LAS CARTAS DEL APÓSTOL SAN PABLO (2) San Pablo escribió las catorce cartas más famosas que existen en el mundo y en ellas se resume todo lo que la Iglesia católica enseña acerca de la fe y la moral. Tienen dos partes: una dogmática, es decir, verdades de la fe, y otra moral, es decir, reglas de buena costumbre. Las cartas las podemos dividir para su estudio en: A) B) C) D) CARTAS KERIGMÁTICAS: 1 y 2 Tesalonicenses (años 50-51). (Ya publicado) GRANDES CARTAS: A los Gálatas, Corintios, Romanos. CARTAS DE LA CAUTIVIDAD: Filipenses, Colosenses, Filemón, Efesios CARTAS PASTORALES: Timoteo y Tito B) GRANDES CARTAS: A los Gálatas, Corintios, Romanos B.1) Carta a los Gálatas 1. Situación de la Iglesia: Los gálatas evangelizados por Pablo durante su segundo viaje misionero, hacia el año 50, eran descendientes de los celtas o galos, un pueblo extremadamente belicoso que en el siglo III a. C. se había instalado en la meseta central de Asia Menor. Fueron sometidos por los romanos en el año 180 a.C. La estancia de Pablo en Galacia se prolongó por algunos meses, debido a una enfermedad que lo obligó a permanecer allí hasta su curación (4. l3-l5). Fuera de esto, no conocemos otros detalles sobre la actividad del Apóstol en esa región y sobre las Iglesias allí fundadas. Las circunstancias que motivaron la intervención de Pablo están suficientemente expresadas en la Carta. Las comunidades de Galacia habían sido perturbadas por algunos predicadores cristianos venidos de Jerusalén. Estos, erróneamente, se consideraban respaldados por Santiago, "el hermano del Señor" (1. 19), que era una de las "columnas de la Iglesia" junto con Pedro y Juan (2. 9). Según ellos, los fieles convertidos del paganismo debían someterse a la Ley de Moisés y a la práctica de la circuncisión, para llegar a ser verdaderos hijos de Abraham y herederos de las promesas divinas. Al mismo tiempo, trataban de desacreditar la persona y la autoridad apostólica de Pablo, mostrándolo en desacuerdo con los demás Apóstoles. La crisis provocada por estos "judaizantes" en Galacia es una de las expresiones típicas de la dificultad que tuvo la Iglesia para desvincularse cada vez más del Judaísmo y adquirir su fisonomía propia. La CARTA A LOS GÁLATAS, escrita probablemente en el año 56, es uno de los más espontáneos y vehementes escritos de Pablo. Su tema central es la libertad del cristiano, llamado a recibir la salvación como un don de Dios que se alcanza por la fe en Jesucristo, y no por el sometimiento a las exigencias de la Ley. Para comprenderla debidamente, es conveniente leerla a la luz de la Carta a los Romanos, que fue escrita un tiempo después y vuelve sobre los mismos temas de una manera más completa y sistemática. 1 2. Esquema y división: Hay tres secciones bien definidas: Una sección histórico-apologética en la que Pablo reivindica su legítima condición de apóstol (cap. 1-2). Una sección doctrinal, donde demuestra que la verdadera salvación viene de Dios a través de Cristo aceptado por la fe. Y una sección exhortativa, donde señala cuál debe ser la actitud del hombre liberado por Cristo, contrapuesto al hombre según la carne. 3. Contenido teológico-espiritual: La salvación del hombre (justificación) viene de Dios, a través de Jesucristo muerto y resucitado. La ley no salva. Al hombre le corresponde aceptar, creer que Jesucristo es el único salvador. Esta fe, no sólo es asentimiento intelectual, sino sobre todo amor. Sólo así el hombre se convertirá en hombre nuevo y libre. Este hombre nuevo, recreado por Dios a imagen de Jesucristo será capaz de superar el pecado y la muerte, causantes del hombre viejo. Encabezamiento (1, 1-5) Exposición del drama (1, 6-10): ¡quieren cambiar el evangelio! El origen divino del evangelio de Pablo (1, 11-2, 14) La tesis de la epístola (2, 15-21): Dios justifica a los judíos y a los paganos por la fe en Cristo Demostración por la Escritura (3-4): La justificación por la fe como cumplimiento de la promesa hecha a Abrahán La libertad cristiana: vida según el Espíritu (5, 1-6, 10) La libertad cristiana según san Pablo Últimas recomendaciones de Pablo (6, 11-18) 4. Estilo: Es quizá la carta más genuina de Pablo, por sus datos biográficos, su tono, su estilo y sus ideas. Hace uso de referencias históricas, evocaciones personales, citas de la Escritura, procedimientos exegéticos, característicos de las escuelas rabínicas, interpelaciones personales, observaciones irónicas. Maldice y apostrofa con violencia, recrimina sin respetos humanos; ruega con dulzura. El ardor de la polémica genera un bello desorden y falta de estructura en la carta. Esta carta ha sido piedra de escándalo y signo de contradicción. Los protestantes la enarbolaron como bandera para criticar todas las leyes y normas que ha ido dando la Iglesia, pues “la ley no cuenta” –dice san Pablo. Para entender completamente el mensaje de Pablo hay que leer bien todo el conjunto de las cartas. Aquí, simplemente Pablo nos pone alerta para que no caigamos en un legalismo formulista, vacío y fariseo, sin amor. Pero la Iglesia no cae en eso: sus normas y leyes están motivadas por el amor. Por eso, nuestra fe tiene que ir acompañada de obras de amor. 2