AUTOR: JUAN ANTONIO ÁLVAREZ ALCÁZAR LA MOTIVACIÓN EN EL AULA • Resumen: el artículo describe los componentes psicológicos de la motivación, sus causas, sus razones, sus clases y los efectos que tiene sobre los individuos. Además haremos un breve repaso a sus aplicaciones en el aula . • Palabras clave: motivación, impulso, activación, necesidades y logro. 1.- Breve introducción La motivación está conectada con los factores que dirigen el comportamiento los seres humanos y otros organismos. Bien puede estar motivada por satisfacer una necesidad primaria básica o por motivos tremendamente complejos como una motivación de logro. Es necesario plantear inicialmente este artículo en torno a una serie de preguntas: ¿por qué los alumnos eligen exclusivamente unas metas que desean lograr?, ¿qué motivos dirigen el comportamiento humano ?, ¿cuáles son las diferencias que explican la variedad del comportamiento de los alumnos frente al éxito o el fracaso escolar?. Empezaremos analizando detenidamente hasta dónde es capaz de llegar un organismo motivado, por las repercusiones que tiene en el comportamiento humano. Según la experiencia traumática de Petter Potterfield (Potterfield, 1991), un accidente mientras hacía alpinismo le llevó a una de las circunstancias más difíciles de su vida, la motivación se convirtió en su salvavidas: "nunca olvidaré esa botella, su aspecto, la magia de su peso. Le quite la tapa y comencé a beber. Nunca algo me había salido tan dulce, nada había sido tan refrescante ni me había dado tanto alivio. Bebí a grandes tragos, deteniéndome a media botella antes determinármela en otra serie de tragos. Le pregunté: "¿tiene más?". Me dio otra botella, y sin separarla de mis labios, dejando sólo un poco para rociar mi cabeza, que estaba excesivamente caliente. Me sentí como un hombre nuevo.[…] por primera vez sabía lo que es en realidad la sed: una agonía enloquecedora. Me imaginaba las bebidas que podría estar tomando en mi casa -jugo de arándano con agua mineral o grandes vasos de limonada helada-, me imaginaba en detalle cómo se verían y qué sabor tendrían. Cada vez que tragaba saliva, me raspaba los tejidos secos de la boca y la garganta, y a veces sentía asco". La motivación es un estado interno que dirige nuestros comportamientos y nos mantiene en algunas actividades. Aunque seamos capaces de aprender alguna determinada tarea si no estamos lo suficientemente motivados no controlaremos los procesos cognitivos voluntarios necesarios para llevar a cabo el aprendizaje. En la escuela hay que replantearse la situación de motivación en la idea que todos los alumnos están motivados por algo, la cuestión está en la habilidad del profesor para determinar de qué forma están motivados sus alumnos. Según las investigaciones de Maehr y Meyer (1997), la motivación interacciona con el aprendizaje y el rendimiento de diversas maneras. Un sujeto motivado en una tarea aumenta su nivel de energía y su nivel de actividad y también sucede al contrario. La toma de decisiones de los sujetos está en gran parte influenciada por la motivación que tengan por cualquier asunto y las consecuencias que encuentren reforzantes. Cuando un individuo a pesar de los inconvenientes y de los problemas persiste en una tarea en el tiempo podemos afirmar que esta motivado, es decir, cuanto más tiempo dedique un estudiante a sus tareas académicas mayor será el rendimiento que obtenga. Pero el tiempo, en sí mismo, no basta para qué la actividad se realice de manera efectiva. Los procesos cognitivos que un individuo despliega en la tarea son esenciales para el aprendizaje y la retención a largo plazo la información. Esta implicación cognitiva es uno de los beneficios más importantes de la evasión, ya que permite al sujeto mejorar sus aprendizajes de manera autónoma y sin ayuda de los demás. Así los alumnos pueden estar motivados por algo que les guste o por algo que no les guste según las consecuencias de las acciones. Si la fuente de motivación se encuentra fuera del individuo diremos que la motivación es extrínseca. Este tipo de motivación favorece el aprendizaje porque aumenta el tiempo de sujeto en una tarea. Pero puede darse la circunstancia que al ser externa el individuo busque el mínimo esfuerzo conductual y cognitivo para realizar la tarea. Si por el contrario el sujeto encuentro la tarea agradable la motivación sería intrínseca. Este tipo de motivación presenta muchas más ventajas ya que, por ejemplo, el sujeto puede realizar la tarea por iniciativa propia, afrontar situaciones complicadas, presentar mayor tolerancia la frustración, mejorar su rendimiento o buscar indicadores que evalúen forma de proceder para mejorar su eficacia y su ejecución. En la escuela es frecuente observar cómo al principio del curso los estudiantes se muestran altamente motivados pero con el paso del tiempo pierden gradualmente esta motivación. Se pueden dar a la vez ambos tipos de motivación o convertirse en la otra por los efectos que tenga, en este caso se denomina motivación internalizada. 2.- ¿Cómo se explican las razones por las que los sujetos se motivan? Una primera razón para explicar la motivación, lo tenemos en los instintos. El instinto es un patrón innato de comportamiento, determinado biológicamente, por lo cual nacemos dotados de comportamientos programados que nos resultan fundamentales para sobrevivir. Hull en 1943, propuso su teoría de reducción de porciones que sostiene que se producen pulsiones para satisfacer nuestras necesidades biológicas básicas. Se explica mediante la necesidades biológicas y fundamentales que tenemos los seres humanos, como por ejemplo el agua, produciéndose una pulsión para satisfacer esa necesidad. La pulsión es una tensión motivacional o excitación que energiza al comportamiento con el fin de satisfacer una necesidad. Distinguió entre las pulsiones primarias, aquellas necesidades biológicas como el hambre, la sed o el cansancio y las secundarias como aquellas que no tiene nada que ver con necesidades fisiológicas del ser humano, por ejemplo la ambición de logro. Estas pulsiones se equilibran con la homeostasis, esto es, la conservación del equilibrio biológico interno. Como reacción a la teoría de las pulsiones y su falta de argumentación en el caso de los comportamientos que no tiene nada que ver con necesidades fisiológicas. Por ello surge la teoría de la excitación que sostiene que tratamos de conservar determinados niveles de estimulación y actividad, aumentándolos o reduciéndolos, según sea necesario. En 1908 se formula la teoría de Yerkes-Dodson que mantiene que un determinado nivel de excitación motivacional produce un desempeño óptimo en una tarea específica, siendo contraproducente si ese nivel de excitación es mayor o menor al adecuado. La teoría de los incentivos explica que un comportamiento no siempre está motivado por una necesidad interna, como el deseo de reducir las pulsiones como por conservar un óptimo nivel de excitación. Explica la motivación que se encuentra en los estímulos externos. La teoría de la motivación por procesos opuestos sostiene que los incrementos de excitación producen a fin de cuentas una reacción de calmar el sistema nervioso, y viceversa. Explica la motivación que subyace en temas tan controvertidos como la adicción a las drogas y las reacciones fisiológicas emocionales que se suceden cuando nos encontramos en una situación de peligro. En resumen, esta teoría trata de explicar por qué las personas tienen fuertes motivaciones para comportarse de manera que, aparentemente, parece proporcionar beneficios mínimos. Las teorías cognitivas de la motivación se centran en los procesos internos de la mente del sujeto por el cual se representa la imagen y comprensión del entorno que rodea. Para los autores que se alinean con esta teoría la motivación intrínseca que describíamos anteriormente impulsa al individuo en realizar actividades para su propia sensación de bienestar y, en cambio, la extrínseca motiva a las personas por una recompensa tangible. Según Lepper y Greene, (1978), se demostró en una investigación que somos capaces de motivar los más cuando se trata de una tarea intrínseca. Por tanto, en el aula los profesores deberían establecer con sumo cuidado las razones intrínsecas de sus esfuerzos para lograr un buen desempeño. La pirámide de Maslow (1970), considera que las necesidades motivacionales del individuo están ordenadas jerárquicamente en lo que representó como una pirámide. En ella, las necesidades primarias para la supervivencia se encuentran en la base, por lo que para satisfacer las motivaciones específicas es necesario tener cubierta las necesidades más básicas. Estas son para Maslow, necesidad de agua, alimento, sueño, sexo y cosas por el estilo. Para ascender por la pirámide es necesario haber cubierto antes este tipo de necesidades. El nivel más alto de la pirámide está ocupado por la autorrealización, que se define por un estado de satisfacción interno en que las personas logran desarrollar su máximo potencial. En el ámbito de las motivaciones todas las teorías anteriores pueden ser complementarias y servir para explicar las motivaciones, por ejemplo, de nuestros alumnos. 3.- ¿A que se debe las diferencias de motivación de unos sujetos a otros? Fundamentalmente se debe a las diferencias de personalidad de unos sujetos a otros y están recogidas en lo que se conoce como teoría de rasgos de la motivación. Éstas se deben fundamentalmente a la necesidad de afiliación del sujeto (Boyatzis, 1973), como el grado que una persona necesita establecer y relacionarse amistosamente con otros. Normalmente el sujeto con una gran necesidad de relaciones sociales pasa mucho tiempo comunicándose con los demás y está muy influido por las opiniones que puedan decir las personas que rodean. Este tipo de alumnos suele sacar calificaciones más bajas que sus compañeros con baja necesidad de afiliación. En este sentido los profesores pueden paliar este problema mostró ser acogedores y atentos lo cual aumentaría su rendimiento académico (McKeachie, 1973). La necesidad de aprobación está relacionada con la necesidad de afiliación y representa a que el conjunto de personas que necesita que los demás piensen bien de ellos. Este tipo de alumnos ,según Crowne y Marlowe (1964), presenta una autoestima baja tratando de complacer a los demás cayendo en la impopularidad del resto de sus compañeros. La necesidad de logro es el sentimiento que tiene un sujeto de necesitar realizar las cosas bien, son estudiantes muy persistentes en el que la recompensa a corto plazo no les interesa, se centran cada vez más en objetivos complicados y tratan de obtener las recompensas y beneficios a largo plazo (French 1955). 4.- Aplicaciones educativas de la motivación en el aula Una investigación de Alonso Tapia (1997), identificó los factores por el cual los alumnos se sienten más o menos motivados en el interés por la tarea. En primer lugar, el significado que atribuyan al contenido que se pretende que aprendan en función de los metas u objetivos que personalmente tengan fijados. En segundo lugar, la sensación que tienen los alumnos de que la tarea puede ser superada por la experiencia previa que tengan sobre cómo se acometen ciertas dificultades específicas que se encuentran en el camino. Por último, el tiempo y el esfuerzo que estiman que les puede generar superar las dificultades y lograr los aprendizajes. Para el profesor, esto significa que debe averiguar el significado que una determinada tarea tiene para cada alumno en concreto. Así, cada uno en función de su orientación personal y de la experiencia de su vida académica las actividades tendrán más o menos significado. Ryan y Deci (2000), afirman que cuando el alumno disfruta con las actividades elevando su nivel de competencia y de destreza, se muestran absortos en su actividad, buscan información espontáneamente y se autorregule su proceso de aprendizaje de algún modo es que están intrínsecamente motivados. La motivación intrínseca es el objetivo que un profesor debería marcarse en su aula a través del planteamiento de su enseñanza. Los alumnos, según Coll (2004), pueden estar más o menos motivados en función de la percepción que tengan que la tarea a aprender tengan más o menos utilidad. Si el alumno no percibe la utilidad de lo que se va a aprender, el interés y el esfuerzo disminuye al no encontrar sentido a la razón que lo lleve a aprender. Al contrario, en la medida que se perciba la utilidad de la tarea el interés y el esfuerzo se acrecienta. Las evaluaciones de los alumnos en función de las calificaciones tienden a realizar un trabajo memorístico y no comprensivo del contenido a aprender, en detrimento de la comprensión, la lógica y el crecimiento personal. En efecto, los estudiantes estudian para sacar la nota adecuada y no para saber y comprender una determinada temática. Lo único que hace al estudiante trabajar es el estímulo abrasivo de las notas desfavorables cayendo en un aprendizaje mecánico y memorístico. A veces el concepto de buen o mal estudiante es más importante para la autoestima de un determinado alumno que el propio aprendizaje que debe aprender. Existen alumnos que por miedo a que los demás puedan juzgarle y disminuir su autoestima se inhiben a la hora de poner en práctica todo el despliegue cognitivo mientras estén en clase, coger apuntes, preguntar dudas, mostrar inquietudes, etcétera. Los profesores deberían de localizar a este tipo de alumnos y valorar sus pautas de actuación viendo la repercusión que puedan tener el autoestima del alumno. El profesor debería suscitar contenidos que fuesen relevantes para los alumnos ya que por la incipiente curiosidad que estos puedan despertar se sentirán más o menos motivados por atender la lección de la clase. Si ésta resulta aburrida presentan una baja motivación, si por el contrario, esta es actual, conecta con sus ideas previas, es relevante para ellos, tienen conciencia de los objetivos que se persiguen con ella, etc. mostrarán muchísima más atención en clase. Osterman (2000), concluyó que el ambiente escolar no es un ambiente estimulante por su naturaleza académica y no influye en el deseo del alumno por aprender y rendir en el aula. En este sentido, es frecuente atribuir al alumno la falta de motivación pero esto no es tanto culpa del alumno sino misión del profesor para que infunda en el alumno la motivación por aprender. La conducta intrínseca es mucho más eficaz para aprender y rendir en el aula, a pesar que la escuela promueve, sobre todo, la motivación extrínseca (Harter, 1992). Éstas suele darse en alumnos con mucha más iniciativa, ambición, aprendizaje significativo, iniciativa por el estudio, etc., que otros compañeros motivados explícitamente. A pesar de ello, la motivación extrínseca que es necesaria y puede complementar a la intrínseca mediante recompensas y refuerzos externos. Esto, en relación con la pirámide de Maslow que veíamos anteriormente, nos indica que cuando las necesidades fisiológicas básicas del estudiante estén cubiertas se centrarán con más facilidad en las tareas académicas. Para ello los profesores deben crear un entorno de aprendizaje que sea ordenado y predecible, por ejemplo, la organización en grupos cooperativos, las oportunidades de intervención en el aula, el interés y el afecto hacia los estudiantes por parte del profesor, desarrollar el sentido de comunidad, reconocer los logros de los estudiantes, programación de actividades en función del éxito global y en definitiva hacer todo lo que esté en su mano por facilitar el éxito académico. También es necesario prestar especial importancia a la atribución de emociones sobre lo que se aprende, por ejemplo descubrimientos científicos, injusticias sociales, paz y serenidad, entusiasmo e interés por la materia o atender aquellas inquietudes o necesidades que los alumnos piensen que sería interesante tratar en el aula. Para Brophy (1986), indica que introducir características lúdicas en las tareas y actividades de la aula se asocian con las emociones de los alumnos y son vistas como tareas agradables y no amenazantes. Por último, es necesario hablar de la evaluación. Este elemento curricular tan controvertido que se ha utilizado históricamente como medición cuantitativa de comportamientos y habilidades objetivas y que debiera ser replanteado como retroalimentación para modificar conductas hábitos de estudio, centrado más en el juicio de la capacidad y de la valía que del contenido. Ha de ser utilizado como medio de recompensa más que como medio de castigo cuando no se alcanza los objetivos. 5.- Conclusiones En este artículo hemos hablado extensamente de la motivación, de sus condicionantes, de las aplicaciones educativas que posee pero generalmente centrado en el alumno. Se puede hablar de motivación centrado en una visión distinta para no cargar de culpa al principal elemento del proceso y aprendizaje (Coll, 2004). Quizás había que reflexionar sobre la motivación de los equipos educativos y de muchos factores que sobrepasarían la intención de este artículo y que podrían ser temas de debate en otros tantos de temática diferente. También cabe hablar aquí de la motivación desde la orientación educativa como ámbito de intervención motivacional. Montero (1997), plantea en relación con las motivaciones de los equipos educativos una serie de interrogantes: qué tipo de metas predominan el centro?, ¿cómo se plantean las tareas dentro de las diferentes estructuras de funcionamiento?, ¿cómo se maneja la autoridad?, ¿sabemos trabajar en público?, qué tipo de evaluación se está siguiendo en el centro y en las aulas?. Desde la orientación educativa se puede intervenir en el ámbito de la motivación a través del plan de acción tutorial (P.A.T),desde tres ámbitos de aspectos de de clase, familias y de profesores. El plan de acción tutorial no puede reducirse a una hora inerte, no programada, no planificada, de relleno en el horario sino para tratar este tipo de temas. Desde la familia es necesario coordinar la tutoría en interacción con los profesores, aumentando la eficacia de la intervención. La familia debe ser la prolongación de la institución escolar en materia de motivación y en general. En cuanto al equipo docente es necesario organizarse de tal manera que se contemple el trabajo de la motivación incardinado en las áreas, coordinado en programas materias o asignaturas, procedimientos y criterios de evaluación así como la unificación de criterios a nivel de centro de lo que se considere relevante de intervenir en estrategias de motivación. 6.- Bibliografía - Alonso Tapia, J. (1991). Motivation y aprendizaje en el aula. Cómo enseñar a pensar. Madrid: Santillana. - Boyatzis, R. E. (1973). Affiliation motivation. In D.C. McClelland &R. S. Steele (Eds), Human motivation: A book of readings. Morristown, NJ: General Learning Press. - Brophy, J. E. (1986). On motivating students. Ocasional Paper Nº 101, Institute for research on Teaching, Michigan State University, East Lansing. - Coll, C. (2004). Desarrollo psicológico y educación.Madrid. Alianza. - Crowne, D. P., & Marlowe, D. (1964). The approval motive: Studies in evaluativo dependence. New Cork: Wiley. - French, E. G. 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