(38) •desarraigar y aniquilar las malas yerbas que se crian espontáneamente e n los campos, siempre que las suministre con oportunidad y en los tiempos mas convenientes. Las malas yerbas consumen inútilmente la sustancia del terreno, ocupan un lugar que el labrador destina para la reproducción de las especies útiles que c u l t i v a , asombran y ¿perjudican á las cosechas, y causan daños de la m a y o r considerac i ó n , que todos los labradores conocen y esperimentan. Las malas -yerbas espinosas y pinchudas traen ademas el grave inconveniente de •que los segadores por no pincharse ni lastimarse descabezan el grafi o , y dejan sin segar toda la mies que se cria al rededor de estos vegetales nocivos. E n las anotaciones del capítulo anterior indiqué el modo de destruir las malas yerbas. L a quema de los rastrojos, que tanto recomienda el a u t o r , con- » tribuye igualmente á la destrucción de las malas y e r b a s , y a sea p o r que se abrasan las semillas que están sobre la superficie de la tierra, y porque las raices perennes perecen ó sufren considerablemente; >ero esta práctica está prohibida en las mas provincias del reino por os grandes inconvenientes y perjuicios á que está espuesta, y para evitar y precaver los incendios de los campos y mieses. D e b e ararse la tierra en las épocas en que se destruyen mas completamente las malas yerbas ó plantas que espontáneamente cria el terreno: estas son tanto mas difíciles de desarraigar, cuanto que crecen en los terrenos que les son mas análagos y adaptados á su incremento y vegetación. E n dos épocas distintas germinan y nacen con mas abundancia las semillas en este c l i m a , á saber, en la p r i mavera y el o t o ñ o , siendo estas dos estaciones las mas propias para voltear la tierra y acabar con las malas yerbas. L a reja de alzar ó la primera labor es la que contribuye mas principalmente á la buena y acertada preparación del terreno.' Los rastrojos se aran antes de los fríos, luego que se ha calado la labor en el o t o ñ o , para que asi perciba mejor el terreno el beneficio de las emanaciones atmosféricas, y se penetre de las aguas del invierno. E s t a es la razón por que convienen las labores de otoño y las i n vernizas en los paises cálidos y secos; siendo asi que en los frios y m u y húmedos puede diferirse esta primer reja ó labor hasta la p r i mavera , y nunca debe ararse mientras que la tierra esté cubierta de n i e v e , helada ó m u y húmeda. Advierten varios autores antiguos que es m u y conveniente aten¿« der á los vientos para labrar las tierras ;>y Herrera dice que el viento fresco ó gallego, esto e s , el de N . O . , da gran tempero-i la t i e r r a , y que el c i e r z o , ó N . E . , es m u y contrario, y perjudica á las viñas y arbolados. N o deben darse tas labores auxiliares á las plantas en las épocas en qué reinan los aires cierzos én invierno y los solanos.en verano, porque entonces padecen lo*vegetales» y se-de; t 1 Í