Sistema pensionario, principal preocupación del nuevo dirigente del

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PRESENCIA SINDICAL
STAUdeG
Sistema pensionario, principal preocupación
del nuevo dirigente del STAUdeG
Toma posesión
comité ejecutivo
para el período
2003–2006.
Alejandra Tello
E
l pasado viernes 10 de octubre,
en presencia de autoridades
universitarias, exdirigentes
e invitados especiales, tomó
posesión el nuevo comité ejecutivo
del Sindicato de Trabajadores
Académicos de la UdeG
(STAUdeG), para el período 2003–
2006, encabezado por el arquitecto
Carlos Manuel Orozco Santillán.
Durante su intervención, el
dirigente señaló que “el sistema
pensionario constituye el pendiente
más grave del estado mexicano en
los próximos 10 años. Garantizar
este derecho como la prestación
de mayor importancia para los
académicos, será parte de nuestra
función”.
“Los sindicatos deben cambiar
antes de que no tengan alternativa.
El sindicalismo mexicano atraviesa
por la etapa más difícil de su
historia. El gremio que aspire al
posicionamiento social, tendrá que
reconvertirse en una unidad vital
cuyo reto prioritario sea la atención
urgente y la adaptación a las
nuevas condiciones imperantes”.
Dijo que el sindicato ha
establecido un pacto con los
docentes, a fin de generar
condiciones
de
equidad,
transparencia en la promoción y
diversificación de la investigación
y el posgrado. “En nuestro comité
ejecutivo no habrá lugar para el
reduccionismo ni la simulación,
pero sí para el debate científico y
académico”.
El licenciado José Trinidad
Padilla López, Rector general de la
UdeG, manifestó su reconocimiento
para el comité ejecutivo saliente,
encabezado por el ingeniero
Enrique Solórzano Carrillo, quien
“mantuvo siempre una actitud
abierta y propositiva”.
Señaló que la agrupación de
académicos de esta casa de estudios,
“es una de las más importantes del
país. La administración central está
en la mejor disposición para dar
MIGUEL SÁNCHEZ
“En nuestro comité ejecutivo no habrá lugar para el reduccionismo ni la simulación, pero sí para
el debate científico y académico”, señaló Orozco Santillán.
El maestro Carlos Orozco en la toma de posesión como dirigente del STAUdeG
seguimiento a las propuestas del
comité saliente, y a la vez iniciar la
planeación de la nueva agenda”.
Reconoció la necesidad
de ampliar los programas de
formación académica, recursos y
prestaciones. Entre las prioridades
mencionó al reglamento del nuevo
sistema de pensiones, así como la
“gestión de un financiamiento
justo y equitativo” para los
docentes, en la medida en que
reconoce a este gremio como
“estratégico” para el desarrollo
de la Universidad.❖
SUTUdeG
¿Eres jefe o líder?
Para el jefe la autoridad es un privilegio de mando y para el
líder un privilegio de servicio.
El jefe afirma: “Aquí mando yo”, el líder: “Aquí sirvo
yo”.
El jefe empuja al grupo y el líder va al frente,
comprometiéndose con sus acciones.
El jefe existe por la autoridad, el líder por la buena
voluntad. El jefe necesita imponerse con argumentos
extensos, el líder con ejemplos entrañables.
El jefe inspira miedo, se le teme, le sonríen de frente y lo
critican a sus espaldas. El líder inspira confianza, da poder
a su gente, los entusiasma y cuando está presente fortalece
al grupo. Si temes a tu superior, es jefe; si lo amas, es un
líder.
El jefe busca al culpable cuando hay un error. El que la
hace la paga. Sanciona, castiga, reprende, cree arreglar el
mundo con un grito o una infracción. El líder jamás apaga
una llama encendida, corrige pero comprende, no busca las
fallas por placer, sino para rehabilitar al caído.
El jefe asigna los deberes, ordena a cada quien lo que
tiene que hacer, mientras contempla desde su lugar cómo le
obedecen. El líder pone el ejemplo, trabaja con y como los
demás, es congruente con su pensar, decir y actuar.
El jefe hace del trabajo una carga, el líder un privilegio.
Los que tienen un líder, pueden cansarse, mas no fastidiarse,
porque el líder transmite la alegría de vivir y de trabajar.
El jefe sabe cómo se hacen las cosas, el líder enseña cómo
hacerlas. Uno se guarda el secreto del éxito, el otro capacita
permanentemente, para que las personas puedan trabajar
con eficacia.
El jefe maneja a la gente, el líder la prepara. El jefe
masifica a las personas, convirtiéndolas en números o
fichas. El líder conoce a cada uno de sus colaboradores, los
trata como individuos, no los usa como cosas. Respeta su
personalidad, se apoya en el hombre concreto, lo dinamiza
e impulsa constantemente.
El jefe dice, vaya; el líder, vayamos. El líder promueve
al grupo por medio del trabajo en equipo, forma a otros
líderes, consigue un compromiso real de todos los miembros,
formula planes con objetivos claros y concretos, motiva,
supervisa y difunde el ideal de una esperanza viva y una
alegría contagiosa.
El jefe llega a tiempo, el líder llega adelantado. Un pie adelante
del grupo, una mirada más allá de los seguidores, el que inspira,
el que no se contenta con lo posible, sino con lo imposible.
El líder hace de la gente ordinaria, gente extraordinaria. La
compromete con una misión que le permita la trascendencia
y realización. Le da significado a la vida de sus seguidores,
un porqué vivir ... Es un arquitecto humano. ❖
C. Jorge Antonio Pérez Salas, secretario de finanzas.
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