DAÑOS PRODUCIDOS POR LOS PROFESIONALES DE CIENCIAS ECONÓMICAS PROVINCIA DE BUENOS AIRES por Graciela Medina y Carlos García Santas 1. Síndicos a) Función 1. La función del síndico no es representar sino cumplir con las obligaciones que la ley le impone dentro de la órbita de su competencia; es que dicho funcionario no defiende el interés de los acreedores sino el de la masa, entidad compleja que involucra intereses contrapuestos entre acreedores entre sí y con el deudor, siempre dentro del marco de aplicación de la ley. 2. El síndico es un funcionario del concurso designado por el juez, de quien es su subordinado a los fines ejecutivos del concurso y sus funciones están establecidas a través de todo el cuerpo normativo de la ley, en consecuencia, las acciones que ejerce se establecen en interés de la ley y no de los acreedores, y su función no es representar sino cumplir con las obligaciones impuestas en la órbita de su competencia legal. SCJBA, 21-4-98, “Monte Paco SA c/Buenos Aires Building”, L. L. B. A. 1999-1129; E. D. 182-342 El síndico es un funcionario con deberes a cumplir impuestos por el plexo normativo concursal. La ley no instaura representaciones, atribuye funciones específicas y explicita deberes. “Banco Credicoop Cooperativo Limitado c/Valmar SA s/Incidente de revisión”, D. J. B. A. 165-179 a.1) Función temporaria El síndico es un funcionario de los juicios concursales, quien tiene como tal un carácter eminentemente temporario. Las funciones de la sindicatura culminan o concluyen de dos modos diferentes: normales y anormales, siendo un modo normal en el concurso preventivo el cumplimiento del acuerdo. SCJBA, 11-7-2001, “CIRA SRL s/Concurso preventivo”, Ac. 79.758 a.2) Cese de funciones La ley 24.522 dispone que en el concurso preventivo el síndico cesa en sus funciones con la homologación del acuerdo (art. 59, LC), salvo que se trate de un pequeño concurso, hipótesis en la cual tiene a su cargo el contralor del cumplimiento, por lo que su función termina con la declaración de haber sido cumplido el acuerdo (conf. Rivera, Julio César, Instituciones de Derecho Concursal, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1996, t. I, p. 158). SCJBA, 11-7-2001, “CIRA SRL s/Concurso preventivo”, Ac. 79.758 b) Deberes b.1) Sanción por incumplimiento de los deberes Es competencia de la sindicatura –y por tanto deber funcional– “examinar, sin necesidad de autorización judicial alguna, los expedientes judiciales o extrajudiciales donde se ventile una cuestión patrimonial del concursado o vinculada directamente con ella” (art. 275, inc. 4º, ley 24.522), y que, en caso de incumplimiento, podría generar eventualmente la consecuente responsabilidad del órgano concursal. C1ªCCom. de Mar del Plata, sala II, 15-7-97, “Pagella, César y Orofino, Alejandro s/Incidente de verificación en autos: «Diez y Gentile s/Concurso»” c) Sanciones c.1) Distintos tipos de sanciones En los supuestos de responsabilidad del síndico en los concursos, tres son las sanciones previstas: remoción – en los casos más graves–, apercibimiento o multa. CCCom. de Lomas de Zamora, sala I, 20-2-2003, “ETV SA s/Concurso preventivo s/Inc. de apelación” c.2) Las sanciones no son acumulables Ellas no son acumulables y no pueden ser impuestas al mismo tiempo, sin perjuicio de que quien haya sido sancionado con apercibimiento o multa, sea removido por hechos nuevos. CCCom. de Lomas de Zamora, sala I, 20-2-2003, “ETV SA s/Concurso preventivo s/Inc. de apelación” c.3) Falta de discrecionalidad del juez para sancionar El poder jurisdiccional sólo puede, dentro del régimen concursal, hacer uso de modo reglado de la posibilidad sancionatoria concreta que demande la naturaleza del acto antijurídico, por lo cual no es discrecional, salvo, únicamente, respecto a la graduación de la pena misma. SCJBA, 11-7-2001, “CIRA SRL s/Concurso preventivo”, Ac. 79.758 c.4) Se sanciona la situación de peligro que crea su conducta La conducta del síndico, para ser pasible de cualquiera de las sanciones previstas en la ley, no necesariamente debe ocasionar perjuicio. Basta la situación de peligro que ella provoca, ya que, por su calidad de funcionario de la administración pública, le incumbe cumplir con las obligaciones de modo diligente, atento, indelegable e indeclinable. CCCom. de San Martín, sala II, 22-8-2000, “Carballo, Eduardo Alberto s/Incidente de remoción de síndico” Cuando el separamiento compulsivo se motiva en la actitud “negligente” del profesional en el desempeño de su función sindical, tal calificación –genéricamente– consiste en omitir hacer aquello a lo cual se estaba obligado, por la ley o por el juez en las particularidades de tiempo, modo y lugar en que debía efectuarse, vale decir, se trata de una conducta omisiva, de abandono y dejadez en atención a deberes judiciales, administrativos, de información, etcétera. No tiene necesariamente que ocasionar perjuicio; basta la situación de peligro que provoca la mencionada conducta, ya que, siendo funcionario, el síndico debe cumplir sus deberes de modo diligente, atento, indelegable y, además, indeclinablemente. C1ªCCom. de Mar del Plata, sala I, 3-6-2003, “Vianni, Néstor Hugo s/Quiebra” c.5) Cuándo se sanciona la inconducta El deber de responsabilidad del síndico, que es correlativo a la función en cuanto ésta debe ser cumplida con eficiencia y conforme a los fines para que fuera creada, apareja, cuando ha sido vulnerada, la aplicación de sanciones. CCCom. de Mar del Plata, sala II, 30-12-88, “Sliba SCA s/Quiebra” c.6) Identidad entre la vieja y la nueva ley La ley 24.522 –en la que se fundamenta la sanción al profesional– conserva identidad en los aspectos señalados con la anterior ley (art. 255, ap. 2). SCJBA, 11-7-2001, “CIRA SRL s/Concurso preventivo”, Ac. 79.758 c.7) Sanciones bajo la ley 24.522 Si bien el nuevo régimen de la ley 24.522 ha introducido reformas en lo que a la actuación y poderes de los acreedores se refiere, no ha cambiado las responsabilidades y el carácter de la actuación de la sindicatura. No sólo se mantienen las sanciones de remoción y multa, sino que se agrega la reducción de la remuneración como un elemento más para reprimir la negligente o dolosa actuación del síndico (art. 255 de la ley 24.522). CCCom. de Mar del Plata, sala III, 14-11-95, “Farmacia Central 12 SCS s/Quiebra” c.8) Sanción en funciones vs. sanción en cesación de funciones Resulta erróneo aplicar las graves sanciones dispuestas legalmente para el funcionario que se encuentra en funciones, a quien ya ha cesado en las mismas, toda vez que la sanción máxima sólo se aplica en aquellos supuestos expresamente previstos por la ley, dentro de los que no se encuentra el de autos, en el que ha cesado ya el síndico en sus funciones como tal (arts. 279, ap. 2, ley 19.551; 255, ap. 2, ley 24.522). SCJBA, 11-7-2001, “CIRA SRL s/Concurso preventivo”, Ac. 79.758 c.9) Sanción por omitir comunicación de deuda fiscal Las omisiones en que pudiera haber incurrido el síndico respecto del deber de comunicar a la autoridad de aplicación la deuda fiscal –que en modo alguno se advierte en el presente–, en todo caso, podrá involucrar la responsabilidad del citado funcionario del concurso, pero no puede servir para exculpar la tardanza del acreedor, pues, la notificación que hace surgir la carga de concurrir a verificar su crédito nace con la publicación de edictos de la sentencia de quiebra y no con la comunicación que pueda cursarle el síndico en cumplimiento de sus obligaciones fiscales. C2ªCCom. de La Plata, sala II, 22-4-94, “Cicero Asociados SRL s/Concurso preventivo de acreedores s/Inc. de verificación tardía por Fisco Nacional (Dirección General Impositiva)” d) Remoción del síndico d.1) Pautas En cuanto a la remoción del funcionario, esta sanción máxima sólo se aplica en aquellos supuestos expresamente previstos (art. 279, ap. 2, ley 19.551) de negligencia, falta grave o mal desempeño. Ontológicamente, están asimilados al fin de su encuadramiento punitivo dentro del juicio concursal. Tienen tales conductas antijurídicas identidad punible, descartándose para ellas las sanciones de multa y apercibimiento. SCJBA, 11-7-2001, “CIRA SRL s/Concurso preventivo”, Ac. 79.758 Una de las causas por las que el síndico de un concurso puede ser removido es la negligencia, que consiste genéricamente en la omisión de aquellas obligaciones o diligencias que la sindicatura tiene en su función de órgano de la quiebra; se trata de la conducta omisiva, el abandono o la dejadez respecto de las funciones judiciales, administrativas, de información, etcétera, que le atañen. CCCom.CCorr. de Necochea, 2-9-97, “Piñero, Fernando s/Quiebra”, L. L. B. A. 1998-1021 1. Las situaciones a que dan lugar los presupuestos legales (negligencia, falta grave o mal desempeño) hacen viable la remoción, porque los mismos tienen igual entidad ontológica a los fines queridos por el legislador. Esto es, son figuras que, como los delitos, se presentan como acciones típicas, antijurídicas, culpables y sometidas a condiciones objetivas de punibilidad. 2. Cuando el separamiento compulsivo se motiva en la actitud “negligente” del profesional en el desempeño de su función sindical, tal calificación –genéricamente– consiste en omitir hacer aquello a lo cual se estaba obligado por la ley o por el juez en las particularidades de tiempo, modo y lugar en que debía efectuarse, vale decir, se trata de una conducta omisiva, de abandono y dejadez en atención a deberes judiciales, administrativos, de información, etcétera. No tiene necesariamente que ocasionar perjuicio; basta la situación de peligro que provoca la mencionada conducta, ya que, siendo funcionario, el síndico debe cumplir sus deberes de modo diligente, atento, indelegable y, además, indeclinablemente. C1ªCCom. de Mar del Plata, sala I, 3-6-2003, “Vianni, Néstor Hugo s/Quiebra” 1. Procede la remoción del síndico cuando la negligencia, la falta o mal desempeño, revisten el carácter de grave, lo cual permite sostener que el juez debe ser muy prudente en su aplicación, y sobre todo tener en cuenta si en el caso no es posible imponer previamente las otras sanciones que la ley pone a su disposición: apercibimiento y multa. 2. La omisión originaria, la tardanza en la que incurrió la sindicatura ante los dos requerimientos liminares, entendemos que no lo hacen pasible de la máxima sanción (remoción), sino de un severo apercibimiento (doc. art. 255 de la ley concursal; art. 34, inc. 5º, ap. e, del CPCC). Con el criterio restrictivo con el que deben analizarse los hechos, no se advierte la gravedad del hecho imputado ni el perjuicio ocasionado con esa inactividad inicial. Tampoco desidia, abandono, incumplimiento relevantes en su actuación general en estos autos. CCCom. de San Isidro, sala I, 28-2-2003, “Sznaider, Laura s/Quiebra” Para apreciar si la conducta del síndico ha sido correcta deben tenerse en cuenta los hechos y omisiones anteriores como antecedentes, es decir, apreciar la conducta en su conjunto, señalándose que es primera obligación del síndico obtener una rápida tramitación de la causa, para lo cual ha sido investido de importantes facultades. CCCom. de Azul, 28-2-96, “Selayeta y Comp. SA s/Quiebra” d.2) Remoción por omisión de control de campo sembrado Ha sido investido el síndico de importantes facultades a los efectos de evitar sustracciones, pérdidas o deterioros en lugares que no ofrezcan seguridad para la conservación o custodia de los bienes del fallido, e incluso tiene a su disposición la posibilidad de solicitar la autorización judicial para disponer medidas coercitivas conducentes para evitar todo apropiamiento ilegítimo (arts. 109, 142, 177, 179, 180, 181, 184, 185, 254, entre otras disposiciones de la ley 24.522). Es por ello que la falta de cumplimiento de dichas medidas –en especial las tendientes al contralor del campo sembrado–, sumada a la demora injustificada en el urgimiento de los actos propios del proceso falencial, conforman una conducta merecedora de la condigna sanción de remoción impuesta por el magistrado. CCCom. de San Nicolás, 29-10-2002, “Porta, Pedro s/Quiebra” e) Apercibimiento o multa como sanción e.1) Pautas Las situaciones que dan lugar a la aplicación de sanciones menores (apercibimientos o multa) no están mencionadas en forma “expresa” por la ley, pudiendo rescatárselas por inferencia y así, verbigracia, podrán aplicarse cuando la falta cometida por el síndico es leve, o cuando no existiendo ni negligencia, falta grave o mal desempeño en las funciones, se produzcan violaciones de cargas o deberes procesales sin mayor trascendencia, propias del derecho adjetivo, o bien dentro de las de índole estrictamente concursal en cuanto sean de escasísima significación. CCCom. Mar del Plata, sala I, 3-6-2003, “Vianni, Néstor Hugo s/Quiebra” e.2) Multa La negligencia exhibida por la funcionaria al no cumplir con la fundamentación requerida por el artículo 35 de la ley 24.522 debe ponderarse por el tribunal, en ejercicio de sus facultades de superintendencia, conforme a los antecedentes del encartado. Ello así, ante la carencia de antecedentes de sanciones, como de que aquella negligencia fuere recalcitrante, exhibiendo la persistencia de una conducta contraria a los intereses del concurso, como asimismo que generara un perjuicio irreparable y de envergadura para la masa, no cabe remover a la causante, sino aplicarle una multa (arts. 279, ley 19.551, y 255, ley 24.522). CCCom. de San Nicolás, 25-2-97, “Abella, Timoteo y Rouxel de Abella, Angélica s/Concurso preventivo. Incidente de apelación” f) Cuestión procesal f.1) Auto de remoción: apelabilidad Si bien el artículo 255 de la ley 24.522 prevé sólo la apelación ante la Cámara de la resolución mediante la cual se remueve al síndico; dicha apelabilidad debe ser extendida a las demás sanciones previstas por la misma norma, esto es el apercibimiento y la multa; en tanto que por las mismas se puede generar un “gravamen irreparable” en relación a dicho funcionario concursal. C1ªCCom. de Mar del Plata, sala I, 1-10-2002, “Janik, María C. s/Pedido de propia quiebra. Rec. de queja” 2. Contadores a) Locación de servicios. Locación de obra Dos fueron los convenios que unieron a la contadora y a su cliente: una locación de servicio por la auditoría de gestión que la profesional en Ciencias Económicas realizó por la cual se convino un canon mensual y por otra parte una locación de obras por la auditoría del balance general, en el segundo caso la contadora se comprometió a un resultado cual era presentar un informe sobre el estado contable satisfaciendo los requisitos de esencialidad, integridad y neutralidad. CCCom. de San Isidro, sala I, 11-3-2004, “Agras, Miriam c/Asociación Médica del Norte s/Daños y perjuicios” b) Daño por falta de pago de la locación de obra independiente de la locación de servicios 1. La certificación de un estado contable y la realización de un balance por un período anterior a la locación de servicio, constituye una tarea independiente a la labor de auditoría de gestión por la cual se convino un canon mensual. Para no producir un daño debe pagarse al contador que se hace responsable del estado contable de un ejercicio anterior a su relación contractual, el honorario legal mínimo para la auditoria de balance (leyes 10.620 y 12.274). 2. La contadora realizó el trabajo de certificación del estado contable por un ejercicio anterior a su contratación, este trabajo no se presume gratuito (art. 1627 del Cod. Civ.), no se encontraba comprendido dentro de las tareas por las cuales la accionada pagaba un canon mensual, motivo por el cual se condena a pagar por su realización el monto mínimo establecido por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas. CCCom. de San Isidro, sala I, 11-3-2004, “Agras, Miriam c/Asociación Médica del Norte s/Daños y perjuicios” c) Daño producido por la falta de pago de los gastos extrajudiciales realizados para el cobro de los honorarios La falta de condena al pago de los gastos realizados extrajudicialmente para lograr el cobro del honorario profesional le produce un daño al contador porque constituye una quita injustificada que atenta contra el principio de integralidad del pago (arts. 740 y concs. del Cód. Civ.). CCCom. de San Isidro, sala I, 11-3-2004, “Agras, Miriam c/Asociación Médica del Norte s/Daños y perjuicios”