Familias vascas con trillizos y cuatrillizos reclaman más ayudas

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Domingo 23.01.11
EL DIARIO VASCO
AL DÍA POLÍTICA SOCIAL
Familias vascas con trillizos y
cuatrillizos reclaman más ayudas
«Recibimos más
apoyo de las empresas
privadas que de las
instituciones», se
quejan los padres
:: IVÁN ALONSO
SAN SEBASTIÁN. La llegada al
mundo hace apenas diez días de los
cuatrillizos de Barakaldo, dos niños
y dos niñas sietemesinos que nacieron por cesárea en el hospital de
Cruces, ha devuelto a la actualidad
a otros padres vascos que vieron
cómo sus familias se multiplicaban
de un día para otro. En Euskadi residen 150 familias con trillizos o
cuatrillizos, la mayor parte de ellas,
102, integradas en la asociación vasca de partos múltiples, Avapamu.
Su presidenta, María Nebreda Vilallonga, que tuvo tres hijos de golpe, decidió fundarla para que otros
progenitores no tuvieran tantas dificultades para empezar a caminar
con su familia numerosa. Desde ella
pide mayor implicación institucional con las ayudas directas a este
colectivo, temeroso de que la desaparición del cheque-bebé acabe
también con el dinero que ahora se
recibe por parto múltiple.
Cuando hace once años Nebreda dio a luz a dos niñas y un niño
recuerda que dicho término –parto múltiple– ni siquiera existía en
ningún texto del Gobierno Vasco.
Estas dos palabras, que sirven para
definir desde el alumbramiento gemelar hasta cualquier número de
bebés paridos a la vez, eran ya moneda corriente en los países nórdi-
cos y Alemania. «Entonces nos planteamos reivindicar la problemática de una familia que de repente tenía tres o cuatro hijos y que, por
ello, se les diera el apoyo económico equivalente», recuerda. En el Gobierno Vasco encontraron el respaldo de la entonces consejera de Educación y Asuntos Sociales, Anjeles
Iztueta, quien impulsó las primeras ayudas directas para partos múltiples con cantidades fijas cada año
«Antes daban más
trabajo físico, ahora
es más psicológico»
Vicky Martínez
lamenta el
«desamparo» de
las familias con
partos múltiples
:: ANE URDANGARIN
SAN SEBASTIÁN. Cuando le llamamos para concertar esta entrevista, nos atiende mientras quita
el polvo en el salón. «El otro día hice
los dos baños mientras hablaba con
mi hermana». Es lo que tiene tener
cuatro hijos de sopetón, que obliga a exprimir cada minuto del día.
Vicky Martínez y su marido Joseba llevan casi 13 años estrujando
hasta los segundos. Querían darle
un hermano a Iñaki, que ha cumplido los 18, y llegaron Maite, María, Joseba y Asier, cuatro ordiziarras que ya eran noticia incluso antes de nacer. Ahora prefieren no salir en la foto.
«Están en la preadolescencia. Lo
peor», cuenta su madre. Antes daban más trabajo físico, ahora es más
psicológico. «Son más independientes, pero a la vez tienes que estar
encima: que preparen la mochila
para las actividades extraescolares,
que hagan los deberes... Ahora mismo mi marido ha salido corriendo
detrás de los chicos, que se han ido
al entrenamiento en pantalón corto y camiseta ¡con el tiempo que
hace!». Los cuatrillizos de Ordizia
se están haciendo mayores. «Cuando salen los fines de semana tenemos rifirrafe con el horario. Quieren manga ancha, pero todavía no
tienen edad». Y cuando los sábados
se solapan el cross, el basket y el
fútbol... «gracias a otros padres, porque es un poco locura».
Vicky agradece constantemente la ayuda que han tenido por parte de sus allegados. «Si no tienes familia, la que realmente te apoya fí-
sica y económicamente, no sales
adelante. Una pareja sola es imposible». Hacen falta muchas manos
para criar a cuatro hijos a la vez.
«Imagínate de recién nacidos, con
los biberones, los pañales, el baño...
Para cuando acabábamos con el último teníamos que volver a empezar». Eso, cuando uno no se ponía
a llorar y despertaba a los demás. Y
sin olvidar al hijo mayor, al que había que llevar a la escuela. «Necesitas apoyo en el día a día, porque es
durísimo tener un parto múltiple.
Te cambia la vida. Al principio no
duermes, no descansas, no vives.
Físicamente y psicológicamente es
muy duro, para ti y para la familia».
Gastos por cuatro
La economía doméstica se resiente sobremanera. Desde que los cuatrillizos cumplieron 10 años, no reciben ayudas. «Cuando más gastos
tienes, a buscarse la vida», lamenta Vicky. «Por ejemplo, van de excursión, que son 10 euros, pero es
que a nosotros nos cuesta 40. Y así
con todos los gastos... Sí tienen becas, pero no para las actividades extraescolares. Y sólo las clases de inglés cuestan entre 50 y 60. Hay que
sumarle la actividad deportiva...».
Los gastos corrientes se elevan y los
ingresos disminuyen, porque habitualmente la mujer deja de trabajar o reduce jornada.
El escaso apoyo público les llevó
a impulsar junto a otras familias la
Asociación Guipuzcoana de Padres
con Partos Múltiples (Aguipamu),
desde donde denuncian el «desamparo» que sufren. Primero como
asociación, a la que dedica un tiempo que es oro y «que no recibe ninguna ayuda, intentamos autofinanciarnos», y segundo como familia
con hijos múltiples, «que estamos
desamparadas», reitera.
Recuerda que al principio «te llaman muchas casas comerciales, te
regalan coches capota o cunas, pa-
Vicky Martínez, madre de cuatrillizos, dedica gran parte del día al trabajo en casa. :: MARÍN
ñales, pero al segundo o tercer mes
caes en el olvido». La «única» ayuda de los asociados es la de Nutricia, una compañía de nutrición que
les hace un descuento, y las rebajas de las que se benefician las familias numerosas. En su caso concreto, la Diputación y el Ayuntamiento de Ordizia les cofinanciaron el sueldo de una mujer que les
echó una mano en casa hasta que
escolarizaron a los niños. También
recibieron ayuda para comprar un
monovolumen. «Pero en la asociación vemos casos de familias con
trillizos, que por el mero hecho de
tener un hijo menos no han tenido ese apoyo. Además, yo tengo la
suerte de contar con familia y allegados que me han y me siguen ayudando, pero ha habido gente que se
ha encontrado sola».
Domínguez lamenta que mientras se encienden las alarmas por
el envejecimiento de la población
y la baja natalidad no se ofrezca más
ayudas «reales» a estas familias.
«Por ejemplo, nos están mareando
para conseguir el bono de la electricidad. Si no decimos que nos regalen nada, pero sí que faciliten ese
tipo de descuentos». También rechaza que algunas ayudas públicas
dependan de los ingresos, sin tener
en cuenta el número de hijos.
Estos y otros objetivos son los caballos de batalla de Aguipamu, a la
que Domínguez se dedica de forma altruista. Desde hace dos años
y medio también reserva unas pocas horas a sí misma. Pasó un bache
muy duro del que se está acabando
de recuperar. El especialista le diagnosticó un cuadro de estrés y agotamiento. Ahora procura no faltar
a sus clases de inglés dos veces a
la semana en la Escuela de Adultos.
Tras verse obligada a abandonar su
anterior trabajo de 8 horas, ahora
que los chavales van creciendo ha
retomado la actividad laboral. Por
las mañanas cuida durante varias
horas de una señora mayor.
Aunque la tarea que más tiempo le absorbe sigue estando en casa.
Los chavales dan trabajo... pero también momentos de satisfacción y
alegría, multiplicados por cuatro.
«Cuando me ven cansada me preguntan ‘¿que te pasa ama?’, y me
dicen que me tumbe en el sofá y
que ya van a hacer una tortilla o
algo para cenar...».
Domingo 23.01.11
EL DIARIO VASCO
POLÍTICA SOCIAL AL DÍA
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Lanbide logra que 191
perceptores de la renta
básica consigan empleo
dependiendo del número de hijos.
Hoy aquellas aportaciones se
mantienen y su cuantía global varía entre los 16.200 euros que pueden llegar a percibir los padres con
rentas más bajas a los 9.700 asignados cuando la renta familiar es elevada. Teniendo en cuenta que el
gasto durante el primer año de vida
de unos trillizos o cuatrillizos puede superar sin exageraciones los
15.000 euros, las ayudas se antojan
escasas. En principio, se cobra una
cantidad fija nada más nacer los niños y luego se reciben anualmente aportes que varían según los ingresos y el número de hijos hasta
que cumplen los nueve años.
«Nuestra petición era haberlas prolongado hasta los 18 años», defiende la presidenta de Avapamu. Pero
la Administración no ha encontrado aún la manera de que sea económicamente viable. «Al final, recibes más ayudas de las empresas privadas que de las instituciones», resume.
Y es que el día a día de una familia con cuatrillizos es una máquina
de gastar dinero. Empezando por
los pañales. Las madres de cuatrillizos se quejan de que cada unidad
sale casi a un euro y se transmiten
En Euskadi existen
150 familias que han
tenido partos múltiples
de tres o cuatro hijos
entre ellas consejos porque, como
dice María Nebreda, «nadie te los
regala». No cambiarlos justo después de cada toma, pedirlos como
regalo a la familia y ser conscientes de que a veces los más baratos
no son con los que más se ahorra
son algunos de los trucos que utilizan para gastar menos en uno de
los bienes que mayor desembolso
supone en los primeros años de vida
de los pequeños.
A través de la asociación, María
ya ha conseguido acuerdos con casas comerciales para conseguir descuentos, sobre todo en leche para
biberones, «algo que sí se suele proporcionar», aclara. Compromisos
con grandes firmas comerciales permiten proporcionar la leche casi a
precio de coste. Además, acuerdos
con farmacias y tiendas de segunda mano cierran el círculo de un rosario de peticiones que arranca jus-
to cuando nacen los niños. «Los padres que tuvieron cuatrillizas en
Retuerto se pusieron en contacto
con unas 300 empresas y algunas
cosas lograron, como electrodomésticos, ropa y suministros», desgrana en relación a una familia baracaldesa que tuvo cuatro hijas en
2003.
Pese a que el parto múltiple no
es ningún camino de rosas –de hecho la mitad de las parejas se acaba
rompiendo tras uno de ellos–, la solidaridad prima entre las familias.
«De hecho siempre les decimos que
no compren nada y entre nosotros
nos pasamos la cuna, los cochecitos de bebés e incluso nos damos
consejos sobre pediatras y tiendas
económicas», asegura la presidenta de Avapamu.
Aunque llegar a casa con los pequeños suele ser «lo más duro», con
el apoyo de familia e incluso vecinos aseguran que «la mayoría salen adelante». Incluso cuando a veces, como en el reciente caso de Barakaldo, al nacer los niños prematuros puedan desarrollar de mayores problemas de visión e incluso
de motricidad. «Es muy sacrificado, es muy duro, pero es muy gratificante», resume María Nebreda.
El Gobierno Vasco ha
puesto en marcha un
plan piloto en ocho
municipios, entre ellos
Irun, Elgoibar y Lasarte
:: EFE
VITORIA. La experiencia puesta
en marcha por el Gobierno Vasco
en oficinas de Lanbide de ocho
municipios para gestionar la Renta de Garantía de Ingresos (RGI)
ha logrado en tres meses dar empleo a 191 personas. La iniciativa
liga la RGI a la inclusión laboral y
formativa de los perceptores. El
programa se ha desarrollado en
Irun, Elgoibar, Lasarte, Erandio,
Portugalete, Basauri, Amurrio y
Agurain.
El proyecto consiste en gestionar directamente los expedientes
de tramitación de la RGI –los nuevos que se presentan y las renovaciones– y así iniciar inmediatamente, a través de orientadores,
un proceso de activación laboral
o formativo con los perceptores.
El viceconsejero de Empleo, Javier Ruiz, afirma que este sistema agiliza el proceso para ofrecer
una salida laboral a los perceptores de estas ayudas.
La RGI es tramitada actualmente por ayuntamientos y diputaciones. El Gobierno Vasco, que
asumió el 1 de enero las competencias en políticas activas de empleo, aprobó el 21 de diciembre un
proyecto de modificación de la
Ley para la Garantía de Ingresos
y la Inclusión Social para que sea
Lanbide el organismo que tramite en exclusiva la RGI.
En tramitación
La Ley se encuentra en la fase de
tramitación parlamentaria y podría aprobarse a mediados de este
año. A partir de esa fecha, la experiencia puesta en marcha en los
citados municipios se ampliaría al
resto de las oficinas de Lanbide.
El programa piloto ha conseguido que 191 personas hayan dejado de percibir la RGI en su totalidad o hayan reducido al mínimo
la cantidad que perciben. Cuando
se extienda al resto de Lanbide se
estima que 4.000 perceptores
consigan trabajo en 2011 y dejen
de cobrar estas ayudas sociales, algo
«impensable» con el actual sistema, subrayó el viceconsejero.
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