Encuentro para compartir la fe 2 CRECIENDO EN CRISTO LA FORMACIÓN A LO LARGO DE NUESTRAS VIDAS PROFUNDIZA NUESTRO PROYECTO VITAL COMO OBLATOS DE MARÍA INMACULADA ESCENARIO El animador del encuentro prepara el ambiente para que todos estén sentados confortablemente en círculo para facilitar la oración y el diálogo. Se puede poner una vela, la Biblia y una cruz oblata en el centro de la comunidad. MOTIVACIÓN En este encuentro nos reunimos para compartir sobre cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo nos ve Jesús a nosotros. CANTO: ORACIÓN LA PALABRA DE DIOS: Evangelio según San Lucas 2, 41-52. Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.» El les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?» Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón. Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres. TIEMPO PARA EL SILENCIO Y LA REFLEXIÓN RESPUESTA A LA PALABRA DE DIOS: Salmo. TEXTOS OBLATOS: OMI Constitución 2 «Escogidos para anunciar el Evangelio de Dios» (Rom 1, 1), los Oblatos lo dejan todo para seguir a Jesucristo. Para ser sus cooperadores, se sienten obligados a conocerle más íntimamente, a identificarse con él y a dejarle vivir en sí mismos. Esforzándose por reproducirle en la propia vida, se entregan obedientes al Padre, incluso hasta la muerte, y se ponen al servicio del pueblo de Dios con amor desinteresado. Su celo apostólico es sostenido por el don sin reserva de la propia oblación, oblación renovada sin cesar en las exigencias de su misión. OMI Constitución 47 La formación tiende al crecimiento integral de la persona. Es tarea de toda la vida. Lleva a cada uno a aceptarse como es y a irse realizando según lo que está llamado a ser. Implica una conversión constante al Evangelio, y nos mantiene siempre dispuestos a aprender y a modificar nuestras actitudes para responder a las nuevas exigencias. Llamadas del Capítulo de 2010 “Formación” #8 Un programa claro de formación permanente en cada Unidad. Que cada oblato se renueve constantemente en el conocimiento de las Escrituras para bien de la misión. Con tal fin, se invita a los oblatos a aprovechar los programas del “Centro de Mazenod” de Aix para la renovación en el carisma oblato y la familia oblata. PROFUNDIZANDO EN EL TEMA Olegario Domínguez, omi Provincia de Paraguay Apoyarnos en el costado de Cristo. Si Cristo es luz para nuestros ojos, verdad para nuestras mentes, es también apoyo y alivio, solaz y alegría, fuerza y entusiasmo para nuestros corazones inquietos, frágiles y vacilantes… Sólo Él pudo decir palabras tan inefablemente alentadoras como éstas: “Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso…aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas…” (Mt 11, 28s). Pensamos en el Amigo que nunca falla, en el Buen Pastor que lleva en sus hombros a la oveja perdida, en el Maestro que deja al discípulo amado descansar suavemente en su costado… Sostenidos por él… En medio de las luchas y contradicciones, en las incertidumbres y perplejidades, contamos con un apoyo firme y seguro…Con el Apóstol podremos decir en cada caso: “Sé de quién me he fiado” (2 Tim 1, 12). Él ha tenido la dignación de considerarnos dignos de su confianza (cf 1 Tim 1, 12); y por tanto cuenta con nuestro pobre vaso de arcilla para llevar sus tesoros. El Maestro no nos señaló un camino fácil, nos introdujo en el suyo, el de la cruz, el de la persecución, las apreturas y los fracasos. Así fue para los apóstoles, para San Eugenio y sus misioneros. Así es para nosotros en nuestro mundo materialista, alérgico a los verdaderos valores y saturado de egoísmo y de violencia. Pablo hablaba de las luchas de afuera y de los temores experimentados en el interior de su persona (2 Co 7, 5). Las luchas y los temores nos rodean y nos atacan peligrosamente y nos pueden llevar al cansancio, al escepticismo, a la neurosis o a buscar el remedio en un activismo extenuante y estéril. La Misión, con su exigente grandeza y sus peligros, con su inevitable dureza, nos invita a refugiarnos en Cristo, a contar con su presencia reconfortante en nuestro ministerio (“estaré con vosotros todos los días”: Mt 28, 20)) y especialmente en el banquete eucarístico. Ahí nos va a repetir: “Soy yo, no temáis” (Lc 24, 36) y “¡Animo, yo he vencido al mundo!”(Jn 16, 33). Nuestro Fundador termina el ardiente bosquejo de los hombres apostólicos con los que quiere renovar la sociedad de su tiempo, con esta frase: “luego, con firme confianza en Dios, entrar en la lid y luchar hasta la muerte (cruenta)…” (Prefacio). Esta fuerza que es la esperanza cristiana, necesitamos acrecentarla y avivarla tanto más cuanto mayor es en nuestro entorno la insatisfacción, el desencanto, el escepticismo práctico y la misma desesperanza que ensombrece todos los horizontes. Hoy el misionero no solo tiene que dar al mundo “cuenta de su esperanza” (1 Pe 3, 15) sino que tiene contagiar esa actitud con su vida desprendida, serena y alegre. Tiene que dar testimonio claro de las bienaventuranzas evangélicas. Lo cual no es posible más que cultivando una amistad íntima con el Salvador. COMPARTIENDO NUESTRA FE: El animador invita ahora a cada oblato presente a compartir lo que le ha inspirado durante la reflexión. También se puede compartir sobre las siguientes preguntas: El pasaje de la búsqueda de Jesús en el Templo nos cuenta la historia de cómo Jesús estuvo perdido durante dos o tres días: ¿Ha desaparecido también Jesús algunas veces de nuestra vida? ¿De qué manera “perdieron” José y María la imagen y la idea preconcebida que tenían de Jesús para encontrarle después como un “nuevo” hijo? ¿Cuándo he perdido una imagen de Jesús o de Dios que me era familiar y a la que estaba acostumbrado en mi vida? ¿Cómo era esa imagen? ¿En qué forma ha crecido la imagen que tenia de Jesús a lo largo de los años? COMPROMISO: El animador recuerda a cada uno que nos estamos preparando para el Trienio buscando de qué manera podemos crecer, cambiar, ser transformados. Se nos pide que consideremos un gesto concreto en la vida de nuestra comunidad como signo de conversión. Pidamos a Dios que nos inspire, nos ayude a ser audaces y valientes en estas semanas de preparación para que podamos comprometernos con un signo real de vida nueva entre nosotros. ¿Cuál podría ser el gesto de conversión que debemos escuchar: profundizar en nuestra vida de oración? ¿Tener un director espiritual o un acompañante o un “amigo espiritual”? ¿Estudiar teología y la Palabra de Dios? TIEMPO PARA LA ORACIÓN Y ACCIÓN DE GRACIAS / INTENCIONES ORACIÓN FINAL: BENDICIÓN Y CANTO: El animador pide a un oblato presente que bendiga al grupo. Después, todos cantan el canto final.