SOS_L_IV_Kapitel05_span 26.09.2005 14:57 Uhr Seite 2 Jesucristo sana al ciego Bartimeo Marcos 10:46-52 / Lucas 18:35-43 42 El Señor Jesús y sus discípulos dejaron atrás a Jericó para ir a Jerusalén. El ciego Bartimeo se encontraba al borde del camino. Cuando escuchó que pasaba Jesús, nadie pudo impedir que clamara en voz alta: «¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!» Jesucristo le prestó atención. Le preguntó en qué podía ayudarle. El ciego respondió: «Maestro, quisiera poder ver». Jesús dijo: «¡Recobrarás la vista! Tu fe te ha salvado». Bartimeo pudo ver de inmediato. Junto a todos los que le rodeaban alabó a Dios, luego siguió tras los pasos del Señor Jesús. Los niños toman conocimiento, que el Señor Jesús no desoyó el clamor insistente y creyente de Bartimeo. 1 U n hombre con mirada perdida estaba sentado al borde del camino, era el ciego Bartimeo. Su vestimenta estaba muy gastada y llevaba una manta sobre sus hombros. A su lado tenía un bastón y un plato para las limosnas. Bartimeo escuchaba el susurrar de los árboles y aspiraba el perfume de las flores a su alrededor. ¡Cuánto le gustaría verlas y alegrarse con su colorido! Pero sólo las podía tocar. Sus manos tenían que reemplazar a sus ojos. Bartimeo sentía el calor del sol en su rostro. ¡Cuánto le gustaría ver el sol y sus brillantes rayos! Pero estaba sumido en la oscuridad. 2 Dado que nadie se hacía cargo de Bartimeo, éste se vio obligado a mendigar. Cada vez que escuchaba pasos, llamaba: «¡Por favor, tened misericordia de mí, soy ciego. Dadme algo para comprar pan!» Algunos se compadecían y colocaban algo en el plato. Otros se burlaban de él cuando pasaban a su lado. Ese día mucha gente estaba de camino a Jerusalén dado que pronto se festejaría la Pascua. Súbitamente los oídos aguzados de Bartimeo percibieron que se acercaba un grupo de gente. Su intuición le decía que algo en especial las atraía. Bartimeo preguntó: «¿Qué sucede?» «Jesús de Nazaret pasará por aquí», le respondieron. «Jesús de Nazaret», masculló Bartimeo. Ya había escuchado hablar de Él. Por ello pensó: «Si Jesús está cerca no podrá ignorarme». Nervioso clamó: «¡Jesús! ¡Jesús! ¡Ayúdame!» Los que precedían a Jesús dijeron alterados: «¡Cállate, no grites. Estamos de camino a Jerusalén. No nos detengas con tu griterío!» Pero Bartimeo hacía exactamente lo contrario. A pesar de que la gente trataba de hacerle callar, siguió gritando: «¡Jesús, Redentor, ayúdame! ¡Ten misericordia de mí!» El Señor Jesús se detuvo, la gente que trataba de acallarlo enmudeció. El Señor Jesús llamó al ciego con amor. Bartimeo se quitó la manta y dejó que algunos hombres lo acercasen al Hijo de Dios. Escuchó que el Señor Jesús le preguntaba con dulce voz: «¿Qué quieres? ¿qué puedo hacer por ti?» Bartimeo respondió: «Señor, quisiera poder ver», a lo que Jesucristo le dijo: «Recobrarás la vista, ¡tu fe te ha salvado!» Al instante los ojos de Bartimeo vieron la claridad. Distinguieron los colores maravillosos de las flores y los árboles, vio la luz y el brillante cielo azul. En ese instante miró a los ojos bondadosos de Jesús. Con alegría le 15 SOS_L_IV_Kapitel05_span 26.09.2005 14:57 Uhr Seite 3 Jesucristo es nuestro Maestro agradeció por la curación milagrosa, comenzó a alabar y glorificar a Dios con un corazón profundamente agradecido. Todos los que lo rodean estaban conmocionados. Se asombraban por el milagro; Bartimeo ya no se quería separar más de Jesús. Sin titubear se mezcló entre los acompañantes del Señor y a partir de entonces fue un feliz seguidor de Cristo. 3/4 43 El Señor Jesús se dirigía a Jerusalén. Al borde del camino estaba sentado el mendigo ciego Bartimeo. Éste clamaba en voz alta hasta que el Señor Jesús lo advirtió. Con fe Bartimeo le pidió que lo ayudase y Jesucristo lo sanó. Bartimeo recobró la vista y agradeció al Señor Jesús y lo siguió. 1 Tratamos de ponernos en el lugar de un ciego: • Los niños cierran los ojos y cuentan lo que ven. • Los maestros de la escuela dominical colocan algo en las manos de los niños y éstos, sin abrir los ojos, adivinan qué es. • Todos los niños cierran los ojos y uno de ellos hace ruido en cualquier lugar de la estancia. Los demás niños adivinan con qué se produce el ruido y de qué lugar proviene. A continuación pasamos al relato con la indicación: Hoy escucharemos la historia de un hombre ciego. 2 Observamos y describimos la ilustración. ¿Cómo se siente Bartimeo? ¿cuál es su preocupación? ¿qué piensa la gente que pasa a su lado? ¿qué dicen? 3 Qué significado tienen las palabras que el Señor Jesús dirigió a Bartimeo: «Tu fe te ha salvado». (El deseo de Bartimeo de recibir ayuda, demuestra su gran confianza en Jesucristo; está convencido que el Señor Jesús lo puede sanar. Su fe y su confianza hicieron posible su curación). 4 Jesucristo no desoyó el clamor de Bartimeo, en su gran amor y misericordia lo ayudó. Jesucristo es nuestro Maestro. ¿Qué podemos aprender de su proceder? (También nosotros queremos ser misericordiosos, ayudar, consolar, asistir…). 15