NOTAS PARA EL ROMANCE DE DOÑA ALDA por l\1aría Langcr y Tristán FcrnánJez 1 Las anotaciones quc siguen llcnte yacimiento mitos de la humanidad. Decía Freud dc la prehistoria sus errores, mado que para que cl material de un pueblo la realidad sobre influencia de todas las fuerzas a pesar y constituye y muy hemos examinado tres versiones: deshacer, año 1928, p. lO9; b, recogida cero español, ed. Aguilar, PAUL BENlcHou en "Revista Madrid, en su estudio de Filología año y bajo la aún en la descubrir uno de los más bellos a, transcripta de la poesía por MENÉNDEZ PIDAL de Archivos, Bibliotecas 1934, p. Buenos 171, Y c, comentada judeo-españoles trescientas damas con ella para bien la acompañar: todas todas todas todas visten un vestido, calzan un calzar, comen a una mesa, comían de un pan. y Aires, año por de Marruecos 1944, t. VI, p. 350. He aquí las versiones: a En París está doña Alda, la esposa de don Roldán, detrás por LUIS SANTULLANO en Roman- sobre Romances Hispánica", ha for- por el conocimiento podríamos en su Flor nueva de romances 'viejos, ed. "Revista Museos", primitiva importantes y de (1). histórica de doña Alda, que el pueblo de su época tales deformaciones, la verdad romance c interpretaciones de sus deformaciones aquello por entonces y los son las leyendas tradiciones que si pudiéramos actuales, legendario, Del trágico española, entraña, poderosos y -agregaba- del material de leyendas, del pasado a ese rico y bu- una aproximación psicoanalítica la base de los acontecimientos de motivos actualidad, intentan la atención 1.as ciento hilaban el oro, las ciento tejen cendal, ciento tañen instrumentos para a doña Alda alegrar. Al son de los instrumentos doña Alda adormido se ha; ensoñado había un sueño, un sueño de gran pesar. Despertó despavorida NOTAS PARA EL ROMANCE DE DOÑA ALDA con un dolor sin igual, Ios gritos daba tan grandes se oían en la ciudad. -¿Qué es aquesto, mi señora, qué es lo que os hizo mal? -Un sueño soñé, doncellas, que me ha dado gran pesar: que me veía en un monte, en un desierto lugar, y de so los montes altos un azor vide volar; tras dél viene una aguililla que lo ahincaba muy mal. El azor con grande cuita metióse so mi brial; el águila con gran ira de allí lo iba a sacar: con las uñas lo despluma, con el pico lo deshace. Allí habló su camarera, bien oiréis lo que dirá: -Aquese sueño, señora, bien os lo entiendo soltar: el azor es vuestro esposo, que de España viene ya; el águila sodes vos, con la cual ha de casar, y aquel monte era la iglesia donde os han de velar. -Si es así, mi camarera, bien te Jo entiendo pagar. Otro día de mañana cartas de lejo le traen; tintas venían de fuera, de dentro escritas con sangre, que su Roldán era muerto en la caza de Roncesvalles. Cuando tal oyó doña Alda muerta en el suelo se cae. b En París era doña Alda la esposica de Roldane; trescientas damas con ella, todas de alto y buen linaje; las ciento eran de Francia, las ciento de Portugale ... -Un sueño soñé, mis dueñas, cual en bien me lo solvadis; la que bien me lo solviere, buen marido la he de dare; la que mal me lo solviere, matarla he con mi puñale ... En esa sala de arriba negra garza vi volare; las alas tiene quebradas, de su pico corre sangre y un gavilán detrás de ella que la quería matare. -Le ha matado un oficiale por valiente y liberale. Como eso oyera doña Alda, muerta quedó en el lugare. e En París está doña Alda, la espozica de Rondale, rressienras damas con eya, todas de alto y huen linaje. Las siento eran de Fransia, las siento de Portogale, las siento eran de París, de París la natura'e. Las siento hilaban oro, las siento tejen sedale, las siento tañen torneos para doña Alda folgare. Al son de los estrurnentos doña Alda dormida cae; recordó despavorida con un pavor y atán grande: -Un sueño soñí mis dueñas, la que bien me le soltare, huen marido la he de dare; la que no me le soltare, matarla con mi puñale. Todas responden a una: -Bien será y bien se harále. 721 REVISTA 722 -En DE PSICOANALISIS la sangre, la mi señora, será huestro caronale. Eyas en esas palabras, aquel xaral de arriba, un ave vidi volare: de sus alas caen plumas, de su pico corre sangre; un gavilán detrás de eya que la quería matare. -Las plumas, la mi señora, aves que vais a matare; vendrá Rondal de la guerra, bodas son que vais a armare; El erudito Menéndez un paje a la puerta bate: -¿Qué a.brisias me traes, paje, de mi esposo don Rondale? -Las albrisias que te traigo, no te las quisiera dare: que en las guerras de León mataron a don Rondale. Pidal, cantar de gesta español del siglo en su trabajo XIII (2), Roncesualles, un nuevo practica un agudo y concluyente estudio sobre los orígenes de nuestro romance de doña Alda, que no deben buscarse, como es la opinión de algunos comentaristas, en la Cbanson de Roland, sino, precisamente, en auténtica fuente española. Interesa destacar que tanto en el romance que comentamos versiones posteriores como en las de la Cbanson de Roland se observa parecido proceso de dramatización y complicación muerte de Alda. La situación de un episodio del cantar que ha dado origen a nuestro romance de gesta: la se reduce a lo siguiente: Alda, prometida de Roldán, muere al saber que éste ha muerto. Tal muerte de amor, sin agente material que la produzca, nos recuerda la de Isolda y la de Pentesilea. En la Cbanson de Roland, en la versión Oxford, la más antigua que se conoce, la muerte de Alde se relata sin ninguna clase de agregados dramáticos (*). Pero, como señala Menéndez Pidal, esa estrofa y la subsiguiente que relata su entierro, son el primer paso de una corriente de refundición relativa a Alde. Con marcada insistencia el pensamiento gía a la desventurada prometida de los refundidores se diri- de Roldán, de la que el texto prmutrvo no hacía caso alguno. * Li Empererc est repairicz d'Espaigne, E vicnr ad Ais, l'meillur sicd de France. Munter el' palais, es venuz en la sale. As Ji venuc, Alde, une bele dame. <;:0 dist a i'Rci. "U est Rollanz Ji catanies, Ki me jurar cume sa pcr prendre?" Caries en ad e dulur e pesance, P'urer des vilz, tirer sa barbe blanche: a a Volvió el Emperador de España, y llegó a Aix, el mejor lugar de Francia, subió al palacio, entró en la sala. Una hermosa doncella, Alda, vino hacia él y le dijo: "¿Dónde está Roldán el capitán que me juró tomarme por esposa?" Carlos siente gran dolor, lloran sus ojos, mesa su blanca barba: 7" , NOTAS PARA EL ROMANCE DE DOÑA ALDA En el estudio citado, Menéndez Pidal transcribe -) las partes pertinentes de la versión rimada del Roland que se refieren al sueño telepático de Alde: Ennuit sire, soniai fait et part eest Aneor avis songe me et s'est un vint faueonet moi me porta Si eom je fui m'ot puis vint un aiglc sor s'asist, que m'a devant puis ella, ese sueño ante Luego me tomó le pui et lcvée, donde er emplumée, vino, luego, sobre mí como si yo entre ma mamelle En acovcrclée la mer enrréc. si rn'a si mal senestre mené" que espeso. con fuí el halcón sus garras llevada águi'a se posó, un monte, parecido. al monte de y me hubiera dejó, se llevó sobre vi nada me arrebató un me volando mí ... nunca cuanto Cuando en a portee. dolorida y apenada. sueño: volando dejó, en son guerpie, portée, muy vino hacia mí un halconeito guerpie hidose otro y se posó allí me estoy preocupada en un bosque y así me levó vi sanhanr. pesado, que después estaba Primero volant, ncn y por vi que ... tan dice Vino plenicr, soñé señor, volant un pui si m'a corn se je fusse bois saissimaintenant, aine o li falcons un en mon en son la me guerpi, Quant eneombrier: en ses piez moi ct pcnée. altrc un Anoche adolée q'cstoie asis sor si m'en pesanr SI mult travail.éc m'avint Primer songe je suis m'estoit entre un elle, y dejó, horrible entrado quedé mi pecho plumaje, cubrió, en el mar. tan maltratada izquierdo. Puede verse que en esta versión francesa aparecen elementos casi idénticos a los que intervienen en el romance español. En este último, embargo, la lucha se traba sólo entre las aves, no sufriendo consecuencia. También "Socr, chere "Jo t'en "C'cst amie, durrai Locwis, "11 est mis Aldc "Ne "Apres Pcrt mielz filz respunt: placer Rollant Sernprcs mort esforcict que chiet est mortc, me demandes. ne sai jo qu'cn moz jo mes mei ne ses seinz vive as piez a pesar del angustiantc "Hermana, querida parle pero quiero compensar preguntas csr cstranges. te daré a Luis, es mi hijo remaigne!" Alela Carlernagne, de l'anme! 3.705-3.71 1 tr.inscriptos año con por 1903, t. nada y heredero responde: no querrá que yo .\lFl'É:-;DI:z XI, por muerto, grandeza esta [pérdida; "No Dios viva p. 115.) y mejor podría decirte: de mis marcas." entiendo tus ni sus santos palabras; ni sus ánge'cs, sin Roldán." Fila empalidece (Versos tú marches" y cae a los pies dc-Carhnrignu, y ya está muerta. cos castellanos, ed. Madrid, anuga, que el [un ne ses Anglos Deus ait mcrci favo- sentido escange: e si tiendrat "Cist Deu la culur, d'hume mo'r Alda ninguna en la versión francesa el sueño es interpretado rablemente por maestre Amaugin sueño encierra: sin PELA YO, Dios tenga piedad Antologia de de ~u almr. Poetas Liri- REVISTA 724 DE PSICOANALISIS Dame, dist il, ne vos esmaiez ja, car por le songe neguns mals ne vendrá: li fauconceauz, qui on mont vos porra, ce cst Rollant qui arsoir vos manda; e l'aigle fiere, qui iIIec vous trovva ... c'est une dame que Rollant conquerra, Hemos creído interesante Señora, dijo, no os inquietéis que por el sueño ningún mal vendrá: el halconcito que al monte os llevó es Roldán que os pidió anoche en matrimonio y el águila fiera que os encontró allí es una mujer que Roldán conquistará. completar esta brevísima noticia histórica con la conclusión de Menéndez Pidal sobre el origen del romance de doña Alda: "La magistral sencillez del Roland antiguo en nada iluminó al romance español, cuya belleza se ha frecuentemente pretendido modelo francés. o sobrepuesto a la de su Entre ambos textos se extiende la espesa y reple- gada cortina de las refundiciones, la antigua inspiración. equiparado que no dejó pasar el menor rayo de luz de El romance español se elevó por sí solo a las altas cimas de la más pura poesía, mediante un proceso de selección y elaboración de materiales inferiores. No existe ninguno de los pasos intermedios Roland rimado y el romance española bastante prolija, español. entre el Pero si éste supone una tradición y si, por otra parte, el poema francés sirve de fuente conocida al poema español, nada más evidente .supon~r que este poema de Roncesvalles contenía también la escena de la muerte de Alda, según las refundiciones rimadas francesas, y que él es el punto de partida de la elaboración tradicional que el romance postula. II Al referirnos a la versión rimada del Roland, señalamos el parecido con el romance español en el episodio del sueño y destacamos la distinta situación de Alda. En efecto, en la versión francesa aparecen dos pájaros, uno menos agresivo que el otro (un aigle hidose et emplumée ) desempeñando doña Alda un papel pasivo y de víctima. La muerte de Roldán no aparece vinculada inmediatamente con el sueño, porque Alda no recibe la trágica noticia, como en el romance español, a continuación de la interpretación onírica. Esta nos parece acertada, pero no del todo clara. El halconcito es Roldán, novio cariñoso; pero también el águila representa a Roldán, hombre excitado y temible, que cubre a Alda en el primer coito. La pérdida del seno izquierdo significa la desfloración y, en un plano más profundo, la castración de la protagonista. Maestre Amaugin interpreta el águila como NOTAS PARA EL ROMANCE DE DOÑA ALDA 725 una mujer celosa que castiga a la novia porque advierte el temor de la virgen al primer coito; temor que generalmente está mezclado con sentimientos de culpa que provienen de situaciones infantiles. El entregarse a un hombre significa pertenecer al padre, enfrentar los celos y el castigo de la madre y separarse de ella. Esta separación se simboliza también en el sueño por la pérdida del pecho izquierdo. Los sueños de las versiones españolas tienen el mismo contenido de coito y desfloración; pero el coito se representa en forma distinta, a la vez que todo el desarrollo del sueño está más dramatizado. La interpretación camarera es inmediatamente optimista de la seguida en el romance con el anuncio a doña Al- da de que Roldán ha muerto. Esta relación simultánea entre el sueño angustioso de Alda, la interpretación optimista que del sueño hace la camarera y la noticia de la muerte de Roldán acentúa el carácter siniestro del romance (*) . Freud dice (3), que sentimos un hecho como siniestro, si es la realización inesperada de nuestros malos deseos reprimidos. Si una persona real tuviera tal sueño, supondríamos que abriga deseos de muerte contra su novio. Doña Alda muere cuando se entera de la muerte de su prometido; nuestra sospecha porque ella se castiga así por la realización de muerte hacia Roldán. esto afirma de sus deseos Intentaremos seguidamente la interpretación del sueño y buscaremos motivo de esa agresividad que advertimos en él. el En las tres versiones del romance encontramos un pájaro que persigue a otro y lo ataca. En dos de ellas, b y e, el ave perseguida tiene el pico manchado de sangre. La escena de la acción es en la versión a, un monte en un lugar desierto, en la b, una sala, en la e, un xaral; se trata, en todos los casos, de símbolos del genital femenino. La versión a, nos da, además, la interpretación global del sueño con los versos: "el azor con grande cuita-e-rnerióse so mi brial". En las versiones a y e, la camarera interpreta el sueño como representación de las futuras bodas de su señora, es decir, lo interpreta como un coito. Los dos amantes, pues, están representados por pájaros, y el coito como una lucha entre ellos. El pájaro como símbolo del pene o del hombre excitado (*) Como ejemplo de sueño profético, en el que aparecen iguales elementos simbólicos pero de contenido distinto, recordamos el de Penélope en el canto décimonono de la Odisea en que los veinte gansos cuyo cuello es quebrado por un águila de corvo pico, representan a los pretendientes y el águila a Ulises. En este caso la interpretación que en el mismo sueño se hace a Penélope refleja la realidad de lo que ha de acontecer. REVISTA 726 DE PSICOANALISIS aparecía también en la versión francesa que citamos; por otra parte, es frecuente este sentido simbólico (4). Los niños llaman al pene "pajarito"; en alemán la palabra vdgeln (pajarear) es la expresión vulgar más común para la cópula. En un poema de Tnonon STORM que a continuación reproducimos, el canto del ruiseñor simboliza la solicitud amorosa del hombre. Es que el ruiseñor ha: cantado la noche entera, y a su dulce estruendo a su sonido y resonido, se han abierto las rosas. Antes era ella una criatura ahora se entra hondo por los lleva en la mano el sombrero y soporta ca' lada el brillo del Das macht, es hat die Nachtigall Die ganze Nacht gesungcn, Da sind von ihrcm süssen Schall, Da sind von Hall und Widerha'l Die Rosen aufgesprungen. Sie war d'och sonst ein wildes Blur, Nun geht sic tief in Sinnen, .Tragt in der Hand den Sommerhut und duldet still dcr Sonne Glut Und weiss nicht, was beginncn. Das macht, es hat die Nachtigall Die ganze Nacht gesungcn! - salvaje, sentidos, de verano sol y no sabe qué hacer. Es que el ruiseñor ha cantado la noche entera. El efecto que nos causa este poema es muy distinto al del romance de doña Alda; nos deja la impresión de algo tierno y sentimental; no aparece ningún tono trágico porquc la mujer adopta una actitud dc entrega. Surge, entonces, la cuestión de por qué doña Alda reacciona con agresividad a la solicitud de su prometido, está representada y, además, de por qué ella también por un pájaro y de por qué el coito no se simboliza por un juego de amor entre pájaros y sí por una lucha. En la poesía alemana existe un sueño casi idéntico al de doña Alda, y también soñado por una virgen. ... rraumte Kriemhilden, Sie ziig cincn Falkcn, stark-, Es el de Crimilda en el Nibelungenlied . . . . Sofió Crimilda schiin- und [wilden: Den griffen ihr zwei Aare, dass sie es mochte que había criado un halcón, fuerte, hermoso [y salvaje; lo apresaron dos águilas, y ella podía vero: [sehn: lhr konnt auf dicscr Frde grosscr Leid nicht [geschehn. Sic sagt ihrcr Mutter den Traum, Frau rUten: Die wusst ihn nicht zu denten als so der guten: "dcr Falke den du ziehest, das ist ein cdlcr mayor desgracia no pudo ocurrirle en este [mundo. Ella dijo el sueño a su madre, Dama Ute, que no supo explicárselo sino de esta manera: "El halcón que criaste es un hombre gentil; [Mann: lhn wolle Gott behüten, sonst ist es bald [um ihn getan" (5). Dios quiera protegerlo; si no, al punto está [perdido." NOTAS PARA EL ROMANCE DE DOÑA ALDA Creemos interesante 727 señalar cómo el resto de la leyenda confirmará el sueño angustioso que la inicia. Sigfrido viene a la corte de Gunther para pedirle la mano de Crimil- da, su hermana; Gunther se la concede bajo la condición de que antes lo ayude a casarse con Brunilda, la reina hermosa y fuerte como "doce hombres", que prometió no casarse sino con el que la venza en tres pruebas de fuerza. A los pretendientes que fracasan los decapita. Sigfrido posee un gorro mágico que lo hace invisible; por este artificio reemplaza a Gunther y vence a Brunilda. Cumpliendo su promesa, la reina sigue a Gunther y se casa con él, pero la noche de bodas no se entrega y, por el contrario, humilla a su esposo atándolo después de una lucha violenta. Recurre nuevamente Gunther a Sigfrido, y éste, en la oscuridad, derro- ta a Brunilda, y aunque no lo dice a Gunther, se vanagloria ante su esposa, Crimilda, de que ha desflorado a la mujer de su amigo. Crimilda no guarda este secreto, ni el otro de que el invulnerable frido puede ser herido en un solo lugar de su cuerpo. Sig- La ofendida Brunilda persuade a su esposo y al vasallo Hagen para que maten a Sigfrido y así la venguen. Lo matan y es entonces su mujer, Crimilda, la que quiere vengar esta muerte; como consecuencia, en una lucha provocada por ella, en que los Nibelungos son vencidos, Crimilda decapita con su propia mano a Gunther y a Hagen; después pierde la vida. En el sueño de doña Alda y en su interpretación mente una alusión a la desfloración: encontramos única- versiones b y e, "de su pico corre san- gre" y la interpretación correspondiente: versión e, "la .sangre, la mi señora - será huestro caronale". En el sueño de Crimilda no aparece la desfloración, pero en el desarrollo de la leyenda tiene un papel importan- tísimo. Toda la tragedia de los Nibelungos se desencadena por la desfloración de Brunilda. Es Crimilda quien sueña con las aves y es Brunilda la que hace matar a Sigfrido, pero la última se entera del secreto por una indiscreción de la primera. Pensamos, por otra parte, que las dos mujeres forman una unidad. Sus nombres son casi iguales; en la primera parte de la leyenda Crimilda se aparece con un carácter distinto al de Brunilda, pero más tarde reacciona con igual orgullo y rencor. En la segunda parte, Brunilda desaparece del relato. Gunther y Sigfrido forman, también, una unidad psicológica. Inter- pretando de este modo la leyenda comprendemos mejor la trama. CrimildaBrunilda venga su desfloración matando al hombre que la ha vencido, DE PSICOANALlSIS REVISTA 728 En su trabajo El tabú de la virginidad, Freud nos da la clave de esta conducta. Nos refiere la costumbre de algunos pueblos salvajes de hacer desflorar a la novia no por su esposo sino. por otra persona (6). Por las mismas razones inconscientes ocurre a veces en la actualidad que los esposos evitan la desfloración natural y prefieren la intervención quirúrgica del ginecólogo. Freud sostiene que el primitivo crea un tabú porque teme un peligro. En este caso el peligro consistiría en atraerse la hostilidad de la mujer que, justamente, debe ser su compañera. En efecto, la. desfloración puede provocar .hostilidad en la mujer. Como razones principales Freud señala la reacción a la ofensa narcisista que significa siempre la destrucción de un órgano, para el caso, el himen, y la envidia al pene que hace vivir la desfloración como una experiencia de castración. Detrás del temor a la castración propiamente dicho puede esconderse otro más profundo. En nuestro trabajo Algunas aportaciones a la psicología de la menstruación (7), denominamos a esta angustia "temor a la castración de la genitalidad femenina". El temor de ser destruida interiormente y así esterilizada, está latente en muchas mujeres como consecuencia y castigo por su agresividad temprana contra la madre (8) y puede resurgir antes del primer coito y reforzar la angustia que éste provoca. Una mujer joven vino al análisis porque durante los dos años de matrimonio no había podido ser desflorada, negándose siempre violentamente al querer su marido introducir el pene. Me confesó que tenía la idea de que el marido puede desgarrar y destrozar a la mujer en el coito, y que no se entregaba por temor de quedar después enferma por el resto de su vida. En un sueño equiparaba la desfloración con la esterilización operatoria; el resto diurno provenía de una película antinazi, en la cual se amenazó esterilizar a una joven como castigo por querer entregarse a un enemigo. Conociendo estas fantasías y temores, resultaba .comprensible que cada vez que su marido se le acercaba con el propósito sintiera ella un intenso odio contra él. de desflorada Freud cita el sueño de una joven casada que delataba su deseo de castrar al esposo. Desde luego, esta reacción violenta a la desfloración que él deno- mina arcaica, no aparece siempre, y sólo es común en mujeres narcisistas y agresivas, que sufren de una fuerte envidia al pene. En doña Alda reconocemos fácilmente a· una mujer mandona siva; en las versiones b y e: "la que bien me lo solviere, de dare; ~ la que mal me lo solviere, - y agre- buen marido la he matarla he con mi puñale". En NOTAS PARA EL ROMANCE DE DOÑA ALDA Brunilda esta situación es muy evidente. 729 Decapita, es decir, castra a los hom- bres que la pretenden. Mientras conserva su virginidad se comporta como un hombre. En su noche de bodas lucha con el marido y lo ata. La leyenda cuenta que cuando fué desflorada perdió toda su fuerza. Ella venga su desfloración con la muerte de Sigfrido. El tema de la castración vuelve al final. El pene que la mujer pierde en su desfloración lo recupera en el hijo. En la última lucha los Nibelungos decapitan al hijo de Crimilda, y ella mata en la misma forma (castración) a Gunther y a su vasallo Hagen. Nos queda por contestar la segunda pregunta, por qué doña Alda y Crimilda son representadas en el sueño por aves, es decir, símbolos fálicos. Pero antes debemos interpretar un detalle: en tanto que en el sueño de doña Alda un ave persigue a otra, Crimilda sueña con dos águilas que persiguen halcón. Este número es probablemente sobredeterminado; sonas las que matan a Sigfrido, Hagen y Gunther; el número simbólico del sexo femenino. nilda las que indirectamente a su son dos per- pero, además, el dos es Y por último son Crimilda y Bru- causan la muerte del héroe. En Un recuerdo infantil de Leonardo de Vinci (8) Freud interpreta el recuerdo infantil del pintor de haber sido visitado de niño en su cuna por un buitre que con su cola lo golpeó entre los labios, como una fantasía en la cual el buitre representa a su madre, imaginada inconscientemente con un pene. Aquí, pues, tenemos otro ejemplo en que una mujer está simbolizada por un ave. Además, nos refiere Freud que los antiguos egipcios veneraban a una diosa materna, Mm, que, además de tener grandes senos y ostentar un falo enorme en erección, tenía cabeza de buitre. Vemos, pues, que el ave, símbolo fálico, puede representar también a la madre activa y con pene. Como demostramos antes, doña Alda y Crimilda son mujeres activas, hombrunas, que defienden su virginidad por temor de perder en la desfloración representadas su pene imaginario. Eso explica, por qué están en sus sueños de coito como aves agresivas y de rapiña (*). (*) Corno afirmación de lo dicho podría servirnos también .el sueño analizado por FREUDde la novela Gradiua. Ahí aparece un pájaro que se lleva, riéndose, una lagartija en el pico. Por la interpretación, que da Freud, el pájaro es el protagonista, Hanold, que se lleva a su amada Gradiva, simbolizada por una lagartija. Pero corno al mismo tiempo la lagartija representa a Hanold -la caza de lagartija está equiparada con la caza del marido- y el pájaro se ríe con la misma risa de la Oradiva; en un plano más profundo el pájaro es la joven, que se lleva al hombre (la lagartija, símbolo fálico, representando -pan pro toto-« a Hanold): Si tenernos en cuenta la actitud viva, inteligente y activa de REVISTA 730 DE PSICOANALlSIS Como síntesis de las consideraciones bajo, creemos oportuno tiene idéntico contenido 29 expuestas en el curso de este tra- destacar lo siguiente: 19 El sueño de doña Alda básico en las tres versiones del romance analizadas. Las aves, que en general simbolizan al sexo masculino, representan sueños analizados a la doncella hombruna ofrecen para el análisis las creaciones de la literatura en los 39 El interés y agresiva. que popular tradicional. BIBLIOGRAFíA l. S. FRlmD: Un recuerdo infantil de Leonardo De Vinci, obras completas, Editorial Americana, tomo VIII, pág. 244. 2. En "Revista' de Filología Española", tomo IX, año 1917, pág. 105. < S. FREUD: Lo siniestro, 4. S. FREUD: Introduccián obras completas, Editorial al Psicoanálisis, obras cana, tomo IV, pág. 191; Un recuerdo cit., pág. 289; Como se obtuvo infantil Americana, completas, de Leonardo el fuego, obras completas, tomo Editorial De Vinci, Editorial tomo XIX, pág. 122. 5. Das Nibelungenlied. In der Uebertragung van Karl Simrock, Berlín, 1926, pág. 3. 6. S. FREuD: El tabú de la virginidad, completas, obras XVIII. Ameri- Editorial loco Americana, Julius Bard, Americana, tomo XIII. 7. M. LANGER: Algunas aportaciones a la psicología de la menstruacián, de Psicoanálisis", tomo 11, pág. 226. 8. MELANIE KUIN: Die Psy choanalyse des Kindes. "Internationaler en "Revista tischer Verlag", Viena, 1932. 9. Loc. cit. 10. S. FREUD: El delirio y los sueños en la "Gradiua" pletas, Editorial psychoanaly- Americana, de W. [ensen, obras com- tomo 111. la Gradiva y la de pasividad, temor e inhibiciones de Hanold, no extraña, que eIJa aparezca simbolizada por el pájaro, símbolo fálico. Además también aquí se trata de una mujer virgen y algo viril (se ha criado al lado de su padre, más bien como un compañero que como una hija suya). También sus juegos infantiles con Hanold tenían el mismo carácter de compañerismo.