2 LA VIDA MARÍTIMA L a escuadra inglesa del Canal en F e r r o l 1 S S 2 - Í 0 0 2 L día 2 de Noviembre del año 1892, a l a s tres y media de la tarde, entraba en esta hermosa ría, procedente de L a CoruBa, la escuadra inglesa del Canal, al mando del Vicealmirante Pairfax. Formaban las dos divisiones: la p r i m e ra, compuesta del acorazado Boyal Sovereign, arbolando la insignia del Vicealmirante, el Howe y el crucero Inmortalité. L a segunda, la constituían el Anson, insignia del Contralmirante Seymour, que tanto se distinguió d e s p u é s en la campaña internacional de China, el Rodneyy el yarcisus. De avisos de la escuadra venían el crucero BeUona y el torpedero Speedwell. Como es costumbre en la Marina inglesa, la escuadra nn lomó prácticos p a r a entrar en el puerto, y al efectuarlo en línea de fila, orden natural (por divisiones), con la exctitud matemática que, por consecuencia de su m u c h a práctica, impera siempre en sus maniobras, el buque capitana, Koyal Sovereign, por darle demasiado resguardo al bajo de la Palma tocó en el del Pereiro; dando atrás logró zafarse. El i / o w e . que venía próximamente á dos cables por su popa, tuvo que ])arar, y la corriente, que tira de dos á cuatro m i llas on aquel paraje, le aconchó de tal modo contra el P e reiro, que inmediatamente se inundaron s u s dobles fondos y pañoles, y á pesar de haber maniobrado d e s p u é s con h a bilidad, no fué tan afortunado como su Almirante. Al bajar la marca, aquella inmensa y potente mole se perdió totalmente, quedando tumbado sobre estribor con la proa hundida y la hélice de babor casi fuera del agua. El Inmortalité, cola de la primera división, también estuvo en peligro, pero lo salvó. La segunda división, merced á la s e renidad y pericia de su Almirante, no sufrió percance a l guno. L a e s c u a d r a fondeó sin obedecer á formación táctica y de modo de poder dar el más pronto auxilio al buque e n c a llado. Se hizo el salvamento de todos los efectos y p e r t r e chos por sus dotaciones, prestándoles eficacísimo auxilio el arsenal del Departamento. La Compañía «Neptuno» se comprometió á colocar al a c o razado en el dique de San Julián por la cantidad de 35.000 libras esterlinas. Pocos días d e s p u é s de la catástrofe llegó el acorazado Alexandra, que condujo á Inglaterra la dotación del buque perdido, y el remolcador Sea Horse para empezar el s a l v a mento. El Royal Sovereign y el Inmortalité salieron para P o r t s mouth, con objeto de que sus dotaciones asistiesen al Consejo de Guerra. No sabemos si tomaron prácticos á la salida. D e s p u é s llegaron otros remolcadores de salvamento; so alijó el acorazado sacándole el carbón, la artillería y m u n i ciones; se taparon los rumbos de la obra viva, alguno de la aleta tenía 85 pies de largo, y entrando en funci(ín las potentes bombas de los remolcadores, se achicó el buque, consiguiendo ponerlo á flote á los cuatro m e s e s de trabajo y meterlo en el dique de San Julián, donde se le hizo una c a rena provisional, que fué m u y elogiada, y que le permitió llegar á Inglateira, en donde se le hizo d e s p u é s la definitiva. Su Graciosa Majestad la Reina Victoria demostró su agradecimiento al ilustro y llorado Almirante que mandaba el Departamento, enviándole una estimada condecoración; entre los Ingenieros que dirigieron la carena se repartieron j a r r a s de plata con inscripciones alusivas, y al Vicecónsul inglés, que es de nacionalidad española, se le concedió el empleo honorífico con uso do uniforme, y por último, Sir S e y m o u r dio un espléndido baile de despedida a l a sociedad ferrolona en el teatro Jofre con los Oficiales de su división, y regaló como recuerdo un magnífico reloj á la S o c i e dad «Círculo de recreación». E l Consejo de g u e r r a absolvió al Coinaudante y d e m á s individuos de la dotación del Howe, fundándose en quo en la cart.. inglesa no estaba situado el conocido bajo del P e reiro. Al veterano Vicealmirante Pairfax no le hemos visto figurar en los destinos activos de la Armada británica d e s de aquél desgraciado suceso. ¡Han transcurrido diez años! ¡El progreso de la c o n s t r u c ción naval en Inglaterra, en esto período de tiempo, ha sido prodigioso! El día (i del actual, á las tres y inedia de la tarde y procedente también de La Coruña, volvía á fondearen esta h e r mosa ría la eseuudra inglesa del Canal, al mando del Vicealmirante Sir Arturo K. A\ ylson, una de las personalidades rnás brillantes de la Armada británica. La e s c u a d r a actual la formaban también dos divisiones: la primera, compuesta del acorazado jywyVísí/c, arbolando la insignia del Almirante en jefe, del •hipiter y el iV/ans. La segunda, la constituían el Miigniñeent, insignia del Contralmirante S.r Willinms Acland, el Hnnnibaly el Frinoe (ieorge. (!omo avisos venían los cruceros Niohe. Arrogante y Furioav. Ignoramos si esta escuadra tomó prácticos para la entrada, poro lo efectuó de un modo tan magistral, (jiie CHUSO la admiración de todos los inteligentes que p r e senciaron la grandiosa maniobra. En línea de fila, orden n a tural (por divisiones) y los cruceros á retaguardia (como la e s c u a d r a de Sir l''airfax) la vimos avanzar inajcstuosainente por el estrecho cañón de la entrada; fondeií la primera división al S u r del Martillo del Arsenal y en línea de m a r c a ción E-(). I.a segunda divisiiín, por contramarcha, lbnd(>ó á retaguardia de la primera, en línea endentada, distancia cuatro cables. (|uedaii<lo su insignia por la aleta de K.r de la del Vicealmirante. E l Niohe fondeó al E. del Miijestic en la misma línea, y el Arrogiinte y el Fiirioiis cada uno al O e s te de su división y en su línea. Los buques i|uedaron sobre dos anclas, y con admirable rapidez dieron los grilletes giratorios; de modo que á las cuatro y media, cuando todo estaba arranchado y se veían cruzar veloces la bahía á las embarcaciones de vapor h a ciendo las visitas de cortesía, se oían los estampidos del cañón contestando á los saludos hechos á la plaza y á la insignia del Almirante ('amara. Capitán general del D e p a r tamfnto, (jue arbolaba en bahía el crucero Carlos V. y los buques ingleses hacían por su cadena aproando á la suave b ' i s a del Norte con quo la Providencia nos favoreció en día tan hermoso y á propíisito para presenciar espectáculo tan grandioso, pudimos contemplar la formidable escuadra inglesa ocupando n u e s t r a incomparable bahía desde el Seijo