Nota de orientación C – Directrices para la evaluación a priori, incluida la evaluación estratégica ambiental (EEA) Esta nota de orientación presenta las directrices para la evaluación a priori de los programas de desarrollo rural 2007-2013, incluidos los requisitos para la evaluación estratégica ambiental (EEA). Las directrices tienen la siguiente finalidad: • Proporcionar un instrumento operativo sintético para elaborar y llevar a cabo la evaluación a priori de los programas de desarrollo rural. • Ofrecer una visión general del marco metodológico para la evaluación a priori. • Aclarar la función de la evaluación a priori para los programas de desarrollo rural. • Explicar los requisitos y los cometidos específicos de la evaluación a priori. • Aclarar los requisitos relativos a la evaluación estratégica ambiental. AGRI-2006-63618-00-03-ES-TRA-00.DOC ÍNDICE 1. 2. 3. Introducción............................................................................................................... 3 El Reglamento sobre ayuda al desarrollo rural.......................................................... 3 Marco metodológico de la evaluación a priori.......................................................... 4 3.1. La lógica de la intervención....................................................................................... 5 3.2. Indicadores................................................................................................................. 6 4. El marco normativo para la evaluación a priori ........................................................ 7 5. Funciones y responsabilidades .................................................................................. 8 6. Funciones específicas de la evaluación a priori ........................................................ 8 6.1. Evaluación del análisis SWOT del programa ............................................................ 8 6.2. Evaluación de los objetivos del programa ................................................................. 9 6.3. Evaluación de las repercusiones previstas ............................................................... 10 6.4. Evaluación de los procedimientos de aplicación propuestos, incluidos seguimiento, evaluación y gestión financiera ............................................................................... 11 7. Informes ................................................................................................................... 12 Anexo 1: Esquema indicativo de un informe de evaluación a priori....................................... 13 Anexo 2: Evaluación a priori y evaluación estratégica ambiental........................................... 15 2 1. Introducción El Reglamento (CE) n° 1698/2005 del Consejo, relativo a la ayuda al desarrollo rural a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), constituye el marco jurídico para la elaboración y aplicación de los programas de desarrollo rural en los Estados miembros para el periodo 2007-2013. De conformidad con los artículos 16 y 85 del Reglamento (CE) n° 1698/2005 del Consejo, la evaluación a priori o evaluación previa es un cometido obligatorio a la hora de establecer un programa de desarrollo rural para una zona geográfica dada. El objetivo de las presentes directrices es proporcionar a los Estados miembros un instrumento operativo sintético para la elaboración o ejecución de la evaluación a priori de los programas de desarrollo rural que sea un primer paso dentro del «marco común de seguimiento y evaluación». El objetivo de la evaluación a priori es mejorar los programas y contribuir a la creación de capacidad para futuras actividades de seguimiento y evaluación. Las presentes directrices formarán parte del «Manual sobre el marco común de seguimiento y evaluación» que proporcionará a los Estados miembros toda una serie de documentos de orientación que incluirán el seguimiento, la evaluación a priori y la evaluación continua. 2. El Reglamento sobre ayuda al desarrollo rural Los principales cambios en las políticas de desarrollo rural por su relevancia para la evaluación a priori son: 1. Una simplificación radical de la aplicación de la política mediante la introducción de un único sistema de financiación y la modificación del marco de programación, gestión financiera y control para los programas de desarrollo rural. 2. La definición de tres objetivos fundamentales para las medidas de desarrollo rural (artículo 4): • aumentar la competitividad de la agricultura y la silvicultura mediante la ayuda a la reestructuración, el desarrollo y la innovación; • mejorar el medio ambiente y el medio rural mediante ayudas a la gestión de las tierras; • mejorar la calidad de vida en las zonas rurales y fomentar la diversificación de la actividad económica. A cada objetivo fundamental corresponde un eje temático, en torno al cual han de construirse los programas de desarrollo rural, mientras que un cuarto eje horizontal y metodológico está destinado a la incorporación del enfoque LEADER. La jerarquía de objetivos inherente al Reglamento (CE) nº 1698/2005 del Consejo señala las principales prioridades del desarrollo rural a escala comunitaria. Éstas se reflejan de forma esquemática en el cuadro siguiente: 3 Objetivos s Aumentar la competitividad de los sectores agrícola y forestal mediante la ayuda a la reestructuración, el desarrollo y la innovación Subobjetivos Fomentar el conocimiento y mejorar el potencial humano - Reestructurar y desarrollar el potencial físico y fomentar la innovación Mejorar el medio ambiente y el entorno rural mediante ayudas a la gestión de las tierras Incrementar la gestión sostenible del suelo agrícola incitando a los agricultores y propietarios forestales a emplear métodos de uso del suelo compatibles con la necesidad de conservar el entorno natural y el paisaje y mejorar los recursos naturales Mejorar la calidad de la producción agrícola y de los productos agrícolas Mejorar la calidad de vida en las zonas rurales y fomentar la diversificación de las actividades económicas Diversificar la economía rural Leader Aplicar el enfoque Leader en los programas de desarrollo rural Mejorar la calidad de vida en las zonas rurales Reforzar la coherencia territorial y las sinergias Aumentar la gestión sostenible del suelo Facilitar la transición en los nuevos Estados miembros Los Estados miembros tienen que concebir sus estrategias de desarrollo rural teniendo presente esta jerarquía de objetivos y, basándose en el análisis de su propia situación, ellos eligen qué medidas son las más apropiadas para la aplicación de cada estrategia específica. A continuación los programas de desarrollo rural traducirán la estrategia en acción por medio de la aplicación de dichas medidas, que están previstas en los cuatro ejes operativos (artículos 20, 36, 52 y 63 del Reglamento (CE) nº 1698/2005 del Consejo). 3. Marco metodológico de la evaluación a priori La evaluación a priori sirve de apoyo a la elaboración de propuestas para acciones comunitarias nuevas o renovadas. Su finalidad es recabar información y realizar análisis que ayuden a asegurar que los objetivos de la política se cumplirán en su totalidad, que las medidas utilizadas resultan rentables y que más adelante será posible llevar a cabo una evaluación fiable1. Por consiguiente, la evaluación a priori en el contexto de los programas de desarrollo rural analiza pormenorizadamente para cada programa su estrategia y objetivos fundamentales – incluidos las situaciones iniciales, los objetivos cuantificables y los niveles objetivo. Se realiza antes de la ejecución del programa, con el fin de servir de apoyo a la programación, y ha de estar concebida para especificar claramente las necesidades y estrategias de desarrollo. 1 «Evaluación de las actividades de la UE – Guía práctica para los servicios de la Comisión», Dirección General de Presupuestos, julio de 2004, página 12. 4 3.1. La lógica de la intervención La lógica de la intervención es un instrumento metodológico que establece el vínculo lógico entre los objetivos del programa y las acciones operativas previstas. Muestra el vínculo conceptual desde los medios y recursos de una intervención hasta sus realizaciones, y, posteriormente, hasta sus resultados y repercusiones. Así pues, la lógica de la intervención permite evaluar la contribución de una medida al logro de sus objetivos. Los diferentes elementos de una lógica de intervención figuran en el siguiente diagrama: Necesidades Objetivos globales Repercusiones Objetivos específicos Resultados Objetivos operativos Realizaciones Medios y recursos Las necesidades se refieren a las exigencias socioeconómicas o medioambientales a las que debe responder el programa. Los medios y recursos son recursos financieros o administrativos, que generarán las realizaciones y lograrán los objetivos operativos perseguidos (u objetivos de la medida) mediante las actividades del programa. Los resultados posteriores son las repercusiones más inmediatas de la asistencia, o dicho de otro modo, la contribución de los objetivos operativos a los objetivos específicos. Por ejemplo, en el marco de una intervención destinada a mejorar una técnica de producción en una zona dada, las inversiones en equipos son ejemplos de realizaciones, y la accesibilidad a dichos equipos por parte de las explotaciones agrícolas beneficiarias se consideraría como resultados. Las repercusiones derivan de los resultados; en el mismo ejemplo, una repercusión intermedia podría ser una mayor productividad y/o una repercusión positiva en el medio ambiente en la zona de la intervención. Las repercusiones globales están vinculadas a los objetivos globales del programa y, en un programa bien concebido, satisfacen las necesidades previamente señaladas que dieron lugar a la ejecución del programa. En el caso del ejemplo arriba citado, una repercusión global podría 5 ser un mayor nivel de renta agrícola o la mejora de la competitividad de las explotaciones debido a la disponibilidad de sistemas de producción más eficaces. 3.2. Indicadores Idóneamente, los indicadores establecidos para medir el progreso de un programa hacia el logro de unos objetivos predefinidos tienen que ser específicos, medibles, accesibles o factibles desde el punto de vista de la relación coste-eficacia, pertinentes para el programa y acotados en el tiempo. La evaluación a priori tiene que incluir una valoración de los indicadores propuestos para medir el éxito de los correspondientes programas de desarrollo rural. La evaluación a priori evaluará la coherencia entre dichos indicadores y los objetivos del programa, y garantizará que los indicadores se aplican y se completan con datos de una forma válida, para que constituyan una base útil para el seguimiento y la evaluación. Las «Disposiciones de aplicación del Reglamento (CE) nº 1698/2005 del Consejo» definen una lista de indicadores comunes de base que reflejan las prioridades y objetivos de la Comunidad. Además de los indicadores comunes de base, se definirán unos indicadores de base específicos del programa, para cada programa, para cubrir necesidades específicas nacionales o regionales, así como prioridades específicas nacionales o del programa. Tanto en el caso de los indicadores de base comunes como en el de los específicos del programa, cabe distinguir dos tipos de indicadores: En primer lugar, los indicadores de base referentes al contexto se usan para describir las circunstancias generales de la zona geográfica que cubre el programa. Reflejan la situación socioeconómica, aspectos medioambientales o la estructura agrícola, y no se contemplan directamente en el programa. Facilitan información relevante para evaluar las deficiencias y los puntos fuertes de las correspondientes regiones y están relacionados con factores que pueden tener un efecto de apoyo o un efecto negativo en la consecución de los objetivos de un programa. En segundo lugar, los indicadores de base referentes a objetivos se usan para recabar información relevante sobre la situación inicial de los parámetros que el programa pretende cambiar. Estos indicadores representan la situación de partida para medir el progreso en relación con el logro de los objetivos del programa. Definir unos indicadores de base significa medir la situación pertinente para los parámetros fijados como objetivo al principio del programa; así pues, el cambio en los indicadores de base con el transcurso del tiempo constituirá una referencia para la evaluación de los efectos (repercusiones) de las intervenciones por objetivo. Los indicadores referentes a objetivos se refieren a niveles objetivo predefinidos, que a su vez representan el cambio esperado de la situación de partida de un indicador de base dado. Además, las «Disposiciones de aplicación del Reglamento (CE) nº 1698/2005 del Consejo» prevén siete indicadores de repercusiones comunes para evaluar las repercusiones de las medidas en relación con objetivos explícitos establecidos por el Consejo Europeo y las directrices estratégicas comunitarias aplicables a la política de desarrollo rural. Las repercusiones tanto de las medidas por separado como del programa en conjunto deberán evaluarse en función de estos siete indicadores que reflejan la contribución en términos de 6 crecimiento, empleo, productividad, biodiversidad, zonas de alto valor natural, aguas y cambio climático. Dichos indicadores de repercusiones comunes, una vez más, tienen que estar complementados mediante indicadores de repercusiones específicos del programa. 4. El marco normativo para la evaluación a priori Tal como establece el artículo 85 del Reglamento (CE) nº 1698/2005 del Consejo, La evaluación a priori formará parte integrante de la elaboración de cada programa de desarrollo rural y tendrá como objetivo lograr la asignación óptima de los recursos presupuestarios y mejorar la calidad de la programación. Determinará y evaluará: • • • • • • • • las necesidades a medio y a largo plazo; los objetivos que deban alcanzarse; los resultados previstos; los objetivos cuantificados, especialmente en términos de incidencia en relación con la situación inicial; el valor añadido comunitario; la medida en que se hayan tenido en cuenta las prioridades comunitarias; las conclusiones extraídas de la anterior programación; la calidad de los procedimientos de aplicación, seguimiento, evaluación y gestión financiera. El artículo 85 del Reglamento (CE) nº 1698/2005 del Consejo establece que la evaluación a priori se llevará a cabo bajo la responsabilidad del Estado miembro. Además, según el artículo 84, apartado 4, del mismo Reglamento, las evaluaciones serán efectuadas por evaluadores independientes. La evaluación a priori también verificará en qué medida la ayuda del FEADER es coherente con los objetivos de la cohesión económica y social y los del instrumento de ayuda comunitario para la pesca en particular (artículo 5 del Reglamento (CE) nº 1698/2005 del Consejo) y en qué medida el sistema de ejecución propuesto puede fomentar la igualdad entre hombres y mujeres y evitar toda discriminación (artículo 8 del Reglamento (CE) nº 1698/2005 del Consejo). Los programas de desarrollo rural tienen que reflejar debidamente el enfoque estratégico a que se hace referencia en el título II del Reglamento (CE) nº 1698/2005 del Consejo. En este sentido, la evaluación a priori se centrará en la medida en que los correspondientes programas de desarrollo rural reflejen las prioridades definidas en: • Las «Directrices estratégicas comunitarias relativas a la política de desarrollo rural para el período de programación comprendido entre el 1 de enero de 2007 y el 31 de diciembre de 2013» (artículo 9 del Reglamento (CE) nº 1698/2005 del Consejo) que establecen las prioridades estratégicas, a escala comunitaria, para cada eje de los programas de desarrollo rural. • Los Planes estratégicos nacionales para el desarrollo rural, establecidos por los Estados miembros a partir de las directrices estratégicas comunitarias, en que se señalan las estrategias nacionales y las prioridades de los programas de desarrollo rural (artículo 11 del Reglamento (CE) nº 1698/2005 del Consejo). 7 La evaluación a priori también tendrá en cuenta las Disposiciones de aplicación del Reglamento (CE) nº 1698/2005 del Consejo, que ofrecen información detallada sobre la ejecución de los programas de desarrollo rural. Tal como figura en las disposiciones de aplicación del Reglamento (CE) n° 1257/1999 del Consejo, la evaluación ambiental exigida por la Directiva 2001/42/CE, relativa a la evaluación de los efectos de determinados planes y programas en el medio ambiente, tiene que estar integrada en una evaluación a priori. 5. Funciones y responsabilidades La función de una evaluación a priori es emitir un juicio independiente y formular recomendaciones sobre temas técnicos y/o políticos vinculados con el programa con el fin de mejorar e incrementar su calidad. La evaluación a priori constituye el punto de partida para la evaluación continua dentro del marco común de seguimiento y evaluación. La evaluación a priori establecerá el fundamento para un seguimiento eficaz y para las evaluaciones intermedia y a posteriori, garantizando que haya objetivos explícitos y cuantificados e indicadores adecuados que reflejen los objetivos estratégicos y operativos del programa. La interacción entre la formulación del programa y la evaluación a priori deberá permitir a las autoridades responsables desarrollar cada componente del programa a la luz de las reacciones recibidas progresivamente a partir de la evaluación a priori. Durante las diferentes fases del proceso de programación, las autoridades competentes pueden decidir cuáles son las recomendaciones hechas por la evaluación a priori que van a incorporar y cuáles son los cambios que hay que introducir en el programa. Esta interacción puede dar lugar a revisiones de los programas. Por ejemplo, la evaluación de las repercusiones de la estrategia podría dar lugar a reconsiderar la combinación de las políticas y a una revisión de la estrategia del programa. Considerando su importante función a la hora de hacer una revisión crítica del (proyecto de) programa en relación con las estrategias y objetivos, es evidente que la evaluación a priori ha de ser realizada por un evaluador que no esté directamente implicado en la concepción, ejecución, gestión o financiación del programa. En cualquier caso, validar los datos iniciales, evaluar los niveles objetivo, los puntos de referencia y los indicadores específicos de los programas son tareas que exigen un elevado nivel de competencia y rigor en las metodologías de evaluación. En el desempeño de estas tareas, la experiencia de evaluadores profesionales será especialmente útil para las autoridades responsables del programa. La ejecución de las evaluaciones ambientales exige asimismo competencias específicas que únicamente reúnen evaluadores independientes. 6. Funciones específicas de la evaluación a priori 6.1. Evaluación del análisis SWOT del programa El análisis de las perspectivas de evolución positivas o negativas (también llamado análisis SWOT (Strengths, Weaknesses, Opportunities and Threats)) de la zona geográfica cubierta por el programa antecede a la evaluación a priori. Representa el primer paso para definir la estrategia del programa y su objetivo es poner de manifiesto las necesidades de las zonas 8 rurales afectadas. El análisis SWOT se refiere a los principales componentes estructurales de las zonas rurales, y tiene que dar lugar a una clasificación adecuada y coherente de las disparidades que es preciso abordar. El análisis SWOT y la definición de la estrategia del programa se basan en el uso de datos cuantificados y de los indicadores de base adecuados. La evaluación a priori ha de evaluar los resultados de los análisis SWOT del programa. En este sentido, el artículo 85 del Reglamento (CE) nº 1698/2005 del Consejo exige lo siguiente: • Determinar y evaluar las necesidades a medio y a largo plazo. En el desempeño de esta función, la evaluación a priori tiene que: - evaluar la totalidad del análisis SWOT; - analizar las causas de las disparidades señaladas; - señalar y evaluar las fuerzas motrices que llevan hacia el desarrollo rural sostenible; - contribuir a la cuantificación de los indicadores de base, tanto referentes al contexto como al objetivo (comunes y del programa) verificando y, si procede, sugiriendo modificaciones de los indicadores y cifras propuestos; - evaluar y, si procede, sugerir revisiones de la clasificación de disparidades y prioridades asignadas a las necesidades señaladas y su traducción a objetivos y prioridades concretas para la actuación. 6.2. Evaluación de los objetivos del programa Por lo que respecta a la garantía de la coherencia de los objetivos del programa propuestos con las orientaciones estratégicas de los programas y los planes estratégicos nacionales, el artículo 85 del Reglamento (CE) nº 1698/2005 del Consejo establece lo siguiente: • determinar y evaluar los objetivos que deban alcanzarse; • determinar y evaluar los resultados previstos; • determinar y evaluar las conclusiones extraídas de la anterior programación; • determinar y evaluar el valor añadido comunitario; • determinar y evaluar la medida en que se hayan tenido en cuenta las prioridades comunitaria. Al objeto de cumplir estos cometidos, la evaluación a priori tiene que: - evaluar los objetivos referentes al programa tal como provienen de las necesidades y la pertinencia de los objetivos del programa («las metas que hay que alcanzar») respecto a dichas necesidades; 9 - determinar y evaluar la lógica de intervención de las medidas, desde las realizaciones hasta los resultados y las repercusiones, y evaluar en qué medida los resultados previstos de las medidas contribuyen al logro de las metas fijadas y de los objetivos globales, tanto a nivel comunitario como nacional; - evaluar la coherencia interna de los programas comprobando el equilibrio entre los objetivos operativos de las distintas medidas, con el fin de comprobar la existencia de interacciones mutuamente fortalecedoras y la falta de posibles conflictos y contradicciones entre ellos; - tener en cuenta, en su caso, las conclusiones extraídas del anterior periodo de programación, en particular en lo relativo a las mejores prácticas, los incidentes fundamentales que hayan afectado a la ejecución de las políticas, la eficacia y rentabilidad de las medidas, y posibles problemas específicos de las medidas, que hayan sido señalados en informes de evaluación u otras fuentes de información; - evaluar en qué medida los objetivos previstos pueden alcanzarse de una manera realista con los recursos financieros asignados a las diferentes medidas de cada eje; - evaluar en qué medida los programas de desarrollo rural contribuyen a lograr las prioridades comunitarias y las prioridades de la intervención definidas en virtud del plan estratégico nacional, en particular con relación al crecimiento, el empleo y la sostenibilidad2; - evaluar la coherencia de los programas de desarrollo rural con los objetivos de la cohesión económica y social, y con los del instrumento de ayuda comunitario para la pesca; - analizar los efectos de los programas en el medio ambiente aplicando la evaluación estratégica ambiental de conformidad con la Directiva 2001/42/CE (véase el anexo II). 6.3. Evaluación de las repercusiones previstas A partir de la información incluida en los documentos del proyecto de programa, el artículo 85 del Reglamento (CE) nº 1698/2005 del Consejo exige lo siguiente: • Determinar y evaluar los objetivos cuantificados, especialmente en términos de incidencia en relación con la situación inicial Para cumplir este cometido, la evaluación a priori tiene que: 2 Los resultados de las evaluaciones a priori, así como las correspondientes recomendaciones de los evaluadores, pueden dar lugar a revisiones de los planes estratégicos nacionales. 10 - evaluar si los objetivos están cuantificados de forma válida y verificable, que permita el posterior seguimiento y evaluación del programa, en particular respecto a la utilidad y sostenibilidad de éste; - evaluar la correcta aplicación de los indicadores comunes de base y la utilidad de los indicadores de base específicos del programa, así como de los indicadores de las repercusiones específicos del programa que reflejen los objetivos y circunstancias específicos de un programa en cuestión; - evaluar las repercusiones previstas de las medidas comparándolas con la situación inicial; en este sentido, la evaluación a priori debería prestar especial atención a la verificabilidad de las repercusiones de las medidas en cuestión. - verificar el funcionamiento de los mecanismos de recogida de datos con el fin de asegurar un seguimiento regular de las tendencias durante las diferentes fases del programa reflejadas en los indicadores aplicados. 6.4. Evaluación de los procedimientos de aplicación propuestos, incluidos seguimiento, evaluación y gestión financiera En relación con la evaluación de la aplicación práctica de las medidas de desarrollo rural, el sistema de seguimiento y evaluación y el mecanismo que garantiza una adecuada gestión financiera de los programas de desarrollo rural, el artículo 85 del Reglamento (CE) nº 1698/2005 establece la siguiente exigencia: • Determinar y evaluar la calidad de los procedimientos de aplicación, seguimiento, evaluación y gestión financiera Para cumplir este cometido, la evaluación a priori tiene que: - evaluar las disposiciones de aplicación para gestionar, seguir y evaluar el programa centrándose en garantizar una gestión correcta y eficaz; esto incluiría una evaluación del riesgo resultante de posibles estrangulamientos que podrían impedir la aplicación del programa, y recomendaciones para medidas preventivas; - garantizar, respecto a la evaluación, que los objetivos y los indicadores referentes a ellos se aplican de forma válida para constituir una base apropiada para el seguimiento y la evaluación del rendimiento; - analizar las dificultades en la puesta en práctica y los incidentes cruciales, a la luz de la experiencia adquirida durante los periodos de programación anteriores; - evaluar la calidad y el alcance de las disposiciones relativas a la cooperación, incluido el fomento de la igualdad entre hombres y mujeres. 11 7. Informes En la página siguiente figura un esquema indicativo de un informe de evaluación a priori. Dicho informe de evaluación a priori deberá adjuntarse como anexo al documento de programación de desarrollo rural que se enviará a la Comisión. 12 Anexo 1: Esquema indicativo de un informe de evaluación a priori 1. Introducción - 2. Finalidad del informe de evaluación a priori Estructura del informe de evaluación a priori Principales fuentes de pruebas y de información Referencia a evaluaciones, auditorías, estudios o informes de intervenciones semejantes Problema que prevé afrontar el proyecto de programa A partir de una apreciación crítica del análisis SWOT, identificación y descripción de: - 4. Objetivos que el proyecto de programa prevé alcanzar - 5. Objetivo general de la política en términos de repercusiones previstas Objetivos generales, específicos y operativos, y resultados previstos Para medir el progreso se proponen indicadores de base y de repercusiones Coherencia entre los objetivos del programa y el plan estratégico nacional Indicadores de base y de repercusiones propuestos para medir el éxito de los proyectos de programas y evaluación de su aplicación Medidas propuestas - 6. Problemas, riesgos y necesidades en una zona del programa correspondiente en términos de criterios sociales, económicos y ambientales Fuerzas motrices, puntos fuertes y posibilidades en una zona del programa afectada Causas de disparidades señaladas Determinación de los grupos destinatarios de la intervención y de sus necesidades Problemas no abordados por la aplicación del programa Conclusiones extraídas y pruebas tenidas en cuenta al concebir el proyecto de programa Situación inicial (necesidades y objetivos) para las intervenciones previstas Medidas aplicadas para lograr los objetivos del programa Lógica de la intervención de cada medida aplicada Equilibrio entre las medidas aplicadas a la vista de los objetivos perseguidos Repercusiones positivas y negativas previstas de las medidas que se han de aplicar - Repercusiones previstas de las medidas que se han de aplicar (sociales, económicas y medioambientales) Repercusiones previstas a largo plazo Posibles conflictos entre diferentes repercusiones Partes interesadas afectadas (positiva o negativamente) por el programa 13 7. Valor añadido de la intervención de la Comunidad - 8. Contribución para lograr la rentabilidad - 9. Subsidiariedad y proporcionalidad tenidas en cuenta en la propuesta Referencia del proyecto de programa a objetivos comunitarios Complementariedad y sinergias del proyecto de programa con otras intervenciones Nivel de resultados adicionales («marginales») que pueden atribuirse al proyecto de programa Hipótesis en las que se basan los gastos del proyecto de programa Costes financieros y de recursos humanos del proyecto de programa Valoración de la posibilidad de que los resultados previstos puedan conseguirse con un coste inferior Seguimiento y evaluación - Aplicación del sistema de seguimiento y evaluación Indicadores que han de usarse para medir medios y recursos, realizaciones, resultados y repercusiones Sistema aplicado para recabar, almacenar y procesar los datos del seguimiento 10. Informe medioambiental3 3 El anexo 2 de las presentes directrices facilita información sobre el modo de realizar la evaluación estratégica ambiental. 14 Anexo 2: Evaluación a priori y evaluación estratégica ambiental 1. Contexto La Directiva 2001/42/CE, relativa a la evaluación de los efectos de determinados planes y programas en el medio ambiente (la llamada «Directiva de la evaluación estratégica ambiental» (EEA)) tiene como objetivo (artículo 1) «conseguir un elevado nivel de protección del medio ambiente y contribuir a la integración de aspectos medioambientales en la preparación y adopción de planes y programas […], garantizando la realización […] de una evaluación medioambiental de determinados planes y programas que puedan tener efectos significativos en el medio ambiente». Aunque los programas cofinanciados con arreglo al Fondo Europeo de Orientación y de Garantía Agrícola (basados en el Reglamento (CE) nº 1257/1999) estaban exentos de la aplicación de la Directiva EEA, dicha exención no se aplicará a los futuros programas de desarrollo rural que se financiarán con arreglo al nuevo Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural a partir del año 2007 (basados en el Reglamento (CE) nº 1698/2005). Para afianzar más la integración de la cuestión medioambiental en los programas de desarrollo rural y al objeto de evitar la duplicación del trabajo, la evaluación ambiental exigida por la Directiva EEA se integrará directamente en las evaluaciones a priori de los programas de desarrollo rural. En este sentido, el artículo 11, apartado 2, de la Directiva EEA establece lo siguiente: «Para aquellos planes y programas para los que existe obligación de efectuar una evaluación de sus efectos en el medio ambiente a la vez en virtud de la presente Directiva y de otras normas comunitarias, los Estados miembros podrán establecer procedimientos coordinados o conjuntos que cumplan los requisitos de la legislación comunitaria correspondiente, con objeto, entre otras cosas, de evitar la duplicación de las evaluaciones». 2 Requisitos de la Directiva EEA La obligación legal de realizar una evaluación medioambiental de los programas de desarrollo rural se establece principalmente en el artículo 3, apartado 2, letra a), de la Directiva EEA, conforme al cual serán objeto de la evaluación medioambiental todos los planes y programas4 que se elaboren con respecto a la agricultura, la silvicultura, la pesca (y algunos otros sectores) y que establezcan el marco para la autorización en el futuro de proyectos enumerados en la Directiva de las evaluaciones del impacto ambiental5. Además, el artículo 3, apartado 2, letra b), exige que se elabore una evaluación ambiental para los planes y programas que requieran una evaluación conforme a lo dispuesto en los artículos 6 o 7 de la Directiva de los Hábitat6, mientras que el artículo 3, apartado 4, incluye en el ámbito de aplicación de la Directiva los planes y programas que establezcan un marco para la autorización en el futuro de proyectos, no incluidos en la Directiva de la evaluación del 4 Incluidos los cofinanciados por la Comunidad Europea. 5 En el caso de los programas de desarrollo rural, el anexo II de la Directiva 85/337/CEE (la Directiva sobre el impacto medioambiental) hace referencia a «proyectos de agricultura». En este sentido, cabe señalar que los Estados miembros pueden pedir a los responsables de proyectos individuales que realicen evaluaciones del impacto ambiental específicas a nivel de los proyectos individuales. 6 Directiva 92/43/CEE. 15 impacto ambiental o en los sectores mencionados en el artículo 3, apartado 2, letra a), y que puedan tener efectos medioambientales significativos. La evaluación estratégica ambiental exigida por la Directiva EEA ha de adoptar la forma de un informe medioambiental y centrarse, entre otras cosas, en los efectos significativos probables en el medio ambiente de los programas de desarrollo rural. La información que debe facilitarse al respecto en el informe se detalla en el anexo I de la Directiva EEA. La Directiva EEA exige también que se consulte a las autoridades competentes en materia medioambiental de los Estados miembros, así como al público (incluidas las correspondientes organizaciones no gubernamentales) susceptible de verse afectado, o que tenga un interés, por los efectos medioambientales de la aplicación del programa. Si procede, habrán de garantizarse también consultas transfronterizas. Las consultas han de permitir expresar opiniones con tiempo suficiente acerca del proyecto de programa y del informe medioambiental. Por último, es necesario que las disposiciones para el seguimiento garanticen que se sigue el curso de los efectos significativos de la aplicación del programa. Las autoridades del programa son plenamente responsables de la calidad del informe medioambiental, así como de realizar las consultas, de tener en cuenta el informe medioambiental y los resultados de las consultas en el proceso de toma de decisiones y de facilitar informaciones sobre la decisión. 3. Integración de los requisitos de la Directiva EEA en la evaluación a priori El Reglamento (CE) nº 1698/2005 del Consejo, relativo a la ayuda al desarrollo rural a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), contempla para el nuevo periodo de programación 2007-2013 una evaluación medioambiental global que ha de ser realizada por los Estados miembros en el marco de la evaluación a priori de cada programa de desarrollo rural. Como parte del desarrollo de la estrategia del programa, se exige a los Estados miembros que evalúen la situación actual en la zona geográfica que puede verse afectada por el programa, utilizando datos cuantificados y destacando los puntos fuertes y las deficiencias, las disparidades, las necesidades y las lagunas, así como las posibilidades para el desarrollo rural a partir de los indicadores de base pertinentes. En el caso del medio ambiente y la gestión del suelo, el proyecto de normas de desarrollo prevé los requisitos siguientes: «Medio ambiente y gestión de tierras: dificultades que padecen las explotaciones situadas en zonas en peligro de abandono y marginación; descripción global de la biodiversidad, especialmente de la vinculada a la agricultura y la silvicultura, incluidos los sistemas agrícolas y forestales de elevado interés natural, situación en que se encuentra la aplicación de las directivas de Natura 2000 en las explotaciones agrícolas y las zonas forestales; descripciones de la calidad y la cantidad de las aguas, papel de la agricultura en el empleo y la contaminación del agua y aplicación de la Directiva sobre nitratos y la Directiva marco del agua; contaminación atmosférica y cambio climático y vínculos con la agricultura: emisiones de gases de efecto invernadero y de amoniaco y vínculo con los diferentes planes de acción e iniciativas adoptados por los Estados miembros o regiones para contribuir a alcanzar los objetivos internacionales, entre ellos el código de buenas prácticas 16 para reducir las emisiones de amoniaco (Convenio sobre la Contaminación Atmosférica Transfronteriza a Gran Distancia); utilización de la bioenergía; descripciones de la calidad del suelo (erosión hídrica y eólica, materia orgánica y contaminación) y protección, uso de plaguicidas, agricultura ecológica y bienestar de los animales; dimensión de las zonas forestales de protección y protegidas, zonas forestales con riesgo elevado o medio de incendio, cambio medio anual de la cubierta forestal. A las descripciones anteriores las acompañarán datos cuantificados». Los temas medioambientales prioritarios respecto de los cuales está previsto que los Estados miembros elaboren medidas de desarrollo rural adecuadas se fijan en las «Directrices estratégicas comunitarias de desarrollo rural (período de programación 2007-2013)», en las que se definen tres ámbitos de prioridad a escala de la UE, a saber: biodiversidad y preservación de los sistemas agrarios y forestales de gran valor medioambiental, agua y cambio climático. A la luz de los requisitos de la evaluación estratégica ambiental, los Estados miembros también han de tener en cuenta cualquier otro aspecto medioambiental de los programas de desarrollo rural que pueda afectar al medio ambiente7. Así pues, tres de los principales cometidos de la evaluación a priori son: (1) Evaluar la solidez del análisis de la situación inicial, determinar las necesidades y definir la estrategia (correspondiente a las letras a) a e) del anexo I de la Directiva EEA). (2) Analizar los efectos previstos en el medio ambiente de los programas de desarrollo rural, en relación con los ámbitos de prioridad arriba citados, pero también en relación con las demás cuestiones medioambientales pertinentes (correspondiente a las letras f) a h) del anexo I de la Directiva EEA). (3) Como en una gran variedad de medidas (p. ej. la ayuda a la inversión, las indemnizaciones compensatorias en zonas desfavorecidas o las medidas agroambientales), en que se exige explícitamente el cumplimiento de las normas obligatorias, es preciso que la evaluación ambiental determine también la conformidad o los conflictos de las medidas en relación con dichas normas medioambientales (correspondiente a las letras f) a h) del anexo I de la Directiva EEA). El «marco común de seguimiento y evaluación» establece las disposiciones para que se fijen los pertinentes indicadores medioambientales de base para la medición y evaluación del progreso a lo largo del tiempo en estos ámbitos prioritarios (coherente con la letra i) del anexo I de la Directiva EEA): – Para el análisis de la situación inicial, se ha establecido una extensa lista de indicadores referentes al contexto y a las repercusiones. – Para la evaluación de los efectos ambientales de los programas, se han establecido para cada programa cuatro indicadores medioambientales comunes obligatorios, destinados específicamente a la evaluación de las repercusiones de los programas de desarrollo rural en la biodiversidad, las zonas de alto valor natural, la calidad del agua y el cambio 7 En el anexo II de la Directiva EEA figuran en detalle los criterios para determinar la posible significación de los efectos del programa en el medio ambiente. 17 climático. Además, los Estados miembros elegirán indicadores adicionales a partir de una lista preestablecida o añadirán indicadores adicionales referentes al programa si lo consideran necesario para cubrir los efectos medioambientales de medidas específicas. – 4. Más allá de su uso para la evaluación estratégica ambiental en el marco de las evaluaciones a priori, estos indicadores permitirán, durante todo el ciclo de vida del programa, un seguimiento continuo de la situación medioambiental en la zona del programa. Lo que hay que hacer Para cumplir plenamente los requisitos de la Directiva EEA y los requisitos correspondientes derivados del Reglamento del FEADER, las autoridades responsables de la programación tendrán que garantizar lo siguiente: – La evaluación medioambiental de los programas de desarrollo rural se llevará a cabo a nivel del programa y por lo tanto se centrará en la zona geográfica que cubra el programa. El informe medioambiental obligatorio estará integrado en un capítulo específico del informe de la evaluación a priori. – La evaluación a priori será llevada a cabo por evaluadores independientes. En el marco de los procedimientos de contratación pública para la selección de evaluadores independientes, los Estados miembros deberán tener en cuenta los requisitos necesarios en cuanto a competencia en el ámbito del medio ambiente. Ésta tendrá que estar convenientemente detallada en los pliegos de condiciones de la evaluación a priori. – Las autoridades responsables del programa gestionarán las consultas de las «autoridades competentes en materia medioambiental», «el público afectado o susceptible de verse afectado, o que tenga un interés, en la toma de decisiones», así como las consultas transfronterizas. Los evaluadores participarán en el proceso de consulta a petición de las autoridades competentes del programa. – Los evaluadores evaluarán los efectos previstos sobre el medio ambiente de los programas de desarrollo rural, en particular, pero no sólo, en relación con los tres ámbitos de prioridad señalados por las «Directrices estratégicas comunitarias de desarrollo rural (período de programación 2007-2013)». – De conformidad con el requisito de respetar la normativa medioambiental obligatoria, es preciso que los evaluadores evalúen la forma en que los Estados miembros han garantizado la conformidad de los programas respecto a dicha normativa (o han evitado conflictos con ella). – Los evaluadores también evaluarán la probabilidad de que el marco normativo medioambiental en vigor (incluidos la condicionalidad, las normas medioambientales mínimas, etc.) mitigue cualquier efecto negativo en el medio ambiente de la aplicación del programa. – Los evaluadores apoyarán la determinación de indicadores referentes al medio ambiente y los evaluarán, así como el sistema creado para evaluar los efectos en el medio ambiente de los programas de desarrollo rural y propondrán modificaciones, si procede. 18 – Las evaluaciones medioambientales realizadas en el marco de las evaluaciones a priori tienen que incluir, de conformidad con el anexo I de la Directiva EEA, la información exigida por ésta y enumerada en el recuadro que se adjunta a las presentes directrices. 19 Anexo I de la Directiva 2001/142/CE (Directiva EEA) a) un esbozo del contenido, objetivos principales del plan o programa y relaciones con otros planes y programas pertinentes; b) los aspectos relevantes de la situación actual del medio ambiente y su probable evolución en caso de no aplicación del plan o programa; c) las características medioambientales de las zonas que puedan verse afectadas de manera significativa; d) cualquier problema medioambiental existente que sea importante para el plan o programa, incluyendo en particular los problemas relacionados con cualquier zona de especial importancia medioambiental, como las zonas designadas de conformidad con las Directivas 79/409/CEE y 92/43/CEE; e) los objetivos de protección medioambiental fijados en los ámbitos internacional, comunitario o del Estado miembro que guarden relación con el plan o programa y la manera en que tales objetivos y cualquier aspecto medioambiental se han tenido en cuenta durante su elaboración; f) los probables efectos significativos8 en el medio ambiente, incluidos aspectos como la biodiversidad, la población, la salud humana, la fauna, la flora, la tierra, el agua, el aire, los factores climáticos, los bienes materiales, el patrimonio cultural incluyendo el patrimonio arquitectónico y arqueológico, el paisaje y la interrelación entre estos factores; g) las medidas previstas para prevenir, reducir y, en la medida de lo posible, compensar cualquier efecto negativo importante en el medio ambiente de la aplicación del plan o programa; h) un resumen de los motivos de la selección de las alternativas contempladas y una descripción de la manera en que se realizó la evaluación, incluidas las dificultades (como deficiencias técnicas o falta de conocimientos y experiencia) que pudieran haberse encontrado a la hora de recabar la información requerida; i) una descripción de las medidas previstas para la supervisión, de conformidad con el artículo 10; j) un resumen de carácter no técnico de la información facilitada en virtud de los epígrafes precedentes. 8 Estos efectos deben comprender los efectos secundarios, acumulativos, sinérgicos, a corto, medio y largo plazo, permanentes y temporales, positivos y negativos. 20