A Pautas de ani- NIMAR A LEER: Por todos son conocidos los múltiples beneficios de la lectura. Por ello, cada vez más, el profesorado, la familia y el personal bibliotecario se esfuerza por crear hábitos lectores desde los primeros años, a través de encuentros positivos con la lectura. La labor de la familia es muy importante, como transmisora de cercanía, afectividad y valores cercanos a la lectura, así ante un buen lector, lo habitual es que alguien en su familia, con su ejemplo y cariño le haya enseñado a amar la lectura. El aprendizaje en la infancia es básicamente por imitación, por tanto, tratándose de animación a la lectura, Aprender a leer es, antes que nada, ver leer. Nunca el sistema escolar ha hecho tanto hincapié en promocionar la lectura, por tanto nunca ha sido tan obligatoria la lectura, y ese factor hace que fracase, en muchas ocasiones, este tipo de dinamización tan teórica. En esta guía recogemos una serie de recomendaciones dirigidas a madres y padres con la intención de facilitar una tarea que requiere un gran esfuerzo, constancia, optimismo e ilusión y para la que no existen recetas mágicas. Negar a los niños las posibilidades de acercamiento a los libros a través de bibliotecas públicas y escolares, de profesorado que oriente, de padres y madres que ejemplifiquen, casi asegura un no lector. No hay fórmulas para fabricar un lector, pero por parte de la familia debe existir un compromiso para favorecer las condiciones de lectura y dar a cada uno lo que necesita. mación a la lectura. Concejalía de Cultura Concejalía de Cultura Poner al niño en contacto con el libro desde su primer año de vida. Así, el li- bro se convertirá en un objeto familiar desde sus primeros días. Nunca es demasiado temprano para introducir los libros en la vida de los niños; con un libro en la mano el adulto establece una comunicación afectiva y cariñosa con el bebé. Transmitir con el ejemplo: el niño tiene una gran capacidad de imitación. Si los padres leen, el niño los imitará. Compartir las lecturas con los hijos, leer lo que ellos leen y disfrutar con sus libros, es un primer paso para transmitir la pasión lectora. Los niños y niñas son malos compradores de las ideas que los padres no viven con naturalidad y sinceridad. Regalar libros como se regalan juguetes: Regalar libros es una buena idea y es importante hacerlo desde muy pronto, para que sea algo normal. No engañar a los niños: La lectura necesita paciencia y tiempo. Con la lectura, la población infantil, no disfrutará como con un juego dinámico, sino de manera distinta. Si al invitar a leer les adelantamos placeres equivocados, la lectura resultará decepcionante. El libro y su espacio: Es conveniente reservar en la casa un espacio para los libros y enseñar a usarlos, no mezclándolos con los juguetes. Compartir la lectura con ellos: Yendo con ellos a la biblioteca, dialogando sobre lo leído, creando diálogos acerca de las ilustraciones y fijando la atención en lo que conocen. Ofrecer libros de calidad literaria que se ajusten a las características de los niños: Existen varios medios para infor- marnos acerca de la literatura infantil y se pueden llevar a cabo junto con los niños, para que en la valoración de la literatura intervengan todos: • Ir a las bibliotecas, ver las novedades, sacar libros y participar en las actividades organizadas. • Ir a las librerías, rebuscar en estanterías y de vez en cuando comprar un libro que aumente la biblioteca del niño. No enfocar la lectura como “otra” actividad académica más, como una obligación o un castigo: Hacer deberes es aburrido, si la lectura se convierte en un deber más, los niños se aburrirán y terminarán odiándola. La lectura tiene que ser incorporada a las costumbres como una acto voluntario, algo que se realiza por placer y no por amenazas, presiones o prohibiciones. Gianni Rodari a este propósito comenta que ordenar leer es “el método más eficaz si se quiere que los niños aprendan a odiar los libros; es seguro al 100% y facilísimo de aplicar”. Nunca se debe castigar con la lectura, ésta tiene que ser vivida como una fiesta, un premio.