MOBY DICK Esteban: Hay peces que nos sorprenden

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MOBY DICK
Esteban: Hay peces que nos sorprenden por sus cualidades, la variedad preciosa de colores que tienen
pintada en su cuerpo, por su forma en otros casos nos impresionan, el tamaño en otros y el pez que le
vamos a presentar hoy seguramente todos nos hemos asombrado por su descripción o por verla en la
pantalla...¿será que existe en la realidad una ballena blanca? Al menos un autor pensó que existía una
ballena blanca y tenía una serie de características bien especiales. Con Ezequiel y con Salvador
queremos presentarle a Moby Dick.
Salvador: Bueno, una obra de la literatura que no tiene parangón y que ha marcado toda una línea en
la literatura de los Estados Unidos del Siglo XIX, es una obra impar.
Recuerdo que mi primera aproximación a Moby Dick se dio no por el cine ni por el libro sino por la
historieta. Había una revista de historietas en Argentina que publicaba todas las semanas un gran libro
de la literatura en historietas, pero lo más interesante es que eran muy fieles al original.
Mi primer choque (porque yo creo que enfrentarse con el libro es un verdadero shock) con la realidad
de Moby Dick, con esa epopeya que lleva la frustración constante, terrible del capitán Ahab, la recibí a
través de la historieta. Después por supuesto, llegué al libro y el libro me impresionó en una forma
distinta. El desarrollo del libro toca tantos tópicos y tantos temas que le interesa tanto al que quiere
conocer de la caza de ballenas, tanto como al metafísico, todo está dentro de ese libro, porque es un
libro múltiple, y conozco a quienes lo han leído simplemente como un libro de aventuras para ver la
caza de la ballena porque bueno, el libro estaba relacionado con el mundo del mar y otros que lo han
leído por el contenido metafísico que posee.
Esteban: ¿Y a ti como te impresionó Ezequiel?
Ezequiel. Bueno es un libro importante desde el punto de vista literario y desde el punto de vista
metafísico por los planteos que hace. Por supuesto que el relato es muy simple. Moby Dick trata de un
barco ballenero llamado el Pequod con toda una tripulación que persigue a una ballena blanca, no para
obtener su aceite sino porque Moby Dick había devorado la pierna al capitán de la embarcación. Es un
libro muy interesante porque habla de la cacería de una ballena, pero además habla de mucho más
que tan sólo esto. Con respecto a si esta ballena es o no real, tal como el la describe no existe, es una
total invención de él, donde combina diferentes características de diferentes ballenas, esto lo sé
porque algún veterinario me ha ayudado a averiguarlo y me ha contado como es esto. Lo que reafirma
es que él configura una metáfora a partir de esto, él cuenta una historia pero lo que él quiere decir va
bastante más allá de esa historia. Por ejemplo la primera línea de Moby Dick dice: “Supongamos que
me llamo Ismael” lo que quiere decir que ya está diciendo que la historia puede ser cierta, que tal vez
no, que es un juego, pero para captar el mensaje tengo que comenzar a captar el mensaje entre líneas
a buscar que significa esa ballena blanca, y lo interesante es que para cada uno de los personajes
significa algo totalmente diferente. Por eso es un libro que cuando uno termina de leerlo uno tiene
que preguntarse: ¿Qué significa para mí la ballena blanca? ¿Cuál es la carrera que a mi me lleva a ir
para adelante? Además de eso tiene muchos elementos de aventura y que lo hacen realmente muy
agradable.
Esteban: Tal vez podríamos intentar conocer quién fue que escribió este libro.
Ezequiel: Bueno, Herman Melville es uno de los escritores de EEUU del Siglo XIX de mayor influencia
posterior, él cuando publico sus obras no resultó tan exitoso como lo sería luego, pero ha sido de una
gran influencia a la mayoría de los escritores posteriores a él y sobre todo para otros escritores a nivel
universal. Tiene otras novelas más breves, Moby Dick es una novela muy larga, pero ninguna tiene el
vuelo literario que puede tener Moby Dick. Ninguna nos mueve a la reflexión tanto como esta
persecución de la ballena blanca.
Salvador: Yo creo que una de las cosas interesantes es que Melville hablaba de lo que sabía. Él había
navegado, sabía lo que era el mar, sabía lo que era un ballenero, sabía lo que era la caza de ballenas,
entonces; hablaba de algo que sabía. Lo interesante es que le dio a todo esto una connotación
metafísica, supo sacar de un libro de viajes o un libro de memorias, acerca de la época que navegaba y
hacía todo esto, le supo sacar un contenido metafísico muy fuerte donde el tema religioso, el tema de
la fe está presente, está latente. De hecho, al comienzo del libro hay un extenso sermón sobre la
blancura.
Ezequiel: Seguro porque el color de la ballena representa mucho en el libro. Cuando el narrador que es
uno de los que finalmente se salva de esta peripecia que no termina demasiado bien describe la
ballena, una de las cosas que lo impresionan a él es la blancura, él no dice que sea un animal normal,
sino que tiene una blancura muy especial, una pureza muy particular, y además hay algo muy especial
en cuanto a la redacción del libro, que es un libro muy extenso como decíamos recién, pero la ballena
aparece en los últimos tres capítulos, lo que equivaldría a decir en los últimas 50 hojas de un libro de
450 hojas. Por lo tanto, la ballena es una presencia para la cual todos los que están en el barco
conversan y tratan de llegar a alguna conclusión y sobre todo el capitán, este hombre cegado con la
venganza porque quiere aniquilar a la ballena a causa de su pierna que está absolutamente cegado por
perseguir a esa ballena y aniquilarla. No le importa más nada que esto y no le importa llevar a su
tripulación a la muerte. Entonces el libro se transforma en un viaje que se va transformando en un
momento en una especie de locura y es un descenso al alma del capitán que está dispuesto a hacer
todo por llegar precisamente a cobrar venganza. Pero además hay muchas referencias bíblicas dentro
del texto, el capitán Ahab (Acab) tiene el mismo nombre que tenía un Rey Judío en la Biblia,
catalogado como un mal rey. Y uno de los personajes que es una suerte de profeta, llamado Elías, es
como el profeta bíblico, que le fue a decir a Ahab no estás haciendo las cosas muy bien, por lo tanto
jugó con algunos personajes bíblicos de la novela en la metáfora.
Salvador: Bueno, era una época donde bastantes escritores usaban la metáfora grande en la literatura.
Algunos realmente muy exagerados, porque no vamos a mencionar acá lo malo, pero algunos en
forma muy exagerada. Creo que la forma en que la usa Melville es una metáfora muy válida y la
permanencia del libro al margen de las películas que se han hecho, porque las películas han sacado la
parte de aventura que pueden tener los libros, le han sacado lo otro. Yo he visto otras condensaciones
en las cuales la parte de la aventura se queda a un lado, la parte que puede interesar al que sigue la
literatura de aventura, pero lo interesante es ir a la obra grande porque allí está el carácter del
capitán: pues es la reencarnación del odio y del resentimiento ciego de una forma tal que ese viaje se
transforma en un viaje alucinante en un momento, porque no está guiado por la razón, está guiado
por los sentimientos, está guiado por la violencia de las pasiones, y toda la tripulación que va con él,
está embarcada con un loco que tiene como objetivo destruir, aún a costo de su propia vida. Esto es
muy interesante, porque pinta un carácter que ha pesar de ser simbólico como decía recién Ezequiel
es también real. Nosotros decimos que al hombre lo ciegan las pasiones, y se podría decir que Ahab es
un hombre cegado por el odio, su pasión lo está consumiendo y es lo que persiste a través de toda la
obra. Pero tal vez podamos hablar algo de la metafísica de Moby Dick.
Esteban: Hacemos una breve pausa, y tal vez usted mi amiga y mi amigo se hace la imagen del capitán
por las referencias que tiene acerca de esta ballena y el impacto causó en la vida de los personajes que
iban tras ella. Ya venimos.
PAUSA...
Esteban: Seguimos hablando de Moby Dick, seguimos hablando de este libro que ha sido representado
en la pantalla grande, al menos conozco dos producciones de la misma y quien sabe si en el futuro se
volverá a poner nuevamente en escena la manera de interpretar esta impresionante ballena que dio
que hablar a toda una tripulación y que los llevó a cometer hasta actos irracionales tratando de
cazarla. Hablaban ustedes que hay todo un contenido metafísico, un contenido que raya con lo
espiritual.
Salvador: Si, hay que hay que ir analizando el símbolo que hay detrás de todo esto y viendo lo que hay
detrás. Tal vez podamos empezar con la tripulación del barco. Hemos hablado de la tripulación del
barco y no hemos hablado de la ballena blanca ni del barco que sale para cazarla. Hemos hablado de
Ahab y hemos hablado de la ballena Blanca y del barco que sale para cazarla, pero ¿cómo es la
tripulación que está en el barco?
Ezequiel. Este es un detalle muy interesante que construye Melville para la novela, porque el coloca
dentro de la tripulación gente de diferentes razas: están los asiáticos, están los de raza negra, están los
de raza blanca, como si el barco fuera una representación del mundo. Está todo contenido ahí dentro.
Y a todos el capitán Ahab los va contaminando con su paranoia. Porque en primer término cazar a la
ballena es un problema y una locura que compete únicamente a Ahab y toda la tripulación parece
estar en contra de esto y se someten porque es el capitán de la nave y deciden lo que se hace, pero
sobre el final de la novela la locura por exterminar a la ballena le extiende a todos los personajes, y
sabemos que en ese barco Melville encierra a todo el mundo, porque puso a todos los representantes
de cada raza, así que la idea es bastante provocadora en su construcción y en su forma de elaboración.
Salvador: Además ya hay un ataúd en el barco, que va a tener un protagonismo hacia el final y que lo
trae justamente un personaje muy especial de la obra el ataúd, y que le sirve en la última parte, donde
está el desastre final, le sirve a Ismael para salvarse y para lograr la hazaña o la aventura de la ballena
blanca. Lo que quiere decir que hay elementos bastantes extraños, simbólicos y heterogéneos en esto
que hace Melville, donde va juntando todas esas cosas. Pero el personaje central de la obra a pesar de
que no está presente como decía Ezequiel; hasta los últimos capítulos es la ballena Blanca. Es el gran
símbolo de la obra, al que comienza persiguiendo a Ahab y después persigue a todos los demás y que
termina aniquilándolos completamente a todos que es justamente la ballena Blanca.
Ezequiel. Seguro, porque cada uno interpreta todo esto de formas diferentes. Es un libro que si uno se
propone desentrañar qué es la ballena para cada uno de nosotros mientras va leyendo, cuando uno
llega al final, cada persona encontrará en ella un significado distinto. Personalmente creo que la
ballena es símbolo de la pureza y una especie, tal vez, de “Justicia Divina”, porque va ejerciendo
justicia contra todos los que se van sumando a la paranoia del capitán del barco. Me parece que es
además también un sentido para la vida de todos los personajes, y termina convirtiéndose para ellos
en algo que quieren alcanzar desesperadamente sin entender muy bien por qué. ¿Cuál es el motivo
para la carrera alocada en la cual se encuentran inmersos? Y creo que finalmente cuando ellos se
encuentran con la ballena terminan encontrándose con muchas de las respuestas que buscaban,
porque la ballena termina teniendo personalidad, resulta reaccionar frente a sus ataques, no es un
animal, es un ser que va expresando a través de sus movimientos y de su participación en los tres
episodios finales, su forma de concebir a cada uno de los personajes.
Por supuesto que la hazaña que construyen en su barco demanda una especie de castigo y al final sólo
sobrevive Ismael que es el protagonista del texto, porque la ballena arremete contra el barco y lo parte
por la mitad llevándose al capitán Ahab, el perverso personaje que lo perseguía.
Salvador: Si, yo creo que ahí estaría la clave de todo el libro, de lo que Melville habría querido decir.
Hay que mirar un poco el entorno en el que Melville vivía, la situación conflictiva que le tocó vivir en su
época. EEUU estaba en plena expansión. Él vivía sobre la costa este y eran momentos convulsivos para
EEUU cuando estaba escribiendo este libro. Y él entra al problema básico de la naturaleza humana, el
hombre tratando de destruir eso que es el juicio que viene sobre ellos.
Es interesante lo que nos decía Ezequiel al final, la ballena parecería que razona, parecería que piensa.
Incluso parecería adelantarse a los designios de los que manejan la cacería, a pesar de las agresiones
que recibe, no elude la batalla, ella en alguna forma también está ensañada con el fin de destruirlos.
Hay un diálogo entre la ballena blanca y toda la gente que está contra ella, que termina
destruyéndolos. Y si nosotros adherimos a la tesis que nos traía Ezequiel, que es un símbolo de la
pureza y de la justicia de Dios que se acerca hasta los hombres, estamos teniendo del otro lado una
cantidad de hombres que se rebelan contra todo lo que la justicia y la pureza, que comienzan con uno
que los encabezan, pero que después pasa a todos los hombres y todos los hombres luego sufren las
consecuencias, llega un momento en que ese proceso de destruir esa justicia y esa pureza se vuelve
como un boomerang contra todos ellos.
Creo que Melville tenía un profundo sentido espiritual y cuando escribía sin dudas estaba bien imbuido
de pensamiento religioso que el pensamiento que el expresa en el sermón del comienzo es bastante
extenso, muestra que conoce bien su materia, conoce por ejemplo muy bien el libro de Jonás de la
Biblia, pues hace variadas referencias a este libro y no olvidemos la ballena o el gran pez en el libro de
Jonás, es la que ejecuta el juicio de Dios.
En este caso no es que se los traga y luego los vomita, sino que en este caso realmente los destruye. Lo
que muestra realmente es una visión apocalíptica, una visión de juicio, que los hombres mientras se
rebelan contra los principios de Dios van a tener el juicio de Dios sobre ellos, no van a poder vencer a
esa pureza o a esa justicia que está delante de ellos. Pueden realmente desatarse pasiones muy
violentas, pueden contagiarse incluso, pero en última instancia, la última palabra, la victoria final es de
quien mantiene la justicia de Dios vigente allí en el océano. Aparece el personaje de Ismael como el de
Testigo, como al hombre al que la ballena le permite venir hasta nosotros para contarnos que es esto.
Es algo así como el hombre que retorna de “los infiernos” para contarnos qué es lo que sucede. Y creo
que la presencia de Ismael contándonos todo esto, es la advertencia a todos nosotros de que no se
puede luchar contra la justicia eterna de Dios, porque finalmente esta llega a nuestra vida y que en vez
de luchar contra ella, tenemos que buscar otro camino para encontrar respuestas para nuestra propia
vida.
Cuando uno mira las bases mismas de la fe cristiana, uno se encuentra con que la ira y la justicia de
Dios están siempre presentes. No se puede ignorar que un Dios justo no puede tolerar el mal y que
siempre se aplicará la justicia sobre el mal. Lo interesante es que dentro de esto y dentro del planteo
cristiano y del planteo evangélico es que la justicia sobre el pecado y la maldad se descarga sobre
Jesucristo que algo así como la barrera que hace que la justicia no llegue.
Todos nosotros deberíamos ser aniquilados por la justicia de Dios, porque si Dios estableció leyes y
nosotros somos pecadores, nos hemos levantado (como el capitán Ahab) contra la justicia de Dios y
merecemos que la ballena nos destroce a todos. Sin embargo, hay un medio de salida, y ese medio es
la puerta que abre Jesucristo a través de la muerte. Por eso es simbólico ese ataúd que aparece en
esta obra, el elemento que lo salva y que da la vida a Ismael y que permite transmitir el mensaje, es un
elemento que es símbolo de muerte. Esta es la esencia misma de la fe cristiana, que a través de la
muerte de Cristo llegamos a la vida. A través de lo que Él hizo con su muerte en la Cruz, evita que la
justicia de Dios caiga sobre nosotros y nos permite vivir un futuro de esperanza.
Ojalá que la advertencia de Ismael que vuelve para decirnos “miren, esto es lo que sucede”, pueda
servirnos a nosotros. La justicia de Dios es terrible, porque esa justicia nos da lo que merecemos
realmente. Pero la gracia de Dios manifestada en Jesucristo pasa muy por encima de eso, nos da por
encima de lo que merecemos, nos rescata de nuestra condición, y a pesar de lo que merecemos nos
lleva a una esperanza, que si bien es inmerecida, sin embargo es eficaz, porque nos sostiene durante
toda nuestra vida y nos abre la puerta hacia la eternidad.
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