UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL ESTADO DE HIDALGO Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Licenciatura en Enseñanza de la Lengua Inglesa Maravillas del Mundo Mundo antiguo, mundo moderno y naturales López Contreras Alejandra Cervantes Chávez Itzel Daniela Gonzales Vargas Javier 01/01/2010 INTRODUCCIÓN La humanidad es una especie curiosa. Cuando hablamos de sus conquistas, la mayoría de las veces lo hacemos refiriéndonos a sangrientas y destructivas expediciones guerreras. Pero de vez en cuando, la humanidad también produce obras de impresionante belleza, destinadas a perdurar durante siglos para hacernos recordar a todos que, cuando queremos, podemos emplear nuestro esfuerzo y talento para construir maravillas. Más que ninguna otra cosa, son estas obras las que nos identifican inequívocamente como humanos. Nos representan ante nosotros mismos... y también, si alguna vez en el futuro acude a nuestro planeta azul cualquier visitante, serán sin duda estas maravillas las que constituyan nuestras principales señas de identidad. De todas las obras conocidas por su belleza o por su monumentalidad en la antigüedad, fueron siete las más famosas. De ahí el sobrenombre de "las siete maravillas del mundo". Lamentablemente, hoy, con una única excepción, no nos quedan más que las descripciones que hicieron los cronistas de la época. Guiémonos por ellas y emprendamos un viaje imaginario a través del tiempo para conocer las maravillas de nuestros antiguos. Contenido LAS SIETE MARAVILLAS DEL MUNDO ANTIGUO .............................................................................. 4 Templo de Artemisa en Éfeso ......................................................................................................... 4 El coloso de Rodas ........................................................................................................................... 6 Faros de Alejandría.......................................................................................................................... 7 Los Jardines Colgantes d Babilonia.................................................................................................. 8 El Mausoleo de Halicarnaso ............................................................................................................ 9 Estatua de Zeus en Olimpia ........................................................................................................... 11 Pirámides de Egipto o de Gizeh..................................................................................................... 12 LAS SIETE MARAVILLAS DEL MUNDO MODERNO .......................................................................... 14 La Ciudad de Petra en Jordania. .................................................................................................... 14 La Gran Muralla China ................................................................................................................... 16 Taj Mahal: Una Historia de Amor .................................................................................................. 17 El Coliseo Romano ......................................................................................................................... 20 Chichén Itzá: en la ruta Maya........................................................................................................ 21 Macchu Picchu: el tesoro de los Incas........................................................................................... 23 Río de Janeiro: El Cristo Redentor ................................................................................................. 25 REFERENCIAS ..................................................................................................................................... 28 Webgrafía .......................................................................................................................................... 28 Webgrafía .......................................................................................................................................... 28 LAS SIETE MARAVILLAS DEL MUNDO ANTIGUO De las siete maravillas del mundo antiguo, actualmente solo subsisten las pirámides de Egipto, que sigue erguidas con cono9 mudos testigos de un pasado glorioso. Pero aun así el hombre seguirá siendo creativo y siempre existirán hombres que dejaran huella por todos los siglos, creando magnificas obras que el tiempo nunca podrá borrar. Templo de Artemisa en Éfeso La Grecia Clásica es el auténtico faro de la civilización de su tiempo, y no es de extrañar que sea allí donde los artistas florecen y realizan sus más excelsas obras. Nos detenemos en la ciudad de Efeso, a orillas del mar Jónico y junto a la desembocadura del pequeño Meandro. Seguimos a mediados del siglo VI AC. Ésta ciudad ha sido desde siempre un centro de culto a la diosa Artemisa, llamada después Diana por los romanos. Se trata de la soberana de la naturaleza selvática y de los animales salvajes, y suele representársela acompañada por una cierva y armada de arco y flechas. Desde muy antiguo, existe un templo dedicado a la diosa. Pero en el siglo VII a. de C., la ciudad sufrió el ataque de los sumerios y aunque se resistió, no se pudo evitar que el templo se incendiara y fuera destruido. Pero ahora casi toda la Jonia ha pasado a manos del rey de Lidia: Creso. Sí, el mismo que ha inventado esos nuevos y extraños discos de metal llamados "creseidas" que se suponen que van a hacer las veces de moneda. Nadie sabe dónde pararán estos inventos modernos... pero Creso es un protector de sabios y artistas, el mismo Esopo ha pasado por su corte, y se propone levantar un nuevo templo a Artemisa, mejor que el anterior. Para ello se lleva a cabo una suscripción pública; todos los ciudadanos donarán algo de dinero para el templo nuevo. Finalmente el templo se levanta. Cuenta con 127 impresionantes columnas de 20 metros de altura, algo descomunal para su época, y cuenta con esculturas de Escopas. Este templo ilumina la ciudad de Efeso durante dos siglos. Sin embargo, llega la tragedia: en el año 356 a. de C., el pastor Eróstrato destruye el templo incendiándolo, por puro afán de fama. Sin duda consiguió lo que buscaba, como lo prueba el que recordemos su nombre. Pero tal vez consiguió algo más que eso: demostrar a todos los hombres que por cada Escopas hay un Eróstrato, y que las maravillas construidas por el hombre deben ser protegidas del propio hombre. El coloso de Rodas Apenas unos tres años hacia delante, hasta el 277 a. de C. vamos a presenciar la construcción de la última de las maravillas. Para ello abandonaremos el Asia Menor y nos internaremos en el mar Egeo. Allí, apenas a 18 kilómetros de la costa, encontraremos la más importante de las islas Espóradas: Rodas. Es importante porque su ciudad, del mismo nombre, es la capital del Dodecaneso, archipiélago compuesto por una veintena de islas. La situación geográfica de Rodas es privilegiada para comerciar con Grecia, el Asia Menor e incluso Egipto, y gracias a eso se ha convertido en el centro comercial más importante del Mediterráneo Oriental. Por ello no es extraño que alguna potencia de la época ambicione apoderarse de Rodas e intente tomarla, como Macedonia. Su rey, Demetrio I Poliarcetes, es conocido por su experiencia en el arte militar, sobre todo en los asedios, tanto, que en futuro los militares se referirán a la técnica de asediar fortalezas como "Poliarcética". Demetrio ataca pues, Rodas. Sin embargo, la ciudad resiste los embates de este temible guerrero, quien finalmente se retira. Para celebrar este triunfo, la ciudad decide elevar un monumento memorable a Helios, dios del sol, en el puerto. Dirige las obras Cares de Lindos, discípulo de Lisipo. La estatua va creciendo, primero el armazón de hierro y sobre él las placas de bronce. Finalmente, cuando la estatua se termina mide nada menos que 32 metros de altura. Su fama atraerá a viajeros de todo el mundo antiguo para verlo. Faros de Alejandría Unos setenta años hacia delante, y a viajar de nuevo a Egipto. Estamos en el año 280 a. de C., y desde que Alejandro liberó a este estado del dominio persa, los lazos entre griegos y egipcios se han estrechado: tanto, que su rey Ptolomeo II, es de origen griego. Esta fusión de egipcios y griegos tiene especial relevancia en la capital, Alejandría. Fundada por Alejandro Magno en el 332 a. de C., esta próspera ciudad se ha convertido en el más importante foco de la cultura helena. Pero esta vez la maravilla no va a ser un templo, ni ninguna otra clase de edificio, sino una torre. Para guiar a los numerosos barcos que acuden constantemente a Alejandría, el rey ha decidido construir una torre que identifique el lugar de la ciudad desde muy lejos. Para ello han escogido la pequeña isla de Faros, frente al puerto. El arquitecto Sostrato de Cnido dirige las obras, que conforme avanzan, adquieren un aspecto más impresionante. Cuando se finaliza, la torre mide más de 120 metros. En su cima está equipada con espejos metálicos para señalar su posición reflejando la luz del sol; y por las noches, a falta de luz, se enciende una hoguera. Los Jardines Colgantes d Babilonia Dos mil años deben transcurrir para que nuestro viaje nos lleve a la famosa Babilonia - llamada Babel en la Biblia - a orillas del Éufrates. A pesar de que el nombre de esta ciudad figura en los anales de la historia desde hace dos milenios, vemos que todas las construcciones son nuevas y recientes: y es que los asirios la destruyeron hasta los cimientos. Pero al fin los babilonios, con la ayuda de los medos y los escitas, vencieron por completo a los asirios, y la ciudad fué esplendorosamente reconstruida. Estamos a mediados del siglo VI a. de C., y gobierna el rey Nabucodonosor II, el más famoso de todos los del mismo nombre. Además de un gran guerrero y conquistador, Nabucodonosor es también un gran arquitecto: la ciudad rebosa de construcciones monumentales. Sin embargo, algo se echa de menos en esta majestuosa ciudad: todo es demasiado llano, demasiado rectilíneo. Si subimos lo suficientemente alto, veremos toda la ciudad de un vistazo. Esto entristece a Amytis, la esposa de Nabucodonosor. Ella es una princesa meda, y se crió en montes y colinas exuberantes de vegetación. Esta tristeza disgusta al rey. ¿Acaso no es el más famoso constructor de su tiempo? Enseguida ordena traer grandes piedras, pues los ladrillos utilizados normalmente no resisten bien la humedad. Así, edifica una serie de terrazas escalonadas en las cuales deposita la tierra necesaria y empieza a plantar árboles, flores, arbustos, etc. También construye una máquina semejante a una noria que transportará el agua desde un pozo hasta los jardines para regarlos. En poco tiempo, éstos rebosan de vegetación, y las copas de sus árboles se divisan incluso desde fuera de las dobles murallas de la ciudad. Nabucodonosor ha conseguido crear un aparente monte cubierto de exuberante vegetación. Sobre los jardines colgantes existe también una leyenda, que sitúa la fecha de su construcción cinco siglos antes, a finales del s. XI a. de C. Según esta leyenda, es la reina Shammuramat, llamada Semíramis por los griegos, quien construye los jardines. Shammuramat gobierna el imperio asirio como regente de su hijo Adadnirari III, desde la muerte del rey Shamsidad V, y además de construir los jardines colgantes, conquista la India y Egipto. Termina sus días suicidándose a causa del dolor que le produce descubrir una conjura contra ella urdida por su hijo. Algo trágico... como era de esperar en una leyenda, sobre todo teniendo en cuenta que fueron los griegos quienes la recogieron. El Mausoleo de Halicarnaso Un siglo hacia delante en el tiempo, y llegamos al año 352 a. de C. Las maravillas del mundo, que ya sumaban cuatro, vuelven a ser sólo tres, puesto que Eróstrato acaba de consumar su infame obra destruyendo el templo de Artemisa, hace apenas cuatro años. Pero el relevo va a llegar enseguida: una nueva maravilla será construida, dándose tales coincidencias entre ambas, que parece obra de una magia bienhechora decidida a compensar la pérdida. Estamos en Halicarnaso, en la Caria, un estado del Asia Menor. Se trata de una ciudad importante; incluso cuenta con una fábrica de esos extraños discos de metal inventados por Creso que hacen las veces de moneda. La ciudad luce esplendorosa: Mausolo ha conseguido llevarla a su cenit. Pero ahora la ciudad está de luto, pues Mausolo acaba de fallecer. ¿Qué tumba, que sepulcro será suficiente para un rey así? Su viuda Artemisa toma la decisión de no reparar en gastos; y de pronto, es como si toda la ciudad supiera que nunca más volvería a vivir una época tan magnífica como la de Mausolo, disponiéndose a demostrar su reconocimiento haciéndole la sepultura más especial de la historia, tanto, que dará nombre a los "mausoleos" que se construirán en el futuro. Ya están en marcha las obras: los arquitectos Sátiros y Piteos construyen un podio rectangular; sobre él, se levanta una columnata de orden jónico; sobre ésta, una pirámide escalonada. Y en lo más alto, una estatua representando una cuádriga. El conjunto alcanza la vertiginosa altura de 50 metros. Pero eso no es todo; los mejores escultores griegos de la época esculpirán las estatuas y relieves: Briaxis, Timoteo, Leucastes y el famoso Escopas (que nada tiene que ver, salvo el nombre, con el escultor del templo de Artemisa). Estatua de Zeus en Olimpia Un siglo adelante en el tiempo, pero en compensación no recorreremos apenas distancia; tan sólo unos pocos kilómetros hasta Olimpia, en la Élida, centro religioso de la antigua Grecia donde se rinde culto al principal de entre todos los dioses: Zeus. Aquí, bajo el monte Olimpo (uno de los muchos que hay en Grecia con ese nombre), se celebra cada cuatro años la más famosa de las festividades en honor de Zeus: la Olimpiada. Estamos en el 450 a. de C., y se está terminado de construir el impresionante templo de Zeus, para el que no se escatiman medios: los mejores escultores de Grecia trabajan en él. Los dos frontones representan los preparativos de la competición atlética de Pelópe y Enomao para obtener la mano de Hipodamia, y la lucha entre lapitas y centauros en la boda de Piritoo. Estos frontones, junto con las metopas, serán considerados no sólo el más importante conjunto escultórico del estilo severo, sino las más notables series escultóricas del arte clásico griego junto con el Partenón. Su autor, de quien no se sabrá el nombre, será conocido como el Maestro de Olimpia. Pero nos queda por ver lo mejor del templo: la estatua de Zeus. Para realizarla se ha llamado nada menos que al más famoso de entre todos los escultores de la antigua Grecia: Fidias. Su estilo, por su plasticismo, por su equilibrio en la elección de temas, en la composición y en la gradación de los efectos del claroscuro, por su representación esencial, sin ser detallada del cuerpo humano, por su majestuosa y noble serenidad, y por su armonía de formas, consigue ser la encarnación de los ideales del arte griego. Fidias pone manos a la obra representando al dios sentado sobre un trono. La inmensa estatua no puede ser más llamativa a la vista: Fidias emplea la técnica crisoelefantina, consistente en cincelar sobre marfil y añadir por encima oro, representando la carne y las vestiduras del personaje. Y además de todo esto, el trono está adornado por diversas pinturas. Fidias empleará más de un año en llevar a cabo la estatua, lo cual nos da idea de su gran tamaño y de su detalle y calidad. A diferencia de las dos maravillas anteriores, esta va a perdurar durante bastante tiempo: unos mil años, hasta que los terremotos que se producirán en el siglo VI d. de C. destruyan el templo en su mayor parte. Pirámides de Egipto o de Gizeh La más antigua de las maravillas, y, curiosamente, la única que ha llegado hasta nosotros, es el monumental conjunto de las pirámides de Gizeh, en Egipto. Todos hemos oído hablar de ellas y conocemos su aspecto, así como sabemos que eran las tumbas de los faraones. Pero acerquémonos más, y averigüemos algunos detalles interesantes. Los egipcios iniciaron la construcción de pirámides hace muchísimo tiempo, a lo largo de su Antiguo Imperio: ¡Las más antiguas tienen cerca de CINCO MIL años! En efecto, la más antigua que se conoce es la pirámide escalonada de Sakkara, tumba del faraón Djoser, que data del 2750 a. de C. El arquitecto inventor de la pirámide fué el gran Visir, y famoso sabio, Inhotep. Después de este primer ejemplo, los egipcios continuaron construyendo pirámides hasta bien entrado el Imperio Medio, en que se pasó a emplear el sepulcro subterráneo en vez de las pirámides. Sin embargo, del Antiguo Imperio nos han quedado nada menos que ochenta de éstas, repartidas por el Bajo Egipto. LAS SIETE MARAVILLAS DEL MUNDO MODERNO Después del largo periodo de tiempo la organización encargada de la elección de las 7 nuevas maravillas del mundo; dió a conocer a los ganadores. La ceremonia tuvo lugar en el Estadio de la Luz en Lisboa, donde Ben Kingsley, Hillary Swan y Bipasha Basu actuaron como presentadores. El despliegue del evento fue digna de la ceremonia de apertura de unos juegos olímpicos, e hicieron que la presentación de cada uno de los monumentos candidatos fuera memorable. Finalmente los monumentos ganadores, que desde ahora son las 7 nuevas maravillas del mundo son: La Ciudad de Petra en Jordania. Petra es un yacimiento arqueológico en Jordania. Son los restos de la capital del antiguo reino nabateo, fundada hacia el 300 antes de Cristo. Sus restos más famosos son los edificios labrados en la misma piedra de las paredes rocosas del angosto valle de la Aravá. El nombre significa piedra en griego, y es justamente porque la ciudad está enteramente construida en piedra rosada. Los edificios más célebres son el Templo de los leones alados y la Tesorería. Desde 1985 es reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Abandonada durante mucho tiempo, fue revelada al conocimiento mundial por el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt in 1812. Petra permaneció igualmente inaccesible para casi todo el mundo hasta luego de la Primera Guerra Mundial. Una autopista llega hasta Petra desde 2004. En Wiki Travel recomiendan que se contrate un beduino a la entrada del parque arqueológico, en el Centro de Visitantes, ya que uno puede así sacar ventaja de los conocimientos que tienen estos guias que a veces incluso han vivido toda su vida en Petra. Y por el alquiler de un burro o un camello, le contarán toda la historia del yacimiento. La entrada a Petra es un largo y estrecho cañón llamado Siq. Apenas se sale del Siq, los visitantes pueden ver la grandeza del edificio conocido como Tesorería, sin duda el más impresionante de todos. Utilizada en la filmación de la película Indiana Jones y la última Cruzada. Enseguida comienza la calle de las Fachadas, un largo cañón a cuyos lados se alinean las fachadas de varias tumbas. Al final de la llamada calle, se puede ver un Teatro tallado en la roca, ampliado en la época de dominación romana, para siete mil espectadores. Todavía sigue utilizándose en algunas representaciones. Frente al teatro están las llamadas tumbas reales, que son más importantes y grandiosas que las de la Calle de las Fachadas. Y finalmente el Monasterio o Templo, el monumento más grande de Petra, que fue excavado en la piedra en el 100 antes de Cristo. Tiene 800 escalones para subir a él, que pueden llegar a llevar una hora sortear. Algunos visitantes prefieren subir a lomos de un burro. La Gran Muralla China En el año 221 a.C., el primer emperador Quin Shihuang unió a los Reinos Combatientes en un solo imperio. Con el fin de defender a su recién creado imperio de los ataques exteriores, unió distintas porciones de la muralla, utilizando para ello mano de obra campesina, y gastando ingentes fortunas en su edificación. Quin Shihuang pasó a la historia como el primer tirano y dictador de la China, y aún así, hoy día, en China, se le admira casi como a un dios. Fue quien reformó la escritura, quien instauró nuevas formas de gobierno, quien fijó los sistemas de monedas y creó la primera red de canales para regadíos. Gracias a él, se deben bastantes monumentos y palacios por toda la China, e incluso, para su protección, fue enterrado en la provincia china de Xian un soberbio ejército de soldados de terracota….pero tras la caída de la Dinastía Qing, la Gran Muralla fue abandonada… Tuvo que ser la Dinastía Ming la que , entre los siglos XIV y XVII hiciera la última restauración de la Muralla, aun cuando al día de hoy sólo se conserva un 30% de ella. …para llegar, desde Pekín, la zona más cercana es la de Badaling, a la que se puede ir en autobús o coche. Esta sección, junto a la de Simatai y la de Mutianyu, son las mejor conservadas. Sobre todo en la segunda, Simatai, obtendremos las mejores vistas de toda la muralla. Allí, en el horizonte, veremos perderse la Gran Muralla, subiendo crestas de montañas, bajando a valles, pasando sobre ríos, para difuminarse y perderse entre sus abanicos de colores que conforman la calidez de su cielo y el verdor de sus campos: más de siete mil kilómetros que te llevarán desde la costa del Mar Amarillo hasta el paso de Jiayuquan, en el desierto de Gobi, atravesando 135 torres de vigilancia en una aventura que no sólo te hará recorrer los paisajes chinos tan bucólicos, sino que te transportarán a tiempos de guerras, de sangre, y de fatigas….. Tres son los pasos de esta Muralla hecha de arcilla y arena y recubierta de ladrillo cocido o granito: el de Shanghai, el Juyong, y el Niángzi. … y pasarán los siglos, y la Gran Muralla China permanecerá, majestuosa, sobria, serena, mientras a sus pies, el Mundo se le queda pequeño… Taj Mahal: Una Historia de Amor … y es que el Taj Mahal es eso: poesía hecha arte, un canto al amor, una obra sublime que sólo un alma enamorada sería capaz de ofrecer al mundo. Allí, justo sobre el pórtico de entrada, se pueden leer unos versos del Corán que describen el paraíso, que te dan una idea de lo que nos vamos a encontrar y de lo que vamos a sentir; como palabras mágicas, aquel portón de bronce nos descubrirá un “palacio de perlas rodeado de jardines”. No hay nada más profundo para cualquier viajero que sentarse en uno de los bancos que hay por todo el Jardín del Paraíso y admirar la silueta del impresionante Mausoleo recortada sobre un cielo limpio, que poco a poco se tiñe de rosa al caer la noche, mientras de fondo, en las afueras del Templo, en la ciudad, en Agra, una pequeña localidad situada al norte de la India, en el Estado de Uttar Pradesh, oímos los cánticos y las oraciones propias de estas gentes. Y así, mientras admiramos la soberbia perfección de todo el conjunto; su simetría; los estanques que, como una llave dorada y perfecta, abren el camino hacia el templo de mármol, entre flores de lotos que flotan sobre sus aguas, nuestra mente vaga absorta, solitaria, olvidada de tanto turista como nos rodea, y rememoramos casi con lágrimas en los ojos la triste historia del emperador Sha Jahan. Sha Jahan conoció a su amada Arjumand en un bazar donde ésta vendía cristales. Admirado por su belleza no fue capaz de dirigirle la palabra en un primer momento; perseguidos por los ejércitos de su padre, el Emperador, por culpa de esa relación, tras dos esposas y cinco años desde aquel primer encuentro, se unieron en matrimonio. Arjumand pasó a ser conocida como Mumtaz Mahal, “la elegida del palacio”. Durante años fueron una pareja enamorada, que vivían el uno por el otro; ella era su acompañante fiel en todas sus campañas; él la colmaba de regalos, de detalles, de flores, de diamantes. Tras la muerte del emperador Jehangir, Sha Jahan ocupó el trono. Dos años más tarde, en 1630, sobrevino la tragedia… Allí, sentado en aquel banco, con los últimos rayos de sol reflejándose en aquella obra de arte, mientras mi mirada se dirigía hacia la silueta que se perfilaba en las aguas del estanque, me imaginé la secuencia final… en plena campaña militar en Burhanpur, al nuevo emperador le avisaron de que el 13º parto de su esposa se complicaba. Sha Jahan corría desesperado hacia su tienda, con el tiempo justo de cogerle la mano y darle su último adiós. El emperador ya no volvió a ser el mismo. Se recluyó en el Fuerte Rojo, en la orilla izquierda del rio Yamuna, y allí pasó, encerrado por su hijo, los últimos años de su vida, abandonando el Imperio en manos de sus sucesores. Frente al Fuerte, visible desde todas sus ventanas, y al otro lado del río, mandó construir el más impresionante Mausoleo que jamás mente humana pudiera concebir. Los mejores constructores, los mejores obreros, las mejores joyas, las mejores piedras… todo era poco para el lugar de reposo de su amada; incluso, se desvió el Yamuna para que el Taj Mahal pudiera reflejarse en sus aguas. Y allí, tras dos décadas de construcción, en el 1648, fue enterrada su amada Mumtaz Mahal. Y allí, junto a ella, fue enterrado años después el propio emperador para que reposaran siempre juntos eternamente. Despacio, triste por un lado, impresionado por el otro, alegre por cumplir el sueño de cualquier viajero, paseé por sus jardines, tan simétricos, tan coloridos, tan naturales. Como si de un manjar se tratara, dejé para el final aquella obra de arte. Y allí, tras subir los primeros escalones de acceso, ya de cerca, el Mausoleo se hizo más inmenso, más impresionante. Algo que te atrae, una fuerza que te lleva a querer tocar con tu propia mano el mármol y descubrir que no es un sueño ni un espejismo. Y sobrecogido admiras las muchas joyas que incrustadas lapislázuli, jaspe, malaquitas, turquesas, cornalinas… se en En encuentran su su fachada: interior, desgraciadamente, la verdadera cámara donde yacen ambos, no es visitable; sólo se pude visitar una primera cámara funeraria, muy grande, con cristaleras que juegan con los colores de los rayos de sol que por ella entran. Dentro, la visita es corta, y es que el sueño verdadero, la imagen que siempre recordaremos está en el exterior… lentamente dirijo mis pasos hacia las afueras del conjunto, bordeando el estanque… allí al final del estanque, giro mi mirada atrás y dedico aquellos últimos minutos a admirar el Taj Mahal una vez más… a ver como el sol empieza a ocultarse tras su cúpula, tras sus torres… El Coliseo Romano Fue mandado construir por Vespasiano en el año 72 d.C., e inaugurado por Tito en el 80 d.C., tras celebrar una serie de fastuosas ceremonias y espectáculos que duraron 100 días. Tuvieron lugar luchas a muerte de gladiadores, peleas de animales salvajes, y la entrada fue gratuita. Casi 55.000 espectadores que entraban por 80 bocanas y que los conducían por pasillos hasta las 160 bocas de donde se llegaban a los graderíos. Este formó parte de una serie de anfiteatros que se fueron construyendo y de los que aún se conservan, aparte del romano, el del El Djem en Túnez, los de Nimes y Arles en Francia o el de Verona, al norte de Italia. Entre los siglos V y VI se prohibieron las luchas de gladiadores y de animales salvajes, y es en el siglo XIII cuando el Coliseo se convierte en fortaleza. El último espectáculo del que se tiene noticia es del año 523 bajo el rey godo Teodorico. Posteriormente el Anfiteatro, convertido en fortaleza, fue abandonado, e incluso parte de sus piedras, como la de tantos otros edificios históricos de los Foros Imperiales, se utilizaron como canteras para otros edificios más modernos. Fue a finales del siglo XIX cuando se excavó la estructura bajo la arena, y retomó la importancia que hoy día tiene. Chichén Itzá: en la ruta Maya Chichén Itzá fue capital de los toltecas en el siglo X, pero fue fundada entre los años 435 y 455 d.C. Perteneciente al estado mexicano de Yucatán, y al oeste de la turística ciudad de Cancún, pronto se configuró como una gran metrópoli, centro religioso, político y comercial de la civilización maya. Arquitectos, astrólogos, matemáticos formaban una auténtica sociedad politeísta con una organización piramidal. Una religión repleta de dioses a los que adorar con sacrificios humanos, centros ceremoniales, la precisión de los calendarios que usaban, sus enormes pirámides… eran muestra suficiente del avance de esta civilización. Actualmente, Chichén Itzá ha sido designada como candidata a Nueva Maravilla del Mundo, junto a otros conocidos monumentos mundiales como el Taj Mahal, la ciudad nabatea de Petra, la Alhambra de Granada, los famosos restos de Stonehenge, la ciudad de Timbouctú en Malí, los moais de la Isla de Pascua, las pirámides de Gizeh en El Cairo, la Gran Muralla China, el Macchu Picchu en Perú, la Acrópolis de Atenas, el Coliseo de Roma, la Estatua de la Libertad en Nueva York, la Torre Eiffel en París, la Catedral de San Basilio en Moscú, el Castillo de Neuchswastein en Alemania, la Opera House de Sydney, o Santa Sofía en Estambul Macchu Picchu: el tesoro de los Incas Perú es uno de los países que reúnen algunas de las mejores maravillas naturales que existen en la Tierra: el lago navegable más alto del mundo, el Titicaca, algunas de las selvas mejor conservadas, y el cañón más profundo del mundo, el Cotahuasi…. pero sobre todo, hablar de Perú es hablar del Macchu Picchu, de un mito que se hizo realidad en 1.911 cuando Bingham lo descubrió; es hablar de cientos de leyendas; es hablar de toda una cultura, la inca, tan misteriosa como desconocida… hablar del Macchu Picchu es hablar de un auténtico Teosoro en piedra, oculto en lo más profundo de las entrañas de la Cordillera de los Andes, allá donde el río Urubamba da origen al Valle Sagrado de los Incas… y así, entre piedras, entre agua, entre nubes, la historia del Macchu Picchu se entronca con la leyenda. Esta maravilla es un asentamiento que los Incas construyeron durante el siglo XV, al parecer como mausoleo para Pachakuteq, el fundador del imperio Tawantinsuyu. Esta ciudad mausoleo presenta grandes edificaciones de piedra que se reparten entre el barrio alto o Hanan y el bajo o Hurín. En el barrio alto nos encontramos el Templo del Sol, algunos palacios y sobre todo, el Intihuatana, un monumento desconocido del que no se sabe bien si es un altar, un reloj solar o un observatorio astronómico. En la parte baja se concentran las edificaciones más pobres, casas, talleres… Entre la parte alta, la considerada “santuario” y la baja, hay conexiones en forma de caminos y estrechas callejas, casi siempre en forma de escalinatas, que se entrecruzan en las conocidas terrazas. Un muro parecía rodear y separar a la parte de los edificios y templos donde se celebraban los ceremoniales. Pero quizás, la parte más impresionante, se encuentre en la zona norte del Santuario, en la parte alta de la ciudadela. Detrás de la roca sagrada, hay una escalinata que sube hasta el Wayna Picchu, la Montaña Joven. Merece la pena el esfuerzo de atravesar la colina conocida como Uña, y trepar por los difíciles escalones tallados en la misma montaña, para alzarse en la cima, y admirar desde allí el bellísimo paisaje que se extiende a nuestros pies. Allí, a una altura de 2.720 m. sobre la piedra labrada de la “Silla del Inca”, veremos extendidos a nuestros pies todo el santuario del Macchu Picchu como si se tratara de una estampa fotográfica robada al tiempo; y mucho más abajo, todo el cauce del río sagrado del Urubamba y los valles y quebradas que forman la Cordillera de los Andes. Ahí entendemos el verdadero concepto de lo que es la belleza de este sublime monumento, sentados, sintiendo el frescor del aire puro en nuestra cara, sumergidos en un silencio sagrado, nos dejamos llevar para fundirnos como un solo ser con la Naturaleza. Para llegar hasta el Macchu Picchu, el sistema más cómodo es mediante el tren que nos llevará desde Cuzco hasta el pueblo de Aguas Calientes. Cuatro horas de viaje en el que cruzaremos por impresionantes paisajes, y en el que veremos cómo, en su subida, vamos dejando a nuestro pies la ciudad imperial de Cuzco. El coste de este tren, es, a fecha de hoy, de unos 33 dólares. Una vez en Aguas Calientes, habremos de tomar uno de los autobuses que continuamente parten hacia el santuario. Tras unos 20 minutos de tortuoso camino, nos encontraremos a las puertas del Macchu Picchu donde habremos de pagar los 12 soles que cuesta la entrada. Pero para los más aventureros, existe un sendero, ”el Camino de los Incas”, jalonado por multitud de refugios, santuarios antiguos y ruinas incas, y que forma parte de una extensa red de caminos que surcaban todo el imperio inca. Una ruta senderista parte desde Cuzco y puede durar unos cuatros días, tiempo durante el cual podremos admirar los paisajes andinos que lo rodean, mientras ascendemos entre la niebla hasta llegar al Macchu Picchu a través de “la Puerta del Inca”. No obstante, hay una opción más corta de unos 50 kms. que parte de Aguas Calientes. Elijamos la opción que elijamos, nos veremos cautivados por su leyenda, por su belleza, por su misterio y por los recuerdos de una civilización extrañamente desaparecida. Por ello, el Macchu Picchu ha sido designado como candidato a ser considerada una de las Nuevas 7 Maravillas del Mundo, junto con otros monumentos del mundo de los que os hemos ido hablando anteriormente, como Timbuctú, el Taj Mahal, la Alhambra, Stonehengue, Petra, la Muralla China, las pirámides de Gizeh, el castillo de Neuchwanstein o la Catedral de San Basilio. Río de Janeiro: El Cristo Redentor Símbolo del Amor y una llamada a la fraternidad. Este colosal Cristo, de 38 metros de altura y 1.145 toneladas de peso, es el orgullo de todos los brasileños, sean del origen y la casta que sean, pues desde su cerro los abraza y protege con ese gesto que tan famoso ha hecho su silueta de brazos abiertos. Y allí, desde el Corcovado, el más imponente cerro que rodea a Río de Janeiro (Ver hoteles en Rio de Janeiro), a 750 metros de altura, y con las famosas playas de Copacabana, Ipanema, Leblon, Barra do Tijuca y Sao Conrado, a sus pies, el Cristo Redentor parece llamar al mundo a la Paz, al Hermanamiento y al Amor. Aún cuando la idea de este monumento ya surgió a mediados del siglo XIX, no fue sino hasta el año 1921 en que se llevó a efecto, no sin antes una gran discusión sobre en cuál monte debería ir situado: si el Pan de Azúcar o el Corcovado. Finalmente se eligió éste último por su mayor altura. Con los esquemas del ingeniero Heitor Da Silva Costa, y la financiación de todos los brasileños, en 1922 se colocó la primera piedra. Carlos Oswald aportó sus diseños, y la imagen es obra del francés Paul Maximilien Landowski. Su inauguración, al fin, se produjo el 12 de Octubre de 1.931, y contó con la excepcional colaboración de Marconi, el famoso físico italiano que obtuvo el premio Nobel de Física. Para llegar a él, podemos llegar, bien por carretera, bien por un tren electrificado que se inauguró en 1889 por el emperador Pedro I. 75 años cumplió en el 2006. Años durante los que puede contar innumerables anécdotas, como la que se dio con los bocetos originales, cuando se planteó la posibilidad de que cargara el Cristo con una Cruz y un Globo Terráqueo, idea que se desechó para evitar que se pensara que se trataba de un Cristo “futbolista”. O como aquélla otra en que el Obispado de Río de Janeiro decidió denunciar a varias empresas que utilizaban la imagen del Cristo en latas de cervezas y otros artículo, para evitar que su imagen perdiera religiosidad. Su iluminación, de color gris verdosa, intentó cambiarse a azul hace unos años, pero fueron tales las lluvias torrenciales que se produjeron durante su inauguración, que tuvo que ser aplazada, y por superstición, se pensó que el Cristo se negaba a que lo cambiaran. Por otro lado, en el año 2.000, y durante un periodo de fuertes recortes eléctricos, el Cristo redentor fue el único que no sufrió ninguna restricción lumínica, permaneciendo iluminado en todo momento. Actualmente, el Cristo Redentor de Río de Janeiro ha sido designado como candidato a Nueva Maravilla del Mundo, junto a otros conocidos monumentos mundiales como el Taj Mahal, la ciudad nabatea de Petra, la Alhambra de Granada, los famosos restos de Stonehenge, la ciudad de Timbouctú en Malí, los moais de la Isla de Pascua, Chichén Itzá en México, las pirámides de Gizeh en El Cairo, la Gran Muralla China, el Macchu Picchu en Perú, la Acrópolis de Atenas, el Coliseo de Roma, la Estatua de la Libertad en Nueva York, la Torre Eiffel en París, la Catedral de San Basilio en Moscú, el Castillo de Neuchswastein en Alemania, la Opera House de Sydney, o Santa Sofía en Estambul. REFERENCIAS Webgrafía Locurasviaje.com. (8 de Julio de 2001). Recuperado el 14 de Octubre de 2010, de http://locuraviajes.com/blog/las-nuevas-7-maravillas-del-mundo/ Webgrafía anonimo. (6 de Mayo de 2000). Siete Maravillas. Recuperado el 14 de Octubre de 2010, de http://sietemaravillas.tripod.com/ Gon. 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