PAG.3 ESCENA CYAN MAGENTA AMARILLO NEGRO cultura escenas.3 SÁBADO 12 DE JUNIO DE 2010 EL NACIONAL DUELO Para Manuel Graterol hacer reír era un acto de bondad Se fue Graterolacho, el ángel guardián de los humoristas ARCHIVO La última de las múltiples ideas del escritor y publicista fue la creación de un Museo del Humor "Ahora tengo la garganta/ comenzándome a doler/ y me dispongo a comer/ sin papa el sapo no canta” (Último tweet escrito por Graterolacho, el lunes 7 de junio de 2010) JOLGUER RODRÍGUEZ COSTA jjrodríguez@gmail.com Maestro del verso y de la rima, periodista, libretista, compositor, humorista, escritor y publicista. Eso y más fue, durante 50 años, Manuel Graterol, conocido como Graterolacho. El también llamado poeta popular falleció ayer a las 4:30 pm, a los 75 años de edad, víctima de una afección pulmonar. Llevaba dos días recluido en la unidad de terapia intensiva de la Clínica Rescarven de Chuao. “Hace un mes me lo encontré en un restaurante, lo vi algo viejo, pero nunca pensé que nos dejaría tan pronto”, expresó Laureano Márquez, que compartió con Graterolacho tanto profesional como personalmente. “Siempre se preocupaba por el bienestar de todos. Decía que el humor era un acto de bondad”, agregó Márquez, visiblemente conmovido. Oriundo de Turén, Portuguesa, Graterolacho llegó a Caracas a los 6 años de edad. A los 17 años comenzó a trabajar en los medios de comunicación y a partir de la década de los cincuenta empezó a destacar sobremanera en el área de la publicidad, en la que se hizo un hombre de medios. Entre sus eslogans de impacto masivo se recuerdan “Esta es Venezuela compadre” y “No se conforme con menos”. Simultáneamente, Graterolacho inició un recorrido perio- “Soy un hijo adoptivo de Caracas”, era su lema Manuel Graterol Santander nació en Turén, estado Portuguesa, hace 75 años dístico con sus columnas “Se sufre pero se goza”, “Cantos de cantina”, “Suspiros de tucusitos” y “Versos y reversos”. Trabajó para la radio y la televisión, medios en los que produjo y dirigió una variedad de programas. Luego se desempeñó como redactor, supervisor creativo y director creativo en grandes agencias. Entre las décadas de los sesenta y ochenta, fue gerente y vicepresidente de Corpa, Young & Rubicam “El término de escritor es muy exclusivista en nuestro país; no se llama así al publicista o al humorista” MANUEL GRATEROL SANTANDER El NacionaL, 12 DE ENERO DE 1982 y JMC, hasta que llegó a tener su propia empresa, Createrol Publicidad. Siempre manifestó un amor incondicional por Caracas. “¡Soy caraqueño y caraquista”, exclamaba con su tono dicharachero. Graterolacho identificaba a la ciudad como el centro de sus sentimientos. “Aunque esté una semana en mi pueblo o quince días en París, siempre tendré intacto el deseo de regresar al punto de partida de todos mis afectos”, dijo una vez casi con lágrimas en los ojos. “Soy un hijo adoptivo de Caracas”, era su lema principal. En 1989 funda junto con Luis Muñoz Tébar –Lumute– el semanario El Camaleón, que venía encartado con El Nacional. Entre ese año y 2003 publicó más de 500 ediciones; y lo convirtió en un proyecto multimedia que abarcó el espectro radial y televisivo. En sus últimos años de periodista, Graterolacho trabajó para Kys FM. Además, escribía un soneto que publicaban periódicos de circulación nacional y del interior. Era multifacético, como una caja de Pandora. Una de las sorpresas de su repertorio artístico y literario fue la letra que le creó a José Luis Rodríguez para el Festival de Viña del Mar en 1981. “Me tocó ver y sentir cuando 30.000 almas coreaban y se movían con la canción”, recordaba. “Era un tipo profundo, de unas raíces espirituales muy fuertes. Creyente en Dios, en la amistad y en las cosas hermosas que se establecen de las relaciones humanas”, manifestó el propio José Luis Rodríguez, que recordó a Graterolacho de cuando fueron vecinos en El Cafetal, en Caracas. Rolando Salazar se refirió a su amigo como una persona con sentido de familia. “Estuve en su casa la semana pasada cuando me manifestó su convalecencia, su dolor. Siempre fue creativo y se caracterizó por tener una lealtad incondicional hacia sus amigos”. Entre las ideas que Graterolacho dejó en el tintero, Laureano Márquez destaca una que venía madurando años atrás: el Museo del Humor. Quizás, a propósito de su bonhomía, se la lleve al más allá. Por algo lo llamaban el ángel guardián de los humoristas. “La risa es gratis, amigo/ lo más bello bajo el sol/ y siempre cuadra conmigo/ puesto que soy Graterol” "Y así como a Cocodrilos/ anticipé mi perfil/ quédense todos tranquilos/ pues voy de nuevo a Brasil” “Esteban hoy como antes/ con su discurso soez/ le hace la guerra otra vez/ al idioma de Cervantes” "No nades en ese pozo/ Lorenzo, entre esos señores/ mejor les mandas al oso/ y a todos sus seguidores” "Me puso el dedo en la llaga/ poeta y pido perdón/ como el árbitro llorón/ que sentenció a Galarraga” "Han nombrado a Florentino/ como cantante ecológico/ el nombramiento es muy lógico:/ se la pasa con Servando” "Ya es una noticia pública:/ Esteban nada en mil llantos/ porque en la hermana República/ se le voltearon los Santos” MÚSICA El concierto será mañana en el Aula Magna EXPOSICIÓN Se inaugura mañana Voces universitarias se confabulan para homenajear a Otilio Galíndez Nueva Era presenta una mezcla ancestral WILLIAM DUMONT El Orfeón de la UCV estará acompañado de artistas como Marina Bravo, Rafael Pollo Brito y la agrupación larense Santoral GERARDO GUARACHE OCQUE Otilio Galíndez comenzó a trabajar en la Universidad Central de Venezuela en 1957. El Orfeón Universitario, que era dirigido por Vinicio Adames, se convirtió en el vehículo idóneo para mostrar sus canciones. Mañana, cuando se cumplirá un año de su muerte, la agrupación coral le rendirá un homenaje. Temas como “Caramba”, “Luna decembrina”, “Sin tu mirada”, “Ahora”, “Son chispitas”, “Mi tripón” y “La Restinga” serán interpretados por el coro, que compartirá escena con la cantante Marina Bravo. También estarán presentes Henry Martínez, Rafael Pollo Brito y la agrupación larense Santoral. Con ellos tocará una banda, dirigida por Edwin Arellano e integrada por Luis Freites (bajo), Manuel Rangel (maracas y guitarra), Leowaldo Aldana (percusión) y Carlos Pineda (cuatro). Arellano estuvo en contacto con el homenajeado durante un año en Mérida, adonde el fallecido músico yaracuyano viajaba para escapar del bullicio: “Una noche le pregunté a A partir de 1957, el Orfeón Universitario se convirtió en el principal vehículo de las canciones de Otilio Galíndez quién le hizo ‘Flor de mayo’, y me dijo que se la escribió a su madre y no a otra mujer, como la gente pensaba. Entonces él me preguntó si yo había escrito la mía. La hice años después y la titulé, por supuesto, ‘Mi flor de mayo”. El músico, miembro del ensamble Los Sinvergüenzas –que es parte del colectivo Movida Acústica Urbana–, indicó que el concierto que se celebrará mañana en el Aula Magna de la UCV tiene una significación especial para él: “Retomar sus canciones es como encontrarse con Otilio, a través de sus letras y sus armonías. Él era un poeta que se manifestaba ayudado por su cuatro. Era muy intuitivo, y eso es algo que debemos aprender los músicos que muchas veces nos centramos en el academicismo”. Cuando se le pregunta a Marina Bravo, miembro del grupo Pomarrosa y del colectivo Piso 1, cuáles son las cualidades de la obra de Otilio Galíndez, ella responde sin titubeos: “La poesía facilita. La correspondencia entre música y letra. Son canciones completamente descriptivas. Son escenas que nos regalan un dibujo de la Venezuela que fuimos”. César Alejandro Carrillo, director del orfeón, señala que Galíndez no era un músico muy preparado, pero sus crea- ciones gozaban de un equilibro entre sencillez y profundidad: “Es uno de los valores de la música venezolana, al lado de gente como Eduardo Serrano, Simón Díaz, Luis Laguna y Aldemaro Romero. Nos vamos quedando sin esos grandes creadores. Por eso, a través del movimiento coral, tratamos de preservar el cancionero. Mantenerlo vigente es un deber, una responsabilidad”. La obra de Galíndez, primer ganador del Premio Nacional de Música, ha sido interpretada por artistas como Ilan Chester, Soledad Bravo, Morela Muñoz, Cecilia Todd e incluso el cubano Pablo Milanés y la argentina Mercedes Sosa. Cuando se conoció la noticia de su muerte, el 13 de junio del año pasado, el músico y locutor Miguel Delgado Estévez –miembro del ensamble El Cuarteto– expresó: “Si en Venezuela se habla de una nueva canción venezolana, esa nueva canción arrancaría con Otilio Galíndez”. El artista peruano José Vera Matos satiriza el cúmulo de religiones y creencias que el mundo occidental importó desde los años setenta MARCY ALEJANDRA RANGEL El creador peruano José Vera Matos presenta Nueva Era, una muestra inspirada en un tema que lo inquieta: la contradicción que existe entre la búsqueda espiritual y los vicios de las nuevas corrientes de la religión. Las creencias que se debaten en la frontera de lo religioso y lo pagano, lo establecido en escritos y transmitido por la oralidad de generación en generación, son reflejadas en Evangelio de acuario, una obra que atraviesa la sala y en la que el artista se dedicó a pintar a mano todo el “Evangelio acuariano de la luz de Cristo”, la ba- se filosófica de la Nueva Era. Vera Matos dice que comenzó a centrar su atención en los discursos que se generan en la sociedad cuando notó que ahora todo el mundo consume para alcanzar la felicidad. “Aquí hay un popurrí de conocimiento místico y ancestral. A mí me interesa ver cómo Occidente importa estas culturas, siempre en beneficio del otro”. Nueva Era José Vera Matos Inauguración: mañana, 11:00 am Oficina #1, Centro de Arte Los Galpones, avenida Ávila con octava transversal de Los Chorros Horario: martes a viernes, de 2:00 pm a 6:00 pm; sábados y domingos, de 11:00 am a 4:00 pm Entrada libre Información: www.oficina1.com WILLIAM DUMONT Orfeón de la UCV: Cantando a Otilio Aula Magna de la UCV Mañana 5:00 pm Entrada libre El artista peruano cree que hay un doble discurso del individuo al adoptar una religión