PROMOCIÓN DE LA DEMOCRACIA MEDIANTE ELECCIONES La difusión de la democracia en todo el mundo ha sido un logro significativo de nuestra época. Las elecciones son fundamentales para ello, haciendo posible el acto de libre determinación previsto en la Carta de las Naciones Unidas. La historia de la Organización está vinculada con las elecciones desde poco después de su fundación cuando, a fines del decenio de 1940, observó elecciones en la Península Coreana. Durante la era posterior de fideicomiso y descolonización, supervisó y observó plebiscitos, referéndums y elecciones en todo el mundo. Hoy en día, las Naciones Unidas continúa siendo un participante digno de confianza e imparcial, proporcionando asistencia electoral a solicitud de los Estados Miembros. El suministro de asistencia electoral de las Naciones Unidas es un esfuerzo colectivo en el que intervienen varios organismos y departamentos y está estrechamente regulado por la Asamblea General. La asistencia electoral se basa en el principio establecido en la Declaración Universal de Derechos Humanos de que la voluntad de la población, expresada por conducto de elecciones periódicas y genuinas, ha de constituir la base de la autoridad del gobierno, reconociendo, a la vez, los principios de soberanía del estado y propiedad nacional de las elecciones. Para asegurar el cumplimiento de esos principios, el Subsecretario General de Asuntos Políticos es el encargado de la coordinación de las actividades de asistencia electoral y asesora al Secretario General sobre cuestiones electorales. La División de Asistencia Electoral, dentro del Departamento de Asuntos Políticos, apoya al Encargado para garantizar la congruencia y coherencia de todo el sistema al suministrar la asistencia electoral de las Naciones Unidas. Otros participantes de las Naciones Unidas involucrados en el suministro de asistencia electoral son el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, los Voluntarios de las Naciones Unidas, el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer, la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos, el Fondo de las Naciones Unidas para la Democracia y el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales. En los últimos 20 años, las Naciones Unidas ha suministrado asistencia electoral a más de 100 Estados Miembros. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, por ejemplo, suministra asistencia electoral en un promedio de 30 Estados Miembros por año para fomentar la capacidad de gestión electoral sostenible, para promover la participación inclusiva en elecciones, particularmente de las mujeres y de grupos subrepresentados, y para coordinar el apoyo de donantes a los procesos electorales. Las Naciones Unidas también han establecido relaciones con organizaciones gubernamentales, intergubernamentales y no gubernamentales que participan en la asistencia electoral, incluidas la Unión Europea, la Organización de los Estados Americanos, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, la Unión Africana, International IDEA, el Centro Carter y la Fundación Internacional para Sistemas Electorales. Esas relaciones ofrecen oportunidades de colaboración en las actividades de apoyo electoral, así como para compartir experiencias y enseñanzas. La asistencia electoral de las Naciones Unidas ha sido un componente crucial y positivo en materia de mantenimiento y del establecimiento de la paz, y establecimiento de gobernanza democrática. A medida que la democracia se ha difundido, también lo ha hecho el papel de las elecciones como medio para establecer un gobierno legítimo. Las Naciones Unidas han participado en elecciones en todas las regiones del mundo con asistencia proporcionada en el Afganistán, Burundi, Camboya, la República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Haití, Iraq, Kirguistán, Liberia, Malawi, Malí, Nepal, Nigeria, Pakistán, Sierra Leona, Sudán, Timor Oriental y Yemen, por mencionar alunos. Las elecciones en cada país son únicas y reflejan las características políticas e históricas de los distintos países. Si bien no hay un único sistema electoral que se adapte por igual a todos los países, el proceso electoral debe adherirse a las obligaciones y los compromisos contenidos en instrumentos internacionales de derechos humanos. Por consiguiente, las Naciones Unidas abordan cuidadosamente cada solicitud tras una serie de medidas: solicitud oficial; evaluación; diseño; y ejecución. Se reconoce que al abordar la capacidad de un órgano de gestión electoral por sí solo no se han de producir necesariamente elecciones libres y justas. También es necesario que haya un foco del medio político global en el cual se celebran las elecciones. Por consiguiente, las Naciones Unidas también realiza esfuerzos para promover la capacidad, además de las autoridades electorales. Ello implica trabajar con los votantes, los medios de información y la sociedad civil, así como con otros participantes e instituciones de la gobernanza democrática. Las Naciones Unidas también están poniendo más atención al asunto de las elecciones y de la violencia y está en proceso de establecer pasos adicionales que la Organización puede tomar para reducir la posibilidad de que esto ocurra. La meta principal de la asistencia electoral de las Naciones Unidas es apoyar a los Estados Miembros para que celebren elecciones periódicas, fidedignas y genuinas y para que establezcan procesos electorales sostenibles a nivel nacional. Las Naciones Unidas procuran garantizar que los Estados Miembros tengan la capacidad nacional de organizar elecciones futuras con poca o ninguna ayuda externa.