jorge gaitán cortés

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la casa de jorge
gaitán cortés
en Bogotá
Este trabajo es el producto de una Beca de investigación en patrimonio cultural que
me otorgó el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural IDPC en el 2010, en la categoría
trayectoria en Investigación, con el proyecto: El álbum familiar como rescate del
patrimonio arquitectónico: La casa del arquitecto Jorge Gaitán Cortés en Bogotá.
La beca consistió en explorar la noción de patrimonio integral a partir del rescate
de las historias de una casa, en este caso la de Jorge Gaitán Cortés (1920-1968), el
arquitecto, urbanista y alcalde de Bogotá. La casa está situada en la calle 68#4A28 en el barrio Granada en Bogotá. Para lograr el objetivo, la investigación comenzó
con la exploración de la bibliografía sobre la vida del arquitecto, la historia de la
arquitectura moderna en Colombia, la historia del barrio, los recuerdos de sus hijos y
su esposa y entrevistas a algunos arquitectos. El resultado de la beca son tres textos:
La casa del arquitecto Jorge Gaitán Cortés, que pretende describir la casa a partir
de los planos originales, de las fotos del álbum familiar y de los relatos de sus hijos,
además de comentarios sobre la casa de algunos arquitectos. El segundo texto se
llama la casa en contexto y explora la arquitectura de la época, la vida del arquitecto
y las características del barrio. Y un tercer artículo llamado Patrimonio y conversación
que plantea una forma de entender el patrimonio integral. Esta publicación desde un
comienzo fue pensada para ser publicada en la red, ya que una de las ideas clave
del patrimonio integral a mi modo de ver es construir un espacio virtual para que la
memoria de una casa sea consultada por las nuevas generaciones. La investigación
entonces está dirigida al público en general, a los estudiantes que quieran averiguar
sobre la obra del arquitecto, y para los cuales se incluye una bibliografía que les
permitirá acercarse al tema.
Jorge Gaitán Cortés se casó Emma Villegas de Gaitán (1925) y tuvo ocho hijos. Claudia
(1950), Adriana (1951), Jorge (1953, el primer hijo que nació en la casa), Benjamín
(1956), José María (1959), María Emma (1961), Juan Carlos (1965), Eduardo (1968).
Agradezco especialmente a la familia de Jorge Gaitán Cortes por su disponibilidad
para ser entrevistados, y por el préstamo de la información. Su esposa Emma Villegas
de Gaitán por sus inteligentes comentarios, sus hijas Claudia y Adriana y María Emma
que accedieron amablemente a ser entrevistadas, a Jorge por sus conocimientos sobre
historia y el préstamo de las cartas de Jorge Gaitán Cortés que fueron muy útiles. A
Benjamín, por su amplio conocimiento de la historia y de arquitectura en Colombia y a
su hijo Juan Carlos, que puso a mi disposición el archivo que guarda con sobre la obra
de su padre.
A dos de sus hijos José María y Andrés no los entrevisté, por cuestiones de tiempo,
pero espero tener la oportunidad de hacerlo.
Agradezco a los arquitectos entrevistados, al Instituto Distrital de Patrimonio Cultural
y a Tangrama por la diagramación del documento. Las fotos que no tienen pie de foto
son tomadas por la investigadora.
Natalia Gutiérrez
Antecedentes de la investigación propuesta
Esta investigación responde a cuatro antecedentes básicos. El primero fue
un encuentro casual: recorro el barrio Chapinero todos lo días y siempre sentí
curiosidad por una casa de esquina, no muy espectacular, una casa discreta
y respetuosa de paisaje de la calle, de arquitectura moderna con volúmenes
básicos pero construidos con una piedra de expresiva, intercalados y acentos
de celosías en ladrillo. Una casa que parecía concebida para vivir en ella pero
también para hacer un comentario conceptual sobre una concepción particular
del espacio privado y del espacio público. Una casa que despertaba mi curiosidad
sobre todo porque me hacía pensar también hacía parte de la historia del barrio.
Un día vi la casa rodeada de plásticos y creí que iba a ser demolida, como la mayoría
del patrimonio arquitectónico de Chapinero. En plena calle, y preguntando qué
iba a suceder con esta casa, me encontré con una persona que me respondió
muy amablemente y me dijo se trataba de la casa de su padre, el arquitecto
Jorge Gaitán Cortés, y que su familia había decidido darle otro uso, un hotel,
conservando en lo posible su fachada. Es importante anotar que Jorge Gaitán
presentó dos proyectos para construir hoteles en Bogotá. La primera fue su tesis
de pregrado en 1943, un hotel en la calle 26 con carrera séptima. La segunda
propuesta fue su tesis de grado de la maestría de Arquitectura de la universidad
de Yale en 1944.
A propósito, un artículo de Enrique Santos Molano en El Tiempo, se refiere a la
tragedia del patrimonio arquitectónico de los años 60 y mucho más del barrio de
Chapinero cuyas casas han sido abandonadas e incluso demolidas. Se refiere
a múltiples factores que influyen en ese abandono, pero sobre todo a un factor
inesperado y doloroso y es la falta de compromiso de muchos herederos con la
historia y con el país, un desinterés que los ha llevado incluso a solicitar que su
casa sea eliminada de la lista del patrimonio para que pueda ser demolida. Es
el caso de la casa de Carlos Pérez Norzagaray en La Cabrera. Santos Molano
se refiere, por contraste, a la iniciativa de la familia de Gaitán Cortés, como un
indicador de una herencia de compromiso con el contexto que el mismo arquitecto,
con su vida, ayudó a construir en la mentalidad de quienes lo conocieron1.
1
Enrique Santos Molano. Contrastes http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/
enriquesantosmolano/ARTICULO-WEB-PLANTILLA_NOTA_INTERIOR-4782498.html
El Tiempo. Mayo 19, 2010.
Este encuentro casual con el hijo de Gaitán Cortés, Juan Carlos, me lleva al
segundo antecedente de esta propuesta. En el momento, cuando conversé de
manera informal con él pensé que esta casa sería un caso preciso para poner a
prueba una metodología que he trabajado desde hace ya unos años y que consiste
en concebir el álbum familiar como herramienta para el rescate del patrimonio
intangible. El álbum Familiar según Armando Silva, es Familia fotografía archivo
y relato. Así, los relatos sobre los usos de una casa por ejemplo y sobre la vida
de un barrio son una forma de rescatar la memoria de un objeto que puede
resultar clave para entender el pensamiento de una época desde la perspectiva
del habitar. El álbum familiar es imagen y relato que se solicita a través de
entrevistas y que abre una mezcla de lo privado y lo público, y puede ser una
herramienta clave para rescatar la historia de una casa, pero también, la vida
de un barrio.
Como tercer antecedente habría que decir que mi trabajo se ha orientado a
entrevistar de manera extensa a artistas buscando encontrar las maneras de
operar del pensamiento artístico y su sentido transformador y ético como una
manera diferente de contar la historia del arte colombiano. Recientemente las
entrevistas se han orientado en el trabajo de artistas que recorren Bogotá y
me han llevado a concluir que la manera de concebir los objetos y las acciones
transformadoras en un mundo específico, son el patrimonio intangible por
excelencia, ya que las mentalidades son espacios de aprendizaje y discusión
para nuevas generaciones y es necesario recogerlas hacerlas visibles.
Pero también esta casa en particular me lleva al cuarto antecedente de esta
propuesta de investigación sobre el patrimonio, y es que en realidad el arquitecto
que diseñó esta casa tiene una vida que merece ser contada en términos
personales pero también como representante del pensamiento moderno que
tuvo incidencia en el diseño de la Bogotá de hoy.
Jorge Gaitán Cortés (Nueva York 1920-Bogotá1968), nació en Nueva York en
1920. Su padre, Pantaleón Gaitán, decidió trasladarse allí con su esposa, Cecilia
Cortés, quien a su vez había vivido los 15 primeros años de su vida en Barcelona.
Julio Dávila se refiere en su libro sobre Gaitán Cortés, a una burguesía colombiana
con negocios florecientes que podía vivir en diferentes ciudades europeas ya
que, antes de la crisis de los años 30 en Estados Unidos, los niveles de vida eran
parecidos para todas las clases pudientes en cualquier ciudad del mundo sobre
todo en Nueva York2.
2
Dávila, Julio. Planificación y política en Bogotá: La vida de Jorge Gaitán Cortés.
Alcaldía Mayor de Bogotá, Bogotá, 2000.
Gaitán Cortés nació y vivió sus primeros nueve años en un cómodo apartamento
de Manhattan frente al Central Park. Pero cuando muere su madre, regresa a
Bogotá con su padre a vivir en la hacienda de San Cristóbal, en ese momento
lugar de haciendas, cerca de las ladrilleras que su abuelo paterno había
comenzado a explotar; un evidente cambio radical en las visiones de ciudad.
Estudió en el colegio de San Bartolomé en la Plaza de Bolívar, y cuentan que
adolescente hacía el viaje entre San Cristóbal y La Plaza en bicicleta. Al parecer
conoció a Bogotá con sus diferencias de clase y sus transformaciones desde una
experiencia cercana.
Gaitán se graduó de bachiller en 1937 y entró a la facultad de arquitectura de
La Universidad Nacional, recientemente fundada en 1936, y que funcionaba
en un edificio republicano en el centro de Bogotá. Luego, en 1940, la facultad
de arquitectura se trasladó al primer edificio construido en los predios de la
ciudad universitaria. Sus biógrafos3 cuentan cómo influyó en su pensamiento
un pensum con coexistencia de ingenieros y algunos arquitectos formados en
el exterior. De Karl Brunner recibió la primeras claves como urbanista y, luego
de graduarse, estudio un año en la universidad de Yale, en 1944, donde además
de estar contacto con las ideas modernas de ciudad, estableció una relación
de amistad con el ex presidente Eduardo Santos y su esposa Lorencita Villegas
quienes vivían en Nueva York. Más tarde se casaría con una sobrina de Lorencita
Villegas, Ema Villegas y tendrían ocho hijos.
A su regreso en 1944, asumió la gerencia de la ladrillera en San Cristóbal en la
cual desarrollo productos innovadores como el ladrillo en forma de “u”. Según
Germán Téllez: “todos los de mi generación aprendimos a diseñar edificios en
los que usábamos este producto para todo. Todavía quedan calados de esos
ladrillos en casas de campo de tierra caliente; era el recurso de las paredes
que requerían ventilación”4. Un ejemplo de la aplicación de estos ladrillos en
la arquitectura fue La iglesia de San Cristóbal 1946, el teatro La Comedia y su
propia casa.
Fue fundador y colaborador de muchas firmas de arquitectos e ingenieros
González Zuleta por ejemplo, y se reconoce su diseño en el estadio Once de
Noviembre en Cartagena 1947 el estadio Pascual Guerrero de Cali, el estadio
Atanasio Girardot de Medellín y el Nemesio Camacho el Campín de Bogotá.
Su biografía que toca muchos lugares y pensamiento, Nueva York, San Cristobal,
3
Me refiero Julio Dávila y al libro citado anteriormente, y a Enrique Santos Molano que
escribió una biografía, en este momento en proceso de publicación.
4
Julio Dávila. Op. Cit, Pg 141.
Universidad Nacional, Yale, es probable que haya contribuido a una visión casi
devota de la ciudad moderna, pensada en términos de movilidad y cobertura de
servicios públicos efectiva y visionaria.
Ministro de Obras Públicas en 1947, promovió el desarrollo de las juntas de acción
comunal para que los ciudadanos pudieran desarrollar niveles de autoconsciencia
política y administrativa para enfrentar su crecimiento demográfico. Preparó el
paso de las ciudades pequeñas a las ciudades masificadas en un país fracturado
por la violencia.
Es importante anotar que Gaitán Cortés se desempeño en diversos campos y
sin pretender ser exhaustivos cabe destacar el proyecto para La Universidad
Industrial de Santander en 1945 que realizó en colaboración con Álvaro Ortega,
Jaime Ardila y Gabriel Solano. Y el teatro de La Comedia en Bogotá a principios
de los años 50, construido con Guillermo González Zuleta, con un amplio espacio
y cubierta abovedada de ladrillo que aún se conserva.
Su carácter investigativo le llevó a preocuparse por estudios de construcción
de vivienda modular que se verían plasmados en la primera etapa del barrio Los
Alcázares de Bogotá en 1949. Con ese mismo rigor investigativo, sentó las bases
del paradigma moderno de la vivienda social en el proyecto del barrio Muzú en
Bogotá en colaboración de nuevo con Álvaro Ortega, entre otros, proyecto que se
culminó en 1951. En este proyecto revolucionario para la época, el diseño incluía
la desaparición completa de la manzana tradicional para dar paso a grupos de
predios rodeados de espacios deportivos y vías peatonales5. Así mismo diseñó
el barrio el Tejar con tejido de zonas libres y zonas construidas con reflexiones
acerca de una concepción bio técnica de la arquitectura y el urbanismo.
Alcalde Bogotá ente 1961 y 1966,6 una ciudad en ese momento de tres millones
de habitantes, que Gaitán Cortés propuso proyectar con servicios de energía y
acueducto para ocho millones. Proyectó la construcción de la avenida 19 y la
avenida 68, concibió grandes zonas recreativas como el Tunal y el Parque Simón
Bolívar, y durante su administración incluso se empezó a hablar de un metro
para Bogotá. Puso en marcha el estatuto de valorización, las juntas de acción
comunal, la restructuración del Departamento de planeación Distrital y el plan
maestro de acueducto y alcantarillado. Fue gerente de El Tiempo, lugar donde
5
Alberto Saldarriaga Roa. Estado Ciudad y Vivienda. Urbanismo y arquitectura de la
vivienda estatal en Colombia 1918-1990. Bogotá, Inurbe, 1966
6
Enrique Santos Molano: Jorge Gaitán, el cerebro de la construcción de vías como las
avenidas Boyacá, 68 y 19. http://www.eltiempo.com/colombia/bogota/ARTICULO-WEB-NOTA_
INTERIOR_HT-7651977.html
murió accidentalmente en 1968, cuando, revisando el techo de las instalaciones
del periódico en la Avenida Jiménez, pisó una teja plástica y cayó ocho metros.
Jorge Gaitán Cortés construyó su casa en la calle 69 # 4 - 97 en Bogotá, en
el barrio Chapinero Nueva Granada, en 1953. El arquitecto murió en 1968 y la
familia vivió en ella hasta 1992, ya que viajaron a España. La arrendaron a la OEI
que le hizo unas primeras y pragmáticas reformas. Luego quedó desocupada
durante un tiempo, fue declarada patrimonio -Conservación Integral- en el 2001
con el decreto 606. Y sus hijos resolvieron, en el 2008, convertirla en un hotel.
la casa de jorge
gaitán cortés
en Bogotá
Línea de tiempo
Cecilia Cortés Gregory.
Barcelona, 1912. Pastel por
J Borrel. Pantaleón.
Pantaleón Gaitán y Jorge Gaitán
Cortés. Nueva York, 1924
1920
1926
Jorge Gaitán Cortés nació
en Nueva York el 6 de mayo
Hijo de Cecelia Cortés
Gregory y Pantaleón Gaitán
Pérez; habían contraído
matrimonio en 1916 en
Bogotá. Se trasladaron
a Nueva York porque Don
Pantaleón era representante
de la Casa Montoya
Patiño y Cía, empresa de
importación de herramientas
y maquinaria, de la cual Luís
Patiño Galvis era socio. Don
Pantaleón era un hombre
interesado en el teatro,
escritor de zarzuelas y
promotor de teatro.
Pantaleón Gaitán regresa
a Bogotá para ayudar a
su padre en el montaje
del sistema Hoffman que
había adquirido en Estados
Unidos, para modernizar y
aumentar la productividad
de la fábrica de ladrillos
de su padre, el General
Benjamín Gaitán.
1929
Jorge Gaitán vive en Nueva
York con su mamá hasta que
ella muere de un cáncer en
1929.
1936
Se funda la Facultad
de Arquitectura de la
Universidad Nacional.
1937
Entra a estudiar arquitectura
en la Universidad Nacional
en Bogotá.
1940
Se inaugura el campus de
la Universidad Nacional con
nuevos edificios modernos.
1942
Se gradúa de arquitecto en
la Univeridad Nacional con
un proyecto para un hotel en
Bogotá en el sector de San
Diego.
Ese año regresa a vivir con
su papá y su abuelo en
el barrio San Cristobal en
Bogotá en una casona al
lado de la ladrillera en la
calle 13 sur # 10-41.
Ladrillera Gaitán San Cristóbal.
Bogotá.
Su abuelo Benjamín Gaitán
Matíz, general liberal e
industrial, era propietario de
la fábrica de ladrillos Gaitán
en San Cristobal y de la
Panadería Unión.
Cecilia Cortés Gregory, Jorge
Patiño, Jorge Gaitán Cortés
(En el centro) N.Y. 1924.
Viaja a Yale, New Haven
Conn, para estudiar una
maestría en arquitectura
con énfasis en cálculos de
estructuras. Alli estudiaba
también Jaime Nieto, hijo de
Don Agustín Nieto Caballero,
y socio de Gaitán Cortés
en su primera firma de
arquitectos.
1944
Regresa al país y funda la
compañía de arquitectos
Herrera Gaitán y Nieto Cano.
Uno de los socios es Jaime
Nieto su cuñado.
En 1944 es profesor de la
Facultad de Arquitectura en
la Universidad Nacional.
En 1943 conoce en Nueva
York a Eduardo Santos, a su
esposa Lorencita Villegas
quienes vivían en ese
momento en Nueva York, y
a un hermano de Lorencita,
Mariano Villegas, quien
estaba en la ciudad por
razones de salud. Él será su
futuro suegro.
Jorge Gaitán y su abuelo don
Benjamín en Nueva York hacia
1927.
Jorge Gaitán Nueva York 4 años.
1943
Gaitán Cortés entra a
estudiar en el colegio de
jesuitas, San Bartolomé, en
el centro de Bogotá, y se
gradúa en 1937. Se destaca
en matemáticas, patinaje y
fútbol.
En 1943 presenta su tesis
de grado y es un nuevo
hotel para Bogotá cerca del
aeropuerto.
Bachilleres de san Bartolomé
1937 Bogotá. fila inferior,
primero a la derecha, Gaitán
Cortés.
1945
Jorge Gaitán se casa con
Emma Villegas Puyana
nacida en Bogotá en 1925.
hija de Mariano Villegas
Restrepo (Manizales, 18 de
diciembre de 1895. Bogotá,
noviembre 7 de 1975), y
Josefina Puyana Reyes
(Bucaramanga 22 de mayo
de 1901. Bogota, 21 de
septiembre de 1974). Gaitán
Cortés tendría una relación
estrecha con sus suegros.
En 1945 la pareja vive en el
Edificio Cano en el centro de
Bogotá, un edificio diseñado
por Herrera Gaitán y Nieto
Cano. Alli nacen sus tres
primeros hijos: Claudia,
Adriana y Jorge.
Emma Villegas Puyana, 1943.
Ese mismo año conoce
a Emma Villegas Puyana
sobrina de Lorencita
Villegas.
Su padre Mariano Villegas
era hermano de Lorencita
Villegas y de Alfonso Villegas
fundador del periódico El
Tiempo.
Hotel en San Diego. Tesis
de grado de arquitecto de la
Universidad Nacional.
Dos hermanos fotografiados en
1933: Mariano Villegas padre
de Emma Villegas de Gaitán y
Lorencita Villegas de Santos,
esposa de Eduardo Santos.
En 1945 gana el concurso
para diseñar y construir la
Universidad Industrial de
Santander.
Matrimonio de Emma Villegas
Puyana y Jorge Gaitán Cortés,
1945, Bogotá. A la izquierda
Lorencita Villegas de Santos,
Jorge Gaitán Cortés, Emma
Villegas de Gaitán, Pantaleón
Gaitán Pérez, y Eduardo Santos.
Sentados: Lucía, Manuel y
Susana, Escobar Patiño.
1947
Entre 1947 y 1948 trabaja
en el Ministerio de Obras
Públicas con otros
destacados arquitectos
colombianos.
Jorge Gaitán Cortés, 1962.
1948
Es nombrado Jefe del
Departamento Técnico
del Instituto de Crédito
Territorial.
1949
Funda la Facultad
de arquitectura de la
Universidad de Los Andes en
Bogotá.
En 1947 diseña y construye,
en Compañía de Guillermo
González Zuleta, el
Estadio 11 de noviembre en
Cartagena.
Posesión de Jorge Gaitán como
alcalde, frente a Guillermo León
Valencia.
Teatro La Comedia 1954, hoy
Teatro Libre.
1953
Entre 1950 y 1960 desarrolla
numeros proyectos privados
entre ellos su casa Calle
68 # 4A 28/32 en Bogotá.
Allí vive con su esposa y
sus ocho hijos. Construirá
también una casa al lado
para sus suegros.
1954
Diseña el teatro de La
Comedia en Bogotá.
1956
Funda la Facultad
de Arquitectura de la
Universidad de América en
Bogotá.
1957
Entre 1957 y 1961, es
nombrado gerente de
Obras de Seguros Bolívar y
adelanta numerosas obras
en varias ciudades del país.
1958
Es nombrado Concejal de
Bogotá hasta 1961.
1961
Es nombrado Alcalde de
Bogotá por Alberto Lleras
Camargo en su segunda
presidencia (1958-1962)
y luego ratificado por
Guillermo León Valencia
presidente entre 1962 y
1966. En esa época los
alcaldes eran nombrados
por el presidente. No se
había instituído la elección
popular de alcaldes.
Su esposa Emma Villegas
ejerció un papel protagónico
en la alcaldía y después
de la muerte de Gaitán
Cortés sería elegida por
voto popular concejal de
Bogotá en tres períodos
seguidos:1970-1972, 19721974, 1974-1976 y ejercería
cargos diplomáticos en
Génova, Italia y Lisboa,
Portugal.
Casa del arquitecto en la carrera
quinta entre calle 68 y 69,
Bogotá.
Estadio 11 de noviembre
Cartagena, 1947.
1966
Gaitán Cortés es nombrado
gerente general del periódico
El Tiempo y se encarga de
modernizarlo.
El 14 de agosto 1968 muere
en un accidente en las
instalaciones del periódico
en la carrera 17 con calle 12.
Es enterrado el 15 de agosto
de 1968 en Bogotá.
Sus restos e encuentran en
La Universidad de América
en el campus de Los Cerros:
Avenida Circunvalar # 20-53
en Bogotá.
Gaitán Cortés en El Tiempo
1968.
Cortejo fúnebre de Gaitán
Cortés por la carrera séptima de
Bogotá.
Emma Villegas de Gaitán recién
casada en Nueva York, 1946.
Mariano Villegas, Josefina
Puyana de Villegas y sus hijas
Emma a la izquierda (futura
esposa de Jorge Gaitán Cortés) y
Clara Villegas (futura esposa de
Jaime Nieto, socio por un tiempo
de Gaitán Cortés en la firma
Herrera Gaitán y Nieto Cano).
Fotografía, 1930.
1968
HIJOS:
1950
1951
Nace Claudia Nace Adriana
1953
1956
1959
1961
1965
1968
Nace Jorge
Nace Benjamín
Nace José María
Nace Emma
Nace Juan Carlos
Nace Eduardo
la casa de jorge
gaitán cortés
en Bogotá
Jorge Gaitán Cortés nació
en Nueva York en 1920 y
murió en Bogotá en 1968.
Jorge Gaitán Cortés en el estudio de su casa, 1963.
En memoria de mi
maestro. Así se titula
el artículo que escribió
el arquitecto Rogelio
Salmona sobre Jorge
Gaitán Cortés, en
noviembre 22 de 1998,
con motivo de los veinte
años de su muerte.1
1
Rogelio Salmona. “ En memoria de mi maestro”.
Lecturas Dominicales de El Tiempo, noviembre 22 1998.
“Jorge Gaitán Cortés se presentó en el primer curso de taller de
la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, vestido
deportivamente; alegre en su contacto con los estudiantes y juvenil.
Se mostraba amplio, descomplicado, rompiendo el canon del
profesor trascendental como se supone –erróneamente- deben ser
los profesores de una universidad. No nos sentíamos los alumnos
muy diferentes a él, a pesar de la diferencia de edad. Su manera de
expresarse, de dirigirse a nosotros, nos hacía sentir cercanos a él. Era
accesible, sencillo, no dominante. Lo sentía –por lo menos yo-, como
un amigo que ayudaba a desarrollar los proyectos del curso.
Tenía una mirada directa a pesar de su miopía; manos fuertes, cogía
el lápiz con firmeza y dibujaba con fuerza, como su personalidad.”
Es importante resaltar el
primer ejercicio que le propuso
a sus estudiantes:
“Nos dictó un curso con su sello personal: riguroso en su enseñanza,
pero al mismo tiempo amplio y tolerante.
Nos puso en ese primer semestre un proyecto cuyo tema recuerdo
muy bien: “Cómo desearía usted que fuera su dormitorio?”
Yo le presenté un trabajo en el cual el mío era un gran espacio con
ventana frente a un árbol, una biblioteca y libros. Una cama y una
pequeña mesa de dibujo recién comprada formaban el mobiliario. La
pieza era alta y desproporcionada, como muchas de las casas de
ladrillo y tejas del barrio Teusaquillo.
La primera corrección de Jorge Gaitán fue hacerme precisar en
detalle lo que estaba dibujando. Empezó por decirme:
“Eso está muy bien, pero es una generalidad. Usted no está haciendo
nada nuevo y si quiere hacer un buen proyecto debe precisarlo; debe
saber cómo se construye su biblioteca, por ejemplo, y en general
el espacio donde está viviendo. Hay que ser más preciso, más
riguroso en el planteamiento.”
Él vio que había hecho un esfuerzo por hacer un proyecto distinto
al que había presentado, que no era una repetición del lugar que
habitaba y que había algunas ideas nuevas.
La crítica fue a partir de esa presentación más exigente que en
la primera etapa. Tocó temas precisos, desde sencillas leyes de
composición arquitectónica, hasta explicaciones más complejas.
Por ejemplo:
Cómo trabaja la materia, cómo está conformada, las
características de su estructura, la mejor forma de utilizarla para
evitar desperdicios y no echarla a perder.
Sus hijos coinciden en afirmar:
A su papá no le interesaba el
derroche. Pretendía hacer lo más
con lo mínimo.
En 1921 Le Corbusier publicó
un artículo en el que exponía
un concepto totalmente
nuevo de vivienda. Para
guardar concordancia con
su tiempo, la casa debía ser
una “máquina para vivir”
y homologarse al resto de
bienes que configuran la
sociedad tecnológica. Con ello
no defendía la estética ni el
espíritu maquinista, sino que
trataba de hacer una casa
tan eficaz funcionalmente
como lo eran las máquinas
en las tareas para las que
habían sido inventadas. Una
casa para suplir múltiples
funciones y para todas las
edades de una familia.
Continúa Salmona:
“Nos explicaba también, que la materia debe ser tratada con
inteligencia y sabiduría. Fue para mí importante el hacernos
entender lo que es la materia, no sólo su aspecto formal, sino su
esencia misma.
Con tan sencillos pero pertinentes conceptos, nos dio una lección
de arquitectura, que era también una lección de construcción.
Jorge Gaitán Cortés no separaba la arquitectura de la
construcción.
Con un profesor así, las horas se enriquecen, son vitales. Es por
ello que guardo esos recuerdos muy frescos en la memoria.
Hay personajes influyentes en la formación de un estudiante.
Jorge Gaitán Cortés fue uno de ellos. Me hizo entender que la
arquitectura era algo serio y profundo. Sabía encauzar los primeros
pasos de un alumno, que son definitivos, demostrando que además
era un pedagogo.
A mí personalmente Jorge Gaitán Cortés me abrió un camino que
me marcó para toda la vida.”
¿Quién es según usted Jorge Gaitán
Cortés como pensador?
Juan Carlos Aguilera: “El perfil de Jorge Gaitan Cortés es único. Es
de los pocos arquitectos con una visión integral que implica pensar
lo técnico, lo humano y la ciudad de manera integral; el concepto de
unidad que concebía el movimiento moderno. Era un arquitecto que
podía diseñar a la escala doméstica y la escala de equipamientos
urbanos.
“Es un arquitecto que pensaba la actividad que se iba a realizar
en los espacios. Le interesaba la persona que vivía o trabajaba en
esa edificación o en esa ciudad y su específica actividad. Como un
sastre que piensa a la medida del cuerpo para que la gente que
habite ese espacio se sienta cómoda”.
Ernesto Jiménez: “Jorge Gaitán ha sido el único alcalde arquitecto
que hemos tenido en Bogotá, y su labor, poco conocida en su
momento, sentó las bases del desarrollo de la ciudad que aún
hoy tienen vigencia y han sido utilizadas plenamente por las
administraciones posteriores. Su amplia visión su disciplina,
dedicación y rigor fueron para mí una importante enseñanza y
ejemplo en responsabilidad profesional”2.
2
Marc Jané. Ernesto Jiménez. Universidad de Los Andes. Bogotá 2009.
Calle 68 # 4A 28/32 Bogotá.
1953.
Fotografía de Paul Beer, publicada en la Revista de Arquitectura y Arte. Año 1,
No. 2. Bogotá, Febrero de 1955.
El lugar
Este esquema básico, dibujado por el
arquitecto, muestra que en el lote entre
la carrera 5 y la carrera 4 y la calle 68
y 69 de Bogotá, un lote de quinientos
metros cuadrados, Jorge Gaitán
Cortés construyó cuatro casas: dos
al fondo para la venta y dos al frente
(coloreadas).
La de la derecha (rojo) para su uso
particular y el de su familia y la de la
izquierda (amarillo) para sus suegros:
Mariano Villegas y Josefina Puyana de
Villegas.
De las dos casas construidas en la parte de atrás del lote, se conservan
fotografías de 1980, de las fachadas, hoy, en el 2011, transformadas.
El área construída está emplazada
entre antejardines y patios interiores.
Un esquema que no se aleja del
urbanismo desarrollado por un grupo
de arquitectos entre ellos Enrique
García Merlano y J.J. Angulo, liderados
por Jorge Gaitán Cortés en el barrio
Muzú, autopista sur con carrera 48
en Bogotá. En el barrio, construido
en 1949, las casas están localizadas
entre patios privados y zonas verdes
comunales. La manzana tradicional es
sustituida por construcciones rodeadas
de zonas verdes y redes peatonales
de circulación que complementan el
concepto de vivienda mínima propuesto
por el CIAM de 1928.
En el aprovechamiento del lote se pueden
ver características del urbanismo moderno:
densidad, viviendas con un diseño
estandarizado (las casas de Gaitán Cortés y
la de los abuelos son en espejo), construcción
en altura (tres pisos), tejido urbano y zonas
verdes.
Resulta antropológicamente significativo que
Gaitán Cortés construyera dos casas casi
idénticas una para sus suegros y otra para él
y su familia, con un patio común y la terraza
también en común, a través de los cuales
los hijos podían circular. En esa relación de
semi intimidad que plantea el arquitecto
con otra familia, pone de manifiesto una
relación urbana de vecindad. Y también la
vigencia de la familia extensa de tipo urbano:
vivir cerca de los abuelos que acompañaron
efectivamente la crianza de sus hijos.
Los hijos de Jorge Gaitán Cortés y Emma
Villegas de Gaitán son Claudia, Adriana,
Jorge, Benjamín, José María, Maria Emma,
Juan Carlos y Eduardo.
Mi papá adoraba a sus
suegros dice Juan Carlos
Gaitán uno de sus hijos:
“Vivir con ellos era tal vez
una forma de reconstruir
una familia y para nosotros
fue una delicia”.
Mariano Villegas
(1895- 1975).
Josefina Puyana de Villegas
(1901-1974).
Los nietos llamaban a Mariano Villegas afectuosamente “Ito”
y todos los hijos coinciden en afirmar que ambos fueron una pareja
afectuosa y fundamental en su formación. Mariano Villegas fue
durante toda su vida muy amigo de Jorge Gaitán Cortés.
Jorge Gaitán y Emma
Villegas de Gaitán,
recién casados 1945.
Jorge Gaitán Cortés, su
esposa Emma Villegas
y sus hijos: Claudia,
Adriana, Jorge, Benjamín,
José María y María Emma
en brazos 1961. Finca
Bizerta Sabana de Bogotá.
Jorge Gaitán Cortés y Emma Villegas de Gaitán en la
posesión como alcalde de Bogotá 1961.
La casa en dibujos
a partir de los
planos originales
de 1953.
Casa en perspectiva donde se ve la terraza y un patio común. Dibujos de
William Sarria a partir de los planos originales.
Casa de los abuelos. Calle 69 # 4-91.
Casa Jorge Gaitán Cortés. Calle 68 #4 a 28/32.
Fachada de las dos casas por la carrrera 5 entre calles 69 y 68.
Casa Jorge Gaitán Cortés. Calle 68 #4 a 28/32.
Casa de los abuelos.
Calle 69 # 4-91.
Fachada de las dos casas por la
carrrera 5 entre calles 69 y 68.
Casa Jorge Gaitán Cortés.
Calle 68 #4 a 28/32.
Casa Jorge Gaitán Cortés.
Calle 68 #4 a 28/32.
Los arquitectos opinan
sobre la casa
Juan Carlos Aguilera:
“Me parece una casa experimental y
a la vez síntesis de sus trabajos en la
vivienda urbana entre 1947 y 1951. Es
una casa protegida de las vías por sus
accesos laterales, como las casas de
su grupo de arquitectos que trabajó en
el barrio Los Alcázares. Las celosías de
ladrillos en U en los Alcázares fueron
usados para dar privacidad, pero sin
romper la fluidez del espacio”.
Carlos Niño: “Es una casa con un
cierto anacronismo comparada con
la arquitectura moderna: no rompe el
cubo. Sin embargo el valor de esta casa
está en la contención y la austeridad
para concebir la casa propia; la casa
donde el arquitecto escoge vivir. Es una
obra valiosa”.
Historias
desde la fachada
Fachada
Casa de Jorge Gaitán Cortés, Calle
68ª #28/32 Bogotá. Construida en
1953. Lugar donde vivió con su familia
desde esa fecha hasta su muerte en
1968. Casa de planta cuadrada, 125
metros cuadrados de construcción,
retrocedida seis metros para dejar un
antejardín. El cubo básico construído
con ladrillo, tiene un revestimiento
de lajas de piedra color arena, y un
volumen, revestido con piedra rústica
de La Calera, que sostiene una bóveda.
Puerta roja y antepecho. Cuenta con
una segunda puerta de acceso al patio
y sobre ella una celosía de ladrillos en
‘U’ como extensión del muro. Ventanas
moduladas. Casa de tres pisos y altillo
con terraza. El altillo remata en una
bóveda de ladrillo ‘sombrero’, también
diseñado por el arquitecto y baranda de
ladrillos en ‘U’.
Según Julio Dávila en
su libro Planificación y
política en Bogotá. La vida
de Jorge Gaitán Cortés,
hacia los años cincuenta
Gaitán Cortés desarrolló
en su ladrillera del barrio
San Cristóbal en Bogotá,
productos innovadores. Uno
de ellos fue el ‘canal Gaitán’,
un ladrillo en forma de ‘U’
con bordes trapezoidales
inventado en el Brasil, pero
patentado en Colombia
por Gaitán. Este ladrillo
se usaba desde los años
30, por ejemplo en la Cité
Restrepo en Bogotá, 1939.
Germán Téllez explica:
“Todos los de mi generación
aprendimos a diseñar
edificios en los que
usábamos este producto
para todo…Todavía quedan
calados de esos en casas
de campo en clima caliente;
era el recurso de las
paredes que permitían la
ventilación”.
El ladrillo ensamblado como una
retícula, reafirma el concepto de
tecné: manejo de los materiales en su
justa forma. La retícula como muro
acentúa la horizontalidad pero se
encuentra atravesada por la ligereza
del vacío, lo que refuerza su efecto
de extrañamiento en el transeúnte.
Esta imagen se repite dos veces en
esta casa: Una como continuación del
muro que separa el patio de la calle y
a la vez lo ventila. La segunda como
baranda de la terraza del tercer piso.
Estas repeticiones refuerzan la idea
de una casa moderna que da cabida a
ideas arquitectónicas de diverso origen
cultural y temporal. Por ejemplo, los
constructores norteamericanos de
puentes y edificios del siglo XIX, hasta
los experimentos de la modernidad
brasilera. Esta celosía hace referencia
por lo menos a dos orígenes: humildes
a través de una técnica constructiva
expuesta, el ladrillo, técnica milenaria
de la Sabana de Bogotá. Y a la
modernidad: su aplicación constructiva
como material a la vista. Las celosías
además son una trampa a la luz,
siempre cambiante en Bogotá.
Años después Rogelio
Salmona hará de la
celosías en ladrillo parte
de su lenguaje compositivo.
El arquitecto Carlos Rueda
dice: “Salmona recurre a
la humildad y economía
del ladrillo expuesto,
probablemente el material
más democrático y la
técnica más popular de
la región de la Sabana
de Bogotá”3.
3 Carlos Rueda, Ph.D. En un lugar oblicuo para el deseo: Paralelos barrocos y
teoría de una vivencia. McGill University, 2009 http://baroque-identities.mcgill.
ca/Congrad/Rueda_pon.pdf
Benjamín Gaitán Matiz el abuelo de Gaitán Cortés, un general
liberal y visionario empresario fundó una fábrica de ladrillos en el
barrio San Cristóbal en Bogotá. Su padre, Pantaleón Gaitán, la
dirigió e implementó su modernización a principios del siglo XX.
Gaitán Cortés huérfano de madre vivió en el barrio San Cristóbal
con su padre y su abuelo, y esto le permitió estar cerca del espíritu
de empresa y de experimentación que implica el trabajo en una
fábrica de ladrillos. Experimentación que le permitió patentar
y promover ladrillos que le parecieron fundamentales para la
construcción en Colombia. La ladrillera se cerró hacia 1960 y fue
vendida después de la muerte de Gaitán Cortés.
Ladrillera Gaitán en el barrio San Cristóbal en Bogotá. Foto 1950.
Restos de la ladrillera Gaitán en el barrio San
Cristóbal en Bogotá. Foto 2000.
Bóvedas del horno Hoffman de la
ladrillera Gaitán y casita en el lote de
la ladrillera Gaitán con acentos que
recuerdan a su casa.
Algunos de sus experimentos
se ven reflejados en los ladrillos
que donó para construir la
iglesia de San Cristóbal en
Bogotá con los signos masones
de alfa y omega.
Iglesia del Barrio San Cristóbal Bogotá. Gaitán Cortés diseño y donó los
ladrillos con forma de Alfa y Omega. Sus antepasados pertenecían a la
masonería. Fotografías de Maarten Goossens.
Los arquitectos opinan
sobre la casa
Dice Jorge Ramírez:
“Con esta casa Gaitán Cortés propone la
integración de la composición racional, la
experimentación formal y la calidez posible
de alcanzar con el manejo contrastado de
los materiales tradicionales y la aplicación
de técnicas constructivas contemporáneas.
El resultado es una edificación de escala
doméstica con una propuesta plástica de
contrastes expresivos. Es, en resumen, una
pieza de arquitectura que se inscribe en la
poética del rigor contenido.
La escala doméstica de la casa le permite
plantear contrastes entre la imagen general,
de una estructura de cubierta con desarrollos
técnico-constructivos audaces, que se ven
resaltados en el fuerte contraste con la textura
de los muros verticales en piedra rugosa.
Esa manera de construir se vinculaba a la
arquitectura brutalista -como la denomina
Banham. vusier había experimentado en ese
campo con la casa Errázuris (1930) en Chile y
con pequeñas casas de vacaciones en Francia
(La Celle Saint-Cloud, y, Les Mathes, las dos
en1935). En la arquitectura local el proyecto de
Leopold Rother para el edificio de la imprenta
en la U. Nacional (1945-48) con sus muros
en ladrillo con junta hundida y su cubierta
de sectores de cáscaras de concreto, era un
referente cercano.
En ese momento la experimentación con
bóvedas y cáscaras de concreto era una
práctica extendida. El desarrollo de la
arquitectura moderna brasilera, especialmente
O. Niemeyer en Pampulha, era conocido
en Colombia. Es innegable que en sus
volúmenes se ve su experiencia con Álvaro
Ortega y Guillermo González Zuleta en obras
paradigmáticas por su integración plástica
experimental. Estadios y equipamentos de
gran escala hacían parte de su experiencia
profesional. El grupo de profesionales cercanos
a Jorge Gaitán participaba del interés en
inventar soluciones técnicas. No es por lo
tanto extraño que en su casa (1953) aplicara el
sentido de la experimentación moderna”.
Leopoldo Rother Barranquilla 1948. Dibujo de WIlliam
Sarria a partir de fotografías.
Casa de Francisco Pizano en Bogotá. DOMUS.
Francisco Pizano de Brigard, H. Vieco, G. Bermudez
1950. Dibujo de WIlliam Sarria a partir de fotografías.
La casa de Jorge Gaitán
Cortés fue construida
en 1953. El arquitecto
había participado en
la construcción de la
arquitectura moderna
en el país.
Los arquitectos opinan sobre
la arquitectura moderna
Silvia Arango en La historia de
la arquitectura en Colombia: “La
arquitectura depurada y racionalista
hace su aparición en Colombia a
través de obras aisladas. Una vez
más, es Vicente Nasi quien ejecuta
el ejemplo más temprano: su casa
Mazuera en Fusagasugá, de 1941,de
blanca horizontalidad, fue comentada
positivamente por Le Corbusier quien la
conoció en su corta visita. Por su parte
la Oficina de Edificios Nacionales del
MOP, diseñó directamente o contrató
proyectos que también marchaban
en línea convergente hacia la misma
arquitectura, como se expresa por
ejemplo en los proyectos del Centro
Cívico de el Socorro, Gabriel Solano
Mesa, 1946, y el edificio Nacional de
Venadillo Tolima, Francisco Pizano de
Brigard, 1948… Sin embargo, es en el
alarde técnico y la experimentación
formal del concreto, donde este tipo
de arquitectura puede desplegar con
más éxito los bíceps de sus apuestas
estéticas”.
Siguiendo a Silvia Arango se puede
concluir que en esta época, fines
de 1940, se pusieron a prueba las
cubiertas de bóvedas aligeradas de
concreto sostenidas por delgadas
columnas en forma de V como en la
Plaza de Mercado de Girardot (Rother).
Se aplicaron los principios de Le
Corbusier de techo plano, estructura
sobre pilotes y planta libre como en el
Centro Cívico de Barranquilla (Rother),
y ventanales corridos en las fachadas
independientes de la estructura, como
el caso del edificio de La Imprenta
Nacional (Rother), “cuyos cascarones
trasplantados y amplias superficies de
vidrio lo convirtieron en uno de los más
hermosos especímenes arquitectónicos
de esta época”.
Leopoldo Rother Imprenta Nacional, hoy museo de arquitectura, Universidad
Nacional 1948. Fotografía Natalia Gutiérrez.
Estadio de béisbol, Cartagena. 1947.Jorge Gaitán Cortés, Álvaro Ortega,
Carlos Santacruz, Edgar Burbano, Gabriel Solano. Foto Benjamín Gaitán.
Silvia Arango puntualiza que en el caso
de Estadio de béisbol de Cartagena,
diseñado en 1947 y construido en
seis meses, tiempo récord, las
bóvedas aligeradas de concreto en
suaves curvas cubrió las graderías
evitando que los apoyos intermedios
obstaculizaran la visibilidad del
espectáculo. La misma autora dirá:
“Este edificio no es solo representativo
de la manera de pensar de la
arquitectura en su momento, es decir,
posee una importancia histórica, sino
que posee una calidad intemporal muy
rara vez lograda por la arquitectura en
Colombia”.
Los arquitectos opinan sobre la
arquitectura moderna en Colombia.
Benjamín Gaitán en Biografía de Jorge
Gaitán Cortés Academia de Historia
de Bogotá dice: “Entre 1947 y 1948,
Jorge Gaitán Cortés es Jefe de la
Oficina de Edificios Nacionales del
Ministerio de Obras públicas. Bruno
Violi, Leopoldo Rother, Alvaro Ortega,
Gabriel Solano, Ernst Blumenthal,
Hernán Viecco, Edgar Burbano y
otros cumplen la funcion importante
de difundir y consolidar en el país los
cánones de la arquitectura moderna,
que se ha iniciado en la propia Ciudad
Universitaria de Bogotá. De este
fecundo grupo, cabe destacar el diseño
y construcción del Estadio de béisbol 11
de noviembre en Cartagena, con diseño
estructural de Guillermo González
Zuleta y las bases de los estadios
Pascual Guerrero de Cali y Atanasio
Girardot en Medellín, en los cuales la
especialización en estructuras que ha
realizado Gaitán Cortés en New Haven
tiene amplia aplicación”.
Jorge Gaitán Cortés ingresa en 1937 a
estudiar arquitectura en La Universidad
Nacional, que en ese momento hace
parte del programa de ingeniería y
funciona en una casa republicana en la
calle 17 en Bogotá. El campus en el que
se encuentra la actual universidad se
inaugurara en 1940. Benjamín Gaitán
su hijo y arquitecto se refiere a los
vínculos que se construyeron entre este
grupo de arquitectos cuando dice que
son sus maestros jóvenes profesionales
que seguirán siendo sus colegas y
amigos. Gabriel Serrano Camargo,
Carlos Martínez, José Gómez Pinzón,
Julio Casanovas, Henry Yerly y Karl
Brunner. Gaitán Cortés Pertenece a
la cuarta generación de arquitectos
profesionales que se gradúan en 1942.
Del libro de Eduardo Angulo “50 años de
Arquitectura en Colombia U.N, esta foto:
En el piso: Álvaro Hermida Guzmán, Ignacio Álvarez y José María Montoya
Valenzuela. Sentados: el tercero de izq. a der. Jorge Arango Sanín,
siguen Eduardo Mejía Tapia, Humberto Chica Pinzón, Jorge Gaitán Cortés,
Carlos Arbeláez Camacho.Atrás entre otros: segundo izq. a der. Manuel
Restrepo Umaña, Gabriel Solano Mesa, Herbert Ritter, Gabriel Largacha,
Gonzalo Samper y José Ignacio Gnecco Fallon
Los arquitectos opinan sobre la casa.
Carlos Niño:
“Creo que hay tres tipos de casas entre
los años 30 y 50. Unas que son cubos
blancos estrictos como las casas de Le
Corbusier. A veces pueden tener un juego
formal contenido, llamémoslas cúbicas
racionalistas, hacia 1929. Hay un segundo
Le Corbusier que empieza a experimentar
con arcos, muros de piedra y texturas, un
expresionismo estructural, y a lo mejor a
descomponer el cubo un poco. Es lo que
llamaría Moderno Vernacular. Y otra muy
importante es el Neoplasticismo donde
los arquitectos buscan inquietar la caja, y
encontrar un espacio más abierto que fluye
y una contraposición de planos. Con un
dibujo rápido puedo explicarlo mejor:
“Yo pensaría que esta casa de Jorge
Gaitán Cortés correspondería a un
moderno vernacular: casa menos
abstracta, con acentos de materiales
locales, sin cubiertas planas. Esta casa
de Gaitán Cortés puede vincularse con
la arquitectura de la casa Errázuriz
o la Maison Jaul de Le Corbusier con
bóvedas; o, refiriendonos a la arquitectura
colombiana, las casas de los Alcázares,
las del Quiroga o la casa de Guillermo
Bermúdez.
Es una casa con un cierto anacronismo
comparada con la arquitectura moderna:
no rompe el cubo. Sin embargo el valor
de esta casa está en la contención y la
austeridad para concebir la casa propia; la
casa donde el arquitecto escoge vivir. Es
una obra valiosa”.
Le Corbusier
Casa en Les Mathes 1935, La Rochelle. Cubiertas
de placas de amiantocemento onduladas. Piedra
del lugar. Dibujos de Francisco López a partir de
fotografías.
Casa Monol 1919. Cubierta de chapa modulada. Páneles complementados con
material del lugar. Dibujos de Francisco López a partir de fotografías.
Edificio Rentenanstalt Zuirich, 1933. Terraza jarardín sala de
conferencias. Dibujos de Francisco López a partir de fotografías.
Casas Jaoul 1952, Neuilly: Ladrillo, bóvedas sin encofrado.
Dibujos de Francisco López a partir de fotografías.
En la casa de Gaitán Cortés, el muro
de piedra estaba pensado para dejar
crecer una enrederadera. En 1980
las fotos muestran las dos casas, la
de los abuelos y la del arquitecto, (ya
con algunas modificaciones de los
planteamientos originales sobre todo
en la ventanas), cubierta con una
enredadera.
Según Benjamín Gaitán, su padre
sembró la enredadera en homenaje a
la Ivy League4, reunión de exalumnos
de las más antiguas universidades del
noroccidente de Los Estados Unidos.
El nombre, Ivy League, se debe a
la enrederadera que cubre algunos
edificios de dichas universidades, entre
ellas Yale donde Jorge Gaitán Cortés
estudió en 1944.
4
Ivy League: reunión de exalumnos de las universidades de
Brown,Columbia, Cornell, Darmouth, Harvard,Pennsylvanie, Princeton y Yale.
Fachada de la casa de los abuelos calle 68. Años ochentas
Fachada de la carrera quinta con enredadera
Fachada de la casa de los abuelos calle 68. Años ochentas. Fotografías
del álbum familiar.
Jorge y Adriana Gaitán en la entrada de la casa de
los abuelos. Años sesentas. Fotografías del álbum
familiar.
En la ciudad se tiende a
perder el contacto con
la naturaleza. Cubrir los
edificios con enredaderas es
una forma de involucrar de
manera radical los ritmos de
la naturaleza: protege contra
el ruido, mejora el aire,
construye un microclima, lo
diferencia del cemento y lo
relaciona de manera continua
con el pasto del antejardín.
Historias
desde los planos
David Gómez:
Al detenerme en los planos me doy
cuenta de que la casa está pensada a
partir de las dimensiones del ladrillo. Un
ladrillo común, de 6x12x24. Los tamaños
de las ventanas y los espacios, están
diseñados para que este módulo ladrillo
encaje exactamente. En los planos,
las vigas, los entrepisos y la ventanas
están precisamente dibujadas, lo que
demuestra que el arquitecto tomó
en cuenta, desde el principio, los
problemas técnicos.
Es una casa que heredó las ideas del
racionalismo moderno, pero su espíritu
se encuentra en la atención a los
detalles constructivos del ladrillo. Me
parece que es una manera de hacerle
un homenaje a la tradición.
Sótano: Garajes, depósito, ‘utilities’,
lavadero, patio.
Sótano. Dibujo a partir de los planos. Fachada por la carrera 5. Planta de las
dos casas: la de la izquierda es la de los abuelos; la de la derecha es la del
arquitecto. Se nota un espacio coloreado de negro, de relleno sin construir.
Dibujo de William Sarria a partir de los planos originales.
A la izquierda, planos del sótano de la casa de los suegros, entrada carrera
quinta. A la derecha planos de casa de Gaitán Cortés, entrada por la quinta.
Casas en espejo.
Primer piso: Entrada con escaleras.
Salón de doble altura, comedor, jardín,
cocina con salida al patio hundido
hasta el sótano, cocina, baño y cuarto
de servicio.
En la casa del arquitecto a la derecha,
hay un amplio salón con doble altura.
En la casa de los abuelos el amplio
espacio del salón se convierte en salón
y estudio.
Primer piso. Dibujo a partir de planos. Fachada por la carrera quinta. Dibujo
de William Sarria a partir de los planos originales.
A la izquierda, planos del primer piso de la casa de los suegros, entrada
carrera quinta. A la derecha, planos del primer piso de la casa de Gaitán
Cortés, entrada por la quinta. El salón de la casa de la izquierda está
dividido, el de la derecha es un gran salón.
Los Arquitectos opinan sobre la casa
Carlos Niño dice:
“Según los planos se podría decir
que es un cubo sometido a las
modificaciones de la luz. La entrada
de luz es por el occidente y por norte;
le llega la luz del atardecer. A pesar
de la aparente simpleza, las ventanas
del salón crean una linterna natural
como un foco de luz sobre el primer y el
segundo piso.
En los planos se ven sólo dos columnas
de apoyo para no interrumpir el
espacio.
Juan Carlos Aguilera:
“La arquitectura moderna y su idea de
no interrumpir el espacio, me parece a
mí que se manifiesta en esta casa en
la doble altura del salón. En italiano
hay una palabra muy bonita: Balconata
domestiche que se podría traducir
como balcón doméstico: permite
literalmente asomarse al primer piso,
‘balconiar’”.
El salón es un espacio pradójico: El
segundo piso “mira” al primero para
crear un espacio sin interrupciones.
Salón Principal: Doble altura muebles, sofás forrados en cuero de vaca
diseñados por el arquitecto, enchapados en las paredes.
Los objetos de izquierda a derecha: una cabeza de cerámica de autor
desconocido, un cuadro, el más grande, de Alberto Iriarte, el pequeño del
fondo es de Alejando Obregón, y el de la pared del piano es un paisaje de
Erwin Krauss. Fotografía de Paul Beer, publicada en Revista de Arquitectura y
Arte. Año 1, No. 2. Bogotá, Febrero de 1955.
Es una casa contenida, con un
riguroso aprovechamiento del
espacio. El salón es el espacio
más amplio de la casa.
Dice Luz Mariela Gómez5:
“En los años cinquentas en Bogotá,
en la zona social, las casas de clase
alta, a diferencia de los apartamentos
o viviendas unifamiliares de tamaño
reducido, se separaban el comedor
principal de la sala, aunque siempre
estaban localizados uno al lado
del otro. La sala era un espacio
multifuncional que si bien continuó
siendo la zona para la recepción de
las visitas, pasó de ser un lugar sobrio,
oscuro, con cortinas pesadas, a uno
iluminado con grandes ventanales. El
salón ganó en tamaño y se tornó más
amplio para poder albergar objetos
novedosos como la radiola. Y la inefable
chimenea que con el paso de la década
dejó de estar empotrada contra la
pared y pasó a ser un elemento flotante
en forma de campana que gravitaba
enla mitad de la sala o entre ésta y el
comedor”.
En esta casa la música era el
piano: Gaitán Cortés estudio piano
como parte de la educación de las
familias de clase alta bogotana y
especialmente Gaitán Cortés cuyo
padre Pantaleón Gaitán estaba
relacionado con el teatro. En esta
casa no se construyó una chimenea,
Jorge Gaitán Cortés había nacido
en Nueva York y conocía muy bien
el clima de los países del norte, y la
consideraba innecesaria.
Continúa Luz Mariela Gómez:
“Las salas poseían plantas
ornamentales, pisos en madera,
paredes lisas que se combinaban con
un muro en piedra o en madera, lo que
le daba un ambiente algo rústico que
contrastaba con el uso de materiales
relacionados hasta ese momento
con el trabajo industrial, tales como
el metal, que se veía presente en las
lámparas y plafones, en los barrotes
o barandas de las escaleras y en las
persianas que comenzaban a irrumpir
en la decoración”.
Dice Ema Villegas de Gaitán, su
esposa: Jorge desterró las cortinas,
que era lo usual. La casa tenía
persianas.
Benjamín Gaitán: “El salón principal
tenía un vacío entre el segundo y el
tercer piso. Todos los detalles, fueron
escogidos por papá y los muebles
fueron diseñados por él”.
Algunos de los muebles diseñados por
Le Corbusier estaban forrados con piel
de pony para contraponer la simpleza
de la línea con la experiencia táctil de
la piel de los animales.
Claudia Gaitán: “A mi papá le gustaba
el jazz. Sobre todo George Gershwin. A
veces tocaba el piano”. Su hijo Jorge
persistiría en las clases de piano.
En el salón: Jorge Gaitán Cortés, Jorge, Adriana,
Claudia, Benjamín, José María, Ema Villegas de
Gaitán, María Emma. No habían nacido dos hijos
menores: Juan Carlos y Eduardo.1965.
Dibujo del segundo piso, a partir de planos. Patio hundido.
Laura Román Gaitán. Nieta en la casa de muñecas de la casa.
Claudia, la hija mayor, recuerda: “Era
una casa para jugar. Mi papá nos hizo
una casa de muñecas en el patio. Nos
‘tirábamos’ desde las escaleras hasta
caer encima del piano”.
Dice Benjamín: “En el patio que llegaba
hasta el sótano había una canasta de
básquet en la que pasamos muchas
horas de nuestra niñez.”
Según su nieta Laura Román, la
escalera de la casa era de granito a
la vista con barrotes de metal. No se
conservan pero son iguales a las del
edificio Monteverde en la Carrera 7 con
calle 86, donde ella vive, construído por
el mismo arquitecto en 1957. En estos
detalles y en la sobriedad del espacio
se puede leer el interés por hacer
viviendas mínimas, es decir el espacio
necesario para vivir.
Interior casa del barrio Los Alcázares Bogotá 1947. Esta foto corresponde a
una casa del grupo de arquitectos Herrera y Nieto Cano Ltda, en el mismo
barrio. Revista Proa # 28 de 1949.
Los Alcázares en Bogotá
es un barrio diseñado para
empleados en 1947, en el que
participaron cuatro grupo de
arquitectos. En los diseños
del grupo de José J. Angulo,
Jorge Gaitán y Enrique García,
la escalera no estaba en
el rincón, era de carácter
escultórico y con varillas de
metal como elementos de
separación del espacio. Esta
foto corresponde a una casa
del grupo de arquitectos
Herrera y Nieto Cano Ltda, en
el mismo barrio. Revista Proa
# 28 de 1949.
Segundo Piso: Tres alcobas, baño,
escalera para subir al tercer piso.
Dice Claudia Gaitán: “Cuando nació
el cuarto hijo, mi papá construyó otro
cuarto grande sobre la doble altura de
la sala para acomodar ocho hijos”.
Segundo piso, dibujo a partir de los planos originales.
Fachada carrera quinta.
A la izquierda, planos del segundo piso de la casa de los suegros, entrada
por la carrera quinta. A la derecha, planos de la casa de Gaitán Cortés,
entrada por la carrera quinta.
Tercer piso: terraza y estudio
A la izquierda, planos del tercer piso de la casa de los suegros, entrada
carrera quinta. A la derecha, planos de la casa de Gaitán Cortés, entrada por
la carrera quinta. Terraza en común.
En el tercer piso, la terraza es común para la
casa del arquitecto y la de los abuelos. Según
sus hijos esta terraza le permitía al arquitecto
pasarse donde sus suegros por las tardes para
ver el noticiero por televisión, que él no tenía
en su propia casa. Además, probablemente
conversaba con su suegro sobre los problemas
políticos. Sus hijas Claudia y Adriana
consideraban esa terraza un espacio de juegos.
Adriana en la terraza a sus 5 años.
Fotografía del álbum familiar.
En el tercer piso, Gaitán
Cortés construyó su
estudio, de 51.7 metros
cuadrados, frente a una
terraza de 30.9 metros
cuadrados. El techo del
estudio es una bóveda de
ladrillos “sombreros” cuyo
nombre se debe a su forma:
un cuadrado con una
saliente de un lado, y del
otro, un espacio hundido
de 3 centímetros. Este
ladrillo inventado por él en
su fábrica de San Cristóbal,
buscaba expandir las
posibilidades acústicas de
un espacio.
El tercer y último piso de la casa cuenta con una terraza y
el estudio con cúpula de ladrillo, muebles diseñados por el
arquitecto. Fotografía de Paul Beer publicada en Revista de
Arquitectura y Arte. Año 1, No. 2. Bogotá, Febrero de 1955.
Detalle de la bóveda. Revista de Arquitectura y Arte. Año 1, No. 2. Bogotá,
Febrero de 1955.
Su hija Claudia: Los muebles del estudio fueron diseñados
por papá.
Ernesto Jiménez: En uno de los muebles hay un dibujo
inspirado por Le Corbusier.
Su hija María Ema recuerda: “La casa para mi papá fue un
espacio de experimentación. En la familia se contaba con
frecuencia una historia sobre la casa, que no sé si es tan
cierta, pero dice mucho del espíritu de experimentación
de papá: durante su construcción el techo se cayó y él se
puso feliz; así podía corregir todos los problemas, antes de
construir el teatro de La Comedia en Bogotá, donde haría
una inmensa bóveda de ladrillo”.
“El ladrillo era pintado de blanco y en el centro era rojo,
muy Bauhaus”, dice su hijo Benjamín.
Dibujo de Francisco López.
Benjamín Gaitán explica el
experimento con un dibujo:
Con guadua se construía
una estructura a la que se le
atravesaban varillas delgadas
de hierro y entre ellas, se
instalaban “los sombreros”.
Luego se agregaba cemento,
una capa muy delgada, de
cinco centímetros.
Con el espíritu de la conquista
del espacio interior de la
modernidad en Colombia, la
construcción de las cubiertas
en forma de bóvedas aligeradas
de concreto se convirtieron en
la solución. La bóveda de esta
casa es un experimento muy
particular: es de ladrillo.
Techo de la casa
El experimento con los
ladrillos acústicos y el
sistema constructivo de la
bóveda le permitió construir,
en 1954, el Teatro La
Comedia, hoy Teatro Libre.
Carrera 11 # 61-80 Bogotá.
La acústica de este teatro es la
mejor de Colombia diría Ricardo
Camacho director del Teatro Libre,
que hoy en el 2011 tiene su sede en
el Teatro de La Comedia.
Teatro La Comedia, 1954. Foto de Antonio Castañeda. Bogotá
Planta del tercer piso.
El estudio tenía un pequeño cuarto de
seis metros cuadrados, con una cama y
muebles para almacenar materiales de
dibujo.
Sus hijos: Claudia: “Cuando mi papá
salía en las mañanas nos metíamos
a ese cuartico y desbaratábamos sus
materiales. Era una delicia.”
María Emma: “Había una caja donde
sacábamos monedas para ir a la
tienda. “Sí es probable”, dirá Benjamín:
“Una implícita caja menor para ocho
hijos.” María Emma: “A veces mientras
trabajaba yo le contaba cómo me había
ido en el colegio hasta que me quedaba
dormida”. Jorge: en ese estudio estudié
y leí.
Además de esas vivencias hay que
decir que este espacio fue su estudio
particular desde 1954.
El arquitecto Ernesto Jiménez estudió
arquitectura de la Universidad de los
Andes y fue alumno de Gaitán Cortés.
Viajó a la Universidad de Illinois,
regresó en 1954, y trabajó con Gaitán
Cortés probablemente hasta 1960.
“Poco antes de graduarme, Escribí
a Jorge Gaitán Cortés, quien fue mi
profesor y decano de Los Andes en
busca de trabajo. Gaitán, hombre super
activo y polifacético, pues fue político
y planificador, educador, arquitecto
y constructor, me inició en la dura
realidad, encargándome obras en
proceso de terminación”6.
Y en la entrevista resaltará: “Recuerdo
que era una casa que funcionaba
muy bien. Abajo la familia, arriba un
espacio en el que se podía trabajar sin
interrupciones”.
6
Jané Marc. Ernesto Jiménez arquitecto. Universidad de Los Andes, 2009.
Un estudio: una célula para pensar.
Benjamín Gaitán piensa que su
papá trabajó en ese estudio por
las noches cuando fue alcalde de
Bogotá. Benjamín cuenta que su
padre reflexionó y profundizó en los
problemas de Bogotá durante toda su
vida y se preparó mientras fue concejal
entre el 1958 y 1961, e hizo parte de
lo que se llamó el Concejo Admirable.
De este estudio de su casa salieron los
primeros esquemas de las principales
ideas sobre el urbanismo de Bogotá.
Y en las noches durante 1961 y 1966,
su período como alcalde de Bogotá,
trabajó en este estudio. Dormía en
ese pequeño cuarto, tal vez para no
molestar a la familia.
El problema del agua: “Por ejemplo, le
voy a contar cómo concibió el problema
del agua. Entiende que Bogotá necesita
diez millones de kilovatios diarios de
luz para una ciudad de cuatro millones
Mapa de Bogotá coloreado por Gaitán Cortés
de habitantes. En ese momento tenía
uno y medio, cada cuatro años es un
millón de habitantes más, en cualquier
momento llegamos a los cinco millones,
en cualquier momento a los diez.
Entonces concibe un sistema
articulado con el plan de acueducto
y alcantarillado y era el siguiente:
Bogotá siempre iba a tener energía
hidroeléctrica, energía por caída de
agua, por miles de razones: estamos
en un sitio planetario ideal donde llueve
mucho y nuestra energía se debía
producir de manera hidroeléctrica, es
decir, por la caída de agua, un chorro
que mueve unos rotores y eso genera
luz.
Pero tenía que planear las escalas:
La planta de El charquito funcionaba,
abastecida por el río Bogotá, y los
rotores instalados después del salto del
Tequendama podían asegurar que se
podrían dejar pasar diez metros cúbicos
de agua por segundo para producir
ciento cincuenta mil kilovatios por
segundo”.
Benjamín Gaitán continúa:
“Pero existía un problema: diez metros
cúbicos por segundo de agua, pero
¿qué pasa en invierno o qué pasa en
verano? Si el nivel del agua baja se
pueden romper los rotores. Y si el nivel
del agua sube se recalientan.
Y planea, entonces un sistema a gran
escala y lo explico simplemente: si
necesito veinte metros cúbicos por
segundo para una ciudad de cuatro
millones de habitantes, veinte metros
cúbicos por segundo constantes (eso
es toda el agua del mundo), necesito
represas y embalses: un sistema
integral.
Un embalse es cuando los ríos vienen
muy crecidos y entonces se guarda el
agua: el embalse del Muña. Con un
dibujo lo explico mejor, aquí está el
Muña cerca de Sibaté:
Y además es necesario hacer dos
represas que son reservas de agua
para usarla cuando es escasa. Dos
represas: el Neusa y Tominé. Esto
muestra las escalas del pensamiento
de Gaitán Cortés.
Dibujos de Benjamín Gaitán durante la entrevista
“Se enfrenta a otro problema: ¿Qué vamos a hacer
con este nuevo millón de habitantes de Bogotá que
no tienen acueductos y alcantarillados pero que
quieren ser ciudadanos? Inventémonos un sistema
que viene de los indígenas: la minga.
Todo lo indígena era hecho en equipo y cada
participante ayudaba a solucionar un problema o
también lograba algún beneficio.
Entonces se inventa un concepto muy revolucionario
que se llama La Acción Comunal. Consiste en
proponerles a los habitantes de estos barrios
construidos de manera espontánea, que para
normalizar la vida como ciudadanos, ponen la mano
de obra que la alcaldía no puede pagar, pero les da
el proyecto, los materiales y la dirección técnica.
Yo creo que de su mesa en el estudio de la casa
salieron los planos de andenes, centros de salud,
parques, vías de por lo menos ochocientos barrios
en Bogotá. Sin intermediarios. Se armaban las
cuadrillas en cada barrio con técnicos, planos,
materiales y obreros.
Además, la Secretaría de Obras Públicas compró
canteras y ladrilleras para sacar los materiales a
costos mínimos.
-¿Y la ladrillera que era propiedad de su familia?
Él la cerró. Tenía muy claro que no podía lucrase de
ninguna decisión que tomara como alcalde”.
Hay que recordar aquí que el texto base de las clases
de Gaitán Cortés, del cual hablaba con entusiasmo
contagioso, se trata de Democracy on the march de David
E. Lilienthal (1899-1981) publicado en 1944. Lilienthal
fue el director de la intervención que hizo el gobierno de
Los Estados Unidos en el valle del Tennessee en 1933,
una zona deprimida socialmente. El libro está inspirado
del espíritu del progreso, de la democracia pero sobre
todo con una concepción de la planificación regional a
gran escala.“El río a favor de la gente “ era un lema que
reunía los recursos como la energía hidroeléctrica podría
estimular pequeñas y grandes empresas en la comunidad
fortaleciendo las organizaciones de vecinos y sus labores
locales donde participaban todos los miembros de la
familia.
Continúa Benjamín Gaitán:
“Pero además construyó escuelas, más
de ochocientas. Las diseñó también
en la mesa de dibujo de la casa, por
las noches. Ventanas de lado a lado,
prefabricadas en concreto, cinco aulas
y la rectoría. Un gran corredor, baño, la
luz entra por todos lados. Construidas
a muy bajo costo. Escuelas públicas
de Bogotá que después se llamaron
tipo Alianza. Rafael Maldonado las
considera las mejores de la educación
en Colombia.
“Eran de una lógica perfecta, con un
dibujo lo puedo explicar mejor:
Dibujos de Benjamín Gaitán durante la entrevista
A la izquierda Ema Villegas de Gaitán y el alcalde Gaitán
Cortés. A la derecha John y Jackie Kennedy Bogotá, 1961.
Gaitán Cortés se posesionó como
alcalde en agosto de 1961 y
John F. Kennedy visitó Bogotá en
diciembre de 1961. Vino a entregar
la ayuda que había sido prometida
doce años antes a los países
que firmaron la OEA, en un plan
para Latinoamérica que se llamó
Alianza para el Progreso. Alberto
Lleras, el presidente de entonces,
recibe al presidente y con la ayuda
se construyeron las ochocientas
escuelas en Bogotá que se
llamaron ‘tipo Alianza’.
Continua Benjamín Gaitán:
“Y en 1965 diseñó el metro para
Bogotá. Un metro por la caracas,
más o menos de la calle 27 sur
hasta la 127. Hizo todo el estudio
muy rápidamente, la planta y
las estaciones. Él lo proponía
en trinchera abierta, eficaz y
económico. Consiste en abrir
una trinchera, un canal, y donde
se necesita una intersección se
construye un puente para los
carros pero un puente de una
escala proporcionada, manejable.
El metro de México en algunas
zonas es de trinchera abierta. En
Bogotá el suelo es greda pura y
un túnel resulta casi imposible de
construir. Además Gaitán Cortés
gestionó su financiación con un
grupo japonés”.
Dibujos de Benjamín Gaitán durante la entrevista
Gabinete de Jorge Gaitán Cortés 1961
Santos Molano destaca tres períodos
cruciales de la organización de
Bogotá en el siglo XX. “Los períodos
comprendidos entre 1930 y 1944, en
que un grupo de alcaldes liberales
aplicaron con brillante criterio el plan
urbanístico trazado por el austriaco
Karl Brunner e hicieron de Bogotá una
admirable ciudad de corte europeo,
llena de esplendor y de cultura: Luis
Patiño Galvis, Julio Pardo Dávila,
Jorge Merchán, Carlos Arango Vélez,
Francisco J. Arévalo, Jorge Eliécer
Gaitán, Gonzalo Restrepo Jaramillo,
Manuel Antonio Rueda Vargas,
Gustavo Santos Montejo, Germán Zea
Hernández, Carlos Sanz de Santamaría
y Jorge Soto del Corral. Ellos no
sólo trabajaron de acuerdo con los
lineamientos del plan de Brunner, sino
que diseñaron y adelantaron las obras
destinadas a adecuar a Bogotá como
sede de la IX Conferencia Internacional
Americana, para la que había sido
designada desde diciembre de 1938 al
concluir la VIII Conferencia efectuada
en Lima.
Fernando Mazuera Villegas, en dos
etapas, 1947-1949 y 1957-1958, trató
de aplicar las recomendaciones del
famoso Le Corbusier, lo que consiguió
en parte, pues las administraciones
posteriores al 9 de abril de 1948,
pusieron la ciudad al servicio de los
intereses de unos cuantos empresarios
del transporte y de urbanizadores que,
en busca del mayor provecho para sus
negocios, arrasaron con las normas del
urbanismo establecidas mediante los
planes de Brunner y Le Corbusier.
Jorge Gaitán Cortes, de 1961 a 1966,
recuperó la planificación, creó un vasto
sistema de construcciones escolares,
llevó acueducto y luz eléctrica a los
más de doscientos barrios que carecían
de esos servicios, y trazó un plan de
veinticinco puntos que permitió el
colosal desarrollo de la capital en los
siguientes veinte años”.
En 1966 Gaitán Cortés renuncia a
la alcaldía. A partir de esa fecha es
nombrado gerente del El Tiempo y se
encargará de modernizarlo y vinculará al
periódico con las rotativas europeas que
asegurarán su desarrollo tecnológico y
espacial futuro.
En 1968 tiene un accidente en las
instalaciones del periódico al subirse al
techo para tomar unas medidas del edificio
de la carrera 17 con calle 12; no se da
cuenta que una teja traslúcida y rota cubre
el techo, y cae a ocho metros de altura;
muere instantáneamente.
Se puede concluir esta presentación de la
casa y sirve como enlace para el siguiente
capítulo, la frase de Alvar Aalto: “En la
arquitectura, los refugios interiores se
dejan ver”.
la casa
en
Fotografía aérea Bogotá 1957. Abajo carrera séptima; arriba los cerros; a la
derecha calle 65; a la izquierda calle 71. Al centro casa de Gaitán Cortés con
techo abovedado.
contexto
una investigación de Natalia Gutierrez
N
Carrera qu
inta
Carrera sé
ptima
jorge
gaitán cortés
la casa de
Calle 67
en contexto
Juan Carlos Aguilera,
director del programa
de arquitectura de la
Universidad Nacional,
arriesga una definición
de Patrimonio Integral
que es la siguiente: es un
dispositivo que lucha entre
la tensión de lo anacrónico
y lo vanguardista. Dicho
de otra manera, un
dispositivo que lucha
entre lo que sucedió y el
potencial de lo que está
por suceder.
Esta es una definición de patrimonio
muy útil en el momento de analizar un
hecho urbano. En efecto, el tratamiento
cultural, urbanísto y ambiental de
un barrio y el de esta zona del barrio
Chapinero en particular (entre la calle
70 y la calle 65 y la carrera quinta y
la actual circunvalar), conserva las
huellas de una urbanización basada en
la importancia de la casa de habitación
de familias de estratos altos quienes
en los años cincuenta emigraron del
centro de la ciudad después del 9 de
abril de 1948. Casas principalmente
modernas, de volúmenes geométricas,
ventanas grandes, techo plano y
fachadas solucionadas con materiales
usados de manera directa. Casas con
pequeños antejardínes y una franja de
verde paralela a las aceras.
Casa Gaitán Cortés, carrera
quinta calle 68, 2011. En
el contexto la casa resulta
atípica y expresiva.
El sector de la carrera quinta hacia los cerros se urbanizó a
principios de los años cincuenta y se caracterizó por casas
modernas que hoy (2011) no se conservan porque en su lugar
se levantan edificios de apartamentos. Esta casa puede ser un
ejemplo del tipo de construcción moderna de la zona. Calle 69 A
carrera 6, Bogotá.
Estas casas modernas se caracterizan también por
acotados patios interiores. El antiguo patio central de las
casas coloniales, lugar de entrada, de trabajo y distribución
de las habitaciones, en los años cuarenta se transforma en
una zona de servicios en la parte de atrás de la vivienda y,
en los cincuentas, en un pequeño patio de contemplación
cercano al área social y separado de otro patio interior
como zona de servicios. Una de las posibles razones de las
transformaciones del patio, es que en los años cincuenta
las casas de estratos medios y altos son de profesionales
que conciben la casa como lugar de llegada después de
una jornada de trabajo.
Este tipo de casas, construídas hacia los cincuenta, son
diferentes a las del sector más consolidado en la época. En
efecto, si el caminante cruza la carrera quinta frente a la
casa de Gaitán Cortés, o camina por la calle 68 y 69 hacia
la séptima encontrará huellas de casas bogotanas que se
caracterizan por acentos ingleses de finales de los años
cuarenta.
Carrera quinta calle 70 y 69, en frente a la casa de Gaitán Cortés, Bogotá.
Casas de la calle 67 entre carreras cuarta y séptima, Bogotá.
Casas de la calle 67 entre carreras cuarta y séptima, Bogotá.
Casas de la carrera sexta entre calles 67 y 68, Bogotá.
Casa de la izquierda Vicente Nasi años 50.
Casas de la calle 70A entre carreras séptima y quinta. Bogotá.
Es importante anotar que en este paseo por la zona, la
casa de Gaitán Cortés resulta radicalmente diferente tanto
de las casas modernas de los años cincuenta como de
las casas de los años cuarenta. La casa es un rectángulo
acotado por expresivos muro de piedra, de tres pisos,
techo abovedado, y sin embargo con entradas laterales
poco centradas y majestuasas, entradas más intimas, que
la convierten en un espacio célula, protegido de las vías
pero a la vez que posibilitan un espacio público para el
transeúnte y entradas laterales que generan una cierta
intimidad y sutil protección de las entradas frente a las
aceras y a la carrera quinta.
También en los años cincunta, como en casi todas las
zonas Chapinero, se puede decir que las casas conviven
con vias arterias, con comercios pequeños y grandes y
sobre todo con los cerros. Estos, considerados desde
la Colonia como zona de extracción de materiales de
construcción y, en los años cincuenta, con un inicio de
conciencia de su preservación, se impulsó la siembra de
pinos en la zona deforestada. Desde ese momento en
los cerros de Bogotá se evidenciará aún más la tensión,
que continúa hasta hoy, entre la preservación y la intensa
urbanización.
Vista de la casa desde la calle 68. Edificio
diseñado por Konrad Brunner calle 68 carrera
quinta, cuya textura dialoga con la textura de la
casa.
Entrada de la casa de Gaitán Cortés, entrada por
la calle 69. Bogotá.
¿Qué sería la tensión patrimonial con lo posible? Sería
la conservación del tejido urbano, la convivencia de
los diversos estratros, el fotalecimiento de la vida en
las aceras, la importancia de resaltar el patrimonio
arquitectónico de Bogotá de los años cuarenta y cincuenta,
y la aparición de una relación vital entre la densidad y
los cerros orientales concebidos como parque. En fin,
lo posible entendido como visión de ciudad a partir de
la particularidades de lo local y como visualización del
mejoramiento de la calidad de vida.
chapinero
La casa de Jorge Gaitán Cortés construída en 1953, está
localizada en la carrera quinta entre las calles 69 y 68, en
la localidad de Chapinero en el barrio Granada en Bogotá,
vecino de los barrios Emaus, INGEMAR, Juan XXIII, y
Chapinero Alto.
Chapinero es una localidad al oriente de la ciudad que
limita por el oriente con los cerros de Bogotá, que han
estado sometidos a diferentes concepciones y usos a
través del tiempo. Al occidente limita con la avenida
Caracas, una avenida que históricamente conectó el centro
con la ciudad de Tunja, llamada la vía a Tunja; una vía de
mulas que luego se convirtió en la avenida del ferrocarril,
y del actual Transmilenio. Al sur, Chapinero limita con
la calle 39 construida a partir de la canalización del río
Arzobizpo, y que atraviesa el Parque Nacional de oriente a
occidente. Al norte, Chapinero limita con la calle 100, un
límite con la zona de desarrollo económico e influencias
más globalizadas de la ciudad.
La historia permite constatar que Chapinero marcó el
origen de una nueva forma de crecimiento urbano que
será característica de Bogotá desde la Colonia y es el
barrio aislado del centro, lugar de villas de recreo en un
principio, y más tarde de viviendas modernas y comercios,
y conectado con la ciudad antigua por una o dos grandes
vías.
Durante el gobierno virreinal, Bogotá llegaba hasta la
iglesia de San Diego, de la comunidad franciscana, en la
actual calle 28 con carrera séptima. Luego se construyó
la quinta de los Arzobispos que le da el nombre al río en la
actual calle 39.
En el siglo XVIII la comunidad religiosa de los Dominicos
compró las tierras desde el río Arzobispo, hasta Usaquén,
los cerros y las lagunas de Suba. Hacia 1807, algunos
españoles empezaron a comprarle a la comunidad religiosa
terrenos en esta amplia zona y de unos de ellos surge la
leyenda del nombre del barrio1, que indica su calidad de
lugar atravesado por vías de paso y lugar de incipientes
comercios especializados. La leyenda cuenta que un
español llamado Antón Hero Cepeda compró una hacienda
de ciento cincuenta hectáreas, a orillas del camino de a
Sierra, las actuales carrera séptima con calle 59.
Este hombre se dedicaba a la fabricación de chapines, un
tipo de zapato de suela de madera y correas de cuero, que
sirven para protegerse de los charcos y el barro. Como el
que hace zapatos se llama zapatero, al que hace chapines
se le llamó chapinero. Otros dicen que el nombre vine de
la marca El Chapín Hero2. Así por costumbre empezó a
llamarse Chapinero la zona del río Arzobispo en adelante,
y en 1885, se decretó oficialmente que el caserío se
denominara Chapinero.
1
Localidad de Chapinero. Ficha básica. www.culturarecreacionydeporte.gov.
co/.../localidades/chapinero.pdf
2
Localidad de Chapinero. Ficha básica. www.culturarecreacionydeporte.gov.
co/.../localidades/chapinero.pdf
vías
Como se dijo antes, desde el siglo XIX Chapinero es una
zona atravesada por vías que comunican el sur con el norte
y viceversa. La avenida Caracas llamada la vía a Tunja. La
carrera trece o Avenida de la Paz, que en el siglo XIX fue
una alameda y, a la altura de la calle 63, contaría con el
parque y la iglesia de Nuestra Señora de Lourdes contruída
en 1875. A finales del siglo XIX también, la carrera 13 fue
la vía del tranvía, electrificado a partir de 1910. En esta
carrera se localizaron, a finales del siglo XIX numerosas
casonas y a principios del siglo XX almacenes y vitrinas de
la modernidad.
Otras vías que unen el sur con el norte en Chapinero son: la
Carrera 15 o Paseo del Country que llevaba al Parque, lago,
Gaitán, hoy el barrio el Lago. La carrera 11 que atraviesa
el barrio Quinta Camacho, nombre que recuerda a Don
Eduardo Camacho, dueño de una gran extensión de tierras
y de su casa ubicada en la carrera 13 con calle 68. La
carrera séptima, de doble vía, llamada también el Camino
de la Montaña con paradas del tranvía. Y la carrera quinta
que limitaba hasta mediados del siglo XIX sobre todo con
la explotación de gredas y arcillas, y luego intensamente
Lago Gaitán Avenida Paseo del Country, Bogotá. Revista de Chapinero 1927-1929.
Quinta Camacho la casa de Gabriel Camacho en la carrera 13 con calle 68. Revista
de Chapinero 1927-1929.
urbanizada a partir de los cuarentas y cincuentas. En 1971
comenzó a funcionar la avenida circunvalar al borde de los
cerros.
Desde finales del siglo XIX Chapinero también es un sector
de comunicación entre el oriente y el occidente de Bogotá.
En 1919 con la avenida Chile o calle 72, calle de grandes
casas (villas), rodeadas de jardines y calle de los primeros
bancos establecidos fuera del centro. En la calle 72 con
carrera 11, los Franciscanos construyeron en 1919, un
monasterio y la iglesia de la Porciúncula (que en español
se traduciría como pequeña porción de tierra), el mismo
nombre que tendría la capilla cerca de Asís en Italia donde
San Francisco de Asís iniciaría el movimiento franciscano
hacia el año 1200.
Cuentan que para recolectar el dinero necesario para
construir su iglesia en la calle 72, en esta “nueva zona de
Bogotá”, los Franciscanos vendían toda clase de comidas
típicas donadas por las mujeres del barrio. Desde entonces
la avenida Chile se convirtió en una calle en la que
convivían las grandes villas con elegantes salones de té,
algunos lugares más pequeños de golosinas típicas, cines y
bancos. Hoy el uso de entidades financieras es el principal.
Otras dos vías que atraviesan Chapinero de oriente a
occidente son la calle 45 o avenida Francisco Miranda,
la calle 63 o avenida José Celestino Mutis y la calle 67
llamada a principios del siglo XIX La Gran Avenida en ese
momento calle 68. Estas vías que atraviesan Chapinero
hace que la localidad intensifique la heterogeneidad en los
usos comercial, residencial y de servicios.
Un aspecto importante del patrimonio cultural es la historia
escondida en los nombres. Para Ángel Rama la ciudad
tiene un mapa de nombres a través de los cuales se lee la
historia3. Si por un lado se ven sus imposiciones, por otro
se podrían destacar las posibilidades. En este caso son
significativos los nombres de la calle 63 o avenida José
Celestino Mutis o el de la carrera séptima como Camino de
la Montaña, que permiten vincular sus nombres, a pesar
de la urbanización actual y precisamente por su agobio,
con la historia eco geográfica de la región. El patrimonio
por construir como un dispositivo que lucha entre lo que
sucedió y el potencial de lo que está por suceder.
3
Ángel Rama. La Ciudad letrada. Montevideo: Fundación Ángel Rama,1984.
villas
Chapinero fue una zona caracterizada por grandes
haciendas y durante el siglo XIX por villas o casas de
recreo rodeadas de jardín, que hoy ya no están o quedan
en la zona como testigos, a veces mudos, de la historia.
Un ejemplo es Villa Sofía. En efecto, en 1885, Chapinero
fue escogido por el General Rafael Reyes (presidente entre
1904 y 1909) para construir una casa campestre, Villa
Sofía, el nombre de su hija, en la actual carrera séptima
con calle 67. En ese momento se consideraba una casa
cerca de los cerros y en Villa Sofía se construyeron los
primeros puentes como caminos de recreo hacia sus
cascadas. Hoy en esa esquina se construyó un edificio.
Es probable que este nombre se haya convertido en una
“moda” y las villas de Chapinero tienen nombres como Villa
Olga, Villa Margarita...
Otro ejemplo de estas grandes casas que involucraban en
su diseño a la naturaleza es Villa Adelaida, construida en
1917 en la carrera séptima con calle 70, en su momento
concebida también con caminos a los cerros. Se trataba de
la casa del don Agustín Nieto Caballero, diseñada como una
casa con acentos franceses por Pablo de La Cruz arquitecto
colombiano. El nombre de la casa era el de su esposa.
Nieto Caballero fundó el Gimnasio Moderno en 1914
y funcionó en un local en el centro. En 1917 trasladó
el colegio a Villa Adelaida donde pudo vincular a los
estudiantes con la exploración de la naturaleza y aplicar
con mayor amplitud los principios de la “Escuela Activa”,
inspirada en María Montesori y Ovidio Decroly, una escuela
liberadora de castigos y promotora de una actitud de
experimentación con la naturaleza. La escuela activa:
“Pretendía vincular de una manera directa al estudiante con el
entorno, como parte fundamental de su proceso de formación. En Villa
Adelaida, Nieto Caballero pudo literalmente sacar a los niños de las
aulas y ponerlos a correr por los potreros, así como “abolir bofetadas,
coscorrones, gritos y encierros como medios de persuasión escolástica y
ponerlos a recoger chamizas y cucarrones en las faldas de los cerros”4.
En 1919 el colegio se trasladó a la cede actual en la
carrera 11 con calle 74. En los años treinta Villa Adelaida
perteneció a la familia Camacho y en los años setenta fue
el restaurante Gran Vatel5. Hoy la casa se encuentra en
proceso de deterioro.
4
Alberto Escobar. Villa Adelaida http://www.semana.com/wf_InfoBlog.
aspx?IdBlg=18&IdEnt=104
5
http://issuu.com/emergenciapfc/docs/villa_adelaida
Villa Adelaida. Al fondo los cerros Orientales. Revista de Chapinero 1927-1929.
Hasta los años 60 y 70 este espíritu de encuentro en
pequeños salones de té públicos persistió en la 72. En
efecto los hijos de Gaitán Cortés recordarán la avenida
Chile por los paseos con su abuela desde la casa y
recordarán también la misa en la iglesia de la Porciúncula.
Los salones de té a pesar de que ya no existen se
recuerdan con nombres inolvidables, como el Tout va Bien
en la calle 72 con carrera séptima, una casona con aspecto
afrancesado como la mayoría de las de la zona, en frente
de la estación del tranvía donde se podía jugar bolos,
tomar café en la terraza bailar. La Calle 72 finalmente se
convirtió en una zona de edificios de oficinas y de entidades
financieras.
de los
chircales
al corredor
ecológico
Fotografía aérea 1957. Al centro la casa de Gaitán Cortés (1953) entre calles 69
y 68 sobre la carrera quinta. Detrás de la casa se ve una zona de extracción de
gredas y en la foto, arriba, los cerros con una incipiente reforestacion de pinos.
La casa de Jorge Gaitán Cortés está localizada entre las
calles 68 y 69 sobre la carrera quinta, cerca de los cerros.
En esta fotografía aérea de 1957, tres años después de la
construcción de la casa, se hacen evidentes huellas de la
historia de los cerros orientales de Bogotá.
En efecto los cerros de Bogotá arrastran un imaginario
negativo desde la conquista6. Para los colonizadores los
cerros eran una zona inóspita, un bosque abigarrado de
vegetación nativa con más de cien ríos y quebradas, difícil
de ver y de entender visualmente como una totalidad
panorámica. En comparación, la Sabana de Bogotá se
ofreció desde siempre como una zona plana, accesible y
por tanto privilegiada para el desarrollo de una ciudad y de
una explotación económica organizada. La ciudad entonces
se urbanizó de espaldas a los cerros.
Desde el siglo XVI gran parte de los cerros se convirtieron
en lugares de extracción de materiales y fabricación
sobre todo de tejas, cocidas en hornos alimentados por
un arbusto, chirca, que le da en nombre a estos hornos:
chircales.
A principio del siglo XIX, la necesidad de ladrillos intensificó
la extracción de materiales y los hornos se alimentaron
con carbón. Al sur de la ciudad por ejemplo, José María
6
Varios autores. Von Rothkirch, Cristóbal. Cerros de Bogotá. Villegas Editores,
Bogotá, 2000.
Calvo cerca del barrio las Cruces estableció una ladrillera
y Benjamín Gaitán el abuelo de Jorge Gaitán Cortés fundó
una ladrillera en el barrio San Cristóbal.
En el siglo XIX la explotación de gredas se amplió hacia
Chapinero y en 1890 se registran hasta catorce chircales.
Uno de los primeros pasos para proteger la zona de la
explotación indiscriminada fue la decisión del alcalde
Andrés Marroquín quien protegió una parte de los cerros
de Chapinero de la explotación y la urbanización en 19137.
Este alcalde promovió la compra del sector de la quebrada
La Vieja (Calle 71), localizada entre la cota 3130 m.s.n.m.
hasta la cota 2640 m.s.n.m., por parte de la empresa
de Acueducto de Bogotá que la protegería hasta hoy de
la deforestación y de la urbanización para convertirla
en reserva forestal y de agua. Pero este pensamiento
conservacionista fue la excepción y no la regla.
Chapinero hoy es una localidad de ocupación heterogénea,
residencial, comercial y de servicios, con barrios
residenciales de diversos estratos. La localidad de
Chapinero está dividida en cinco unidades de planeamiento
zonal, (UPZ), que son divisiones menores de las localidades
y que agrupan cinco o seis barrios. La función de estas
unidades zonales consiste en permitir visualizar las
7
Cerros de Bogotá. Ibid.
Revista de Chapinero 1927-1929
características de una zona y planificarla a nivel de
detalle8.
La Unidad de Planeamiento Zonal donde se encuentra
la casa de Gaitán Cortés es la unidad Pardo Rubio, cuyo
nombre ya encierra precisamente numerosas huellas
históricas relacionadas directamente con esa actividad
de la extracción de materiales y fabricación de ladrillos en
Chapinero.
Una de las huellas históricas tiene que ver con las
tensiones políticas del gobierno de Rafael Reyes. El 10 de
febrero 1906, Reyes se dirigía a su casa de recreo, Villa
Sofía, y sufrió un atentado cerca de la hacienda Barro
Colorado una hacienda localizada a nivel de la actual
carrera séptima con calle 46. La historia cuenta que sus
agresores fueron fusilados en el mismo lugar.
En 1907 la hacienda Barro Colorado fue adquirida por
Enrique Pardo Roche y en 1922 fue heredada por sus seis
hijos. A dos de sus hijos, Eduardo y Alejandro Pardo Rubio,
les correspondió la hacienda de la carrera séptima hasta
el filo del cerro, aproximadamente entre la calle 39 y la
calle 45. Allí, a mediados de los años veinte, estos nuevos
herederos intensificaron la extracción precisamente del
barro colorado, un tipo de arcilla para la fabricación de
8
Localidad de Chapinero. Ficha básica. www.culturarecreacionydeporte.gov.
co/.../localidades/chapinero.pdf
ladrillo. De la montaña se extraía arena, carbón, piedra,
madera y chirca para alimentar los hornos a cielo abierto.
Se extendieron los hornos a la carrera cuarta entre calle 51
y calle 47 con carrera séptima.
Es el caso de la familia Calvo: hacia finales de los años
treinta, Alfredo Calvo en los predios de su finca entre la
carrera quinta y la actual circunvalar, y entre la calle 67
y la calle 70, en un terreno plano que ascendía de forma
empinada hacia los cerros y de suelo arenoso, estableció
una ladrillera cuyos hornos a cielo abierto se encontraban
en la actual carrera cuarta con calle 68. En esta hacienda
se localizaría años más tarde, en los cincuentas, la casa de
Gaitán Cortés.
Los trabajadores de los chircales eran familias enteras,
en su mayoría pertenecientes a los grupos de campesinos
desplazados hacia la ciudad, un movimiento poblacional
que transformó las ciudades colombianas a partir de los
años 40. Participaban en el trabajo activamente mujeres y
niños, en medio de condiciones precarias de trabajo como
lo constata el documental Chircales de Marta Rodríguez y
Jorge Silva de 19669.
9
Marta Rodríguez y Jorge Silva. http://www.martarodriguez.org/
martarodriguez.org/Jorge%20Silva%20-%20Chircales.html
Los cerros de Chapinero también fueron polo de atracción
de empresas más consolidadas como Cemento Samper que
instaló una central de mezclas en la calle 47 con carrera
séptima, e intensificó la extracción de piedra, carbón y
madera incluso con dinamita. La extracción produjo a
principios de los cincuenta un impacto en el pavimento
de la carrera séptima, lo que alertó a la ciudad sobre la
ineficacia de concebir los cerros como zona de extracción
de materiales.
Diversos motivos combinados estimularon la urbanización
de esta zona a principios de los cincuenta. Es necesario
decir que influyeron las nuevas visiones de ciudad de
la arquitectura moderna en Colombia que en los años
40 tenían ya una noción de una planeación integral y
empezaron a vincular a los cerros y su preservación a la
concepción de ciudad. Y también el interés de las clases
altas de vivir fuera del centro después del 9 de abril.
En los años cincuenta entonces, los chircales de Chapinero
empezaron a urbanizarse de diferente manera. Los Pardo
Rubio por ejemplo, lotearon sus terrenos algunos entre los
trabajadores de las canteras y otros fueron vendidos a los
particulares o a instituciones como Las Fuerzas Militares,
y así, 1953 se comenzó a construir el Hospital Militar en la
calle 54 con carrera quinta.
Ana Calvo por su parte, heredera de la ladrillera Calvo
se casó Wesley Mc Phillips un norteamericano de origen
irlandés que había conocido en la Universidad de Michigan
y a principios de los años cincuenta decidieron cerrar la
ladrillera y organizar la urbanización Calvo Mc Phillips.
Dicha urbanización se extendía aproximadamente de la
calle 67 a la 70 y de la carrera quinta a la actual avenida
circunvalar. Mariano Villegas y su yerno Jorge Gaitán
Cortés, según uno de sus hijos y según la entrevista
realizada al señor Mac phillips, les comprarían el lote de la
casa en dicha urbanización.
En la fotografía aérea de 1957 se ven huellas de
explotación de materiales. Detrás de la casa de Gaitán
Cortés estaba localizada la ladrillera que explotaba arena
y greda, y hornos de carbón. Uno de los hijos de Gaitán
Cortés recordará esta característica de la zona:
“Cuando teníamos oportunidad de salir, el sábado por la mañana de
la casa “echábamos para el cerro”. Nuestro problema con mi hermano
Jorge, mayor tres años teníamos 8 o 9, era tratar de que le empacaran
a mi Mamá el mercado en cajas para desbaratarlas e irnos arriba a un
rodadero natural de barro como de media cuadra y era una absoluta
delicia armar un trineo con la caja; podíamos ‘coger’ 200 kilómetros
por hora, hasta que se despedazaba después de veinte veces de subir y
bajar”.
Terrenos Urbanización Calvo McPhilips
Zona de extracción de Materiales
A ctual A
venida
Circunv
alar
Casa Calvo McPhillips
Parque Uribe
Zona de forestación
Zona de extraacción de materiales
Terrenos actuales Union Church
Casa Emaus
Ladrillera Calvo
Casa Gaitán Cortés
le
Carrera Qu
l
Ca
68
inta
Villa Adelaida
Fotografía aérea 1957, de la carrera séptima a los cerros y de la calle 65 la 71.
Al centro casa de Gaitán Cortés(1953).
Las vecinas permitirán constatar que era un barrio donde
la niñez tenía, y tiene, que convivir con las grandes vías.
Los vecinos recuerdan el barrio como residencial, limitado
por la séptima: “Con un tráfico que uno no podía manejar
cuando era chiquito; siempre fue de doble vía pero no tenia
separador, y entonces pasar la séptima era un esfuerzo de
adultos”.
Aparentemente entonces era un barrio en el que no se
podía salir a jugar a la calle de manera permanente, pero,
por esa misma razón, los juegos se convertían en algo muy
intenso porque eran un ‘operativo’ no tan sencillo10 como
me cuentan algunos vecinos: salíamos a veces con patines,
sobre todo utilizando el terreno en declive y un juego aún
más emocionante eran los carritos de balineras que se
‘echaban’ a rodar por toda la calle 69 desde mas arriba; la
69 una calle ‘buenísima’.
También por eso, por ser un barrio relacionado con grandes
vías que con el tiempo se fueron volviendo aún más
complejas en términos de tráfico, los hijos de Gaitán Cortés
recordarán la casa como un lugar que propiciaba toda
clase de juegos.
En la fotografía aérea se puede observar también una
reforestación de eucaliptus y pinos, que correspondió a
10
Entrevista a Lina Pardo una de las vecinas del sector.
una nueva definición de los cerros en los años cuarenta
que pretendió emprender su recuperación. Y una zona de
bosque nativo más bajo.
Hoy en el 2011 esa zona se encuentra totalmente
urbanizada.
Así, esta zona de la carrera quinta hasta la actual
circunvalar fue territorio de urbanizaciones de diferentes
estratos. Barrios de estrato altos y barrios de los
trabajadores de las canteras asentados de manera informal
o formal precaria en los cerros, barrios como el Paraíso,
Pardo Rubio, San Martín de Porres, Mariscal Sucre, entre la
calle 65 calles 47 con carrera primera. El Barrio Juan XXIII
localizado entre la calles 65 y 66 con la carrera primera
fue una invasión de familias desplazadas de la Represa
del Guavio. Juan XXIII es un barrio, hoy más consolidado,
donde viven toda clase artesanos y trabajadores manuales,
electricistas, carpinteros, obreros de la construcción. Los
vecinos del sector lo recordarán también como un barrio
fabricantes de pólvora.
Por esta razón los barrios de Chapinero, principalmente
en esta zona arriba de la quinta, están atravesados por
paisajes invisible: Voceadores: “Flores, flores”, habitantes
de los barrios de los cerros que vendían y aún venden
distintos productos, “tamales, tamales” “arreglo baños y
Clínica La Inmaculada calle 69 carrera séptima
afilo cuchillos”, “envueltos de mazorca”, “botellas, frascos
papel” y que los vecinos coinciden en afirmar: venían de los
cerros. Recordarán que bajaban en sus burros por la lavaza
que sacaba la clínica de la séptima con 69.
El urbanismo socialmente heterogéneo en la zona, crea
hasta hoy una convivencia de sectores residenciales y
pequeños talleres de servicios que caracterizan la carrera
quinta precisamente entre las calles 68 y 65, pequeños
talleres en un principio marqueterías y tapicerías de
muebles al servicio de nuevo urbanismo, hoy, es justo
decirlo, arriconados por la zona de restaurantes que son
enclaves únicamente de estratos altos. Sin embargo esta
es una zona que puede potenciar un cierto dinamismo vital,
de pequeños comercios y zonas residenciales.
La vida en la calle para Jane Jacobs en vida y muerte de
las grandes ciudades11, un libro que ha sido reeditado y
estudiado de nuevo hoy, plantea que además de parques
o zonas inactivas es importante revitalizar las zonas
densamente pobladas como en el caso de este barrio
con algún foco de corrientes activas y diferentes de
vida y funciones: tiendas, tenderos, clientes, visitantes,
paseantes, trabajadores, comunidades que usan las acera.
Todo pequeño comercio en combinación con lo residencial,
11
Jane Jacobs. Vida y muerte de las grandes ciudades. Libros Capitán Swing.
Salamanca 2011
a diferencia de lo que se pueda creer, revitaliza la vida de
las aceras, la seguridad y el tejido urbano.
Otra de las huellas que pueden verse en la fotografia son
la quebrada Rosales en la calle 73 y La vieja en calle 71,
y la huella de algunos ramales de la quebrada la vieja
ya canalizadas en el año 54, momento en el cual Gaitán
Cortés construyó la casa.
La quebrada La Vieja, la más cercana a la casa, hace parte
del gran sistema orográfico de los Cerros de Chapinero
cuyos límites son el río Arzobizpo, canalizado en la calle 39,
hasta la Quebrada La Chorerra o Molinos en la calle 106.
Así en los cerros de Chapinero se encuentran la quebrada
Las Delicias (calle sesenta y tres y alrededores) La vieja
(calle 71 y alrededores), Rosales (Calle 73 y alrededores),
Chapinero (calle 86 y alrededores) la Chorrera (Calle 106).
La Vieja es una quebrada que hoy en el 2011 está en su
mayoría canalizada y en parte conservada, con una entrada
por la calle 71, dos cuadras al norte de la casa.
El cañon de la quebrada La Vieja hace parte de la compleja
hidrografia de los cerros con quebradas escorrentias
y ramales. Especies de animales y bosque nativo se
conservan todavía, convirtiéndose en un atractivo
ecoturístico por su diversidad biologica, bosque secundario
alto, páramo y sub páramo, clima favorable facilidad de
Terrenos Urbanización Calvo McPhilips
Casa Gaitán Cortés
Fotografía aérea 1957, de de la carrera séptima
a los cerros y de la calle 65 la 71. Al centro casa
de Gaitán Cortés(1953). En azul, ramales de la
quebrada La vieja, hoy canalizados.
acceso y cercania de este bosque natural a una zona
densificada de la ciudad.
Hoy, en los cerros orientales y en la quebrada La Vieja,
después de una historia combinada de irrespeto y respeto
de las normas de protección por sectores, el corredor
ecológico de los cerros orientales es hoy una propuesta
paisajistica para Bogotá cuyo sector más desarrollado se
encuentra precisamente cerca de la casa de Gaitán Cortés.
En la quebrada La Vieja, se han planteado senderos para
caminantes miradores de aves, aulas ambientales, lugares
de investigación permanente e incluso se planean para el
futuro zonas de camping todo esto si hay una participación
de la voluntad privada y pública.
Si el patrimonio integral es lo posible, se podria pensar
que esta zona de los cerros conservada puede crear
una consientizacion en los bogotanos y en los visitantes
de esas huellas de relación sistémica de la ciudad con
su entorno que quedaron en el pasado y que hoy son
posibles. Desde ella tambien se pueden proponer otras
metáforas diferentes de aquellas en las que se han
envuelto los cerros: de zona inhóspita, zona de extracción
de materiales, zona de barrios subnormales, zona refugio
de bandas atracadores, zona de especulación de la renta
del suelo urbano o telón de fondo de la sabana, frase que
La casa de Gaitán Cortés está hoy cerca del Corredor Ecológico de Los
Cerros Orientales de Bogotá. Mapa diseñado por el grupo del corredor
ecológico liderado por Diana Wiesner para la presente investigación.
hace de los cerros un espacio pasivo, para pensarla, por
fin, como parque público o aula ecológica.
Si se piensa en el patrimonio como huellas de lo posible,
muchos investigadores consideran difícil encontrar
ciudades en el mundo con tendencia a una densidad alta
como Bogotá con un corredor natural como los cerros
orientales con cascadas, bosques, flores, aves, mariposas
y ecosistemas que recuerdan el páramo de Sumapaz y los
Llanos Orientales.
Es importante tener en cuenta que durante la alcaldía
de Jorge Gaitán Cortés (1961-1964) se planeó la avenida
circunvalar, construída en 1971, y se escogió una cota
mínima de urbanizacion de los cerros orientales dentro del
plan regulador ya que el plan de Wiener y Sert para Bogotá
y la experiencia de Gaitan Cortés en una planificación
integral conserva los cerros orientales y la sabana como
un todo. En 1971 los cerros se declaraon zona de interés
público no edificable destinado a bosque o parque zona de
reserva.
asuntos de
familia
Por todos estos motivos combinados, la exploración
peligrosa de las canteras, las nuevas visiones de una
ciudad más integrada a lo geográfico y también la
migración de las familias de estratos altos interesadas
en vivir fuera del centro de Bogotá después del 9 de abril
de 1948, se empezaron a urbanizar los barrios del sector
de Chapinero arriba de la séptima. Es el caso de Gaitán
Cortés: su esposa y sus tres primeros hijos Claudia,
Adriana, Jorge y también sus suegros, Mariano Villegas y
Josefina Puyana de Villegas vivían en un edificio diseñado
por el mismo arquitecto en 1946 en la carrera tercera con
calle 14, que todavía se conserva el barrio La Concordia.
En los años cincuenta y en el ejercicio de su trabajo como
arquitecto, Gaitán Cortés y su suegro compraron el lote de
la carrera quinta entre calles 69 y 68, y su esposa Emma
Villegas cuenta que ella sugerirá que este lugar podría
convertirse en una vivienda más amplia para la familia.
Entre los múltiples factores que pudieron influír para
escoger el lugar tales como los referidos anteriormente, sus
Edificio Cano diseñado por Herrera, Gaitán y Nieto Cano en 1944. Carrera
tercera calle 13 en Bogotá
hijos comentan que es posible que influyeran en la pareja
también razones familiares. En primer lugar Gaitán Cortés
se había criado en el barrio San Cristobal con su padre
y su abuelo, pero muchos de sus afectos de infancia se
localizaron en Chapinero.
Específicamente en la casona de la carrera 13 entre calles
34 y 35, de Luís Patiño Galvis, próspero comerciante y
alcalde de Bogotá entre 1931 y 1933. Luis Patiño se casó
con Susana Gaitán hermana de Pantaleón Gaitán el padre
de Gaitán Cortés. Según Enrique Santos, don Pantaleón
pudo conocer a su esposa doña Cecilia Cortés en esta
casa, ya que los padres de Cecilia Cortés eran también
prósperos comerciantes. De la unión de Luis Patiño y
Susana Cortés nacieron Rosa, Susana, Jorge y Luis. Jorge
Patiño(1916) y Jorge Gaitán (1920), primos, serán amigos de
infancia.
Y también pudo influír en Gaitán Cortés la escogencia del
lugar de su casa, la cercanía de las tías maternas, “las tías
Cortés”. En efecto Cecilia Cortés de Gaitán, la madre de
Gaitán Cortés, pertenecía a una familia con un próspero
negocio de importación de café que llevó a la familia a
trasladarse de Manizales a Barcelona hacia 1888.
Tequenuza en la Avenida de la Paz o carrera 13 entre calles 34 y 35
(demolida). Casa de Don Luis Patiño Galvis. Fotografía Revista de Chapinero
1927-1929.
Pantaleón Gaitán y su hijo Jorge Gaitán
Cortés en Nueva York, 1923.
De Izquierda a derecha Jorge Patiño, Jorge Gaitán y
Cecilia Cortés de Gaitán en Nueva York 1924.
Ana Rosa, Julia, Carlota, Lola, Cecilia, Carlos y Eusebio
Cortés Gregory tuvieron una educación amplia y humanista
en Europa. De Julia se conservan pinturas y de Lola hay
constancia de conocimientos de piano en una educación
musical con compositores conocidos12.
12
Dávila Julio. Planificación y política en Bogotá. pg 28 y 29
Cecilia Cortés de Gaitán, madre
de Gaitán Cortés. Barcelona 1912.
Pastel por J Borrel.
Ana Rosa Cortés de De La Fuente, la hija mayor de la
familia Cortés Gregory, murió en 1915 en el barco que la
traía de Barcelona a Colombia y dejó huérfana a su hija
Cecilia De La fuente que había nacido en Barcelona en
1913. A partir de la muerte de su madre, Cecilia De La
fuente vivió con las tías Julia y Lola Cortés en Bogotá.
Por su parte Cecilia Cortés de Gaitán, la madre de Gaitán
Cortés, murió en Nueva York en 1929, dejando a su único
hijo Jorge, huérfano a los nueve años. A su regreso a
Bogotá donde vivió con su papá y su abuelo en San
Cristóbal, Jorge Gaitán Cortés establecería una relación
afectiva muy estrecha con sus tías maternas y con su prima
Cecilia de La Fuente a quienes visitaba los fines de semana
en su casa de la calle 24 con carrera séptima en el centro
de Bogotá.
Cecilia de La Fuente se casó con Carlos Lleras Restrepo
en 1933. Su matrimonio se celebró en la casa de “las tías
Cortés” en el centro de Bogotá en una casona de la carrera
séptima con calle 24. En esta fotografía del matrimonio
de Carlos Lleras con Cecilia de La Fuente, están las tías
Cortés, menos Cecilia Cortés la madre de Gaitán Cortés
que había muerto en 1929.
Matrimonio de Carlos Lleras y Cecilia
De la Fuente de Lleras en 1933, en la
casa de las tías de Gaitán Cortés en el
centro de Bogotá.
También existían lazos estrechos entre Cecilia de la Fuente
y la esposa de Gaitán Cortés. Emma Villegas de Gaitán
comentará que a los 12 o 13 años conoció a Cecilia de La
Fuente en Bizerta la finca de Lorencita Villegas y Eduardo
Santos. Lorencita Villegas era la tía de Emma Villegas
hermana de su papá , una influencia en el círculo de las
mujeres más jóvenes.
Dos hermanos fotografiados en 1933:
Mariano Villegas padre de Emma Villegas
de Gaitán y Lorencita Villegas de Santos,
esposa de Eduardo Santos.
Esto demuestra que uno de los paisajes invisibles de un
barrio son los lazos familiares que van extendiendo lazos
de habitabilidad. Así, uno de los hijos comentará que
Carlos Lleras y Cecilia de la Fuente, las tías Cortés, la
familia Gaitán Villegas y Villegas Puyana decidirían dejar el
Centro después del 9 de abril de 1948. Las tías Cortés se
trasladarían a una casa en la calle 70 A entre séptima y
quinta, que hoy no existe.
Casas de la calle 70A entre carreras séptima y quinta. Bogotá.
Emma Villegas de Gaitán recién casada en Washington hacia 1945.
Por su parte Carlos Lleras y su esposa, construirían
su casa en 1942 en la calle 70 # 7-37, diseñada por
el arquitecto austriaco Otto Marmorek, una casa de
novecientos metros cuadrados con toques neo clásicos
y columnas que enmarcan la puerta principal con toques
franceses. A pesar de la cercanía familiar la casa de Gaitán
Cortés se distancia de las casas cercanas.
Casa de Carlos Lleras y Cecelia De La Fuente De Lleras Otto Marmorek 1940,
Bogotá.
En 1946, Santiago Medina construirá un particular edificio
de apartamentos. Este arquitecto nacido en Medellín en
1902 y muerto en Bogotá en 1988 construiría La Casa
Medina, un edificio de apartamentos con acentos Art
Nouveau y de la campiña francesa que hoy es un hotel.
Casa Medina. Arquitecto Santiago Medina 1946. Carrera
séptima entre 69 y 70 1946. Bogotá
En frente, carrera séptima calle 70, la casa diseñada y
construida por Vicente Nasi en 1939 en Bogotá, para Silvia
Rocha de Uribe. Esta casa es famosa porque fue diseñada
en función de la colección de muebles y objetos que poseía
la familia.
Casa Rocha, calle 70 carrera séptima. Arquitecto Vicente Nasi 1939
Hay que decir que en las calles de la carrera quinta hacia
la carrera séptima, hay ejemplos de casas construídas por
arquitectos de los años 30 y 40. En la calle 70 entre la
quinta y la séptima hay ejemplos de casas construídas por
Manuel Samper; en la calle 69, por Álvaro Saénz Camacho,
y en la calle 68 hay casas construidas en los años 40, más
relacionadas con el urbanismo del barrio quinta camacho.
La urbanización Calvo Mc Phillips le vendió los terrenos a la
comunidad anglicana de iglesias unidas la Union Chuch. El
Fellowship hall es de 1957 construído por Manuel Samper
con de bóvedas en concreto comprimido.
Según los planos, la iglesia como tal fue diseñada más
tarde, en 1963, por la firma Smith Povelly Mordrige,
arquitectos de California. Es un interior inspirado en
Frank Loyd Right con un solo gran espacio con vitrales
modernistas. Según los archivos de la iglesia no está muy
claro quién construyó la iglesia. El pequeño campanario
está construído en ladrillos en “U” los mismos de la casa.
Fellowship hall de la Union Church,
carrera cuarta calle 69. Arquitecto
Manuel Samper 1957.
Union Church Carrera 4 No. 69-06.
noticias
Los vecinos recuerdan la visita que hicieron a esta iglesia la
princesa Ana la hija mayor de la Reina Isabel II de Inglaterra
y su marido Marck Phillips; lo recuerdan por su evidente
dispositivo de seguridad. La pareja se habían casado en
noviembre de 1973 en Londres y pasó su luna de miel en
Barbados. El sábado 8 de diciembre de 1973 El Tiempo
registra la noticia de su llegada y el lunes 10 diciembre el
periódico cuenta que el novio atacado de gastroenteritis
aguda no pudo acompañar a la princesa a un sencillo oficio
religioso en un templo anglicano en la mañana del domingo 9.
En el mismo periódico, a la pregunta: “-Su alteza: ¿no
resulta aburrida una luna de miel con protocolos?-oh
pero si esto no es una luna de miel. Nuestra luna de miel
terminó en Galápagos y fue muy feliz… A decir verdad yo
no escogí a Colombia para nuestro viaje. Simplemente
fuimos invitados por su gobierno y aceptamos gustosos
la invitación. De modo que aquí estamos en visita oficial,
es decir trabajando”13 Precisamente la artista colombiana
Beatriz González hizo una serigrafía, llamada La actualidad
ilustrada (1974), en la cual se ve a la pareja de recién
casados y detrás los cerros de Bogotá.
13
Periódico El tiempo Diciembre 10, 1973.
Beatriz González, “La actualidad ilustrada”. Serigrafía sobre papel,19731.
1
Varios Autores. Beatriz González una pintora de provincia. Carlos Valencia
Editores. Bogotá, 1988.
Pero cerca de la casa se encuentran otras huellas. Frente
a la casa de Gaitán Cortés entre la calle 69 y 68 sobre
la carrera quinta hay un pequeño parque. Mas que un
espacio para quedarse es un sitio de paso. En su placa
conmemorativa se lee: Parque Aparicio y Tamayo héroes del
10 de mayo de 1957.
Parque Aparicio y Tamayo. Carrera quinta entre calle 68 y 69. Bogotá.
Placa parque Aparicio y Tamayo
En realidad son huellas históricas de dos jóvenes
estudiantes, Ernesto Aparicio Concha y Pedro Luis Tamayo,
muertos en las jornadas 10 de mayo de 1957, contra la
dictadura de Rojas Pinilla. El hecho se relaciona con
el fin del Gobierno del General Rojas Pinilla quien fue
presidente de facto entre 1953 y 1957. El 10 de mayo de
1957, Rojas Pinilla se vio obligado a entregar el poder a
una Junta mIlitar después de que los partidos tradicionales
le retiraron su apoyo y en medio de un descontento
popular. Los primeros en movilizarse fueron los estudiantes
universitarios que se declararon en huelga en los primeros
días de mayo y se tomaron las calles.
Este levantamiento estudiantil tuvo una amplia resonancia
en los periódicos porque murieron dos estudiantes muy
jóvenes. Rojas Pinilla cerró el periódico El Tiempo en 1955.
Entre 1955 y 1957, el periódico reapareció con otro nombre:
Intermedio. El 11 de mayo de 1957 cae el gobierno de
Rojas Pinilla y el 8 de junio de 1957 el periódico retoma su
nombre.
Precisamente en la edición del Intermedio del viernes 10
de mayo de 1957, con el título de Histórica Jornada, se
destacan las noticias de los enfrentamientos entre policías
y estudiantes en el barrio Chapinero.
Uno de los hijos de Gaitán Cortés recordará que los
sermones de la Porciúncula se oponían al gobierno y que
los principales enfrentamientos se desarrollaron en la
calle 72 frente a esa misma iglesia a horas de la misa.
La explosión de una granada mató a Ernesto Aparicio un
estudiante de bachillerato.
En esta edición se destaca también la noticia de la muerte
de los estudiantes que dan nombre al parque de la carrera
5 entre calles 68 y 68, durante las protetas del 5 de mayo.
“Policías y estudiantes
protagonizan una
fuerte lucha para
disputarse la bandera
patria en la Universidad
Javeriana …Aquí vemos
la detención de los
jóvenes”.
“La mujer colombiana
se lanzó a la calle en
varias ocasiones. Los
barrios de Chapinero
fueron escenario de
momentos como éste
cuando con pañuelos
blancos se pedía
el retorno a la vida
democrática”.
Periodico Intermedio (El
Tiempo), viernes 10 de
mayo de 1957.
“Sacrificio: Ernesto Aparicio
Concha, el estudiante que rindió su
vida por la libertad, muerto por una
granada de la policía en los sucesos
ocurridos el domingo a la salida de
la misa de La Porciúncula”.
“Sacrificio: En su casa de
habitación fue velado el cadaver
del estudiante Pedro Luís Tamayo,
quien pereció durante los sucesos
ocurridos el domingo pasado en el
barrio Chapinero”.
Periodico Intermedio (El Tiempo), viernes 10 de mayo de 1957.
No es muy claro desde qué fecha el nombre de estos
jóvenes estudiantes fue escogido para bautizar el parque.
Uno de los hijos de Gaitán Cortés recuerda que un señor
anónimo, le insitió a su papá para que insidiera en el
Concejo de Bogotá y nombrara el parque como estos dos
jóvenes muertos. Es probable que una decisión del Consejo
de Bogotá,a finales de los años cincuenta, así lo hiciera.
En esta fotografía la casa de Gaitán
Cortés se destaca en el paisaje. El
remate es el resumen del carácter
experimental de su arquitectura
y de la experimentación del
pensamiento moderno colombiano. En
conversaciones Juan Carlos Aguilera
hará notar que las cubiertas de las
casas alrededor son de teja, cubiertas
que no dejan leer las formas interiores.
En cambio la bóveda de esta casa es
el resultado del espacio interior, un
espacio sin interrupciones, casi una
célula, un estudio de un arquitecto,
espacio individual para el pensamiento.
pensamiento
moderno y
arquitectura
Ciudad Universitaria Bogotá. Imprenta Nacional
y Casa de Profesores. Arquitecto Leopoldo
Rother, 1938.
Es importante destacar aquí que en la transformación
arquitectónica de la ciudad y de los cerros de Chapinero
en particular, incidieron las nuevas visiones de ciudad y del
trabajo del arquitecto concebido como un pensador del objeto
arquitectónico en un contexto. Unas visiones de arquitectura
y ciudad que se gestaron en la generación de arquitectos
modernos a la cual Gaitán Cortés pertenecía de manera
activa. Aquí el patrimonio integral va conectándose con el
“paisaje conceptual” de la arquitectura moderna colombiana,
un pensamiento que Alberto Saldarriaga resume así:
“El idealismo de su aproximación combinó los elementos del papel social
del arquitecto-planificador propios de los paradigmas internacionales con
sentimientos de contribución e impulso al progreso nacional. El cambio
tecnológico y los planes racionales fueron asumidos como armas en la
conquista del progreso social”14.
Según Eduardo Angulo Flórez15, los estudios de
arquitectura se iniciaron en la Universidad Nacional en
1929, en un departamento de arquitectura dependiente de
la facultad de Ingeniería; por dificultades presupuestales
fueron cerrados. En 1934 se reiniciaron los estudios con
14
Saldarriaga, Alberto y otros. Estado, ciudad y vivienda. Urbanismo y arquitectura
de la vivienda estatal en Colombia. 1918-1990. Bogotá: Inurbe, 1996.
15
Eduardo Angulo Flórez Cincuenta Años de arquitectura. 1936-1986
Universidad Nacional, Bogotá ,1987.
cátedras de dibujo y composición y se establecieron de
manera permanente dentro del pensum de ingeniería.
En 1936, un grupo de estudiantes de ingeniería
solicitaron al rector crear la facultad de arquitectura,
y con la aceptación de dicha solicitud, se organiza la
Escuela de Arquitectura y Bellas Artes el 19 de octubre
de 1936. La historia en primera persona permite conocer
ciertas particularidades de ese inicio de los estudios de
arquitectura en el país. Germán Vargas un arquitecto
graduado de la Universidad Nacional en 1941 un año antes
de Gaitán Cortés dice:
“En 1935 terminé bachillerato en el Colegio Boyacá en Tunja. Siempre quise
estudiar arquitectura, pero en esa época no había facultades de arquitectura
en Colombia. Entonces, decidí matricularme en Ingeniería en la Universidad
Nacional y dentro de los treinta y cinco estudiantes de ese primer año de
ingeniería indagué quiénes tenían interés por la arquitectura y encontré que
había un grupo de quince alumnos. Ya con esa investigación nos fuimos donde
José Gómez Pinzón, que en ese momento era el rector de la Facultad de
Matemáticas e Ingeniería…
No se había iniciado la reforma universitaria de Alfonso López Pumarejo en el
año 36, que creó la Universidad Nacional con las cuatro facultades que existían
en ese momento: Derecho, Medicina, Ingeniería y Veterinaria. Entonces, le
dijimos a Gómez Pinzón que propusiera dentro de la Facultad de Ingeniería,
materias de arquitectura, teoría de la arquitectura y dibujo arquitectónico, en
ese primer año. Él dijo: no. Qué les parece: se puede mejorar la idea, creando
la Facultad de Arquitectura con base en la ley orgánica de la universidad. Se
pueden crear nuevas facultades, siempre y cuando tengan un mínimo de cien
alumnos. Como no había sino quince, entonces surgió la idea de agregar la
Escuela de Bellas Artes, que tenía más de cien alumnos. Así nació la Facultad
de Arquitectura y Bellas Artes en el año 193616.
Siguiendo a Angulo Flórez de nuevo, la facultad ocupó un
local en el centro de la ciudad de 1936 a 1940. A partir de
esa fecha se trasladó a la Ciudad Universitaria.
Aquí es importante puntualizar que los arquitectos
colombianos habían empezado a discutir las ideas
modernas e incluso el concepto de planificación como
herramienta para organizar lo urbano.
Entre 1938 y 1942 época en la cual Gaitán Cortés estudió,
la Universidad Nacional estuvo en contacto con profesores
definitivos tanto para la arquitectura como para el
urbanismo en Colombia: Leopoldo Rother quien llegó de
Alemania en 1936 y como arquitecto de Ministerio de Obras
Públicas había concebido el Plan Maestro de la Universidad
Nacional entre otros proyectos, y se había encargado
del diseño y construcción algunos de sus edificios. En
ellos se puede leer el espíritu de la Bauhaus, la escuela
de arquitectura y diseño fundada en Weimar en 1919,
“La casa de la construcción” que definió la arquitectura
moderna con la idea de una arquitectura para todos, una
16
Acebedo Luis Fernando y Moreno Omar. Hernando Vargas Vida y obra.
Entrevista con Hernando Vargas. BITACORA 2003. http://www.facartes.unal.edu.co/
portal/publicaciones/bitacoraut/7/homenajea/hernando_vargas_vida_obra.pdf
arquitectura de formas básicas, con un diseño guiado por
la función como directriz de la forma.
Otro de los profesores fundamentales en la construcción
del pensamiento moderno colombiano fue Karl Brunner,
urbanista vienés, que en los cuarenta tuvo un papel
protagónico en los planes urbanos de Bogotá. Entre ellos,
un plan vial del centro denominado Plan Regulador, el
diseño y desarrollo de varios nuevos barrios y la publicación
del Manual de Urbanismo. Su trabajo contribuyó a promover
la discusión profesional y académica sobre el urbanismo de
vanguardia en Europa. Luis de Zuleta trajo a la academia
el pensamiento moderno entre guerras, Y Gabriel Serrano
quien visitó las escuelas de arquitectura de Estados
Unidos, Yale, Columbia MIT y Harvard17, y presentó ante
sus alumnos un oficio de arquitecto, más que para diseñar
viviendas individuales –que efectivamente se hicieron– un
oficio para solucionar problemas sociales básicos, por
ejemplo hospitales y colegios; una herramienta efectiva
en relación con la actividad dentro de las entidades del
estado.
En los Cincuenta años de arquitectura anteriormente
citado, se escogen algunos proyectos de estudiantes
con ese interés para solucionar problemas básicos como
17
Davila, ibid. Pg 75
Jorge Gaitán Cortés colegio 1941. Proyectos de los estudiantes de arquitectura en
Cincuenta Años de arquitectura. 1936-1986. Eduardo Angulo, Universidad Nacional,
Bogotá, 1987.
hospitales, plazas de mercado y un colegio diseñado por
Gaitán Cortés en 194118.
Gaitán Cortés se graduó como arquitecto en la Universidad
Nacional de Bogotá en 1942. Su tesis de grado fue un Hotel
18
En Eduardo Angulo. Cincuenta Años de arquitectura. Ibid.
En 1943 su proyecto de grado en Yale será de nuevo un hotel para Bogotá,
del que no se conserva sino un esquema, que es la carátula del proyecto.
Residencial con innumerables servicios19. Emplazado en
San Diego, en ese momento el punto límite entre la ciudad
consolidada y los nuevos desarrollos. El proyecto muestra
la visión de Bogotá que tenía Gaitán Cortés, una ciudad
vinculada o por vincularse con el resto del mundo y la
conciencia de lo que en términos de transformación urbana
y a nivel de las calles cercanas puede generar un hotel.
La escogencia de un problema de diseño arquitectónico
como éste resulta significativo, ya que implicaba, en la
época, el interés por abordar un diseño integral, es decir,
diseños macro en cuanto vías y diseños micro a nivel de los
servicios para visitantes y transeúntes.
En 1943 el proyecto de grado de Gaitán Cortés en Yale será
otro hotel en Bogotá del que se conserva solo la carátula
del proyecto.
Gaitán Cortés en 1945 aparece ya como profesor de nuevas
generaciones de arquitectos luego de su regreso de Yale
a principios de 1944. En memorias de un estudiante de
provincia Edgar Burbano dice:
“Al final de la carrera (1945) tuvimos dos muy buenos profesores: Jorge Gaitán
Cortés con su espíritu estricto y rígido producto de su formación ingenieril y
de la escuela de la Bauhaus trasplantada a los Estados Unidos, y el brillante
e imaginativo Jorge Arango Sanín. Este último con la colaboración de Carlos
Martínez el rebelde e inquieto profesor de urbanismo graduado en l’Ecole
19
Revista Ingeniería y arquitectura. Vol. IV. n°44. Enero, 1943.
En 1943 su proyecto de grado en Yale será de nuevo un hotel para Bogotá,
del que no se conserva sino un esquema, que es la carátula del proyecto.
Politeçnique de París, nos dirigieron los proyectos de tesis… y realizamos la
primera tesis sobre urbanismo y arquitectura”20.
Gaitán Cortés promueve en sus alumnos el conocimiento
directo del sur de Bogotá que él conocía muy bien ya que
había vivido en San Cristóbal21. Como profesor le parecía
importante llevar a los estudiantes al reconocimiento de
la creciente urbanización de Bogotá con su demanda de
servicios y de diseño urbano.
Según el profesor de la Universidad Nacional Hugo
Mondragón, estudiantes y profesores de la época como
Edgar Burbano, Luz Amorocho, Enrique García, José
Angulo, Jorge Gaitán, Álvaro Ortega, Gabriel Solano,
Augusto Tobito, Alberto Iriarte, Jorge Arango y a Carlos
Martínez editor de la revista Proa se propusieron
transformar a Bogotá e hicieron varias propuestas22 tales
como un plan vial para la ciudad, un estudio de los servicios
públicos y sus costos, la reurbanización de la Plaza Central
de Mercado y de las manzanas vecinas y las primeras
concepciones de una ciudad del empleado. Finalmente los
20
En Eduardo Angulo. Cincuenta Años de arquitectura. Ibid.
21
Benjamín Gaitán. Biografía de Jorge Gaitán Cortés Arquitecto. Academia
Colombiana de Historia.
22
Hugo Mondragón Le Corbusier y la revista Proa o la historia de un
malentendido. www.lecorbusierenbogota.com/downloads/tomo2/segunda_parte.pdf
planos de todo el proyecto se exhibieron en la Biblioteca
Nacional. Mondragón concluye que:
“Hasta cierto punto estos planes no eran más que dibujos esquemáticos
acompañados de frases provocadoras, pero a la distancia resulta claro que sus
autores tenían serias pretensiones de dirigir el destino urbanístico de Bogota”23.
En medio de una postura crítica frente a la gestión de los
alcaldes, promovida en parte por algunos de estos nuevos
arquitectos, en los años cuarenta entonces el entorno
geográfico y la planificación integral era un problema
que empezaba a discutirse. En 1943 El Departamento de
Control del Municipio de Bogotá presentó el informe “el
gran bosque oriental de Bogotá”, donde se advierte que
derrumbes, deslizamientos y desprendimientos de bloques
sobre la ciudad son consecuencias de la explotación de
las canteras. Además el informe advierte que el uso de
dinamita desprende el pavimento.24 La administración
distrital por esta razón gestionó la compra de algunos
predios para iniciar la reforestación en la quebrada Rosales
(calle 74) y las quebradas menores. En 1944 el plan de
ordenamiento Soto Bateman introdujo la zona de reserva
23
Hugo Mondragón. Ibid.
24
Chaparro, Jairo. Mendoza, D. Pulido B. Habitando los cerros. Vidas y milagros de
vecinos en el cerro del cable. Proyecto “Memoria barrial, convivencia social e integración
juvenil en la parte alta de Chapinero” Bogotá, 1996-1997. http://www.banrepcultural.
org/blaavirtual/sociologia/cerr/cap1f.htm.
de áreas verdes donde se incluían los cerros orientales y se
prohibió definitivamente la extracción de materiales en el
lugar.
La inquietud de los arquitectos sobre la urgencia de un
plan de ordenamiento para la ciudad llevó a proponer una
visita de Le Corbusier a Bogotá. En la misma entrevista
a Hernando Vargas, anteriormente citada, cuenta que
a través de las revistas y de los profesores empezaron
a conocer a Le Corbusier y sus propuestas. Al parecer
primero los estudiantes estuvieron en contacto con los
proyectos de Francia y la vanguardia de Alemania y Austria
y más tarde con Le Corbusier.
Vargas, elegido en el año 47 presidente de la Sociedad
Colombiana de Arquitectos, concretó la propuesta a
través de Eduardo Zuleta Ángel que en ese momento era
presidente de la subcomisión preparatoria para la creación
de Las Naciones Unidas. Zuleta había conocido a Le
Corbusier porque ambos coincidieron en el comité para
escoger el predio del edificio de Naciones Unidas en Nueva
York.
Le Corbusier llegó a Bogotá el 17 de junio de 1947, visitó
la ciudad durante ocho días en compañía de la mayoría de
esta generación de arquitectos modernos colombianos.
Dictó dos conferencias en el teatro Colón: El Urbanismo
como supremo ordenador social y Caracteres mundiales
y regionales de la Arquitectura Moderna. Cuentan que
recorrió la ciudad, se entrevistó con autoridades, con
profesores y estudiantes de la Universidad Nacional, visitó
los chircales, “le pareció insólita la localización geográfica
a 2600 metros sobre el nivel del mar y a 500Km del puerto
más cercano, circunstancias que influyeron en el plan en la
escala regional”25, incluso cuentan que elogió la bóvedas
de la casa de Francisco Pizano en Bogotá, constatando
que había una reflexión sobre la arquitectura moderna en la
ciudad.
Dice Vargas:
“Le Corbusier se interesó muchísimo en la ciudad. Desde el principio
nos hizo recomendaciones inolvidables. Nos dijo, ustedes tienen que
aprovechar estas quebradas que bajan de los cerros hasta el río Bogotá.
parques longitudinales. Defender la Sabana de Bogotá, buscar una
manera de densificar la ciudad y no invadir la Sabana.
En ese momento, tuvimos la idea de proponerle… que Le Corbusier
orientara el Plan Piloto de Bogotá. Tanto Le Corbusier como Mazuera
(el alcalde) aceptaron la cosa, pero Le Corbusier nos indicó que estaba
25
Tarchópulos, Doris. Las huellas del Plan para Bogotá de Le Corbusier, Sert y
Wiener. En Scripta Nova, Barcelona, 2006. http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-218-86.
htm.
En esta foto: a la izquierda de vestido oscuro Paul Lester Wiener; siguiendo a la
izquierda Jorge Arango y Emma Villegas de Gaitán. Al centro Fernando Martínez
Sanabria, detrás de él Herbert Ritter y, más atrás, Augusto Tobito. A la derecha Le
Corbusier. sumamente ocupado, pero que podía hacerlo con Wiener y Sert, Y así se
hizo. Con ellos se contrató el primer Plan Piloto que tiene Bogotá”26.
Emma Villegas de Gaitán recordará a Le Corbusier como
una persona amable pero sobre todo puntualizará la
amistad de Gaitán Cortes con Wiener y Sert e incluso
recuerdan, ella y sus hijas mayores, que fueron a almorzar
a su casa. Es posible ponderar por las conversaciones
con ella y sus hijos la influencia de Le Corbusier en el
pensamiento de Gaitán Cortés como maestro, que en
realidad lo era para toda la generación, pero reconocer que
Gaitán Cortés estuvo muy de los planes urbanos de Wiener
y Sert.
El Plan para Bogotá se compone de dos instrumentos: El
Plan Director o Plan Piloto a cargo de le Corbusier quien
planteó el modelo de ciudad. Y El Plan Director o Plan
Regulador a cargo de Wienner y Sert, dirigido a definir las
herramientas estructurantes y de gestión27.
Paul Lester Wiener arquitecto austriaco y José Luis Sert
arquitecto barcelonés, elaboraron el primer plan piloto para
26
Acebedo Luis Fernando y Moreno Omar. Hernando Vargas Vida y obra.
Entrevista con Hernando Vargas. BITACORA 2003. http://www.facartes.unal.edu.co/
portal/publicaciones/bitacoraut/7/homenajea/hernando_vargas_vida_obra.pdf
27
Patricia Schnitter Castellanos. Sert y Wiener en Colombia. La vivienda social
en la aplicación del urbanismo moderno. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín
Colombia http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-146(035).htm
Bogotá como socios de la firma Town Planning Associates
con sede en Nueva York. Patricia Schnitter28 cuenta que se
conoce un primer contacto de estos urbanistas con el país
en 1945, cuando Wiener, auspiciado por el Departamento
de Estado de los Estados Unidos, realizó una visita corta a
Bogotá para conocer la situación del planeamiento urbano
de la ciudad en relación con otras de América Latina.
A raíz de la visita de Le Corbusier a Bogotá en junio de
1947, los dos planificadores pudieron asesorar diferentes
problemas urbanos. El primer contrato fue en Tumaco una
población destruida por un incendio a finales del año 47 y
Gaitán Cortés, quien trabajaba como Director Técnico de
Edificios Nacionales en Bogotá, impulsó la contratación
de Wiener y Sert para la asesoría del Plan Piloto de esta
ciudad. Gaitán renunciaría poco después a esa oficina no
estando en contacto directo con la ejecución del proyecto
pero sí con su planteamiento inicial. A éste contrato en la
ciudad de Tumaco siguió el del plan piloto de Medellín a
finales del 48 y el de Cali y Bogotá al año siguiente
Patricia Schnitter en su artículo, cita apartes del plan
regulador de Wiener y Sert para mostrar que representa
la aplicación del espíritu de los Congresos Internacionales
de Arquitectura CIAM, inspirados en un comienzo por
Le Corbusier. Las cuatros funciones básicas de toda
28
Patricia Schnitter Castellanos. Ibid.
ciudad serían: habitación, servicios sociales (culturales y
recreativos), trabajo y circulación. Estas funciones serían
la base de la zonificación general lo que daría solución a la
distribución equitativa de los servicios públicos y sociales y
a las zonas verdes.
Pero Sert, por su parte, concebía una escala humana en
la planeación de las ciudades y había propuesto la unidad
vecinal en el V Congreso Internacional de la Arquitectura
Moderna (CIAM) en 193729. La Unidad Vecinal se definía
como la unidad orgánica mínima de planeación urbana
constituida por un grupo de viviendas, con escuela primaria,
servicios públicos, áreas verdes y calles limitadas por vías
arterias mayores que vinculaban esta unidad con la ciudad
pero no la cortaban.
Según Patricia Schnitter esta idea de la Unidad Vecinal era
diferente de la idea de “sector” propuesta por Le Corbusier
en el Plan Piloto, discusiones que se vieron reflejadas
en el VII CIAM, donde se compararon diferentes planes
29
Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna. 1928, CIAM I, La Sarraz,
Francia. Fundación del CIAM. 1929, CIAM II, Fráncfort del Meno, Alemania. Enfocada en
el trabajo de vivienda de Ernst May y la vivienda mínima.1930, CIAM III, Bruselas, Bélgica.
Sobre el desarrollo racional del espacio. 1933, CIAM IV, Atenas, Grecia. Publicación de
la Carta de Atenas. 1937, CIAM V, París, Francia. Sobre la vivienda y el ocio. 1947, CIAM
VI, Bridgwater, Inglaterra. Sobre la reconstrucción de las ciudades devastadas por la II
Guerra Mundial.1949, CIAM VII, Bérgamo, Italia. Sobre la arquitectura como arte.1951,
CIAM VIII, Hoddesdon, Inglaterra. Sobre el corazón de la ciudad. 1954, CIAM IX, Aixen-Provence, Francia. Publicación de la Carta de habitación. 1956, CIAM X, Dubrovnik,
Yugoslavia. Sobre el hábitat. Primera presencia de los Team X.
1959, CIAM XI, Otterlo, Holanda. Disolución del CIAM.
urbanísticos. Sert sugirió que se presentara el proyecto de
Tumaco en este congreso y que el ponente fuera Gaitán
Cortés, como sucedió en Bergamo Italia en 194930.
Como se dijo anteriormente, entre 1947 y 1948 Jorge Gaitán
Cortés se vinculó al Ministerio de Obras Públicas como
arquitecto jefe, con muchos otros arquitectos profesores
de la Universidad y egresados de su generación. Además
del plan para la ciudad de Tumaco, durante este período
se diseñaron y construyeron significativos edificios públicos
en Colombia. Edificios Nacionales como el de Venadillo
Tolima (Francisco Pizano de Brigard), el Centro Cívico de
Barranquilla (Leopoldo Rother), El Edificio Municipal de
Socorro (Leopoldo Rother) y El estadio 11 de noviembre en
Cartagena (Gaitán Cortés y Guillermo González Zuleta).
“Fue la época “heróica” del modernismo arquitectónico en Colombia;
cuando –en palabras del Ministerio– los jóvenes egresados de la
Universidad Nacional, “Libres de prejuicios y deseosos de trabajar por el
país”31.
Experimentación con estructuras, materiales prefabricados,
bóvedas, visión de progreso y confianza en el futuro, van a
ser estas ideas las directrices de la arquitectura moderna,
sobre todo porque estos arquitectos trabajaron en las
entidades del estado.
30
Patricia Schnitter ibid.
31
Carlos Niño. Arquitectura y estado. Universidad Nacional 1991. Pg254.
En marzo de 1948 Gaitán Cortés renuncia al cargo
de arquitecto jefe de la sección de proyectos del
Departamento de Edificios Nacionales del Ministerio de
Obras Públicas, y acepta ser el asesor del Instituto de
Crédito territorial ICT, Este instituto se había creado en
1940, buscando mejorar la vivienda rural y apoyando la
investigación para encontrar materiales constructivos
de bajo costo. Hernando Vargas cuenta que viajó a la
Universidad de Pensilvania para explorar la mezcla de
muros de tapia pisada con cemento que después se
convertirían en bloques de bajo costo con equipo de
técnicos de la Universidad Nacional32.
A partir de 1948, El ICT se orientará a solucionar el
problema de la vivienda urbana para enfrentar la gran
transformación demográfica de Colombia que fue la
emigración de campesinos a las ciudades.
Desde esta institución se pudo poner a prueba en la
práctica, en el diseño de algunos barrios en varias ciudades
del país, la discusión sobre de unidades mínimas de
planeación, Unidades Vecinales o Sectores planteados por
Sert y su discusión con Le Corbusier.
32
Acebedo Luis Fernando y Moreno Omar. Hernando Vargas Vida y obra.
Entrevista con Hernando Vargas. BITACORA 2003. http://www.facartes.unal.edu.co/
portal/publicaciones/bitacoraut/7/homenajea/hernando_vargas_vida_obra.pdf
En conversaciones con Juan Carlos Aguilera se puede
aclarar que la Unidad Vecinal tiene que ver con la
racionalización de recursos para posibilitar las actividad
de las personas. Se calcula el número de casas, el número
de personas por casa, el número de hombres, mujeres,
ancianos o niños y así se calculan los tamaños y formas de
parques, mercados, escuelas o iglesias.
Pero no es una planeación solamente numérica, que podría
ser tachada de tecnócrata, y que en años posteriores
en algunas intervenciones estatales se convirtió en
una racionalización solamente costo beneficio. Esta
planificación de unidades vecinales tiene que ver con la
posibilidad de que las personas desarrollen de manera
humana una específica actividad.
En un artículo escrito por el mismo Gaitán Cortés, él va a
especificar la importancia que tiene para la arquitectura
la actividad de las personas. Incluso acepta pero a la vez
discute la ideas organicistas de Spengler, con el riesgo
–que resultó cierto–, de concentrar la atención en el
comportamiento de los organismos o sus agregados, y
dejar de lado la actividad de las personas. Para Gaitán
Cortés las instituciones son un mecanismo donde coinciden
los campos de acción individual33.
33
Jorge Gaitán Cortés. ¿Qué es un centro cívico y por qué se preconiza esta
solución urbanística y arquitectura en las grandes ciudades? PROA 113 Bogotá octubre
1957
“La sustancia del universo no es la materia sino la actividad, y esta, que es la
fuente de acción social, sólo puede originarse en los individuos, jamás en la
sociedad, que solamente es el terreno común en donde coinciden todos los
campos de acción individual. La sociedad no es ni puede ser otra cosa que
un medio de comunicación a través del cual los individuos humanos actúan
los unos sobre otros. Son pues los individuos humanos y no las sociedades
humanas quienes hacen la historia humana”34.
El primer proyecto del ICT es de 1948 y se trata del Barrio
los Alcázares, situado entre las calles 68 y 73 y las carreras
24 y 32 en Bogotá, concebido para empleados35. El Instituto
de Crédito Territorial aquí, concibe el problema de la vivienda
urbana como un verdadero laboratorio experimental del
diseño. Organizó un taller de investigación y aplicación de
materiales o planta piloto, situada al sur de Bogotá, para
aprovechar el uso de las arcillas para hacer materiales de
construcción en serie para reducir costos, y retomando
en parte las investigaciones iniciadas a principios de los
cuarenta para la vivienda rural.
Ladrillos, marcos de concreto vidriados y pre tensados,
secciones moduladas con las cuales fue posible la construcción
de sistemas livianos para solucionar la construcción parametros
34
Jorge Gaitán Cortés. ¿Qué es un centro cívico y por qué se preconiza esta
solución urbanística y arquitectura en las grandes ciudades? PROA 113 Bogotá octubre
1957
35
Alberto Saldarriaga estado, ciudad y vivienda urbanismo y arquitectura de la
vivienda estatal en Colombia 1918-1990. Corporación colegio de Villa de Leyva CEHAP,
Medellín, CITCE, Cali. Bogotá 1996.
exteriores, duelas y viguetas en concreto para pisos y sistemas
livianos de prefabricación en concreto.
Barrio Los Alcázares Bogotá. Grupo de casas construido por Jorge J. Angulo, Jorge
Gaitán C, y Enrique García. Revista Proa # 28 Octubre 1949.
En los Alcázares participaron varios equipos de
arquitectos36. Dentro de una manzana rectangular, las
casas responden a un diseño común, la vía, un antejardín,
acceso de frente, casas profundas con patio posterior,
36
El nuevo Barrio Los Alcázares. Concentración de casas para empleados. ICT
Bogotá. Arquitecto Enrique García, ingeniero Bernabé Pineda y Gerente Hernando
Posada. Grupo de arquitectos: Roca & Santander. José J. Angulo, Enrique García.
Herrera & Nieto Cano. Trujillo Gómez & Martínez Cárdenas. José J. Angulo, Jorge
Gaitán Cortés, Enrique García. Revista Proa #28 Octubre 1949.
Barrio Los Alcázares Bogotá. Grupo de casas construido por Jorge J. Angulo, Jorge
Gaitán C, y Enrique García. Plantas.
1. Acceso lateral. 2 y 3 salón y comedor. Escalera de un tramo en este espacio.
7 Patio interior el jardín posterior es longitudinal porque era de contemplación. 4
Cocina. 5 Baño. 8 El área de servicios está en el frente de la vivienda resguardada
por un muro curvo.
Revista Proa # 28 Octubre 1949.
escalera a un lado que distribuye a las habitaciones en el
segundo piso.
Según Aguilera, las casas del grupo de Gaitán Cortés
presentan variantes. Primero su diseño las interioriza de
la calle. Por ejemplo su acceso es lateral y la sala no da
directamente al antejardín. Cabe anotar que los accesos de
la propia casa de Gaitán Cortés son laterales haciéndolos
más privados. Frente a la vía, las casas se recogen o
privatizan como una célula.
La zona social no mira al antejardín sino mira a un jardin
interior transversal considerado como de contemplación
para unas casas para empleados.
En el frente de la casa se instala la zona de ropas que
antes se ocultaba y un muro curvo de ladrillo la separa del
antejardín. En el interior esta zona de ropas está separado
visualmente de la cocina con una celocía de ladrillos en U.
La escalera no se concibe en la esquina y de dos tramos,
sino que se instala en la mitad del espacio como un bloque
de un solo tramo con varillas de metal y se rescata así su
carácter escultórico.
El siguiente tema es que en la segunda planta, de dos
habitaciones. Estas casas se entregaban con vigas de
concreto tapadas con grabilla para que la familia pudiera
ampliar el espacio y construir otra habitacion cuando
tuviera la posibilidad.
Dirá Aguilera que las viguetas eran muy sencillas
estructuralmente porque eran elementos prefabricados y
sobre ellas se podría montar un piso en un día. Alcázares
era un barrio para empleados jovenes es decir personas
que habean empezado a contruir su familia y por eso la
casa se podia ampliar.
“Gaitán Cortés es un arquitecto que pensaba la actividad que iba a realizarse
en los espacios como algo importante. Le interesa la persona que está ahí
en esa edificación o en esa ciudad y lo que hace. Como un sastre que piensa
a la medida del cuerpo para que la gente que habite ese espacio se sienta
cómoda37”.
Barrio Muzú Bogotá. Fotografía de Maarten Goossens, 2010
37
Entrevista a Juan Carlos Aguilera para esta investigación 2011.
En el año 1949 el ICT38 construye el barrio Muzú en Bogotá
un barrio para obreros con un plan urbanístico moderno,
en el cual se redefine la manzana tradicional y se disponen
los predios en medio de areas verdes y caminos peatonales
que relacionan las viviendas con centros deportivos y
comunutarios. En Muzu se aplicaron de manera exitosa las
bovedas prefabricads en forma de T, que reducían el uso
del hierro y los costos de construcción. Las casas de Muzú
diseñadas para obreros, son profundas con un amplio patio
en la parte de atrás, que podría ser un huerto. El artejardin
es pequeño porque las casas comparten un área verde
común.
38
Alberto Saldarriaga. Estado, ciudad y vivienda urbanismo y arquitectura de la
vivienda estatal en Colombia 1918-1990. Corporación colegio de Villa de Leyva CEHAP,
Medellín, CITCE, Cali. Bogotá 1996.
En el pié de foto: Hoy se inaugura oficialmente la Universidad de Los Andes, el
claustro que anhela aclimatar en el país modernas formas de conocimiento. Peter
Aldor reúne en esta caricatura al cuerpo directivo de La Universidad. En la carabela,
escudo de la institución, aparecen en la torre de observación Gustavo Santos; en
el timón, el profesor Roberto Franco y el doctor Mario Laserna; en la escalera, el
doctor Hernán Echavarría Olózaga; con el ancla el doctor Jorge Gaitán Cortés; en el
mástil el doctor Salazar; en la proa el doctor José María Chávez; y en las ventanas
los doctores Manuel Posada y Manuel José Casas.
Patricia Schnitter comenta que la relación de Wiener y
Sert con el urbanismo se ve reflejado en el diseño de esa
primera parte del barrio Quiroga en Bogotá, adaptados por
los arquitectos del la OPR .
“No podemos dejar de reconocer la importante actividad desarrollada
en este período por algunos arquitectos colombianos en la convicción de
que la vivienda social no podía desligarse del desarrollo urbano. Entre
estos Jorge Gaitán Cortés que significó una visión renovada de la vivienda
social, ejemplos de propuestas innovadoras de distribución con base a
la unidad vecinal. Su intención fue darle un vuelco total a los programas
del Instituto que le permitiera poner en práctica las ideas de la Nueva
Arquitectura. En el tiempo que estuvo desarrolló en colaboración con
otros arquitectos esquemas innovadores de agrupación y propuestas
técnicas en la construcción de viviendas. Al revisar las obras en que
participó con el ICT, resulta significativo el diseño de barrios como los
Alcázares y la urbanización Muzo en Bogotá, que representan en la
historia de la vivienda estatal en Colombia”39.
En 1949 Gaitán Cortés participa en la fundación de la
Universidad de Los Andes y crea y dirge la facultad de
arquitectura.
Ernesto Jiménez estudió arquitectura en la reciente
fundada facultad de la Universidad de los Andes en 1949,y
recordará a profesores como Dicken Castro, Álvaro Ortega
y Jorge Gaitán Cortés. De éste último aprendería que la
arquitectura se debe a la sociedad.
39
Patricia Schnitter ibid.
“Jorge Gaitán nos hablaba de las utopías del movimiento moderno, del
poder la ciencia y la tecnología como herramienta, para, mediante la
planificación democratizar avances en beneficios colectivos tomando
como ejemplos realizaciones estadounidenses en grandes obras civiles
como la planificación del Valle del Tennessee40.
En la entrevista realizada para esta investigación a Ernesto
Jiménez, él sintetiza los intereses de Gaitán Cortés a
partir del texto base de sus clases y del cual hablaba con
entusiasmo contagioso: se trata de Democracy on the
march de David E. Lilienthal (1899-1981) publicado en
1944. Lilienthal fue el director de la intervención que hizo el
gobierno de Los Estados Unidos en el valle del Tennessee
en 1933, una zona deprimida socialmente. El libro está
inspirado del espíritu del progreso, de la democracia pero
sobre todo con una concepción de la planificación regional
a gran escala.“El río a favor de la gente “ era un lema que
reunía los recursos como la energía hidroeléctrica podría
estimular pequeñas y grandes empresas en la comunidad
fortaleciendo las organizaciones de vecinos y sus labores
locales donde participaban todos los miembros de la
familia.
“La experiencia la mejor vía, tal vez la única vía con la cual el trabajo
puede hacerse efectivamente es observar la unidad entre la naturaleza,
40
Marc Jané. Ernesto Jiménez. Universidad de Los Andes. Bogotá 2009, pg30.
Edificio Monteverde, carrera Séptima Calle 87, Bogotá. Fotografía de
Benjamín Villegas.
y siguiendo los métodos democráticos, con la activa participación de la
gente41.
En 1956 Gaitán Cortés diseña el plan de estudios de
41
David Lilienthal. TVA Democracy on the mrch Pocket books New York 1933
Gaitán Cortés a medidos de los años 60 con amigos arquitectos en Estados Unidos
Arquitectura en la Universidad de América, en cuyo campus
reposan sus restos.
Entre 1950 y 1960 Gaitán Cortés se dedica a la actividad
privada como arquitecto y construye: su casa (1953), el
teatro La Comedia (1954), un teatro en Girardot, el plan
urbanístico del barrio Cedro Golf en Bogotá, el plan
urbanístico de Cabecera del Llano en Bucaramanga,
Gaitán Cortés alcalde, de espaldas con gabardina blanca, y su equipo de
trabajo en el Parque Nacional en Bogotá.
La finca el Placer en Armero y el edificio Piedrahita o
Monteverde en la carrera 7 con calle 87 costado oriental
en Bogotá. En 1957 ingresa a la Compañía de Seguros
Bolívar como gerente de obras, entre 1957 y 1961, y diseña
la sede de los seguros en Bucaramanga, y adelanta otros
programas comerciales y de vivienda en diferentes ciudades
del país42.
En 1958 es nombrado concejal de Bogotá, cargo que ejerce
hasta 1961. Este concejo será llamado concejo admirable
con Enrique Peñalosa, Julio César Sánchez, Pedro Gómez
Valderrama, Alberto Dangond. Algunas de las obras de este
concejo son: el estatuto de valorización, el establecimiento
de las Juntas de Acción Comunal, la reestructuración del
Departamento Administrativo de Planeación Distrital, y de
la Caja de la Vivienda Popular, los estudios del Plan Vial,
la sectorización del Distrito Especial y el Plan Maestro de
Acueducto y Alcantarillado de Bogotá.
Gaitán Cortés fue nombrado alcalde de Bogotá en 1961
por el presidente Alberto Lleras. Son innumerables
las transformaciones de Bogotá durante su alcaldía:
Ampliar las redes de alcantarillado y energía eléctrica.
Construcción de escuelas y planes escolares, fomento
de la acción comunal, sustitución de tugurios, creación
de la zona industrial de Bogotá, aplicación del estatuto
42
Benjamín Gaitán. Biografía Jorge Gaitán Cortés. Academia de historia Bogotá
Cortejo fúnebre en el día del entierro de Gaitán Cortés, 15 de agosto de 1968
Bogotá.
de valorización, construcción de puentes y vías43. Gaitán
Cortés presenta renuncia en 1966, entre otras cosas
porque el nuevo presidente es Carlos Lleras y su esposa,
Cecilia de La Fuente, es su prima hermana lo que
constituye una figura inaceptable para él. Uno de los hijos
opina que su padre tampoco estaba de acuerdo con los
rápidos desarrollos de la ciudad destinados a solucionar las
vías para la visita del Papa a Bogotá.
A partir de esa fecha Gaitán Cortés es nombrado gerente
del El Tiempo y se encargó de modernizarlo y vinculará al
periódico con las rotativas europeas que asegurarán su
desarrollo tecnológico y espacial futuro.
En 1968 tiene un accidente en las instalaciones
del periódico, en la carrera 17 con calle 12 y muere
instantáneamente.
43
Julio Dávila. Ibid.
bibliografía
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Entrevistas Familia Gaitán, Familia Macía, Lina Pardo Carlos Niño, Juan Carlos Aguilera, Juan
Luís Rodríguez, Carlos Rueda Ernesto Jiménez, Jorge Ramírez, Rodrigo Cortés, entre otros.
Dibujos William Sarria, Francisco López Benjamín Gaitán, Fotografía Natalia Gutiérrez,
Maarteen Goosen, Archivo del El Tiempo y de algunos los libros citados.
patrimonio y
conversación
pensar el patrimonio hoy
El pensamiento contemporáneo hace varios aportes
a la manera que tiene el hombre de abordar los problemas. A lo largo del texto vamos a presentar algunos de ellos, pero es importante empezar por uno:
pensar en medio de la imposibilidad de pensar. Esto
quiere decir, pensar en medio de la paradoja, pensar
sin conceptos absolutos, construir maneras de ver
que puedan ser lo uno y lo otro1.
Franca D’Agoistini, escribe una historiografía del pensamiento filosófico de los últimos treinta años, y plantea precisamente que filósofos como Jacques Derrida, Richard
Rorty o Jean François Lyotard, se instalan en esa idea de
pensar en medio de la imposibilidad de pensar, fuera de
las comodidades que implica usar definiciones ya establecidas. Se aventuran a redefinir los conceptos básicos con
los cuales se piensa. Otra manera de decirlo, es asumir
1
Franca D’Agoistini. Analíticos y continentales. Cátedra Madrid, 2000.
conceptos que no son absolutos sino que se entienden de
diferente manera según las circunstancias.
Es interesante advertir aquí que la definición de teoría
tiene que ver con crear, idear, inventar.2 Teoría es también
relacionar ideas de nuevo y de otra manera –un asunto de
gramática– de establecer nuevos vínculos. Teoría en este
contexto implicaría estar en la posibilidad de descubrir los
que los otros piensan. Entonces si en la modernidad la
metáfora para el conocimiento fue “un aparato de visión”,
para ver objetivamente, hoy además de es “aparato” que
afina la visión –y para no descartar lo ya construido–, es
necesario sentarse en |”una mesa” para conversar sobre
lo ya discutido, para conectar las ideas de nuevo frente
las actuales circunstancias. “Aparato de visión”, “mesa de
conversación” dos metáforas del conocimiento.
En el caso del patrimonio, se sabe que es un concepto
determinado por los cambios de la relación que establece el
hombre con la naturaleza y la cultura, y las nuevas formas
de concebir la historia. Pero estos conceptos cambiantes
no aparecen y desaparecen, no se substituyen por otros
como se tendería a pensar, sino que coexisten en diferente
medida en las discusiones, sobre todo cuando se toman en
cuenta casos específicos.
2
María Moliner Diccionario de uso del español Gredos, 1998.
Parecería que se plantea la necesidad de pensar el
patrimonio en la imposibilidad, es decir en medio de la
pregunta ¿de qué estamos hablando cuando hablamos
de patrimonio? Jean François Lyotard en Lo inhumano
reflexiona sobre cómo en la construcción de un pensamiento
se asumen conceptos incuestionables, –naturaleza
humana, bien común– y precisamente ese pensamiento de
la imposibilidad busca definirlos de nuevo y constantemente
frente a los retos de las circunstancias azarosas y frente a
las nuevas generaciones.
Pensar en medio de la imposibilidad busca precisamente
volver a retomar las definiciones de lo dado, entendiendo
que el pensamiento es una mezcla de ritmos y de
tiempos contrapuestos. Para Gilles Deleuze, se piensa
interrumpiendo lo lineal, conectando otros segmentos de
pensamiento que están en las generaciones nuevas donde
el pensar se acelera. Y también alargando, prolongando,
pensando en los bordes, habitando las manchas de aceite
donde el pensamiento se detiene3.
También el pensamiento cambia con las transformaciones
culturales. Y es evidente que en el mundo de hoy sometido
a una comunicación instantánea, surge una creciente
y compartida conciencia de la multiplicidad, la multi
causalidad y el sentimiento de ser frágiles.
3
Jean François Lyotard lo inhumano. Manantial. Buenos Aires 1998. El pensamiento
que permite hacer diversas conexiones está presente en la obra Gilles Deleuze y Felix
Guatarí. Ver Mil mesetas, pre-textos valencia, 1997.
Se entendería por multiplicidad las varias voces que
habitan al hombre de hoy ya que la socialización está
hoy a cargo de diversos agentes (familia, medios, grupos
de edad, educación formal), que proponen definiciones
contrapuestas de las mismas ideas incluso vitales: vínculos,
maternidad, sexo, afecto. Multi causalidad se refiere a
una conciencia de vivir en medio de factores de diverso
orden que inciden en un hecho; cada vez es más frecuente
aceptar explicaciones fundadas en el sentido práctico e
incluso en el azar, más que en determinismos religiosos. El
hombre pagano, dirá Augé –y podríamos decir el hombre
viajero de hoy que atraviesa y vive entrando y saliendo de
diferentes contextos–, tiende a aceptar sin reservas una
multi causalidad de los fenómenos4.
Y también asistimos a una conciencia de ser frágiles: los
desastres naturales y sociales, las pandemias convertidas
en noticias repetidas por los medios, en los últimos años
dan como resultado la sensación de vivir en un espacio
geográfico muy lejano a la creencia de estar configurado
como una superficie sólida e inmóvil, sino en un espacio
en movimiento sometido a fuerzas del contexto que lo
modifican.
Pero surge la paradoja: conciencia de la fragilidad que
implica la construcción de imaginarios de confianza. El
hombre se construye escenarios de confianza precisamente
4
Augé, Marc. Travesía por los jardines de Luxemburgo. Gedisa Barcelona 2002.
en medio de la complejidad y de la fragilidad5. Es por eso que
los conceptos anteriores de un campo de conocimiento, en
el pensamiento contemporáneo no serían descartables en
el momento de construir una teoría, porque si bien es cierto
hoy vivimos en movimiento y con la premura del cambio,
parece que se busca una relación, así sea imaginaria, con
una cierta seguridad y permanencia.
Marc Augé va a decir que el hombre hoy lo desea todo: lo
mismo y su opuesto6. Entonces, si habitamos un mundo
global se buscan voces locales; si la conciencia histórica
hoy evade una sola filiación y busca varios orígenes, a
veces es necesario priorizar y visualizar ciertas lugares de
memoria específicos. En medio de conceptos más amplios
en relación con la habitabilidad y construcción de la
memoria colectiva, aparece de nuevo una pregunta por los
monumentos o por lo museal. Si la idea del nacionalismo
como una representación para cohesionar un sentido de
identidad se ha visto cuestionada, a veces en los países
asiáticos o latinoamericanos por ejemplo, o en las grandes
ciudades se siente la necesidad de revertir la mirada hacia
el barrio o la calle para construir un sentido de lugar.
El discurso sobre el patrimonio parecería una invitación
perfecta para pensar la paradoja.
5
Niklas Luhmann. Confianza Anthopos Barcelona 1996, pg 39.
6
Augé Marc. Travesía por los jardines de Luxemburgo. Gedisa Barcelona 2002.Pg39.
Fue precisamente la conciencia de ruptura y de
discontinuidad de las guerras europeas, la que estimuló
la aparición de una cultura de la preservación, que busca
mantener la memoria del pasado común, convertido en
referencia cultural de la propia sociedad moderna.
“La noción de patrimonio en el sentido moderno del
término, es una invención de la Revolución Francesa.
Se trataba de proteger los testimonios de un tiempo
cumplido, amenazado de destrucción y desaparición
por la violencia revolucionaria, y de sacralizar las obras
de substitución de la misma”7.
Dice Ignacio Casado:
“Restaurar los edificios de la amenaza de la guerra
y del avance de la industrialización, se trata de una
paradoja de la cultura moderna que, de una parte,
destruye y sustituye la materialidad de esas sociedades
preexistentes, y, por otra, se vuelca en la preservación
de lo que no son sino restos obsoletos de las mismas,
o manifestaciones en proceso de desaparición”8.
En este mismo sentido, las concepciones historicistas que
7
Marc Gosse citado por Casado ibid, pg24
8
Casado ibid pg 30.
aparecen renovadas desde el siglo XVIII hasta principios del
siglo XX, también buscan dar una cohesión a la memoria
colectiva nacional que se siente amenazada. Un pasado
que además explica el presente. En esta medida se ha
concebido una noción de patrimonio como instrumento
para la búsqueda de símbolos del espíritu de un pueblo. Y
por consiguiente su justificación para conservarlos.
Ahí radica la metodología del monumento, que se convierte
en una construcción simbólica encarnada en una imagen
o en un objeto. Además la noción de monumento implica
interpretar múltiples relatos en una sola filiación simbólica,
muchas veces idealizada del pasado.
Persiste una idea de lo monumental hoy, cuando se
plantea el patrimonio como lo que permanece. Y, de nuevo,
la permanencia se refiere, en la mayoría de los casos, a
un objeto y se plantea también como un argumento de
defensa a una amenaza que generalmente se identifica con
el cambio, el cambio de uso, el cambio de la vida cotidiana.
Estamos en el imperio del presente. Entonces en medio
de la aceleración de la vida urbana, el pasado se siente
extraño. Una decisión colectiva y privada, casi un plan,
ha sido arrasarlo. Y frente a este empuje avasallador del
progreso se propone una muralla y es potenciar un objeto
del pasado, conservarlo y “dar la pelea” entonces por la
identidad y el monumento.
Pero también aparece de nuevo la paradoja cuando se
protege el objeto del pasado con una evocación nostálgica
del mundo rural, de la artesanía. Lo antiguo añade un valor
estético al objeto: lo ‘excepcional’, lo pintoresco, los restos
arqueológicos y su efecto de extrañeza en el turismo que
lo visita.
Al respecto es sorprendente el fortalecimiento de lo museal
en las ciudades europeas como fenómenos de culto, en
medio de la transformación del concepto de patrimonio
hacia ideas más integrales. Una nueva paradoja es este
efecto de los museos contemporáneos es la de la mirada:
Una mirada todavía deslumbrada ante el brillo del objeto,
de lo “genial” y de lo único. El fortalecimiento de lo museal
tiene que ver, en parte, con lo que se decía anteriormente:
la necesidad de un proceso de buscar la identidad a toda
costa, la construcción de un concepto de lo monumental
que encarna el símbolo de un pueblo. Pero también lo
museal ha servido para potenciar un lugar y volverlo el eje de
un desarrollo incluso construyendo edificios contenedores
que resultan a su vez atrayentes y extraños.
Algunos analistas sin embargo ponen su esperanza en que
lo museal supere esta mirada de lo monumental simbólico
y pueda convertir un museo en una zonas de contacto de
diferencias que respondan a una crítica del sentido de
mirar y puedan abrirse a varias filiaciones.
La verdad es que esa tensión entre pasado y presente obliga
al patrimonio a interesarse en los cambios en el concepto
de historia. El presente con su rapidez y entusiasmo no deja
oír cómo se han construido las cosas y las contradicciones
en la que el mismo presente vive. No todo es revelado en el
presente, pero todo es susceptible de ser revelado cuando
sea necesario. Por esta razón, para Walter Benjamin, la
historia es una intención de mostrar el sentido de la vida
profunda. El presente requiera, en un acto de memoria,
rescatar algo del pasado que al presente le falta.
Para Benjamin se requiere una especie de administración de
la historia para introducir discontinuidades en el presente,
que permitan parar su fuerza imparable, desmontarlo como
dimensión dominante y ciega, y evidenciar ciertas fisuras.
El presente debe vigilar lo que hemos sido.
paisaje cultural
Esta invitación “Benjaminiana” a introducir
discontinuidades en el ritmo del presente y vigilar lo que
hemos sido, tiene ecos en una teoría de la percepción
contemporánea que incide en cómo se concibe el
patrimonio, y es el concepto de Paisaje Cultural. Un
concepto muy interesante porque permite integrar
la diversidad de las ideas que tienen que ver con el
patrimonio en un hecho perceptivo: paisaje: el campo
que un sujeto ve desde su lugar de observación.
La representación del paisaje tiene una amplia tradición
desde León Battista Alberti en el siglo XV: un rectángulo
y dentro de él, lo que se considera digno de ser mirado y
dibujado. El arquitecto Itzíar González escribe un artículo
que plantea el problema del paisaje como una decisión
política de lo que debe ser mirado y que por lo tanto deja
otros elementos por fuera de lo que se considera paisaje y
por fuera de la mirada.
La arquitectura, dice él, pone el énfasis en los planos y en
la estructura del paisaje. Los instrumentos de captura del
dibujo del territorio y de los asentamientos urbanos se han
desarrollado con precisión desde la modernidad hasta hoy.
Sin embargo, simbólicamente contrapone esta percepción
a la de los zahories, estos personajes que desde la edad
media tenían la facultad de detectar la existencia de
corrientes de agua subterránea; podían hacer visibles las
intuiciones de lo oculto.
A la mirada del trazo, dice González, los zahories sabían
sumar la percepción de lo escondido pero también de lo
latente, de lo posible, y encontraban el sentido de lo que
ocurría más allá del papel, más allá del encuadre visible.
Esta metodología, nos cuenta González, se puede aplicar
a la noción de patrimonio. La intensiva urbanización va
ocultando riquezas geográficas, aguas subterráneas,
pequeños bosques, senderos, lugares de reposo. Muchas
veces lo patrimonial en una ciudad es un larguísimo listado
de elementos –más objetos que experiencias– con valor
simbólico, que deben ser legados a generaciones futuras.
Pero estos listados se asemejan más a la construcción de
un muro defensivo alzado contra el ansia constructora y
transformadora de la ciudad. Siempre es importante intuir
como un zahorí, un mapa de riquezas patrimoniales que
flotan sin ser vistos, como las corrientes subterráneas, el
agua por ejemplo, y aplicarse a inventar una cartografía
dibujísticas y simbólica para traerlas al presente. Pero
González aclara:
“Otra de las fuentes subterráneas que es necesario
hacer aflorar en la reconstrucción de nuestras ciudades
y de nuestro territorio, es la vivencia y la memoria que
de esa misma ciudad y territorio tienen sus habitantes.
Los procesos de participación ciudadana son, sin duda,
la rama del avellano que mejor y más ampliamente
podrá sondear el paisaje social interiorizado de las
gentes”9.
9
Itzíar González Virós. “La percepción y el trazado del territorio latente”. En Nogué
ibid pg 163 Nogué, Joan. La construcción social del paisaje. Biblioteca nueva Madrid, 2007.
Invitar a los ciudadanos a trazar el recorrido de sus vivencias
en su barrio sobre los planos en blanco, puede reconstruir
el tejido social. Los trabajos en el barrio son un esfuerzo
por revitalizar un espacio urbano, ya que el camino de la
percepción de esos paisajes invisibles no es otro que el de
la propia vivencia y experiencia.
Joan Nogué en su libro La construcción social del paisaje,
presenta este concepto convertido en herramienta en la
que se oye el transfondo del pensamiento de los últimos
treinta años: la historia de lo no dicho de Michel Foucault y
ese presente vigilante, no entregado al ritmo arrasador de
la industrialización y modernización de Walter Benjamin.
Nada mejor que el paisaje para aplicar una ontología de
lo visible, atreverse a pensar qué es “lo visible”, porque el
paisaje es a la vez realidad física, un hecho social y una
representación cultural.
Rápidamente Nogué y los demás autores del libro,
convierten esta definición de paisaje en una herramienta
dinámica que enseña a ver. En la introducción Nogué
puntualiza que sólo vemos los paisajes que deseamos,
los paisajes cuyos modelos estéticos han sido valorados a
través de las generaciones.
El libro entonces es una invitación a trabajar sobre paisajes
no visibles. Para Nogué la visibilidad y la invisibilidad son
la misma red de la mirada: miramos pero excluimos de la
mirada, y así la percepción es un tejido de presencias y de
ausencias, de paisajes que se manifiestan y otros que se
esconden.
Hablar de lo visible e invisible como conceptos dicotómicos
no tiene sentido: lo invisible no es otra cosa que la opacidad
de los sistemas simbólicos que se superponen entre sí10.
El libro presenta entonces un serie de posibilidades
metodológicas. Me explico: Paisaje es un concepto
contenedor de percepciones emocionales y de
comportamientos, seguido de un nombre que permite verlas
ocupando una geografía reconocible y cercana al lector.
Paisajes emocionales, del recuerdo, de la exclusión, de la
migración y del desplazamiento. Paisajes ocultos, paisajes
opacos, los que están sin estar como la ruina: permanecen
sin ser lo que fueron. Paisajes del pasado, a veces también
opacos, entrevistos.
Paisajes transversales, paisajes que dibujan otras lógicas
en la ciudad: se refiere a los paisajes del peatón, del
automovilista, paisajes del “delivery”. Paisajes de la noche,
de la sexualidad, de las ventas callejeras, de los espacios
10
Augé ibid.Pg 66
de encuentro. Los paisajes que construyen las tribus
urbanas, alternativos, paisajes sonoros, de la evasión, de la
conversación, paisajes de los pensionados, de las parejas,
de los niños, de las mujeres visibles e invisibles. Paisajes
de los olores, los sabores, paisajes de la prostitución, de la
delincuencia.
Una definición de paisaje, en fin, que no tiene que ver
únicamente con la primacía de la visión, sino con la
experiencia recordada y con la acción del cuerpo.
Paisajes de frontera, rotos, interrumpidos, paisajes
transitorios, en los bordes, paisaje de las herencias, las
continuidades, las permanencias, paisajes de estratos
superpuestos, de restos de antiguos paisajes. Paisajes
latentes, los que están vivos pero que no se manifiestan de
forma evidente, paisajes escondite. Todos estos paisajes
permiten percibir los nuevos entramados urbanos entre la
ciudad ‘visible’.
El libro es un homenaje a Italo Calvino y a su libro Las
ciudades invisibles: ciudades del deseo, de los signos,
continuas, las ciudades con nombre. Los paisajes son una
metodología para poner el visor de “la cámara mental” en
otro lugar más allá del objeto glamoroso, que conmemora
y se siente suficiente en lo monumental. Y también para
“poner sobre la mesa” discusiones silenciadas.
álbum familiar
En medio de esta reflexión de los paisajes latentes
surge el estudio del álbum familiar como herramienta
para rescatar otro tipo de patrimonio ampliado, que
evidencie y trace los caminos del sentido de un objeto
en el sistema cultural y natural en el que está inmerso.
El estudio del álbum familiar supera la concepción
dicotómica entre objeto y significado, patrimonio
material e inmaterial, imagen y relato. El álbum actúa
en ambos niveles: objetual y de redes de significado.
Actúa también a nivel de los paisajes latentes,
los que están vivos pero que no se manifiestan de
forma evidente, como los relatos de cada sujeto. El
álbum abre también paisajes de la exclusión y de las
subjetividades.
Con relación a la subjetividad, Beatriz Sarlo explora los pros
y los contra de una exagerada apuesta por el sujeto hoy: la
principal dificultad que encuentra es aceptar el testimonio
subjetivo como verdad; y tiene razón: los relatos subjetivos
son un punto de vista que necesita ser combinado con
muchos otros. Sin embargo encuentra que el relato oral o
las modalidades no académicas de la escritura, encaran
el pasado por asalto, en función de las necesidades
presentes, y muchas veces logran evadir los estereotipos11.
11
Consultar: Sarlo, Beatriz. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Siglo XXI editores.
México, 2006.
Y también la apuesta por el sujeto es una apertura a la
creatividad atrapada en la estructura social. Así, el sujeto se
evade, se esconde, vuelve a narrar su historia y la de otros
desde un lugar más cercano a la experiencia, recorre y habita
de maneras desconocidas la ciudad12. Los escritos de Michel
De Certeau han abierto la posibilidad de fijar la atención
en relatos menos totalizantes, y, para retomar el hilo de la
reflexión, permiten interactuar simbólicamente con paisajes
invisibles que apuntan a darle importancia a los nuevos
entramados urbanos que viven entre “la ciudad visible”13.
Armando Silva plantea el álbum familiar como un territorio
emocional. El álbum familiar es experiencia existencial
y emocional que no sólo se relaciona con la familia
misma sino con el espacio que se recorre y se habita.
En ese sentido revisar el álbum familiar y construir una
conversación dirigida frente a una foto, es un acto de
enunciación, de exposición en palabras, que, narrado de
viva voz, toca la memoria individual y colectiva, la historia,
el espacio cotidiano y el espacio urbano. La foto de familia
se convierte en lugar señalado, nombrado, pero también
es detonante de paisajes latentes e invisibles.
Siguiendo a Silva, el álbum de familia está constituido por
cuatro condiciones que lo definen. El álbum de familia
12
Consultar: Gutiérrez Natalia. Ciudad Espejo. Universidad Nacional. Bogotá, 2009.
13
Consultar: Michel De Certeau. La irrupción de lo impensado. Cátedra de Estudios
culturales Michel De Certeau. Cuadernos Pensar en Público #0. Universidad Javeriana
Editorial /Pensar. Bogotá 2004. Certeau, Michel de, 1925-1986.
tiene como sujeto representado una familia. Es también
fotografía. Es una original técnica de archivo. Y es por si
fuera poco relato.
En el álbum familiar, el sujeto representado es una
familia y en el sentido ampliado del término: involucra
los antepasados, los directos actuantes del relato y los
espacios vividos en diferentes tiempos y circunstancias.
La foto en general pero la de la familia en particular
es cuerpo, y cosa. Las fotografías no se leen –salvo en
la academia– en términos abstractos. Frente a una
fotografía se dice: “esto”, “esa”, “este”14. La familia en
las fotografías expone las poses que se relacionan con los
comportamientos culturales imperantes sobre el cuerpo.
Pero expondrán también los gestos, los acontecimientos
en el cuerpo que evaden la convención.
El gesto es mirada, posición de las manos, sonrisas,
cercanía o lejanía de los cuerpos, vestimentas. Para
Josepa Bru uno de los principales paisajes capturados y
silenciados por la cultura es el cuerpo. Ella invita a trazar
una geografía del cuerpo con la escritura.
14
Barthes, Roland. La cámara lúcida. Paidós. Buenos Aires 1995
Cuerpo y gesto son susceptibles de leerse en una imagen.
Así, comentarios y fotografías sobre pequeños detalles
pueden gatillar en el relator espacios de la memoria
inconsciente en forma de relatos, riquezas patrimoniales
que flotan sin ser vistos; paisajes latentes, los que están
vivos pero que no se manifiestan de forma evidente.
La familia también es espacio. Leer los espacios de las
fotos con el relator traerá informaciones de lo opaco, de
lo olvidado. Geografías por ejemplo de los oficios, de la
incidencia de los problemas políticos en la vida cotidiana,
de las formas de pensar, de los lugares de encuentro, de la
conversación de los caminos y cambios e la socialización,
de los cambios en la noción de arquitectura y en el problema
del habitar, de las influencias y las modas.
El álbum también es fotografía. Es el medio visual de
registro. En términos físicos, se evalúa el tipo de papel,
su deterioro, las anotaciones que se encuentren en ella,
los elementos añadidos, su estado de conservación que
son indicios de su uso: fotografías de billetera o de salón
tienen su relación con lo emocional y con el uso y ambos
se reflejan en el papel.
Pero más allá del medio físico, y como medio visual de
registro, la fotografía es el acto de mostrar. “Yo me
muestro para que tu me registres y para que otro me vea”.
El acto de mostrar es diferente al de contar, dirá Silva. Y
en la práctica así es, porque aquí el investigador del álbum
solicita un relato donde el sujeto se ve a sí mismo o a otros
en una situación y en el lugar asignado por la cultura, pero
en otro tiempo, lo que permite un efecto de extrañamiento
sobre sí mismo que abre relatos.
Dirá Walter Benjamin que hay un saber aún no conciente de
lo sido cuya promoción tiene la estructura del despertar15.
“¿Qué hacía allí, con él o con ella, con estos vestidos?”.
En la investigación sobre el álbum familiar, la fotografía
está mas lejos de dibujar con luz y más cerca del teatro,
es decir, de poner en escena16. Este, yo (posante) me
muestro. Tu (Fotógrafo) me mostraste. Él (quien consulta
posteriormente la fotografía) me mirará o me mira17. Tres
actos de mirada en diferentes tiempos que arrastran un sin
número de acontecimientos de diferente índole que hasta
ahora no han sido visibles. Paisajes latentes.
En este triangulo fotográfico las lecturas son múltiples.
Los tres sujetos tienen relatos que contar, en acción
diferida que para el investigador es un espacio fructífero.
15
Consultar: Benjamin Walter. La dialéctica en suspenso. Fragmentos sobre historia.
Traducción introducción y notas de Pablo Oyarzún. Ediciones LOM y Universidad ARCIS.
Santiago de Chile.
16
Roland Barthes La cámara Lúcida. Paidós. Buenos Aires 1995.
17
Silva, Armando. Álbum de familia. Norma. Bogotá, 1998, pg 25.
Multiplicidad, multi causalidad y sentido de la fragilidad y
del afecto aparecen a veces de manera súbita o lentamente
entrelazados.
Siguiendo con las condiciones que para Silva definen la
existencia del álbum, está la técnica de archivo. Técnicas
propias ideadas por sus usuarios. Las fotografías pueden
estar archivadas por ejemplo en álbumes ordenados o
en cajas. Los álbumes ordenados responden al relato de
quien los ordenó, un orden que define la familia, da lugar a
unos y no a otros, y escoge de entre muchos, los momentos
que considera emotivos y conmemorativos. Los álbumes
sin orden en cajas, permiten un relato a saltos y aparecen
eventos significativos de diferente orden sin buscarlos, que
a la vez despiertan la memoria inconsciente y olvidada.
Las fotografías se archivan también en la sala, en el
comedor, en el cuarto, se enmarcan, y así entran en el
terreno del ritual personal o social, observaciones que son
muy significativas.
En las entrevistas sobre el álbum familiar es importante el
espacio: la sala, el cuarto, el recorrido por la calle, por la
casa, ya que las observaciones del contexto complementan
la lectura de la foto.
Y finalmente el álbum es relato. “Yo estuve allí”, dirá el
sujeto frente a la imagen, y por eso la imagen es detonante
del relato oculto. Para Josepa Bru, estamos en un proceso
acelerado de empobrecimiento y pérdida de ambición del
lenguaje; de reducción del habla a enunciados funcionales18
y del traslado de las experiencias a estereotipos y frases
hechas. Para Bru la palabra del sujeto es un paisaje
cautivo, rico en experiencias y en el caso del álbum de
familia, un juego de ciertas acciones permite abrir. Por
ejemplo, solicitar un relato de diferentes órdenes: coloquial,
reflexivo y emocional; observar una foto, recorrer un lugar.
“Yo lo viví”, “ yo comí” “yo lo conocí”, “yo jugaba”, “yo le
hablaba”, “aquí; no. Allá era el lugar de encuentro”.
El testimonio es como un gesto fundacional de la cultura.
El testimonio frente a una imagen permite que aparezcan
también las prácticas de espacio. “Yo estuve allí”, “yo lo
recorrí”, “él diseñaba en esa mesa”, “él prefería dormir
allá” Prácticas de espacio que según Michel De Certeau,
son actos mediante los cuales el sujeto se apropia de lo
dado19.
La visita a la familia o a cada familiar entonces es toda
una metodología: observar, solicitar un relato abierto y
estar dispuesto a la escucha flotante. Visitar un familia o
18
Josepa Bru. “Cuerpo y palabra o los paisajes de la cautividad”. En Nogué. Ibid,73
19
De Certeau, Michel. “La invención de lo cotidiano: y :Andares de ciudad”. En La
irrupción de lo impensado. Cátedra de Estudios culturales Michel De Certeau. Cuadernos
Pensar en Público #0. Universidad Javeriana Editorial /Pensar. Bogotá 2004. Certeau,
Michel de, 1925-1986.
un miembro de una familia, implica establecer un contacto
emocional y parar el tiempo. Obliga a que el investigador
explique los alcances de la investigación las veces que sea
necesario y reiteradamente. Facilita la tarea si se acomoda
al lugar del entrevistado a su lenguaje, a sus hábitos. En
lo posible es deseable no llevarse las fotografías para otro
lugar del archivo original que es el asignado por la familia.
Hoy existen numerosas herramientas transportables para
copiar las imágenes a un soporte digital. El investigador
del álbum no es un policía, ni un juez, ni un coleccionista,
ni un forense; es un conversador.
En el caso del álbum familiar hay relatantes de diferentes
edades, algunos con discapacidades y la entrevista cambia
de forma y de ritmo. La investigación usando el álbum familiar,
tiene la estructura de una entrevista en profundidad donde
se plantea un tema, por ejemplo una casa y su habitar, pero
el entrevistado llega a él no siempre de manera directa
sino a través de digresiones que es necesario recoger y
respetar. En los cambios de tema, en detenerse por ejemplo
en los detalles más insignificantes, comidas, vestidos,
juegos, en hacer silencio, se encuentran las invenciones del
sujeto para evadir el verdadero relato emocional que viene
después o no vendrá nunca. Con frecuencia los territorios
emocionales no quieren manifestarse y, si lo hacen, es a
través de entrevistas repetidas cada cierto tiempo o de
pequeños detalles súbitos. El entrevistador debe tener
muy en cuenta el objetivo de su investigación para saber
hasta dónde tiene que llegar.
Para Silva, revisar las fotografías implica una metodología
precisa que en algunas casos es útil: A veces después de
revisar con el relatante el álbum, él escoge una foto clave
donde resida un minirelato, que se puede superponer a la
historia central.
La lectura de la foto escogida por el relator como clave, implica
que en ella está el lugar de la familia en el contexto, la clase
social, el periodo histórico, modas, influencias, y el lugar del
relator en la estructura familiar. Las fotos clave escogidas por
el relator son territorios de afirmación para recordar.
Grabar la entrevista, trascribirla, escucharla, escoger lo
más significativo, y en caso de publicación consultar si
las palabras del relator son las que él quiere que salgan
publicadas. La entrevista con el álbum familiar está lejos
de “robar información” para usarla. Se necesita una
conversación hasta el final con los involucrados.
El álbum requiere de un análisis iconográfico que tiene
que ver con la descripción de la imagen: cuerpo, espacios,
poses, temas, tratamiento de la toma fotográfica, tiempo
histórico, lugar geográfico.
En este sentido, poner a prueba el álbum familiar como
herramienta metodológica, permite varias ‘entradas’ al
concepto de habitar: Para empezar, permite evadir las
nociones de ciudad y de barrio que abarcan categorías
abstractas, por el concepto de prácticas de espacio que
permite abordar las experiencias mismas de quienes
vivieron la ciudad. Significa abordar lo representacional y lo
no representacional con el cuerpo, mediante sus modos de
hacer. Es decir permite evadir la abstracción y encontrarse
con el sujeto, el uso de su tiempo y sus emociones.
Habitar requiere hacer legible al habitante en sus rutas,
relaciones, contextos redes y prácticas. Habitar requiere
captar las relaciones para nombrar la vida. Habitar
requiere ilustrar las prácticas de interacción y de encuentro
humano que suceden diariamente, rutinas, constitución
de la subjetividad prácticas de relación, nuevas maneras
de nombrar la ciudad. Recorridos de la rutina repetición
incesante de desplazamientos y movimientos no por ellos
menos significativos o carentes de sentido.
Habitar no se limita a describir las direcciones que marcan
el movimiento de un lugar a otro de la ciudad sino, mejor,
los procesos vivenciales repetitivos y reflexivos a partir de
los cuales se crean mundos de vida.
La vida cotidiana y el habitar van de la mano. La vida
cotidiana es el lugar en el que se intercambian y a la vez
se negocias los sentidos entre lo privado y lo publico.
conversación
Retomando el pensamiento contemporáneo y sus
aportes, uno muy importante para el patrimonio hoy,
es el giro lingüístico. Hacia mil novecientos noventa,
la filosofía recoge los estudios sobre el lenguaje pero
le da un giro contextual, es decir lo aparta de las
lógicas internas del lenguaje y por lo tanto le devuelve
su dimensión antropológica: según el lugar, la cultura,
la historia, los léxicos.
La propuesta de una parte de la filosofía del lenguaje
dirá que pensar hoy es un acto conversacional, más que
la invención de conceptos absolutos. La metáfora de la
teoría como una “mesa de conversaciones” que se usó al
principio, se propone a partir de esta idea de convertir la
conversación en una forma de conocimiento.
La filosofía no es el espejo de la naturaleza, dirá Richard
Rorty. La filosofía es un encuentro de muchas ideas que
permitan reescribir la realidad y por lo tanto ampliarla20.
La metáfora del espejo que refleja la realidad presenta
problemas cuando se constata hoy, que los diversos puntos
de vista contrapuestos de esa realidad múltiple, multi
casual y frágil, implica tomar en cuenta las diferencias, las
paradojas y el rescate de vocabularios.
20
Consultar: Rorty, Richard. La filosofía el espejo de la naturaleza. Cátedra. Madrid,
2001. Rorty, Richard. El giro lingüístico. Paidós. Barcelona, 1990.
En esa propuesta conversacional la filosofía hace un
giro ético21: frente a tantas voces, las decisiones tendrán
que ver con palabras sonoras pero también discutibles y
paradójicos, –no necesariamente llenos de los contenidos
religiosos–22, pero que amplían el universo sensible y el
tejido social. Conceptos como solidaridad, confianza y
hospitalidad.
Este giro lingüístico y ético, por lo menos como lo entiende
Rorty, puede tener una incidencia en las discusiones sobre
el patrimonio. Para José Antonio González el patrimonio
está marcado por el concepto de identidad que en esta
apertura a la diversidad es necesario transgredir o por lo
menos preguntarse qué se entiende por identidad en casos
específicos. Para González el patrimonio se ha planteado
como apropiación, transmisión y permanencia23, conceptos
que se podrían revisar en cada caso y en relación con la
multiplicidad.
Entonces, recogiendo la invitación de la filosofía a fundar
una actitud conversacional como forma de conocimiento,
21
Consultar D’Agostini Franca. Analíticos y continentales: guía de la filosofía de los
últimos treinta años. Ediciones Cátedra. Madrid, 2000. Rorty, Richard. Contingencia, Ironía
y solidaridad. Barcelona, 1991. Derrida, Jacques, Dufourmantelle, Anne. La hospitalidad.
Ediciones la flor. Buenos Aires . 2000
22
Gutiérrez Natalia. “Arte contemporáneo: archivos éticos”. En textos 21.
Documentos de historia y Teoría. Doctorado de Arte y Arquitectura Universidad Nacional
2010.
23
González, José Antonio. Patrimonio y pluralidad nuevas direcciones en la
antropología patrimonial. Diputación de granada centro de investigaciones etnológicas.
Granada, 2003.pg 71
se podría plantear y a manera de hipótesis el patrimonio
como “la mesa de conversación” para:
1. La construcción de argumentos sobre lo patrimonial
en cada caso. Se abriría aquí un pensamiento menos
dicotómico que consulte las necesidades locales y las
paradojas en el comportamiento humano: “el hombre
lo desea todo: lo mismo y su opuesto”24.
2. Superar la mirada del objeto como lugar de llegada del
patrimonio y tomar en cuenta su historia y también el
presente. Su valor en la mejora del espacio público, en
la incidencia en las estructuras económicas urbanas, y
en las nuevas generaciones.
3. Encontrar maneras de transformar la noción de patrimonio de mirar a narrar.
4. Encontrar la manera para que esos argumentos narrativos ocupen un lugar en el imaginario social e individual. Lo patrimonial, cualquier definición que de este
concepto se proponga, debe instalarse en la conciencia colectiva e individual del presente. Es entonces es
un acto comunicativo. “…Nunca podemos estar seguros de haber alcanzado el sentido y la función de una
institución, si no podemos revivir su incidencia sobre
una conciencia individual”25.
5. Establecer canales permanentes y renovados para
ampliar la conversación con la memoria colectiva entre
generaciones.
24
Augé Marc. Travesía por los jardines de Luxemburgo. Gedisa Barcelona 2002.Pg39.
25
Claude Levi Strauss, epígrafe de Augé. Ibid.
patrimonio como vector de información
La arqueología ha sido un referente para la noción
de permanencia y de conceptualización del objeto en
relación con el patrimonio. Los hallazgos arqueológicos
refuerzan la idea del objeto como testimonio, con
frecuencia un objeto monumental. Pero también la
arqueología convirtió el hallazgo, y la huella, en un
objeto de estudio con la finalidad de comprender
las sociedades del pasado. En arqueología una
cierta vocación pedagógica del objeto justifica su
permanece.
La carta de Atenas de 1931 y principalmente La carta de
Venecia de 1964, según Myriam Waisberg, propondrá una
valoración crítica de esa idea de objeto testimonio, en
la que entrarán en discusión de manera flexible valores
históricos y formales, para definir una obra como testimonio
documental. En La Carta de Venecia, según ella, se
introduce la posibilidad de juicio sobre la intervención y la
restauración como categorías diversas: la una se refiere al
cuidado y, la otra, a incorporar valores históricos y estéticos
a una región en con una vocación de modernidad.
Aquí la revisión crítica de conceptos sobre un objeto
poniendo en juego lados opuestos del pensamiento y frente
a un caso específico, será un aporte a la construcción de
una “mesa de conversación” que permita lo multi causual
en el problema del patrimonio.
Para Ignacio Casado26 será, sobre todo, en la segunda mitad
del siglo XX, cuando el concepto de patrimonio histórico
supere la idea del monumento del pasado, como obra de
arte del genio humano, y se refiera a todo el conjunto de
bienes de la actividad humana.
Para reforzar esta idea de la apertura del patrimonio
a la cultura en sentido amplio, de nuevo la arqueología
contemporánea traerá otro elemento importante y es la
idea de la arqueología procesual, que nace en los sesenta
en Inglaterra con influencia de pensamiento analítico. Lewis
Binford enfrentará el análisis del pasado como producto
de sistemas abiertos, sujetos a los estímulos del medio
ambiente. La arqueología evidencia que dentro de un grupo
hay restos materiales que son los que se conservan en los
yacimientos pero también restos inmateriales que hay que
inferir. Así, este objeto o resto material es un subsistema
entre otros, psicológicos, filosóficos, económicos de una
sociedad. Todos ellos “están” presentes a su manera en
un hallazgo arqueológico.
Dado que en los yacimientos sólo se conservan restos
de la cultura material, ésta debe ser estudiada como un
reflejo subsidiario de todo el sistema cultural. Por tanto, el
enfoque de su análisis debe ir dirigido a asignar un papel
a cada resto como manifestación de los subsistemas en
un acto de traducción, cercano al crítico literario, que se
26
Casado Ibid.
pregunta a qué corresponde en este sistema abierto, y
en el nivel de las mentalidades, cada uno de los restos
materiales. De este modo, sería posible reconstruir los
subsistemas desaparecidos a partir de las huellas que
dejan en la cultura material.
El yacimiento arqueológico es concebido como un registro
contemporáneo, pero que contiene elementos que son
fruto de las acciones humanas del pasado.
Para Casado en el mismo artículo citado, “El concepto
de patrimonio arquitectónico adquiere una dimensión
diferente, considerado como un recurso no renovable,
de donde fluye la recomendación de proceder al estudio
histórico de la ciudad a fin de rescatar aquellos valores
que forman la base cultural de la identidad urbana y la
creación de una conciencia urbana colectiva y propia”.
Hay un aporte importante en esta concepción abierta y es
la teoría del alcance medio que Robert Merton el sociólogo
norteamericano pone sobre el tapete. Cita a Whitehead
con una frase que sintetiza el alcance de su propuesta:
«Es característico de una ciencia en sus primeras etapas
ser ambiciosamente profunda en sus propósitos y trivial en
el tratamiento de los detalles».
La Teoría de Alcance Medio, ha sido muy discutida en
algunas de sus aplicaciones pero conceptos claves
contribuyeron a expandir el campo de investigación de un
objeto en las Ciencias Sociales. Su interés es desmontar
las teorías generalizadoras acerca de las dinámicas del
pasado, investigando en campos intermedios más cercanos
al objeto de estudio y multidisciplinarios para romper las
estructuras encasilladas de cada disciplina. Disciplinas
transversales que necesitan de la antropología, la historia,
el arte, la economía, etc, se hacen necesarias.
Principios
intermedios
que
involucran
muchas
circunstancias, entre ellas naturaleza y cultura en un
entramado difícil de diferenciar, permean la ciencias
sociales, retardando la intención de emitir leyes generales
abstractas.
Entonces no es sorpresivo que el impacto de la naturaleza
sobre la cultura y viceversa será el tema de conferencia de
Naciones Unidas sobre HABITAT, en Vancouver, en 1976.
Casado dirá que impacto ambiental, patrimonio urbano,
micro-hábitat urbano y la gestión urbana será motivo de
preocupación del patrimonio.
El final del siglo XX pondrá el acento en el contexto. Es
importante referirse aquí a Rosalind Krauss la crítica de arte
estadounidense, quien a finales de los ochenta propuso
un término para nombrar la escultura del momento. Su
argumento empezaba diciendo que en la modernidad lo
importante era el objeto y entonces la escultura moderna
“restaba” problemas para llegar a una forma contenedora
(Por ejemplo, Moore, Botero, Nogushi harán objetos con
límites precisos). En la posmodernidad la escultura “suma”
problemas como el contexto, el espectador, el recorrido, la
geografía, la historia, el lenguaje. El objeto se convertirá
en un hecho más, dentro de todo un campo cultural o a
veces incluso desaparecerá y la escultura será el límite de
ese campo o un señalamiento social. A esta nueva forma
de hacer arte la llamó la escultura en el campo expandido,
una frase que ha permitido ver este interés creciente de
las formas artísticas y del pensamiento multidisciplinario
por involucrar lo social. Preocupaciones como la calidad
de vida, el equilibrio entre el desarrollo y la producción
de bienes de consumo, la conciencia de la fragilidad del
hombre y del medio ambiente, tejido social, recorridos
ecológicos, y paisajes culturales visibles e invisibles serán
preocupaciones compartidas.
Es importante proponer aquí otro paso necesario en la
idea del patrimonio apoyado por las propuestas de Italo
Calvino para el próximo milenio. Una de ellas, la levedad,27
propone convertir los personajes y las cosas en mensajes
inmateriales en movimiento, en vectores de información.
En otras palabras, Calvino propone convertir el objeto en
un texto que lo abra en diversas dimensiones de sentido.
27
Italo Calvino. Seis propuestas para el próximo milenio. Siruela. Madrid, 1989.
La apropiación, por ejemplo, como un elemento patrimonial
necesita una conversación intergeneracional. Richard
Rorty es un convencido de la vigencia de la metáfora28. Una
metáfora que no substituya un objeto por otro, sino que le
de movilidad al objeto y lo conecte con otros pensamientos.
La metáfora es detonante de conversaciones.
Un artículo de Josep Quetglas llamado el horror cristalizado,
hace referencia a una experiencia que este arquitecto
tuvo con el pabellón Barcelona de Mies Van der Rohe.
Esta edificación construida para Exposición Universal de
Barcelona en 1929, se consideró y se considera todavía
como espacio resumen de las concepciones arquitectónicas
modernas. Un espacio transitorio, experimental, un espacio
límite para el transeúnte, casi imperceptible a pesar o
precisamente por el tratamiento de los materiales.
El pabellón fue desmontado, como todo pabellón de una
exposición universal, y se reconstruyó en 1992. Quetglas
lo visita de nuevo y experimenta otras sensaciones. Lo
encuentra menos experimental, más terminado, siente
que se intenta ponerlo en escena, y se pregunta sobre la
intervención en nombre de la historia que se realiza en los
espacios y que cristaliza la experiencia histórica29.
28
Richard Rorty. Objetividad, relativismo y verdad. Paidós.Barcelona, 1996
29
Josep-quetglas. El horror Cristalizado www.entrelectores.com/.../el-horrorcristalizado-josep-quetglas
Este comentario, sirve no para plantear el extremo de la no
intervención y de la aceptación de la ruina, sino que puede
permitir plantear que frente a la imposibilidad de reconstruir
físicamente un patrimonio con la experiencia primera, se
abre la posibilidad de reconstruirlo en términos de sentido,
términos menos representacionales, más virtuales, como
“casas del pensamiento” donde se reúnan múltiples
experiencias de los actores o paseantes originales y las
conversaciones del pasado y del presente sobre el mismo.
Un objeto como una casa puede trasladarse simbólicamente
a muchos lugares cuando se convierte en un símbolo en
un centro de discusión. Los problemas del habitar en una
ciudad pueden tener un lugar una casa no necesariamente
física sino simbólica y virtual. Volverla un símbolo es
envolverla en un metáfora, nombrarla. Por ejemplo el lugar
de aprendizaje de la arquitectura moderna la Bauhaus,
en realidad traduce Casa del la construcción y su nombre
independiente de su edificio, es símbolo de un pensamiento.
Patrimonio y conversación tiene que ver con envolver un
objeto en una metáfora que promueva pensamiento, que
atraviese las generaciones, que se conecte con nuevas
necesidades de apropiación, permanencia y por que no
renovadas formas de identidad.
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