La nueva figura del periodista autoempleado en el Sindicato de Periodistas de Andalucía. Tres experiencias emprendedoras en Málaga, Granada y Córdoba - Cristina Prieto Sánchez (doctoranda en el Departamento de Periodismo de la Universidad de Málaga) -Lola Fernández Palenzuela (doctoranda en el Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad de Málaga) Resumen La crisis económica ha destruido miles de empleos en el sector de la comunicación y los periodistas se han visto obligados a buscar alternativas laborales que no les expulsen del mercado de trabajo y que les permitan seguir manteniendo el desarrollo de una actividad para la que se han formado. Las posibilidades que ofrece internet en este campo y la demanda por parte de las empresas de servicios especializados en la gestión de la comunicación abren nuevos caminos a quienes han perdido su puesto de trabajo debido a la reducción de las plantillas y la externalización de servicios. En los sindicatos de periodistas se ha observado desde hace poco más de cinco años esta tendencia que se ha visto agravada durante el periodo 2010-2012 en el que las iniciativas de autoempleo intentan paliar la situación de miles de profesionales que buscan en las nuevas tecnologías una oportunidad para mantenerse en activo. Desde las organizaciones sindicales es necesario dar una respuesta efectiva a esta nueva realidad laboral en la que los emprendedores necesitan, fundamentalmente, servicios de asesoría laboral y formación. Tres experiencias en las provincias andaluzas de Málaga, Granada y Córdoba ponen de manifiesto el interés de los periodistas por recuperar su profesión con una clara vocación de servicio a la ciudadanía. Palabras clave Crisis, empleo, sindicatos de periodistas, autoempleo, formación, servicios, internet, periodistas. 1.- Las consecuencias de la crisis económica en el sector de medios de comunicación Desde hace tres años, la destrucción de puestos de trabajo entre los profesionales de los medios de comunicación ha alcanzado cifras alarmantes y sitúa a este sector inmediatamente detrás del de la construcción en número de trabajadores despedidos. Según algunas fuentes, entre 27.000 y 11.0001 periodistas han perdido su puesto de trabajo, cifra que aumenta cada día con un goteo constante del que no se salva prácticamente ningún soporte, ningún grupo editorial ni ninguna provincia y al que se sumarán en próximas fechas –si sus responsables no lo reconsideran- ochocientos más, de una sola tacada, a consecuencia del ERE presentado en Telemadrid. Determinar la cifra de empleos perdidos es prácticamente imposible si tenemos en cuenta que el informe realizado por el profesor de la Universidad de Málaga, Pedro Farias, desvela que del total de desempleados procedentes de las redacciones, el 44% (4.373) perdió su puesto de trabajo durante 2011. Este número, sumado al que pasó al desempleo durante 2010 arroja una cifra de 9.937 periodistas sin trabajo2. Esta deriva hacia la eliminación del periodista tampoco ha dejado a salvo ideologías políticas o distintos conceptos empresariales. Indistintamente se han sucedido Expedientes de Regulación de Empleo (ERES) en emisoras de radio claramente progresistas como la SER o en grupos más conservadores como Unidad Editorial, responsable de El Mundo. En cuanto a sus fórmulas empresariales, públicas o privadas, tampoco han dejado a salvo a sus profesionales. Radios y Televisiones públicas como la valenciana, o la balear han recortado sus plantillas sin piedad y diarios prestigiosos y de gran calado social por haber sido vanguardia de una época, como El País, protagonizó el pasado otoño de 2012 uno de los episodios más tristes al despedir a 129 profesionales, entre ellos históricas firmas. Mención aparte merece la Agencia Efe, una de las mejores del mundo, que se ha ido desmantelando poco a poco. Es innumerable, por otra parte, la cantidad de profesionales en estaciones de radio y televisión locales, periódicos provinciales, publicaciones especializadas y gabinetes de comunicación y prensa que han perdido su puesto de trabajo. Al margen de la situación económica creada para los despedidos y su entorno familiar, esta destrucción de empleo ha venido acompañada de una pérdida constante de pluralidad informativa. Menos voces significa menos opinión y esta asociación degenera en una reducción drástica del catálogo de puntos de vista ofrecido a la ciudadanía sobre un mismo acontecer diario. Sin embargo, no podemos desligar la crisis actual del periodismo de la crisis económica generalizada que vive el país porque, quizás sean los profesionales 1 La primera cifra corresponde al Informe Anual de la Profesión Periodística 2012 aportado el 13 de diciembre de 2012 por la Asociación de la Prensa de Madrid. La segunda obedece a las estimaciones realizadas por la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP). 2 Informe anual de la profesión periodística 2011 editado por la Asociación de la Prensa de Madrid. del periodismo quienes más sufren, en su actividad, los cambios políticos, las dificultades económicas y las tensiones sociales a las que están sometidos quienes la ejercen. Es evidente que cuando las crisis económicas convulsionan las sociedades, los medios de comunicación se sitúan en el punto de mira y, con ellos, sus profesionales. A través de los medios de comunicación, la sociedad se informa de lo ocurre a su alrededor y es por ello por lo que la diana, no sólo por parte de la clase dirigente sino también por parte de la sociedad civil, se fija en aquellos que trabajan con la información. Los primeros para influir en sus contenidos y los segundos para conocer, a través de su trabajo, los asuntos de aquellos que, de una u otra forma, son los responsables de su futuro. El profesor Bernardo Díaz Nosty ha recogido en su trabajo Libro negro del periodismo en España algunas de las causas de la situación que viven hoy los medios de comunicación y de quienes trabajan en ellos. En los quince años previos a la crisis económica, se asistió a una expansión del sistema de medios, en parte artificial, vinculada a las tensiones de la vida política y a la permisividad ante soluciones carentes, muchas veces, de lógica comunicativa 3 y profesional. La proliferación de los denominados chiringuitos mediáticos, en algunas ocasiones relacionados con los excedentes de la actividad inmobiliaria, no supusieron un reforzamiento de la conciencia crítica y de la estima social de los periodistas o la simple mejora en las condiciones laborales de los trabajadores, “sino a una pobreza de los valores que acompañaron la formación de una burbuja mediática, cuya máxima dimensión se alcanzó a mediados del primer lustro del presente siglo”.4 No hay una única causa de la debacle que está sufriendo el periodismo en los últimos años sino un conglomerado de situaciones del que, como es habitual, resulta peor parado el profesional. La responsabilidad de la mala gestión económica de un medio de comunicación no suele recaer sobre el gestor administrativo, sino sobre el trabajador que pierde su puesto de trabajo. En el espectáculo ofrecido en los últimos meses por medios tan prestigiosos como El País, no ha perdido su empleo el staff, sino 129 periodistas y algunos administrativos mientras que el “macro-ERE”, si se nos permite la expresión, de Telemadrid ha supuesto la pérdida de su puesto de trabajo a casi mil trabajadores mientras que permanecen en la televisión pública poco más de cuarenta personas, entre ellas todos sus directivos. Asistimos en estos tiempos de crisis económica, en donde escuchar la expresión optimización de recursos es para echarse a temblar, a un panorama informativo en el que el derecho de la ciudadanía a recibir información veraz y plural es una bandera que están recogiendo distintos colectivos ciudadanos porque los propios periodistas están recuperando un discurso que se había olvidado al quedar solapado por la vorágine laboral de una actividad que, en ocasiones, deja poco espacio a la reflexión. Ignacio Ramonet escribía ya hace más de veinte años que asistíamos a un período histórico en el que la 3 Díaz Nosty, Bernardo, Libro negro del periodismo en España, Madrid, Cátedra UNESCO de Comunicación-Universidad de Málaga y Asociación de la Prensa de Madrid, 2011. Página 20. 4 Díaz Nosty, Bernardo, Op. Cit. Página 21. información estaba caracterizada por tres aspectos: a) ser superabundante, b) ser vertiginosamente rápida y c) carecer de valor en sí misma, esto es, haberse convertido en mercancía.5 Y a semejante situación deberíamos añadirle el hecho de que el mercado se haya encumbrado como amo de los medios de comunicación. La situación hasta aquí descrita abre distintos frentes para el profesional de la información: es víctima de la crisis económica global, es un damnificado directo de la burbuja mediática creada a partir de excedentes económicos derivados de otros sectores ajenos totalmente a la actividad informativa, sufre las consecuencias de la mala gestión económica de los administradores de los medios y trabaja con una “mercancía” –la información- cada vez más devaluada. Si lo hasta aquí planteado ya dibuja un panorama desolador, aun queda un aspecto más que se ha recrudecido en los últimos años: la precariedad laboral. Ninguna profesión consigue sumar situaciones tan irregulares en la prestación de una actividad laboral como el de la comunicación. En un mismo medio llegan a convivir profesionales con contratos laborales que amparan todos los derechos contenidos en el Estatuto de los Trabajadores con, colaboradores a la pieza, free-lances, empleados con contratos mercantiles de prestación de servicios y trabajadores autónomos dependientes6, una casuística que se ha traslado también desde los medios de comunicación hasta la propia Administración donde muchos de sus responsables de Gabinetes de Comunicación son trabajadores autónomos. La actual Reforma Laboral7 se ha encargado de poner la guinda que le faltaba a este pastel. La disminución de las indemnizaciones por despido y la eliminación de la autorización previa de la Administración para llevar a cabo el Expediente de Regulación de Empleo ha disparado los despidos en todos los sectores, en el de los medios de comunicación también porque a ella se han acogido grupos empresariales como Prisa (publicaciones y estaciones de radio y televisión como SER y Localia) Unidad Editorial (El Mundo, Yo Dona, Magazine, Metrópoli...) Joly (Granada Hoy, Málaga Hoy...), Prensa Ibérica (La Opinión de Granada, Canal 21...) y despidos de un gran número de trabajadores en medios como 20 minutos, Intereconomía, COPE, Onda Cero o Punto Radio a los que hay que sumar el desmantelamiento de televisiones autonómicas, como ya hemos comentado con anterioridad. 2. El autoempleo como salida profesional ante las dificultades de un mercado laboral cerrado La realidad descrita hasta aquí ha empujado a los profesionales de la comunicación a plantearse nuevos retos ante la existencia de un mercado 5 Ramonet, Ignacio, La tiranía de la Comunicación. Madrid, Editorial Debate, 1986. Fragmento disponible en www.fba.unlp.edu.ar/tic/archivos/B06.pdf 6 El trabajador autónomo dependiente es una nueva figura creada al amparo de la Ley 20/2007, de 11 de julio, del Estatuto del trabajo autónomo. 7 BOE nº36 de 11 de febrero de 2012. Real Decreto Ley 3/2012 de 10 de febrero de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral. laboral cerrado para las fórmulas de contratación habituales. Convertirse en autónomo y crear tu propio empleo es una práctica que en los últimos cinco años ha aumentado el número de adeptos. Si bien los primeros emprendedores optaron por esta modalidad hace ya un lustro para crear su propio medio o su gabinete de comunicación y tuvieron que enfrentarse a muchas dificultades para hacer rentables sus propuestas, los que han iniciado en los dos últimos años el camino del autoempleo se han encontrado además con una crisis económica feroz que ha cerrado las puertas a subvenciones y ha congelado un mercado publicitario aún reticente a este tipo de iniciativas, en el caso de los medios digitales. No hay que obviar que, en la mayor parte de los casos, internet ha sido el soporte escogido por todos ellos, una plataforma barata si se compara con el elevado coste de la impresión que conlleva además el precio del papel y la distribución. También es necesario valorar que estas nuevas fórmulas comunicacionales se desarrollan en ámbitos provinciales con lo que los posibles anunciantes apuestan por canales más clásicos para insertar sus mensajes, aunque resulten más caros. El autoempleo en el sector de la comunicación ha girado en torno a los dos grandes ejes que caracterizan este tipo de actividad económica:8 a) La sustitución de los principios de producción fordista por un tipo de organización del trabajo caracterizado por una mayor flexibilidad donde los compromisos se establecen más sobre el producto final de trabajo que sobre el desarrollo cotidiano de una actividad contratada. b) La precarización económica y la generalización de altas tasas de desempleo estructural, junto con desempleo de larga duración. Junto a las características económicas de su actividad, que el periodista autoempleado debe asumir como tales, unido al riesgo que supone siempre empezar de cero, el emprendedor se encuentra además con las especificidades de su propio campo de actuación: el de una sociedad de la comunicación con cambios tecnológicos que se suceden vertiginosamente y una globalización creciente que convierten el mundo en “la aldea global” que ya describiera el profesor canadiense Marshal McLuham donde los consumidores de información demandan calidad y rapidez en un entorno multimedia. Es decir, a la práctica habitual de su profesión consistente en la recopilación de datos, la estructuración de los mismos en orden a los estilos periodísticos habituales (crónica, información, reportaje, artículo de opinión...), la presentación, el contraste de las fuentes y la redacción, se añade la inclusión en un soporte informático que puede trasladar su trabajo, en unos minutos, hasta el otro lado del mundo. Lo que pretende el creador de un nuevo medio de comunicación digital no es que el usuario busque y elija la noticia, “sino también el medio que se la cuenta”.9 8 Paniagua Mazorra, Ángel, “Autoempleo de alta cualificación en la España rural”. En Scripta Nova. Revista electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, Vol. VI, nº 119, 2002 Disponible en http://hdl.handle.net/10261/10375 9 Martín Herrera, Inmaculada, “Prensa electrónica: Cómo hacer periodismo en la era digital”. Crisis analógica, futuro digital: actas del IV Congreso Online del Observatorio para la Cibersociedad, celebrado del 12 al 29 de noviembre de 2009. Media, cultura i comunicació, 2010. Disponible en: http://www.cibersociedad.net/congres2009/actes/html/com Este reto precisa de una formación permanente, dirigida en mayor medida hacia el reciclaje que hacia la adquisición de conocimientos nuevos ya que los básicos de la profesión han sido adquiridos a través del programa académico impartido en las facultades de Comunicación de las distintas universidades españolas. Otro campo de actuación que ha centrado la actividad del autoempleo en el sector periodístico durante los últimos años ha sido el de los gabinetes de prensa y comunicación o consultoras de comunicación10 dirigidos a empresas y organizaciones que requieren de este tipo de servicios puntualmente y no cuentan con ningún profesional integrado en su estructura que pueda hacer frente a la organización de actos, atención a los medios de comunicación y sesiones formativas para impartir nociones básicas a sus cuadros dirigentes sobre cómo abordar sus relaciones con los distintos soportes comunicacionales (declaraciones en radio y televisión, asistencia a debates, entrevistas, ruedas de prensa...) e incluso en la comunicación interna. En resumen, otros aspectos de la comunicación, al margen de la producción de noticias, esenciales, sin embargo, para la proyección de una buena imagen corporativa. Si hace veinte años los gabinetes de prensa y comunicación en las instituciones y las empresas constituían un yacimiento de empleo excelente para los profesionales de la comunicación, la crisis económica ha destruido muchos empleos en este servicio especializado con el despido de los trabajadores contratados para abrir la puerta a la externalización de esta asistencia que ha posibilitado la contratación de periodistas autoempleados que realizan la misma cobertura desde el ámbito del autónomo. Incluso la administración, se ha sumado a esta práctica, que puede entenderse para un momento preciso pero no de forma habitual. Desde que se generalizara el empleo de expertos en la gestión de la comunicación empresarial o institucional, los procedimientos han registrado también una gran evolución. Así como en los periódicos y publicaciones en internet han revolucionado la distribución de contenidos informativos, los gabinetes de comunicación y prensa han tenido que adaptarse también a las nuevas tecnologías y los distintos soportes. La utilización del fax, por ejemplo, ha caído en desuso y la informática se impone en cualquier acto. Presentaciones en el que el ordenador es un elemento básico, el empleo generalizado de los correos electrónicos para convocatorias o distribución de notas de prensa, las cámaras digitales para la difusión de imágenes, la actualización de las páginas web de empresas e instituciones, obligan a los responsables de este servicio a reciclarse continuamente. Por otro lado, el reconocimiento de los responsables de cualquier organización del valor de la imagen y el mensaje que a través de ella se proyecta ha llevado a los periodistas que trabajan en gabinetes de prensa a adquirir conocimientos sobre los medios audiovisuales para trasladarlos a los cuadros dirigentes de las organizaciones en forma de jornadas o cursos de formación que garanticen el 10 Ramírez distingue entre la denominación de gabinetes de comunicación -organismos integrados en la organización, empresa, institución, et.- y las consultoras que son aquellas que ofrecen sus servicios como empresa independiente y ajenas al organigrama empresarial. Véase Ramírez, T., Gabinetes de comunicación, Barcelona, Bosch Comunicación, 1995. éxito ante una eventual entrevista, debate o declaraciones en ruedas de prensa. No hay que olvidar además que los gabinetes de prensa suelen ocuparse también de la organización de actos con lo que conocer las normas de protocolo ha empezado a ser una parte esencial de sus integrantes. En esta relación de las realidades del autoempleo para los periodistas y profesionales de la comunicación mencionaremos por último la figura del Comunity Manager, un experto en redes sociales para el que su labor principal es distribuir información al mayor número posible de internautas para dar a conocer una empresa o su producto. Es decir, compartir, comunicar, conversar y cooperar, las 4Cs de la Web 2.0. Empresas de todo tipo acuden hoy a esta nueva figura de la comunicación para dar a conocer sus productos y saber además la opinión de los consumidores sobre los mismos. Y cuando decimos productos estamos incluyendo también la información, ya que prestigiosos periódicos como el New York Times cuentan con un perfil conocido como Social Media Editor para distribuir el contenido de la cabecera en las redes sociales que lidera una joven periodista de 25 años. La formación académica requerida por las empresas que deciden contar con esta figura dentro de su estructura se inclina hacia profesionales del marketing, la comunicación, la publicidad y la informática.11 Diarios digitales, gabinetes o consultoras de comunicación y la nueva figura del comunity manager ofrecen salidas laborales a profesionales de la comunicación a través del autoempleo para las que necesitan reciclarse profesionalmente. La Organización Internacional de Trabajo (OIT), en el simposio sobre tecnologías de la información celebrado en Ginebra en el año 2000, hizo público un documento informativo para el Coloquio sobre las relaciones de la información en las industrias de los medios de comunicación y del espectáculo: sus repercusiones en el empleo, las condiciones de trabajo y las relaciones laborales en el que destacaba que “las nuevas tecnologías estaban equilibrando la balanza entre personal fijo y free lances en las redacciones”.12 3. La respuesta desde los Sindicatos de Periodistas al autoempleo con propuestas de formación para el reciclaje profesional Nos encontramos hoy con una realidad en el sector de la comunicación en el que las relaciones contractuales entre el trabajador y el empleador están evolucionando hacia modelos más cercanos al profesional liberal que al trabajador por cuenta ajena. La deriva hacia la externalización de servicios por parte de algunas empresas e incluso de la propia administración – que afectan principalmente a los gabinetes de prensa- y la necesidad del autoempleo como única vía para encontrar una actividad que garantice el sustento, ha generado en los sindicatos de periodistas una rápida respuesta en dos vías de actuación: 11 Castelló Martínez, Araceli: “una nueva figura profesional: el Community Manager”. En Revista Pangea, 1, 2010. Páginas 74-97. Disponible en: http://revistapangea.org/2010/09/13/01-01-104 12 López Hidalgo, Antonio. El periodista en su soledad. Sevilla, Comunicación Social Ediciones y Publicaciones, 2005. Página 30. por un lado el asesoramiento legal para aquellos que optan por adentrarse en el camino del autoempleo y por otra, una oferta formativa continua en aquellas especialidades más demandadas por la propia afiliación. El Sindicato de Periodistas de Andalucía, que agrupa en la actualidad a más de 400 profesionales del sector en sus ocho provincias se constituyó en diciembre de 1999 y muy pronto detectó la necesidad de una actividad formativa continua para sus integrantes13. Sólo dos años después de dar sus primeros pasos, en 2002, organizó el primer taller de Periodismo Audiovisual ante la aparición de televisiones locales en distintos puntos de la comunidad. A este taller siguieron otros dedicados a la radio como respuesta también a la puesta en funcionamiento de un gran número de emisoras de titularidad municipal. Pasados estos años de gran actividad en el sector, desde la organización sindical comenzaron a detectarse los primeros síntomas de la falta de salidas profesionales ante la ausencia de contrataciones y la congelación de las plantillas en los medios de comunicación y los gabinetes de empresa que ya comenzaban a contratar a sus profesionales a través de empresas externas o como autónomos. El profundo conocimiento de la realidad de una organización que trabaja en las redacciones y formada por profesionales en activo, llevó a sus responsables a diversificar su oferta formativa combinando talleres y cursos dirigidos a futuros trabajadores de medios de comunicación con jornadas de trabajo enfocadas a aquellos que decidieran embarcarse en la aventura del autoempleo. Así en 2005 se organizó en Antequera -centro geográfico de Andalucía- el primer taller de autoempleo en el que se ofrecía a sus participantes nociones básicas sobre como presentar una solicitud de subvención del proyecto hasta el marco legal para inscribir la nueva actividad. Para ello se contó con la experiencia de algunos emprendedores que aportaron su conocimiento como Inmaculada Vilardebó, periodista granadina fundadora de la consultoría de comunicación IDIE, Rafael Muñoz Caro, miembro de la Fundación Andaluza de Economía Social y director de la Escuela de Empresas de Villanueva del Trabuco (Málaga) y Rafael Herrera, uno de los asesores jurídicos del Sindicato de Periodistas de Andalucía quien resolvió las dudas en materia laboral. Al mismo tiempo que se formaba a los afiliados que deseaban conocer más de cerca las ventajas y dificultades que presentaba la creación de su propio puesto de trabajo, se iniciaron talleres y cursos especializados en cada una de las materias donde los jóvenes periodistas y los que, con experiencia en distintos soportes habían perdido su puesto de trabajo, podían encontrar una oportunidad laboral a partir de las propuestas presentadas por los propios afiliados y sus intereses profesionales.14 Es necesario señalar en este punto que el 90% de los periodistas pertenecientes al Sindicato de Periodistas de 13 Desarrollamos estas y otras cuestiones en la Tesis Doctoral El movimiento asociativo de los periodistas: el caso del Sindicato de Periodistas de Andalucía, que se defenderá próximamente en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga. 14 Las necesidades formativas de los afiliados al SPA se conocen a través de las encuestas realizadas al término de cada taller o curso. Las preferencias se inclinan hacia la edición en medios digitales, los gabinetes de presa, la expresión corporal ante las cámaras de televisión, el autoempleo y el diseño gráfico y de páginas web. Andalucía (SPA) se muestra interesado por los cursos de formación que oferta la organización y que esta actividad se ha convertido en uno de los reclamos de la organización ya que el nivel ofrecido en cada uno de los programas desarrollado es muy elevado al ser impartidos por profesionales en activo especializados en cada una de estas materias. Por otro parte, la matrícula suele ser gratuita para los integrantes del SPA o con precios simbólicos para cubrir gastos derivados de almuerzos, materiales y desplazamiento del profesorado –que no suele recibir contraprestaciones económicas al pertenecer, en la mayoría de los casos a la propia organización- mientras que los espacios en los que se imparten los cursos no conllevan coste a la organización al ser espacios pertenecientes a instituciones –locales municipales, universidades o las propias instalaciones de emisoras de titularidad pública para los talleres de radio y televisión que facilitan sesiones prácticas- con los que previamente el SPA ha firmado convenios de colaboración. La formación ha ido adquiriendo, año a año, más importancia dentro de la estructura del Sindicato de Periodistas de Andalucía que cuenta con una secretaría ejecutiva para la organización y planificación anual de la oferta formativa ya que, al margen de las funciones propias de una central sindical, como la representación de intereses y la negociación colectiva, los afiliados demandan servicios propios que redunden en la mejora profesional y laboral de su actividad. Atrás quedaron los tiempos en los que el sindicato era entendido sólo como un órgano de presión frente a la patronal y “únicamente una minoría aún reclama cambiar la sociedad”15 a través del movimiento sindical, mientras que “otra minoría busca en ellos una agencia de servicio”. Estos términos nos atreveríamos a decir que, en este momento de crisis económica, se han invertido y hoy el sindicato, aunque continúa cumpliendo su función de interlocutor social ofrece otro tipo de prestaciones. En este terreno, los sindicatos de periodistas combinan la defensa laboral de sus afiliados con la defensa profesional de una actividad que en los últimos años se ha visto fuertemente atacada no sólo en lo que se refiere a la destrucción masiva de puestos de trabajo sino en los principios éticos de sus profesionales al convertir la noticia en mercancía y alejarse de la ciudadanía como propietaria del derecho a la información. El balance de los doce años de trabajo del Sindicato de Periodistas de Andalucía es muy positivo en lo referente a la oferta formativa presentada a sus afiliados con cursos que han tenido que repetirse durante varios años como los dedicados al Protocolo y la Organización de Eventos que, en distintas sedes provinciales, se han impartido en 2002, 2005, 2009, y 2011 debido a su gran demanda. El creciente número de profesionales autoempleados en consultorías de comunicación y la extensión de la responsabilidad a los gabinetes de prensa de la organización de actos y otro tipo de eventos en los que el protocolo institucional constituye un factor importante son las principales causas de esta creciente demanda a la que se suma, en el caso de la organización sindical, el elevado nivel del profesorado procedente del Instituto Superior de Protocolo y Eventos. No hay que obviar además, que este tipo de 15 Ibídem. cursos puede tener un coste en el mercado de 3.000 euros y el precio ofertado por el Sindicato de Periodistas de Andalucía para los no afiliados ha sido de 110 euros mientras que la matrícula ha sido gratuita para los afiliados. 4. Un nuevo sindicalismo para hacer frente a la crisis Como ha quedado ya expuesto, la destrucción de empleo en el sector de los medios de comunicación es alarmante y sus consecuencias se han dejado sentir también en los sindicatos de periodistas. A finales de 2012, el Sindicato de Periodistas de Andalucía contaba entre sus afiliados con un 25% de desempleados. Por otra parte, el último estudio de la afiliación realizado por el SPA a finales de 2010 recogía en sus conclusiones finales que el 9% de sus afiliados y afiliadas son autoempleados. Estas cifras han llevado a la organización sindical a reflexionar sobre la respuesta que desde las organizaciones de trabajadores es necesario dar a estos profesionales. La Organización Internacional de Trabajo (OIT), en la reunión tripartita sobre el futuro del trabajo y de la calidad en la sociedad de la información celebrada en Ginebra en 2004 señalaba que Los modelos tradicionales de sindicación basados en la negociación y la representación colectivas se estructuraron en torno a las necesidades de trabajadores asalariados que prestan servicio en lugares de trabajo centralizados; en cambio, los afiliados que trabajan de forma independiente o autónoma requieren servicios sindicales más personalizados. Por ende, los sindicatos deben atender un número creciente de consultas individuales –por ejemplo, sobre cuestiones jurídicas o contractuales, tributarias o relativas a la seguridad y la salud en el trabajo-. Lo que les obliga a recurrir a nuevos métodos de prestación de 16 servicios. Desde la implantación de los sindicatos como consecuencia de la revolución industrial, la función primordial de estas organizaciones ha sido mejorar las condiciones de vida de la población asalariada, con el objetivo de reducir las desigualdades sociales, ante el crecimiento ilimitado de la economía que conllevaba, en los países centrales, a un crecimiento ilimitado del empleo. Pero si estas variables no se dan en este momento, ante la falta de puestos de trabajo y un empleo altamente precarizado, “los trabajadores quedan desvinculados del sindicato”. Esta circunstancia, “unida a las tendencias individualizantes en la relación laboral, no sumidas ni controlables por los sindicatos, pueden debilitar en manera radical la posición de éstos” 17. Este debilitamiento se ha dejado sentir ya en el Sindicato de Periodistas de Andalucía, no en su acción sindical que continúa siendo beligerante en la defensa de los puestos de trabajo y las condiciones en las que los profesionales realizan su tarea diaria, sino en las finanzas de la organización ya que desde 2010 ha aumentado el número de afiliados en precario con una cuota extremadamente reducida que merma considerablemente los ingresos por este concepto. Por otra parte, y al margen de la reducción del presupuesto, 16 Informe El futuro del trabajo y de la calidad en la sociedad de la Información: el sector de los medios de comunicación, la cultura y las industrias gráficas. Ginebra, Oficina Internacional del Trabajo (OIT), 2004. 17 Miguélez, Faustino. Op. Cit. Página 196. el número de bajas motivado por la salida del mundo laboral de varios afiliados ha supuesto una disminución de la base social potencial del SPA. Es por ello que, como apunta Faustino Míguelez, “los sindicatos deben asumir –y ciertamente lo están haciendo ya- la solución del problema del paro desde presupuestos colectivos y con estrategias globales, al tiempo que con planes concretos. Es necesario que organizativamente ser parado no suponga una desvinculación de las instancias colectivas.”18 Siguiendo las consideraciones de este experto, es necesario también aportar soluciones desde la organización sindical a los trabajadores autoempleados, entre los que se encuentran los que cumplen los requisitos para integrarse en la nueva figura laboral recientemente amparada por la legislación (Ley 20/2007)19 a los que denomina autónomos económicamente dependientes cuando su actividad profesional se presta de forma habitual para un cliente y perciben de él, al menos, el 75% de sus ingresos y no tienen trabajadores a su cargo. Este sería el caso de los responsables de muchos gabinetes de prensa institucionales que han externalizado el servicio con la contratación de periodistas autónomos que desarrollan su labor para un único cliente, en este caso la Administración. Tanto los emprendedores que llevan adelante su aventura empresarial por sí mismos, sin emplear a ningún otro profesional, como los autónomos dependientes necesitan integrarse en organizaciones sindicales que puedan defender sus derechos laborales. Aunque no tengan la consideración clásica de asalariado, no podría asegurarse con rotundidad que la relación laboral que establece con su cliente –en el caso de los autónomos dependientes- no tenga un grado de subordinación similar al de un trabajador por cuenta ajena. Están sujetos a órdenes directas de su “cliente”, se encuentran inmersos en la estructura organizativa de la empresa, en muchos casos trabajan en las mismas dependencias que el resto de trabajadores con recursos propiedad de la empresa y se encuentran sujetos al mismo horario. El IV Congreso del Sindicato de Periodistas, celebrado el pasado mes de noviembre en la capital cordobesa debatió ampliamente este asunto al considerar que estos profesionales necesitan integrarse en organizaciones afines a su actividad que les pueden proporcionar un reciclaje formativo continuo y una atención jurídica y laboral necesaria para el desarrollo de su trabajo. Mientras que le son ajenos otro tipo de problemas más cercanos a los empresarios con trabajadores a su cargo. Los sindicatos de periodistas mantienen su función como agente de diálogo social e interlocutor válido entre la empresa y los trabajadores pero amplía su campo de acción hacia un abanico de ofertas formativas y de asesoría jurídica que se han convertido en los servicios más demandados por la afiliación. Como estructuras sociales dinámicas que son deben reorientar sus objetivos e integrar las nuevas realidades que presenta un mercado laboral en constante cambio en el que la figura del asalariado con un contrato laboral fijo o indefinido en una empresa en el que el trabajador puede desarrollar toda su vida laboral es hoy un deseo casi inalcanzable. 18 Miguélez, Faustino. Op. Cit. Página 204. Ley 20/2007, de 11 de julio, del Estatuto del trabajo autónomo. BOE número 166, jueves 12 de julio de 2007. 19 5. Tres experiencias andaluzas de autoempleo con vocación de servicio a la ciudadanía La necesidad de desarrollar la actividad periodística por parte de los profesionales que se han visto afectados por la pérdida de su puesto de trabajo a consecuencia de la crisis económica puede resumirse en los tres ejemplos que abordaremos para concluir esta comunicación implantados en Andalucía en las provincias de Granada, Córdoba y Málaga. Aunque no son las únicas experiencias en funcionamiento, sí reflejan por sus características el panorama actual del periodista emprendedor y presentan un concepto innovador de la información que ha buscado su nicho de mercado frente al medio convencional representado por periódicos de ámbito provincial y estaciones de radio y televisión con distintos grados de influencia sobre el territorio. En Granada, cinco periodistas que perdieron su empleo tras el cierre del diario La Opinión de Granada (Prensa Ibérica) en mayo de 2009 decidieron constituirse en cooperativa y lanzar en internet la iniciativa GranadaiMedia en mayo de 2011, un medio de comunicación on line abierto a la participación ciudadana que da cobertura informativa a cinco barrios de la capital granadina: Albaicín, Chana, Realejo, Zaidín y Zona Norte con el objetivo de crear comunidad y fomentar la participación vecinal con una clara vocación de servicio público. Como sus propios creadores señalan, la novedad que aporta frente a otros formatos más convencionales es lo que denominan “información hiperlocal” cercana al ciudadano y no explotada hasta el momento por otros medios. Junto a la información de actualidad, GranadaiMedia ofrece la posibilidad a sus anunciantes de patrocinar un barrio y obtener visibilidad no sólo en el medio on line sino en las redes sociales. Otra novedad que aporta esta original propuesta es su apertura al periodismo ciudadano con el que intentan generar debates entre los distintos barrios de la capital para dinamizar y enriquecer su vida pública, siempre bajo la supervisión de los profesionales del medio. La oferta informativa se completa con servicios de formación, comunicación y gestión de redes sociales para empresas y colectivos ciudadanos para aumentar los ingresos que, por el momento, son exiguos. La iniciativa cordobesa es aún más joven que la granadina. A finales de 2011 y tras el primer ERE en Público, tres de sus trabajadores –dos redactores y un fotógrafo- deciden crear una sociedad civil de autónomos para lanzar la propuesta Cordópolis, el primer periódico exclusivamente digital de la ciudad cordobesa con un orientación clara hacia las redes sociales y un formato ágil permanentemente actualizado para intentar contar, casi en tiempo real, los acontecimientos de interés. Los contenidos propios y la blogosfera que acompaña la iniciativa –Blogópolis- donde colocan sus escritos más de treinta firmas, constituye la oferta del trío de emprendedores que decidió, desde el primer momento, sumar a su equipo un comercial en exclusiva para resolver el tema publicitario. Entre sus proyectos de futuro se encuentra la creación de un blog ciudadano abierto a los cordobeses para recoger sus opiniones sobre los temas que les preocupan. Mientras se consolida el proyecto, cada uno de sus integrantes distribuye su tiempo entre Cordópolis y distintos trabajos que desarrollan de forma individual como autónomos para otras empresas. La experiencia malagueña es, sin duda, la veterana y más consolidada ya que cuenta con 25 años de existencia en los que ha pasado por distintas etapas. El Observador fue la consecuencia empresarial de un periodista al que la censura que sufría en el diario malagueño para el que trabajaba en 1987 le empujó a abandonar su puesto de trabajo para crear su propio medio. Nació como una revista de periodicidad bimestral que en 1994 lanzó también una edición digital que terminó con la edición en papel en 2010. En este momento cuenta con 23.000 suscriptores, el coste económico se ha reducido considerablemente y se actualiza diariamente de lunes a viernes. Sin embargo y al margen de las distintas fases por las que ha pasado, siempre ha mantenido la misma filosofía: publicar lo que otros no publican. Y aunque esta ha sido la base de su éxito, no ha estado exenta de problemas ya que el promedio de querellas es de dos por año pero sus integrantes aseguran orgullosos que, hasta el momento, han ganado todos los juicios. El Observador forma parte de Airon Sesenta, su editora, una Sociedad Limitada que realiza una gran diversidad de trabajos por encargo (edición y realización de libros, revistas y soportes electrónicos para terceros, producciones audiovisuales, organización de eventos, cursos...) lo que constituye la base económica real con la que se mantienen sus cinco trabajadores. Esta seguridad económica permite a sus periodistas escribir libremente informaciones sin temor a la pérdida del anunciante afectado y elegir los temas fuera de la agenda diaria para centrarse en aquellos asuntos que realmente interesan a sus editores por lo que no acuden a ruedas de prensa ni publican noticias de agencia ya que se preocupan especialmente de crear opinión. Para ello, su objetivo es dar voz a aquellos que no encuentran cabida en los medios convencionales (ecologistas, movimientos ciudadanos, colectivos vecinales...) y se apoyan en una amplia red de colaboradores que escriben habitualmente sobre temas muy variados. No admiten comentarios anónimos a través de la red sobre sus noticias pero sí publican cuantas cartas al director reciben con la identificación de su remitente. Las tres iniciativas expuestas ponen de manifiesto, por un lado, el interés de los propios profesionales del periodismo en buscar nuevos nichos de mercado para una profesión que se verá obligada a reconvertirse en los próximos años para mantener en ella a los cientos de licenciados que cada año se lanzan al mundo laboral para desarrollar la actividad para la que han estado preparando durante varios años. Por otro, la seguridad de que hay nuevas fórmulas para ello apoyadas en las nuevas tecnologías que crean la necesidad en la ciudadanía de mantenerse informado. Esta nueva concepción del periodismo cuenta además con una masa social cada vez más concienciada de su participación en todo lo que concierne a la información, desde las estructuras más cercanas, como los barrios, hasta las aparentemente más lejanas como el Estado. Bibliografía - BOE nº36 de 11 de febrero de 2012. Real Decreto Ley 3/2012 de 10 de febrero de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral. -CASTELLÓ MARTÍNEZ, A. (2010). “Una nueva figura profesional: el Community Manager”. Revista Pangea, 1, páginas 74-97. Recuperado el 29 de noviembre de 2012. Disponible en: http://revistapangea.org/2010/09/13/01-01-104- DÍAZ NOSTY, B. (2011). Libro negro del periodismo en España. Madrid: Cátedra UNESCO de Comunicación-Universidad de Málaga y Asociación de la Prensa de Madrid. -FARIAS, P. (dir) (2011). Informe Anual de la Profesión Periodística 2011. Madrid: Asociación de la Prensa de Madrid. -KÖHLER, HOLM-DETLEV (2000) El movimiento sindical en España. 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