la casa de jorge gaitán cortés en Bogotá Este trabajo es el producto de una Beca de investigación en patrimonio cultural que me otorgó el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural IDPC en el 2010, en la categoría trayectoria en Investigación, con el proyecto: El álbum familiar como rescate del patrimonio arquitectónico: La casa del arquitecto Jorge Gaitán Cortés en Bogotá. La beca consistió en explorar la noción de patrimonio integral a partir del rescate de las historias de una casa, en este caso la de Jorge Gaitán Cortés (1920-1968), el arquitecto, urbanista y alcalde de Bogotá. La casa está situada en la calle 68#4A28 en el barrio Granada en Bogotá. Para lograr el objetivo, la investigación comenzó con la exploración de la bibliografía sobre la vida del arquitecto, la historia de la arquitectura moderna en Colombia, la historia del barrio, los recuerdos de sus hijos y su esposa y entrevistas a algunos arquitectos. El resultado de la beca son tres textos: La casa del arquitecto Jorge Gaitán Cortés, que pretende describir la casa a partir de los planos originales, de las fotos del álbum familiar y de los relatos de sus hijos, además de comentarios sobre la casa de algunos arquitectos. El segundo texto se llama la casa en contexto y explora la arquitectura de la época, la vida del arquitecto y las características del barrio. Y un tercer artículo llamado Patrimonio y conversación que plantea una forma de entender el patrimonio integral. Esta publicación desde un comienzo fue pensada para ser publicada en la red, ya que una de las ideas clave del patrimonio integral a mi modo de ver es construir un espacio virtual para que la memoria de una casa sea consultada por las nuevas generaciones. La investigación entonces está dirigida al público en general, a los estudiantes que quieran averiguar sobre la obra del arquitecto, y para los cuales se incluye una bibliografía que les permitirá acercarse al tema. Jorge Gaitán Cortés se casó Emma Villegas de Gaitán (1925) y tuvo ocho hijos. Claudia (1950), Adriana (1951), Jorge (1953, el primer hijo que nació en la casa), Benjamín (1956), José María (1959), María Emma (1961), Juan Carlos (1965), Eduardo (1968). Agradezco especialmente a la familia de Jorge Gaitán Cortes por su disponibilidad para ser entrevistados, y por el préstamo de la información. Su esposa Emma Villegas de Gaitán por sus inteligentes comentarios, sus hijas Claudia y Adriana y María Emma que accedieron amablemente a ser entrevistadas, a Jorge por sus conocimientos sobre historia y el préstamo de las cartas de Jorge Gaitán Cortés que fueron muy útiles. A Benjamín, por su amplio conocimiento de la historia y de arquitectura en Colombia y a su hijo Juan Carlos, que puso a mi disposición el archivo que guarda con sobre la obra de su padre. A dos de sus hijos José María y Andrés no los entrevisté, por cuestiones de tiempo, pero espero tener la oportunidad de hacerlo. Agradezco a los arquitectos entrevistados, al Instituto Distrital de Patrimonio Cultural y a Tangrama por la diagramación del documento. Las fotos que no tienen pie de foto son tomadas por la investigadora. Natalia Gutiérrez Antecedentes de la investigación propuesta Esta investigación responde a cuatro antecedentes básicos. El primero fue un encuentro casual: recorro el barrio Chapinero todos lo días y siempre sentí curiosidad por una casa de esquina, no muy espectacular, una casa discreta y respetuosa de paisaje de la calle, de arquitectura moderna con volúmenes básicos pero construidos con una piedra de expresiva, intercalados y acentos de celosías en ladrillo. Una casa que parecía concebida para vivir en ella pero también para hacer un comentario conceptual sobre una concepción particular del espacio privado y del espacio público. Una casa que despertaba mi curiosidad sobre todo porque me hacía pensar también hacía parte de la historia del barrio. Un día vi la casa rodeada de plásticos y creí que iba a ser demolida, como la mayoría del patrimonio arquitectónico de Chapinero. En plena calle, y preguntando qué iba a suceder con esta casa, me encontré con una persona que me respondió muy amablemente y me dijo se trataba de la casa de su padre, el arquitecto Jorge Gaitán Cortés, y que su familia había decidido darle otro uso, un hotel, conservando en lo posible su fachada. Es importante anotar que Jorge Gaitán presentó dos proyectos para construir hoteles en Bogotá. La primera fue su tesis de pregrado en 1943, un hotel en la calle 26 con carrera séptima. La segunda propuesta fue su tesis de grado de la maestría de Arquitectura de la universidad de Yale en 1944. A propósito, un artículo de Enrique Santos Molano en El Tiempo, se refiere a la tragedia del patrimonio arquitectónico de los años 60 y mucho más del barrio de Chapinero cuyas casas han sido abandonadas e incluso demolidas. Se refiere a múltiples factores que influyen en ese abandono, pero sobre todo a un factor inesperado y doloroso y es la falta de compromiso de muchos herederos con la historia y con el país, un desinterés que los ha llevado incluso a solicitar que su casa sea eliminada de la lista del patrimonio para que pueda ser demolida. Es el caso de la casa de Carlos Pérez Norzagaray en La Cabrera. Santos Molano se refiere, por contraste, a la iniciativa de la familia de Gaitán Cortés, como un indicador de una herencia de compromiso con el contexto que el mismo arquitecto, con su vida, ayudó a construir en la mentalidad de quienes lo conocieron1. 1 Enrique Santos Molano. Contrastes http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/ enriquesantosmolano/ARTICULO-WEB-PLANTILLA_NOTA_INTERIOR-4782498.html El Tiempo. Mayo 19, 2010. Este encuentro casual con el hijo de Gaitán Cortés, Juan Carlos, me lleva al segundo antecedente de esta propuesta. En el momento, cuando conversé de manera informal con él pensé que esta casa sería un caso preciso para poner a prueba una metodología que he trabajado desde hace ya unos años y que consiste en concebir el álbum familiar como herramienta para el rescate del patrimonio intangible. El álbum Familiar según Armando Silva, es Familia fotografía archivo y relato. Así, los relatos sobre los usos de una casa por ejemplo y sobre la vida de un barrio son una forma de rescatar la memoria de un objeto que puede resultar clave para entender el pensamiento de una época desde la perspectiva del habitar. El álbum familiar es imagen y relato que se solicita a través de entrevistas y que abre una mezcla de lo privado y lo público, y puede ser una herramienta clave para rescatar la historia de una casa, pero también, la vida de un barrio. Como tercer antecedente habría que decir que mi trabajo se ha orientado a entrevistar de manera extensa a artistas buscando encontrar las maneras de operar del pensamiento artístico y su sentido transformador y ético como una manera diferente de contar la historia del arte colombiano. Recientemente las entrevistas se han orientado en el trabajo de artistas que recorren Bogotá y me han llevado a concluir que la manera de concebir los objetos y las acciones transformadoras en un mundo específico, son el patrimonio intangible por excelencia, ya que las mentalidades son espacios de aprendizaje y discusión para nuevas generaciones y es necesario recogerlas hacerlas visibles. Pero también esta casa en particular me lleva al cuarto antecedente de esta propuesta de investigación sobre el patrimonio, y es que en realidad el arquitecto que diseñó esta casa tiene una vida que merece ser contada en términos personales pero también como representante del pensamiento moderno que tuvo incidencia en el diseño de la Bogotá de hoy. Jorge Gaitán Cortés (Nueva York 1920-Bogotá1968), nació en Nueva York en 1920. Su padre, Pantaleón Gaitán, decidió trasladarse allí con su esposa, Cecilia Cortés, quien a su vez había vivido los 15 primeros años de su vida en Barcelona. Julio Dávila se refiere en su libro sobre Gaitán Cortés, a una burguesía colombiana con negocios florecientes que podía vivir en diferentes ciudades europeas ya que, antes de la crisis de los años 30 en Estados Unidos, los niveles de vida eran parecidos para todas las clases pudientes en cualquier ciudad del mundo sobre todo en Nueva York2. 2 Dávila, Julio. Planificación y política en Bogotá: La vida de Jorge Gaitán Cortés. Alcaldía Mayor de Bogotá, Bogotá, 2000. Gaitán Cortés nació y vivió sus primeros nueve años en un cómodo apartamento de Manhattan frente al Central Park. Pero cuando muere su madre, regresa a Bogotá con su padre a vivir en la hacienda de San Cristóbal, en ese momento lugar de haciendas, cerca de las ladrilleras que su abuelo paterno había comenzado a explotar; un evidente cambio radical en las visiones de ciudad. Estudió en el colegio de San Bartolomé en la Plaza de Bolívar, y cuentan que adolescente hacía el viaje entre San Cristóbal y La Plaza en bicicleta. Al parecer conoció a Bogotá con sus diferencias de clase y sus transformaciones desde una experiencia cercana. Gaitán se graduó de bachiller en 1937 y entró a la facultad de arquitectura de La Universidad Nacional, recientemente fundada en 1936, y que funcionaba en un edificio republicano en el centro de Bogotá. Luego, en 1940, la facultad de arquitectura se trasladó al primer edificio construido en los predios de la ciudad universitaria. Sus biógrafos3 cuentan cómo influyó en su pensamiento un pensum con coexistencia de ingenieros y algunos arquitectos formados en el exterior. De Karl Brunner recibió la primeras claves como urbanista y, luego de graduarse, estudio un año en la universidad de Yale, en 1944, donde además de estar contacto con las ideas modernas de ciudad, estableció una relación de amistad con el ex presidente Eduardo Santos y su esposa Lorencita Villegas quienes vivían en Nueva York. Más tarde se casaría con una sobrina de Lorencita Villegas, Ema Villegas y tendrían ocho hijos. A su regreso en 1944, asumió la gerencia de la ladrillera en San Cristóbal en la cual desarrollo productos innovadores como el ladrillo en forma de “u”. Según Germán Téllez: “todos los de mi generación aprendimos a diseñar edificios en los que usábamos este producto para todo. Todavía quedan calados de esos ladrillos en casas de campo de tierra caliente; era el recurso de las paredes que requerían ventilación”4. Un ejemplo de la aplicación de estos ladrillos en la arquitectura fue La iglesia de San Cristóbal 1946, el teatro La Comedia y su propia casa. Fue fundador y colaborador de muchas firmas de arquitectos e ingenieros González Zuleta por ejemplo, y se reconoce su diseño en el estadio Once de Noviembre en Cartagena 1947 el estadio Pascual Guerrero de Cali, el estadio Atanasio Girardot de Medellín y el Nemesio Camacho el Campín de Bogotá. Su biografía que toca muchos lugares y pensamiento, Nueva York, San Cristobal, 3 Me refiero Julio Dávila y al libro citado anteriormente, y a Enrique Santos Molano que escribió una biografía, en este momento en proceso de publicación. 4 Julio Dávila. Op. Cit, Pg 141. Universidad Nacional, Yale, es probable que haya contribuido a una visión casi devota de la ciudad moderna, pensada en términos de movilidad y cobertura de servicios públicos efectiva y visionaria. Ministro de Obras Públicas en 1947, promovió el desarrollo de las juntas de acción comunal para que los ciudadanos pudieran desarrollar niveles de autoconsciencia política y administrativa para enfrentar su crecimiento demográfico. Preparó el paso de las ciudades pequeñas a las ciudades masificadas en un país fracturado por la violencia. Es importante anotar que Gaitán Cortés se desempeño en diversos campos y sin pretender ser exhaustivos cabe destacar el proyecto para La Universidad Industrial de Santander en 1945 que realizó en colaboración con Álvaro Ortega, Jaime Ardila y Gabriel Solano. Y el teatro de La Comedia en Bogotá a principios de los años 50, construido con Guillermo González Zuleta, con un amplio espacio y cubierta abovedada de ladrillo que aún se conserva. Su carácter investigativo le llevó a preocuparse por estudios de construcción de vivienda modular que se verían plasmados en la primera etapa del barrio Los Alcázares de Bogotá en 1949. Con ese mismo rigor investigativo, sentó las bases del paradigma moderno de la vivienda social en el proyecto del barrio Muzú en Bogotá en colaboración de nuevo con Álvaro Ortega, entre otros, proyecto que se culminó en 1951. En este proyecto revolucionario para la época, el diseño incluía la desaparición completa de la manzana tradicional para dar paso a grupos de predios rodeados de espacios deportivos y vías peatonales5. Así mismo diseñó el barrio el Tejar con tejido de zonas libres y zonas construidas con reflexiones acerca de una concepción bio técnica de la arquitectura y el urbanismo. Alcalde Bogotá ente 1961 y 1966,6 una ciudad en ese momento de tres millones de habitantes, que Gaitán Cortés propuso proyectar con servicios de energía y acueducto para ocho millones. Proyectó la construcción de la avenida 19 y la avenida 68, concibió grandes zonas recreativas como el Tunal y el Parque Simón Bolívar, y durante su administración incluso se empezó a hablar de un metro para Bogotá. Puso en marcha el estatuto de valorización, las juntas de acción comunal, la restructuración del Departamento de planeación Distrital y el plan maestro de acueducto y alcantarillado. Fue gerente de El Tiempo, lugar donde 5 Alberto Saldarriaga Roa. Estado Ciudad y Vivienda. Urbanismo y arquitectura de la vivienda estatal en Colombia 1918-1990. Bogotá, Inurbe, 1966 6 Enrique Santos Molano: Jorge Gaitán, el cerebro de la construcción de vías como las avenidas Boyacá, 68 y 19. http://www.eltiempo.com/colombia/bogota/ARTICULO-WEB-NOTA_ INTERIOR_HT-7651977.html murió accidentalmente en 1968, cuando, revisando el techo de las instalaciones del periódico en la Avenida Jiménez, pisó una teja plástica y cayó ocho metros. Jorge Gaitán Cortés construyó su casa en la calle 69 # 4 - 97 en Bogotá, en el barrio Chapinero Nueva Granada, en 1953. El arquitecto murió en 1968 y la familia vivió en ella hasta 1992, ya que viajaron a España. La arrendaron a la OEI que le hizo unas primeras y pragmáticas reformas. Luego quedó desocupada durante un tiempo, fue declarada patrimonio -Conservación Integral- en el 2001 con el decreto 606. Y sus hijos resolvieron, en el 2008, convertirla en un hotel. la casa de jorge gaitán cortés en Bogotá Línea de tiempo Cecilia Cortés Gregory. Barcelona, 1912. Pastel por J Borrel. Pantaleón. Pantaleón Gaitán y Jorge Gaitán Cortés. Nueva York, 1924 1920 1926 Jorge Gaitán Cortés nació en Nueva York el 6 de mayo Hijo de Cecelia Cortés Gregory y Pantaleón Gaitán Pérez; habían contraído matrimonio en 1916 en Bogotá. Se trasladaron a Nueva York porque Don Pantaleón era representante de la Casa Montoya Patiño y Cía, empresa de importación de herramientas y maquinaria, de la cual Luís Patiño Galvis era socio. Don Pantaleón era un hombre interesado en el teatro, escritor de zarzuelas y promotor de teatro. Pantaleón Gaitán regresa a Bogotá para ayudar a su padre en el montaje del sistema Hoffman que había adquirido en Estados Unidos, para modernizar y aumentar la productividad de la fábrica de ladrillos de su padre, el General Benjamín Gaitán. 1929 Jorge Gaitán vive en Nueva York con su mamá hasta que ella muere de un cáncer en 1929. 1936 Se funda la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional. 1937 Entra a estudiar arquitectura en la Universidad Nacional en Bogotá. 1940 Se inaugura el campus de la Universidad Nacional con nuevos edificios modernos. 1942 Se gradúa de arquitecto en la Univeridad Nacional con un proyecto para un hotel en Bogotá en el sector de San Diego. Ese año regresa a vivir con su papá y su abuelo en el barrio San Cristobal en Bogotá en una casona al lado de la ladrillera en la calle 13 sur # 10-41. Ladrillera Gaitán San Cristóbal. Bogotá. Su abuelo Benjamín Gaitán Matíz, general liberal e industrial, era propietario de la fábrica de ladrillos Gaitán en San Cristobal y de la Panadería Unión. Cecilia Cortés Gregory, Jorge Patiño, Jorge Gaitán Cortés (En el centro) N.Y. 1924. Viaja a Yale, New Haven Conn, para estudiar una maestría en arquitectura con énfasis en cálculos de estructuras. Alli estudiaba también Jaime Nieto, hijo de Don Agustín Nieto Caballero, y socio de Gaitán Cortés en su primera firma de arquitectos. 1944 Regresa al país y funda la compañía de arquitectos Herrera Gaitán y Nieto Cano. Uno de los socios es Jaime Nieto su cuñado. En 1944 es profesor de la Facultad de Arquitectura en la Universidad Nacional. En 1943 conoce en Nueva York a Eduardo Santos, a su esposa Lorencita Villegas quienes vivían en ese momento en Nueva York, y a un hermano de Lorencita, Mariano Villegas, quien estaba en la ciudad por razones de salud. Él será su futuro suegro. Jorge Gaitán y su abuelo don Benjamín en Nueva York hacia 1927. Jorge Gaitán Nueva York 4 años. 1943 Gaitán Cortés entra a estudiar en el colegio de jesuitas, San Bartolomé, en el centro de Bogotá, y se gradúa en 1937. Se destaca en matemáticas, patinaje y fútbol. En 1943 presenta su tesis de grado y es un nuevo hotel para Bogotá cerca del aeropuerto. Bachilleres de san Bartolomé 1937 Bogotá. fila inferior, primero a la derecha, Gaitán Cortés. 1945 Jorge Gaitán se casa con Emma Villegas Puyana nacida en Bogotá en 1925. hija de Mariano Villegas Restrepo (Manizales, 18 de diciembre de 1895. Bogotá, noviembre 7 de 1975), y Josefina Puyana Reyes (Bucaramanga 22 de mayo de 1901. Bogota, 21 de septiembre de 1974). Gaitán Cortés tendría una relación estrecha con sus suegros. En 1945 la pareja vive en el Edificio Cano en el centro de Bogotá, un edificio diseñado por Herrera Gaitán y Nieto Cano. Alli nacen sus tres primeros hijos: Claudia, Adriana y Jorge. Emma Villegas Puyana, 1943. Ese mismo año conoce a Emma Villegas Puyana sobrina de Lorencita Villegas. Su padre Mariano Villegas era hermano de Lorencita Villegas y de Alfonso Villegas fundador del periódico El Tiempo. Hotel en San Diego. Tesis de grado de arquitecto de la Universidad Nacional. Dos hermanos fotografiados en 1933: Mariano Villegas padre de Emma Villegas de Gaitán y Lorencita Villegas de Santos, esposa de Eduardo Santos. En 1945 gana el concurso para diseñar y construir la Universidad Industrial de Santander. Matrimonio de Emma Villegas Puyana y Jorge Gaitán Cortés, 1945, Bogotá. A la izquierda Lorencita Villegas de Santos, Jorge Gaitán Cortés, Emma Villegas de Gaitán, Pantaleón Gaitán Pérez, y Eduardo Santos. Sentados: Lucía, Manuel y Susana, Escobar Patiño. 1947 Entre 1947 y 1948 trabaja en el Ministerio de Obras Públicas con otros destacados arquitectos colombianos. Jorge Gaitán Cortés, 1962. 1948 Es nombrado Jefe del Departamento Técnico del Instituto de Crédito Territorial. 1949 Funda la Facultad de arquitectura de la Universidad de Los Andes en Bogotá. En 1947 diseña y construye, en Compañía de Guillermo González Zuleta, el Estadio 11 de noviembre en Cartagena. Posesión de Jorge Gaitán como alcalde, frente a Guillermo León Valencia. Teatro La Comedia 1954, hoy Teatro Libre. 1953 Entre 1950 y 1960 desarrolla numeros proyectos privados entre ellos su casa Calle 68 # 4A 28/32 en Bogotá. Allí vive con su esposa y sus ocho hijos. Construirá también una casa al lado para sus suegros. 1954 Diseña el teatro de La Comedia en Bogotá. 1956 Funda la Facultad de Arquitectura de la Universidad de América en Bogotá. 1957 Entre 1957 y 1961, es nombrado gerente de Obras de Seguros Bolívar y adelanta numerosas obras en varias ciudades del país. 1958 Es nombrado Concejal de Bogotá hasta 1961. 1961 Es nombrado Alcalde de Bogotá por Alberto Lleras Camargo en su segunda presidencia (1958-1962) y luego ratificado por Guillermo León Valencia presidente entre 1962 y 1966. En esa época los alcaldes eran nombrados por el presidente. No se había instituído la elección popular de alcaldes. Su esposa Emma Villegas ejerció un papel protagónico en la alcaldía y después de la muerte de Gaitán Cortés sería elegida por voto popular concejal de Bogotá en tres períodos seguidos:1970-1972, 19721974, 1974-1976 y ejercería cargos diplomáticos en Génova, Italia y Lisboa, Portugal. Casa del arquitecto en la carrera quinta entre calle 68 y 69, Bogotá. Estadio 11 de noviembre Cartagena, 1947. 1966 Gaitán Cortés es nombrado gerente general del periódico El Tiempo y se encarga de modernizarlo. El 14 de agosto 1968 muere en un accidente en las instalaciones del periódico en la carrera 17 con calle 12. Es enterrado el 15 de agosto de 1968 en Bogotá. Sus restos e encuentran en La Universidad de América en el campus de Los Cerros: Avenida Circunvalar # 20-53 en Bogotá. Gaitán Cortés en El Tiempo 1968. Cortejo fúnebre de Gaitán Cortés por la carrera séptima de Bogotá. Emma Villegas de Gaitán recién casada en Nueva York, 1946. Mariano Villegas, Josefina Puyana de Villegas y sus hijas Emma a la izquierda (futura esposa de Jorge Gaitán Cortés) y Clara Villegas (futura esposa de Jaime Nieto, socio por un tiempo de Gaitán Cortés en la firma Herrera Gaitán y Nieto Cano). Fotografía, 1930. 1968 HIJOS: 1950 1951 Nace Claudia Nace Adriana 1953 1956 1959 1961 1965 1968 Nace Jorge Nace Benjamín Nace José María Nace Emma Nace Juan Carlos Nace Eduardo la casa de jorge gaitán cortés en Bogotá Jorge Gaitán Cortés nació en Nueva York en 1920 y murió en Bogotá en 1968. Jorge Gaitán Cortés en el estudio de su casa, 1963. En memoria de mi maestro. Así se titula el artículo que escribió el arquitecto Rogelio Salmona sobre Jorge Gaitán Cortés, en noviembre 22 de 1998, con motivo de los veinte años de su muerte.1 1 Rogelio Salmona. “ En memoria de mi maestro”. Lecturas Dominicales de El Tiempo, noviembre 22 1998. “Jorge Gaitán Cortés se presentó en el primer curso de taller de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, vestido deportivamente; alegre en su contacto con los estudiantes y juvenil. Se mostraba amplio, descomplicado, rompiendo el canon del profesor trascendental como se supone –erróneamente- deben ser los profesores de una universidad. No nos sentíamos los alumnos muy diferentes a él, a pesar de la diferencia de edad. Su manera de expresarse, de dirigirse a nosotros, nos hacía sentir cercanos a él. Era accesible, sencillo, no dominante. Lo sentía –por lo menos yo-, como un amigo que ayudaba a desarrollar los proyectos del curso. Tenía una mirada directa a pesar de su miopía; manos fuertes, cogía el lápiz con firmeza y dibujaba con fuerza, como su personalidad.” Es importante resaltar el primer ejercicio que le propuso a sus estudiantes: “Nos dictó un curso con su sello personal: riguroso en su enseñanza, pero al mismo tiempo amplio y tolerante. Nos puso en ese primer semestre un proyecto cuyo tema recuerdo muy bien: “Cómo desearía usted que fuera su dormitorio?” Yo le presenté un trabajo en el cual el mío era un gran espacio con ventana frente a un árbol, una biblioteca y libros. Una cama y una pequeña mesa de dibujo recién comprada formaban el mobiliario. La pieza era alta y desproporcionada, como muchas de las casas de ladrillo y tejas del barrio Teusaquillo. La primera corrección de Jorge Gaitán fue hacerme precisar en detalle lo que estaba dibujando. Empezó por decirme: “Eso está muy bien, pero es una generalidad. Usted no está haciendo nada nuevo y si quiere hacer un buen proyecto debe precisarlo; debe saber cómo se construye su biblioteca, por ejemplo, y en general el espacio donde está viviendo. Hay que ser más preciso, más riguroso en el planteamiento.” Él vio que había hecho un esfuerzo por hacer un proyecto distinto al que había presentado, que no era una repetición del lugar que habitaba y que había algunas ideas nuevas. La crítica fue a partir de esa presentación más exigente que en la primera etapa. Tocó temas precisos, desde sencillas leyes de composición arquitectónica, hasta explicaciones más complejas. Por ejemplo: Cómo trabaja la materia, cómo está conformada, las características de su estructura, la mejor forma de utilizarla para evitar desperdicios y no echarla a perder. Sus hijos coinciden en afirmar: A su papá no le interesaba el derroche. Pretendía hacer lo más con lo mínimo. En 1921 Le Corbusier publicó un artículo en el que exponía un concepto totalmente nuevo de vivienda. Para guardar concordancia con su tiempo, la casa debía ser una “máquina para vivir” y homologarse al resto de bienes que configuran la sociedad tecnológica. Con ello no defendía la estética ni el espíritu maquinista, sino que trataba de hacer una casa tan eficaz funcionalmente como lo eran las máquinas en las tareas para las que habían sido inventadas. Una casa para suplir múltiples funciones y para todas las edades de una familia. Continúa Salmona: “Nos explicaba también, que la materia debe ser tratada con inteligencia y sabiduría. Fue para mí importante el hacernos entender lo que es la materia, no sólo su aspecto formal, sino su esencia misma. Con tan sencillos pero pertinentes conceptos, nos dio una lección de arquitectura, que era también una lección de construcción. Jorge Gaitán Cortés no separaba la arquitectura de la construcción. Con un profesor así, las horas se enriquecen, son vitales. Es por ello que guardo esos recuerdos muy frescos en la memoria. Hay personajes influyentes en la formación de un estudiante. Jorge Gaitán Cortés fue uno de ellos. Me hizo entender que la arquitectura era algo serio y profundo. Sabía encauzar los primeros pasos de un alumno, que son definitivos, demostrando que además era un pedagogo. A mí personalmente Jorge Gaitán Cortés me abrió un camino que me marcó para toda la vida.” ¿Quién es según usted Jorge Gaitán Cortés como pensador? Juan Carlos Aguilera: “El perfil de Jorge Gaitan Cortés es único. Es de los pocos arquitectos con una visión integral que implica pensar lo técnico, lo humano y la ciudad de manera integral; el concepto de unidad que concebía el movimiento moderno. Era un arquitecto que podía diseñar a la escala doméstica y la escala de equipamientos urbanos. “Es un arquitecto que pensaba la actividad que se iba a realizar en los espacios. Le interesaba la persona que vivía o trabajaba en esa edificación o en esa ciudad y su específica actividad. Como un sastre que piensa a la medida del cuerpo para que la gente que habite ese espacio se sienta cómoda”. Ernesto Jiménez: “Jorge Gaitán ha sido el único alcalde arquitecto que hemos tenido en Bogotá, y su labor, poco conocida en su momento, sentó las bases del desarrollo de la ciudad que aún hoy tienen vigencia y han sido utilizadas plenamente por las administraciones posteriores. Su amplia visión su disciplina, dedicación y rigor fueron para mí una importante enseñanza y ejemplo en responsabilidad profesional”2. 2 Marc Jané. Ernesto Jiménez. Universidad de Los Andes. Bogotá 2009. Calle 68 # 4A 28/32 Bogotá. 1953. Fotografía de Paul Beer, publicada en la Revista de Arquitectura y Arte. Año 1, No. 2. Bogotá, Febrero de 1955. El lugar Este esquema básico, dibujado por el arquitecto, muestra que en el lote entre la carrera 5 y la carrera 4 y la calle 68 y 69 de Bogotá, un lote de quinientos metros cuadrados, Jorge Gaitán Cortés construyó cuatro casas: dos al fondo para la venta y dos al frente (coloreadas). La de la derecha (rojo) para su uso particular y el de su familia y la de la izquierda (amarillo) para sus suegros: Mariano Villegas y Josefina Puyana de Villegas. De las dos casas construidas en la parte de atrás del lote, se conservan fotografías de 1980, de las fachadas, hoy, en el 2011, transformadas. El área construída está emplazada entre antejardines y patios interiores. Un esquema que no se aleja del urbanismo desarrollado por un grupo de arquitectos entre ellos Enrique García Merlano y J.J. Angulo, liderados por Jorge Gaitán Cortés en el barrio Muzú, autopista sur con carrera 48 en Bogotá. En el barrio, construido en 1949, las casas están localizadas entre patios privados y zonas verdes comunales. La manzana tradicional es sustituida por construcciones rodeadas de zonas verdes y redes peatonales de circulación que complementan el concepto de vivienda mínima propuesto por el CIAM de 1928. En el aprovechamiento del lote se pueden ver características del urbanismo moderno: densidad, viviendas con un diseño estandarizado (las casas de Gaitán Cortés y la de los abuelos son en espejo), construcción en altura (tres pisos), tejido urbano y zonas verdes. Resulta antropológicamente significativo que Gaitán Cortés construyera dos casas casi idénticas una para sus suegros y otra para él y su familia, con un patio común y la terraza también en común, a través de los cuales los hijos podían circular. En esa relación de semi intimidad que plantea el arquitecto con otra familia, pone de manifiesto una relación urbana de vecindad. Y también la vigencia de la familia extensa de tipo urbano: vivir cerca de los abuelos que acompañaron efectivamente la crianza de sus hijos. Los hijos de Jorge Gaitán Cortés y Emma Villegas de Gaitán son Claudia, Adriana, Jorge, Benjamín, José María, Maria Emma, Juan Carlos y Eduardo. Mi papá adoraba a sus suegros dice Juan Carlos Gaitán uno de sus hijos: “Vivir con ellos era tal vez una forma de reconstruir una familia y para nosotros fue una delicia”. Mariano Villegas (1895- 1975). Josefina Puyana de Villegas (1901-1974). Los nietos llamaban a Mariano Villegas afectuosamente “Ito” y todos los hijos coinciden en afirmar que ambos fueron una pareja afectuosa y fundamental en su formación. Mariano Villegas fue durante toda su vida muy amigo de Jorge Gaitán Cortés. Jorge Gaitán y Emma Villegas de Gaitán, recién casados 1945. Jorge Gaitán Cortés, su esposa Emma Villegas y sus hijos: Claudia, Adriana, Jorge, Benjamín, José María y María Emma en brazos 1961. Finca Bizerta Sabana de Bogotá. Jorge Gaitán Cortés y Emma Villegas de Gaitán en la posesión como alcalde de Bogotá 1961. La casa en dibujos a partir de los planos originales de 1953. Casa en perspectiva donde se ve la terraza y un patio común. Dibujos de William Sarria a partir de los planos originales. Casa de los abuelos. Calle 69 # 4-91. Casa Jorge Gaitán Cortés. Calle 68 #4 a 28/32. Fachada de las dos casas por la carrrera 5 entre calles 69 y 68. Casa Jorge Gaitán Cortés. Calle 68 #4 a 28/32. Casa de los abuelos. Calle 69 # 4-91. Fachada de las dos casas por la carrrera 5 entre calles 69 y 68. Casa Jorge Gaitán Cortés. Calle 68 #4 a 28/32. Casa Jorge Gaitán Cortés. Calle 68 #4 a 28/32. Los arquitectos opinan sobre la casa Juan Carlos Aguilera: “Me parece una casa experimental y a la vez síntesis de sus trabajos en la vivienda urbana entre 1947 y 1951. Es una casa protegida de las vías por sus accesos laterales, como las casas de su grupo de arquitectos que trabajó en el barrio Los Alcázares. Las celosías de ladrillos en U en los Alcázares fueron usados para dar privacidad, pero sin romper la fluidez del espacio”. Carlos Niño: “Es una casa con un cierto anacronismo comparada con la arquitectura moderna: no rompe el cubo. Sin embargo el valor de esta casa está en la contención y la austeridad para concebir la casa propia; la casa donde el arquitecto escoge vivir. Es una obra valiosa”. Historias desde la fachada Fachada Casa de Jorge Gaitán Cortés, Calle 68ª #28/32 Bogotá. Construida en 1953. Lugar donde vivió con su familia desde esa fecha hasta su muerte en 1968. Casa de planta cuadrada, 125 metros cuadrados de construcción, retrocedida seis metros para dejar un antejardín. El cubo básico construído con ladrillo, tiene un revestimiento de lajas de piedra color arena, y un volumen, revestido con piedra rústica de La Calera, que sostiene una bóveda. Puerta roja y antepecho. Cuenta con una segunda puerta de acceso al patio y sobre ella una celosía de ladrillos en ‘U’ como extensión del muro. Ventanas moduladas. Casa de tres pisos y altillo con terraza. El altillo remata en una bóveda de ladrillo ‘sombrero’, también diseñado por el arquitecto y baranda de ladrillos en ‘U’. Según Julio Dávila en su libro Planificación y política en Bogotá. La vida de Jorge Gaitán Cortés, hacia los años cincuenta Gaitán Cortés desarrolló en su ladrillera del barrio San Cristóbal en Bogotá, productos innovadores. Uno de ellos fue el ‘canal Gaitán’, un ladrillo en forma de ‘U’ con bordes trapezoidales inventado en el Brasil, pero patentado en Colombia por Gaitán. Este ladrillo se usaba desde los años 30, por ejemplo en la Cité Restrepo en Bogotá, 1939. Germán Téllez explica: “Todos los de mi generación aprendimos a diseñar edificios en los que usábamos este producto para todo…Todavía quedan calados de esos en casas de campo en clima caliente; era el recurso de las paredes que permitían la ventilación”. El ladrillo ensamblado como una retícula, reafirma el concepto de tecné: manejo de los materiales en su justa forma. La retícula como muro acentúa la horizontalidad pero se encuentra atravesada por la ligereza del vacío, lo que refuerza su efecto de extrañamiento en el transeúnte. Esta imagen se repite dos veces en esta casa: Una como continuación del muro que separa el patio de la calle y a la vez lo ventila. La segunda como baranda de la terraza del tercer piso. Estas repeticiones refuerzan la idea de una casa moderna que da cabida a ideas arquitectónicas de diverso origen cultural y temporal. Por ejemplo, los constructores norteamericanos de puentes y edificios del siglo XIX, hasta los experimentos de la modernidad brasilera. Esta celosía hace referencia por lo menos a dos orígenes: humildes a través de una técnica constructiva expuesta, el ladrillo, técnica milenaria de la Sabana de Bogotá. Y a la modernidad: su aplicación constructiva como material a la vista. Las celosías además son una trampa a la luz, siempre cambiante en Bogotá. Años después Rogelio Salmona hará de la celosías en ladrillo parte de su lenguaje compositivo. El arquitecto Carlos Rueda dice: “Salmona recurre a la humildad y economía del ladrillo expuesto, probablemente el material más democrático y la técnica más popular de la región de la Sabana de Bogotá”3. 3 Carlos Rueda, Ph.D. En un lugar oblicuo para el deseo: Paralelos barrocos y teoría de una vivencia. McGill University, 2009 http://baroque-identities.mcgill. ca/Congrad/Rueda_pon.pdf Benjamín Gaitán Matiz el abuelo de Gaitán Cortés, un general liberal y visionario empresario fundó una fábrica de ladrillos en el barrio San Cristóbal en Bogotá. Su padre, Pantaleón Gaitán, la dirigió e implementó su modernización a principios del siglo XX. Gaitán Cortés huérfano de madre vivió en el barrio San Cristóbal con su padre y su abuelo, y esto le permitió estar cerca del espíritu de empresa y de experimentación que implica el trabajo en una fábrica de ladrillos. Experimentación que le permitió patentar y promover ladrillos que le parecieron fundamentales para la construcción en Colombia. La ladrillera se cerró hacia 1960 y fue vendida después de la muerte de Gaitán Cortés. Ladrillera Gaitán en el barrio San Cristóbal en Bogotá. Foto 1950. Restos de la ladrillera Gaitán en el barrio San Cristóbal en Bogotá. Foto 2000. Bóvedas del horno Hoffman de la ladrillera Gaitán y casita en el lote de la ladrillera Gaitán con acentos que recuerdan a su casa. Algunos de sus experimentos se ven reflejados en los ladrillos que donó para construir la iglesia de San Cristóbal en Bogotá con los signos masones de alfa y omega. Iglesia del Barrio San Cristóbal Bogotá. Gaitán Cortés diseño y donó los ladrillos con forma de Alfa y Omega. Sus antepasados pertenecían a la masonería. Fotografías de Maarten Goossens. Los arquitectos opinan sobre la casa Dice Jorge Ramírez: “Con esta casa Gaitán Cortés propone la integración de la composición racional, la experimentación formal y la calidez posible de alcanzar con el manejo contrastado de los materiales tradicionales y la aplicación de técnicas constructivas contemporáneas. El resultado es una edificación de escala doméstica con una propuesta plástica de contrastes expresivos. Es, en resumen, una pieza de arquitectura que se inscribe en la poética del rigor contenido. La escala doméstica de la casa le permite plantear contrastes entre la imagen general, de una estructura de cubierta con desarrollos técnico-constructivos audaces, que se ven resaltados en el fuerte contraste con la textura de los muros verticales en piedra rugosa. Esa manera de construir se vinculaba a la arquitectura brutalista -como la denomina Banham. vusier había experimentado en ese campo con la casa Errázuris (1930) en Chile y con pequeñas casas de vacaciones en Francia (La Celle Saint-Cloud, y, Les Mathes, las dos en1935). En la arquitectura local el proyecto de Leopold Rother para el edificio de la imprenta en la U. Nacional (1945-48) con sus muros en ladrillo con junta hundida y su cubierta de sectores de cáscaras de concreto, era un referente cercano. En ese momento la experimentación con bóvedas y cáscaras de concreto era una práctica extendida. El desarrollo de la arquitectura moderna brasilera, especialmente O. Niemeyer en Pampulha, era conocido en Colombia. Es innegable que en sus volúmenes se ve su experiencia con Álvaro Ortega y Guillermo González Zuleta en obras paradigmáticas por su integración plástica experimental. Estadios y equipamentos de gran escala hacían parte de su experiencia profesional. El grupo de profesionales cercanos a Jorge Gaitán participaba del interés en inventar soluciones técnicas. No es por lo tanto extraño que en su casa (1953) aplicara el sentido de la experimentación moderna”. Leopoldo Rother Barranquilla 1948. Dibujo de WIlliam Sarria a partir de fotografías. Casa de Francisco Pizano en Bogotá. DOMUS. Francisco Pizano de Brigard, H. Vieco, G. Bermudez 1950. Dibujo de WIlliam Sarria a partir de fotografías. La casa de Jorge Gaitán Cortés fue construida en 1953. El arquitecto había participado en la construcción de la arquitectura moderna en el país. Los arquitectos opinan sobre la arquitectura moderna Silvia Arango en La historia de la arquitectura en Colombia: “La arquitectura depurada y racionalista hace su aparición en Colombia a través de obras aisladas. Una vez más, es Vicente Nasi quien ejecuta el ejemplo más temprano: su casa Mazuera en Fusagasugá, de 1941,de blanca horizontalidad, fue comentada positivamente por Le Corbusier quien la conoció en su corta visita. Por su parte la Oficina de Edificios Nacionales del MOP, diseñó directamente o contrató proyectos que también marchaban en línea convergente hacia la misma arquitectura, como se expresa por ejemplo en los proyectos del Centro Cívico de el Socorro, Gabriel Solano Mesa, 1946, y el edificio Nacional de Venadillo Tolima, Francisco Pizano de Brigard, 1948… Sin embargo, es en el alarde técnico y la experimentación formal del concreto, donde este tipo de arquitectura puede desplegar con más éxito los bíceps de sus apuestas estéticas”. Siguiendo a Silvia Arango se puede concluir que en esta época, fines de 1940, se pusieron a prueba las cubiertas de bóvedas aligeradas de concreto sostenidas por delgadas columnas en forma de V como en la Plaza de Mercado de Girardot (Rother). Se aplicaron los principios de Le Corbusier de techo plano, estructura sobre pilotes y planta libre como en el Centro Cívico de Barranquilla (Rother), y ventanales corridos en las fachadas independientes de la estructura, como el caso del edificio de La Imprenta Nacional (Rother), “cuyos cascarones trasplantados y amplias superficies de vidrio lo convirtieron en uno de los más hermosos especímenes arquitectónicos de esta época”. Leopoldo Rother Imprenta Nacional, hoy museo de arquitectura, Universidad Nacional 1948. Fotografía Natalia Gutiérrez. Estadio de béisbol, Cartagena. 1947.Jorge Gaitán Cortés, Álvaro Ortega, Carlos Santacruz, Edgar Burbano, Gabriel Solano. Foto Benjamín Gaitán. Silvia Arango puntualiza que en el caso de Estadio de béisbol de Cartagena, diseñado en 1947 y construido en seis meses, tiempo récord, las bóvedas aligeradas de concreto en suaves curvas cubrió las graderías evitando que los apoyos intermedios obstaculizaran la visibilidad del espectáculo. La misma autora dirá: “Este edificio no es solo representativo de la manera de pensar de la arquitectura en su momento, es decir, posee una importancia histórica, sino que posee una calidad intemporal muy rara vez lograda por la arquitectura en Colombia”. Los arquitectos opinan sobre la arquitectura moderna en Colombia. Benjamín Gaitán en Biografía de Jorge Gaitán Cortés Academia de Historia de Bogotá dice: “Entre 1947 y 1948, Jorge Gaitán Cortés es Jefe de la Oficina de Edificios Nacionales del Ministerio de Obras públicas. Bruno Violi, Leopoldo Rother, Alvaro Ortega, Gabriel Solano, Ernst Blumenthal, Hernán Viecco, Edgar Burbano y otros cumplen la funcion importante de difundir y consolidar en el país los cánones de la arquitectura moderna, que se ha iniciado en la propia Ciudad Universitaria de Bogotá. De este fecundo grupo, cabe destacar el diseño y construcción del Estadio de béisbol 11 de noviembre en Cartagena, con diseño estructural de Guillermo González Zuleta y las bases de los estadios Pascual Guerrero de Cali y Atanasio Girardot en Medellín, en los cuales la especialización en estructuras que ha realizado Gaitán Cortés en New Haven tiene amplia aplicación”. Jorge Gaitán Cortés ingresa en 1937 a estudiar arquitectura en La Universidad Nacional, que en ese momento hace parte del programa de ingeniería y funciona en una casa republicana en la calle 17 en Bogotá. El campus en el que se encuentra la actual universidad se inaugurara en 1940. Benjamín Gaitán su hijo y arquitecto se refiere a los vínculos que se construyeron entre este grupo de arquitectos cuando dice que son sus maestros jóvenes profesionales que seguirán siendo sus colegas y amigos. Gabriel Serrano Camargo, Carlos Martínez, José Gómez Pinzón, Julio Casanovas, Henry Yerly y Karl Brunner. Gaitán Cortés Pertenece a la cuarta generación de arquitectos profesionales que se gradúan en 1942. Del libro de Eduardo Angulo “50 años de Arquitectura en Colombia U.N, esta foto: En el piso: Álvaro Hermida Guzmán, Ignacio Álvarez y José María Montoya Valenzuela. Sentados: el tercero de izq. a der. Jorge Arango Sanín, siguen Eduardo Mejía Tapia, Humberto Chica Pinzón, Jorge Gaitán Cortés, Carlos Arbeláez Camacho.Atrás entre otros: segundo izq. a der. Manuel Restrepo Umaña, Gabriel Solano Mesa, Herbert Ritter, Gabriel Largacha, Gonzalo Samper y José Ignacio Gnecco Fallon Los arquitectos opinan sobre la casa. Carlos Niño: “Creo que hay tres tipos de casas entre los años 30 y 50. Unas que son cubos blancos estrictos como las casas de Le Corbusier. A veces pueden tener un juego formal contenido, llamémoslas cúbicas racionalistas, hacia 1929. Hay un segundo Le Corbusier que empieza a experimentar con arcos, muros de piedra y texturas, un expresionismo estructural, y a lo mejor a descomponer el cubo un poco. Es lo que llamaría Moderno Vernacular. Y otra muy importante es el Neoplasticismo donde los arquitectos buscan inquietar la caja, y encontrar un espacio más abierto que fluye y una contraposición de planos. Con un dibujo rápido puedo explicarlo mejor: “Yo pensaría que esta casa de Jorge Gaitán Cortés correspondería a un moderno vernacular: casa menos abstracta, con acentos de materiales locales, sin cubiertas planas. Esta casa de Gaitán Cortés puede vincularse con la arquitectura de la casa Errázuriz o la Maison Jaul de Le Corbusier con bóvedas; o, refiriendonos a la arquitectura colombiana, las casas de los Alcázares, las del Quiroga o la casa de Guillermo Bermúdez. Es una casa con un cierto anacronismo comparada con la arquitectura moderna: no rompe el cubo. Sin embargo el valor de esta casa está en la contención y la austeridad para concebir la casa propia; la casa donde el arquitecto escoge vivir. Es una obra valiosa”. Le Corbusier Casa en Les Mathes 1935, La Rochelle. Cubiertas de placas de amiantocemento onduladas. Piedra del lugar. Dibujos de Francisco López a partir de fotografías. Casa Monol 1919. Cubierta de chapa modulada. Páneles complementados con material del lugar. Dibujos de Francisco López a partir de fotografías. Edificio Rentenanstalt Zuirich, 1933. Terraza jarardín sala de conferencias. Dibujos de Francisco López a partir de fotografías. Casas Jaoul 1952, Neuilly: Ladrillo, bóvedas sin encofrado. Dibujos de Francisco López a partir de fotografías. En la casa de Gaitán Cortés, el muro de piedra estaba pensado para dejar crecer una enrederadera. En 1980 las fotos muestran las dos casas, la de los abuelos y la del arquitecto, (ya con algunas modificaciones de los planteamientos originales sobre todo en la ventanas), cubierta con una enredadera. Según Benjamín Gaitán, su padre sembró la enredadera en homenaje a la Ivy League4, reunión de exalumnos de las más antiguas universidades del noroccidente de Los Estados Unidos. El nombre, Ivy League, se debe a la enrederadera que cubre algunos edificios de dichas universidades, entre ellas Yale donde Jorge Gaitán Cortés estudió en 1944. 4 Ivy League: reunión de exalumnos de las universidades de Brown,Columbia, Cornell, Darmouth, Harvard,Pennsylvanie, Princeton y Yale. Fachada de la casa de los abuelos calle 68. Años ochentas Fachada de la carrera quinta con enredadera Fachada de la casa de los abuelos calle 68. Años ochentas. Fotografías del álbum familiar. Jorge y Adriana Gaitán en la entrada de la casa de los abuelos. Años sesentas. Fotografías del álbum familiar. En la ciudad se tiende a perder el contacto con la naturaleza. Cubrir los edificios con enredaderas es una forma de involucrar de manera radical los ritmos de la naturaleza: protege contra el ruido, mejora el aire, construye un microclima, lo diferencia del cemento y lo relaciona de manera continua con el pasto del antejardín. Historias desde los planos David Gómez: Al detenerme en los planos me doy cuenta de que la casa está pensada a partir de las dimensiones del ladrillo. Un ladrillo común, de 6x12x24. Los tamaños de las ventanas y los espacios, están diseñados para que este módulo ladrillo encaje exactamente. En los planos, las vigas, los entrepisos y la ventanas están precisamente dibujadas, lo que demuestra que el arquitecto tomó en cuenta, desde el principio, los problemas técnicos. Es una casa que heredó las ideas del racionalismo moderno, pero su espíritu se encuentra en la atención a los detalles constructivos del ladrillo. Me parece que es una manera de hacerle un homenaje a la tradición. Sótano: Garajes, depósito, ‘utilities’, lavadero, patio. Sótano. Dibujo a partir de los planos. Fachada por la carrera 5. Planta de las dos casas: la de la izquierda es la de los abuelos; la de la derecha es la del arquitecto. Se nota un espacio coloreado de negro, de relleno sin construir. Dibujo de William Sarria a partir de los planos originales. A la izquierda, planos del sótano de la casa de los suegros, entrada carrera quinta. A la derecha planos de casa de Gaitán Cortés, entrada por la quinta. Casas en espejo. Primer piso: Entrada con escaleras. Salón de doble altura, comedor, jardín, cocina con salida al patio hundido hasta el sótano, cocina, baño y cuarto de servicio. En la casa del arquitecto a la derecha, hay un amplio salón con doble altura. En la casa de los abuelos el amplio espacio del salón se convierte en salón y estudio. Primer piso. Dibujo a partir de planos. Fachada por la carrera quinta. Dibujo de William Sarria a partir de los planos originales. A la izquierda, planos del primer piso de la casa de los suegros, entrada carrera quinta. A la derecha, planos del primer piso de la casa de Gaitán Cortés, entrada por la quinta. El salón de la casa de la izquierda está dividido, el de la derecha es un gran salón. Los Arquitectos opinan sobre la casa Carlos Niño dice: “Según los planos se podría decir que es un cubo sometido a las modificaciones de la luz. La entrada de luz es por el occidente y por norte; le llega la luz del atardecer. A pesar de la aparente simpleza, las ventanas del salón crean una linterna natural como un foco de luz sobre el primer y el segundo piso. En los planos se ven sólo dos columnas de apoyo para no interrumpir el espacio. Juan Carlos Aguilera: “La arquitectura moderna y su idea de no interrumpir el espacio, me parece a mí que se manifiesta en esta casa en la doble altura del salón. En italiano hay una palabra muy bonita: Balconata domestiche que se podría traducir como balcón doméstico: permite literalmente asomarse al primer piso, ‘balconiar’”. El salón es un espacio pradójico: El segundo piso “mira” al primero para crear un espacio sin interrupciones. Salón Principal: Doble altura muebles, sofás forrados en cuero de vaca diseñados por el arquitecto, enchapados en las paredes. Los objetos de izquierda a derecha: una cabeza de cerámica de autor desconocido, un cuadro, el más grande, de Alberto Iriarte, el pequeño del fondo es de Alejando Obregón, y el de la pared del piano es un paisaje de Erwin Krauss. Fotografía de Paul Beer, publicada en Revista de Arquitectura y Arte. Año 1, No. 2. Bogotá, Febrero de 1955. Es una casa contenida, con un riguroso aprovechamiento del espacio. El salón es el espacio más amplio de la casa. Dice Luz Mariela Gómez5: “En los años cinquentas en Bogotá, en la zona social, las casas de clase alta, a diferencia de los apartamentos o viviendas unifamiliares de tamaño reducido, se separaban el comedor principal de la sala, aunque siempre estaban localizados uno al lado del otro. La sala era un espacio multifuncional que si bien continuó siendo la zona para la recepción de las visitas, pasó de ser un lugar sobrio, oscuro, con cortinas pesadas, a uno iluminado con grandes ventanales. El salón ganó en tamaño y se tornó más amplio para poder albergar objetos novedosos como la radiola. Y la inefable chimenea que con el paso de la década dejó de estar empotrada contra la pared y pasó a ser un elemento flotante en forma de campana que gravitaba enla mitad de la sala o entre ésta y el comedor”. En esta casa la música era el piano: Gaitán Cortés estudio piano como parte de la educación de las familias de clase alta bogotana y especialmente Gaitán Cortés cuyo padre Pantaleón Gaitán estaba relacionado con el teatro. En esta casa no se construyó una chimenea, Jorge Gaitán Cortés había nacido en Nueva York y conocía muy bien el clima de los países del norte, y la consideraba innecesaria. Continúa Luz Mariela Gómez: “Las salas poseían plantas ornamentales, pisos en madera, paredes lisas que se combinaban con un muro en piedra o en madera, lo que le daba un ambiente algo rústico que contrastaba con el uso de materiales relacionados hasta ese momento con el trabajo industrial, tales como el metal, que se veía presente en las lámparas y plafones, en los barrotes o barandas de las escaleras y en las persianas que comenzaban a irrumpir en la decoración”. Dice Ema Villegas de Gaitán, su esposa: Jorge desterró las cortinas, que era lo usual. La casa tenía persianas. Benjamín Gaitán: “El salón principal tenía un vacío entre el segundo y el tercer piso. Todos los detalles, fueron escogidos por papá y los muebles fueron diseñados por él”. Algunos de los muebles diseñados por Le Corbusier estaban forrados con piel de pony para contraponer la simpleza de la línea con la experiencia táctil de la piel de los animales. Claudia Gaitán: “A mi papá le gustaba el jazz. Sobre todo George Gershwin. A veces tocaba el piano”. Su hijo Jorge persistiría en las clases de piano. En el salón: Jorge Gaitán Cortés, Jorge, Adriana, Claudia, Benjamín, José María, Ema Villegas de Gaitán, María Emma. No habían nacido dos hijos menores: Juan Carlos y Eduardo.1965. Dibujo del segundo piso, a partir de planos. Patio hundido. Laura Román Gaitán. Nieta en la casa de muñecas de la casa. Claudia, la hija mayor, recuerda: “Era una casa para jugar. Mi papá nos hizo una casa de muñecas en el patio. Nos ‘tirábamos’ desde las escaleras hasta caer encima del piano”. Dice Benjamín: “En el patio que llegaba hasta el sótano había una canasta de básquet en la que pasamos muchas horas de nuestra niñez.” Según su nieta Laura Román, la escalera de la casa era de granito a la vista con barrotes de metal. No se conservan pero son iguales a las del edificio Monteverde en la Carrera 7 con calle 86, donde ella vive, construído por el mismo arquitecto en 1957. En estos detalles y en la sobriedad del espacio se puede leer el interés por hacer viviendas mínimas, es decir el espacio necesario para vivir. Interior casa del barrio Los Alcázares Bogotá 1947. Esta foto corresponde a una casa del grupo de arquitectos Herrera y Nieto Cano Ltda, en el mismo barrio. Revista Proa # 28 de 1949. Los Alcázares en Bogotá es un barrio diseñado para empleados en 1947, en el que participaron cuatro grupo de arquitectos. En los diseños del grupo de José J. Angulo, Jorge Gaitán y Enrique García, la escalera no estaba en el rincón, era de carácter escultórico y con varillas de metal como elementos de separación del espacio. Esta foto corresponde a una casa del grupo de arquitectos Herrera y Nieto Cano Ltda, en el mismo barrio. Revista Proa # 28 de 1949. Segundo Piso: Tres alcobas, baño, escalera para subir al tercer piso. Dice Claudia Gaitán: “Cuando nació el cuarto hijo, mi papá construyó otro cuarto grande sobre la doble altura de la sala para acomodar ocho hijos”. Segundo piso, dibujo a partir de los planos originales. Fachada carrera quinta. A la izquierda, planos del segundo piso de la casa de los suegros, entrada por la carrera quinta. A la derecha, planos de la casa de Gaitán Cortés, entrada por la carrera quinta. Tercer piso: terraza y estudio A la izquierda, planos del tercer piso de la casa de los suegros, entrada carrera quinta. A la derecha, planos de la casa de Gaitán Cortés, entrada por la carrera quinta. Terraza en común. En el tercer piso, la terraza es común para la casa del arquitecto y la de los abuelos. Según sus hijos esta terraza le permitía al arquitecto pasarse donde sus suegros por las tardes para ver el noticiero por televisión, que él no tenía en su propia casa. Además, probablemente conversaba con su suegro sobre los problemas políticos. Sus hijas Claudia y Adriana consideraban esa terraza un espacio de juegos. Adriana en la terraza a sus 5 años. Fotografía del álbum familiar. En el tercer piso, Gaitán Cortés construyó su estudio, de 51.7 metros cuadrados, frente a una terraza de 30.9 metros cuadrados. El techo del estudio es una bóveda de ladrillos “sombreros” cuyo nombre se debe a su forma: un cuadrado con una saliente de un lado, y del otro, un espacio hundido de 3 centímetros. Este ladrillo inventado por él en su fábrica de San Cristóbal, buscaba expandir las posibilidades acústicas de un espacio. El tercer y último piso de la casa cuenta con una terraza y el estudio con cúpula de ladrillo, muebles diseñados por el arquitecto. Fotografía de Paul Beer publicada en Revista de Arquitectura y Arte. Año 1, No. 2. Bogotá, Febrero de 1955. Detalle de la bóveda. Revista de Arquitectura y Arte. Año 1, No. 2. Bogotá, Febrero de 1955. Su hija Claudia: Los muebles del estudio fueron diseñados por papá. Ernesto Jiménez: En uno de los muebles hay un dibujo inspirado por Le Corbusier. Su hija María Ema recuerda: “La casa para mi papá fue un espacio de experimentación. En la familia se contaba con frecuencia una historia sobre la casa, que no sé si es tan cierta, pero dice mucho del espíritu de experimentación de papá: durante su construcción el techo se cayó y él se puso feliz; así podía corregir todos los problemas, antes de construir el teatro de La Comedia en Bogotá, donde haría una inmensa bóveda de ladrillo”. “El ladrillo era pintado de blanco y en el centro era rojo, muy Bauhaus”, dice su hijo Benjamín. Dibujo de Francisco López. Benjamín Gaitán explica el experimento con un dibujo: Con guadua se construía una estructura a la que se le atravesaban varillas delgadas de hierro y entre ellas, se instalaban “los sombreros”. Luego se agregaba cemento, una capa muy delgada, de cinco centímetros. Con el espíritu de la conquista del espacio interior de la modernidad en Colombia, la construcción de las cubiertas en forma de bóvedas aligeradas de concreto se convirtieron en la solución. La bóveda de esta casa es un experimento muy particular: es de ladrillo. Techo de la casa El experimento con los ladrillos acústicos y el sistema constructivo de la bóveda le permitió construir, en 1954, el Teatro La Comedia, hoy Teatro Libre. Carrera 11 # 61-80 Bogotá. La acústica de este teatro es la mejor de Colombia diría Ricardo Camacho director del Teatro Libre, que hoy en el 2011 tiene su sede en el Teatro de La Comedia. Teatro La Comedia, 1954. Foto de Antonio Castañeda. Bogotá Planta del tercer piso. El estudio tenía un pequeño cuarto de seis metros cuadrados, con una cama y muebles para almacenar materiales de dibujo. Sus hijos: Claudia: “Cuando mi papá salía en las mañanas nos metíamos a ese cuartico y desbaratábamos sus materiales. Era una delicia.” María Emma: “Había una caja donde sacábamos monedas para ir a la tienda. “Sí es probable”, dirá Benjamín: “Una implícita caja menor para ocho hijos.” María Emma: “A veces mientras trabajaba yo le contaba cómo me había ido en el colegio hasta que me quedaba dormida”. Jorge: en ese estudio estudié y leí. Además de esas vivencias hay que decir que este espacio fue su estudio particular desde 1954. El arquitecto Ernesto Jiménez estudió arquitectura de la Universidad de los Andes y fue alumno de Gaitán Cortés. Viajó a la Universidad de Illinois, regresó en 1954, y trabajó con Gaitán Cortés probablemente hasta 1960. “Poco antes de graduarme, Escribí a Jorge Gaitán Cortés, quien fue mi profesor y decano de Los Andes en busca de trabajo. Gaitán, hombre super activo y polifacético, pues fue político y planificador, educador, arquitecto y constructor, me inició en la dura realidad, encargándome obras en proceso de terminación”6. Y en la entrevista resaltará: “Recuerdo que era una casa que funcionaba muy bien. Abajo la familia, arriba un espacio en el que se podía trabajar sin interrupciones”. 6 Jané Marc. Ernesto Jiménez arquitecto. Universidad de Los Andes, 2009. Un estudio: una célula para pensar. Benjamín Gaitán piensa que su papá trabajó en ese estudio por las noches cuando fue alcalde de Bogotá. Benjamín cuenta que su padre reflexionó y profundizó en los problemas de Bogotá durante toda su vida y se preparó mientras fue concejal entre el 1958 y 1961, e hizo parte de lo que se llamó el Concejo Admirable. De este estudio de su casa salieron los primeros esquemas de las principales ideas sobre el urbanismo de Bogotá. Y en las noches durante 1961 y 1966, su período como alcalde de Bogotá, trabajó en este estudio. Dormía en ese pequeño cuarto, tal vez para no molestar a la familia. El problema del agua: “Por ejemplo, le voy a contar cómo concibió el problema del agua. Entiende que Bogotá necesita diez millones de kilovatios diarios de luz para una ciudad de cuatro millones Mapa de Bogotá coloreado por Gaitán Cortés de habitantes. En ese momento tenía uno y medio, cada cuatro años es un millón de habitantes más, en cualquier momento llegamos a los cinco millones, en cualquier momento a los diez. Entonces concibe un sistema articulado con el plan de acueducto y alcantarillado y era el siguiente: Bogotá siempre iba a tener energía hidroeléctrica, energía por caída de agua, por miles de razones: estamos en un sitio planetario ideal donde llueve mucho y nuestra energía se debía producir de manera hidroeléctrica, es decir, por la caída de agua, un chorro que mueve unos rotores y eso genera luz. Pero tenía que planear las escalas: La planta de El charquito funcionaba, abastecida por el río Bogotá, y los rotores instalados después del salto del Tequendama podían asegurar que se podrían dejar pasar diez metros cúbicos de agua por segundo para producir ciento cincuenta mil kilovatios por segundo”. Benjamín Gaitán continúa: “Pero existía un problema: diez metros cúbicos por segundo de agua, pero ¿qué pasa en invierno o qué pasa en verano? Si el nivel del agua baja se pueden romper los rotores. Y si el nivel del agua sube se recalientan. Y planea, entonces un sistema a gran escala y lo explico simplemente: si necesito veinte metros cúbicos por segundo para una ciudad de cuatro millones de habitantes, veinte metros cúbicos por segundo constantes (eso es toda el agua del mundo), necesito represas y embalses: un sistema integral. Un embalse es cuando los ríos vienen muy crecidos y entonces se guarda el agua: el embalse del Muña. Con un dibujo lo explico mejor, aquí está el Muña cerca de Sibaté: Y además es necesario hacer dos represas que son reservas de agua para usarla cuando es escasa. Dos represas: el Neusa y Tominé. Esto muestra las escalas del pensamiento de Gaitán Cortés. Dibujos de Benjamín Gaitán durante la entrevista “Se enfrenta a otro problema: ¿Qué vamos a hacer con este nuevo millón de habitantes de Bogotá que no tienen acueductos y alcantarillados pero que quieren ser ciudadanos? Inventémonos un sistema que viene de los indígenas: la minga. Todo lo indígena era hecho en equipo y cada participante ayudaba a solucionar un problema o también lograba algún beneficio. Entonces se inventa un concepto muy revolucionario que se llama La Acción Comunal. Consiste en proponerles a los habitantes de estos barrios construidos de manera espontánea, que para normalizar la vida como ciudadanos, ponen la mano de obra que la alcaldía no puede pagar, pero les da el proyecto, los materiales y la dirección técnica. Yo creo que de su mesa en el estudio de la casa salieron los planos de andenes, centros de salud, parques, vías de por lo menos ochocientos barrios en Bogotá. Sin intermediarios. Se armaban las cuadrillas en cada barrio con técnicos, planos, materiales y obreros. Además, la Secretaría de Obras Públicas compró canteras y ladrilleras para sacar los materiales a costos mínimos. -¿Y la ladrillera que era propiedad de su familia? Él la cerró. Tenía muy claro que no podía lucrase de ninguna decisión que tomara como alcalde”. Hay que recordar aquí que el texto base de las clases de Gaitán Cortés, del cual hablaba con entusiasmo contagioso, se trata de Democracy on the march de David E. Lilienthal (1899-1981) publicado en 1944. Lilienthal fue el director de la intervención que hizo el gobierno de Los Estados Unidos en el valle del Tennessee en 1933, una zona deprimida socialmente. El libro está inspirado del espíritu del progreso, de la democracia pero sobre todo con una concepción de la planificación regional a gran escala.“El río a favor de la gente “ era un lema que reunía los recursos como la energía hidroeléctrica podría estimular pequeñas y grandes empresas en la comunidad fortaleciendo las organizaciones de vecinos y sus labores locales donde participaban todos los miembros de la familia. Continúa Benjamín Gaitán: “Pero además construyó escuelas, más de ochocientas. Las diseñó también en la mesa de dibujo de la casa, por las noches. Ventanas de lado a lado, prefabricadas en concreto, cinco aulas y la rectoría. Un gran corredor, baño, la luz entra por todos lados. Construidas a muy bajo costo. Escuelas públicas de Bogotá que después se llamaron tipo Alianza. Rafael Maldonado las considera las mejores de la educación en Colombia. “Eran de una lógica perfecta, con un dibujo lo puedo explicar mejor: Dibujos de Benjamín Gaitán durante la entrevista A la izquierda Ema Villegas de Gaitán y el alcalde Gaitán Cortés. A la derecha John y Jackie Kennedy Bogotá, 1961. Gaitán Cortés se posesionó como alcalde en agosto de 1961 y John F. Kennedy visitó Bogotá en diciembre de 1961. Vino a entregar la ayuda que había sido prometida doce años antes a los países que firmaron la OEA, en un plan para Latinoamérica que se llamó Alianza para el Progreso. Alberto Lleras, el presidente de entonces, recibe al presidente y con la ayuda se construyeron las ochocientas escuelas en Bogotá que se llamaron ‘tipo Alianza’. Continua Benjamín Gaitán: “Y en 1965 diseñó el metro para Bogotá. Un metro por la caracas, más o menos de la calle 27 sur hasta la 127. Hizo todo el estudio muy rápidamente, la planta y las estaciones. Él lo proponía en trinchera abierta, eficaz y económico. Consiste en abrir una trinchera, un canal, y donde se necesita una intersección se construye un puente para los carros pero un puente de una escala proporcionada, manejable. El metro de México en algunas zonas es de trinchera abierta. En Bogotá el suelo es greda pura y un túnel resulta casi imposible de construir. Además Gaitán Cortés gestionó su financiación con un grupo japonés”. Dibujos de Benjamín Gaitán durante la entrevista Gabinete de Jorge Gaitán Cortés 1961 Santos Molano destaca tres períodos cruciales de la organización de Bogotá en el siglo XX. “Los períodos comprendidos entre 1930 y 1944, en que un grupo de alcaldes liberales aplicaron con brillante criterio el plan urbanístico trazado por el austriaco Karl Brunner e hicieron de Bogotá una admirable ciudad de corte europeo, llena de esplendor y de cultura: Luis Patiño Galvis, Julio Pardo Dávila, Jorge Merchán, Carlos Arango Vélez, Francisco J. Arévalo, Jorge Eliécer Gaitán, Gonzalo Restrepo Jaramillo, Manuel Antonio Rueda Vargas, Gustavo Santos Montejo, Germán Zea Hernández, Carlos Sanz de Santamaría y Jorge Soto del Corral. Ellos no sólo trabajaron de acuerdo con los lineamientos del plan de Brunner, sino que diseñaron y adelantaron las obras destinadas a adecuar a Bogotá como sede de la IX Conferencia Internacional Americana, para la que había sido designada desde diciembre de 1938 al concluir la VIII Conferencia efectuada en Lima. Fernando Mazuera Villegas, en dos etapas, 1947-1949 y 1957-1958, trató de aplicar las recomendaciones del famoso Le Corbusier, lo que consiguió en parte, pues las administraciones posteriores al 9 de abril de 1948, pusieron la ciudad al servicio de los intereses de unos cuantos empresarios del transporte y de urbanizadores que, en busca del mayor provecho para sus negocios, arrasaron con las normas del urbanismo establecidas mediante los planes de Brunner y Le Corbusier. Jorge Gaitán Cortes, de 1961 a 1966, recuperó la planificación, creó un vasto sistema de construcciones escolares, llevó acueducto y luz eléctrica a los más de doscientos barrios que carecían de esos servicios, y trazó un plan de veinticinco puntos que permitió el colosal desarrollo de la capital en los siguientes veinte años”. En 1966 Gaitán Cortés renuncia a la alcaldía. A partir de esa fecha es nombrado gerente del El Tiempo y se encargará de modernizarlo y vinculará al periódico con las rotativas europeas que asegurarán su desarrollo tecnológico y espacial futuro. En 1968 tiene un accidente en las instalaciones del periódico al subirse al techo para tomar unas medidas del edificio de la carrera 17 con calle 12; no se da cuenta que una teja traslúcida y rota cubre el techo, y cae a ocho metros de altura; muere instantáneamente. Se puede concluir esta presentación de la casa y sirve como enlace para el siguiente capítulo, la frase de Alvar Aalto: “En la arquitectura, los refugios interiores se dejan ver”. la casa en Fotografía aérea Bogotá 1957. Abajo carrera séptima; arriba los cerros; a la derecha calle 65; a la izquierda calle 71. Al centro casa de Gaitán Cortés con techo abovedado. contexto una investigación de Natalia Gutierrez N Carrera qu inta Carrera sé ptima jorge gaitán cortés la casa de Calle 67 en contexto Juan Carlos Aguilera, director del programa de arquitectura de la Universidad Nacional, arriesga una definición de Patrimonio Integral que es la siguiente: es un dispositivo que lucha entre la tensión de lo anacrónico y lo vanguardista. Dicho de otra manera, un dispositivo que lucha entre lo que sucedió y el potencial de lo que está por suceder. Esta es una definición de patrimonio muy útil en el momento de analizar un hecho urbano. En efecto, el tratamiento cultural, urbanísto y ambiental de un barrio y el de esta zona del barrio Chapinero en particular (entre la calle 70 y la calle 65 y la carrera quinta y la actual circunvalar), conserva las huellas de una urbanización basada en la importancia de la casa de habitación de familias de estratos altos quienes en los años cincuenta emigraron del centro de la ciudad después del 9 de abril de 1948. Casas principalmente modernas, de volúmenes geométricas, ventanas grandes, techo plano y fachadas solucionadas con materiales usados de manera directa. Casas con pequeños antejardínes y una franja de verde paralela a las aceras. Casa Gaitán Cortés, carrera quinta calle 68, 2011. En el contexto la casa resulta atípica y expresiva. El sector de la carrera quinta hacia los cerros se urbanizó a principios de los años cincuenta y se caracterizó por casas modernas que hoy (2011) no se conservan porque en su lugar se levantan edificios de apartamentos. Esta casa puede ser un ejemplo del tipo de construcción moderna de la zona. Calle 69 A carrera 6, Bogotá. Estas casas modernas se caracterizan también por acotados patios interiores. El antiguo patio central de las casas coloniales, lugar de entrada, de trabajo y distribución de las habitaciones, en los años cuarenta se transforma en una zona de servicios en la parte de atrás de la vivienda y, en los cincuentas, en un pequeño patio de contemplación cercano al área social y separado de otro patio interior como zona de servicios. Una de las posibles razones de las transformaciones del patio, es que en los años cincuenta las casas de estratos medios y altos son de profesionales que conciben la casa como lugar de llegada después de una jornada de trabajo. Este tipo de casas, construídas hacia los cincuenta, son diferentes a las del sector más consolidado en la época. En efecto, si el caminante cruza la carrera quinta frente a la casa de Gaitán Cortés, o camina por la calle 68 y 69 hacia la séptima encontrará huellas de casas bogotanas que se caracterizan por acentos ingleses de finales de los años cuarenta. Carrera quinta calle 70 y 69, en frente a la casa de Gaitán Cortés, Bogotá. Casas de la calle 67 entre carreras cuarta y séptima, Bogotá. Casas de la calle 67 entre carreras cuarta y séptima, Bogotá. Casas de la carrera sexta entre calles 67 y 68, Bogotá. Casa de la izquierda Vicente Nasi años 50. Casas de la calle 70A entre carreras séptima y quinta. Bogotá. Es importante anotar que en este paseo por la zona, la casa de Gaitán Cortés resulta radicalmente diferente tanto de las casas modernas de los años cincuenta como de las casas de los años cuarenta. La casa es un rectángulo acotado por expresivos muro de piedra, de tres pisos, techo abovedado, y sin embargo con entradas laterales poco centradas y majestuasas, entradas más intimas, que la convierten en un espacio célula, protegido de las vías pero a la vez que posibilitan un espacio público para el transeúnte y entradas laterales que generan una cierta intimidad y sutil protección de las entradas frente a las aceras y a la carrera quinta. También en los años cincunta, como en casi todas las zonas Chapinero, se puede decir que las casas conviven con vias arterias, con comercios pequeños y grandes y sobre todo con los cerros. Estos, considerados desde la Colonia como zona de extracción de materiales de construcción y, en los años cincuenta, con un inicio de conciencia de su preservación, se impulsó la siembra de pinos en la zona deforestada. Desde ese momento en los cerros de Bogotá se evidenciará aún más la tensión, que continúa hasta hoy, entre la preservación y la intensa urbanización. Vista de la casa desde la calle 68. Edificio diseñado por Konrad Brunner calle 68 carrera quinta, cuya textura dialoga con la textura de la casa. Entrada de la casa de Gaitán Cortés, entrada por la calle 69. Bogotá. ¿Qué sería la tensión patrimonial con lo posible? Sería la conservación del tejido urbano, la convivencia de los diversos estratros, el fotalecimiento de la vida en las aceras, la importancia de resaltar el patrimonio arquitectónico de Bogotá de los años cuarenta y cincuenta, y la aparición de una relación vital entre la densidad y los cerros orientales concebidos como parque. En fin, lo posible entendido como visión de ciudad a partir de la particularidades de lo local y como visualización del mejoramiento de la calidad de vida. chapinero La casa de Jorge Gaitán Cortés construída en 1953, está localizada en la carrera quinta entre las calles 69 y 68, en la localidad de Chapinero en el barrio Granada en Bogotá, vecino de los barrios Emaus, INGEMAR, Juan XXIII, y Chapinero Alto. Chapinero es una localidad al oriente de la ciudad que limita por el oriente con los cerros de Bogotá, que han estado sometidos a diferentes concepciones y usos a través del tiempo. Al occidente limita con la avenida Caracas, una avenida que históricamente conectó el centro con la ciudad de Tunja, llamada la vía a Tunja; una vía de mulas que luego se convirtió en la avenida del ferrocarril, y del actual Transmilenio. Al sur, Chapinero limita con la calle 39 construida a partir de la canalización del río Arzobizpo, y que atraviesa el Parque Nacional de oriente a occidente. Al norte, Chapinero limita con la calle 100, un límite con la zona de desarrollo económico e influencias más globalizadas de la ciudad. La historia permite constatar que Chapinero marcó el origen de una nueva forma de crecimiento urbano que será característica de Bogotá desde la Colonia y es el barrio aislado del centro, lugar de villas de recreo en un principio, y más tarde de viviendas modernas y comercios, y conectado con la ciudad antigua por una o dos grandes vías. Durante el gobierno virreinal, Bogotá llegaba hasta la iglesia de San Diego, de la comunidad franciscana, en la actual calle 28 con carrera séptima. Luego se construyó la quinta de los Arzobispos que le da el nombre al río en la actual calle 39. En el siglo XVIII la comunidad religiosa de los Dominicos compró las tierras desde el río Arzobispo, hasta Usaquén, los cerros y las lagunas de Suba. Hacia 1807, algunos españoles empezaron a comprarle a la comunidad religiosa terrenos en esta amplia zona y de unos de ellos surge la leyenda del nombre del barrio1, que indica su calidad de lugar atravesado por vías de paso y lugar de incipientes comercios especializados. La leyenda cuenta que un español llamado Antón Hero Cepeda compró una hacienda de ciento cincuenta hectáreas, a orillas del camino de a Sierra, las actuales carrera séptima con calle 59. Este hombre se dedicaba a la fabricación de chapines, un tipo de zapato de suela de madera y correas de cuero, que sirven para protegerse de los charcos y el barro. Como el que hace zapatos se llama zapatero, al que hace chapines se le llamó chapinero. Otros dicen que el nombre vine de la marca El Chapín Hero2. Así por costumbre empezó a llamarse Chapinero la zona del río Arzobispo en adelante, y en 1885, se decretó oficialmente que el caserío se denominara Chapinero. 1 Localidad de Chapinero. Ficha básica. www.culturarecreacionydeporte.gov. co/.../localidades/chapinero.pdf 2 Localidad de Chapinero. Ficha básica. www.culturarecreacionydeporte.gov. co/.../localidades/chapinero.pdf vías Como se dijo antes, desde el siglo XIX Chapinero es una zona atravesada por vías que comunican el sur con el norte y viceversa. La avenida Caracas llamada la vía a Tunja. La carrera trece o Avenida de la Paz, que en el siglo XIX fue una alameda y, a la altura de la calle 63, contaría con el parque y la iglesia de Nuestra Señora de Lourdes contruída en 1875. A finales del siglo XIX también, la carrera 13 fue la vía del tranvía, electrificado a partir de 1910. En esta carrera se localizaron, a finales del siglo XIX numerosas casonas y a principios del siglo XX almacenes y vitrinas de la modernidad. Otras vías que unen el sur con el norte en Chapinero son: la Carrera 15 o Paseo del Country que llevaba al Parque, lago, Gaitán, hoy el barrio el Lago. La carrera 11 que atraviesa el barrio Quinta Camacho, nombre que recuerda a Don Eduardo Camacho, dueño de una gran extensión de tierras y de su casa ubicada en la carrera 13 con calle 68. La carrera séptima, de doble vía, llamada también el Camino de la Montaña con paradas del tranvía. Y la carrera quinta que limitaba hasta mediados del siglo XIX sobre todo con la explotación de gredas y arcillas, y luego intensamente Lago Gaitán Avenida Paseo del Country, Bogotá. Revista de Chapinero 1927-1929. Quinta Camacho la casa de Gabriel Camacho en la carrera 13 con calle 68. Revista de Chapinero 1927-1929. urbanizada a partir de los cuarentas y cincuentas. En 1971 comenzó a funcionar la avenida circunvalar al borde de los cerros. Desde finales del siglo XIX Chapinero también es un sector de comunicación entre el oriente y el occidente de Bogotá. En 1919 con la avenida Chile o calle 72, calle de grandes casas (villas), rodeadas de jardines y calle de los primeros bancos establecidos fuera del centro. En la calle 72 con carrera 11, los Franciscanos construyeron en 1919, un monasterio y la iglesia de la Porciúncula (que en español se traduciría como pequeña porción de tierra), el mismo nombre que tendría la capilla cerca de Asís en Italia donde San Francisco de Asís iniciaría el movimiento franciscano hacia el año 1200. Cuentan que para recolectar el dinero necesario para construir su iglesia en la calle 72, en esta “nueva zona de Bogotá”, los Franciscanos vendían toda clase de comidas típicas donadas por las mujeres del barrio. Desde entonces la avenida Chile se convirtió en una calle en la que convivían las grandes villas con elegantes salones de té, algunos lugares más pequeños de golosinas típicas, cines y bancos. Hoy el uso de entidades financieras es el principal. Otras dos vías que atraviesan Chapinero de oriente a occidente son la calle 45 o avenida Francisco Miranda, la calle 63 o avenida José Celestino Mutis y la calle 67 llamada a principios del siglo XIX La Gran Avenida en ese momento calle 68. Estas vías que atraviesan Chapinero hace que la localidad intensifique la heterogeneidad en los usos comercial, residencial y de servicios. Un aspecto importante del patrimonio cultural es la historia escondida en los nombres. Para Ángel Rama la ciudad tiene un mapa de nombres a través de los cuales se lee la historia3. Si por un lado se ven sus imposiciones, por otro se podrían destacar las posibilidades. En este caso son significativos los nombres de la calle 63 o avenida José Celestino Mutis o el de la carrera séptima como Camino de la Montaña, que permiten vincular sus nombres, a pesar de la urbanización actual y precisamente por su agobio, con la historia eco geográfica de la región. El patrimonio por construir como un dispositivo que lucha entre lo que sucedió y el potencial de lo que está por suceder. 3 Ángel Rama. La Ciudad letrada. Montevideo: Fundación Ángel Rama,1984. villas Chapinero fue una zona caracterizada por grandes haciendas y durante el siglo XIX por villas o casas de recreo rodeadas de jardín, que hoy ya no están o quedan en la zona como testigos, a veces mudos, de la historia. Un ejemplo es Villa Sofía. En efecto, en 1885, Chapinero fue escogido por el General Rafael Reyes (presidente entre 1904 y 1909) para construir una casa campestre, Villa Sofía, el nombre de su hija, en la actual carrera séptima con calle 67. En ese momento se consideraba una casa cerca de los cerros y en Villa Sofía se construyeron los primeros puentes como caminos de recreo hacia sus cascadas. Hoy en esa esquina se construyó un edificio. Es probable que este nombre se haya convertido en una “moda” y las villas de Chapinero tienen nombres como Villa Olga, Villa Margarita... Otro ejemplo de estas grandes casas que involucraban en su diseño a la naturaleza es Villa Adelaida, construida en 1917 en la carrera séptima con calle 70, en su momento concebida también con caminos a los cerros. Se trataba de la casa del don Agustín Nieto Caballero, diseñada como una casa con acentos franceses por Pablo de La Cruz arquitecto colombiano. El nombre de la casa era el de su esposa. Nieto Caballero fundó el Gimnasio Moderno en 1914 y funcionó en un local en el centro. En 1917 trasladó el colegio a Villa Adelaida donde pudo vincular a los estudiantes con la exploración de la naturaleza y aplicar con mayor amplitud los principios de la “Escuela Activa”, inspirada en María Montesori y Ovidio Decroly, una escuela liberadora de castigos y promotora de una actitud de experimentación con la naturaleza. La escuela activa: “Pretendía vincular de una manera directa al estudiante con el entorno, como parte fundamental de su proceso de formación. En Villa Adelaida, Nieto Caballero pudo literalmente sacar a los niños de las aulas y ponerlos a correr por los potreros, así como “abolir bofetadas, coscorrones, gritos y encierros como medios de persuasión escolástica y ponerlos a recoger chamizas y cucarrones en las faldas de los cerros”4. En 1919 el colegio se trasladó a la cede actual en la carrera 11 con calle 74. En los años treinta Villa Adelaida perteneció a la familia Camacho y en los años setenta fue el restaurante Gran Vatel5. Hoy la casa se encuentra en proceso de deterioro. 4 Alberto Escobar. Villa Adelaida http://www.semana.com/wf_InfoBlog. aspx?IdBlg=18&IdEnt=104 5 http://issuu.com/emergenciapfc/docs/villa_adelaida Villa Adelaida. Al fondo los cerros Orientales. Revista de Chapinero 1927-1929. Hasta los años 60 y 70 este espíritu de encuentro en pequeños salones de té públicos persistió en la 72. En efecto los hijos de Gaitán Cortés recordarán la avenida Chile por los paseos con su abuela desde la casa y recordarán también la misa en la iglesia de la Porciúncula. Los salones de té a pesar de que ya no existen se recuerdan con nombres inolvidables, como el Tout va Bien en la calle 72 con carrera séptima, una casona con aspecto afrancesado como la mayoría de las de la zona, en frente de la estación del tranvía donde se podía jugar bolos, tomar café en la terraza bailar. La Calle 72 finalmente se convirtió en una zona de edificios de oficinas y de entidades financieras. de los chircales al corredor ecológico Fotografía aérea 1957. Al centro la casa de Gaitán Cortés (1953) entre calles 69 y 68 sobre la carrera quinta. Detrás de la casa se ve una zona de extracción de gredas y en la foto, arriba, los cerros con una incipiente reforestacion de pinos. La casa de Jorge Gaitán Cortés está localizada entre las calles 68 y 69 sobre la carrera quinta, cerca de los cerros. En esta fotografía aérea de 1957, tres años después de la construcción de la casa, se hacen evidentes huellas de la historia de los cerros orientales de Bogotá. En efecto los cerros de Bogotá arrastran un imaginario negativo desde la conquista6. Para los colonizadores los cerros eran una zona inóspita, un bosque abigarrado de vegetación nativa con más de cien ríos y quebradas, difícil de ver y de entender visualmente como una totalidad panorámica. En comparación, la Sabana de Bogotá se ofreció desde siempre como una zona plana, accesible y por tanto privilegiada para el desarrollo de una ciudad y de una explotación económica organizada. La ciudad entonces se urbanizó de espaldas a los cerros. Desde el siglo XVI gran parte de los cerros se convirtieron en lugares de extracción de materiales y fabricación sobre todo de tejas, cocidas en hornos alimentados por un arbusto, chirca, que le da en nombre a estos hornos: chircales. A principio del siglo XIX, la necesidad de ladrillos intensificó la extracción de materiales y los hornos se alimentaron con carbón. Al sur de la ciudad por ejemplo, José María 6 Varios autores. Von Rothkirch, Cristóbal. Cerros de Bogotá. Villegas Editores, Bogotá, 2000. Calvo cerca del barrio las Cruces estableció una ladrillera y Benjamín Gaitán el abuelo de Jorge Gaitán Cortés fundó una ladrillera en el barrio San Cristóbal. En el siglo XIX la explotación de gredas se amplió hacia Chapinero y en 1890 se registran hasta catorce chircales. Uno de los primeros pasos para proteger la zona de la explotación indiscriminada fue la decisión del alcalde Andrés Marroquín quien protegió una parte de los cerros de Chapinero de la explotación y la urbanización en 19137. Este alcalde promovió la compra del sector de la quebrada La Vieja (Calle 71), localizada entre la cota 3130 m.s.n.m. hasta la cota 2640 m.s.n.m., por parte de la empresa de Acueducto de Bogotá que la protegería hasta hoy de la deforestación y de la urbanización para convertirla en reserva forestal y de agua. Pero este pensamiento conservacionista fue la excepción y no la regla. Chapinero hoy es una localidad de ocupación heterogénea, residencial, comercial y de servicios, con barrios residenciales de diversos estratos. La localidad de Chapinero está dividida en cinco unidades de planeamiento zonal, (UPZ), que son divisiones menores de las localidades y que agrupan cinco o seis barrios. La función de estas unidades zonales consiste en permitir visualizar las 7 Cerros de Bogotá. Ibid. Revista de Chapinero 1927-1929 características de una zona y planificarla a nivel de detalle8. La Unidad de Planeamiento Zonal donde se encuentra la casa de Gaitán Cortés es la unidad Pardo Rubio, cuyo nombre ya encierra precisamente numerosas huellas históricas relacionadas directamente con esa actividad de la extracción de materiales y fabricación de ladrillos en Chapinero. Una de las huellas históricas tiene que ver con las tensiones políticas del gobierno de Rafael Reyes. El 10 de febrero 1906, Reyes se dirigía a su casa de recreo, Villa Sofía, y sufrió un atentado cerca de la hacienda Barro Colorado una hacienda localizada a nivel de la actual carrera séptima con calle 46. La historia cuenta que sus agresores fueron fusilados en el mismo lugar. En 1907 la hacienda Barro Colorado fue adquirida por Enrique Pardo Roche y en 1922 fue heredada por sus seis hijos. A dos de sus hijos, Eduardo y Alejandro Pardo Rubio, les correspondió la hacienda de la carrera séptima hasta el filo del cerro, aproximadamente entre la calle 39 y la calle 45. Allí, a mediados de los años veinte, estos nuevos herederos intensificaron la extracción precisamente del barro colorado, un tipo de arcilla para la fabricación de 8 Localidad de Chapinero. Ficha básica. www.culturarecreacionydeporte.gov. co/.../localidades/chapinero.pdf ladrillo. De la montaña se extraía arena, carbón, piedra, madera y chirca para alimentar los hornos a cielo abierto. Se extendieron los hornos a la carrera cuarta entre calle 51 y calle 47 con carrera séptima. Es el caso de la familia Calvo: hacia finales de los años treinta, Alfredo Calvo en los predios de su finca entre la carrera quinta y la actual circunvalar, y entre la calle 67 y la calle 70, en un terreno plano que ascendía de forma empinada hacia los cerros y de suelo arenoso, estableció una ladrillera cuyos hornos a cielo abierto se encontraban en la actual carrera cuarta con calle 68. En esta hacienda se localizaría años más tarde, en los cincuentas, la casa de Gaitán Cortés. Los trabajadores de los chircales eran familias enteras, en su mayoría pertenecientes a los grupos de campesinos desplazados hacia la ciudad, un movimiento poblacional que transformó las ciudades colombianas a partir de los años 40. Participaban en el trabajo activamente mujeres y niños, en medio de condiciones precarias de trabajo como lo constata el documental Chircales de Marta Rodríguez y Jorge Silva de 19669. 9 Marta Rodríguez y Jorge Silva. http://www.martarodriguez.org/ martarodriguez.org/Jorge%20Silva%20-%20Chircales.html Los cerros de Chapinero también fueron polo de atracción de empresas más consolidadas como Cemento Samper que instaló una central de mezclas en la calle 47 con carrera séptima, e intensificó la extracción de piedra, carbón y madera incluso con dinamita. La extracción produjo a principios de los cincuenta un impacto en el pavimento de la carrera séptima, lo que alertó a la ciudad sobre la ineficacia de concebir los cerros como zona de extracción de materiales. Diversos motivos combinados estimularon la urbanización de esta zona a principios de los cincuenta. Es necesario decir que influyeron las nuevas visiones de ciudad de la arquitectura moderna en Colombia que en los años 40 tenían ya una noción de una planeación integral y empezaron a vincular a los cerros y su preservación a la concepción de ciudad. Y también el interés de las clases altas de vivir fuera del centro después del 9 de abril. En los años cincuenta entonces, los chircales de Chapinero empezaron a urbanizarse de diferente manera. Los Pardo Rubio por ejemplo, lotearon sus terrenos algunos entre los trabajadores de las canteras y otros fueron vendidos a los particulares o a instituciones como Las Fuerzas Militares, y así, 1953 se comenzó a construir el Hospital Militar en la calle 54 con carrera quinta. Ana Calvo por su parte, heredera de la ladrillera Calvo se casó Wesley Mc Phillips un norteamericano de origen irlandés que había conocido en la Universidad de Michigan y a principios de los años cincuenta decidieron cerrar la ladrillera y organizar la urbanización Calvo Mc Phillips. Dicha urbanización se extendía aproximadamente de la calle 67 a la 70 y de la carrera quinta a la actual avenida circunvalar. Mariano Villegas y su yerno Jorge Gaitán Cortés, según uno de sus hijos y según la entrevista realizada al señor Mac phillips, les comprarían el lote de la casa en dicha urbanización. En la fotografía aérea de 1957 se ven huellas de explotación de materiales. Detrás de la casa de Gaitán Cortés estaba localizada la ladrillera que explotaba arena y greda, y hornos de carbón. Uno de los hijos de Gaitán Cortés recordará esta característica de la zona: “Cuando teníamos oportunidad de salir, el sábado por la mañana de la casa “echábamos para el cerro”. Nuestro problema con mi hermano Jorge, mayor tres años teníamos 8 o 9, era tratar de que le empacaran a mi Mamá el mercado en cajas para desbaratarlas e irnos arriba a un rodadero natural de barro como de media cuadra y era una absoluta delicia armar un trineo con la caja; podíamos ‘coger’ 200 kilómetros por hora, hasta que se despedazaba después de veinte veces de subir y bajar”. Terrenos Urbanización Calvo McPhilips Zona de extracción de Materiales A ctual A venida Circunv alar Casa Calvo McPhillips Parque Uribe Zona de forestación Zona de extraacción de materiales Terrenos actuales Union Church Casa Emaus Ladrillera Calvo Casa Gaitán Cortés le Carrera Qu l Ca 68 inta Villa Adelaida Fotografía aérea 1957, de la carrera séptima a los cerros y de la calle 65 la 71. Al centro casa de Gaitán Cortés(1953). Las vecinas permitirán constatar que era un barrio donde la niñez tenía, y tiene, que convivir con las grandes vías. Los vecinos recuerdan el barrio como residencial, limitado por la séptima: “Con un tráfico que uno no podía manejar cuando era chiquito; siempre fue de doble vía pero no tenia separador, y entonces pasar la séptima era un esfuerzo de adultos”. Aparentemente entonces era un barrio en el que no se podía salir a jugar a la calle de manera permanente, pero, por esa misma razón, los juegos se convertían en algo muy intenso porque eran un ‘operativo’ no tan sencillo10 como me cuentan algunos vecinos: salíamos a veces con patines, sobre todo utilizando el terreno en declive y un juego aún más emocionante eran los carritos de balineras que se ‘echaban’ a rodar por toda la calle 69 desde mas arriba; la 69 una calle ‘buenísima’. También por eso, por ser un barrio relacionado con grandes vías que con el tiempo se fueron volviendo aún más complejas en términos de tráfico, los hijos de Gaitán Cortés recordarán la casa como un lugar que propiciaba toda clase de juegos. En la fotografía aérea se puede observar también una reforestación de eucaliptus y pinos, que correspondió a 10 Entrevista a Lina Pardo una de las vecinas del sector. una nueva definición de los cerros en los años cuarenta que pretendió emprender su recuperación. Y una zona de bosque nativo más bajo. Hoy en el 2011 esa zona se encuentra totalmente urbanizada. Así, esta zona de la carrera quinta hasta la actual circunvalar fue territorio de urbanizaciones de diferentes estratos. Barrios de estrato altos y barrios de los trabajadores de las canteras asentados de manera informal o formal precaria en los cerros, barrios como el Paraíso, Pardo Rubio, San Martín de Porres, Mariscal Sucre, entre la calle 65 calles 47 con carrera primera. El Barrio Juan XXIII localizado entre la calles 65 y 66 con la carrera primera fue una invasión de familias desplazadas de la Represa del Guavio. Juan XXIII es un barrio, hoy más consolidado, donde viven toda clase artesanos y trabajadores manuales, electricistas, carpinteros, obreros de la construcción. Los vecinos del sector lo recordarán también como un barrio fabricantes de pólvora. Por esta razón los barrios de Chapinero, principalmente en esta zona arriba de la quinta, están atravesados por paisajes invisible: Voceadores: “Flores, flores”, habitantes de los barrios de los cerros que vendían y aún venden distintos productos, “tamales, tamales” “arreglo baños y Clínica La Inmaculada calle 69 carrera séptima afilo cuchillos”, “envueltos de mazorca”, “botellas, frascos papel” y que los vecinos coinciden en afirmar: venían de los cerros. Recordarán que bajaban en sus burros por la lavaza que sacaba la clínica de la séptima con 69. El urbanismo socialmente heterogéneo en la zona, crea hasta hoy una convivencia de sectores residenciales y pequeños talleres de servicios que caracterizan la carrera quinta precisamente entre las calles 68 y 65, pequeños talleres en un principio marqueterías y tapicerías de muebles al servicio de nuevo urbanismo, hoy, es justo decirlo, arriconados por la zona de restaurantes que son enclaves únicamente de estratos altos. Sin embargo esta es una zona que puede potenciar un cierto dinamismo vital, de pequeños comercios y zonas residenciales. La vida en la calle para Jane Jacobs en vida y muerte de las grandes ciudades11, un libro que ha sido reeditado y estudiado de nuevo hoy, plantea que además de parques o zonas inactivas es importante revitalizar las zonas densamente pobladas como en el caso de este barrio con algún foco de corrientes activas y diferentes de vida y funciones: tiendas, tenderos, clientes, visitantes, paseantes, trabajadores, comunidades que usan las acera. Todo pequeño comercio en combinación con lo residencial, 11 Jane Jacobs. Vida y muerte de las grandes ciudades. Libros Capitán Swing. Salamanca 2011 a diferencia de lo que se pueda creer, revitaliza la vida de las aceras, la seguridad y el tejido urbano. Otra de las huellas que pueden verse en la fotografia son la quebrada Rosales en la calle 73 y La vieja en calle 71, y la huella de algunos ramales de la quebrada la vieja ya canalizadas en el año 54, momento en el cual Gaitán Cortés construyó la casa. La quebrada La Vieja, la más cercana a la casa, hace parte del gran sistema orográfico de los Cerros de Chapinero cuyos límites son el río Arzobizpo, canalizado en la calle 39, hasta la Quebrada La Chorerra o Molinos en la calle 106. Así en los cerros de Chapinero se encuentran la quebrada Las Delicias (calle sesenta y tres y alrededores) La vieja (calle 71 y alrededores), Rosales (Calle 73 y alrededores), Chapinero (calle 86 y alrededores) la Chorrera (Calle 106). La Vieja es una quebrada que hoy en el 2011 está en su mayoría canalizada y en parte conservada, con una entrada por la calle 71, dos cuadras al norte de la casa. El cañon de la quebrada La Vieja hace parte de la compleja hidrografia de los cerros con quebradas escorrentias y ramales. Especies de animales y bosque nativo se conservan todavía, convirtiéndose en un atractivo ecoturístico por su diversidad biologica, bosque secundario alto, páramo y sub páramo, clima favorable facilidad de Terrenos Urbanización Calvo McPhilips Casa Gaitán Cortés Fotografía aérea 1957, de de la carrera séptima a los cerros y de la calle 65 la 71. Al centro casa de Gaitán Cortés(1953). En azul, ramales de la quebrada La vieja, hoy canalizados. acceso y cercania de este bosque natural a una zona densificada de la ciudad. Hoy, en los cerros orientales y en la quebrada La Vieja, después de una historia combinada de irrespeto y respeto de las normas de protección por sectores, el corredor ecológico de los cerros orientales es hoy una propuesta paisajistica para Bogotá cuyo sector más desarrollado se encuentra precisamente cerca de la casa de Gaitán Cortés. En la quebrada La Vieja, se han planteado senderos para caminantes miradores de aves, aulas ambientales, lugares de investigación permanente e incluso se planean para el futuro zonas de camping todo esto si hay una participación de la voluntad privada y pública. Si el patrimonio integral es lo posible, se podria pensar que esta zona de los cerros conservada puede crear una consientizacion en los bogotanos y en los visitantes de esas huellas de relación sistémica de la ciudad con su entorno que quedaron en el pasado y que hoy son posibles. Desde ella tambien se pueden proponer otras metáforas diferentes de aquellas en las que se han envuelto los cerros: de zona inhóspita, zona de extracción de materiales, zona de barrios subnormales, zona refugio de bandas atracadores, zona de especulación de la renta del suelo urbano o telón de fondo de la sabana, frase que La casa de Gaitán Cortés está hoy cerca del Corredor Ecológico de Los Cerros Orientales de Bogotá. Mapa diseñado por el grupo del corredor ecológico liderado por Diana Wiesner para la presente investigación. hace de los cerros un espacio pasivo, para pensarla, por fin, como parque público o aula ecológica. Si se piensa en el patrimonio como huellas de lo posible, muchos investigadores consideran difícil encontrar ciudades en el mundo con tendencia a una densidad alta como Bogotá con un corredor natural como los cerros orientales con cascadas, bosques, flores, aves, mariposas y ecosistemas que recuerdan el páramo de Sumapaz y los Llanos Orientales. Es importante tener en cuenta que durante la alcaldía de Jorge Gaitán Cortés (1961-1964) se planeó la avenida circunvalar, construída en 1971, y se escogió una cota mínima de urbanizacion de los cerros orientales dentro del plan regulador ya que el plan de Wiener y Sert para Bogotá y la experiencia de Gaitan Cortés en una planificación integral conserva los cerros orientales y la sabana como un todo. En 1971 los cerros se declaraon zona de interés público no edificable destinado a bosque o parque zona de reserva. asuntos de familia Por todos estos motivos combinados, la exploración peligrosa de las canteras, las nuevas visiones de una ciudad más integrada a lo geográfico y también la migración de las familias de estratos altos interesadas en vivir fuera del centro de Bogotá después del 9 de abril de 1948, se empezaron a urbanizar los barrios del sector de Chapinero arriba de la séptima. Es el caso de Gaitán Cortés: su esposa y sus tres primeros hijos Claudia, Adriana, Jorge y también sus suegros, Mariano Villegas y Josefina Puyana de Villegas vivían en un edificio diseñado por el mismo arquitecto en 1946 en la carrera tercera con calle 14, que todavía se conserva el barrio La Concordia. En los años cincuenta y en el ejercicio de su trabajo como arquitecto, Gaitán Cortés y su suegro compraron el lote de la carrera quinta entre calles 69 y 68, y su esposa Emma Villegas cuenta que ella sugerirá que este lugar podría convertirse en una vivienda más amplia para la familia. Entre los múltiples factores que pudieron influír para escoger el lugar tales como los referidos anteriormente, sus Edificio Cano diseñado por Herrera, Gaitán y Nieto Cano en 1944. Carrera tercera calle 13 en Bogotá hijos comentan que es posible que influyeran en la pareja también razones familiares. En primer lugar Gaitán Cortés se había criado en el barrio San Cristobal con su padre y su abuelo, pero muchos de sus afectos de infancia se localizaron en Chapinero. Específicamente en la casona de la carrera 13 entre calles 34 y 35, de Luís Patiño Galvis, próspero comerciante y alcalde de Bogotá entre 1931 y 1933. Luis Patiño se casó con Susana Gaitán hermana de Pantaleón Gaitán el padre de Gaitán Cortés. Según Enrique Santos, don Pantaleón pudo conocer a su esposa doña Cecilia Cortés en esta casa, ya que los padres de Cecilia Cortés eran también prósperos comerciantes. De la unión de Luis Patiño y Susana Cortés nacieron Rosa, Susana, Jorge y Luis. Jorge Patiño(1916) y Jorge Gaitán (1920), primos, serán amigos de infancia. Y también pudo influír en Gaitán Cortés la escogencia del lugar de su casa, la cercanía de las tías maternas, “las tías Cortés”. En efecto Cecilia Cortés de Gaitán, la madre de Gaitán Cortés, pertenecía a una familia con un próspero negocio de importación de café que llevó a la familia a trasladarse de Manizales a Barcelona hacia 1888. Tequenuza en la Avenida de la Paz o carrera 13 entre calles 34 y 35 (demolida). Casa de Don Luis Patiño Galvis. Fotografía Revista de Chapinero 1927-1929. Pantaleón Gaitán y su hijo Jorge Gaitán Cortés en Nueva York, 1923. De Izquierda a derecha Jorge Patiño, Jorge Gaitán y Cecilia Cortés de Gaitán en Nueva York 1924. Ana Rosa, Julia, Carlota, Lola, Cecilia, Carlos y Eusebio Cortés Gregory tuvieron una educación amplia y humanista en Europa. De Julia se conservan pinturas y de Lola hay constancia de conocimientos de piano en una educación musical con compositores conocidos12. 12 Dávila Julio. Planificación y política en Bogotá. pg 28 y 29 Cecilia Cortés de Gaitán, madre de Gaitán Cortés. Barcelona 1912. Pastel por J Borrel. Ana Rosa Cortés de De La Fuente, la hija mayor de la familia Cortés Gregory, murió en 1915 en el barco que la traía de Barcelona a Colombia y dejó huérfana a su hija Cecilia De La fuente que había nacido en Barcelona en 1913. A partir de la muerte de su madre, Cecilia De La fuente vivió con las tías Julia y Lola Cortés en Bogotá. Por su parte Cecilia Cortés de Gaitán, la madre de Gaitán Cortés, murió en Nueva York en 1929, dejando a su único hijo Jorge, huérfano a los nueve años. A su regreso a Bogotá donde vivió con su papá y su abuelo en San Cristóbal, Jorge Gaitán Cortés establecería una relación afectiva muy estrecha con sus tías maternas y con su prima Cecilia de La Fuente a quienes visitaba los fines de semana en su casa de la calle 24 con carrera séptima en el centro de Bogotá. Cecilia de La Fuente se casó con Carlos Lleras Restrepo en 1933. Su matrimonio se celebró en la casa de “las tías Cortés” en el centro de Bogotá en una casona de la carrera séptima con calle 24. En esta fotografía del matrimonio de Carlos Lleras con Cecilia de La Fuente, están las tías Cortés, menos Cecilia Cortés la madre de Gaitán Cortés que había muerto en 1929. Matrimonio de Carlos Lleras y Cecilia De la Fuente de Lleras en 1933, en la casa de las tías de Gaitán Cortés en el centro de Bogotá. También existían lazos estrechos entre Cecilia de la Fuente y la esposa de Gaitán Cortés. Emma Villegas de Gaitán comentará que a los 12 o 13 años conoció a Cecilia de La Fuente en Bizerta la finca de Lorencita Villegas y Eduardo Santos. Lorencita Villegas era la tía de Emma Villegas hermana de su papá , una influencia en el círculo de las mujeres más jóvenes. Dos hermanos fotografiados en 1933: Mariano Villegas padre de Emma Villegas de Gaitán y Lorencita Villegas de Santos, esposa de Eduardo Santos. Esto demuestra que uno de los paisajes invisibles de un barrio son los lazos familiares que van extendiendo lazos de habitabilidad. Así, uno de los hijos comentará que Carlos Lleras y Cecilia de la Fuente, las tías Cortés, la familia Gaitán Villegas y Villegas Puyana decidirían dejar el Centro después del 9 de abril de 1948. Las tías Cortés se trasladarían a una casa en la calle 70 A entre séptima y quinta, que hoy no existe. Casas de la calle 70A entre carreras séptima y quinta. Bogotá. Emma Villegas de Gaitán recién casada en Washington hacia 1945. Por su parte Carlos Lleras y su esposa, construirían su casa en 1942 en la calle 70 # 7-37, diseñada por el arquitecto austriaco Otto Marmorek, una casa de novecientos metros cuadrados con toques neo clásicos y columnas que enmarcan la puerta principal con toques franceses. A pesar de la cercanía familiar la casa de Gaitán Cortés se distancia de las casas cercanas. Casa de Carlos Lleras y Cecelia De La Fuente De Lleras Otto Marmorek 1940, Bogotá. En 1946, Santiago Medina construirá un particular edificio de apartamentos. Este arquitecto nacido en Medellín en 1902 y muerto en Bogotá en 1988 construiría La Casa Medina, un edificio de apartamentos con acentos Art Nouveau y de la campiña francesa que hoy es un hotel. Casa Medina. Arquitecto Santiago Medina 1946. Carrera séptima entre 69 y 70 1946. Bogotá En frente, carrera séptima calle 70, la casa diseñada y construida por Vicente Nasi en 1939 en Bogotá, para Silvia Rocha de Uribe. Esta casa es famosa porque fue diseñada en función de la colección de muebles y objetos que poseía la familia. Casa Rocha, calle 70 carrera séptima. Arquitecto Vicente Nasi 1939 Hay que decir que en las calles de la carrera quinta hacia la carrera séptima, hay ejemplos de casas construídas por arquitectos de los años 30 y 40. En la calle 70 entre la quinta y la séptima hay ejemplos de casas construídas por Manuel Samper; en la calle 69, por Álvaro Saénz Camacho, y en la calle 68 hay casas construidas en los años 40, más relacionadas con el urbanismo del barrio quinta camacho. La urbanización Calvo Mc Phillips le vendió los terrenos a la comunidad anglicana de iglesias unidas la Union Chuch. El Fellowship hall es de 1957 construído por Manuel Samper con de bóvedas en concreto comprimido. Según los planos, la iglesia como tal fue diseñada más tarde, en 1963, por la firma Smith Povelly Mordrige, arquitectos de California. Es un interior inspirado en Frank Loyd Right con un solo gran espacio con vitrales modernistas. Según los archivos de la iglesia no está muy claro quién construyó la iglesia. El pequeño campanario está construído en ladrillos en “U” los mismos de la casa. Fellowship hall de la Union Church, carrera cuarta calle 69. Arquitecto Manuel Samper 1957. Union Church Carrera 4 No. 69-06. noticias Los vecinos recuerdan la visita que hicieron a esta iglesia la princesa Ana la hija mayor de la Reina Isabel II de Inglaterra y su marido Marck Phillips; lo recuerdan por su evidente dispositivo de seguridad. La pareja se habían casado en noviembre de 1973 en Londres y pasó su luna de miel en Barbados. El sábado 8 de diciembre de 1973 El Tiempo registra la noticia de su llegada y el lunes 10 diciembre el periódico cuenta que el novio atacado de gastroenteritis aguda no pudo acompañar a la princesa a un sencillo oficio religioso en un templo anglicano en la mañana del domingo 9. En el mismo periódico, a la pregunta: “-Su alteza: ¿no resulta aburrida una luna de miel con protocolos?-oh pero si esto no es una luna de miel. Nuestra luna de miel terminó en Galápagos y fue muy feliz… A decir verdad yo no escogí a Colombia para nuestro viaje. Simplemente fuimos invitados por su gobierno y aceptamos gustosos la invitación. De modo que aquí estamos en visita oficial, es decir trabajando”13 Precisamente la artista colombiana Beatriz González hizo una serigrafía, llamada La actualidad ilustrada (1974), en la cual se ve a la pareja de recién casados y detrás los cerros de Bogotá. 13 Periódico El tiempo Diciembre 10, 1973. Beatriz González, “La actualidad ilustrada”. Serigrafía sobre papel,19731. 1 Varios Autores. Beatriz González una pintora de provincia. Carlos Valencia Editores. Bogotá, 1988. Pero cerca de la casa se encuentran otras huellas. Frente a la casa de Gaitán Cortés entre la calle 69 y 68 sobre la carrera quinta hay un pequeño parque. Mas que un espacio para quedarse es un sitio de paso. En su placa conmemorativa se lee: Parque Aparicio y Tamayo héroes del 10 de mayo de 1957. Parque Aparicio y Tamayo. Carrera quinta entre calle 68 y 69. Bogotá. Placa parque Aparicio y Tamayo En realidad son huellas históricas de dos jóvenes estudiantes, Ernesto Aparicio Concha y Pedro Luis Tamayo, muertos en las jornadas 10 de mayo de 1957, contra la dictadura de Rojas Pinilla. El hecho se relaciona con el fin del Gobierno del General Rojas Pinilla quien fue presidente de facto entre 1953 y 1957. El 10 de mayo de 1957, Rojas Pinilla se vio obligado a entregar el poder a una Junta mIlitar después de que los partidos tradicionales le retiraron su apoyo y en medio de un descontento popular. Los primeros en movilizarse fueron los estudiantes universitarios que se declararon en huelga en los primeros días de mayo y se tomaron las calles. Este levantamiento estudiantil tuvo una amplia resonancia en los periódicos porque murieron dos estudiantes muy jóvenes. Rojas Pinilla cerró el periódico El Tiempo en 1955. Entre 1955 y 1957, el periódico reapareció con otro nombre: Intermedio. El 11 de mayo de 1957 cae el gobierno de Rojas Pinilla y el 8 de junio de 1957 el periódico retoma su nombre. Precisamente en la edición del Intermedio del viernes 10 de mayo de 1957, con el título de Histórica Jornada, se destacan las noticias de los enfrentamientos entre policías y estudiantes en el barrio Chapinero. Uno de los hijos de Gaitán Cortés recordará que los sermones de la Porciúncula se oponían al gobierno y que los principales enfrentamientos se desarrollaron en la calle 72 frente a esa misma iglesia a horas de la misa. La explosión de una granada mató a Ernesto Aparicio un estudiante de bachillerato. En esta edición se destaca también la noticia de la muerte de los estudiantes que dan nombre al parque de la carrera 5 entre calles 68 y 68, durante las protetas del 5 de mayo. “Policías y estudiantes protagonizan una fuerte lucha para disputarse la bandera patria en la Universidad Javeriana …Aquí vemos la detención de los jóvenes”. “La mujer colombiana se lanzó a la calle en varias ocasiones. Los barrios de Chapinero fueron escenario de momentos como éste cuando con pañuelos blancos se pedía el retorno a la vida democrática”. Periodico Intermedio (El Tiempo), viernes 10 de mayo de 1957. “Sacrificio: Ernesto Aparicio Concha, el estudiante que rindió su vida por la libertad, muerto por una granada de la policía en los sucesos ocurridos el domingo a la salida de la misa de La Porciúncula”. “Sacrificio: En su casa de habitación fue velado el cadaver del estudiante Pedro Luís Tamayo, quien pereció durante los sucesos ocurridos el domingo pasado en el barrio Chapinero”. Periodico Intermedio (El Tiempo), viernes 10 de mayo de 1957. No es muy claro desde qué fecha el nombre de estos jóvenes estudiantes fue escogido para bautizar el parque. Uno de los hijos de Gaitán Cortés recuerda que un señor anónimo, le insitió a su papá para que insidiera en el Concejo de Bogotá y nombrara el parque como estos dos jóvenes muertos. Es probable que una decisión del Consejo de Bogotá,a finales de los años cincuenta, así lo hiciera. En esta fotografía la casa de Gaitán Cortés se destaca en el paisaje. El remate es el resumen del carácter experimental de su arquitectura y de la experimentación del pensamiento moderno colombiano. En conversaciones Juan Carlos Aguilera hará notar que las cubiertas de las casas alrededor son de teja, cubiertas que no dejan leer las formas interiores. En cambio la bóveda de esta casa es el resultado del espacio interior, un espacio sin interrupciones, casi una célula, un estudio de un arquitecto, espacio individual para el pensamiento. pensamiento moderno y arquitectura Ciudad Universitaria Bogotá. Imprenta Nacional y Casa de Profesores. Arquitecto Leopoldo Rother, 1938. Es importante destacar aquí que en la transformación arquitectónica de la ciudad y de los cerros de Chapinero en particular, incidieron las nuevas visiones de ciudad y del trabajo del arquitecto concebido como un pensador del objeto arquitectónico en un contexto. Unas visiones de arquitectura y ciudad que se gestaron en la generación de arquitectos modernos a la cual Gaitán Cortés pertenecía de manera activa. Aquí el patrimonio integral va conectándose con el “paisaje conceptual” de la arquitectura moderna colombiana, un pensamiento que Alberto Saldarriaga resume así: “El idealismo de su aproximación combinó los elementos del papel social del arquitecto-planificador propios de los paradigmas internacionales con sentimientos de contribución e impulso al progreso nacional. El cambio tecnológico y los planes racionales fueron asumidos como armas en la conquista del progreso social”14. Según Eduardo Angulo Flórez15, los estudios de arquitectura se iniciaron en la Universidad Nacional en 1929, en un departamento de arquitectura dependiente de la facultad de Ingeniería; por dificultades presupuestales fueron cerrados. En 1934 se reiniciaron los estudios con 14 Saldarriaga, Alberto y otros. Estado, ciudad y vivienda. Urbanismo y arquitectura de la vivienda estatal en Colombia. 1918-1990. Bogotá: Inurbe, 1996. 15 Eduardo Angulo Flórez Cincuenta Años de arquitectura. 1936-1986 Universidad Nacional, Bogotá ,1987. cátedras de dibujo y composición y se establecieron de manera permanente dentro del pensum de ingeniería. En 1936, un grupo de estudiantes de ingeniería solicitaron al rector crear la facultad de arquitectura, y con la aceptación de dicha solicitud, se organiza la Escuela de Arquitectura y Bellas Artes el 19 de octubre de 1936. La historia en primera persona permite conocer ciertas particularidades de ese inicio de los estudios de arquitectura en el país. Germán Vargas un arquitecto graduado de la Universidad Nacional en 1941 un año antes de Gaitán Cortés dice: “En 1935 terminé bachillerato en el Colegio Boyacá en Tunja. Siempre quise estudiar arquitectura, pero en esa época no había facultades de arquitectura en Colombia. Entonces, decidí matricularme en Ingeniería en la Universidad Nacional y dentro de los treinta y cinco estudiantes de ese primer año de ingeniería indagué quiénes tenían interés por la arquitectura y encontré que había un grupo de quince alumnos. Ya con esa investigación nos fuimos donde José Gómez Pinzón, que en ese momento era el rector de la Facultad de Matemáticas e Ingeniería… No se había iniciado la reforma universitaria de Alfonso López Pumarejo en el año 36, que creó la Universidad Nacional con las cuatro facultades que existían en ese momento: Derecho, Medicina, Ingeniería y Veterinaria. Entonces, le dijimos a Gómez Pinzón que propusiera dentro de la Facultad de Ingeniería, materias de arquitectura, teoría de la arquitectura y dibujo arquitectónico, en ese primer año. Él dijo: no. Qué les parece: se puede mejorar la idea, creando la Facultad de Arquitectura con base en la ley orgánica de la universidad. Se pueden crear nuevas facultades, siempre y cuando tengan un mínimo de cien alumnos. Como no había sino quince, entonces surgió la idea de agregar la Escuela de Bellas Artes, que tenía más de cien alumnos. Así nació la Facultad de Arquitectura y Bellas Artes en el año 193616. Siguiendo a Angulo Flórez de nuevo, la facultad ocupó un local en el centro de la ciudad de 1936 a 1940. A partir de esa fecha se trasladó a la Ciudad Universitaria. Aquí es importante puntualizar que los arquitectos colombianos habían empezado a discutir las ideas modernas e incluso el concepto de planificación como herramienta para organizar lo urbano. Entre 1938 y 1942 época en la cual Gaitán Cortés estudió, la Universidad Nacional estuvo en contacto con profesores definitivos tanto para la arquitectura como para el urbanismo en Colombia: Leopoldo Rother quien llegó de Alemania en 1936 y como arquitecto de Ministerio de Obras Públicas había concebido el Plan Maestro de la Universidad Nacional entre otros proyectos, y se había encargado del diseño y construcción algunos de sus edificios. En ellos se puede leer el espíritu de la Bauhaus, la escuela de arquitectura y diseño fundada en Weimar en 1919, “La casa de la construcción” que definió la arquitectura moderna con la idea de una arquitectura para todos, una 16 Acebedo Luis Fernando y Moreno Omar. Hernando Vargas Vida y obra. Entrevista con Hernando Vargas. BITACORA 2003. http://www.facartes.unal.edu.co/ portal/publicaciones/bitacoraut/7/homenajea/hernando_vargas_vida_obra.pdf arquitectura de formas básicas, con un diseño guiado por la función como directriz de la forma. Otro de los profesores fundamentales en la construcción del pensamiento moderno colombiano fue Karl Brunner, urbanista vienés, que en los cuarenta tuvo un papel protagónico en los planes urbanos de Bogotá. Entre ellos, un plan vial del centro denominado Plan Regulador, el diseño y desarrollo de varios nuevos barrios y la publicación del Manual de Urbanismo. Su trabajo contribuyó a promover la discusión profesional y académica sobre el urbanismo de vanguardia en Europa. Luis de Zuleta trajo a la academia el pensamiento moderno entre guerras, Y Gabriel Serrano quien visitó las escuelas de arquitectura de Estados Unidos, Yale, Columbia MIT y Harvard17, y presentó ante sus alumnos un oficio de arquitecto, más que para diseñar viviendas individuales –que efectivamente se hicieron– un oficio para solucionar problemas sociales básicos, por ejemplo hospitales y colegios; una herramienta efectiva en relación con la actividad dentro de las entidades del estado. En los Cincuenta años de arquitectura anteriormente citado, se escogen algunos proyectos de estudiantes con ese interés para solucionar problemas básicos como 17 Davila, ibid. Pg 75 Jorge Gaitán Cortés colegio 1941. Proyectos de los estudiantes de arquitectura en Cincuenta Años de arquitectura. 1936-1986. Eduardo Angulo, Universidad Nacional, Bogotá, 1987. hospitales, plazas de mercado y un colegio diseñado por Gaitán Cortés en 194118. Gaitán Cortés se graduó como arquitecto en la Universidad Nacional de Bogotá en 1942. Su tesis de grado fue un Hotel 18 En Eduardo Angulo. Cincuenta Años de arquitectura. Ibid. En 1943 su proyecto de grado en Yale será de nuevo un hotel para Bogotá, del que no se conserva sino un esquema, que es la carátula del proyecto. Residencial con innumerables servicios19. Emplazado en San Diego, en ese momento el punto límite entre la ciudad consolidada y los nuevos desarrollos. El proyecto muestra la visión de Bogotá que tenía Gaitán Cortés, una ciudad vinculada o por vincularse con el resto del mundo y la conciencia de lo que en términos de transformación urbana y a nivel de las calles cercanas puede generar un hotel. La escogencia de un problema de diseño arquitectónico como éste resulta significativo, ya que implicaba, en la época, el interés por abordar un diseño integral, es decir, diseños macro en cuanto vías y diseños micro a nivel de los servicios para visitantes y transeúntes. En 1943 el proyecto de grado de Gaitán Cortés en Yale será otro hotel en Bogotá del que se conserva solo la carátula del proyecto. Gaitán Cortés en 1945 aparece ya como profesor de nuevas generaciones de arquitectos luego de su regreso de Yale a principios de 1944. En memorias de un estudiante de provincia Edgar Burbano dice: “Al final de la carrera (1945) tuvimos dos muy buenos profesores: Jorge Gaitán Cortés con su espíritu estricto y rígido producto de su formación ingenieril y de la escuela de la Bauhaus trasplantada a los Estados Unidos, y el brillante e imaginativo Jorge Arango Sanín. Este último con la colaboración de Carlos Martínez el rebelde e inquieto profesor de urbanismo graduado en l’Ecole 19 Revista Ingeniería y arquitectura. Vol. IV. n°44. Enero, 1943. En 1943 su proyecto de grado en Yale será de nuevo un hotel para Bogotá, del que no se conserva sino un esquema, que es la carátula del proyecto. Politeçnique de París, nos dirigieron los proyectos de tesis… y realizamos la primera tesis sobre urbanismo y arquitectura”20. Gaitán Cortés promueve en sus alumnos el conocimiento directo del sur de Bogotá que él conocía muy bien ya que había vivido en San Cristóbal21. Como profesor le parecía importante llevar a los estudiantes al reconocimiento de la creciente urbanización de Bogotá con su demanda de servicios y de diseño urbano. Según el profesor de la Universidad Nacional Hugo Mondragón, estudiantes y profesores de la época como Edgar Burbano, Luz Amorocho, Enrique García, José Angulo, Jorge Gaitán, Álvaro Ortega, Gabriel Solano, Augusto Tobito, Alberto Iriarte, Jorge Arango y a Carlos Martínez editor de la revista Proa se propusieron transformar a Bogotá e hicieron varias propuestas22 tales como un plan vial para la ciudad, un estudio de los servicios públicos y sus costos, la reurbanización de la Plaza Central de Mercado y de las manzanas vecinas y las primeras concepciones de una ciudad del empleado. Finalmente los 20 En Eduardo Angulo. Cincuenta Años de arquitectura. Ibid. 21 Benjamín Gaitán. Biografía de Jorge Gaitán Cortés Arquitecto. Academia Colombiana de Historia. 22 Hugo Mondragón Le Corbusier y la revista Proa o la historia de un malentendido. www.lecorbusierenbogota.com/downloads/tomo2/segunda_parte.pdf planos de todo el proyecto se exhibieron en la Biblioteca Nacional. Mondragón concluye que: “Hasta cierto punto estos planes no eran más que dibujos esquemáticos acompañados de frases provocadoras, pero a la distancia resulta claro que sus autores tenían serias pretensiones de dirigir el destino urbanístico de Bogota”23. En medio de una postura crítica frente a la gestión de los alcaldes, promovida en parte por algunos de estos nuevos arquitectos, en los años cuarenta entonces el entorno geográfico y la planificación integral era un problema que empezaba a discutirse. En 1943 El Departamento de Control del Municipio de Bogotá presentó el informe “el gran bosque oriental de Bogotá”, donde se advierte que derrumbes, deslizamientos y desprendimientos de bloques sobre la ciudad son consecuencias de la explotación de las canteras. Además el informe advierte que el uso de dinamita desprende el pavimento.24 La administración distrital por esta razón gestionó la compra de algunos predios para iniciar la reforestación en la quebrada Rosales (calle 74) y las quebradas menores. En 1944 el plan de ordenamiento Soto Bateman introdujo la zona de reserva 23 Hugo Mondragón. Ibid. 24 Chaparro, Jairo. Mendoza, D. Pulido B. Habitando los cerros. Vidas y milagros de vecinos en el cerro del cable. Proyecto “Memoria barrial, convivencia social e integración juvenil en la parte alta de Chapinero” Bogotá, 1996-1997. http://www.banrepcultural. org/blaavirtual/sociologia/cerr/cap1f.htm. de áreas verdes donde se incluían los cerros orientales y se prohibió definitivamente la extracción de materiales en el lugar. La inquietud de los arquitectos sobre la urgencia de un plan de ordenamiento para la ciudad llevó a proponer una visita de Le Corbusier a Bogotá. En la misma entrevista a Hernando Vargas, anteriormente citada, cuenta que a través de las revistas y de los profesores empezaron a conocer a Le Corbusier y sus propuestas. Al parecer primero los estudiantes estuvieron en contacto con los proyectos de Francia y la vanguardia de Alemania y Austria y más tarde con Le Corbusier. Vargas, elegido en el año 47 presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, concretó la propuesta a través de Eduardo Zuleta Ángel que en ese momento era presidente de la subcomisión preparatoria para la creación de Las Naciones Unidas. Zuleta había conocido a Le Corbusier porque ambos coincidieron en el comité para escoger el predio del edificio de Naciones Unidas en Nueva York. Le Corbusier llegó a Bogotá el 17 de junio de 1947, visitó la ciudad durante ocho días en compañía de la mayoría de esta generación de arquitectos modernos colombianos. Dictó dos conferencias en el teatro Colón: El Urbanismo como supremo ordenador social y Caracteres mundiales y regionales de la Arquitectura Moderna. Cuentan que recorrió la ciudad, se entrevistó con autoridades, con profesores y estudiantes de la Universidad Nacional, visitó los chircales, “le pareció insólita la localización geográfica a 2600 metros sobre el nivel del mar y a 500Km del puerto más cercano, circunstancias que influyeron en el plan en la escala regional”25, incluso cuentan que elogió la bóvedas de la casa de Francisco Pizano en Bogotá, constatando que había una reflexión sobre la arquitectura moderna en la ciudad. Dice Vargas: “Le Corbusier se interesó muchísimo en la ciudad. Desde el principio nos hizo recomendaciones inolvidables. Nos dijo, ustedes tienen que aprovechar estas quebradas que bajan de los cerros hasta el río Bogotá. parques longitudinales. Defender la Sabana de Bogotá, buscar una manera de densificar la ciudad y no invadir la Sabana. En ese momento, tuvimos la idea de proponerle… que Le Corbusier orientara el Plan Piloto de Bogotá. Tanto Le Corbusier como Mazuera (el alcalde) aceptaron la cosa, pero Le Corbusier nos indicó que estaba 25 Tarchópulos, Doris. Las huellas del Plan para Bogotá de Le Corbusier, Sert y Wiener. En Scripta Nova, Barcelona, 2006. http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-218-86. htm. En esta foto: a la izquierda de vestido oscuro Paul Lester Wiener; siguiendo a la izquierda Jorge Arango y Emma Villegas de Gaitán. Al centro Fernando Martínez Sanabria, detrás de él Herbert Ritter y, más atrás, Augusto Tobito. A la derecha Le Corbusier. sumamente ocupado, pero que podía hacerlo con Wiener y Sert, Y así se hizo. Con ellos se contrató el primer Plan Piloto que tiene Bogotá”26. Emma Villegas de Gaitán recordará a Le Corbusier como una persona amable pero sobre todo puntualizará la amistad de Gaitán Cortes con Wiener y Sert e incluso recuerdan, ella y sus hijas mayores, que fueron a almorzar a su casa. Es posible ponderar por las conversaciones con ella y sus hijos la influencia de Le Corbusier en el pensamiento de Gaitán Cortés como maestro, que en realidad lo era para toda la generación, pero reconocer que Gaitán Cortés estuvo muy de los planes urbanos de Wiener y Sert. El Plan para Bogotá se compone de dos instrumentos: El Plan Director o Plan Piloto a cargo de le Corbusier quien planteó el modelo de ciudad. Y El Plan Director o Plan Regulador a cargo de Wienner y Sert, dirigido a definir las herramientas estructurantes y de gestión27. Paul Lester Wiener arquitecto austriaco y José Luis Sert arquitecto barcelonés, elaboraron el primer plan piloto para 26 Acebedo Luis Fernando y Moreno Omar. Hernando Vargas Vida y obra. Entrevista con Hernando Vargas. BITACORA 2003. http://www.facartes.unal.edu.co/ portal/publicaciones/bitacoraut/7/homenajea/hernando_vargas_vida_obra.pdf 27 Patricia Schnitter Castellanos. Sert y Wiener en Colombia. La vivienda social en la aplicación del urbanismo moderno. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín Colombia http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-146(035).htm Bogotá como socios de la firma Town Planning Associates con sede en Nueva York. Patricia Schnitter28 cuenta que se conoce un primer contacto de estos urbanistas con el país en 1945, cuando Wiener, auspiciado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, realizó una visita corta a Bogotá para conocer la situación del planeamiento urbano de la ciudad en relación con otras de América Latina. A raíz de la visita de Le Corbusier a Bogotá en junio de 1947, los dos planificadores pudieron asesorar diferentes problemas urbanos. El primer contrato fue en Tumaco una población destruida por un incendio a finales del año 47 y Gaitán Cortés, quien trabajaba como Director Técnico de Edificios Nacionales en Bogotá, impulsó la contratación de Wiener y Sert para la asesoría del Plan Piloto de esta ciudad. Gaitán renunciaría poco después a esa oficina no estando en contacto directo con la ejecución del proyecto pero sí con su planteamiento inicial. A éste contrato en la ciudad de Tumaco siguió el del plan piloto de Medellín a finales del 48 y el de Cali y Bogotá al año siguiente Patricia Schnitter en su artículo, cita apartes del plan regulador de Wiener y Sert para mostrar que representa la aplicación del espíritu de los Congresos Internacionales de Arquitectura CIAM, inspirados en un comienzo por Le Corbusier. Las cuatros funciones básicas de toda 28 Patricia Schnitter Castellanos. Ibid. ciudad serían: habitación, servicios sociales (culturales y recreativos), trabajo y circulación. Estas funciones serían la base de la zonificación general lo que daría solución a la distribución equitativa de los servicios públicos y sociales y a las zonas verdes. Pero Sert, por su parte, concebía una escala humana en la planeación de las ciudades y había propuesto la unidad vecinal en el V Congreso Internacional de la Arquitectura Moderna (CIAM) en 193729. La Unidad Vecinal se definía como la unidad orgánica mínima de planeación urbana constituida por un grupo de viviendas, con escuela primaria, servicios públicos, áreas verdes y calles limitadas por vías arterias mayores que vinculaban esta unidad con la ciudad pero no la cortaban. Según Patricia Schnitter esta idea de la Unidad Vecinal era diferente de la idea de “sector” propuesta por Le Corbusier en el Plan Piloto, discusiones que se vieron reflejadas en el VII CIAM, donde se compararon diferentes planes 29 Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna. 1928, CIAM I, La Sarraz, Francia. Fundación del CIAM. 1929, CIAM II, Fráncfort del Meno, Alemania. Enfocada en el trabajo de vivienda de Ernst May y la vivienda mínima.1930, CIAM III, Bruselas, Bélgica. Sobre el desarrollo racional del espacio. 1933, CIAM IV, Atenas, Grecia. Publicación de la Carta de Atenas. 1937, CIAM V, París, Francia. Sobre la vivienda y el ocio. 1947, CIAM VI, Bridgwater, Inglaterra. Sobre la reconstrucción de las ciudades devastadas por la II Guerra Mundial.1949, CIAM VII, Bérgamo, Italia. Sobre la arquitectura como arte.1951, CIAM VIII, Hoddesdon, Inglaterra. Sobre el corazón de la ciudad. 1954, CIAM IX, Aixen-Provence, Francia. Publicación de la Carta de habitación. 1956, CIAM X, Dubrovnik, Yugoslavia. Sobre el hábitat. Primera presencia de los Team X. 1959, CIAM XI, Otterlo, Holanda. Disolución del CIAM. urbanísticos. Sert sugirió que se presentara el proyecto de Tumaco en este congreso y que el ponente fuera Gaitán Cortés, como sucedió en Bergamo Italia en 194930. Como se dijo anteriormente, entre 1947 y 1948 Jorge Gaitán Cortés se vinculó al Ministerio de Obras Públicas como arquitecto jefe, con muchos otros arquitectos profesores de la Universidad y egresados de su generación. Además del plan para la ciudad de Tumaco, durante este período se diseñaron y construyeron significativos edificios públicos en Colombia. Edificios Nacionales como el de Venadillo Tolima (Francisco Pizano de Brigard), el Centro Cívico de Barranquilla (Leopoldo Rother), El Edificio Municipal de Socorro (Leopoldo Rother) y El estadio 11 de noviembre en Cartagena (Gaitán Cortés y Guillermo González Zuleta). “Fue la época “heróica” del modernismo arquitectónico en Colombia; cuando –en palabras del Ministerio– los jóvenes egresados de la Universidad Nacional, “Libres de prejuicios y deseosos de trabajar por el país”31. Experimentación con estructuras, materiales prefabricados, bóvedas, visión de progreso y confianza en el futuro, van a ser estas ideas las directrices de la arquitectura moderna, sobre todo porque estos arquitectos trabajaron en las entidades del estado. 30 Patricia Schnitter ibid. 31 Carlos Niño. Arquitectura y estado. Universidad Nacional 1991. Pg254. En marzo de 1948 Gaitán Cortés renuncia al cargo de arquitecto jefe de la sección de proyectos del Departamento de Edificios Nacionales del Ministerio de Obras Públicas, y acepta ser el asesor del Instituto de Crédito territorial ICT, Este instituto se había creado en 1940, buscando mejorar la vivienda rural y apoyando la investigación para encontrar materiales constructivos de bajo costo. Hernando Vargas cuenta que viajó a la Universidad de Pensilvania para explorar la mezcla de muros de tapia pisada con cemento que después se convertirían en bloques de bajo costo con equipo de técnicos de la Universidad Nacional32. A partir de 1948, El ICT se orientará a solucionar el problema de la vivienda urbana para enfrentar la gran transformación demográfica de Colombia que fue la emigración de campesinos a las ciudades. Desde esta institución se pudo poner a prueba en la práctica, en el diseño de algunos barrios en varias ciudades del país, la discusión sobre de unidades mínimas de planeación, Unidades Vecinales o Sectores planteados por Sert y su discusión con Le Corbusier. 32 Acebedo Luis Fernando y Moreno Omar. Hernando Vargas Vida y obra. Entrevista con Hernando Vargas. BITACORA 2003. http://www.facartes.unal.edu.co/ portal/publicaciones/bitacoraut/7/homenajea/hernando_vargas_vida_obra.pdf En conversaciones con Juan Carlos Aguilera se puede aclarar que la Unidad Vecinal tiene que ver con la racionalización de recursos para posibilitar las actividad de las personas. Se calcula el número de casas, el número de personas por casa, el número de hombres, mujeres, ancianos o niños y así se calculan los tamaños y formas de parques, mercados, escuelas o iglesias. Pero no es una planeación solamente numérica, que podría ser tachada de tecnócrata, y que en años posteriores en algunas intervenciones estatales se convirtió en una racionalización solamente costo beneficio. Esta planificación de unidades vecinales tiene que ver con la posibilidad de que las personas desarrollen de manera humana una específica actividad. En un artículo escrito por el mismo Gaitán Cortés, él va a especificar la importancia que tiene para la arquitectura la actividad de las personas. Incluso acepta pero a la vez discute la ideas organicistas de Spengler, con el riesgo –que resultó cierto–, de concentrar la atención en el comportamiento de los organismos o sus agregados, y dejar de lado la actividad de las personas. Para Gaitán Cortés las instituciones son un mecanismo donde coinciden los campos de acción individual33. 33 Jorge Gaitán Cortés. ¿Qué es un centro cívico y por qué se preconiza esta solución urbanística y arquitectura en las grandes ciudades? PROA 113 Bogotá octubre 1957 “La sustancia del universo no es la materia sino la actividad, y esta, que es la fuente de acción social, sólo puede originarse en los individuos, jamás en la sociedad, que solamente es el terreno común en donde coinciden todos los campos de acción individual. La sociedad no es ni puede ser otra cosa que un medio de comunicación a través del cual los individuos humanos actúan los unos sobre otros. Son pues los individuos humanos y no las sociedades humanas quienes hacen la historia humana”34. El primer proyecto del ICT es de 1948 y se trata del Barrio los Alcázares, situado entre las calles 68 y 73 y las carreras 24 y 32 en Bogotá, concebido para empleados35. El Instituto de Crédito Territorial aquí, concibe el problema de la vivienda urbana como un verdadero laboratorio experimental del diseño. Organizó un taller de investigación y aplicación de materiales o planta piloto, situada al sur de Bogotá, para aprovechar el uso de las arcillas para hacer materiales de construcción en serie para reducir costos, y retomando en parte las investigaciones iniciadas a principios de los cuarenta para la vivienda rural. Ladrillos, marcos de concreto vidriados y pre tensados, secciones moduladas con las cuales fue posible la construcción de sistemas livianos para solucionar la construcción parametros 34 Jorge Gaitán Cortés. ¿Qué es un centro cívico y por qué se preconiza esta solución urbanística y arquitectura en las grandes ciudades? PROA 113 Bogotá octubre 1957 35 Alberto Saldarriaga estado, ciudad y vivienda urbanismo y arquitectura de la vivienda estatal en Colombia 1918-1990. Corporación colegio de Villa de Leyva CEHAP, Medellín, CITCE, Cali. Bogotá 1996. exteriores, duelas y viguetas en concreto para pisos y sistemas livianos de prefabricación en concreto. Barrio Los Alcázares Bogotá. Grupo de casas construido por Jorge J. Angulo, Jorge Gaitán C, y Enrique García. Revista Proa # 28 Octubre 1949. En los Alcázares participaron varios equipos de arquitectos36. Dentro de una manzana rectangular, las casas responden a un diseño común, la vía, un antejardín, acceso de frente, casas profundas con patio posterior, 36 El nuevo Barrio Los Alcázares. Concentración de casas para empleados. ICT Bogotá. Arquitecto Enrique García, ingeniero Bernabé Pineda y Gerente Hernando Posada. Grupo de arquitectos: Roca & Santander. José J. Angulo, Enrique García. Herrera & Nieto Cano. Trujillo Gómez & Martínez Cárdenas. José J. Angulo, Jorge Gaitán Cortés, Enrique García. Revista Proa #28 Octubre 1949. Barrio Los Alcázares Bogotá. Grupo de casas construido por Jorge J. Angulo, Jorge Gaitán C, y Enrique García. Plantas. 1. Acceso lateral. 2 y 3 salón y comedor. Escalera de un tramo en este espacio. 7 Patio interior el jardín posterior es longitudinal porque era de contemplación. 4 Cocina. 5 Baño. 8 El área de servicios está en el frente de la vivienda resguardada por un muro curvo. Revista Proa # 28 Octubre 1949. escalera a un lado que distribuye a las habitaciones en el segundo piso. Según Aguilera, las casas del grupo de Gaitán Cortés presentan variantes. Primero su diseño las interioriza de la calle. Por ejemplo su acceso es lateral y la sala no da directamente al antejardín. Cabe anotar que los accesos de la propia casa de Gaitán Cortés son laterales haciéndolos más privados. Frente a la vía, las casas se recogen o privatizan como una célula. La zona social no mira al antejardín sino mira a un jardin interior transversal considerado como de contemplación para unas casas para empleados. En el frente de la casa se instala la zona de ropas que antes se ocultaba y un muro curvo de ladrillo la separa del antejardín. En el interior esta zona de ropas está separado visualmente de la cocina con una celocía de ladrillos en U. La escalera no se concibe en la esquina y de dos tramos, sino que se instala en la mitad del espacio como un bloque de un solo tramo con varillas de metal y se rescata así su carácter escultórico. El siguiente tema es que en la segunda planta, de dos habitaciones. Estas casas se entregaban con vigas de concreto tapadas con grabilla para que la familia pudiera ampliar el espacio y construir otra habitacion cuando tuviera la posibilidad. Dirá Aguilera que las viguetas eran muy sencillas estructuralmente porque eran elementos prefabricados y sobre ellas se podría montar un piso en un día. Alcázares era un barrio para empleados jovenes es decir personas que habean empezado a contruir su familia y por eso la casa se podia ampliar. “Gaitán Cortés es un arquitecto que pensaba la actividad que iba a realizarse en los espacios como algo importante. Le interesa la persona que está ahí en esa edificación o en esa ciudad y lo que hace. Como un sastre que piensa a la medida del cuerpo para que la gente que habite ese espacio se sienta cómoda37”. Barrio Muzú Bogotá. Fotografía de Maarten Goossens, 2010 37 Entrevista a Juan Carlos Aguilera para esta investigación 2011. En el año 1949 el ICT38 construye el barrio Muzú en Bogotá un barrio para obreros con un plan urbanístico moderno, en el cual se redefine la manzana tradicional y se disponen los predios en medio de areas verdes y caminos peatonales que relacionan las viviendas con centros deportivos y comunutarios. En Muzu se aplicaron de manera exitosa las bovedas prefabricads en forma de T, que reducían el uso del hierro y los costos de construcción. Las casas de Muzú diseñadas para obreros, son profundas con un amplio patio en la parte de atrás, que podría ser un huerto. El artejardin es pequeño porque las casas comparten un área verde común. 38 Alberto Saldarriaga. Estado, ciudad y vivienda urbanismo y arquitectura de la vivienda estatal en Colombia 1918-1990. Corporación colegio de Villa de Leyva CEHAP, Medellín, CITCE, Cali. Bogotá 1996. En el pié de foto: Hoy se inaugura oficialmente la Universidad de Los Andes, el claustro que anhela aclimatar en el país modernas formas de conocimiento. Peter Aldor reúne en esta caricatura al cuerpo directivo de La Universidad. En la carabela, escudo de la institución, aparecen en la torre de observación Gustavo Santos; en el timón, el profesor Roberto Franco y el doctor Mario Laserna; en la escalera, el doctor Hernán Echavarría Olózaga; con el ancla el doctor Jorge Gaitán Cortés; en el mástil el doctor Salazar; en la proa el doctor José María Chávez; y en las ventanas los doctores Manuel Posada y Manuel José Casas. Patricia Schnitter comenta que la relación de Wiener y Sert con el urbanismo se ve reflejado en el diseño de esa primera parte del barrio Quiroga en Bogotá, adaptados por los arquitectos del la OPR . “No podemos dejar de reconocer la importante actividad desarrollada en este período por algunos arquitectos colombianos en la convicción de que la vivienda social no podía desligarse del desarrollo urbano. Entre estos Jorge Gaitán Cortés que significó una visión renovada de la vivienda social, ejemplos de propuestas innovadoras de distribución con base a la unidad vecinal. Su intención fue darle un vuelco total a los programas del Instituto que le permitiera poner en práctica las ideas de la Nueva Arquitectura. En el tiempo que estuvo desarrolló en colaboración con otros arquitectos esquemas innovadores de agrupación y propuestas técnicas en la construcción de viviendas. Al revisar las obras en que participó con el ICT, resulta significativo el diseño de barrios como los Alcázares y la urbanización Muzo en Bogotá, que representan en la historia de la vivienda estatal en Colombia”39. En 1949 Gaitán Cortés participa en la fundación de la Universidad de Los Andes y crea y dirge la facultad de arquitectura. Ernesto Jiménez estudió arquitectura en la reciente fundada facultad de la Universidad de los Andes en 1949,y recordará a profesores como Dicken Castro, Álvaro Ortega y Jorge Gaitán Cortés. De éste último aprendería que la arquitectura se debe a la sociedad. 39 Patricia Schnitter ibid. “Jorge Gaitán nos hablaba de las utopías del movimiento moderno, del poder la ciencia y la tecnología como herramienta, para, mediante la planificación democratizar avances en beneficios colectivos tomando como ejemplos realizaciones estadounidenses en grandes obras civiles como la planificación del Valle del Tennessee40. En la entrevista realizada para esta investigación a Ernesto Jiménez, él sintetiza los intereses de Gaitán Cortés a partir del texto base de sus clases y del cual hablaba con entusiasmo contagioso: se trata de Democracy on the march de David E. Lilienthal (1899-1981) publicado en 1944. Lilienthal fue el director de la intervención que hizo el gobierno de Los Estados Unidos en el valle del Tennessee en 1933, una zona deprimida socialmente. El libro está inspirado del espíritu del progreso, de la democracia pero sobre todo con una concepción de la planificación regional a gran escala.“El río a favor de la gente “ era un lema que reunía los recursos como la energía hidroeléctrica podría estimular pequeñas y grandes empresas en la comunidad fortaleciendo las organizaciones de vecinos y sus labores locales donde participaban todos los miembros de la familia. “La experiencia la mejor vía, tal vez la única vía con la cual el trabajo puede hacerse efectivamente es observar la unidad entre la naturaleza, 40 Marc Jané. Ernesto Jiménez. Universidad de Los Andes. Bogotá 2009, pg30. Edificio Monteverde, carrera Séptima Calle 87, Bogotá. Fotografía de Benjamín Villegas. y siguiendo los métodos democráticos, con la activa participación de la gente41. En 1956 Gaitán Cortés diseña el plan de estudios de 41 David Lilienthal. TVA Democracy on the mrch Pocket books New York 1933 Gaitán Cortés a medidos de los años 60 con amigos arquitectos en Estados Unidos Arquitectura en la Universidad de América, en cuyo campus reposan sus restos. Entre 1950 y 1960 Gaitán Cortés se dedica a la actividad privada como arquitecto y construye: su casa (1953), el teatro La Comedia (1954), un teatro en Girardot, el plan urbanístico del barrio Cedro Golf en Bogotá, el plan urbanístico de Cabecera del Llano en Bucaramanga, Gaitán Cortés alcalde, de espaldas con gabardina blanca, y su equipo de trabajo en el Parque Nacional en Bogotá. La finca el Placer en Armero y el edificio Piedrahita o Monteverde en la carrera 7 con calle 87 costado oriental en Bogotá. En 1957 ingresa a la Compañía de Seguros Bolívar como gerente de obras, entre 1957 y 1961, y diseña la sede de los seguros en Bucaramanga, y adelanta otros programas comerciales y de vivienda en diferentes ciudades del país42. En 1958 es nombrado concejal de Bogotá, cargo que ejerce hasta 1961. Este concejo será llamado concejo admirable con Enrique Peñalosa, Julio César Sánchez, Pedro Gómez Valderrama, Alberto Dangond. Algunas de las obras de este concejo son: el estatuto de valorización, el establecimiento de las Juntas de Acción Comunal, la reestructuración del Departamento Administrativo de Planeación Distrital, y de la Caja de la Vivienda Popular, los estudios del Plan Vial, la sectorización del Distrito Especial y el Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá. Gaitán Cortés fue nombrado alcalde de Bogotá en 1961 por el presidente Alberto Lleras. Son innumerables las transformaciones de Bogotá durante su alcaldía: Ampliar las redes de alcantarillado y energía eléctrica. Construcción de escuelas y planes escolares, fomento de la acción comunal, sustitución de tugurios, creación de la zona industrial de Bogotá, aplicación del estatuto 42 Benjamín Gaitán. Biografía Jorge Gaitán Cortés. Academia de historia Bogotá Cortejo fúnebre en el día del entierro de Gaitán Cortés, 15 de agosto de 1968 Bogotá. de valorización, construcción de puentes y vías43. Gaitán Cortés presenta renuncia en 1966, entre otras cosas porque el nuevo presidente es Carlos Lleras y su esposa, Cecilia de La Fuente, es su prima hermana lo que constituye una figura inaceptable para él. Uno de los hijos opina que su padre tampoco estaba de acuerdo con los rápidos desarrollos de la ciudad destinados a solucionar las vías para la visita del Papa a Bogotá. A partir de esa fecha Gaitán Cortés es nombrado gerente del El Tiempo y se encargó de modernizarlo y vinculará al periódico con las rotativas europeas que asegurarán su desarrollo tecnológico y espacial futuro. En 1968 tiene un accidente en las instalaciones del periódico, en la carrera 17 con calle 12 y muere instantáneamente. 43 Julio Dávila. Ibid. bibliografía Acebedo Luis Fernando y Moreno Omar. Hernando Vargas Vida y obra. 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Dibujos William Sarria, Francisco López Benjamín Gaitán, Fotografía Natalia Gutiérrez, Maarteen Goosen, Archivo del El Tiempo y de algunos los libros citados. patrimonio y conversación pensar el patrimonio hoy El pensamiento contemporáneo hace varios aportes a la manera que tiene el hombre de abordar los problemas. A lo largo del texto vamos a presentar algunos de ellos, pero es importante empezar por uno: pensar en medio de la imposibilidad de pensar. Esto quiere decir, pensar en medio de la paradoja, pensar sin conceptos absolutos, construir maneras de ver que puedan ser lo uno y lo otro1. Franca D’Agoistini, escribe una historiografía del pensamiento filosófico de los últimos treinta años, y plantea precisamente que filósofos como Jacques Derrida, Richard Rorty o Jean François Lyotard, se instalan en esa idea de pensar en medio de la imposibilidad de pensar, fuera de las comodidades que implica usar definiciones ya establecidas. Se aventuran a redefinir los conceptos básicos con los cuales se piensa. Otra manera de decirlo, es asumir 1 Franca D’Agoistini. Analíticos y continentales. Cátedra Madrid, 2000. conceptos que no son absolutos sino que se entienden de diferente manera según las circunstancias. Es interesante advertir aquí que la definición de teoría tiene que ver con crear, idear, inventar.2 Teoría es también relacionar ideas de nuevo y de otra manera –un asunto de gramática– de establecer nuevos vínculos. Teoría en este contexto implicaría estar en la posibilidad de descubrir los que los otros piensan. Entonces si en la modernidad la metáfora para el conocimiento fue “un aparato de visión”, para ver objetivamente, hoy además de es “aparato” que afina la visión –y para no descartar lo ya construido–, es necesario sentarse en |”una mesa” para conversar sobre lo ya discutido, para conectar las ideas de nuevo frente las actuales circunstancias. “Aparato de visión”, “mesa de conversación” dos metáforas del conocimiento. En el caso del patrimonio, se sabe que es un concepto determinado por los cambios de la relación que establece el hombre con la naturaleza y la cultura, y las nuevas formas de concebir la historia. Pero estos conceptos cambiantes no aparecen y desaparecen, no se substituyen por otros como se tendería a pensar, sino que coexisten en diferente medida en las discusiones, sobre todo cuando se toman en cuenta casos específicos. 2 María Moliner Diccionario de uso del español Gredos, 1998. Parecería que se plantea la necesidad de pensar el patrimonio en la imposibilidad, es decir en medio de la pregunta ¿de qué estamos hablando cuando hablamos de patrimonio? Jean François Lyotard en Lo inhumano reflexiona sobre cómo en la construcción de un pensamiento se asumen conceptos incuestionables, –naturaleza humana, bien común– y precisamente ese pensamiento de la imposibilidad busca definirlos de nuevo y constantemente frente a los retos de las circunstancias azarosas y frente a las nuevas generaciones. Pensar en medio de la imposibilidad busca precisamente volver a retomar las definiciones de lo dado, entendiendo que el pensamiento es una mezcla de ritmos y de tiempos contrapuestos. Para Gilles Deleuze, se piensa interrumpiendo lo lineal, conectando otros segmentos de pensamiento que están en las generaciones nuevas donde el pensar se acelera. Y también alargando, prolongando, pensando en los bordes, habitando las manchas de aceite donde el pensamiento se detiene3. También el pensamiento cambia con las transformaciones culturales. Y es evidente que en el mundo de hoy sometido a una comunicación instantánea, surge una creciente y compartida conciencia de la multiplicidad, la multi causalidad y el sentimiento de ser frágiles. 3 Jean François Lyotard lo inhumano. Manantial. Buenos Aires 1998. El pensamiento que permite hacer diversas conexiones está presente en la obra Gilles Deleuze y Felix Guatarí. Ver Mil mesetas, pre-textos valencia, 1997. Se entendería por multiplicidad las varias voces que habitan al hombre de hoy ya que la socialización está hoy a cargo de diversos agentes (familia, medios, grupos de edad, educación formal), que proponen definiciones contrapuestas de las mismas ideas incluso vitales: vínculos, maternidad, sexo, afecto. Multi causalidad se refiere a una conciencia de vivir en medio de factores de diverso orden que inciden en un hecho; cada vez es más frecuente aceptar explicaciones fundadas en el sentido práctico e incluso en el azar, más que en determinismos religiosos. El hombre pagano, dirá Augé –y podríamos decir el hombre viajero de hoy que atraviesa y vive entrando y saliendo de diferentes contextos–, tiende a aceptar sin reservas una multi causalidad de los fenómenos4. Y también asistimos a una conciencia de ser frágiles: los desastres naturales y sociales, las pandemias convertidas en noticias repetidas por los medios, en los últimos años dan como resultado la sensación de vivir en un espacio geográfico muy lejano a la creencia de estar configurado como una superficie sólida e inmóvil, sino en un espacio en movimiento sometido a fuerzas del contexto que lo modifican. Pero surge la paradoja: conciencia de la fragilidad que implica la construcción de imaginarios de confianza. El hombre se construye escenarios de confianza precisamente 4 Augé, Marc. Travesía por los jardines de Luxemburgo. Gedisa Barcelona 2002. en medio de la complejidad y de la fragilidad5. Es por eso que los conceptos anteriores de un campo de conocimiento, en el pensamiento contemporáneo no serían descartables en el momento de construir una teoría, porque si bien es cierto hoy vivimos en movimiento y con la premura del cambio, parece que se busca una relación, así sea imaginaria, con una cierta seguridad y permanencia. Marc Augé va a decir que el hombre hoy lo desea todo: lo mismo y su opuesto6. Entonces, si habitamos un mundo global se buscan voces locales; si la conciencia histórica hoy evade una sola filiación y busca varios orígenes, a veces es necesario priorizar y visualizar ciertas lugares de memoria específicos. En medio de conceptos más amplios en relación con la habitabilidad y construcción de la memoria colectiva, aparece de nuevo una pregunta por los monumentos o por lo museal. Si la idea del nacionalismo como una representación para cohesionar un sentido de identidad se ha visto cuestionada, a veces en los países asiáticos o latinoamericanos por ejemplo, o en las grandes ciudades se siente la necesidad de revertir la mirada hacia el barrio o la calle para construir un sentido de lugar. El discurso sobre el patrimonio parecería una invitación perfecta para pensar la paradoja. 5 Niklas Luhmann. Confianza Anthopos Barcelona 1996, pg 39. 6 Augé Marc. Travesía por los jardines de Luxemburgo. Gedisa Barcelona 2002.Pg39. Fue precisamente la conciencia de ruptura y de discontinuidad de las guerras europeas, la que estimuló la aparición de una cultura de la preservación, que busca mantener la memoria del pasado común, convertido en referencia cultural de la propia sociedad moderna. “La noción de patrimonio en el sentido moderno del término, es una invención de la Revolución Francesa. Se trataba de proteger los testimonios de un tiempo cumplido, amenazado de destrucción y desaparición por la violencia revolucionaria, y de sacralizar las obras de substitución de la misma”7. Dice Ignacio Casado: “Restaurar los edificios de la amenaza de la guerra y del avance de la industrialización, se trata de una paradoja de la cultura moderna que, de una parte, destruye y sustituye la materialidad de esas sociedades preexistentes, y, por otra, se vuelca en la preservación de lo que no son sino restos obsoletos de las mismas, o manifestaciones en proceso de desaparición”8. En este mismo sentido, las concepciones historicistas que 7 Marc Gosse citado por Casado ibid, pg24 8 Casado ibid pg 30. aparecen renovadas desde el siglo XVIII hasta principios del siglo XX, también buscan dar una cohesión a la memoria colectiva nacional que se siente amenazada. Un pasado que además explica el presente. En esta medida se ha concebido una noción de patrimonio como instrumento para la búsqueda de símbolos del espíritu de un pueblo. Y por consiguiente su justificación para conservarlos. Ahí radica la metodología del monumento, que se convierte en una construcción simbólica encarnada en una imagen o en un objeto. Además la noción de monumento implica interpretar múltiples relatos en una sola filiación simbólica, muchas veces idealizada del pasado. Persiste una idea de lo monumental hoy, cuando se plantea el patrimonio como lo que permanece. Y, de nuevo, la permanencia se refiere, en la mayoría de los casos, a un objeto y se plantea también como un argumento de defensa a una amenaza que generalmente se identifica con el cambio, el cambio de uso, el cambio de la vida cotidiana. Estamos en el imperio del presente. Entonces en medio de la aceleración de la vida urbana, el pasado se siente extraño. Una decisión colectiva y privada, casi un plan, ha sido arrasarlo. Y frente a este empuje avasallador del progreso se propone una muralla y es potenciar un objeto del pasado, conservarlo y “dar la pelea” entonces por la identidad y el monumento. Pero también aparece de nuevo la paradoja cuando se protege el objeto del pasado con una evocación nostálgica del mundo rural, de la artesanía. Lo antiguo añade un valor estético al objeto: lo ‘excepcional’, lo pintoresco, los restos arqueológicos y su efecto de extrañeza en el turismo que lo visita. Al respecto es sorprendente el fortalecimiento de lo museal en las ciudades europeas como fenómenos de culto, en medio de la transformación del concepto de patrimonio hacia ideas más integrales. Una nueva paradoja es este efecto de los museos contemporáneos es la de la mirada: Una mirada todavía deslumbrada ante el brillo del objeto, de lo “genial” y de lo único. El fortalecimiento de lo museal tiene que ver, en parte, con lo que se decía anteriormente: la necesidad de un proceso de buscar la identidad a toda costa, la construcción de un concepto de lo monumental que encarna el símbolo de un pueblo. Pero también lo museal ha servido para potenciar un lugar y volverlo el eje de un desarrollo incluso construyendo edificios contenedores que resultan a su vez atrayentes y extraños. Algunos analistas sin embargo ponen su esperanza en que lo museal supere esta mirada de lo monumental simbólico y pueda convertir un museo en una zonas de contacto de diferencias que respondan a una crítica del sentido de mirar y puedan abrirse a varias filiaciones. La verdad es que esa tensión entre pasado y presente obliga al patrimonio a interesarse en los cambios en el concepto de historia. El presente con su rapidez y entusiasmo no deja oír cómo se han construido las cosas y las contradicciones en la que el mismo presente vive. No todo es revelado en el presente, pero todo es susceptible de ser revelado cuando sea necesario. Por esta razón, para Walter Benjamin, la historia es una intención de mostrar el sentido de la vida profunda. El presente requiera, en un acto de memoria, rescatar algo del pasado que al presente le falta. Para Benjamin se requiere una especie de administración de la historia para introducir discontinuidades en el presente, que permitan parar su fuerza imparable, desmontarlo como dimensión dominante y ciega, y evidenciar ciertas fisuras. El presente debe vigilar lo que hemos sido. paisaje cultural Esta invitación “Benjaminiana” a introducir discontinuidades en el ritmo del presente y vigilar lo que hemos sido, tiene ecos en una teoría de la percepción contemporánea que incide en cómo se concibe el patrimonio, y es el concepto de Paisaje Cultural. Un concepto muy interesante porque permite integrar la diversidad de las ideas que tienen que ver con el patrimonio en un hecho perceptivo: paisaje: el campo que un sujeto ve desde su lugar de observación. La representación del paisaje tiene una amplia tradición desde León Battista Alberti en el siglo XV: un rectángulo y dentro de él, lo que se considera digno de ser mirado y dibujado. El arquitecto Itzíar González escribe un artículo que plantea el problema del paisaje como una decisión política de lo que debe ser mirado y que por lo tanto deja otros elementos por fuera de lo que se considera paisaje y por fuera de la mirada. La arquitectura, dice él, pone el énfasis en los planos y en la estructura del paisaje. Los instrumentos de captura del dibujo del territorio y de los asentamientos urbanos se han desarrollado con precisión desde la modernidad hasta hoy. Sin embargo, simbólicamente contrapone esta percepción a la de los zahories, estos personajes que desde la edad media tenían la facultad de detectar la existencia de corrientes de agua subterránea; podían hacer visibles las intuiciones de lo oculto. A la mirada del trazo, dice González, los zahories sabían sumar la percepción de lo escondido pero también de lo latente, de lo posible, y encontraban el sentido de lo que ocurría más allá del papel, más allá del encuadre visible. Esta metodología, nos cuenta González, se puede aplicar a la noción de patrimonio. La intensiva urbanización va ocultando riquezas geográficas, aguas subterráneas, pequeños bosques, senderos, lugares de reposo. Muchas veces lo patrimonial en una ciudad es un larguísimo listado de elementos –más objetos que experiencias– con valor simbólico, que deben ser legados a generaciones futuras. Pero estos listados se asemejan más a la construcción de un muro defensivo alzado contra el ansia constructora y transformadora de la ciudad. Siempre es importante intuir como un zahorí, un mapa de riquezas patrimoniales que flotan sin ser vistos, como las corrientes subterráneas, el agua por ejemplo, y aplicarse a inventar una cartografía dibujísticas y simbólica para traerlas al presente. Pero González aclara: “Otra de las fuentes subterráneas que es necesario hacer aflorar en la reconstrucción de nuestras ciudades y de nuestro territorio, es la vivencia y la memoria que de esa misma ciudad y territorio tienen sus habitantes. Los procesos de participación ciudadana son, sin duda, la rama del avellano que mejor y más ampliamente podrá sondear el paisaje social interiorizado de las gentes”9. 9 Itzíar González Virós. “La percepción y el trazado del territorio latente”. En Nogué ibid pg 163 Nogué, Joan. La construcción social del paisaje. Biblioteca nueva Madrid, 2007. Invitar a los ciudadanos a trazar el recorrido de sus vivencias en su barrio sobre los planos en blanco, puede reconstruir el tejido social. Los trabajos en el barrio son un esfuerzo por revitalizar un espacio urbano, ya que el camino de la percepción de esos paisajes invisibles no es otro que el de la propia vivencia y experiencia. Joan Nogué en su libro La construcción social del paisaje, presenta este concepto convertido en herramienta en la que se oye el transfondo del pensamiento de los últimos treinta años: la historia de lo no dicho de Michel Foucault y ese presente vigilante, no entregado al ritmo arrasador de la industrialización y modernización de Walter Benjamin. Nada mejor que el paisaje para aplicar una ontología de lo visible, atreverse a pensar qué es “lo visible”, porque el paisaje es a la vez realidad física, un hecho social y una representación cultural. Rápidamente Nogué y los demás autores del libro, convierten esta definición de paisaje en una herramienta dinámica que enseña a ver. En la introducción Nogué puntualiza que sólo vemos los paisajes que deseamos, los paisajes cuyos modelos estéticos han sido valorados a través de las generaciones. El libro entonces es una invitación a trabajar sobre paisajes no visibles. Para Nogué la visibilidad y la invisibilidad son la misma red de la mirada: miramos pero excluimos de la mirada, y así la percepción es un tejido de presencias y de ausencias, de paisajes que se manifiestan y otros que se esconden. Hablar de lo visible e invisible como conceptos dicotómicos no tiene sentido: lo invisible no es otra cosa que la opacidad de los sistemas simbólicos que se superponen entre sí10. El libro presenta entonces un serie de posibilidades metodológicas. Me explico: Paisaje es un concepto contenedor de percepciones emocionales y de comportamientos, seguido de un nombre que permite verlas ocupando una geografía reconocible y cercana al lector. Paisajes emocionales, del recuerdo, de la exclusión, de la migración y del desplazamiento. Paisajes ocultos, paisajes opacos, los que están sin estar como la ruina: permanecen sin ser lo que fueron. Paisajes del pasado, a veces también opacos, entrevistos. Paisajes transversales, paisajes que dibujan otras lógicas en la ciudad: se refiere a los paisajes del peatón, del automovilista, paisajes del “delivery”. Paisajes de la noche, de la sexualidad, de las ventas callejeras, de los espacios 10 Augé ibid.Pg 66 de encuentro. Los paisajes que construyen las tribus urbanas, alternativos, paisajes sonoros, de la evasión, de la conversación, paisajes de los pensionados, de las parejas, de los niños, de las mujeres visibles e invisibles. Paisajes de los olores, los sabores, paisajes de la prostitución, de la delincuencia. Una definición de paisaje, en fin, que no tiene que ver únicamente con la primacía de la visión, sino con la experiencia recordada y con la acción del cuerpo. Paisajes de frontera, rotos, interrumpidos, paisajes transitorios, en los bordes, paisaje de las herencias, las continuidades, las permanencias, paisajes de estratos superpuestos, de restos de antiguos paisajes. Paisajes latentes, los que están vivos pero que no se manifiestan de forma evidente, paisajes escondite. Todos estos paisajes permiten percibir los nuevos entramados urbanos entre la ciudad ‘visible’. El libro es un homenaje a Italo Calvino y a su libro Las ciudades invisibles: ciudades del deseo, de los signos, continuas, las ciudades con nombre. Los paisajes son una metodología para poner el visor de “la cámara mental” en otro lugar más allá del objeto glamoroso, que conmemora y se siente suficiente en lo monumental. Y también para “poner sobre la mesa” discusiones silenciadas. álbum familiar En medio de esta reflexión de los paisajes latentes surge el estudio del álbum familiar como herramienta para rescatar otro tipo de patrimonio ampliado, que evidencie y trace los caminos del sentido de un objeto en el sistema cultural y natural en el que está inmerso. El estudio del álbum familiar supera la concepción dicotómica entre objeto y significado, patrimonio material e inmaterial, imagen y relato. El álbum actúa en ambos niveles: objetual y de redes de significado. Actúa también a nivel de los paisajes latentes, los que están vivos pero que no se manifiestan de forma evidente, como los relatos de cada sujeto. El álbum abre también paisajes de la exclusión y de las subjetividades. Con relación a la subjetividad, Beatriz Sarlo explora los pros y los contra de una exagerada apuesta por el sujeto hoy: la principal dificultad que encuentra es aceptar el testimonio subjetivo como verdad; y tiene razón: los relatos subjetivos son un punto de vista que necesita ser combinado con muchos otros. Sin embargo encuentra que el relato oral o las modalidades no académicas de la escritura, encaran el pasado por asalto, en función de las necesidades presentes, y muchas veces logran evadir los estereotipos11. 11 Consultar: Sarlo, Beatriz. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Siglo XXI editores. México, 2006. Y también la apuesta por el sujeto es una apertura a la creatividad atrapada en la estructura social. Así, el sujeto se evade, se esconde, vuelve a narrar su historia y la de otros desde un lugar más cercano a la experiencia, recorre y habita de maneras desconocidas la ciudad12. Los escritos de Michel De Certeau han abierto la posibilidad de fijar la atención en relatos menos totalizantes, y, para retomar el hilo de la reflexión, permiten interactuar simbólicamente con paisajes invisibles que apuntan a darle importancia a los nuevos entramados urbanos que viven entre “la ciudad visible”13. Armando Silva plantea el álbum familiar como un territorio emocional. El álbum familiar es experiencia existencial y emocional que no sólo se relaciona con la familia misma sino con el espacio que se recorre y se habita. En ese sentido revisar el álbum familiar y construir una conversación dirigida frente a una foto, es un acto de enunciación, de exposición en palabras, que, narrado de viva voz, toca la memoria individual y colectiva, la historia, el espacio cotidiano y el espacio urbano. La foto de familia se convierte en lugar señalado, nombrado, pero también es detonante de paisajes latentes e invisibles. Siguiendo a Silva, el álbum de familia está constituido por cuatro condiciones que lo definen. El álbum de familia 12 Consultar: Gutiérrez Natalia. Ciudad Espejo. Universidad Nacional. Bogotá, 2009. 13 Consultar: Michel De Certeau. La irrupción de lo impensado. Cátedra de Estudios culturales Michel De Certeau. Cuadernos Pensar en Público #0. Universidad Javeriana Editorial /Pensar. Bogotá 2004. Certeau, Michel de, 1925-1986. tiene como sujeto representado una familia. Es también fotografía. Es una original técnica de archivo. Y es por si fuera poco relato. En el álbum familiar, el sujeto representado es una familia y en el sentido ampliado del término: involucra los antepasados, los directos actuantes del relato y los espacios vividos en diferentes tiempos y circunstancias. La foto en general pero la de la familia en particular es cuerpo, y cosa. Las fotografías no se leen –salvo en la academia– en términos abstractos. Frente a una fotografía se dice: “esto”, “esa”, “este”14. La familia en las fotografías expone las poses que se relacionan con los comportamientos culturales imperantes sobre el cuerpo. Pero expondrán también los gestos, los acontecimientos en el cuerpo que evaden la convención. El gesto es mirada, posición de las manos, sonrisas, cercanía o lejanía de los cuerpos, vestimentas. Para Josepa Bru uno de los principales paisajes capturados y silenciados por la cultura es el cuerpo. Ella invita a trazar una geografía del cuerpo con la escritura. 14 Barthes, Roland. La cámara lúcida. Paidós. Buenos Aires 1995 Cuerpo y gesto son susceptibles de leerse en una imagen. Así, comentarios y fotografías sobre pequeños detalles pueden gatillar en el relator espacios de la memoria inconsciente en forma de relatos, riquezas patrimoniales que flotan sin ser vistos; paisajes latentes, los que están vivos pero que no se manifiestan de forma evidente. La familia también es espacio. Leer los espacios de las fotos con el relator traerá informaciones de lo opaco, de lo olvidado. Geografías por ejemplo de los oficios, de la incidencia de los problemas políticos en la vida cotidiana, de las formas de pensar, de los lugares de encuentro, de la conversación de los caminos y cambios e la socialización, de los cambios en la noción de arquitectura y en el problema del habitar, de las influencias y las modas. El álbum también es fotografía. Es el medio visual de registro. En términos físicos, se evalúa el tipo de papel, su deterioro, las anotaciones que se encuentren en ella, los elementos añadidos, su estado de conservación que son indicios de su uso: fotografías de billetera o de salón tienen su relación con lo emocional y con el uso y ambos se reflejan en el papel. Pero más allá del medio físico, y como medio visual de registro, la fotografía es el acto de mostrar. “Yo me muestro para que tu me registres y para que otro me vea”. El acto de mostrar es diferente al de contar, dirá Silva. Y en la práctica así es, porque aquí el investigador del álbum solicita un relato donde el sujeto se ve a sí mismo o a otros en una situación y en el lugar asignado por la cultura, pero en otro tiempo, lo que permite un efecto de extrañamiento sobre sí mismo que abre relatos. Dirá Walter Benjamin que hay un saber aún no conciente de lo sido cuya promoción tiene la estructura del despertar15. “¿Qué hacía allí, con él o con ella, con estos vestidos?”. En la investigación sobre el álbum familiar, la fotografía está mas lejos de dibujar con luz y más cerca del teatro, es decir, de poner en escena16. Este, yo (posante) me muestro. Tu (Fotógrafo) me mostraste. Él (quien consulta posteriormente la fotografía) me mirará o me mira17. Tres actos de mirada en diferentes tiempos que arrastran un sin número de acontecimientos de diferente índole que hasta ahora no han sido visibles. Paisajes latentes. En este triangulo fotográfico las lecturas son múltiples. Los tres sujetos tienen relatos que contar, en acción diferida que para el investigador es un espacio fructífero. 15 Consultar: Benjamin Walter. La dialéctica en suspenso. Fragmentos sobre historia. Traducción introducción y notas de Pablo Oyarzún. Ediciones LOM y Universidad ARCIS. Santiago de Chile. 16 Roland Barthes La cámara Lúcida. Paidós. Buenos Aires 1995. 17 Silva, Armando. Álbum de familia. Norma. Bogotá, 1998, pg 25. Multiplicidad, multi causalidad y sentido de la fragilidad y del afecto aparecen a veces de manera súbita o lentamente entrelazados. Siguiendo con las condiciones que para Silva definen la existencia del álbum, está la técnica de archivo. Técnicas propias ideadas por sus usuarios. Las fotografías pueden estar archivadas por ejemplo en álbumes ordenados o en cajas. Los álbumes ordenados responden al relato de quien los ordenó, un orden que define la familia, da lugar a unos y no a otros, y escoge de entre muchos, los momentos que considera emotivos y conmemorativos. Los álbumes sin orden en cajas, permiten un relato a saltos y aparecen eventos significativos de diferente orden sin buscarlos, que a la vez despiertan la memoria inconsciente y olvidada. Las fotografías se archivan también en la sala, en el comedor, en el cuarto, se enmarcan, y así entran en el terreno del ritual personal o social, observaciones que son muy significativas. En las entrevistas sobre el álbum familiar es importante el espacio: la sala, el cuarto, el recorrido por la calle, por la casa, ya que las observaciones del contexto complementan la lectura de la foto. Y finalmente el álbum es relato. “Yo estuve allí”, dirá el sujeto frente a la imagen, y por eso la imagen es detonante del relato oculto. Para Josepa Bru, estamos en un proceso acelerado de empobrecimiento y pérdida de ambición del lenguaje; de reducción del habla a enunciados funcionales18 y del traslado de las experiencias a estereotipos y frases hechas. Para Bru la palabra del sujeto es un paisaje cautivo, rico en experiencias y en el caso del álbum de familia, un juego de ciertas acciones permite abrir. Por ejemplo, solicitar un relato de diferentes órdenes: coloquial, reflexivo y emocional; observar una foto, recorrer un lugar. “Yo lo viví”, “ yo comí” “yo lo conocí”, “yo jugaba”, “yo le hablaba”, “aquí; no. Allá era el lugar de encuentro”. El testimonio es como un gesto fundacional de la cultura. El testimonio frente a una imagen permite que aparezcan también las prácticas de espacio. “Yo estuve allí”, “yo lo recorrí”, “él diseñaba en esa mesa”, “él prefería dormir allá” Prácticas de espacio que según Michel De Certeau, son actos mediante los cuales el sujeto se apropia de lo dado19. La visita a la familia o a cada familiar entonces es toda una metodología: observar, solicitar un relato abierto y estar dispuesto a la escucha flotante. Visitar un familia o 18 Josepa Bru. “Cuerpo y palabra o los paisajes de la cautividad”. En Nogué. Ibid,73 19 De Certeau, Michel. “La invención de lo cotidiano: y :Andares de ciudad”. En La irrupción de lo impensado. Cátedra de Estudios culturales Michel De Certeau. Cuadernos Pensar en Público #0. Universidad Javeriana Editorial /Pensar. Bogotá 2004. Certeau, Michel de, 1925-1986. un miembro de una familia, implica establecer un contacto emocional y parar el tiempo. Obliga a que el investigador explique los alcances de la investigación las veces que sea necesario y reiteradamente. Facilita la tarea si se acomoda al lugar del entrevistado a su lenguaje, a sus hábitos. En lo posible es deseable no llevarse las fotografías para otro lugar del archivo original que es el asignado por la familia. Hoy existen numerosas herramientas transportables para copiar las imágenes a un soporte digital. El investigador del álbum no es un policía, ni un juez, ni un coleccionista, ni un forense; es un conversador. En el caso del álbum familiar hay relatantes de diferentes edades, algunos con discapacidades y la entrevista cambia de forma y de ritmo. La investigación usando el álbum familiar, tiene la estructura de una entrevista en profundidad donde se plantea un tema, por ejemplo una casa y su habitar, pero el entrevistado llega a él no siempre de manera directa sino a través de digresiones que es necesario recoger y respetar. En los cambios de tema, en detenerse por ejemplo en los detalles más insignificantes, comidas, vestidos, juegos, en hacer silencio, se encuentran las invenciones del sujeto para evadir el verdadero relato emocional que viene después o no vendrá nunca. Con frecuencia los territorios emocionales no quieren manifestarse y, si lo hacen, es a través de entrevistas repetidas cada cierto tiempo o de pequeños detalles súbitos. El entrevistador debe tener muy en cuenta el objetivo de su investigación para saber hasta dónde tiene que llegar. Para Silva, revisar las fotografías implica una metodología precisa que en algunas casos es útil: A veces después de revisar con el relatante el álbum, él escoge una foto clave donde resida un minirelato, que se puede superponer a la historia central. La lectura de la foto escogida por el relator como clave, implica que en ella está el lugar de la familia en el contexto, la clase social, el periodo histórico, modas, influencias, y el lugar del relator en la estructura familiar. Las fotos clave escogidas por el relator son territorios de afirmación para recordar. Grabar la entrevista, trascribirla, escucharla, escoger lo más significativo, y en caso de publicación consultar si las palabras del relator son las que él quiere que salgan publicadas. La entrevista con el álbum familiar está lejos de “robar información” para usarla. Se necesita una conversación hasta el final con los involucrados. El álbum requiere de un análisis iconográfico que tiene que ver con la descripción de la imagen: cuerpo, espacios, poses, temas, tratamiento de la toma fotográfica, tiempo histórico, lugar geográfico. En este sentido, poner a prueba el álbum familiar como herramienta metodológica, permite varias ‘entradas’ al concepto de habitar: Para empezar, permite evadir las nociones de ciudad y de barrio que abarcan categorías abstractas, por el concepto de prácticas de espacio que permite abordar las experiencias mismas de quienes vivieron la ciudad. Significa abordar lo representacional y lo no representacional con el cuerpo, mediante sus modos de hacer. Es decir permite evadir la abstracción y encontrarse con el sujeto, el uso de su tiempo y sus emociones. Habitar requiere hacer legible al habitante en sus rutas, relaciones, contextos redes y prácticas. Habitar requiere captar las relaciones para nombrar la vida. Habitar requiere ilustrar las prácticas de interacción y de encuentro humano que suceden diariamente, rutinas, constitución de la subjetividad prácticas de relación, nuevas maneras de nombrar la ciudad. Recorridos de la rutina repetición incesante de desplazamientos y movimientos no por ellos menos significativos o carentes de sentido. Habitar no se limita a describir las direcciones que marcan el movimiento de un lugar a otro de la ciudad sino, mejor, los procesos vivenciales repetitivos y reflexivos a partir de los cuales se crean mundos de vida. La vida cotidiana y el habitar van de la mano. La vida cotidiana es el lugar en el que se intercambian y a la vez se negocias los sentidos entre lo privado y lo publico. conversación Retomando el pensamiento contemporáneo y sus aportes, uno muy importante para el patrimonio hoy, es el giro lingüístico. Hacia mil novecientos noventa, la filosofía recoge los estudios sobre el lenguaje pero le da un giro contextual, es decir lo aparta de las lógicas internas del lenguaje y por lo tanto le devuelve su dimensión antropológica: según el lugar, la cultura, la historia, los léxicos. La propuesta de una parte de la filosofía del lenguaje dirá que pensar hoy es un acto conversacional, más que la invención de conceptos absolutos. La metáfora de la teoría como una “mesa de conversaciones” que se usó al principio, se propone a partir de esta idea de convertir la conversación en una forma de conocimiento. La filosofía no es el espejo de la naturaleza, dirá Richard Rorty. La filosofía es un encuentro de muchas ideas que permitan reescribir la realidad y por lo tanto ampliarla20. La metáfora del espejo que refleja la realidad presenta problemas cuando se constata hoy, que los diversos puntos de vista contrapuestos de esa realidad múltiple, multi casual y frágil, implica tomar en cuenta las diferencias, las paradojas y el rescate de vocabularios. 20 Consultar: Rorty, Richard. La filosofía el espejo de la naturaleza. Cátedra. Madrid, 2001. Rorty, Richard. El giro lingüístico. Paidós. Barcelona, 1990. En esa propuesta conversacional la filosofía hace un giro ético21: frente a tantas voces, las decisiones tendrán que ver con palabras sonoras pero también discutibles y paradójicos, –no necesariamente llenos de los contenidos religiosos–22, pero que amplían el universo sensible y el tejido social. Conceptos como solidaridad, confianza y hospitalidad. Este giro lingüístico y ético, por lo menos como lo entiende Rorty, puede tener una incidencia en las discusiones sobre el patrimonio. Para José Antonio González el patrimonio está marcado por el concepto de identidad que en esta apertura a la diversidad es necesario transgredir o por lo menos preguntarse qué se entiende por identidad en casos específicos. Para González el patrimonio se ha planteado como apropiación, transmisión y permanencia23, conceptos que se podrían revisar en cada caso y en relación con la multiplicidad. Entonces, recogiendo la invitación de la filosofía a fundar una actitud conversacional como forma de conocimiento, 21 Consultar D’Agostini Franca. Analíticos y continentales: guía de la filosofía de los últimos treinta años. Ediciones Cátedra. Madrid, 2000. Rorty, Richard. Contingencia, Ironía y solidaridad. Barcelona, 1991. Derrida, Jacques, Dufourmantelle, Anne. La hospitalidad. Ediciones la flor. Buenos Aires . 2000 22 Gutiérrez Natalia. “Arte contemporáneo: archivos éticos”. En textos 21. Documentos de historia y Teoría. Doctorado de Arte y Arquitectura Universidad Nacional 2010. 23 González, José Antonio. Patrimonio y pluralidad nuevas direcciones en la antropología patrimonial. Diputación de granada centro de investigaciones etnológicas. Granada, 2003.pg 71 se podría plantear y a manera de hipótesis el patrimonio como “la mesa de conversación” para: 1. La construcción de argumentos sobre lo patrimonial en cada caso. Se abriría aquí un pensamiento menos dicotómico que consulte las necesidades locales y las paradojas en el comportamiento humano: “el hombre lo desea todo: lo mismo y su opuesto”24. 2. Superar la mirada del objeto como lugar de llegada del patrimonio y tomar en cuenta su historia y también el presente. Su valor en la mejora del espacio público, en la incidencia en las estructuras económicas urbanas, y en las nuevas generaciones. 3. Encontrar maneras de transformar la noción de patrimonio de mirar a narrar. 4. Encontrar la manera para que esos argumentos narrativos ocupen un lugar en el imaginario social e individual. Lo patrimonial, cualquier definición que de este concepto se proponga, debe instalarse en la conciencia colectiva e individual del presente. Es entonces es un acto comunicativo. “…Nunca podemos estar seguros de haber alcanzado el sentido y la función de una institución, si no podemos revivir su incidencia sobre una conciencia individual”25. 5. Establecer canales permanentes y renovados para ampliar la conversación con la memoria colectiva entre generaciones. 24 Augé Marc. Travesía por los jardines de Luxemburgo. Gedisa Barcelona 2002.Pg39. 25 Claude Levi Strauss, epígrafe de Augé. Ibid. patrimonio como vector de información La arqueología ha sido un referente para la noción de permanencia y de conceptualización del objeto en relación con el patrimonio. Los hallazgos arqueológicos refuerzan la idea del objeto como testimonio, con frecuencia un objeto monumental. Pero también la arqueología convirtió el hallazgo, y la huella, en un objeto de estudio con la finalidad de comprender las sociedades del pasado. En arqueología una cierta vocación pedagógica del objeto justifica su permanece. La carta de Atenas de 1931 y principalmente La carta de Venecia de 1964, según Myriam Waisberg, propondrá una valoración crítica de esa idea de objeto testimonio, en la que entrarán en discusión de manera flexible valores históricos y formales, para definir una obra como testimonio documental. En La Carta de Venecia, según ella, se introduce la posibilidad de juicio sobre la intervención y la restauración como categorías diversas: la una se refiere al cuidado y, la otra, a incorporar valores históricos y estéticos a una región en con una vocación de modernidad. Aquí la revisión crítica de conceptos sobre un objeto poniendo en juego lados opuestos del pensamiento y frente a un caso específico, será un aporte a la construcción de una “mesa de conversación” que permita lo multi causual en el problema del patrimonio. Para Ignacio Casado26 será, sobre todo, en la segunda mitad del siglo XX, cuando el concepto de patrimonio histórico supere la idea del monumento del pasado, como obra de arte del genio humano, y se refiera a todo el conjunto de bienes de la actividad humana. Para reforzar esta idea de la apertura del patrimonio a la cultura en sentido amplio, de nuevo la arqueología contemporánea traerá otro elemento importante y es la idea de la arqueología procesual, que nace en los sesenta en Inglaterra con influencia de pensamiento analítico. Lewis Binford enfrentará el análisis del pasado como producto de sistemas abiertos, sujetos a los estímulos del medio ambiente. La arqueología evidencia que dentro de un grupo hay restos materiales que son los que se conservan en los yacimientos pero también restos inmateriales que hay que inferir. Así, este objeto o resto material es un subsistema entre otros, psicológicos, filosóficos, económicos de una sociedad. Todos ellos “están” presentes a su manera en un hallazgo arqueológico. Dado que en los yacimientos sólo se conservan restos de la cultura material, ésta debe ser estudiada como un reflejo subsidiario de todo el sistema cultural. Por tanto, el enfoque de su análisis debe ir dirigido a asignar un papel a cada resto como manifestación de los subsistemas en un acto de traducción, cercano al crítico literario, que se 26 Casado Ibid. pregunta a qué corresponde en este sistema abierto, y en el nivel de las mentalidades, cada uno de los restos materiales. De este modo, sería posible reconstruir los subsistemas desaparecidos a partir de las huellas que dejan en la cultura material. El yacimiento arqueológico es concebido como un registro contemporáneo, pero que contiene elementos que son fruto de las acciones humanas del pasado. Para Casado en el mismo artículo citado, “El concepto de patrimonio arquitectónico adquiere una dimensión diferente, considerado como un recurso no renovable, de donde fluye la recomendación de proceder al estudio histórico de la ciudad a fin de rescatar aquellos valores que forman la base cultural de la identidad urbana y la creación de una conciencia urbana colectiva y propia”. Hay un aporte importante en esta concepción abierta y es la teoría del alcance medio que Robert Merton el sociólogo norteamericano pone sobre el tapete. Cita a Whitehead con una frase que sintetiza el alcance de su propuesta: «Es característico de una ciencia en sus primeras etapas ser ambiciosamente profunda en sus propósitos y trivial en el tratamiento de los detalles». La Teoría de Alcance Medio, ha sido muy discutida en algunas de sus aplicaciones pero conceptos claves contribuyeron a expandir el campo de investigación de un objeto en las Ciencias Sociales. Su interés es desmontar las teorías generalizadoras acerca de las dinámicas del pasado, investigando en campos intermedios más cercanos al objeto de estudio y multidisciplinarios para romper las estructuras encasilladas de cada disciplina. Disciplinas transversales que necesitan de la antropología, la historia, el arte, la economía, etc, se hacen necesarias. Principios intermedios que involucran muchas circunstancias, entre ellas naturaleza y cultura en un entramado difícil de diferenciar, permean la ciencias sociales, retardando la intención de emitir leyes generales abstractas. Entonces no es sorpresivo que el impacto de la naturaleza sobre la cultura y viceversa será el tema de conferencia de Naciones Unidas sobre HABITAT, en Vancouver, en 1976. Casado dirá que impacto ambiental, patrimonio urbano, micro-hábitat urbano y la gestión urbana será motivo de preocupación del patrimonio. El final del siglo XX pondrá el acento en el contexto. Es importante referirse aquí a Rosalind Krauss la crítica de arte estadounidense, quien a finales de los ochenta propuso un término para nombrar la escultura del momento. Su argumento empezaba diciendo que en la modernidad lo importante era el objeto y entonces la escultura moderna “restaba” problemas para llegar a una forma contenedora (Por ejemplo, Moore, Botero, Nogushi harán objetos con límites precisos). En la posmodernidad la escultura “suma” problemas como el contexto, el espectador, el recorrido, la geografía, la historia, el lenguaje. El objeto se convertirá en un hecho más, dentro de todo un campo cultural o a veces incluso desaparecerá y la escultura será el límite de ese campo o un señalamiento social. A esta nueva forma de hacer arte la llamó la escultura en el campo expandido, una frase que ha permitido ver este interés creciente de las formas artísticas y del pensamiento multidisciplinario por involucrar lo social. Preocupaciones como la calidad de vida, el equilibrio entre el desarrollo y la producción de bienes de consumo, la conciencia de la fragilidad del hombre y del medio ambiente, tejido social, recorridos ecológicos, y paisajes culturales visibles e invisibles serán preocupaciones compartidas. Es importante proponer aquí otro paso necesario en la idea del patrimonio apoyado por las propuestas de Italo Calvino para el próximo milenio. Una de ellas, la levedad,27 propone convertir los personajes y las cosas en mensajes inmateriales en movimiento, en vectores de información. En otras palabras, Calvino propone convertir el objeto en un texto que lo abra en diversas dimensiones de sentido. 27 Italo Calvino. Seis propuestas para el próximo milenio. Siruela. Madrid, 1989. La apropiación, por ejemplo, como un elemento patrimonial necesita una conversación intergeneracional. Richard Rorty es un convencido de la vigencia de la metáfora28. Una metáfora que no substituya un objeto por otro, sino que le de movilidad al objeto y lo conecte con otros pensamientos. La metáfora es detonante de conversaciones. Un artículo de Josep Quetglas llamado el horror cristalizado, hace referencia a una experiencia que este arquitecto tuvo con el pabellón Barcelona de Mies Van der Rohe. Esta edificación construida para Exposición Universal de Barcelona en 1929, se consideró y se considera todavía como espacio resumen de las concepciones arquitectónicas modernas. Un espacio transitorio, experimental, un espacio límite para el transeúnte, casi imperceptible a pesar o precisamente por el tratamiento de los materiales. El pabellón fue desmontado, como todo pabellón de una exposición universal, y se reconstruyó en 1992. Quetglas lo visita de nuevo y experimenta otras sensaciones. Lo encuentra menos experimental, más terminado, siente que se intenta ponerlo en escena, y se pregunta sobre la intervención en nombre de la historia que se realiza en los espacios y que cristaliza la experiencia histórica29. 28 Richard Rorty. Objetividad, relativismo y verdad. Paidós.Barcelona, 1996 29 Josep-quetglas. El horror Cristalizado www.entrelectores.com/.../el-horrorcristalizado-josep-quetglas Este comentario, sirve no para plantear el extremo de la no intervención y de la aceptación de la ruina, sino que puede permitir plantear que frente a la imposibilidad de reconstruir físicamente un patrimonio con la experiencia primera, se abre la posibilidad de reconstruirlo en términos de sentido, términos menos representacionales, más virtuales, como “casas del pensamiento” donde se reúnan múltiples experiencias de los actores o paseantes originales y las conversaciones del pasado y del presente sobre el mismo. Un objeto como una casa puede trasladarse simbólicamente a muchos lugares cuando se convierte en un símbolo en un centro de discusión. Los problemas del habitar en una ciudad pueden tener un lugar una casa no necesariamente física sino simbólica y virtual. Volverla un símbolo es envolverla en un metáfora, nombrarla. Por ejemplo el lugar de aprendizaje de la arquitectura moderna la Bauhaus, en realidad traduce Casa del la construcción y su nombre independiente de su edificio, es símbolo de un pensamiento. Patrimonio y conversación tiene que ver con envolver un objeto en una metáfora que promueva pensamiento, que atraviese las generaciones, que se conecte con nuevas necesidades de apropiación, permanencia y por que no renovadas formas de identidad.