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0201-99-2006
TRIBUNAL PRIMERO DE SENTENCIA. CAUSA PENAL No. 142-2006-03.
SANTA ANA
SENTENCIA
TRIBUNAL PRIMERO DE SENTENCIA: Santa Ana, a las nueve horas con treinta
minutos del día uno de noviembre de dos mil seis.
El presente proceso penal registrado bajo el número 142-2006 tramitado contra
ULISES ERNESTO VILLALTA ROMERO alias "HUESO", de veinte años de edad,
quien nació el día ocho de diciembre de mil novecientos ochenta y cinco, soltero,
Dependiente de Mostrador, residente en Residencial Valladolid, Polígono catorce , casa
doce, Ciudad Real, San Sebastián Salitrillo, hijo de Abelino Antonio Villalta y Sara
Romero, procesado por el delito de HOMICIDIO SIMPLE previsto en el Art. 128 Pn., en
perjuicio del derecho a la vida del señor FRANKLIN HUMBERTO GONZALEZ
HERNANDEZ mencionado como FRANKLIN HUMBERTO BATRES GONZALEZ.
Hecho sucedido aproximadamente a las diecisiete horas con treinta y cinco minutos del día
siete de noviembre de dos mil cuatro, sobre la Calle Principal, Colonia la Roca, Cantón
Cantarrana, Santa Ana. Se contó con la participación de los Licenciados CARLOS
ENRIQUE RIVAS HERNANDEZ y ROBERTO ANTONIO CASTILLO PACHECO, en
sus calidades de Agentes Auxiliares del Fiscal General de la República y JORGE
HUMBERTO CUELLAR GRANADOS actuando en su calidad de Defensor Público del
procesado.
El Tribunal de Sentencia fue integrado por los Honorables Jueces, AURA ARMIDA
SOLANO CACERES, WILSON EDGARDO SAGASTUME GALÁN y RAYMUNDO
ALIRIO CARBALLO MEJÍA, quienes en virtud del Art. 53 No. 1 Pr.Pn., conocieron
colegiadamente en la Vista Pública, presidiendo en ella la Honorable Jueza Presidenta
SOLANO CACERES y redacta la presente el Honorable Juez CARBALLO MEJÍA.
ENUNCIACION DEL HECHO OBJETO DEL JUICIO
El once de septiembre del presente año, los Representantes Fiscales CARLOS
ENRIQUE RIVAS HERNANDEZ y ROBERTO ANTONIO CASTILLLO PACHECO
presentaron ante el Juzgado Segundo de Instrucción de esta ciudad, acusación contra el
imputado ULISES ERNESTO VILLALTA alias "Hueso", sometiendo a Audiencia
Preliminar a los procesados por la teoría fáctica y jurídica SIGUIENTE:
"…El día siete de noviembre del años dos mil cuatro, aproximadamente a las
diecisiete horas y treinta y cinco minutos, el ahora occiso Franklin Humberto Batres
González, se encontraba sentado sobre la cuneta de la Calle Principal, Colonia La Roca, del
Cantón Cantarrana, jurisdicción de esta ciudad, acompañado de Juan Josué Pérez
Hernández, los cuales se encontraban platicando, por lo que de la misma calle principal
apareció el ahora incoado Ulises Ernesto Villalta Romero, alias "hueso" quien portaba un
arma de fuego corta en su mano y se dirigió donde se encontraba el ahora occiso y su
acompañante, y al llegar a dicho lugar con el arma de fuego que portaba comenzó a
dispararles a Ulises Ernesto, en el momento de los disparos el señor Juan Josué comenzó a
correr huyendo del lugar, no así el ahora víctima quien al momento que le efectuaban los
disparos solo logró introducirse en el interior de una vivienda número veintiocho de la
misma Colonia, ubicada frente al lugar donde se encontraba sentado, lugar donde quedó
lesionado por los disparos efectuados por el señor Villalta Romero, posteriormente la
víctima fue trasladado hacía el Hospital San Juan de Dios de esta ciudad , lugar donde
falleció a consecuencia de las heridas perforantes del abdomen y muslo derecho producidos
por proyectiles disparados por arma de fuego (con lesiones vasculares). III.
CALIFICACIÓN JURIDICA DE LOS HECHOS.-----Los hechos relacionados en el marco
fáctico del caso que nos ocupa, se adecua en consideración al suscrito Fiscal al delito de
HOMICIDIO SIMPLE, tipificado en el Art. 128 Pn...."
En virtud de la anterior acusación fiscal, el Juez Segundo de Instrucción de este
Distrito Judicial, según resolución de fecha veintiséis de septiembre del presente año
ordenó Apertura a Juicio por el delito de homicidio simple. Recibidas las actuaciones en
este Tribunal, la Honorable Jueza Presidenta fijó para la celebración de la Vista Pública las
ocho horas con treinta minutos del día treinta y uno de octubre de este año, la que previas
formalidades inició a la hora señalada, aclarándose que durante todo el procedimiento se
observaron las prescripciones y términos de ley.
De conformidad a lo anterior, se hacen los SIGUIENTES
CONSIDERANDOS
PRIMERO. El imputado ULISES ERNESTO VILLALTA ROMERO rindió su
declaración sobre los hechos, haciendo uso de uno de los derechos que le asisten,
tomándosele además su interrogatorio de identidad, el cual consta grabado en cinta
magnetofónica de conformidad a lo dispuesto en el Art. 261 inc. 5° Pr.Pn., en lo pertinente
DIJO: "... Que ante todo se declara inocente, que no sabe porque se le acusa de este delito,
que en las órdenes de captura le aparecía que era un criminal miembro de pandillas, que no
es de pandillas, que cuando sucedió el hecho se dio cuatro días después, no sabe porque se
le acusa de esto, que se declara inocente. A preguntas de la fiscalía dijo que se le atribuye el
delito de asesinato de una persona en la Colonia la Roca el siete de noviembre de dos mil
cuatro, que antes de vivir en Ciudad Real vivía en Colonia el Edén que esta frente a la
Roca, que se dio cuenta porque a Franklin conocido por el "Choco Frank" lo conocía desde
unos cuatro años, que lo veía cuando iba a jugar a la cancha de "caminos", que lo miraba
vagando, fumando, que pertenecía a la pandilla dieciocho y vivía en la Colonia La Roca,
que de la Colonia el Edén a La Roca hay como dos cuadras.
SEGUNDO. Durante el desarrollo de la Vista Pública no se suscitaron incidentes
que resolver, los suscritos Jueces resolvieron todos los puntos sometidos a su conocimiento,
establecidos en el inciso segundo del Art. 356 y 357 Pr.Pn. En este sentido, de conformidad
a los Arts. 146 L.O.J. , 1 del Decreto No. 262 de veintitrés de marzo de mil novecientos
noventa y ocho, 15, 86 Inc. final y 172 Incs. 1° y 3° Cn., 48, 53 No. 3 Pr.Pn., este Tribunal
de Sentencia ha sido competente en razón de la materia, grado y territorio para conocer
jurisdiccionalmente los ilícitos objeto de controversia.
Que el inicio y prosecución del proceso penal que finalizó el día treinta y uno de
octubre del presente año ha sido conforme lo que disponen los Arts. 193 Ords. 2° y 4° Cn.,
y 83 Pr.Pn., habiéndose observado las reglas exigidas por el Principio de Congruencia, pues
no ha existido desvinculación alguna entre el Requerimiento Inicial, Auto de Instrucción
Formal, Acusación, Auto de Apertura a Juicio y la presente Sentencia. Se concluye
entonces que la acción penal invocada ha sido procedente y de acuerdo a lo dispuesto en la
norma penal adjetiva, según se desprende de los Arts. 19 Inc.1° No. 1 e inc. 2°, 83, 84, 229,
230, 234, 235, 238, 239, 247, 248 Nos. 1 y 2, 253, 256 No.1, 266, 314, 320 Nos. 1 y 10 y
322 Pr.Pn.
TERCERO.- De conformidad a los considerandos y disposiciones legales citadas,
se inmedió la PRUEBA OFRECIDA POR LA REPRESENTACIÓN FISCAL que se
detalla de la forma SIGUIENTE:
A) TESTIMONIAL: Compuesta por la exposición de el Testigo bajo régimen de
protección No. 3247-UDVA-10-T-04 y MARIO ALONSO GONZALEZ HERNANDEZ.
B) PERICIAL: i) Autopsia Médico Forense practicada en el cadáver de la víctima
Franklin Humberto González Hernández, por el Médico Forense Doctor Omar Mendoza
Ruiz; ii) Resultado del examen de Laboratorio Forense, elaborado por la Licenciada
LILIAN ELENA TREJO DE RAMÍREZ.C) DOCUMENTAL: i) Acta de Levantamiento de cadáver, realizado en la Morgue
del Hospital Nacional San Juan de Dios de esta ciudad, a las veintidós horas del día siete de
noviembre del año dos mil cuatro; ii) Acta de Inspección Técnica Ocular Policial,
practicada en el lugar donde sucedió el hecho; iii) Acta de Reconocimiento en Rueda de
Personas practicada por el testigo bajo régimen de protección bajo referencia No. 3247UDVA-10-T-04: iv) Album Fotográfico y Croquis de la escena del delito, realizado frente a
la casa número veintiocho, Calle Principal, Colonia La Roca, Cantón Cantarrana, Santa
Ana.
PRUEBA OFERTADA POR EL INCOADO ULISES ERNESTO VILLALTA
ROMERO, EN SU DECLARACIÓN INDAGATORIA Y QUE FUE ADMITIDA:
TESTIMONIAL: RAUL ANTONIO BOLAÑOS CARBALLO y MARTA
ANGELICA CONTRERAS
DOCUMENTAL: i) Acta levantada en el Juzgado Segundo de Paz, Santa Ana, a
las diez horas con treinta minutos del día cuatro de mayo de dos mil seis; ii) Constancia de
fecha cinco de mayo del año dos mil seis, suscrita por Raúl Antonio Bolaños Carballo,
propietario de AUTOREPUESTOS RAÚL; iii) Constancia de fecha cinco de mayo del año
dos mil seis, suscrita por la Licenciada Marta Angélica Contreras, Gerente General de
Lubricantes y Repuestos El Amigo.
El testigo ofertado por la representación de la defensa RAUL ANTONIO
BOLAÑOS CARBALLO, no obstante estar ofertado su testimonio, prescindió de su
declaraciones el oferente, con el acuerdo de la contraparte y la anuencia de este Tribunal.
CUARTO. Al realizar la valoración de las probanzas relacionadas, de conformidad
a las reglas de la sana crítica, resulta que aunque el universo de los documentos señalados
fueron obtenidos de forma lícita e introducidos legalmente al proceso, observándose los
procedimientos que para su presentación e incorporación exige la ley; cierto es también,
que no todos estos medios probatorios cumplen con los requisitos de pertinencia y
relevancia, por lo que se hará un estudio de cada uno de los elementos de prueba, de la
forma SIGUIENTE:
A) Autopsia Médico Forense practicada en el cadáver de la víctima FRANKLIN
HUMBERTO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, por el Médico Forense Doctor Omar Mendoza
Ruiz, del Instituto de Medicina Legal Doctor Roberto Masferrer, ha de decirse, que aunque
en nuestra legislación procesal existe un "aparente" vacío en cuanto a su incorporación a la
vista pública por no constituir genuinamente una pericia, no debemos soslayar que en virtud
de la literalidad del Art. 162 Inc. 2° Pr.Pn., estas probanzas se han de introducir en la
audiencia de la manera que está prevista la incorporación de las pruebas similares; y, siendo
la pericia la prueba más afín que existe para estas experticias, de esa manera, es decir, como
peritaje, es que será valorada la autopsia por los suscritos juzgadores. Además dicha
necropsia fue practicada como uno de los actos considerados como definitivos e
irreproducibles y llevada a cabo por persona idónea; documentada de la forma prescrita por
la ley, de la cual se DESPRENDE: "...En Medicina Legal Santa Ana, a las siete horas
quince minutos del día ocho de noviembre del años dos mil cuatro presente Doctor Omar
Mendoza Ruiz, perito Forense del Instituto de Medicina Legal "Dr. Roberto Masferrer",
quien ha realizado Autopsia número dos mil cuatro – seiscientos. Autoridad solicitante:
Fiscalía de Santa Ana, Licenciado Leonel Orellana. Lugar de la escena: Morgue del
Hospital San Juan de Dios, Santa Ana. nombre de la víctima: FRANKLIN HUMBERTO
BATRES GONZÁLEZ, de veintiocho años, sexo masculino. Fecha y hora de
pronunciamiento de la muerte: siete de noviembre del dos mil cuatro, veintidós horas (...)
tanatocronodiagnóstico de doce a catorce horas. Al examen corporal externo presenta:
herida de orificio de entrada de proyectil en la hemiespalda inferior izquierda, con orificio
de salida en el mesogastrio del lado izquierdo; orificio de entrada de proyectil en el glúteo
izquierdo con orificio de salida en el muslo derecho. Además presente múltiples heridas
quirúrgicas en el tórax, abdomen y muslo derecho. La causa directa de la muerte fue las
heridas perforantes de abdomen y el muslo derecho producidos por proyectiles disparados
por arma de fuego (con lesiones vasculares)..."
B) En cuanto al Acta de Levantamiento de cadáver, realizado en la Morgue del
Hospital Nacional San Juan de Dios de esta ciudad, a las veintidós horas del día siete de
noviembre del año dos mil cuatro y Resultado del examen de Laboratorio Forense,
elaborado por la Licenciada LILIAN ELENA TREJO DE RAMÍREZ, por ser diligencias
practicadas como actos de suma o extrema urgencia para asegurar el resultado que se espera
de ellos; llevada a cabo por las personas facultadas por la ley para su concreción y
cumpliéndose con las formalidades de ley en su elaboración y que en lo pertinente de cada
una de ellas DICE: "... En el interior de la Morgue del Hospital Nacional de la ciudad de
Santa Ana, a las veintidós horas del día siete de noviembre del años dos mil cuatro. Los
suscritos investigadores (...) HUGO ERNESTO HERNANDEZ BARRIENTOS y
VIRGILIO OSORIO LÓPEZ. En compañía del señor Fiscal Licenciado LEONEL JOSE
ORELLANA y Médico Forense Doctor: ODILIA OCHOA GUARDADO (...) con el fin de
practicar Inspección Ocular Policial (...) la víctima en vida respondía al nombre de:
FRANKRIL (sic) HUMBERTO BATRES GONZÁLEZ (...) presentando evidencias
externas de trauma (lesiones): Heridas contusas producidas por proyectil disparado por
arma de fuego localizados en hemitórax anterior derecho lado izquierdo del abdomen,
región toraxica posterior izquierda glúteo izquierdo y tercio proximal de muslo derecho,
tiene heridas quirúrgicas de toracotomia izquierda y laparotomia exploradora ..."
En el Resultado del examen de Laboratorio Forense en lo pertinente DICE: "...Santa
Ana, 9 de noviembre del 2004 (...) resultado de análisis realizado en una muestra de :
sangre, correspondiente a: Franklin Humberto Batres González, procedente de: Fiscalía
Regional de Santa Ana Lic. Leonel Orellana (...) para investigación de Alcohol (...)
Resultado Alcohol en sangre ...... 109.66 mg/dl (...) Lic. LILIAN ELENA TREJO DE
RAMÍREZ..."
C) Del Acta de Reconocimiento en Rueda de Personas practicada por el testigo bajo
régimen de protección bajo referencia No. 3247-UDVA-10-T-04 por el Juzgado Segundo
de Paz de esta ciudad, fue realizada bajo los mecanismos legales del anticipo de prueba, de
conformidad a lo dispuesto en el Art. 270 Pr.Pn. por lo que habrá de dársele valor
probatorio, se EXTRAE: "... En la Delegación de la Policía Nacional Civil, Santa Ana, a las
once horas y cinco minutos del día cuatro de mayo de dos mil seis. Constituida la suscrita
Juez Segundo de Paz de esta ciudad, Licenciada VICTORIA ELIZABETH ARGUETA
CHAVEZ, asociada de su secretario de actuaciones Licenciada Amanda Yanira Orellana de
Polanco acompañados del testigo bajo régimen de protección número 3247-UDVA-10-T04, con el objeto de practicar el reconocimiento que ordena el Art. 211 Pr.Pn., (...) se
procedió a integrar una rueda de cinco personas entre las cuales se encontraba el imputado
Ulises Ernesto Villalta Romero, alias "huezo" (sic) (...) al ser preguntado si en dicha rueda
se encontraba la persona que manifestó poder reconocer, expresó en sentido afirmativo,
señalando al número dos de izquierda a derecha, quien al ser preguntado por su nombre
manifestó llamarse Ulises Ernesto Villalta Romero, alias "huezo" (sic) por lo que el
imputado Ulises Ernesto Villalta Romero, alias "huezo" (sic); si fue reconocido ..."
D) Con el Acta de Inspección Técnica Ocular Policial, practicada en el lugar donde
sucedió el hecho y Album Fotográfico juntamente con el Croquis de la escena del delito,
realizado frente a la casa número veintiocho, Calle Principal, Colonia La Roca, Cantón
Cantarrana, Santa Ana, es de tomar en cuenta que los actos que estos contienen no aportan
mayores insumos que ayuden a esclarecer el delito que se investiga la única información
que se obtiene en la mencionada acta, croquis y álbum es la ubicación geográfica del lugar,
dicho dato ha sido obtenido por otros medios de prueba inmediados en la audiencia. Por lo
expuesto, se concluye lo estéril de la valoración del Acta de Inspección con su respectivo
croquis y álbum fotográfico.
E) la prueba ofertada por el imputado ULISES ERNESTO VILLALTA ROMERO,
no aportan datos que ayuden a esclarecer el delito que se le imputa, no lo sustraen de la
escena del delito, siendo inane invertir tiempo en la valoración de cada uno de ellos.
QUINTO. Al hacer un análisis exegético de los medios de prueba testimonial
aportados, se tienen los razonamientos SIGUIENTES:
1- El testigo bajo régimen de protección número 3247-UDVA-10-T-04 en lo
pertinente DIJO: Que fue citada por la muerte de Franklin sucedido el ocho de noviembre
del dos mil cuatro aproximadamente a las cinco y media de la tarde, en Cantón Cantarrana,
Colonia la Roca de Santa Ana, que, que eran aproximadamente las cinco y media de la
tarde, que ese día venía sola de la tienda que esta al lado de abajo de la Colonia, que vio a
un mucho que iba adelante de ella como a cinco metros, que le dicen "Hueso" y se dirigió
donde estaba Franklin sentado en el anden de una casa con otro muchacho que le dicen
Juan Josué, que "Hueso" iba con un arma de fuego en la mano derecha, esta era corta con
un tambor, que le dio miedo y se metió a una vela de un muchacho que se llamaba Calin,
que se quedó a la par de la puerta y luego escuchó un disparo proveniente de un lugar
cercano, que luego vio correr a Juan Josué para abajo y pasó frente a la vela, que
posteriormente se escucharon cuatro disparos más, que no sabe de donde provenían esos
disparos, que después salió la gente a ver que pasaba, que ella fue a ver y llegó hasta la casa
de la señora, que cuando sale a la calle vio que "Hueso" iba corriendo para arriba de la
Colonia con un arma de fuego en la mano, que lo observó correr como a veinte metros, que
ella fue a ver que pasaba y observó que estaban un charcos de sangre en la canaleta de la
casa de la señora, que las manchas iban para la casa de la señora y observó que Franklin
estaba tirado en el suelo ya que iba herido, que la gente llamó a un carropatrulla del
Novecientos Once y se lo llevaron para el Hospital San Juan de Dios de Santa Ana, que
Josué ya no apareció, que "hueso" iba solo, que a nadie más le observó arma, que cuando
venía de la tienda como a cinco metros ella lo vio porque lo conocía ya lo había visto antes
en la Colonia el Edén, ubicada frente a la Roca y la Nazareno, que entre La Roca y El Edén
los separa la pavimentada, que después de ese hecho a "Hueso" lo vio en la policía porque
fue a un reconocimiento, que Franklin falleció en el Hospital San Juan de Dios, que Josué
esta trabajando en Guatemala. A preguntas de la defensa dijo que a "Hueso" lo conocía
desde hace dos años, desde el dos mil uno, que a "Hueso" después del hecho lo vio un día
sábado en la misma Colonia, que la última vez lo vio en la policía, porque le sacaron a
cinco personas y en esas estaba "Hueso", que fue entrevistada en sede Fiscal, que en la vela
estuvo como cinco segundos, que Franklin vivía enfrente de la Colonia en la línea, que
conocía a Franklin desde pequeña, que en la vela habían como ochenta personas y afuera
unas veinticinco. En el interrogatorio redirecto dijo que las personas de afuera estaban en la
calle frente de la vela, que permaneció cinco segundos adentro de la vela en el momento
que el muchacho iba donde estaban los otros dos, que cuando iba el muchacho para arriba
estuvo en la vela como tres minutos y salió después de los cuatro disparos.
2- El testigo MARIO ALONSO GONZALEZ HERNANDEZ en lo pertinente
DIJO: Que vino a este Centro Judicial porque asesinaron al hermano el siete de noviembre
del noventa y cinco en la Colonia la Roca, de Santa Ana, que el hermano se llamaba
Franklin Humberto Batres González, que él corrió con parte de los gastos y la comunidad
con lo demás, que gastó aproximadamente cincuenta dólares, en transporte, pan, candela,
que la comunidad regaló la caja.
3- La testigo ofrecido por parte de la defensa MARTA ANGELICA
CONTRERAS GONZALEZ en lo pertinente DIJO: Que es administradora de repuestos
El Amigo, que fue citada para declarar sobre el caso de Ulises, que lo conoce desde el dos
mil uno, que ell trabajo en la empresa Repuestos El Amigo, que entraba a las siete y media
y en la tarde salía a cinco y media, que el cumplía con los trabajos y se portaba bien, que
dejó de trabajar con ellos en el dos mil cuatro, que era una persona muy atenta con los
clientes y era respetuoso. A preguntas de la fiscalía dijo que dejó de trabajar en septiembre
de dos mil cuatro porque le habían ofrecido otro trabajo mejor, que le tiene aprecio a la
familia de Ulises porque ellos se comunicaban, que Ulises esta aquí porque se le acusa de
un homicidio, que no sabe la fecha.
SEXTO. Con base en la certeza de la prueba incorporada a la Vista Pública, se
tienen por acreditados los hechos SIGUIENTES:
a) Con la prueba testimonial desfilada en el plenario, reforzado con lo que se
desprende del contenido de la prueba documental que fue ofertada y admitida, al analizarlos
en su conjunto se ha logrado comprobar lo SIGUIENTE:
i) Que aproximadamente a las diecisiete horas con treinta minutos del día ocho de
noviembre de dos mil cuatro un sujeto apodado "Hueso" fue observado como a cinco
metros por la testigo bajo régimen de protección 3247-UDVA-10-T-04 cuando caminaba
por una de las calles de la Colonia La Roca del Cantón Cantarrana de esta ciudad; ii) Que
"Hueso" portaba un arma en su mano derecha y se dirigió donde estaban Franklin en
compañía de Juan Josué, por lo que la testigo optó por introducirse a una casa donde
velaban a una persona; iii) Que inmediatamente escuchó un disparo de un lugar cercano,
observando que Juan Josué pasó corriendo por la casa donde estaba la testigo bajo régimen
de protección; iv) Que luego se escucharon cuatro disparos mas por lo que la testigo salió
de la casa, observado que "Hueso" corría hacía arriba de la Colonia con el arma de fuego en
sus manos; v) Que en el lugar del hecho estaba un charco de sangre y habían manchas de la
misma que se introducían a una casa, encontrándose al interior de ésta el cuerpo de
Franklin; vi) Que Franklin falleció en el Hospital San Juan de Dios de Santa Ana.
b) De la Autopsia Médico Forense practicada en el cadáver FRANKLIN
HUMBERTO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, por el Médico Forense Doctor Omar Mendoza
Ruiz se acredita que la causa directa de la muerte fueron las heridas perforantes de
abdomen y el muslo derecho producidos por proyectiles disparados por arma de fuego.
c) Del Acta de Levantamiento de cadáver, realizado en la Morgue del Hospital
Nacional San Juan de Dios de esta ciudad se acredita que el señor HUMBERTO BATRES
GONZÁLEZ presentaba evidencias externas de trauma, Heridas contusas producidas por
proyectil disparado por arma de fuego localizados en hemitórax anterior derecho lado
izquierdo del abdomen, región toraxica posterior izquierda glúteo izquierdo y tercio
proximal de muslo derecho.
d) Con el Resultado del examen de Laboratorio Forense se acredita que la víctima
Franklin Humberto Batres González, se le encontró Alcohol en sangre consistente en
109.66 mg/dl.
e) Con el Reconocimiento en Rueda de Personas practicada por el testigo bajo
régimen de protección bajo referencia No. 3247-UDVA-10-T-04 por el Juzgado Segundo
de Paz de esta ciudad se acredita que el testigo bajo régimen de protección número 3247UDVA-10-T-04, reconoció al imputado Ulises Ernesto Villalta Romero, alias "hueso".
SEPTIMO. Tomando en cuenta todos los hechos que se han establecido a partir de
los elementos de prueba obtenidos de los medios correspondientes y que se han relacionado
con anterioridad, este Tribunal mediante un proceso mental razonado y acorde con las
reglas del criterio humano que le han guiado para la valoración de las distintas probanzas
ha arribado a la conclusión SIGUIENTE:
i) Si aproximadamente a las diecisiete horas con treinta minutos del día ocho de
noviembre de dos mil cuatro el sujeto apodado "Hueso" quien responde al nombre de
ULISES ERNESTO VILLALTA ROMERO fue observado como a cinco metros por la
testigo bajo régimen de protección 3247-UDVA-10-T-04 cuando caminaba por una de las
calles de la Colonia La Roca del Cantón Cantarrana de esta ciudad; ii) Si "Hueso" en su
mano derecha portaba un arma y se dirigió donde estaban Franklin en compañía de Juan
Josué, por lo que la testigo bajo régimen de protección optó por introducirse a una casa
donde velaban a una persona; iii) Si inmediatamente escuchó un disparo de un lugar
cercano, observando que Juan Josué pasó corriendo por la casa donde estaba la testigo; iv)
Si luego se escucharon cuatro disparos mas por lo que la testigo salió de la casa, observado
que "Hueso" corría hacía arriba de la Colonia con el arma de fuego en sus manos; v) Si el
lugar del hecho estaba un charco de sangre y habían manchas de la misma que se
introducían a una casa, encontrándose al interior de ésta el cuerpo de Franklin; vi) Si
Franklin falleció en el Hospital San Juan de Dios de Santa Ana, podemos concluir entonces
que el imputado ULISES ERNESTO VILLALTA ROMERO es el sujeto que se dirigió con
un arma de fuego donde estaba FRANKLIN HUMBERTO GONZALEZ HERNANDEZ y
le hizo varios disparos causándole la muerte horas después del hecho.
OCTAVO. Ha de reconocerse que con todo lo descrito de la prueba no es posible
afirmar que exista prueba directa que el imputado ULISES ERNESTO VILLALTA
ROMERO le causara la muerte FRANKLIN HUMBERTO GONZALEZ HERNANDEZ;
sin embargo, hemos de reconocer también, que como producto de las probanzas
inmediatizadas en esta Audiencia Pública y de los hechos que tenemos por comprobados,
nos ha sido posible establecer como elementos de prueba un cúmulo abrumador de indicios
que a continuación se detallarán y que por ser graves, precisos y concordantes y por
provenir de probanzas directas constituyen los insumos suficientes sobre los cuales se
establece las pruebas presuncionales (presumptio hominis) que nos dan la certeza sobre el
injusto en estudio y la intervención del imputado como sujeto activo del mismo, pues
unívocamente el testigo bajo régimen de protección 3247-UDVA-10-T-04 establece que el
procesado portaba un arma de fuego convencional en su mano derecha y se dirigió
directamente al lugar en que se produjo la muerte del señor FRANKLIN HUMBERTO
GONZALEZ HERNANDEZ, sin que hubieran otras personas más en ese instante,
solamente el sujeto que acompañaba a la víctima. Dichos indicios son: Entre el imputado y
el sujeto que se ubica en la escena del crimen hay identidad, es decir que lo que se predica
de él es aplicable para ambos por tratarse de la misma persona; que el testigo bajo régimen
de protección ubica al encausado cuando este se dirige donde estaba la víctima, escuchando
varios disparos y observando que el imputado sale corriendo con el arma de fuego en sus
manos; la muerte del señor González Hernandez fue a causa de las heridas perforantes de
abdomen y el muslo derecho producidos por proyectiles disparados por arma de fuego;
dicha muerte se produjo en el instante que la testigo bajo régimen de protección observó
que el imputado se dirige al lugar donde se encontraba la víctima e inmediatamente se
escuchan los disparos; y, el testigo reconoce amplia y suficientemente al imputado como la
persona que le causó la muerte al señor GONZÁLEZ HERNANDEZ en su respectiva
declaración.
El caso del homicidio simple está clasificado dentro de los llamados "delitos de
lesión". En esta clase de delitos, la adecuación típica del tipo objetivo precisa de un
esquema básico que está compuesto por tres elementos que son: la acción, el resultado y la
imputación objetiva.
En cuanto a la acción, puede definirse como un comportamiento de la voluntad humana.
Como es obvio, la voluntad implica siempre una finalidad; es decir, busca "algo" que
alcanzar; por ello "toda acción humana regida por la voluntad es teleológica". Si la acción
lleva invívita la voluntad, entonces es asequible afirmar que aquella pudiera ser en un
momento dado un comportamiento exterior evitable; en otras palabras, puede decirse que
todo imputado pudiera evitar incurrir en acciones que son presupuestos de pena, si tuviera
alguna motivación para hacerlo.
Se afirma que siempre que se realiza una acción ésta conlleva como efecto la
producción de una alteración en el mundo exterior; y, por ende, "no hay conducta alguna
que no produzca un resultado"; en otras palabras, "todo resultado implica necesariamente la
existencia de una acción". Al aplicar esta fórmula conclusiva al caso que nos ocupa, es
lógico decir que la muerte del señor FRANKLIN HUMBERTO GONZALEZ
HERNANDEZ, fue producida por una acción finalista homicida, pues así lo confirman las
probanzas examinadas; mucho más, si tomamos en cuenta que no existe ningún elemento
probatorio que establezca, al menos, la existencia de una causal excluyente de conducta por
parte del procesado.
Es innegable que con la acción atribuida al señor ULISES ERNESTO VILLALTA
ROMERO se obtuvo un resultado homicida, el cual se encuentra ampliamente
documentado, siendo las principales probanzas: la inspección y reconocimiento legal de
cadáver, así como la autopsia practicada por el doctor OMAR MENDOZA RUIZ; se ha
comprobado con la autopsia que la causa directa de la muerte del señor GONZALEZ
HERNANDEZ fueron las heridas perforantes de abdomen y el muslo derecho producidos
por proyectiles disparados por arma de fuego, concluyéndose que el imputado VILLALTA
ROMERO llegó al lugar donde estaba la víctima disparándole varias veces con el arma que
portaba causándole de la muerte al señor GONZALEZ HERNANDEZ, presentando un
tanatocronodiagnóstico de doce a catorce horas de fallecido.
Por lo antes expresado y en vista de no existir probanza que excluya la voluntad de
la acción del imputado, ha de afirmarse que la acción de éste estuvo revestida de una
voluntad de incurrir en la conducta prohibida, consistente en privar de la vida a otro ser
humano.
En el delito de homicidio se debe establecer la relación de causalidad entre la acción
peligrosa ejecutada por el imputado y el resultado fatal en el ahora occiso no resulta muy
problemático, mucho menos para el caso en estudio, puesto que con la prueba testimonial
se evidencia que el imputado ULISES ERNESTO VILLALTA ROMERO, fue el
directamente culpable del delito de Homicidio Simple, haciendo inferir que el resultado
obtenido –y que ya hemos apuntado- fue la materialización de ese peligro que antes había
sido creado con la conducta del procesado VILLALTA ROMERO; y, ese resultado se
encuentra bajo el ámbito de protección de la norma penal referida.
En lo relativo a la adecuación típica del tipo subjetivo ha de expresarse que este
elemento ha quedado evidenciado en la conducta del enjuiciado por cuanto para cometer el
homicidio, dicho sujeto –por su cultura, edad, experiencia, clase de objeto que usó –arma
de fuego-, lugar del acontecimiento, así como el lugar del cuerpo escogido para producir la
lesión y la actitud evasiva posterior al hecho, etc.- debió de conocer que su acción
consistiría en privar de la vida a otra persona; y, no obstante, decidió continuar
voluntariamente con su conducta ilícita; razón suficiente para concluir que la acción del
imputado fue hecha con dolo directo y es típica para el ilícito que examinamos. Todo lo
expuesto denota con claridad meridiana, que la subsunción de la conducta del encausado se
amolda al tipo penal de homicidio simple, y por ende, la tipicidad para el caso en examen
ha quedado establecida.
Hecho el análisis sobre la tipicidad ha de determinarse si el comportamiento del
aprisionado estuvo o no apegado a derecho; debido a que, aunque con muy poca frecuencia,
pueden presentarse situaciones fácticas que excluyen lo ilícito del actuar de una persona;
estas situaciones fácticas son llamadas por la ley como "causas de justificación". Por lo
anterior es que legalmente se afirma que hay presencia de antijuridicidad cuando se ha
comprobado que el hecho es típico y no existen causas que justifiquen la ilegalidad de ese
hecho. En el caso que se estudia no existen elementos de prueba que hagan presumir al
menos que el indiciado VILLALTA ROMERO estaba autorizado por la ley para
exteriorizar una conducta prohibida por la norma penal. En consecuencia, al negarse la
existencia de causas de justificación que obren a favor del implicado, debe afirmarse que su
acción, además de ser típica, es antijurídica, y su conducta se amolda al injusto de
homicidio simple.
El juicio de disvalor de la culpabilidad se le reprocha al autor que se haya decidido
por el injusto, a pesar de haber podido comportarse lícitamente, de haberse podido decidir
por el respeto al derecho de la vida del ahora occiso FRANKLIN HUMBERTO
GONZALEZ HERNANDEZ. Por otra parte, ha de decirse que la razón profunda de
reproche de culpabilidad radica en la imputabilidad o capacidad de atribución del hecho a
ULISES ERNESTO VILLALTA ROMERO; es decir, que el hombre está en disposición de
autodeterminarse –libre, responsable, moral y sicológicamente ante la sociedad-; y, está
capacitado para decidirse por el derecho y contra el injusto; en el caso que hoy se juzga, el
imputado en referencia no adolece de incapacidad física ni mental que hagan presumir a
este Tribunal que no comprendía la acción que estaba ejecutando al lesionar a la víctima en
referencia; así como, no existen indicios que pudieran hacer presumir la existencia de un
error de prohibición, no se aportaron elemento probatorios encaminados a establecer una
excluyente de responsabilidad a favor del procesado; por ende, éste es culpable, ya que
pudo haberse comportado de forma distinta a como lo hizo el siete de noviembre de dos mil
cuatro.
NOVENO.- Si la conducta del imputado es típica; y, deduciéndose además de los
hechos que este Tribunal tiene por comprobados, que éste tuvo en sus manos el dominio del
hecho a través de la conducta evidenciada, es decir sobre el control total de la acción y su
consecuente resultado homicida, entonces es sencillo afirmar la reunión en éste de los
requisitos necesarios para el autor directo; en consecuencia, conforme a lo dispuesto en el
art. 33 Pn., el procesado es responsable penalmente como autor directo del delito de
HOMICIDIO SIMPLE, comprendido en el art. 128 ídem, que lo sanciona con una pena
principal que oscila entre diez a veinte años de prisión.
Para la fijación de la pena en este caso, los Suscritos han de tomar en cuenta lo
previsto por los arts. 62, 63 y 64 del referido cuerpo legal; en tal sentido, para determinar la
pena a imponer es preciso, pertinente y legal traer a colación las valoraciones
SIGUIENTES:
En cuanto a la existencia y extensión del daño causado, se ha determinado que el
delito que se ha juzgado es de homicidio simple y que en su perpetración no hubo mayor
daño del que normalmente se le atribuye a esta clase de hechos, no obstante ello, ha de
ponerse especial atención a los medios comisivos, que a la usanza feudal, al realizarse con
un arma de fuego y causar la muerte del señor GONZALEZ HERNANDEZ, evidenciando
el autor una actitud insensible, atroz e irracional, única de sujetos sin la mínima valoración
de la vida humana, empleando un medio supra idóneo para quitar la vida de forma
inconcebible para el ciudadano común. No lográndose establecer cuál fue el motivo que
impulsó al procesado para cometer el infame delito. Se puede afirmar que el imputado sí
conocía la ilicitud de sus actos, esta afirmación es deducida por el lugar y momento así
como de la misma naturaleza del medio empleado para ejecutarlo; además, por la edad con
que cuenta, se le puede atribuir que comprende la diferencia entre lo lícito y lo ilícito y las
consecuencias negativas del ilegal proceder, en cuanto a las circunstancias que rodearon al
hecho, puede decirse que se cometió en un lugar abierto, desolado, por lo que la posibilidad
de defensa de las víctimas se ve menguada.
Por otro lado, de los datos generales de identificación proporcionados por el
inculpado VILLALTA ROMERO se desprende que éste es de veinte años de edad, que no
obstante tener estudios de primero año de bachillerato, vendedor de mostrador, es una
persona mental y físicamente saludable. En atención a lo preescrito, los Suscritos Jueces
consideramos que es procedente imponerle al enjuiciado ULISES ERNESTO VILLALTA
ROMERO la sanción DIECISÉIS años de prisión como pena principal por el delito de
homicidio simple en perjuicio del derecho a la vida del señor FRANKLIN HUMBERTO
GONZALEZ HERNANDEZ.
DÉCIMO.- En cuanto a la acción civil resarcitoria, es de hacer notar que al no
constituirse como querellante la persona que tiene la calidad de víctima, esta fue iniciada
por la representación fiscal conforme a la facultad que le otorga el art. 43 inc. 2° CPP;
empero, es improcedente imponerle al imputado el resarcimiento producto de la
responsabilidad derivada del daño ocasionado por la comisión del ilícito de mérito, en vista
que la pretensión punitiva que monopoliza la Fiscalía y que concomitantemente a la acción
resarcitoria civil en este caso la inició en representación directa de la víctima, no se
diligenció conforme a un juicio con arreglo a las leyes, art. 11 Inc. 1° Cn., entre otras
razones porque en su intervención ante este Tribunal no hizo alusión a probanza directa al
respecto, sin que se haya dado una contradicción entre las partes en cuanto a este punto;
tornándose imposible damnar al incoado en alguno de sus derechos sin haber sido
previamente oído y vencido en el juicio con arreglo a las leyes; y, si tomamos en cuenta
también que de la lectura del art. 116 CP. se deduce el principio de accesoriedad de la
acción civil en relación con la acción penal, lógico es concluir que la imposición de una
carga en carácter de "responsabilidad civil" ha de surgir de manera legítima toda vez que se
haya declarado con certeza la existencia de una responsabilidad penal y que la prueba de
dicha responsabilidad civil haya sido ofrecida, controvertida, inmediatizada y comprobada
en forma legal; por ende, y ya que lo único que se comprobó dentro de la audiencia fue la
responsabilidad penal del incoado, únicamente se verá afectado en su derecho a la libertad
ambulatoria y a las penas accesorias correspondientes.
Adiciónase que de la simple solicitud de un pronunciamiento sobre la pretensión
resarcitoria no debe inferirse el ejercicio legítimo de la acción civil, pues si bien es cierto
que el art. 314 inc. final CPP, establece que el fiscal en el dictamen acusatorio debe
solicitar el pronunciamiento sobre esa acción, debe entenderse que lo ha de solicitar si y
solo si ha ejercido la acción civil correctamente, pues no debemos perder de vista que los
arts. 42 y 43 CPP, se refieren expresamente al ejercicio de la acción y no a una simple
petición de pronunciamiento, que dicho sea de paso en los argumentos finales de la
representación fiscal no hubo manifestación al respecto. Si con este antecedente se obra
condenatoriamente, entonces el juzgador estaría haciendo un pronunciamiento oficioso,
situación que no es posible jurídicamente por la misma característica que reviste la
pretensión resarcitoria, de ser acción privada. De igual manera si este Tribunal basara una
sentencia de carácter condenatoria en responsabilidad civil, sobre el fundamento de la
prueba admitida para la responsabilidad penal, esto obedecería inexorablemente a una
interpretación analógica prohibida por el artículo 17 inc. 2° CPP, pues se fijaría la cuantía
de dichas consecuencias con base a parámetros de gravedad, o de ubicación de la lesión o
de las consecuencias de la misma, etc.. Dicha interpretación no es viable para el caso de
autos, mucho más porque sería en perjuicio del procesado.
Los suscritos Jueces hemos de absolver al imputado de esta responsabilidad, al igual
que las costas procesales se han cubierto con fondos del Estado, por ello no hay
condenación especial en éstas.
POR TANTO: Sobre la base de las razones expuestas, disposiciones legales citadas y de
conformidad a lo que ordenan los arts. 11 y 12 Cn.; 15, 121, 130, 162, 185, 191, 325, 329,
330, 345 a 348, 354, 356 al 369 y 361 del Código Procesal Penal, este Tribunal de manara
unánime LOS SUSCRITOS JUECES EN NOMBRE DE LA REPÚBLICA DE EL
SALVADOR,
FALLAMOS
A) CONDÉNASE al imputado ULISES ERNESTO VILLALTA ROMERO,
quien es de las generales mencionadas en el preámbulo de esta sentencia, a cumplir la pena
principal de DIECISÉIS AÑOS DE PRISIÓN, por el delito de HOMICIDIO SIMPLE
previsto en el Art. 128 Pn., en perjuicio a la vida del señor FRANKLIN HUMBERTO
GONZALEZ HERNANDEZ;
B) CONTINÚE el encausado en la detención en que se encuentra hasta que la
presente Sentencia quede firme y se le de cumplimiento a la pena impuesta, por lo que
remítase al Centro Penitenciario correspondiente;
C) CONDÉNASE al imputado en referencia a la pérdida de sus derechos de
ciudadano por igual período como pena accesoria; así como, a la incapacidad para obtener
toda clase de cargos y empleos públicos durante el tiempo de la condena de prisión, de
conformidad al Art. 58 Nos. 1 y 3 Pn:
D) SE ABSTIENE este Tribunal de practicar cómputo de inicio y finalización de la
pena impuesta por estar regulado esto en una Ley Especial como atribución del Juez de
Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena, de acuerdo a lo prescrito en el Art. 35
Ord. 5° en relación con el Art. 44 ambos de la Ley Penitenciaria;
E) ABSUÉLVESELE de la Responsabilidad Civil derivante del ilícito ahora
Sentenciado.
F) NO HAY CONDENACIÓN en costas procesales por no estar dentro de los
supuestos establecidos en el Art. 450 Pr.Pn.; asimismo, estas han sido cubiertas con fondos
del Estado, al estar representada la acusación y defensa por el Ministerio Público.
G) Una vez transcurra el término para recurrir de la presente resolución definitiva
sin que las partes hagan uso del mismo, declarase firme y líbrense las certificaciones que
por ley correspondan.
H) Archívese este expediente.
NOTIFÍQUESE la presente sentencia mediante lectura integral.
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