“ESTIMAR EL REGALO DE LA FRATERNIDAD Y COMPARTIRLO CON OTROS.” (Circular 466, 3.8-9) Icono para el día: Hno. Benildo Romançon, FSC: El primer encuentro de Pierre Romançon (más tarde Hno. Benildo) con los Hermanos, según Luke Salm, FSC, fue durante una visita con sus padres al mercado cercano a casa alrededor del año 1818, cuando él tenía 13 años. El hábito negro, el rabat blanco, el manteo flotante y el rosario en mano provocaron una gran impresión en la mente del joven. No había Hermanos en las cercanías de su pueblo, Clermont. Hoy llamamos ese fenómeno como VISIBILIDAD. El Hno. Benildo fue un maestro de alto rango, administrador y un efectivo catequista: Religioso apasionado. A pesar de muchos reconocimientos y premios públicos por su misión educativa, era particularmente conocido por enseñar el catecismo y, como dio testimonio uno de sus antiguos alumnos, él hablaba desde su corazón. Este celo remarcable inspiró a muchos (más de 300) de sus alumnos para optar por los compromisos religiosos o sacerdotales. Él personalmente se implicó en reclutar vocaciones para nuestro Instituto. Se decía que en 1896, más de 30 años después de la muerte del Hno. Benildo, había aún entre 150 a 200 Hermanos que habían venido de Saugues durante el tiempo que el Hno. Benildo había sido el director. Como dio testimonio uno de sus antiguos alumnos: “Ciertamente él desarrolló esas vocaciones tanto por la calidad de la educación que ofrecía como por el ejemplo de su vida”. Así que la pregunta importante que cada uno necesita platearse es: ¿Estimo yo el regalo de nuestra Fraternidad y de qué manera lo comparto con otros? (Circ. 466, 3.8-9) Estimando el Regalo de la Fraternidad Lasallista: (Cir. 466) La Circ. 466 indica algunos de los Valores identificables en nuestra vocación lasallista: Educadores de los jóvenes y de los pobres. Educadores de Fe, como catequistas, especialmente acompañando adultos en la fe, en sus vidas y en sus itinerarios vocacionales. Religiosos con Votos, viviendo en comunidades: Un lugar para compartir en la fraternidad religiosa con oportunidades atractivas y con desafíos. Tres opciones efectivas, pero desafiantes para compartir nuestra Fraternidad: (Cir.466): Ser la Presencia de Dios entre la gente: Compasiva, amorosa y liberadora. Para vivir los valores del Evangelio en el ejercicio de la propia misión. Para comprender en profundidad el significado real y concreto de la palabra que nos define: “HERMANOS”. Los Hermanos deberían ser identificados por lo que son y no por lo que ellos no son. Acoger: Abrir nuestras comunidad para que “Vengan y Vean”. Convirtir nuestras comunidades “un espacio donde los jóvenes puedan encontrar respuestas para sus vidas, incluyendo su vida de fe”. Responder: A las urgentes necesidades de la juventud que esperan oír la palabra del Evangelio. Ser un Hermano es una responsabilidad asombrosa para el mundo como un ministro para la juventud necesitada. Esta es la llamada para reconocer a Jesús en ellos y al mismo tiempo representar a Jesús ante ellos. Promover una cultura de las vocaciones: compartir la misión con nuestros voluntarios lasallistas, grupos juveniles, y maestros jóvenes comprometidos en el servicio de la misión. Las experiencias de misión se están convirtiendo en los ambientes potenciales para que los jóvenes disciernan y continúen sus itinerarios vocacionales. Estar en contacto con la juventud a través de las redes sociales y los multimedia. Sin embargo, la interacción cara a cara con la juventud ofrecerá el momento justo para invitarlos para un compromiso más profundo con la misión. Signos de Esperanza para la Pastoral Vocacional: La espiritualidad de adultos-jóvenes (búsqueda de sentido último y la experiencia de Dios en la vida); sed de oración; generosidad expresada en el servicio; capacidad para ser inspirado por el testimonio positivo de religiosos y religiosas auténticos y comprometidos; religiosos mayores dispuestos a servir como modelos de vida; y adultos-jóvenes dispuestos a hablar de sus itinerarios vocacionales. Barreras para la Pastoral Vocacional: Los valores seculares, materialismos, consumismo, secularismo, abundancia, individualismo; impactos negativos de los medios de comunicación, falta de soporte familiar y de grupo; recelos hacia el compromiso con lo desconocido (especialmente en lo relacionado a los Votos), e implicaciones económicas personales y familiares. Algunas sugerencias para la Pastoral Vocacional: Reconocer con gratitud la amabilidad del Señor que llama. Orar personalmente y con la comunidad educativa local para pedir mas vocaciones lasallistas. Estar convencidos que el crecimiento en números y calidad es un signo de vitalidad del Instituto y su misión educativa para los jóvenes. Crear un clima de consciencia vocacional dentro de las comunidades eclesiales y educativas locales. Todos nuestros esfuerzos personales y comunitarios para promover las vocaciones lasallistas deben siempre estar acompañados por un testimonio personal alegre y valiente de nuestra identidad como lasallistas. Es decir, que cada lasallista es un animador vocacional. Ser consciente para acompañar a quienes han ya comenzado y viajan con nosotros en nuestros procesos vocacionales. Ser visibles a las comunidades eclesiales y educativas. Difundir la información. Estar en contacto con el idealismo del joven-adulto. Establecer y acompañar personas deseosas de comenzar sus procesos personales de discernimiento vocacional. Identificar ambientes fértiles para estar en contacto con la juventud dentro de nuestros centros educativos: Involucrarse en la pastoral; animación programas para jóvenes-adultos y voluntarios lasallistas. Catequizar en el sentido de ser administradores y cultivar una generosidad significativa para servir a otros "Pero el Señor me dijo: No digas ‘soy un muchacho’, porque a todos los que te envíe irás, y lo que te mande, dirás. No tengas miedo de ellos, porque yo estoy contigo para librarte, dice el Señor.” (Jeremías 1, 7-8) Hno. Joseph Fernando, FSC Fecha: 5 de Agosto de 2013 ORACIÓN VOCACIONAL: Señor, Tú nos has creado para Ti y nuestros corazones no descansarán hasta que descansen en Ti. Tú pensaste en nosotros antes de que naciéramos y nos llamaste a la vida para compartirte Tú mismo a nosotros. Gracias por la misión única y original que nos has dado a cada uno. Ayúdanos a responder a tu amor en amor y libertad, y hacer con todo nuestro corazón lo que nos pides hacer. Danos la luz para conocer nuestra vocación, la fuerza para responder a ella con generosidad y el amor para vivirla fielmente. Que tu voluntad sea el centro de nuestras decisiones y tu amor la fuente de nuestra fuerza. Que contigo a nuestro lado sigamos el sendero recto, caminemos en él con un corazón que escuche y encontremos el gozo de entregarnos en amor a quienes nos has enviado. Te lo pedimos en el nombre de Jesús… Amén (Fuente: Joe Mannath SDB)