Para saber más sobre la música romana

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Veamos ahora las características y modalidades del canto monódico cristiano.
Trascripción de página de red.
http://www.diprinzio.net/consort/
La música Romana. Renato de Prinzio
Profesor, músico, investigador e integrante del grupo Di Prinzio Consort. Música medieval,
renacentista y ahora también "MUSICA del IMPERIO ROMANO", único grupo en España
sobre esta música. (Argentino radicado en España)
“Ninguna pieza musical romana ha llegado hasta nosotros, a excepción de un breve fragmento de
una comedia de Terencio llamada Hecyra de la primera mitad del siglo II a.C., pero contamos
con muchos tratados musicales de la época que nos permiten conocer la teoría musical greco
latina.
Se sabe que desde los tiempos de la monarquía se practicaba un tipo de canto solístico y coral
monódico, pero nada ha quedado de ellos a excepción de algunos textos fragmentarios. Los
sacerdotes Arvales y salios practicaban estos tipos de cantos (Carmen Fratrum Arvalium del
culto a Ceres y Carmen Saliare a Marte). Había cantos conviviales de contenido épico-histórico
(carmina convivalia), para festejar a los generales victoriosos (carmina triumphalia) y para los
funerales (nennie).
La vida agrícola con su calendario determinaba celebraciones de carácter ritual donde la
improvisación prevalecía; también eran comunes las sátiras en las que se ponían de relieve la
interacción con el público. El instrumento por excelencia eran las tibiae, flautas equivalentes a
los auloi griegos. Un dato importante lo encontramos a partir del año 389 de la fundación de
Roma (364 a.C.) con la institución de los Ludi Scenici para aplacar los estragos de la peste. Los
Ludiones, actores etruscos, danzaban al son de las tibiaes. Los romanos imitarán estas danzan y
le agregaran melodía vocal disímil de la melodía de las flautas. Estos incipientes artistas eran
llamados Histriones que significan bailarines en etrusco.
Luego de la primera guerra púnica Roma entra en contacto más directo con la cultura griega de
la Italia meridional, y a partir de este momento se abandona rápidamente los antiguos géneros de
espectáculos improvisados. Comienzan a aparecer las comedias y tragedias griegas traducidas al
latín, sobre todo las de Eurípides y Filemón. No es de extrañar que el primer gran autor del teatro
romano fuese un griego de Tarento, Livio Andrónico llevado como esclavo y luego liberado, con
él surgen los primeros grandes poetas latinos como Nevio, Ennio, Plauto, Terencio, Accio...
quienes serán los más altos exponentes de la vida cultural de Roma en los siglos III y II a.C.
Como ya sucedía en Grecia, en Roma también se tomaban grandes libertades a la hora de
representar obras. Estas al ser traducidas las variaban considerablemente sustituyendo partes de
una obra dada, con otras del mismo autor o de otros; también era practica común crear partes
enteras mezclando géneros y formas distintas.
La música tenía un papel importantísimo en las representaciones teatrales. Las partes cantadas
eran acompañadas de tibiae, que podían ser simples o dobles. Las tibiae pares tenían la misma
afinación; las tibiae impares estaban afinadas a octavas una de la otra.
A diferencia de las representaciones en Grecia, en el teatro romano no se utilizaba el coro
(aunque unas pocas obras se sirven de él) las partes recitadas (deverbia) eran seguidas de partes
cantadas (cantica) por un solista o dúo. En los intermedios de los distintos actos se ofrecían
interludios musicales a cargo del tibicen. En el verso 573a del Pseudolus de Plauto se halla esta
frase: "tibicen vos interibi hic delectaverit" (El flautista os habrá deleitado en el intermedio).
Con la caída de Corinto en el año 607 de Roma (146 a.C.) toda Grecia es dominada por la nueva
potencia romana, este hecho trajo una masiva afluencia de los más ilustres personajes de la vida
cultural griega que se instalaron en la capital donde las condiciones eran mucho más favorables.
Estos artistas eran muy apreciados y las clases más pudientes solicitaban la instrucción para sus
hijos con estos notables artistas. Inevitablemente hubo voces criticando este estado de cosas que
llevaban a una helenización cada vez más intensa de las costumbres romanas, esto llevo a los
censores Cecilio Metelo Delmático y Cn. Domicio Enobarbo en 658 (115 a.C.) a redactar un
edicto donde se ponía freno al virtuosismo de la música que los griegos traían, y a utilizar
instrumentos poco comunes en la cultura musical romana favoreciendo el uso de las tibiae. Ni
con estas medidas excepcionales se logro cambiar la nueva corriente helenizante en la música.
Los romanos no hicieron ninguna aportación a la teoría griega de la música, solo siguieron sus
pasos. El séptimo libro del Disciplinae de Varrón, su obra enciclopédica, era el De Musica, hoy
completamente perdido, pero conocemos indirectamente la importancia que tuvo, ya que era
nombrado y comentado por otros tratadistas romanos como Marciano Capella o Macrobio.
Luego de Terencio y Accio la tragedia y la comedia pierde progresivamente espacio escénico en
favor del virtuosismo a cargo de los comoedi y los tragoedi destacándose Esopo y Roscio. Esta
nueva admiración por parte del público de la destreza virtuosística de los ejecutantes dio pie en el
siglo I a.C. a la aparición de los géneros del mimo y la pantomima, centrado en la interpretación
de un solista. El mimo era una representación cómica-burlesca de un hecho cotidiano o
mitológico donde el actor ofrecía sus dotes virtuosísticas con palabras, movimientos y danzas
acompañado por un tibicen.
La pantomima creada por Pilades de Cilicia hacia el 731 (22 a.C.) se nutría de la mitología o la
historia para representar parodias con acciones mímicas-coreográficas donde la música era
confiado al coro y a una orquesta que podía contar con muchos músicos con todo tipos de tibiaes,
khitaras, percusión... También eran usuales conciertos con grandes masas corales y gran orquesta
donde se utilizaban también instrumentos de carácter militar como la tuba, el cornu, el lituus, la
buccina o el hidráulis el potente órgano hidráulico.
Con el imperio se generaliza la inmigración proveniente de todo el imperio. En lo que atañe a
música fueron importantes los elementos nuevos de Siria y Egipto o de España las danzarinas
gaditanas con sus movimientos lascivos. Nuevamente aparecen corrientes en contra de esta
nueva "mezcla de culturas" en detrimento de la cultura greco-latina y vuelven a resurgir viejos
estilos virtuosísticos como la Khitarodia (khitara y voz) y la Khitaristica (khitara solista).
Algunos emperadores instituyeron nuevos certámenes y competiciones y algunos de ellos
llegaron a ser virtuosos como Nerón o Adriano. En la Vita Carini se cuenta que en el año 1037
(284 d.C.) el emperador Carino organizó un concierto con cien tubicines, cien cornucines y
doscientos tibicines.
La música en los cultos nuevos y viejos tenía un papel importante. En el culto a Cibeles se
empleaban auloi de diversos tamaños que ejecutaban melodías frigias acompañados de címbalos,
tympanon. Para el culto de Isis se utilizaba un nuevo instrumento llamado sistro que utilizaba
láminas de metal. Este culto que se popularizó en Roma luego de la anexión de Egipto en 722
(31 a.C.) dio a conocer en Roma la música de la tierra del Nilo.
En los espectáculos circenses y del anfiteatro se utilizaba una orquesta a veces compuestas
por muchos músicos que empleaban instrumentos de sonoridad potente y militar. El
hidráulis, órgano hidráulico inventado en el siglo III a.C. por Tesibio de Alejandría, tenía
gran potencia que lo hacía ideal para tocar en grandes espacios, era acompañado de tuba y
cornu además de instrumentos de percusión.”
Relieve representando la contienda musical entre Marsias y Apolo, éste
último que aparece ataviado de khitarista vence a su adversario, virtuoso
del aulos.
Obra de Praxiteles en Mantinea.
Grupo de vientos romanos.
Se distinguen dos tipos de instrumentos: Cornu, tocado por 3 músicos en
el dibujo y uno con una pequeña tuba que parece ser el que los dirige.
Este último lleva su mano derecha a la salida de la corneta para variar la
altura del sonido.
Las legiones contaban con muchos de estos músicos, por ejemplo la III
Augusta estaba formado por 39 tubicines (trompetas ) y 36 Cornicines
(Cornu)
Tocadora de Barbitos, era una lira de timbre grave. Se servía de una
caparazón de tortuga como caja de resonancia.
Se le utilizaba mucho en bacanales para acompañar a los cantantes. Era el
único instrumento de cuerdas utilizado en el culto a Bacco. Parece ser que
comienza a ser utilizado a partir del siglo VII a.C.
Fragmento de mosaico de una Villa cerca
representa unos juegos gladiatorios donde se
a un lado de la arena. Dicho conjunto esta
(órgano hidráulico) un ejecutante de tuba
sentados. Siglo I d.C.
de Trípoli en África, este
ve a la " orquesta " tocando
compuesto por un hidraulis
(de pie) y dos con cornu
Este excepcional mosaico de Siria data del siglo IV d.C. y muestra a un
grupo de muchachas tocando diversos instrumentos musicales. Se aprecia
un órgano en la parte izquierda junto a una muchacha que toca doble
flauta (auloi) un aKhitara y lo más llamativo, un juego de platos, al
parecer metálicos, seguramente afinados a diferentes alturas tocados con
palillos como si fuera una especie de xilófono.
Esta pieza única se encuentra en el museo de Hama.
Fragmento de una decoración escultórica de un monumento fúnebre de
Amiternum en las proximidades de L'Aquila en los Apeninos centrales. Un
grupo de hombres llevan al difunto que parece estar dormido. La comitiva
es precedido por los músicos donde se ven a cuatro individuos debajo
tocando dobles flautas (tibicines) tres de lado y uno de frente, dos con
cornu (cornucines) y delante de estos un músico tocando un lituus. Siglo I
d.C.
El fragmento de papiro del III siglo a.C. de la tragedia Orestes Stasimon
de Eurípides (a la derecha, copia romana de original griego) contiene el
primer canto coral de la obra.
Relieve con escena de banquete en el que la esposa toca una especie de
laúd.
Fecha de búsqueda: junio de 2004.
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