LAS ARCAS DE LIMOSNA Y MISERICORDIA DEL CONDE DE HARO: UN ANTECEDENTE DEL MICROCRÉDITO EN LOS ALBORES DE LA EDAD MODERNA Alberto de la Peña Gutiérrez (Universidad de Burgos) (Avda. Parralillos s/n, 09001 Burgos. 947259098) apguti@ubu.es Julio Mata Melo (Universidad de Burgos) (Avda. Parralillos s/n, 09001 Burgos. 947259041) jmata@ubu.es Belén Castillo Iglesias (Museo del Ejercito) (Museo del Ejercito, Madrid) Área temática: E) Historia de la Contabilidad Palabras clave: Arcas de Limosna, microcréditos, Conde de Haro, Villadiego. 1 LAS ARCAS DE LIMOSNA Y MISERICORDIA DEL CONDE DE HARO: UN ANTECEDENTE DEL MICROCRÉDITO EN LOS ALBORES DE LA EDAD MODERNA Resumen En este trabajo se analizan las Arcas de Limosna fundadas por el Conde de Haro en Castilla en 1431. La Arcas fueron las primeras instituciones de préstamo que conocemos y son, también, un precedente inmediato de la fórmula actual del microcrédito y de los montepíos, estos últimos creados unos 30 años más tarde por la Orden Franciscana en Perugia y de los que al parecer derivan las actuales Cajas de Ahorros. Dicho análisis se lleva a cabo a partir del contenido del libro de cuentas del Arca de Limosna y de Misericordia que se conserva en el archivo municipal de Villadiego (Burgos). Este trabajo se incluye dentro del proyecto BU00105 “Análisis contable, económico y social de la documentación del archivo municipal de Villadiego (Burgos)”, financiado por la Junta de Castilla y León. 2 1.- Introducción El estudio que presentamos se enmarca dentro de otro más amplio que trata sobre las instituciones que existieron en dicho municipio destinadas a la protección contra la exclusión social y la pobreza durante la Edad Media y en época Moderna, continuando vigentes algunas de ellas hasta nuestros días. Nos referimos, fundamentalmente, a los pósitos, las arcas de misericordia, las cofradías y las arcas de limosna. Estas últimas van a ser el objeto principal de análisis de las páginas que siguen, realizando esta tarea a partir del libro de cuentas del Arca de Limosna y de la Misericordia del mencionado archivo. Para abordar el trabajo, exponemos, en primer lugar el marco social en el que surgen las Arcas que, no es otro que el de la pobreza. El siguiente apartado centra su atención en el marco histórico en el que se desarrollan las Arcas de Limosna y en las diferencias existentes entre estas y las Arcas de Misericordia, así como en la importancia de la comunidad judía en el nacimiento de las primeras. En tercer lugar analizamos en libro de cuentas del Arca de Limosna existente en Villadiego. El trabajo termina con un apartado en el que mostramos las conclusiones más importantes que se derivan de su análisis histórico, económico y contable. 2.- Antecedentes: pobreza y beneficencia en la Edad Media: Desde mediados del s. XX los estudios históricos han gozado de un notable desarrollo que ha dado lugar a que esta investigación se haya ido especializando en diferentes campos con interesantes aportaciones para el conocimiento general de la sociedad y las estructuras económicas que estuvieron vigentes en épocas pasadas. Ente todos ellos destacan por su complejidad e incidencia social los relacionados con la pobreza y la beneficencia, lo que de manera general entendemos en nuestros días como asistencia social. La revisión de los documentos conservados en los archivos municipales, parroquiales y privados esta permitiendo conocer nuevos datos y, en consecuencia, ha abierto un amplio abanico de posibilidades para la investigación. Es a partir de estos estudios específicos y locales donde se están dando a conocer, si bien de forma parcial, la estructura y mecanismos sobre los que se articuló la vida económica en el pasado; la organización sobre la que se asentaban y las instituciones necesarias para su desarrollo. Dentro de éstas últimas se perfilan ya desde la Edad Media las entidades destinadas a fines benéficos, algunas de las cuales son sin duda los precedentes de determinadas entidades financieras que hoy conocemos 1. Pero para entender los mecanismos económicos de esas etapas creemos que es necesario hacer referencia a algunos aspectos sociales que sin duda influyeron en su creación y funcionamiento. Uno de los problemas fundamentales al que tuvo que enfrentarse la sociedad de la Edad Media y Moderna fue el de la pobreza, hecho constante y endémico en la sociedad medieval que, en opinión de algunos autores, los pobres deberían ser considerados como una clase más 2 que influyó profundamente en las normas sociales de la época. La rígida estructura de las clases sociales, el 1 LÓPEZ YEPES, J.: Historia de los Montes de Piedad en España. El Monte de Piedad de Madrid en el s. XVIII. Publicaciones del Fondo para la Investigación Económica y Social de la Confederación Española de Cajas de Ahorro. Madrid, 2 vol. 1971. Recoge bibliografía anterior. 2 López Alonso, C.: La pobreza en la España medieval. Mº de Trabajo y Seguridad Social, Madrid 1986. 3 desigual reparto de la riqueza y la fragilidad de los medios de producción de una sociedad eminentemente rural, favorecieron que un elevado número de personas se encontrasen de una forma habitual en una situación de precariedad ante la vida. Esta población carecía de los recursos mínimos necesarios para hacer frente a la enfermedad, las malas cosechas y las fluctuaciones de los precios de los productos básicos de subsistencia, lo que les colocaba en una situación de pobreza permanente. Las formulas que entonces se articularon para la solución del problema se materializaron a través de la caridad y la beneficencia. Actividades que se organizaron bajo el prisma de las creencias religiosas cuya proyección superó el campo de la espiritualidad para extenderse a aspectos mucho más concretos de la vida diaria, las normas de convivencia, la aplicación de la justicia o la asistencia a los necesitados 3. La caridad medieval se inició como obra social de la Iglesia por parte de los monasterios que concentraron esta actividad desde el s. V al XII. Fueron los monjes, principalmente Cluniacenses y Cistercienses, los que fundaron hospitales para la atención de enfermos, pobres y viajeros en las zonas rurales y junto a las vías de comunicación. Un buen ejemplo lo encontramos en las fundaciones benéficas que se asentaron a lo largo del Camino de Santiago, la gran ruta de comunicación del centro y sur de la Europa cristiana, caso del hospital fundado por San Lesmes –que introdujo la Orden cluniacense bajo la protección de Alfonso VI hacia el año 1091-, o del propio Hospital del Rey, en Burgos. A partir del s. XIII el crecimiento de las ciudades trasladará los centros de beneficencia hacia su territorio, serán entonces los obispados y cabildos catedralicios los que asumirán la responsabilidad de la asistencia a los necesitados. La labor benéfica de la Iglesia se vio complementada con la aparición de Órdenes religiosas -por ejemplo las mendicantes dedicadas a tutelar hospitales, leproserías, asilos, hospicios, etc.- y por los estamentos sociales más favorecidos como el de la nobleza. La inestabilidad social derivada del aumento de pobres y la falta de recursos de la mayor parte de la población fueron problemas permanentes cuya solución fue asumida por la Iglesia y sus teólogos, ambos establecieron las normas de conducta a seguir para el ejercicio de la caridad y las ayudas a los pobres 4. Estudios recientes sobre el tema de la pobreza en España5 están poniendo de relieve la facilidad con que ésta se extendía entre la población y la diversidad de situaciones que la provocaban, lo que en su día dio lugar a la diferenciación de categorías de pobres y, en consecuencia, a la aplicación de la asistencia social6 de manera discriminada. La llegada del estado moderno aportó una participación gradual y cada vez más importante de las instituciones municipales e incluso de los gremios. Será entonces cuando empiecen a establecerse normas reguladoras de las instituciones benéficas, en definitiva los deberes y fines que debían de cumplir. El proceso de secularización y la normalización 3 William Broadman, J. Charity and Welfare: Hospitals and the poor in Medieval Catalonia. The Midle Ages Serie. Philadelphia: The University of Pensilvania Press, 1998. Chapter 7. 4 Compilación del dominico Ramón de Penyafor (s. XIV) de las decretales del Papa Gregorio IX y de los textos de San Ambrosio (Obispo de Milán en el s. IV) sobre la caridad y su ejercicio (vid. William Broadman, J., ob. cit.) 5 Además de los ya citados vid: Monteano, P. J.: Los navarros ante el hambre, la peste, la guerra y la fiscalidad, s. XV y XVI. Colección Historia, Universidad de Navarra. Pamplona 2000; Rubio Vela, A.: Pobreza, enfermedad y asistencia hospitalaria en la Valencia del s. XIV. Institución "Alfons el Magnànim", Diputació Provincial de València. Valencia 1984. 6 Empleamos este término desde un significado muy amplio, superando el de caridad que bajo su perspectiva cristiana se utilizó sobre todo en la Edad Media. Señalaremos como curiosidad que Ramón de Penyafort defendía como " la caridad puede ser indiscriminada si se dispone suficiente de todo; cuando no existan recursos suficientes se debe preferir primero a la familia y luego a los amigos" 4 de su funcionamiento fue lento, se inició a partir del s. XIV y se desarrolló de manera más clara en el cambio del s. XV al XVI. Las zonas rurales se caracterizan por una presencia más notoria de la Iglesia que aglutinó en el ámbito de sus parroquias todo tipo de actividades de beneficencia y caridad. Bajo su tutela se crearon cofradías y Arcas de Misericordia para la atención de los vecinos y pobres a quienes se les ayudaba con la donación de ropas, comida, subsidios y préstamos. Su actuación se mantuvo de forma estable a lo largo de mucho tiempo y aunque en ellas también participaron el poder civil y los benefactores privados, su estructura se mantuvo prácticamente inalterable hasta bien entrado el estado moderno. 3.- Arcas de Limosnas y Arcas de Misericordia Entre las instituciones medievales y modernas destinadas a la beneficencia se encuentran las denominadas Arcas de Limosnas y Arcas de Misericordia. En ambos casos se trata de entidades destinadas a la ayuda de menesterosos, si bien no son exactamente iguales en su concepción, pues las primeras se dedicaron casi en exclusividad al préstamo monetario en metálico, mientras que las segundas lo hicieron en especie, fundamentalmente trigo para la sementera. Su funcionamiento se basaba en el préstamo minoritario a los pobres, quizás podríamos asimilarlo al concepto actual de microcrédito, cuyos precedentes los podemos encontrar en época visigoda7, concretamente en las ayudas creadas por el Obispo Masona en el año 580. Este Obispo dotó en la iglesia de Santa Eulalia de Mérida una caja de préstamos con 2.000 sueldos destinada a prestar dinero a las personas necesitadas 8. A lo largo de la Edad Media el préstamo minoritario de dinero para socorrer a los pobres se mantuvo bajo la costumbre de las limosnas, siendo conocidas, por ejemplo, las ayudas de los platos o baci de las iglesias catalanas o las limosnerías fundadas por particulares. Sin embargo el fundamento teórico de este tipo de instituciones y su funcionamiento orgánico no se articuló definitivamente hasta el s. XV, cuando se crearon en Castilla las Arcas de Limosna y en Italia los Montes de Piedad. El porque de la fundación de unas instituciones como las Arcas de Limosnas, destinadas al préstamo monetario en metálico creemos que está relacionada con la peculiar situación socio-política que vivió el reino de Castilla durante el s. XIV con la guerra de sucesión entre Pedro I y Enrique de Trastámara. Entre los muchos aspectos que caracterizan la historia de esa época, debemos hacer alusión al papel económico que jugó la comunidad judía en aquel momento. Para ello recordemos lo anteriormente expuesto en relación al papel primordial que tuvo la Iglesia en todo lo relacionado con la beneficencia, su influencia en las normas de conducta cristianas y su peculiar interpretación de la caridad. Todos estos aspectos dieron como resultado que la sociedad no aceptara como natural y respetable la actividad financiera, por lo que fue la comunidad judía la que asumió desde la Edad Media los oficios relacionados con el dinero: préstamos, comercio, recaudación de impuestos, etc.9. 7 López Alonso, C., ob. cit., p. 392 Orlandis, J: "La sistencia a los pobres en la iglesia visigótica", en ACTAS DE LAS I JORNADAS LUSO-ESPAÑOLAS DE Hª MEDIEVAL, Centro de Estudios Históricos anexo a la Facultad de Letras de Lisboa. T. II, p. 108. 9 Vid. Lacave, J.L.: "Judios en España", en LA VIDA JUDÍA EN SEFARAD. Ministerio de Cultura, Madrid, 1991; Suarez Fernández, L.: "Claves históricas del problema judío en España medieval", en LEGADO MATERIAL HISPANOJUDÍO. Colección Humanidades , Universidad de Castilla-La Mancha, 1998, p. 15-76. 8 5 Tengamos en cuenta que desde la perspectiva cristiana el préstamo con intereses era generalmente considerado como una actividad de usura y como tal era castigado con la excomunión. El papel que desempeñó esta comunidad fue fundamental para el desarrollo económico y comercial de la sociedad. La actividad financiera dependía casi exclusivamente de ellos, fueron los tesoreros reales, los cobradores de impuestos, los prestamistas, etc. en definitiva el soporte financiero de los reinos tanto desde la perspectiva centralizada de la corona como del mercado monetario del pueblo llano. La inestabilidad política del s. XIV y la llegada al trono de Castilla de Enrique II de Trastámara tuvieron nefastas consecuencias para estas comunidades que fueron las más afectadas por haber prestado su apoyo al rey perdedor, Pedro I. Entre los aspectos más negativos que se iniciaron entonces están la paulatina pérdida de derechos y autonomía de la minoría judía, las prohibiciones de libre movimiento para las personas, las restricciones en el ejercicio de los oficios profesionales y la creación de la figura del judío usurero y acumulador del dinero como único responsable del empobrecimiento de una gran parte de la población. La imagen negativa del judío generó una actitud de rechazo social que derivó en la promulgación de normas legales encaminadas a prohibir, entre otras, las actividades de préstamo con usura y sobre todo en los enfrentamientos sociales que arrasaron las aljamas españolas al final del siglo. La aplicación rigurosa de la prohibición tuvo como principal consecuencia que el desarrollo normalizado de las actividades económicas se ralentizase, provocando situaciones endémicas que derivaron en el empobrecimiento de la población al carecer ésta de la necesaria agilidad que aporta el dinero para acometer las actividades comerciales y productivas cotidianas. La situación de inestabilidad económica se acrecentó con el paso del tiempo y fue probablemente una de las causas fundamentales que favorecieron la creación de las Arcas de Limosnas en el primer tercio del siglo XV. Su fundación se concibió como el medio más adecuado para suplir el vacío monetario dejado por las limitaciones impuestas a los prestamistas judíos 10. La necesidad de contar con un sistema de préstamos en metálico ya fue planteada en la época y recogida en documentos contemporáneos como claramente se desprende del texto de Diego de Valera11 : "El Conde de Haro, D. Pedro de Velasco como en algunas villas suyas oviere muchos judios, e con logros le paresciese aquello empobrecer, mando so graves penas que ninguno fuese osado de dar a logro, e como algun tiempo esto durase. Los vaxallos se quexaron a el, diciendo que muy mayor daño reçibian en no fallar dineros a logros ni en otra manera, como ya no los fallando, les convenia vender sus ganados e lanas e pan e otrascosas adelantando, e por ende le suplicaban que diese libertad a aquel logro se diese. El conde queriendo en esto remediar, mando poner tres arcas en Medina de Pomar y en Herrera y en Villadiego, poniendo en cada una dellas doscientos mill maravedis, y en los alfolies de cada una destas villas dos mill fanegas de trigo mandando dar las llaves de lo ya dicho a quatro regidores de cada una de las dichas villas, mandandoles que cualquier vasallo suyo, que menester oviese dineros o 10 Las limitaciones a los préstamos con interés se contemplan en la normativa regia a lo largo de toda la Edad Media. Estas mismas limitaciones se reflejan con mayor precisión en las Ordenanzas antijudías que se establecen con carácter global –por parte de la Corona- o parciales para cada judería como las dadas por el Conde de Haro para sus villas, vid. GARCÍA LUJÁN, J. A. (1994): Judíos de Castilla s. XIV-XVI. Documentos del Archivo de los Duques de Frías. Servicio de publicaciones de la Universidad de Córdoba, serie monográfica nº 210. 11 MATA CARRIAZO, J. De (1941): Memorial de diversas hazañas. Crónica de Enrique IV ordenada por Mosen Diego de Valera”. COL. CRÓNICAS ESPAÑOLAS IV. Espasa-Calpe, Madrid, p. 90 ss. 6 pan fasta en cierto numero, dando pruebas o fianzas de fuese prestado por un año; con lo cual conservo tanto los vecinos de aquellas villas, que todos vivieran fuera de necesidad". Una gran diferencia con respecto a la actividad prestataria anterior es que estas nuevas instituciones se concibieron ya dentro de las normas de actuación que la moral cristiana establecía en aquella época. Así su fundación tuvo desde un principio una clara orientación benéfica y estuvieron avaladas por la Iglesia quien reconocía esa finalidad, las declaraba exentas del pecado de usura e incluso reconocía ventajas espirituales para sus responsables. Las primeras instituciones que conocemos de estas características son las denominadas "Arcas de Limosna", fundadas por el Conde de Haro, D. Pedro Fernández de Velasco aprobadas por bula del Papa Eugenio IV el 15 de septiembre de 1431, para liberar del pecado de usura a su fundador y a los responsables de las instituciones. Si bien suponemos que el funcionamiento de las Arcas fue anterior a dicha fecha, ya que las ordenanzas antijudías que el Conde de Haro dicta para Briviesca y para las “sus villas y lugares” de su jurisdicción, en dicho año de 1431 recogen ya en el punto XL: Aplicaçión de las penas destas hordenanças, que el dinero procedente de las multas por su incumplimiento se debia dividir en tres partes y se distribuía de la siguiente manera: dos partes para el arca de misericordia de cada una de las villas y la tercera para el acusador12. Un exhaustivo estudio de las mismas, así como de la documentación a ellas referidas que se conservan en el Archivo de los Duques de Frías, ha sido publicado por López Yepes y Sagredo Fernández 13. En su trabajo presentan un análisis detallado de estas instituciones que entre otros aspectos, nos permite conocer como se organizó su estructura y la finalidad para la que fueron creadas. Conviene recordar de forma sucinta los aspectos fundamentales que caracterizaron a estas Arcas. 1. 2. 3. 4. El fin benéfico de sus actividades. Están destinadas a contrarrestar "el pecado de la usura" y a ayudar a los más necesitados. Fundación de nueve Arcas de Limosna en localidades dependientes de la jurisdicción del Conde de Haro, dentro de las Diócesis de Burgos, Palencia y Calahorra. Cada una de las Arcas tiene estipulada su dotación económica, la cual solo puede destinarse a los fines mencionados. Los préstamos se realizan sin interés, por el periodo máximo de un año. Los prestadores deben devolver la cuarta parte en el primer cuatrimestre y el resto antes del plazo fijado. El prestatario debe aportar como garantía bienes o prendas que serán vendidas en caso de que no restituya el dinero prestado. El importe de la venta se destinará al fondo del Arca. 12 GARCÍA LUJÁN, J. A. (1994): Judíos de Castilla s. XIV-XVI. Documentos del Archivo de los Duques de Frías. Servicio de publicaciones de la Universidad de Córdoba, serie monográfica nº 210, p. 361-371 13 López yepes, J.; Sagredo Fernández, F. "Las Arcas de Limosnas del Conde de Haro y las instituciones de préstamo benéfico (siglos XV-XVI). ACTAS DE LAS I JORNADAS LUSOESPAÑOLAS DE Hª MEDIEVAL, Centro de Estudios Históricos anexo a la Facultad de Letras de Lisboa y Departamento de Estudios Medievales de Barcelona. Lisboa 1972, T. 2º, vol. 2, p. 547574. Ídem: "Instituciones de préstamo benéfico: Montes de Piedad, Pósitos y Arcas de Misericordia en España (siglos XV-XVI). Las Arcas de Limosna fundadas por D. Pedro de Velasco, Conde de Haro (1431)". BOLETÍN DE DOCUMENTACIÓN DEL FONDO DE INVERSIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL, 1973, vol. 5, nº 1, p. 60-71. 7 5. 6. Las arcas estarán administradas por dos regidores y un notario, elegidos entre los vecinos de cada villa, que realizarán los empréstitos los jueves y los viernes. La supervisión de todas las Arcas estaba bajo control de los franciscanos de Briviesca. Las cuentas del Arca se presentan el primero de enero de cada año y por su trabajo los responsables del arca podrán cobrar diez florines los regidores y un maravedí por cada cien que se presten, con un máximo de mil maravedís, el notario. Las Arcas de Limosnas fundadas por el Conde de Haro fueron las siguientes: Santa Cruz de Medina de Pómar (con 2.600 florines); Briviesca (con 2.600 florines); San Llorente de Villadiego (con 660 florines); Santa Ana de Herrera de Pisuerga (con 1.200 florines); Santa María de Salas de los Infantes (con 1.900 florines); Grisaleña (con 200 florines); Belorado (con 800 florines); Arnedo (con 800 florines) y Huerta de Yuso (con 800 florines)14. Todas ellas fueron villas que en su día contaron con una comunidad judía de cierta importancia. López Yepes y Sagredo estudian también un aspecto interesante de estas instituciones a las que consideran los primeros ejemplos de los Montes de Piedad15. En su breve análisis histórico ya señalan la peculiaridad de anteceder en varios años a la fundación de los Montes de Piedad italianos, promovidos por los franciscanos y fundados en la ciudad de Perugia en 1462, que están considerados como pioneros y los promotores de este tipo de instituciones en Europa. Tanto en el caso de Castilla como en el de Perugia el papel de la Orden Franciscana fue determinante, pues parece incuestionable que fueron ellos los inspiradores de la creación de estas instituciones benéficas destinadas al crédito prendario. Hecho que incide una vez más en el papel social que tuvo la Iglesia en aquella época y que se enmarca, además, dentro los fundamentos ideológicos de la Orden Franciscana dedicada con especial relevancia a la práctica de la caridad, por lo que se justifica perfectamente que, entre otros aspectos, las Arcas de Limosna se caractericen por el préstamo prendario en metálico sin cobrar intereses. Otra de las instituciones benéficas que caracterizó la época Moderna fueron las Arcas de Misericordia. Estas se diferencian de las anteriores en que se constituyen para ofrecer préstamos en especie, generalmente de simientes para los agricultores. A ellas hemos hecho alusión con anterioridad, sin embargo conviene recordar que quizás su origen pueda estar unido al desarrollo de la beneficencia en los núcleos rurales 16 que de forma generalizada desde finales del s. XIII se estableció bajo el amparo de las parroquias. Estas acogieron Cofradías y Arcas de Misericordia para la atención de los vecinos y pobres. López Yepes considera a las Arcas de Misericordia como un Monte de Piedad17 al igual que los Pósitos. A éstos últimos los define como una institución al servicio de los pobres para la provisión de pan en momentos de escasez y para regular el precio del trigo los años de malas cosechas. A partir del s. XVII, XVIII y XIX, los pósitos son 14 López Yepes, J.; Sagredo Fernández, F.: "Instituciones de …..", 1973, ob. cit., vid. apéndice documental, transcriben la bula de Eugenio IV, en ella aparece la relación de lugares y cantidades asignadas donde se fundo un Arca, p. 64 ss. 15 López Yepes, J.; Sagredo Fernández, F.: "las arcas de Limosna ….", ob.cit., p. 548-49. 16 William Broadman, J.(1998): ob. cit.. 17 LÓPEZ YEPES, J. (1971): "La instrucción de las arcas de misericordia del obispo Díaz de Luco (1495-1556)", en BOLETÍN DE DOCUMENTACIÓN DEL FONDO PARA LA INVERSIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL. Madrid, p. 54. 8 verdaderos montes de trigo –similares a los Montes Frumentarios en Italia-. Tanto los pósitos como las Arcas de Misericordia, los considera como Montes de Piedad de crédito agrario en espacie. Estas instituciones tuvieron una vida muy larga, perdurando casi hasta el s. XIX siendo coincidentes en muchos casos con los pósitos. Las Arcas fueron instituciones independientes en cada localidad debiéndose su fundación a la participación de las parroquias en colaboración con personas privadas. Su delimitación geográfica era muy concreta, circunscribiéndose en general su campo de acción a la población del lugar y a los habitantes de las villas cercanas. Así mismo, a pesar de ser fundaciones independientes, muestran una gran uniformidad en las normas que las regulan siendo un buen ejemplo las constituciones dadas por el Obispo Díaz de Luco en el sínodo de Logroño de 1552-1553 para la fundación de las Arcas de Misericordia en su diócesis 18. Otro tanto podríamos decir de la burgalesa de Miranda de Ebro19, fundada en 1557 por D. Francisco Hurtado de Mendoza y su mujer Dña. Mencía de Mardones como institución dependiente del Hospital de Santiago de la Trinidad. Estuvo dotada con 20.000 maravedíes destinados a la adquisición de trigo para vecinos pobres de Miranda y localidades cercanas y permaneció abierta hasta 1766. La provincia de Burgos contó con un elevado número de Arcas de Misericordia diseminadas por todo el territorio. Una relación exhaustiva de las mismas la realizó D. Luciano Huidobro en 195620 a partir de los datos conservados en los archivos parroquiales. De ellos se desprende que estas instituciones benéficas fueron habituales en el s. XVI, creándose de forma generalizada en arciprestazgos y parroquias a partir de 1550. Por la documentación conservada sabemos que las Arcas mantuvieron su funcionamiento en el s. XVII y durante la práctica totalidad del s. XVIII. Será a partir de la mitad de este último siglo cuando en muchas villas estas instituciones inicien un proceso de abandono de sus actividades que únicamente se mantendrá con mayor o menor incidencia en localidades muy pequeñas situadas en zonas geográficas mal comunicadas. Los préstamos en especie para simiente serán asumidos de manera general por los pósitos, iniciándose así un cambio en la asunción de competencias sobre la responsabilidad de la beneficencia social desde el estamento eclesiástico hacia el civil ya que estas instituciones fueron administradas por los concejos municipales. Las Arcas de Misericordia fueron instituciones benéficas cuyo funcionamiento perduró durante varios siglos. La aceptación de este modelo y su aplicación territorial estuvo avalada por la bula Inter Multiplices, promulgada por León X en el V Concilio Lateranense en 1515 que determinó la licitud de los Montes de Piedad21. Estas instituciones, aunque existieron particularidades de funcionamiento para cada una de ellas, se caracterizaron en general por lo siguientes aspectos: - Instituciones benéficas de préstamo en especie: trigo para siembra. El préstamo de trigo para consumo tuvo un carácter esporádico. Préstamo con interés, este se pagaba también en especie debiendo ser el trigo de la misma variedad y calidad que el recibido en préstamo. La cantidad variaba según cada Arca pudiendo ser de un celemín por fanega en las del Obispo Díaz de Luco a 4 celemines en la de Miranda. Si el pago se hacía en 18 Idem. Ojeda San Miguel, R.: "Arcas de Misericordia: apuntes sobre su funcionamiento". BOLETÍN DEL INSTITUTO MUNICIPAL DE LA HISTORIA "LÓPEZ DE GÁMIZ", nº XXIII (segunda época), 1991, p. 21 a 29. 20 Hudobro, L.: Estadística de las Arcas de Misericordia de la Diócesis de Burgos. Burgos, 1956. 21 López Yepes, J.: "La Instrucción de las Arcas de Miseriordia ….", ob. cit. p. 55 19 9 dinero el interés era más uniforme, de 10 maravedís por fanega. El interés se destinaba como compensación salarial para el encargado de la administración del Arca. - La garantía de préstamo se hacía sobre los bienes del peticionario. El reparto de trigo se hacía en octubre o noviembre con vistas a la sementera. El plazo para la devolución era de un año, al final de la cosecha por la fiesta de la Virgen o en San Miguel. Limitación de la cantidad de grano que se daba en préstamo, no podía ser superior a 3 fanegas por cada año. Beneficiarios: tenían prioridad los familiares de los fundadores y solo atendían a los vecinos de la localidad del Arca. Responsables: representante del municipio o persona designada por el fundador y representante del Obispado. Jurisdicción: eclesiástica, visitadores del Obispado, interés se aplica según precepto de la bula "Inter Multiplices", otorgada por León X en el Concilio Laterano, Roma 1515. 4.- Arca de Limosna y Misericordia de Villadiego: En el Archivo Municipal de Villadiego se conserva un libro de cuentas titulado “Arca de Limosna y Misericordia”, fechado en 1534. El libro tiene pastas de cuero, en el que reza la inscripción del título y otras anotaciones de difícil lectura, al parecer de diferentes épocas, ya que la tinta se ha perdido debido a las manchas de humedad. El libro tiene 335 páginas a base de cuadernillos formados por folios cosidos con pastas de pergamino, las hojas son de papel liso. La letra utilizada responde al tipo procesal del siglo XVI. Este documento es hasta la fecha el único que conocemos del Arca de Limosna que fundó el Conde de Haro en 1431 y que estuvo adscrita a la Parroquia de San Llorente. Dicho Arca tuvo una dotación económica de 660 florines de oro de Aragón y es de suponer que su funcionamiento perduró al menos durante un siglo, según la documentación conservada en el Archivo de los Duques de Frías y a la que se ha hecho referencia con antelación. En primer lugar nos llama la atención en este documento la mención conjunta en el título de los términos “Limosna” y “Misericordia”, ya que como hemos visto no son exactamente coincidentes en cuanto a las características de las Arcas. La ausencia de otros documentos anteriores no nos permite conocer si en el caso de Villadiego el funcionamiento de su Arca estuvo ligado a estos dos tipos de préstamos o si por el contrario se pudo unir, al menos en su registro documental, con posterioridad, teniendo en cuenta, además, que la propia Villa contaba con un pósito municipal activo en aquélla época. Anteriormente hemos diferenciado los dos tipos de Arcas que estuvieron en funcionamiento desde el s. XV basándonos, sobre todo, en el producto objeto de préstamo que cada una de ellas tuvieron encomendado. Así las de Limosna tuvieron por objeto el préstamo monetario (como tal fueron aprobadas en la bula del Papa Eugenio IV, indicando incluso las cantidades con las que se dotó cada una de las fundaciones) y las de Misericordia el préstamo en especie. Sin embargo conviene recordar el texto de Diego de Valera, en él da noticia de la fundación de las Arcas y además de la provisión de grano para repartir entre los necesitados: “...en los alfolies de cada una destas villas dos mill fanegas de trigo...” para que “..... cualquier vasallo suyo, que menester oviese dineros o pan fasta en cierto numero, dando pruebas o 10 fianzas de fuese prestado por un año...”. Pudiera tratarse que en el caso de Villadiego, al igual que el de Herrera y Medina de Pomar, estuviéramos ante los primeros proyectos de creación de las Arcas y por ello se aúnan las dos demandas sociales más comunes de la época: la disponibilidad monetaria y la incapacidad para acceder a los alimentos básicos para el consumo. La necesaria articulación legal de las actuaciones benéficas pudo dar lugar a que se considerase más conveniente diferenciar las instituciones creadas para tal fin y quizás por eso se documenten en Castilla Arcas de Limosna, Arcas de Misericordia y Pósitos. De hecho estas instituciones conviven a lo largo del siglo XVI, siendo dependientes de la administración civil y eclesiástica según los casos. La lectura de las hojas preliminares parece hacer referencia a ambos términos, si bien en el caso de misericordia parece referirse a dos aspectos diferenciados, por una parte el destino a limosnas de dinero que no se haya prestado y por otra la función propia de estas Arcas en cuanto al préstamo en especie. La organización del Arca de Villadiego la conocemos por una copia “recordatorio”, realizada por el escribano Juan de Melgar en 1534, situada en los folios finales. Tanto por esta como por la documentación conservada en el Archivo de la Casa de Frías 22 sabemos que a partir del primer tercio del s. XVI el Conde de Haro realiza una serie de copias para ordenar la administración de sus dominios. Entre ellas figuran estas de las Arcas y las de las Ordenanzas antijudías, establecidas a partir de 1431. Aunque las ordenanzas tuvieron una carácter general para todo el territorio a lo largo del s. XV se realizan nuevas copias, para recordar su obligado cumplimiento y para actualizar sus disposiciones. En todas ellas figura la cláusula que prohíbe el préstamo con usura o “logro”. En casos concretos como el de Villadiego, se dictaron unas nuevas ordenanzas en 1476, su importancia radica en que anulan una disposición especial del Conde de Haro de 1457 por la que permitía que la comunidad judía realizase sus actividades tradicionales y no fuese multada por ello 23. A partir de esa fecha las ordenanzas se imponen con mayor rigor y quizás podamos presuponer que las Arcas de Limosna iniciaran su andadura definitiva como instituciones de préstamo. Por la documentación conservada relativa a las Arcas de Villadiego y de Salas de los Infantes creemos que estas instituciones estuvieron vigentes, al menos, durante 100 años pues están fechados el primero en 1534 y el segundo en 154324. En ambos casos el texto preliminar es un memorandum para reordenar la actividad de las Arcas y recordar la finalidad benéfica a la que estaban destinadas, ateniéndose a lo estipulado por su fundador D. Pedro Fernández de Velasco. En ellos se recoge una disposición de 1512, con indicaciones en este mismo sentido, y la forma en la que debe de llevarse la administración del Arca con especial incidencia en el registro. Para ello se señala que deben anotarse los nombres de las personas a las que se les presta dinero, la cantidad prestada, sus avalistas y quienes hacen la anotación. También se indica que tipo de libro se debe de utilizar para su administración "… un libro de cinco manos de papel para que asiente la cuenta y obligaciones", así como los responsables de la misma que en el caso de Villadiego nombran a dos regidores, Alonso de Burgos y Rodrigo de Sasamón, y al cura Juan Martínez, como responsables en el año de 1514. La incidencia que se hace en estos aspectos se justifica por la ausencia de 22 El archiivo de la Casa de Frías se conserva en la Sección de Nobleza del Archivo Histórico Nacional, Toledo. 23 23 GARCÍA LUJÁN, J. A. (1994): Judíos de Castilla s. XIV-XVI. Documentos del Archivo de los Duques de Frías. Servicio de publicaciones de la Universidad de Córdoba, serie monográfica nº 210, p. 376-388. 24 López Yepes, J.; Sagredo Fernández, F.: "Instituciones de …..", 1973, ob. cit., vid. apéndice documental, p. 68 ss. 11 registros documentales de las personas a las que se les entregó dinero y, en consecuencia, la incapacidad de recuperar el dinero dado, lo que produjo un "vacío" en las Arcas. Por ello se vuelve a recordar la temporalidad del préstamo y la obligatoriedad de su devolución en el plazo máximo de un año. La dotación económica con la que contaba el Arca fluctúa desde los 10.025 maravedíes de los primeros años del s. XVI hasta los 20.280 que se registran como fondos estables en los años centrales y posteriores del siglo. Desde el punto de vista contable, pensamos que el libro conservado en el archivo del Ayuntamiento de Villadiego es un diario recopilatorio de las operaciones de préstamos y de su devolución. Las anotaciones no son del todo precisas, sobre todo en cuanto a las devoluciones, pero sí parecen cumplir las funciones de un libro actas donde se asientan diversas clases de acuerdos: nombramientos de los cargos del Arca, prestatarios y fiadores. Es decir, creemos que el libro se cumplimentaba cada cierto tiempo sin relación temporal directa con las operaciones asentadas en el mismo. Esta presunción nos lleva a pensar en la existencia de otros libros o documentos contables de gestión de los fondos del Arca, que sirvieron de base para la inscripción de las operaciones en el citado documento. Desgraciadamente no hemos encontrado hasta la fecha otros testimonios relativos a este tema, por lo que solo podemos ofrecer un análisis parcial del funcionamiento económico-administrativo de la institución a partir del libro que se conserva. Este funcionamiento era el siguiente: • El libro contiene una copia recordatorio del acta fundacional del Arca (aparece localizada al final del libro) • Acta de constitución anual: acto obligado de constitución de la actividad del Arca de cada año. En ella se indica la constitución del Arca, las personas responsables de ese año, la entrega de los fondos del Arca para ese periodo por parte del clavero del año anterior y el nombramiento de su sustituto, en ocasiones se le nombra con posterioridad a esa fecha. Formaban parte del consejo las autoridades municipales (regidores, justicia, y escribano) y un canónigo o vicario de la iglesia de San Llorente (hoy iglesia de San Lorenzo), para recabar cuentas al clavero del año anterior y entregar el dinero al siguiente. Posteriormente en la propia iglesia se procedía al reparto anual. La fórmula del acta de constitución no varía sustancialmente a lo largo de los años, como ejemplo transcribimos la del año 1544 (apéndice documental nº 1). • La fórmula de préstamo utilizada responde a un modelo abreviado de reconocimiento de “carta de obligaciones”. En ella se mencionan el nombre del beneficiario, el de su fiador y su compromiso de devolver las cantidades prestadas en los plazos establecidos. Con el paso del tiempo la administración del Arca se vio resentida por el incumplimiento en las devoluciones, por ello a partir de 1550 el modelo de “carta de obligaciones” vuelve a transcribirse en toda su extensión y en él se hace referencia expresa a la renuncia de ventajas legales para justificar la no devolución del dinero recibido en préstamo (apéndice documental nº 2). • La devolución de los préstamos suponemos que se hacía de acuerdo a la norma general establecida en origen, es decir que su validez era de un año y se fijaba la fecha para la primera devolución cuyo importe era la cuarta parte de lo prestado. En el caso de Villadiego esta fecha siempre es la misma correspondiendo a la festividad de San Lucas, 18 de octubre, y a diferencia de lo anterior establece la devolución del importe en la mitad de lo prestado. En las anotaciones no hemos 12 constatado otras fechas para la devolución del resto del dinero (apéndice documental nº 3) • La forma de anotación de los prestatarios varían según los años, existiendo transcripciones abreviadas, completas o la simple relación de nombres y fiadores. Común a todas ellas es la indicación en letra de la cantidad prestada de ducados o reales y la anotación al margen de dicha cantidad en maravedís utilizando el numeral romano (ejemplo apéndice documental nº 4). Más adelante los asientos de los préstamos y las correspondientes obligaciones se estandarizan durante unos años, incluyendo algún tipo de comentario sobre el motivo del préstamo (ejemplo apéndice documental nº 5) • El libro de Villadiego se dedica casi con exclusividad a registrar las entregas de dinero, siendo muy raro que aparezcan las relaciones de devolución lo cual nos permitiría poder establecer conclusiones contables sobre su funcionamiento. Solo hemos constatado en una ocasión este registro, en el año 1550, corresponde a la devolución de fondos por parte de los responsables del Arca de años anteriores con la finalidad de mantener su funcionamiento. Las cantidades entregadas suman un total de 20.280 maravedís, el monto total del que dispone la institución (apéndice documental nº 6). Esta anotación aclara el porqué durante los años de 1548 y 1549 no se realizaron préstamos del Arca. • Un aspecto interesante que nos muestra el contenido de las obligaciones y la identidad de los prestatarios es como el Arca de Limosna desempeñaba dos funciones distintas. Por un lado cumplía con la típica función de una institución de crédito al cubrir las necesidades financieras propias de la actividad económica. Esta función se observa en los préstamos otorgados a distintos profesionales, y como, en estos casos, en el asiento del préstamo y de la obligación se hace referencia expresa a dicha condición (apéndice documental nº 7). En este sentido cabe resaltar como en una comarca fundamentalmente agraria, apenas se hace referencia a la profesión de labrador cuando suponemos que seria la agricultura la actividad productiva dominante. Quizás las ayudas específicas para ella se articularan a través del pósito. La otra función del Arca de Limosna fue la de la beneficencia, amparando con sus préstamos a personas necesitadas que bien pudieran estar tocando la línea de la pobreza. Las anotaciones al respecto referidas a viudas y personas necesitadas, así parecen confirmarlo, asumiendo la responsabilidad del préstamo una persona de reconocida presencia social en la Villa (apéndice documental nº 8). • El ámbito de actuación del Arca de Limosna se circunscribía al área de Villadiego y su comarca. En muchas de las anotaciones las personas aparecen identificadas con el nombre de la localidad de residencia en sustitución del apellido o acompañando a éste. Ello nos indica que su existencia estaba destinada únicamente a asistir a las necesidades de una comunidad concreta, coincidiendo en este aspecto con los ámbitos de actuación de las Arcas de Misericordia. Las localidades que con más frecuencia se mencionan son: Villanoño, Villanueva, Tablada, Villegas, Olmos, etc., todas ellas se localizan en el entorno geográfico de Villadiego. • Los fondos del Arca disponibles para los créditos anuales ascendían a la cantidad de 20.040 maravedíes para el año de 1534, el primero del que conocemos su registro. A partir del año siguiente la cantidad se establece en 20.280 y permanece sin alterar en lo años siguientes. Por su parte, el número medio de prestatarios estuvo en torno a unos cincuenta, vecinos de Villadiego o de las localidades 13 cercanas, a los que se les prestaba una cantidad más o menos similar. El importe medio de los préstamos oscilaba entre los 200 y 500 maravedíes, cantidades modestas que servían para hacer frente a las necesidades cotidianas o profesionales más acuciantes • En cuanto a la administración y control interno, observamos que, si bien, como se ha mencionado anteriormente, la administración del Arca se encomendaba a dos regidores elegidos entre los vecinos y a un notario, el libro nos muestra como existen otros cargos responsables de la administración de los fondos y que son asumidos por el “Clavero del Arca”, cargo anual que tiene la responsabilidad de velar por el reparto y recuperación de los dineros. La figura del Clavero depositario de los fondos de Arca fue muy importante ya que se responsabilizaba de la custodia y el buen fin de los fondos recibidos y para ello se obligaba con toda su fortuna y heredad, incluidos los bienes raíces. Finalizado su mandato el Clavero, debía rendir cuentas ante el Justicia y Regidor de la Villa y un clérigo del cabildo de la mencionada iglesia de San Lorenzo. Hacia entrega pública de los fondos recibidos y éstos pasaban al Arca para estar de nuevo a disposición de su Clavero en el año en curso. Este acto se refleja en las actas anuales de constitución, por las que conocemos como se constituía el consejo y las personas que lo formaban. Es curioso observar como los nombres se repiten a lo largo de varios años cambiando únicamente la condición administrativa que ostentan en ese momento; regidor, justicia, procurador o clavero del Arca. Esto quizá se deba a la existencia de una cierta autonomía en el funcionamiento de cada una de las arcas a pesar de que en las cláusulas de constitución se hace referencia a su supervisión por parte de los franciscanos de Briviesca. Hasta el momento, en dicho libro no hemos encontrado ningún apartado que haga referencia a esta supervisión. 5.- Conclusiones A continuación relacionamos una serie de consideraciones a modo de conclusiones finales del trabajo efectuado: • En primer lugar podemos establecer la concepción medieval de la institución, que a pesar de instaurarse y prestar su servicio en los albores de la Edad Moderna, mantiene vivo el sentido protector del Señor del dominio, en este caso el Conde de Haro, que asume la responsabilidad del bienestar material y espiritual de sus vasallos. Con ella procura atender a las necesidades financieras y vitales, salvaguardándoles de caer en manos de la usura. • De acuerdo con otras investigaciones anteriores, pensamos que nos encontramos ante una institución que es antecedente directo de las modernas entidades de crédito, a pesar de que su finalidad incorporaba dos funciones distintas: o Permitir el desarrollo de la actividad económica local donde las Arcas fueron establecidas. o Socorrer a los más necesitados en situaciones de dificultad. • También hay que tener presente el origen cristiano de la institución en las dos vertientes anteriores: o Suple la función prestamista realizada en los territorios administrados por el Conde de Haro por los judíos, tratando de evitar la usura o Auxilia a las clases más humildes Por último, para terminar esta comunicación, dada la importancia que pensamos tiene esta institución desde el punto de vista histórico en el nacimiento y posterior evolución 14 del sistema financiero que hoy conocemos, es nuestra intención terminar el análisis del libro con objeto de tener series temporales de préstamos más amplias que nos permitan un análisis detallado de aspectos que no hemos podido incluir en este trabajo, como es el análisis de la morosidad, la importancia económica real que tuvo en el entorno donde la institución operaba, y las causas de su languidecimiento hasta su total extinción. 15 APÉNDICE DOCUMENTAL 1.- Fol. 1, año 1544 “En la Villa de Villadiego Iglesia del (Señor) San Llorente de la dicha Villadiego el día nueve de abril del año del Señor de mil y quinientos cuarenta y cuatro años estando juntos los señores López de Marquina y el señor Corregidor de la villa y Alonso de Santacruz y López Sarabia y Gonzalo de Tablada Regidores de dicha Villa y el Procurador General de la dicha Villa, en presencia de mi Josef de Melgar escribano y notario (público) de la villa y de los testigos ya descritos. Estando presente Bartolomé de Izedo, vecino de la dicha Villa Regidor y Clavero que el año próximo pasado de los maravedíes del Arca de la Limosna que había cobrado de los dineros que eran a su cargo de la Arca de la Limosna estaban prestados a los relacionados contenidos en el libro de obligaciones por veinte mil y cuarenta maravedíes los cuales tiene para dar y entregar y los dio y entregó ante los señores justicias y regidor como Clavero de dicho año para que se depositen) en la dicha Arca de la Limosna para repartirlo. Y luego continente los que dichos señores Gobernador, Justicia y Regidor tomaron y recibieron de dicho Bartolomé de Izedo los dichos veinte mil y cuarenta maravedíes y los pusieron en la Arca de Limosna de esta iglesia del Señor San Llorente para que conforme a los de sus señorías se den y repartan a las personas vecinos de la Villa que fuese acordado por los dichos señores Justicia y Regimiento. Y así puestos en la dicha arca los dichos maravedíes juntamente con este libro cerraron dicha arca con las dichas cuatro llaves y nombraron para clavero de los dichos maravedíes a Alonso de Santacruz Regidor de la dicha Villa que presente estaba para que confirmen la dicha aprobación tenga a cargo de cobrar los dichos maravedíes de las personas a quien se prestasen por los tiempos y plazos a que se les fiasen y el dicho Alonso de Santacruz se constituyó por tal clavero y depositario de los dichos veinte mil y cuarenta maravedíes y se obligaba y obligó con su fortuna y bienes nobles y raízes habidos y que los cobrara y daría cobrados todos los dichos maravedíes a los dichos plazos que se dieran fiados y dará buena cuenta como pago de ellos a los dichos señores Justicia y Regidor que ahora son o a los que a la sazón fueren en la dicha Villa y no la diese o faltaría alguna cosa los pagara de su caja luego, y lo firmó.” 2.- Fol. 35, año 1550 “Sepan cuantos esta carta de obligación vieren como yo Agustín Saiz vecino de la villa de Villadiego como principal debedor/deudor y obligado – que yo Lope de Llano vecino de la dicha villa como su fiador y principal pagador ambos dos juntamente de mancomunado …….. Conoceremos por esta presente carta que debemos y habemos de dar y pagar y pagaremos a los dichos señores Justicia y Regimiento o al clavero del arca de la limosna conviene a la ley seis escudos de oro que valen dos mil y doscientos cincuenta maravedis que me pagasteis y me prestasteis en dineros contados de la dicha arca de la limosna de la dicha villa de los que nos damos y entragamos por bien contados y pagados porque pasaron de vuestro poder al nuestro realmente en presencia del escribano ante quien paga esta carta poniendo plazo en Villadiego. Dichos señores Regidor y clavero de la dicha arca de la limosna para que os daremos y pagaremos los dichos escudos en caso del dia del señor San Lucas primera que se sopena de lo dicho que pregona y postura y para mi y por nuestro que pueda ya tenerse con bien carnal que con los bienes? Que tenemos y la prenda pagada o no pagada y todavia y forzosamente habremos de dar y pagar y pagaremos los dichos escudos? En cada dicho plazo con…. Dichas costas y damos ……….. sobre la dicha razon al dicho Remigimiento lo firme – y para asi y mantener obligamos a nososotros y a nuestros bienes muebles y raices habidos y por haber y damos y 16 otorgamos todo nuestro poder cumplido clavero bastante a todos y cuantos quieren juez y justicia de su magesta de cuya jurisdicion nos sometemos para que por todo rigos y remedios de derecho nos costen y que apremien a lo que asi a tener guardar y contar y mantener realmente y con este …… y tan cumplidamente si como por que el quiera de ellos juzgada y sentenciada y la tal sentencia pasada en cosa juzgada y por nosotros confirmada y por nosotros consentida y no apelada so hecho que renunciamos los pechos y por pagar todos en general y especialmente renunciamos la ley que dice que general rniunicacion de leyes que …….. que no daba en si y testimonio que lo obligase ante presente escribano y de suyo escribe el que de rogarnos de ello sean testigos de ello que fue hecha otorgada de esta dicha carta obligacion en la villa de Villadiego a veinte seis dias del mes de marzo de año del señor de mil y quinientos cincuenta años (signo) Que estaban presentes Juan de Estamaba? llamado el mozo? y Juan de Benero y Agustin Pimentel vecinos de la villa y el dicho Lope de Llano lo firmo de su nombre y porque el dicho Agustín Saiz dijo que no sabia escribir rogo al dicho Estamaba? que lo firmara por el. Firmas: 2 ilegibles. 26 de marzo de 1550” 3.- Fol. 24, año 1546 “Este mismo dia se dieron a Fra(ncisco) de Tubilla vecino de la dicha villa cuatro reales dio por su fiador a Ju(an) de Renedo vecino de dicha villa que presente estaba que se ofrecio por tal y se obligaron ambos y dos juntamente de mancomun y cada uno por el todo que daran y pagaran al clavero de la dicha arca los dichos cuatro reales para el dia del Señor San Lucas primera obligación con mitad costas se obligaron con sus personas y bienes que para ello obligaron al dicho Fra(ncisco) de Tubilla lo firmo por nombre (signo) y de Germán Rodríguez y Ju(an) de Barruelo y Ju(an) de Valen.. Vecinos de dicha villa. Firma: Francisco de Tubilla”. 4.- Fol. 3, año 1544 - Más se dio a Fra(ncisco) de Villanueva y a A(lonso) de Nájera su fiador seis reales (CC IIII, 204 maravedis) Más se dio a Hernando El viejo y a A(lonso) de Santacruz su fiador ocho reales (CC LXX II, 272 maravedis) Más se dio a Die(go) de Medina cardador y a Fra(ncisco) de Poza su fiador cuatro reales (C XXX VI, 136 maravedis) Más se dio a la viuda (o mujer) de Francisco Salazar y a Pedro del Castillo su fiador nueve reales (CCC VI, 306 maravedis) Gonzalo Alonso panadero persona necesitada diez reales (CCC XL, 340 maravedis) 5.- Fol. 7, año 1545 “El veinticuatro de mayo se dieron de la arca a Di(ego) de Aparicio? vecino de la villa sesenta y seis reales por que se le murio un buey para comprar otro dio por fiador Ju(an) de Losa escribano que presente estaba y de quien y juntamente demandaron y cada uno por el todo se obligaron e pagar los sichos ma(ravedis) al clavero del arca para el dia de San Lucas y lo firmaron de su firma ….” (66 reales = 2.244 mrs, II / CC XX IIII) 6.- Fol. 33, año 1550 “En la villa de Villadiego y casa de ayuntamiento de ella a veintitres dias del mes de marzo de mil y quinientos y cincuenta años e tambien e juntamente los señores justicia y regidor de la dicha villa según que lo tienen de suyo e de costumbre de juntar asi 17 para afrontar Lo tocante al servicio de Dios nuestro señor como para el grano? De la region de la dicha villa se juntaron el poder y nominadamente los señores corregidor Alonso de Santacruz y Juan de Santacruz y Lope Sarabia y Lope de Losa y Pedro Yudego y Gerardo? De Zarate procurador general de la villa y en presencia de mi Juan de Melgar escribano de su ayuntamiento dijeron que por cuanto los dineros de la dicha arca de la limosna han estado prestados a muchas personas de esta dicha villa y no se han podido cobrar hasta ahora y asi mesmo la villa debia ciertos maravedis de la dicha arca que se prestaron al camarero de la dicha villa por que lo precisaba Diego Giron en la dicha carniceria y acordaban y acordaron que al presente cobrarlo de lo personal parte ……. como de dicho carnicero que se tornen a pagar en plazo por los mas necesitados de la dicha villa y que entre ellos se nombre clavero para que tenga a cargo cobrar y de cuenta de ellos – y cumplidos asi el señor Juez esta entre los dichos señores cuanto pagadores la que dicha suerte cupo al dicho Lope Sarabia el que acepto? Dicho oficio de clavero y aceptado le dieron y entregaron luego los dichos veinte mil y doscientos y ochenta maravedis que la dicha arca tiene en dinero y se los dieron en la forma siguiente - E primeramente recibio de Iñigo de Castañeza? tres mil seiscientos y noventa y cuatro maravedis (III DC XC IIII) E más recibio de A(lonso) de D(iego) mayordomo del a(yuntamiento) de la dicha villa en nombre de la dicha villa tres mil setecientos y cuarenta maravedís (III DCC XL) Mas recibio del señor A(lonso) de Santacruz tres mil maravedies que le pago en nombre de la villa (III ) Mas le dio y pago Matias de Porres clavero que fue de la dicha arca cinco mil y quinientos y cincuenta y tres maravedis (V D LIII) Mas le pago A(lonso) de la Parra cuatro mil y doscientos y noventa y tres maravedis los que le dio y pago en nombre de la villa y como su mayordomo (IIII CC XCIII) De manera que suman todos los dichos veinte mil y doscientos y ohenta maravedis que tiene la dicha arca de la limosna los cuales como dijo recibio el dicho Lope Saravia como tal clavero y se dio por entregado de ellos a su..”. 7.- Fol. 38, año 1550 “Este dicho dia mes y año susodicho se dieron dos ducados de la dicha arca a German Gonzalez sastre y a Pedro de Capaya? su fiador y se obligaron ambos y de juntamente y de mancomun. Por el todo renunciado como renunciaron las leyes de la mancomunidad y todas otras leyes que en su favor sean para que daran y pagaran a los señores Regidores o al clavero del la dicha arca de la limosna los dichos dos ducados para el dia de San Lucas primera que … una con obligación de sus personas y bienes que para ello dijeron que obligaban y otorgaron en forma comforme. Haya para que asi lo cumpliran y obligaronse según y desta manera que tan obliga Agustin Sayz y Lope de Llano en este libro por la cuantia de los dichos dos ducados (signo). Gregorio Cabria y Diego de Burgos y Andres de Soto vecinos de esta villa y porque los dichos otorgantes dijeron que no sabian escribir rogaron al dicho Andres de Soto lo firmase por ellos (sin firma)”. 8.- Fol. 9, año 1545 “El tres de junio de dicho año se dieron de la dicha arca de la limosna al señor A(lonso) de Santacruz para una persona necesitada tres ducados dio por fiador que se obligaron de manera común y biener y tener que los daran y pagaran el dia de San Lucas al clavero de la dicha arca y para lo dicho cumplir dieron poder al dicho Justicia y Regimiento y lo firmaron de su letra. Firma y rúbrica: Alonso de Santacruz y ….”. 18 Fol. 17, año 1545: “Este mismo dia se dio a Maria de Maluenda mujer de Di(ego) de Medina difunto quince reales dio por su fiador A(lonso) de Santacruz vecino de la Villa que presente estaba y se obligaron ambos de mancomun y cada uno por el todo que los daran y pagaran al dicho clavero los dichos dias de San Lucas con multa otorgaban a costes su obligación de su persona y bienes que para ello obligaron dando poder a la Justicia y lo otorgara? con firma del dicho A(lonso) de Santacruz lo firmo de su letra y por la dicha Maria de Maluenda Fra(ncisco) de Marquina (signo) Francisco de Marquina y Pedro ….”. Fol. 23, año 1545: “Este mismo dia se dieron a la Velasca mujer que fue de Gomez de Asperilla seis reales, fiador Gomez de Asperilla y se obligaron juntamente y de mancomun y cada uno por el todo que daran y pagaran los dichos seis reales para el dia de San Lucas primera que es una obligación de su persona y bienes que para ello obligaron (signo) A(lonso) Montero y Di(ego) de Villamediana y Toribio de Cañizar vecinos de la villa y el dicho Gomez lo firmo por ambos y . Frima: Gomez de Asperilla”. 19 BIBLIOGRAFÍA • • • • • • • • • • • • • • • COMPILACIÓN DEL DOMINICO RAMÓN DE PENYAFOR (s. XIV) de las decretales del papa Gregorio IX y de los textos de San Ambrosio (Obispo de Milán en el s. IV) sobre la caridad y su ejercicio (vid. William Broadman, J., ob. cit.) DIEGO DE VALERA: Memorial de diversas hazañas. Estudio. Espasa Calpe, Madrid 1941). GARCÍA LUJÁN, J. A. (1994): Judíos de Castilla s. XIV-XVI. Documentos del Archivo de los Duques de Frías. 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