Esfuerzo extremo afectó a militares

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Esfuerzo extremo afectó a militares
Publicado el 27/Septiembre/2007 | 00:00
José Abad (23 años) solo desea que le den de alta para retomar la milicia. Su cuadro es estable y espera que
le den de alta en esta semana. Abad es uno de los 14 uniformados que se deshidrataron el último viernes,
cuando realizaban pruebas de resistencia de Calacalí (noroccidente de Quito) a la Escuela Superior Militar
(Esmil).
"Todo depende si es que me siento mejor", comentó el joven esmeraldeño, quien junto a los otros militares
ingresaron al Hospital Militar con un cuadro de deshidratación e intoxicación.
Según el paciente, poco antes de terminar la prueba de resistencia que duró 72 horas, sintió que ni los brazos
ni las piernas le respondían. Ya no podía moverse. “ Trataba de seguir, pero todo se me nubló y caí al suelo.
Cuando desperté vi que me estaban ayudando; luego llegué al hospital” , recordó.
Iván Calvache, director de esa casa de salud, dijo que, paulatinamente, los jóvenes saldrán de acuerdo a la
evolución de su salud.
Según el Servicio de Medicina Interna del hospital, esta semana fueron dados de alta seis de los 14 pacientes.
El informe reveló que durante la parte final del entrenamiento de patrullas de combate, los uniformados, en
forma accidental, "posiblemente ingirieron plantas silvestres del lugar (Calacalí), lo que agravó la
sintomatología por su estado de deshidratación secundaria...".
No obstante, este diagnóstico no resulta convincente para algunos especialistas.
Iván Cabezas, director del Centro Nacional de Información Toxicológica de la Clínica Pichincha, estimó que los
jóvenes estuvieron “ sometidos a un esfuerzo extremo y si han ingerido algún fruto, eso no se relaciona con
su cuadro de deshidratación” .
Por su lado, Pablo Herrera, médico internista de la Clínica de Salud Familiar, coincidió con ese criterio y
advirtió que no importa cuál fue la causa de dicha intoxicación, sino las molestias que pudieron haber sufrido
los soldados como por ejemplo diarrea severa, sequedad de las mucosas, náuseas, disminución de fuerza,
fatiga física y mental.
Los expertos también advirtieron que en caso de que los militares no hubieran sido atendidos inmediatamente,
habrían sufrido deficiencias de tipo cardiovascular y hasta problemas neurológicos.
Sin causas precisas
De su lado, Calvache aclaró que todavía no se conocen las causas precisas que desencadenaron este desorden
y que es necesario esperar los resultados de los análisis de sangre y de orina (no especificó una fecha) que se
estudiarán por parte d el Instituto Izquieta Pérez.
También dijo que nunca antes se había presentado este problema porque en el campo existe asistencia
médica y todos los uniformados pasaron por un examen médico antes del curso, incluido el uniformado Byron
Catota, quien murió por una úlcera durante el entrenamiento. Además, dijo que esta práctica "solo afectó a 14
de 75 militares".
Ante esto, Cabezas advirtió que no hay que tomar a la ligera esta situación ya que se trató de casi el 20% de
los militares que fueron sometidos a pruebas de resistencia muy exagerada.
Sin embargo, para Juan Abad, padre de José y ex militar, este problema médico fue solo un “ gaje del oficio”
que sufrió durante sus jornadas de capacitación. “ Mi hijo eligió esta carrera y sabe que la milicia es muy
dura. Ahora solo desea recuperarse. Él ya conocía que esas pruebas la pasan los más fuertes y yo estoy a su
lado para apoyarlo” , comentó. (GCA)
Ciudad Quito
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