Actividad 21: El método de estudio (VIII). 2LNSERM. El olvido y el repaso. Eje: Aprender a aprender. Objetivos: - Reflexionar sobre la experiencia personal del olvido. - Buscar soluciones ante el olvido. Material: Documentos para el alumno “Los repasos” Desarrollo: 1. Comentario inicial por parte del tutor. “Vamos comenzar la sesión buscando soluciones al problema del olvido. Para ello vais a trabajar en grupos de seis miembros, de los cuales uno actuará de moderador y otro de secretario. Disponéis de seis minutos para responder a la siguiente pregunta: ¿POR QUÉ OLVIDAMOS? 2. Se constituyen los grupos y al término de los seis minutos se da por terminado el trabajo. Se hace una puesta en común con las conclusiones a que han llegado los distintos grupos. Se puede completar la puesta en común exponiendo algunas de las causas por las que se nos olvida lo aprendido: - 3. Memorizar sin comprender Falta de atención y concentración. Falta de repaso o mala distribución de los repasos. No conectar lo aprendido con lo que sabemos. No utilizar lo aprendido. Exceso de nerviosismo que hace que nos bloqueemos. Poco interés en lo que aprendemos. El tutor facilita al alumnado el documento Los repasos, se explica y se hacen comentarios. Documentación para el alumnado: - Los repasos LOS REPASOS Etimológicamente repasar significa volver a pasar por un mismo sitio o lugar, volver a mirar una cosa; examinar una obra para corregir sus imperfecciones; recoser, dar pasos (a la ropa) que lo necesita; releer lo que se ha estudiado para retenerlo mejor en la memoria. A todos estos significados nos queremos referir cuando hablamos de los repasos: de lo que se trata es de que “vuelvas a pasar” por los mismos temas por los que ya has pasado; de que “examines” tus obras como estudiante para que corrijas sus imperfecciones; de que des las “puntadas” precisas a aquellos de tus conocimientos que lo necesiten; de que releas lo estudiado para retenerlo mejor. LA CURVA DEL OLVIDO. Ebbinghauss, un psicólogo del siglo XIX, descubrió con sus experiencias que la mayor parte del olvido se produce en las primeras horas que siguen a un aprendizaje. Esto es lo que vemos representado en una curva que es conocida con el nombre de “Curva del olvido de Ebbinghaus”. Como se puede apreciar en el gráfico, lo inmediatamente estudiado se olvida rápidamente en los primeros días. En cambio, si se van haciendo repasos de vez en cuando, la curva del olvido es menos pronunciada. Lo más conveniente es hacer un primer repaso a los 10 minutos de finalizar la sesión de estudio, el segundo repaso al día siguiente y, luego a los dos o tres días, luego a la semana, luego cada dos o tres semanas y, así sucesivamente. Alguno puede pensar que esto es imposible de llevar a la práctica, puesto que no hay tiempo suficiente para hacerlo. El razonamiento para convencernos es muy elocuente: el hacer esta secuencia de repasos te lleva menos tiempo y es más efectiva que el no hacerlos. Aprender un nuevo tema lleva su tiempo, en cambio realizar un repaso cuando la información la tenemos reciente es una actividad breve (esto ocurre cuando secuenciamos bien los repasos). Sin embargo si no efectuamos los repasos olvidaremos la mayor parte de la información y tendremos que aprender prácticamente de nuevo. Esto mismo ocurre con los apuntes de clase, debes repasarlos y completarlos el mismo día que los tomas, ten en cuenta que también están sujetos a la curva del olvido.