La corrección de la ligera flacidez o el descolgamiento que puede aparecer a partir de los 40 años en los brazos se realiza a través de la colocación de hilos tensores japoneses, invisibles a la vista y al tacto. El tratamiento es ambulatorio, indoloro y de duración de aproximadamente 30 minutos. Estos sencillos instrumentos tienen diferentes longitudes, sonbioreabsorvibles y biocompatibles y están elaborados con PDO (polidioxanona). El tratamiento es ambulatorio, indoloro y de duración de aproximadamente 30 minutos. La incorporación a la vida cotidiana es inmediata. Técnica Está recomendada para extremidades con ligero descolgamiento a partir de los 40 años. La duración de los resultados es de aproximadamente 12 meses. Su fácil colocación es subdérmica y se comienza por delimitar la zona de tratamiento realizando un dibujo de entramado de líneas similar a una malla. Una vez introducidos los hilos, a través de una pequeña punción, se procede a retirar la cánula y el instrumento queda tensado sin necesidad de anclaje. Otra de sus ventajas es que es imperceptible al pasar la mano o mirar la zona tratada. Resultados Tras su aplicación se produce un tensado mecánico del área intervenida y una redensificación de la piel volviéndola más estática, mejorando y retrasando la caída de los tejidos. Alrededor del entramado de hilos se genera en los tejidos circundantes un aumento de colágeno y elastina. No requiere test de alergia, ya que no producen reacciones ni rechazo. El tratamiento en estos miembros se puede hacer en una única sesión o en más, no superando las tres y siempre distanciadas de más de un mes (el número depende de la cantidad de elementos que sea necesario insertar para el óptimo resultado). Para más información Tufet (info@clinicatufet.com). Los hilos tensores están diseñados para reafirmar rostro y cuerpo. Son los protagonistas de las últimas técnicas rejuvenecedoras de medicina estética, un tratamiento con resultado inmediato que únicamente precisa anestesia local. El tratamiento con hilos tensores, también conocidos como hilos japoneses, es una novedosa técnica para tratar la flacidez, inspirados en los antiguos hilos de oro. Con los nuevos hilos tensores llega una nueva ingeniería facial y corporal, un salto cualitativo frente a tratamientos anteriores. A esta técnica se la conoce como “lifting biológico” o ‘lifting no quirúrgico”. Su éxito es similar al de la toxina botulínica y consigue un rejuvenecimiento facial casi inmediato con una técnica segura, muy sencilla y rápida, sin incisiones, sin cicatrices, sin vendajes, sin dolor y con un material biocompatible y reabsorbible, el PDO, utilizado ampliamente en la cirugía de corazón. Ingeniería facial y corporal Antes de poner los hilos, se realiza un dibujo en la zona a tratar; es decir, un mapa que sirve de guía para colocarlos. Este material, que consigue devolver la firmeza de los tejidos, se aplica con una aguja-cánula muy fina. Consiste en tejer una especie de malla, un entramado de hilos cruzados, que sujete el tejido facial y corporal. Son hebras muy finas fabricadas con polidioxanona, un material reabsorbible y biocompatible, no alergénico y no inmunogénico, procedente de la cirugía cardiovascular. Cada hilo provoca una fibrosis progresiva en el tejido celular subcutáneo, lo que facilita su anclaje a la piel, dando como resultado una piel más firme, proporcionando un aspecto mas joven. Es un método seguro y eficaz en manos expertas y el efecto tensor es inmediato, pero los resultados definitivos se aprecian veinte días después y perduran más o menos un año y medio, dependiendo del estado de la piel. Una de las ventajas de este tratamiento es que favorece la formación de colágeno, responsable de la firmeza de la piel. Además de tratar la flacidez facial, los hilos japoneses también son eficaces en la flacidez corporal. Este método de rejuvenecimiento es compatible con otros tratamientos como la toxina botulínica, la mesoterapia con vitaminas, el láser, la radiofrecuencia, el láser, IPL, etc. Con los hilos japoneses se consigue elevar las mejillas, recuperar del óvalo facial, mejorar los surcos nasogenianos, borrar las líneas de marioneta (arrugas peribucales), camuflar las arrugas del contorno de los ojos y del código de barras, así como elevar las cejas, mejorar el doble mentón, reafirmar el cuello, el interior de los brazos, los muslos, las rodillas, los glúteos e incluso abdomen. El precio depende de la extensión de la zona a tratar, oscilando entre 400 y 2.000 €.