Derecho Penal Revolucionario

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XVII Congreso Latinoamericano, IX Iberoamericano y I Nacional de Derecho Penal y
Criminología.
Para Derechos Humanos
Sub tema: a) El delito de terrorismo y los derechos humanos con respecto a: Los
nuevos conceptos de seguridad ciudadana frente a los DD.HH. y sus sujetos
procesales; Derechos Humanos y Derecho Natural.
Derecho Penal Revolucionario – Bolivariano para hacer frente al Derecho
Penal del Enemigo
Por Jorge Paladines Rodríguez
Universidad Bolivariana de Venezuela
jorgepaladines@gmail.com
Introducción:
Cuando Federico Engels en su obra “El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el
Estado” nos explica dialécticamente acerca del nacimiento del Derecho, nos habla no solo
de un conjunto de normas para regular la convivencia social, sino de un instrumento que
tiene la clase dominante para oprimir aún más al Pueblo. Por ello que en nuestros días el
instrumento que tiene el Pueblo para liberarse de la clase opresora no es precisamente el
derecho, pues puede ser, como método no como dogma, un fusil. Sin embargo podemos
encontrar la misma vía del Derecho, una alternativa también revolucionaria, es decir,
combatir a los “discursos de poder” con voces de igual o mayor peso, en su propio terreno.
Dentro de las ramas del Derecho encontramos una de orden público, que es la del
Derecho Penal, diríamos con el debido respeto a las demás ramas, es la que está más
íntimamente ligada al ser humano, con su personalidad, con su psiquis, con su libertad e
inclusive con su vida. De ahí el papel fundamental en el manejo de las distintas teorías que
sobre el Derecho Penal versen, pues su sola influencia puede determinar su inclusión en
nuestras legislaciones y por ende el sometimiento de nuestra conducta.
A la caída del Muro de Berlín surgieron los denominados “sepultadores” del socialismo,
aquellos fanáticos del Capitalismo que consagran su defensa desde muchas ciencias y que
ahora tratan de sostener al Imperialismo en su avance expansionista por el mundo con la
sumisión de nuestros países a su servicio. Como todos sabemos surge desde Alemania una
postura teórica en la dogmática penal, basada en el estructuralismo funcional de Luhmann,
que es la del Derecho Penal del Enemigo, sostenida por Günther Jakobs, la cual tiene
inconscientemente algunos adeptos en América Latina.
Consideraciones Generales
Las Super Potencias se plantean en estos días el problema de la criminalidad o
delincuencia organizada, para aquellos imputados se les aplica legislaciones de excepción
que “restringen”, “limitan” o “suspenden” los Derechos Humanos traducidos al Debido
Proceso o a las garantías individuales. En este sentido apuntan a los delitos –según ellosmás graves como el de terrorismo, narcotráfico y extranjería ilegal, sobre todo al primero
que es con el que ellos disfrazan las más grandes atrocidades, jugando con las soberanías,
en nombre de la justicia.
Cuando se creó en el año 2002 la Corte Penal Internacional los Estados Unidos
decidieron no someterse a su jurisdicción para de esta forma imponer al mundo su forma de
aplicar “justicia” y esquivarse de los millones de procesos penales en su contra. Todos
sabemos que en Latinoamérica los excluidos son la clase oprimida o socialmente baja, en
Europa lo son los habitantes no comunitarios pero en Estados Unidos los son los
extranjeros “terroristas” y esto se refleja no solo en lo económico y político sino también
hasta en legislaciones como la inglesa, francesa e italiana.
Es de esta forma como la “criminalidad organizada” se convierte en la principal discusión
para los penalistas al servicio del imperio, al emitir teorías que ante la historia solo pueden
compararse con las de la Barbarie.
Consideraciones Específicas
Hobbes nos decía que para que el Estado pueda operar y ofrecer garantías, los individuos
deben delegar parte de su libertad y que si no lo hacen “quedan fuera del contrato y pueden
ser eliminados sin justicia”.
Con ello se aplica un criterio xenofóbico contra los excluidos, contra los marginados,
contra los desposeídos de los medios de producción, quedando el Estado como un aparato
burocrático militar que puede -a su antojo- tachar de enemigo a cualquier persona que se
oponga a sus intereses, así por ejemplo antes los enemigos del Estado eran los vagabundos,
hoy son los que ellos definen como terroristas.
Estas primitivas concepciones acerca de la organización y justicia del Estado, toman
cuerpo en estos días con la teoría de Jakobs al definir al enemigo como No Persona, pues
solo las personas son susceptibles de derechos y de un debido proceso, entonces aquellos
que no forman parte del contrato social contemporáneo, por estar incursos en una
imputación de delitos organizados, no tienen derecho a un juicio justo porque, según el
criterio del alemán, aquel individuo ha abandonado el Derecho, está fuera del sistema sin
intención de regresar, por ende el Estado le suspende sus Derechos Humanos (confesión sin
tortura, la prohibición de incomunicación, etc.)
El Derecho Penal del Enemigo de Günther Jakobs está direccionado para los casos de la
criminalidad organizada consistente en la defensa del Estado frente a un tipo de “ataques”
diferentes a los que pueden surgir de la criminalidad común asimilados a un estado de
excepción (guerra, terrorismo, narcotráfico) que intenta justificar y legitimar la estructura
de un Derecho Penal y Procesal sin garantías.
Esto ha llevado a que Francia, Inglaterra e Italia sancionen inclusive los comportamientos
jocosos a la amenazas terroristas. Francia implantó la ley 718 del 31 de Octubre de 2001 en
la que se autoriza el espionaje e intervención a las telecomunicaciones y correspondencia.
Estados Unidos conformó el 13 de Noviembre de 2001 los Tribunales Militares Secretos
para los No Ciudadanos (no personas o enemigos) ya sea para los definidos como
terroristas domésticos como para las organizaciones terroristas internacionales, de ello
tenemos la clara denuncia de violación a los Derechos Humanos que se cometen contra los
presos talibanes en Guantánamo.
En nuestra hermana República de Colombia trastocaron el concepto de Desaparición
Forzada de Personas, aquel que internacionalmente se conoce como “la ocultación ilegal y
arbitrariamente de una persona(s) por parte del Estado a través de sus agentes”, sin
embargo en la legislación penal colombiana la Desaparición Forzada de Personas es un
delito que puede ser cometido por cualquier particular, esto a su vez se aparta de la noción
del verdadero concepto y lo confunde con el de plagio, de forma tal que el Estado
colombiano se exonera de responsabilidad y aparece ante la luz pública que este delito es
atribuible socialmente a grupos armados, cuando todos sabemos que el Estado es el grupo
armado más grande y que al investigar este delito sería como hacer cuidar el queso al ratón.
Esto se verifica aún más con los indebidos procesos penales contra “Rodrigo Granda” y
“Simón Trinidad”, en donde inclusive se violan los principios aplicables a la Extradición,
que es el caso concreto de la prohibición de extraditar a un connacional, lo que no se
cumple en Colombia.
Otra forma de visualizar la aplicación el Derecho Penal del Enemigo en América Latina
es en el caso del Perú, en los “procesos” militares que se han instaurado contra los presos
políticos y de guerra, concretamente a Sendero Luminoso y el MRTA, en cuyo mes de
Noviembre del año pasado se llevó a audiencia al Dr. Abimael Guzmán Reinoso,
coartándole su derecho a la libre expresión, prohibiéndole su derecho a las visitas, en una
base militar que no es precisamente un centro penitenciario, además de llevar casi 13 años
de encierro cuando a nivel mundial sabemos que es indebido cautivar por más de 2 años a
una persona sin obtener sentencia condenatoria.
En nuestro Ecuador tenemos la Base Militar de Manta, la cual se ha instaurado violando
la soberanía nacional para generar el fratricidio más grande en la historia de Colombia,
coartando el libre tránsito migratorio de ecuatorianos por Aguas Marítimas Internacionales
al considerar como enemigos a los emigrantes que ven sus embarcaciones hundidas a causa
de los misiles de la marina estadounidense, en un país donde la Embajada de los Estados
Unidos en Quito tiene más de 2.000 funcionarios protegidos todos con inmunidad
diplomática para dejar en la impunidad los delitos que personalmente y a nombre del
Estado estadounidense cometan. Aquí se ha llegado a aplicar el Derecho Penal del Enemigo
inclusive contra los comerciantes informales de Quito, Guayaquil, Cuenca, Loja y Machala,
con Instrucciones Fiscales con figuras de “Sabotaje y Terrorismo” dedicadas a todas las
personas que no se someten sencillamente a las ordenanzas municipales, mientras la Policía
Nacional hasta el día de hoy no explica ni responde por la Desaparición Forzada de muchas
personas (caso Fybeca, Restrepo, etc.)
Sin embargo hay juristas con criterio social que no han permitido que el Derecho Penal
del Enemigo sea doctrina suficiente para emitir sus fallos, tal es el caso de la valiente jueza
italiana Clementina Fórrelo que declaró absueltos del cargo de terrorismo internacional a
cinco musulmanes norafricános el 24 de Enero de 2005 y sostiene que no se debe condenar
en base de informes de la CIA o el BKA, pues “ellos tienen un interés parcializado y
malicioso de prejuzgar a todo aquel que se les aparezca”.
Conclusiones
En resumen, el Derecho Penal del Enemigo es la violación a los principios del Derecho
Penal en su formulación típica y del Derecho Procesal Penal en su instrumentación
procesal.
Esto lleva a que los organismos de defensa de los derechos humanos se encuentren
saturados de demandas, con Defensorías Públicas que en la práctica se reducen a la
inactividad propia del aparato estatal en cuanto a su investigación y que las famosas ONG´s
pretendan abanderar el auspicio de dichas causas, no para adecuar una conducta delictiva
del Estado, sino para hacer pasantías del modelo procesal penal anglosajón.
Alternativa para nuestros Pueblos
Al estar advertidos que el Derecho Penal del Enemigo es la forma más descarada de
reeditar el neofascismo al debido proceso, convirtiéndolo en indebido, los pueblos del
mundo tenemos la obligación de plantear una alternativa, también jurídico penal, para
hacerle frente en nuestros países a través de figuras como la Declaración de los Derechos
del Hombre que permiten la insurrección de los Pueblos del Mundo para oponerse y
derrocar todo gobierno, régimen o administración que viole sus mandatos, además de
nuevas garantías constitucionales que a la postre consagren nuevos principios universales
de los Derechos Humanos.
Así como nació un Derecho Penal Revolucionario en la Revolución Francesa, también
debemos hacer parir un Derecho Penal hijo de la Revolución Bolivariana en el caso de
Venezuela, esto es un Derecho Penal Bolivariano que nos sirva de trinchera ante las
atrocidades cometidas jurídicamente con el auge del Derecho Penal del Enemigo.
Tenemos jurídico-penalmente las denominadas Causas de Justificación, aquellas que
naturalmente no constituyen delito y por ello se consagran como garantías constitucionales,
incorporadas al derecho penal tanto sustantivo como adjetivo. Ellas son: La legítima
defensa personal, la legítima defensa de terceros, la legítima defensa patrimonial o real e
inclusive la legítima defensa del honor conyugal, estos a su vez permiten la garantía de
otros principios como el de la vida, la propiedad, el honor, etc..
Plantemos el Principio de la Legítima Defensa Social que es el acto o actos, sea de
acción u omisión, por medio de los cuales se defienden otros principios como son los de
Soberanía y Autodeterminación de los Pueblos, por parte de cualquier miembro de la
sociedad sea civil o militar, acto o actos conducentes a no permitir la intromisión,
intervención, ataque, desembarco, calumnia al Pueblo, próceres o gobernantes, o
cualesquiera otros que directa o indirectamente signifiquen amenaza o lesión a la
tranquilidad y libre desarrollo de un Pueblo.
La Legítima Defensa Social se puede expresar con mayor amplitud en las facultades de
las veedurías, del Poder Moral, del Pueblo mismo que salió heroicamente a las calles el 13
de Abril del 2002 para defender su proceso revolucionario y que lamentablemente
contribuyó con los muertos del Puente Llaguno, cuyo responsable es el gobierno de los
Estados Unidos, auspiciando el desalojo por la fuerza de un gobierno que se ha identificado
y se identifica con los ideales de Bolívar, que son los del Pueblo venezolano.
Solicitamos entonces, a los honorables legisladores que, es uso de sus facultades,
presenten los correspondientes proyectos de ley para incluir en sus legislaciones penales
esta garantía que no apunta solamente a derechos individuales sino también derechos
colectivos o supraindividuales, para defender nuestra bien merecida libre determinación y
precautelar la soberanía, forjando la Unidad de todos los Pueblos y países bolivarianos que
busquen evitar las intromisiones de las grandes potencias y que sus connacionales no
tengan que ser extraditados a uno de esos grandes países, que aparte de robar nuestros
recursos naturales también lo hacen con nuestros recursos humanos y por la fuerza.
El Derecho Penal Bolivariano, con principios en primera instancia como la Legítima
Defensa Social, unirá aún más a nuestros Pueblos, nuestras legislaciones, nuestras
garantías, con una misma libertad, un mismo desarrollo, haciendo que la política criminal
en nuestros países deje ser de ser, de una vez por todas, una criminal política de Estado.
Bibliografía
-Constitución Política de la República Bolivariana de Venezuela.
-Defensoría del Pueblo de Colombia, “La Desaparición Forzada y los Derechos de las
Víctimas y las Violaciones a los Derechos Humanos” Bogotá D.C. Imprenta Nacional 2001
-Engels Federico, “Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado”
-Golinger Eva, “EL Código de Chávez”, Editorial José Martí, La Habana Cuba, 2005
-Jakobs Günther, “La ciencia del Derecho Penal ante las exigencias del presente”.
-Mir Puig Santiago, “El Derecho Penal en el Estado Social de Derecho”, Barcelona Ed.
Ariel
-Ponencias del Tribunal Antiimperialista del 16 Festival Mundial de la Juventud y los
Estudiantes, Caracas, Imprenta del Municipio Libertador 2005.
-Portilla Contreras Guillermo, “El Derecho Penal y Procesal del Enemigo en España:
terrorismo, narcotráfico e inmigrantes” Mar del Plata 2000-2002
-Zaffaroni Eugenio Raúl, “Derecho Penal- Parte General” 2000
-Zavala Baquerizo Jorge, “El Debido Proceso”
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