo de programas es que en si mismo contienen elementos que bien pueden responder a un magazine, otros que son propios del humor, entrevistas con personalidades famosas, juegos en los que puede o no participar el espectador e incluso puede llegar a incorporar destellos propios de los realitys, como pueden ser concursos de talentos, entre otros. Claramente el mejor exponente de lo que significa un programa de entretenimientos es “Susana Gimenez”. Del mismo modo demuestra lo fundamental del papel del conductor en este género. Quizás sea de los formatos mas complejos de producir, dada la dependencia tan fuerte con la figura del animador. El mismo programa que hace todas las noches “Susana Giménez”, sin la presencia de ella, seria seguramente un rotundo fracaso. Ahora es momento de lo mas complejo, ya que entender que es un formato y analizar muy por lo alto los principales géneros no implica que entonces ya estamos en condiciones de diseñar un nuevo programa. Requiere de mucho ingenio y de mucha dedicación poder generar algo nuevo sobre estructuras tan viejas y tan vistas. Esto no significa que sea imposible, solo necesita de mucho esfuerzo y por sobre todas las cosas de mucha creatividad y atención. Es muy derrotista pensar que ya se hizo todo y que solo resta repetir lo que ya se probó. Siempre se puede incorporar algún elemento novedoso al género que elijamos hacer; o perfectamente se los puede combinar, siempre y cuando mantengamos uno que prevalezca sobre el resto. Creatividad, esfuerzo y atención deben ser nuestras máximas si deseamos diseñar algún nuevo programa. Creatividad, porque sin ella aunque le dediquemos las 24hs del día a la creación de un programa, inevitablemente vamos a caer en la reproducción de un formato ya 4
visto. Esfuerzo, porque si tenemos la dicha de tener una idea original que se pueda adaptar a algún formato, luego comienza el trabajo mas duro que implica adaptar y armar toda la estructura del formato a esta idea original. Y requiere de mucho esfuerzo, porque de lo contrario la estructura no es sólida, por ende el formato tampoco lo es y como resultado nos encontramos con un programa al que se le nota falta de trabajo en el formato. Por ultimo esta la atención. Hay que estar atentos a todo. Nunca se sabe en donde se puede encontrar esa idea revolucionaria, ese diamante en bruto, que nos va a llevar al éxito. Voy a dar un ejemplo que es por demás conocido y sirve para ejemplificar esto ultimo. En el año 1949 apareció la novela de George Orwell “1984”. No es momento de analizar la novela en si misma, simplemente la recomiendo altamente. Al margen de eso, en dicha obra Orwell implementa un elemento muy particular que el lo llama “The Big Brother”, en su traducción al español “El gran hermano”; quien tenia un papel omnipresente cuya existencia es innegable y al mismo tiempo incomprobable. Los ojos del “Big Brother” en la novela lo veían todo. Pasaron exactamente 50 años hasta que en el año 1999 unos productores holandeses vieron en este elemento de la novela “1984” un potencial show de televisión. No es que la idea estuviese escondida, por lo contrario, estuvo 50 años dando vueltas por las manos de millones de personas que leyeron la obra, pero ninguno estuvo lo suficientemente atento a la hora de leerlo como para ver un potencial programa de televisión. Solo fue cuestión de estar atento, luego utilizar la creatividad para adaptar este concepto a un programa de TV y por ultimo un esfuerzo desmedido para no solo generar un formato sólido, sino también para lo que fue la invención de un nuevo genero en la TV mundial. Las ideas estuvieron, están y siempre estarán presentes en este mundo. Son inagotables y siempre se están renovando. Se las puede encontrar dentro de uno mismo o bien se las puede hallar a la vuelta de la esquina mientras se lee un libro, una nota periodística o un cartel publicitario. El asunto es que uno se apropie de ellas y las explote. Quien dice no tener ideas, no es por una limitación, sino por el contrario por una decisión, ya que las ideas están esperando ansiosas de ser apropiadas por nosotros. 5
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