militantes del pr uno x uno j

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JACUE, María Carolina. Soltera. 30 años. Maestra catequista. Peronista.
Secuestrada-desaparecida el 24 de diciembre de 1977 en Capital Federal y
llevada al CCD “La Cueva” de Mar del Plata, donde se pierde su rastro en los
primeros meses del ‘78. Justo a ella le tocó caer en una Nochebuena........
JACUE, Susana Rosa. Hermana de María Carolina. Docente y catequista en
Mar del Plata, en el “Instituto Fray Mamerto Esquiú”. En esa ciudad nació un
20 de diciembre de 1950. Militante del Sindicato de Docentes Privados que
ayudó a formar. Enrolada en la Juventud Universitaria Peronista (JUP), se
daba tiempo para prestar su ayuda social con diversas actividades en los
barrios más carenciados de la ciudad. Secuestrada-desaparecida de la casa de
sus padres (Ituzaingo 4435. Mar del Plata), el 30 de junio de 1977 por la
Marina de Guerra. Vista en el CCD Base Naval antes de su asesinato. Un
anónimo Jorge, le escribió en junio de 2007: “Treinta años. No hay olvido.
Solo justicia, ni perdón ni reconciliación”.
JAIME, Hugo David. El viernes 14 de diciembre de 1973, Jaime, fue
interceptado alrededor de las 14 hs. por dos individuos que lo agarraron de un
brazo cuando subía a un colectivo de la línea 130 que pasaba frente al
establecimiento donde trabajaba: la fábrica FITAM, ubicada en Diego Palma y
Andrés Rolón de San Isidro. Le dispararon 4 balazos con una 7,65 mm., los
cuales le atravesaron órganos vitales. Socorrido de urgencia fue llevado al
Hospital Ferroviario donde se lo sometió a terapia intensiva durante dos
semanas, pero falleció. Jaime tenía aproximadamente 42 años, era casado y
padre de 5 hijos. Era militante de la Agrupación Metalúrgica “Felipe Vallese”
adherida a la Juventud Trabajadora Peronista (JTP) y se inscribía en una vieja
militancia peronista que se trasuntaba, por ejemplo, en que asumía la
representación de sus compañeros de fábrica ante la Comisión Interna de
FITAM. Precisamente sobre éstos y la UOM seccional Vicente López
(Gregorio Germán Minguito) cayó la acusación de ser los asesinos de Hugo
David Jaime, un compañero incorruptible. Poco tiempo después el delator y
matón de esa seccional metalúrgica, de apellido Villafañe (uno de los autores
materiales del hecho) fue ajusticiado por Montoneros.
JAIME, Luciano Héctor. Salteño. Periodista. Militante del Frente
Revolucionario Peronista (FRP) y del Frente Revolucionario 17 de Octubre
(FR-17). Asesinado por la Triple A el 14 de febrero de 1975. Sus restos fueron
encontrados en El Encón Chico, jurisdicción del departamento Campo
Quijano, Salta; baleado y descuartizado por efectos de una explosión. Había
sido secuestrado dos días antes, a la salida de su trabajo en el diario “El
Intransigente”, luego de que publicara una serie de notas sobre el asesinato del
militante peronista y dirigente sindical Eduardo Fronda (ver su registro)
cometido en enero de ese mismo año.
JALIL, Sergio Abdo. Rosarino nacido el 6 de febrero de 1956. Obviamente
le decían “Turco”. La escuela primaria y secundaria la hizo en la “Dante
Aligheri”. Se recibió de Agrónomo General en la Escuela Agrotécnica de
Casilda y trabajaba como ayudante veterinario en la zona rural. Militante de
Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros. Secuestrado el 15 de
octubre de 1976 en la ciudad de Rosario (calle Juan José Paso al 7000) por la
patota del sanguinario Feced. Sus compañeros le dijeron al “Turco” que no
fuera a ese control, que era muy peligroso, pero no hubo manera de
convencerlo y además quería avisarle que no fuera a la cita, a su responsable
Estela “Lala” Miguel (ver su registro). Algo alcanzó a decirle a ella en Juan
José Paso y Circunvalación; ambos corrieron por República y a él lo agarran.
Ella se resiste hasta la muerte. El cuerpo del “Turco” ya sin vida y con signos
de tortura, junto al de 6 compañeros más en las mismas condiciones, apareció
en la madrugada del 17 de octubre, en Los Surgentes-Marcos Juárez-Córdoba,
luego de un “traslado” ordenado por la superioridad policial. Jalil se despidió
de sus compañeros de infortunio encarcelados gritando bien fuerte “Viva
Perón Carajo” y “¡Hasta la victoria siempre!”.
JANSENSON, Noemí Josefina. Nacida el 9 de diciembre de 1955. Tenía 19
años y un embarazo de 3 meses cuando fue secuestrada junto a su compañero
Miguel Sergio Arcuschin (ver su registro) en el barrio de Almagro de ésta
Capital, el 13 de septiembre de 1976. Ellos se habían casado el 22 de
diciembre de 1975 y habían unido sus vidas en el amor y la causa de la UES,
brazo estudiantil secundario de Montoneros. Una baldosa en homenaje a
ambos, puede verse en la calle Colombres 31, Almagro. Era el lugar donde
vivían al momento de ser secuestrados.
JARA, Fernando. “Tito”, Militante de Juventud Peronista y Montoneros.
Secuestrado-desaparecido el 5 de diciembre de 1975 en Morón, provincia de
Buenos Aires. Visto en el Centro Clandestino de Detención “La Escuelita” de
Bahía Blanca el 1° de diciembre de 1976. Luego fue asesinado.
JARACH, Franca. Nació el 19 de diciembre de 1957. Estudiante en el
Colegio Nacional de Buenos Aires. Abanderada en 1975, por sus mejores
notas. Poeta. Militante peronista en la Unión de Estudiantes Secundarios
(UES), primero y en la Juventud Trabajadora Peronista (JTP), después.
Secuestrada-desaparecida el 25 de junio de 1976. Escribió: "A la mañana paso
cerca de un sitio rodeado de muros altos grises tristes sucios de carteles, de
vote lista azul. Un día miro adentro es una villa miseria. Gente, más gente.
Vestida de tela barata desnuda de felicidad. Una chica me ofrece limones
“cien la docena, cómpreme”. Tiene trece años, más o menos mi edad. Un
almacén ruinoso, con ratas, con suciedad con microbios funestos. Es un sitio
rodeado de muros sucios de crímenes humanos que son sólo los nuestros”. En
2006, Gustavo Szulansky, publicó su libro: “Franca. 18 años. Desaparecida”
con prólogo de Nelson Castro.
JARAMILLO, Luis Adolfo. Detenido-desaparecido el 29 de noviembre de
1976 en la localidad de Quilmes, provincia de Buenos Aires, al salir de la
fábrica de termotanques Saiar donde trabajaba como obrero y era un referente
obligado de sus compañeros trabajadores, en los problemas gremiales con la
empresa. Jaramillo, ciudadano chileno de 42 años, vivía desde 1959 en
Argentina, junto a su esposa y seis hijos. Físicamente era muy menudo,
delgado y bajito. Ese día se retiraba de la fábrica para siempre y había pasado
a cobrar una indemnización con la que pensaba poner una relojería. Era un
especialista en relojes, concertista de piano y sabía varios idiomas; es que lo
habían educado los Jesuitas. Pues bien, ese día, la patronal le tendió una
trampa y luego de pagarle, lo marcó y lo entregó a la Brigada de
Investigaciones de Lanús que se lo llevó y le robó el dinero cobrado. Testigos
de su calvario, dijeron que en un momento del interrogatorio que le hicieron a
Jaramillo se le corrió la venda y pudo ver entre sus “interrogadores” a uno de
la empresa, de la jefatura de personal de la fábrica. Ahí firmó su propia
sentencia de muerte. Jaramillo como la gran mayoría de los trabajadores
argentinos era peronista. Mientras estuvo detenido, hasta antes de su
desaparición definitiva, la gente del barrio en que vivía, hacia partidos de
fútbol y juntaba algo de dinero para darle de comer a su señora y los seis
purretes indefensos. Además el carnicero les daba la carne, el lechero la leche,
el panadero el pan: todos ayudaban como podían. Pasaron los años y nunca
Luis Adolfo volvió con vida. Una de sus hijas, Verónica, tiene claro los por
qué de aquella ausencia definitiva: “Creo que por pensar fueron castigados.
Creo que fueron perseguidos, torturados, asesinados, por pensar, por defender
ideales. Y mi papá también tenía su ideal. Él defendía la justicia, el salario, la
dignidad. Ese fue su ideal. Si murió por eso fue por una causa justa. En la
fábrica, él no tenía la función de delegado, pero defendía su salario y el de sus
compañeros, ellos lo consultaban porque era mayor y tenía experiencia. No se
dejó pisotear nunca y no permitió que pisotearan a los otros trabajadores.
Nunca fue injusto con los demás y tampoco permitió que los demás fueran
injustos con él. Creo que esa es una buena enseñanza que nos dejó”. Sus restos
fueron encontrados por el Equipo Argentino de Antropología Forense en una
fosa común del cementerio de Avellaneda, en octubre de 1990. El 16 de marzo
de 1991 su familia le dio cristiana sepultura en el cementerio de Ezpeleta. Ese
día todos sus compañeros de trabajo de aquella época, e inclusive los
trabajadores más jóvenes que sabían de él por lo que le contaron los más
viejos, la gente del barrio que lo conoció, todos, absolutamente todos se
hicieron presentes. La misa, la concelebró el Padre Luis Farinello y el Padre
Daniel que era de la parroquia del barrio y estuvo presente el “Barba”
Gutiérrez, ex militante de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP), que había
sido delegado y compañero de Jaramillo en Saiar.
JASMINOY, José Rafael. Nacido en Martínez, provincia de Buenos Aires en
1956. Cursó estudios en el colegio “San Juan El precursor” de San Isidro.
Cristiano practicante, realizó algunas actividades pastorales en la Parroquia
Nuestra Señora de la Unidad bajo la égida del Padre Jorge Adur (ver su
registro). Estudiante de Derecho en 1975, se sumó a las filas de la Juventud
Universitaria Peronista (JUP). Secuestrado-desaparecido en Capital Federal,
en la vía pública, el 11 de noviembre de 1976. Fue visto en el CCD de la
ESMA antes de su asesinato. Su familia parafrasea a Pablo Neruda para
homenajearlo a 30 años de su desaparición: “¡Doy fe! Yo estuve allí, yo
estuve y padecí y mantengo el testimonio aunque no haya nadie que recuerde,
yo soy el que recuerda aunque no queden ojos en la tierra yo seguiré mirando
y aquí quedará escrita aquella sangre, aquel amor, aquí seguirá ardiendo, no
hay olvido, señores y señoras y por mi boca herida aquellas bocas seguirán
cantando”.
JÁUREGUI, Juan Martín. “Negro Juan”. Nacido en Ranchos, provincia de
Buenos Aires, el 5 de octubre de 1932. De familia muy humilde supo el
auténtico significado de la palabra pobreza por haberla vivido en carne propia
desde su infancia. Con su familia se muda a la periferia de La Plata, Barrio “El
Retiro”, en Olmos, calle 47 entre 159 y 160. De jovencito prueba suerte como
peón rural y diarero. Por fin consigue un trabajo más estable, cuando entra
como güinchero, con destino a Magdalena en Vialidad Provincial. Para 1954
está construyendo su propia casa en el marco de una Argentina justa, libre y
soberana. El bombardeo a Plaza de Mayo, la “Libertadora” y los fusilamientos
del ’56, además de proscripciones y traiciones varias, lo llevan a participar
activamente de la Resistencia Peronista. Así desde entonces y para siempre.
En la década del ’70 desde la Unidad Básica N° 1 de Melchor Romero,
impulsa el “Luche y Vuelve” en toda la zona con una gran receptividad. Para
entonces se suma al Movimiento Revolucionario 17 de Octubre (MR-17) y en
1973 abre la Unidad Básica “Eva Perón” en una dependencia de su propia
casa. La muerte de Perón y la traición de Isabel y López Rega aceleran los
tiempos. La noche del 17 de octubre de 1975 (¡hijos de puta, para elegir
fecha...!), parapoliciales y Triple A convergen sobre el barrio y buscan su casa
para llevárselo. Juan Martín que presentía algo malo había evacuado a su
familia y se había quedado esperando. Les resistió casi 48 horas él solito, con
una escopeta, hasta que fuerzas del Ejército le dinamitaron la casa y lo
mataron. La misma casa que el Negro había levantado con su esfuerzo y
trabajo, ahora en el parte militar aparecía como un “reducto subversivo”. En
tanto ocurría todo esto, su padre Martiniano Máximo Jáuregui, jubilado de
Obras Sanitarias de la Provincia, es tomado prisionero y durante las 48 horas
de resistencia de su hijo permanece atado a la bomba de agua de su casa.
Luego se lo llevan a la Unidad Penitenciaria N° 9 de La Plata y lo dejan a
disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN). Las torturas padecidas y los
años de cárcel minaron su salud y fallece en el Hospital Policlínico de La
Plata.
JÁUREGUI, Mónica Edith. Montonera. Fue asesinada el 10 de enero de
1977 conjuntamente con su compañera de militancia, Azucena Victorina
Buono cuando resistieron su secuestro por un grupo de tareas de la Armada
(3.3.2) integrado entre otros por el oficial de marina y represor Ricardo
Miguel Cavallo. Vivían en el piso 9° “A” del edificio ubicado en Sánchez de
Bustamante 731 del barrio del Abasto, Capital Federal. El tiro de gracia se lo
dio el Teniente de Navío Jorge Suárez, luego radicado en España y
concesionario de la multinacional automotriz Ford en Madrid. Suárez se
ufanaba de ese hecho en la ESMA e inclusive se lo hizo saber al viudo
encadenado y privado de libertad en ese lugar, el también montonero Juan
Gasparini, que fue obligado a dar el dato de donde vivía su conyugue e ir al
lugar de los hechos. Según una información confidencial “Las mujeres tiraron
dos granadas de mano de fabricación montonera. Una cayó por la escalera del
palier y no explotó. La otra sí explotó, en el aire-luz interno varios pisos más
abajo. El tiroteo fue básicamente a través de dicho aire-luz en un piso 9 desde
otro departamento. En el angosto palier no había ángulo para combatir”.
JAURETCHE, Arturo. Nació en Lincoln, provincia de Buenos Aires, el 13
de noviembre de 1901 y falleció en Buenos Aires en la madrugada del 25 de
mayo de 1974 a los 72 años. Seguramente no quería vivir lo que se veía venir
y eligió una fecha patria para irse de este mundo. Proveniente de un hogar de
recursos limitados. Hijo de un funcionario de la comuna lincoleña y de una
maestra. Don Arturo era corpulento, con alguna tendencia a la obesidad, de
estatura más bien alta. Era un hombre que siempre parecía como viniendo del
campo que lo vio nacer y era un orador nato, por momentos brillante y de una
garra excepcional, chispeante e ingenioso. Pasó de una juventud conservadora
en su pueblo natal a una posición revolucionaria antiimperialista consecuente
ó como él acostumbraba a señalar con su chispeante modo criollo: “Al revés
de tantos políticos yo subí al caballo por la derecha y terminé bajándolo por la
izquierda”. Fue revolucionario en Paso de los Libres y político yrigoyenista
con FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina). Se sumó
al peronismo desde un principio. Producida la “Revolución Fusiladora” de
1955, el diario que Jauretche dirigía (“El 45”) salió a la calle entre noviembre
y diciembre de ese mismo año, llegando a tirar 100 mil ejemplares. Fue
cerrado por decreto de los “gorilas” (tan amantes ellos de la libertad de
prensa...) y su director perseguido. Jauretche debió exiliarse en Montevideo.
Se hizo tiempo para enfrentarse y defenderse de los bienpensantes: “Me
acusan de falta de ecuanimidad, de excesivo apasionamiento... Con una
sensibilidad de pétalo de rosa consideran falta de ecuanimidad la menor
violencia, así sea de verdad, de los oprimidos, del país oficialmente
inexistente, pero sobre el que carga el peso de todos los sacrificios y
responsabilidades. (Para ellos, los bienpensantes nuevamente) el país debe ser
austero, prudente, amoroso, mientras les desborda la grasa, a los que
colocados en lo ancho del embudo, gozan de todos los privilegios, ejercen el
monopolio de los derechos cívicos y sociales y pueden injuriar y calificar
duramente a todos, sin comprometer lo que ellos llaman ‘la conciliación de la
familia argentina’. Ignoran que la multitud no odia; odian las minorías. Porque
conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca
rencor”. Sabía palabras, don Arturo.... Luego apuntó sus dardos a la entrega de
la riqueza nacional: “El Plan Prebisch significará la transferencia de una parte
substancial de nuestra riqueza y de nuestra renta hacia las tierras de ultramar.
Los argentinos reduciremos el consumo, en virtud de la elevación del costo de
vida y del auge de la desocupación (...) la mayor parte de nuestra industria,
que se sustentaba en el fuerte poder de compra de las masas populares, no
tardará en entrar en liquidación. Los argentinos apenas tendremos para
pagarnos la comida de todos los días y cuando las industrias se liquiden y
comience la desocupación, entonces habrá muchos que no tendrán ni para
pagarse esa comida. Será el momento de la crisis deliberada y
conscientemente provocada. Poco a poco se irá reconstruyendo el estatuto del
coloniaje, reduciendo a nuestro pueblo a la miseria, frustrando los grandes
ideales nacionales y humillándonos en las condiciones de país satélite (...) Y
como nuestra balanza de pagos será deficitaria, en la razón de la caída de
nuestros precios y de la carga de las remesas al exterior, no habrá más remedio
que contraer nuevas deudas e hipotecar definitivamente nuestro porvenir.
Llegará entonces el momento de afrontar las dificultades mediante la
enajenación de nuestro propios bienes, como los ferrocarriles, la flota
mercante o las usinas...”. Y así pasó lamentablemente. Por eso –agrego yo- la
existencia, la necesidad de cambiar el “status quo”, por parte de una “juventud
maravillosa” en los ’70, que encolumnada detrás de las banderas históricas del
Movimiento Nacional Peronista dio hasta su propia vida por la liberación
nacional y social de nuestra patria.
JEANNERET, Fermín. Secuestrado-desaparecido en Quilmes, provincia de
Buenos Aires, el 6 de abril de 1977 a la edad de 68 años. Su casa y su kiosko
de la calle Triunvirato fueron asaltados y robados por una turba armada de 14
a 16 esbirros con chalecos antibala y armas de guerra. Fermín fue desde la
primera hora, en el ’55, integrante de la Resistencia Peronista: “Poníamos
caños desde el primer momento. No estábamos acostumbrados a esa clase de
lucha, cuantimás un 38 corto y rajar a pata. Si hasta había veces que salíamos
con cachiporras nada más (…) Poníamos caños a montones. Y te digo, a veces
para nada, para hacer ruido nomás”. Fue dirigente del Partido Justicialista y
más tarde, peronista montonero. Integrante así mismo en vida, de la
“Comisión Permanente de Homenaje a los Mártires del 9 de Junio de 1956”.
Sus restos recuperados fueron enterrados en el cementerio de Ezpeleta,
provincia de Buenos Aires, en presencia de familiares y compañeros de
militancia, el 19 de noviembre de 2006.
JECKEL, Rolando Hugo. “Roby”. “Roly”. Su padre, Kurt Jeckel era natural
de Hamburgo, Alemania. Nacido un 20 de julio de 1952. “El Loco” Jeckel era,
a su pesar, un “bronce” entre los montos. Detenido durante la dictadura de
Lanusse, no había cantado a nadie, aún bajo tortura. Con el triunfo del
peronismo en marzo de 1973, recuperó su libertad en mayo del mismo año. El
apodo de loco le venía por el lado de sus gustos estrafalarios: no combinaba
los colores para vestirse, se cortaba el pelo al rape como un “junker” alemán
(cuando todos los de su edad andaban con el pelo sobre los hombros), siempre
estaba hablando de ciencias sociales (filosofía y política), además de ser un
amante empedernido de la música clásica. Era una “rara avis” por donde se lo
mire; tampoco fumaba ni bebía y odiaba acostarse tarde. En tanto, se
destacaba como alumno distinguido en la Facultad de Ciencias Económicas, a
punto tal de citar de memoria párrafos de libros de Mao Tse Tung, Frantz
Fanon y el mismísimo Von Clausewitz, además proseguía con su aprendizaje
en el peronismo revolucionario, donde combinaba sus conocimientos técnicos
con su saber teórico, todo por supuesto, al servicio de la revolución. En tal
sentido fue el único responsable y ejecutor –esto, con 4 compañeros más- de
las cargas explosivas colocadas en el casco del destructor lanzamisiles de la
Armada de Guerra argentina, “Santísima Trinidad” que quedó inutilizado.
Aconteció el 22 de agosto de 1975 (aniversario de Trelew, renunciamiento de
Evita) y le valió un reconocimiento y felicitación de la Conducción Nacional
montonera. Su vida personal también era arriesgada. Jeckel tremendamente
enamorado, vivió bajo el mismo techo, con una compañera de la organización
(Liliana González, ver su registro) que se separó de su pareja (otro
montonero), lo que originó un flor de quilombo, ya que la “infidelidad”
estaba duramente sancionada en la “orga”. Ellos dos siguieron adelante pese a
todo. Luego del golpe militar del ’76, siguió “El Loco” resistiendo a la
dictadura y se mostraba particularmente duro e irreductible en sus posturas
con aquellos ex compañeros que desertaban o abandonaban, poniendo en
peligro la seguridad del resto. Al final, “El Loco” no fue a una cita con su
compañera Liliana, estipulada para el 15 de marzo de 1977 y fue secuestrado 3
días más tarde. Fue visto en la ESMA en mayo de ese mismo año antes de su
asesinato.
JENSEN, Eduardo Juan. Nació el 25 de mayo de 1946 en Villa Rica,
República del Paraguay. Pasó su infancia y adolescencia en la ciudad de
Posadas, Misiones. Fue a estudiar a La Plata, Ingeniería, en 1965. En esa
ciudad, el 29 de enero de 1971, contrajo matrimonio con María Graciela
González. Quien a continuación da una semblanza del mismo es su amiga
Mirta Clara. “Nos conocimos en casa de estudiantes cuando buscábamos
alternativas políticas ante el golpe de Onganía. “Johnny” Jensen era capaz,
honesto, simpático y muy buen mozo, a punto tal que muchas chicas lo
comparaban con Robert Redford, el carilindo actor norteamericano. Solíamos
ir a bailar siempre para los carnavales en el comedor universitario o nos
sentábamos en algún lugar tranquilo a contarnos nuestras penas de amoríos.
Con el tiempo nos pusimos cada uno de novio por su lado y recuerdo que
siempre leíamos ávidamente y nos afanábamos los libros de las estanterías
comerciales, para poder discutir luego con propiedad. Jensen se incorpora muy
tempranamente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) con el nombre
de ‘Andrés’, aunque muchos otros lo conocían con el sobrenombre de
‘Añamem’, un diminutivo de Añamembuí, por sus gritos de libertad (sapucay)
cuando algo le salía bien. Invitó a sus amigos a militar con criterios estrictos
para que no se conocieran entre ellos. Es más cuando uno le preguntaba si iba
a convocar a Fulano para que participara, él decía que era un ‘boludo’ o un
‘tarado’ que no servía para la lucha armada, pero luego del 25 de mayo de
1973 nos fuimos enterando que estábamos todos adscriptos a las FAR por
intermedio suyo. Eduardo fue creciendo y llegó a ser conducción nacional.
Hay una anécdota muy graciosa: cuando se trenzó cierta vez con otro miembro
de la conducción en una discusión eterna y se dio cuenta que aquel tenía
razón, rápidamente acotó: ‘si yo decía lo mismo que vos’ y todos largaron la
carcajada. Él se acercaba constantemente a compañeros con experiencia
política en el peronismo, entre muchos otros, con el ‘Flaco’ Sala para saber
que opinaban sobre la conducción de Perón o la correlación de fuerzas para
hacer caer al gobierno de Lanusse y desembocar en una nueva etapa. Siempre
se manejaba con voces distintas y tenía muy en cuenta a los que opinaban
diferente”. Ya como militante montonero, fue organizador del Partido
(Peronista) Auténtico en Corrientes y zona de influencia. En octubre de 1975
tuvo que huir del Chaco perseguido por la represión, conjuntamente con
Horacio Pietragalla. Ambos eran oficiales mayores de la organización
guerrillera peronista y eran intensamente buscados. El 15 de ese mismo mes
estaban en un bar de Córdoba (Con un tercer compañero: Juan Isidro
Saucedo), cuando fueron cercados por el comando paramilitar filonazi de los
“Libertadores de América”, conformado por oficiales y suboficiales del Tercer
Cuerpo de Ejército; fueron sacados de ahí a la fuerza y reducidos. (Ver
registro de Pietragalla). Jensen fue torturado y asesinado el 8 de noviembre de
1975 por el ex capitán del ejército Héctor Pedro Vergéz, jefe del campo
clandestino de detención La Perla (ver su libro “Yo fui Vargas”). Jensen
soportó estoicamente la tortura sin delatar a sus compañeros. El sargento 1º
Hugo Herrera comentó que fue llevado a un aljibe de Chacra de la Merced,
tirado dentro del mismo, para luego ametrallarlo. Jensen, al momento de morir
tenía 27 años y su cuerpo fue encontrado luego en la localidad cordobesa de
Malagüeño y enterrado como NN. Sus restos fueron recuperados por el EAAF
y entregados a su familia para otorgarle cristiana sepultura, el 6 de marzo de
2007.
JEREMÍAS, Leonor Gertrudis. Nacida en 1948. Graduada en Meteorología.
El 21 de agosto de 1976 fue secuestrada en el Barrio de Mataderos por
personal policial de la Comisaría 42 que la entregó al I° Cuerpo de Ejército
donde fue torturada y asesinada. Leonor militaba en un grupo juvenil peronista
llamado “Justicia Social” y socorría a los chicos de las villas en lo referente a
salud y educación; alfabetizando y juntando ropa de abrigo para los
chiquilines llenos de mocos que se le colgaban cuando llegaba. También
ayudaba a publicar un periódico clandestino enfrentado a la dictadura militar.
Su madre, Ellen Marx, nació en Alemania y huyó del nazismo siendo una
adolescente.
JIMÉNEZ, Jorge. Este pibe era del laborioso barrio porteño de Mataderos.
Integrante de la Juventud Peronista y del Comando de Organización. Muere
un 17 de octubre de 1974, bajo el gobierno de Illia. La marcha para festejar la
fecha “mater” del peronismo es prohibida. Ellos salen igual y a la vuelta del
Policlínico Metalúrgico fue embestido por una camioneta que arrancó contra
la manifestación y lo arrastró hasta quitarle la vida.
JIMÉNEZ, María Isabel. Nació el 31 de agosto de 1935 en la localidad de
Famaillá, provincia de Tucumán. Primaria en la escuela Presidente Nicolás
Avellaneda Nº 1 y secundaria en el Normal Mixto Juan Bautista Alberdi.
Trabajaba en la Escuela de Educación Técnica Nº 3. Concurrió a la
Universidad Nacional de Tucumán y a la Facultad Tecnológica Nacional,
Regional Tucumán. Militaba en la Juventud Universitaria Peronista (JUP).
Fue secuestrada el 28 de mayo de 1977 en su domicilio de la ciudad de
Tucumán (Italia 557). Estaba con un embarazo de 2 meses. Su pareja era
Enrique Soldati. Fue vista en la Jefatura de Policía de Tucumán y en el
Batallón de Arsenales Nº 5 “Miguel de Azcuénaga” antes de su asesinato.
JIMÉNEZ, Pedro. Militante de Juventud Peronista y Montoneros. Natural de
Mar del Plata. Sumamente querible por todos sus compañeros. Cayó preso en
1974 repartiendo en una villa de emergencia, mercadería del pago del rescate
de los hermanos Born. Con opción, fue dejado en libertad en los ’80. Se asiló
en México y volvió entre 1987/88 a la Argentina. Aquí militó en
Intransigencia y Movilización Peronista (IMP). Bohemio, medio poeta,
muchos hectolitros de alcohol encima y varios porros de marihuana en su
haber, lo llevaron irremediablemente a una muerte prematura, cuando aún no
había cumplido los 50 años de vida.
JOFRÉ, Aldo Emil. Resistente Peronista. Asesinado en la Regional Policial
de Lanús el 28 de junio de 1956. Fue partícipe de la fallida sublevación del
General Juan José Valle el 9 de junio del mismo año. Simularon un suicidio
por ahorcamiento.
JONES, Leticia Elda. Leticia Elda Jones de Bettanin, “Ali”. Militante de
Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros. Secuestradadesaparecida el 12 de mayo de 1977. Para ese entonces era maestra de la
Escuela N° 54 “Práctico Francisco Poliza” en la localidad de Grand Bourg,
provincia de Buenos Aires.
JORDÁN, Leticia María Carolina. Estudiante de Ciencias de la Educación
en la Universidad Católica de Córdoba. Miembro fundadora de la Agrupación
de Estudios Sociales (AES) y del Peronismo de Base provincial. Participó en
la resistencia contra las dictaduras militares de Onganía, Levingston, Lanusse
y Videla; también en el “Cordobazo”. Fue una importante referente de la
Agrupación Evita Regional III en los años 1973-1974. Su esposo Hugo
Baretta fue asesinado por la versión cordobesa de las Tres A en 1975. El
Comandante del III Cuerpo de Ejército, general Luciano Benjamín Menéndez,
a través de un comunicado, hizo saber a la población, que fuerzas militares de
la IV° Brigada Aerotransportada, afectadas a un patrullaje en la avenida
Sabatini al 1400, matan a una pareja de “subversivos”. Ella era peronista y
montonera y se llamaba Leticia Jordán de Baretta y sus compañeros la
conocían como “La Pichi”. Dice el parte militar que fue el 7 de octubre de
1976. En rigor a la verdad, ella ya había sido secuestrada en Córdoba en
agosto de ese mismo año y los militares con este comunicado tratan de
blanquear su muerte. Antes de su asesinato fue vista con vida en el CCD “La
Perla”. Contaba con 29 años de edad.
JOSÉ, Jorge Alberto. 27 años. Militante del Peronismo Montonero.
Trabajaba en Teléfonos del Estado en Mar del Plata. Su militancia lo llevó a
radicarse en Mendoza, luego de casarse con su compañera María del Carmen
Laudani. (Se manejaba con un documento trucho a nombre de Gregorio Juan
Strechaluk). Ambos cayeron tiroteándose contra una patota represiva armada,
en la intersección de las calles Alberdi y Uruguay de la localidad mendocina
de Guaymallén. Ocurrió el 10 de abril de 1977. Sus cuerpos fueron sepultados
en el cementerio de la Capital y posteriormente exhumados por sus familiares
y trasladados a Mar del Plata.
JUANEDA, Ada Alicia. Nacida el 3 de julio de 1948. Montonera.
Responsable del frente estudiantil en Córdoba. Conocida en el ámbito
partidario como “La Flaca”. Ella fue secuestrada-desaparecida el 9 de marzo
de 1977 luego de un tiroteo que se presume acabó con su vida. Sus
compañeros de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Nacional de
Córdoba recuperaron su historia y su foto y la homenajearon en 2011, en un
nuevo aniversario del golpe militar del ’76, bajo el lema de “Los dolores que
nos quedan son los compañeros que nos faltan”. Para más datos, ver registro
de su compañero Carlos Eduardo Antonio Mayo.
JUÁREZ, Enrique José. Nacido el 12 de diciembre de 1944. Conjuntamente
con su hermano Nemesio, fue integrante del grupo Cine Liberación. Fue
militante peronista, montonero y estuvo a cargo de la conducción nacional de
la Juventud Trabajadora Peronista (JTP), luego de ser delegado sindical en el
gremio de Luz y Fuerza. De aquella época gremial, cuenta que “nos
acostumbrábamos a escribir el Perón Vuelve con la mano en la espalda para
que no nos vieran los jefes y encargados”. Fue detenido por la dictadura
militar, alojado en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y asesinado
el 10 de diciembre de 1976. El “Quique” Juárez siempre contaba con orgullo
que: “... Lo conocí a Perón de pibe. Mis padres vinieron a Buenos Aires en los
años ’40. Una de las cosas que hacíamos era esperar las pasadas del tren
Belgrano que hacía Evita repartiendo juguetes (...) Empecé a trabajar a los 15
años en un taller de bobinado. Entraba a las 7 y como iba y venía en bicicleta,
aprovechaba para bajarme y, con tizones, pintar en las paredes: ¡Perón
Vuelve!”. Sus hijos Camilo y Javier siempre cuentan que cuando ellos eran
chicos jugaban a “los indios y los conboys” y que su padre les enseñaba de
que lado tenían que estar: del lado de los indios, por supuesto... Las dos
madres de sus hijos, también fueron víctimas de la dictadura. Alicia Rosalía
País, murió en la cárcel en 1977 (ver su registro). Y Estela Miguel cayó en
combate en Rosario el 15 de octubre de 1976 (ver su registro).
JUÁREZ, Gustavo Marcelo. Tenía apodos muy simpáticos. “Loco” porque
solía hacerle cada broma a los profesores… y “Fresco” porque era inseparable
de un amigo suyo al que conocían como “Batata”. Estudió en el Colegio
Nacional Buenos Aires entre 1971 y 1974. Gustaba de la música, era hincha
de Rácing y peronista declarado, comenzó a militar en la UES hasta ser un
referente. Cuenta un compañero de militancia (Miguel), la manera asombrosa
en que zafó de la muerte en 1975. “Una noche, a fines de abril, Gustavo
apareció repentinamente en mi casa en un estado de alteración total. Recién
después de un largo rato, durante el cual mis padres y yo tratamos de calmarlo,
nos contó que dos noches atrás se encontraba con un compañero de la UES
apodado ‘Bigote’ en la esquina de Castro Barros esperando a un tercero que
faltó a la cita. Los rodeó entonces una patota de civil y los hicieron tirar al
piso. Los tipos estuvieron un rato bastante largo esperando y finalmente los
metieron en el piso del asiento trasero de un Falcon. Durante el viaje los
molieron a patadas y al cabo de un tiempo llegaron a un descampado de la
provincia, según dedujo por el olor a tierra mojada y pasto. Allí los metieron
en un lugar parecido a un galpón e interrogaron a ‘Bigote’ con golpes y
picana. Concretamente le preguntaban donde podían ubicar al responsable del
ámbito del que no sabían su nombre, y que era Gustavo, y porque éste no
había ido a la cita. Aparentemente a Gustavo lo salvó en esta oportunidad que
siendo ‘Bigote’ una persona adulta, casada y con un hijo, los torturadores no
podían concebir que su jefe fuera un mocoso lampiño como Gustavo. ‘Bigote’
durante toda la noche y el día siguiente sostuvo que Gustavo –ese que estaba
con el prisionero- era un pobre opa que deambulaba por el barrio mangueando
cigarrillos y que el responsable había faltado a la cita por motivos que
desconocía. Al respecto, tengo que hacer una extrapolación. Gustavo era un
comediante notable y uno de sus personajes mejor logrados era un chico
discapacitado que se babeaba al hablar. Solíamos ir a la cancha de Rácing, y
tanto en el viaje como en la entrada a la cancha, ponía en práctica su personaje
para conseguir que con tal de que se dejara de babear, el colectivero o el
empleado de control de la cancha lo dejaran pasar. En esa ocasión, Gustavo,
sacó provecho de su personaje. Me contó que los torturadores no podían creer
y desestimaron que semejante boludo pudiera ser el jefe de una parte de la
UES Capital. Cuando le pegaban, tirado en el piso, se abrazaba a las piernas
de los asesinos y les decía, fiel al personaje que representaba: ‘Señó. Señó, no
me pegue más, me voy a portar bien’, lo que aparentemente los descolocaba
bastante y de paso, se ahorraba patadas porque los tenía agarrados de una
pierna. Al final lo largaron por insignificante. Siguió militando en el
peronismo revolucionario hasta el último instante de su corta vida. Fue
secuestrado-desaparecido en Almagro el 12 de agosto de 1977 a la edad de 19
años. Gustavo, mi amigo inseparable de la vida y la militancia no cantó mi
casa”. Una cerámica en su memoria y honor está ubicada en Hipolito
Yrigoyen y Yapeyú, barrio de Almagro; dice simplemente, “Por aquí transitó
Gustavo Juárez”.
JUÁREZ, Juana. En rigor a la verdad Juana Juárez Juárez, es decir el mismo
apellido por parte del padre y de la madre. Mexicana de nacimiento.
Compañera sentimental de Domingo Eduardo Vargas, “El Negro Hugo” (ver
su registro), un militante montonero, al que conoció en el exilio de éste.
Ambos hicieron los cursos de combate para regresar a combatir a la Argentina
en las TEA del Ejército Montonero. Regresados en 1978, cumplieron con
diversos objetivos políticos y militares fijados por la organización con motivo
del Mundial de Fútbol. Juana consiguió inclusive como cobertura, un trabajo
en la embajada mexicana en Buenos Aires. Para junio del año siguiente, la
pareja salió del país y se sumó a la lucha del Frente Sandinista de Liberación
Nacional (FSLN) en Nicaragua. Triunfante la revolución y siempre juntos, se
fueron después a combatir en El Salvador, poniéndose a las órdenes del FPL.
Se sabe que Juana fue secuestrada y asesinada por el ejército salvadoreño,
instruido en métodos aberrantes de tortura, gracias a la capacitación brindada
por los militares argentinos con soporte económico y tecnológico de los
yanquis.
JUAREZ, Lucinda Delfina. 28 años. Secuestrada el 13 de mayo de 1977 en
su casa de Claypole, provincia de Buenos Aires, junto a la pareja de
montoneros integrada por Pedro Crisólogo Morel y Sara Fulvia Ayala de
Morel (ver sus registros).
JUNQUERA, Néstor Oscar. Nacido el 13-11-51. Obrero en Daw Chemical,
trabajaba en la construcción del Complejo Petroquímico Bahía Blanca.
Católico practicante. Militante del peronismo montonero secuestradodesaparecido en Tornquist, provincia de Buenos Aires, junto a su mujer María
Eugenia González, un 9 de noviembre de 1976.
JURMUSSI, Luis Pablo. Riojano. Nacido en la fecha patria del 9 de julio de
1949. Militante montonero. Secuestrado-desaparecido junto a su esposa Marta
Teresita Lizarraga (ver su registro), el 28 de mayo de 1976. Ella en la vía
pública; él, en la casa de su madre en Barrio Parque; calle 27 de abril, esquina
General Paz, Córdoba, a las 7.45 hs. Amarrado y encapuchado lo introdujeron
violentamente en un automóvil Peugeot, al que acompañaba otro Ford Falcon.
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